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MANUAL DE RELACIONES
INTERNACIONALES
Herramientas para la comprensión de la disciplina
Estudios políticos
Manual de Relaciones Internacionales: herramientas
para la comprensión de la disciplina
RIL editores
bibliodiversidad
Daniel Bello
Manual de Relaciones
Internacionales: herramientas
para la comprensión
de la disciplina
327 Bello, Daniel.
B Manual de Relaciones Internacionales/
Daniel Bello. -- Santiago : RIL editores, 2013.
318 p. ; 23 cm.
ISBN: 978-956-284-976-0
1 Relaciones internacionales.
*NQSFTPFO$IJMFr1SJOUFEJO$IJMF
ISBN 978-956-284-976-0
Derechos reservados.
Índice
Presentación
Esteban Valenzuela y Daniel Bello ........................................................9
Capítulo i
El estudio de las Relaciones Internacionales
Isaac Caro, Isabel Rodríguez ..............................................................11
Capítulo ii
Análisis histórico: la evolución de la sociedad
internacional entre los siglos XX y XXI
Shirley Götz Betancourt ..................................................................... 33
Capítulo iii
Teoría de las Relaciones Internacionales:
del Primer al Tercer debate
Isabel Rodríguez ........................................................................ 85
Capítulo iv
Nuevas corrientes en la teoría de las
Relaciones Internacionales
Mónica Salomón ...................................................................... 127
Capítulo v
Temas y procesos del sistema internacional
Isaac Caro ............................................................................... 167
Capítulo vi
Economía política global I
José Miguel Ahumada, Armando Di Filippo ................................. 209
Capítulo vii
Economía política global II
José Miguel Ahumada, Armando Di Filippo ................................. 255
Capítulo viii
La cooperación internacional: su importancia para América Latina
y el Caribe
Cristina Lazo ........................................................................... 299
Presentación
9
Presentación
Esteban Valenzuela
Director del Departamento de Ciencia Política y
Relaciones Internacionales
Universidad Alberto Hurtado
Daniel Bello
Editor
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Capítulo I
Relaciones Internacionales
Isaac Caro
Isabel Rodríguez
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
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El estudio de las Relaciones Internacionales
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
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El estudio de las Relaciones Internacionales
1
Para profundizar en este tema, ver el capítulo V de este manual.
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
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El estudio de las Relaciones Internacionales
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
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El estudio de las Relaciones Internacionales
América Latina
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
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El estudio de las Relaciones Internacionales
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
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El estudio de las Relaciones Internacionales
5JDLOFS
"MSFTQFDUP
DPNPFYQMJDB'JTIMPX
citado por Tickner (2002: 48):
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
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El estudio de las Relaciones Internacionales
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
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El estudio de las Relaciones Internacionales
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
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El estudio de las Relaciones Internacionales
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Isaac Caro · Isabel Rodríguez
Bibliografía
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El estudio de las Relaciones Internacionales
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Capítulo II
La evolución de la sociedad
internacional entre los
siglos xx y xxi1
Shirley Götz Betancourt
1
La elaboración de este trabajo contó con la colaboración de Cristóbal
#ZXBUFST FO TV SFEBDDJÓO Z EF 'FMJQF $SPXIVSTU
FO MB SFDPQJMBDJÓO
bibliográfica, ambos estudiantes de la carrera de Ciencia Política y
Relaciones Internacionales de la Universidad Alberto Hurtado y ayudantes
de la cátedra de Introducción a las Relaciones Internacionales. Agradezco
sus aportes, comentarios y críticas.
2
Para esta corriente doctrinal existe una identificación entre las relacio-
nes internacionales y las relaciones interestatales, núcleo de la política
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Análisis histórico: la evolución de la sociedad internacional
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La Paz de Westfalia, suscrita en 1648 al término de la Guerra de los Treinta
Años, constituye el hito de origen del sistema de Estados Modernos. El
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Las presiones independentistas de grupos eslavos en la región de Los
Balcanes constituían un factor de tensión para el imperio austrohúngaro,
particularmente por el respaldo que los pueblos eslavos recibían por parte
de Rusia.
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Análisis histórico: la evolución de la sociedad internacional
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Shirley Götz Betancourt
&MQSPHSBNBEFQB[FMBCPSBEPQPSFMQSFTJEFOUF8PPESPX8JM-
son, conocido como el «Programa de los Catorce Puntos», contenía
una serie de principios sobre los que se habría de erigir el nuevo
orden y regular la convivencia en la sociedad internacional. Entre
estos principios, destacaban la supresión de barreras comerciales,
libertad de mares, reducción de armamentos, diplomacia abierta
y principio de autodeterminación de los pueblos. No obstante, el
más significativo de los principios contenidos en el programa decía
relación con la conformación de una organización internacional que
velase por la paz y seguridad internacional.
Inaugurada la Conferencia de Paz en París, en enero de 1919,
el Consejo Supremo de las potencias vencedoras adoptó una reso-
lución en la que afirmó que el mantenimiento de la paz exigía la
creación de una Sociedad de Naciones, con el propósito de promo-
ver la cooperación internacional, asegurar el cumplimiento de las
obligaciones internacionales y procurar poner límites a la guerra.
El Tratado constitutivo de la Sociedad de Naciones (Covenant),
firmado en 1919, fue incluido en cada uno de los Tratados de Paz
suscritos en el marco de la conferencia por los Estados vencidos
y en él se establecía como fundamento el principio de seguridad
colectiva, base sobre la cual se instituiría un orden internacional
más estable, justo y equilibrado.
El nuevo orden internacional creado en Versalles y nucleado en
torno a la Sociedad de Naciones contenía en sí mismo una extrema
fragilidad, tal y como lo expone José Luis Neila:
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La etapa de posguerra estuvo fuertemente influenciada por el carácter de
los compromisos alcanzados en cada una de las conferencias o cumbres
sostenidas entre los líderes de las grandes potencias que integraban la
Gran Alianza. En el total de catorce conferencias realizadas entre 1941 y
1945, los recursos de la guerra y las condiciones de la paz fueron objeto
de tratamiento.
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Estados Unidos, Unión Soviética, Gran Bretaña, Francia y China
SFQSFTFOUBEBIBTUBQPSFMSÊHJNFOEF5BJXÃO
ZEFTEFFTFBÒPQPS
la República Popular China).
9
Entre estos órganos destacan el Consejo Económico y Social, encargado de
los asuntos económicos de la Organización, el Consejo de Administración
Fiduciaria, establecido para la administración de territorios a cargo de las
Naciones Unidas, el Tribunal Internacional de Justicia con sede en La Haya
con resoluciones de obligado cumplimiento en el caso de que dos naciones
presenten sus litigios. Además hay una serie de organismos especializados
que van desde el FMI, la FAO, la UNESCO, a UNICEF.
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Existe una larga lista de crisis internacionales en las que la Organización
no tuvo participación alguna, tales como la Guerra de Descolonización en
Argelia (1954-1962), por el veto de Francia, la Guerra de Vietnam (1958-
1975), la Guerra en Granada (1983) y la Guerra en Nicaragua (1984) por
el veto de los Estados Unidos, el conflicto de Camboya por el veto de China,
la crisis de Hungría (1958), Checoslovaquia (1968) y Afganistán (1979)
por el veto de la Unión Soviética.
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La retirada británica de la línea de resistencia occidental en Grecia y Turquía
suponía también la retirada de las potencias europeo-occidentales de los
asuntos internacionales en favor de Estados Unidos, que en el futuro se
encargaría de dirigir y coordinar las acciones del bloque occidental en todo
el mundo. Era también el símbolo más claro de la decadencia de Europa y lo
europeo en el mundo, algo ya anunciado en 1918-1919 y patente en 1947.
Era también, de una forma más concreta, el final del Imperio británico,
mantenido y fortalecido desde el siglo XIX hasta 1945.
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Si el potencial militar de ambos bandos era equivalente, se garantizaba la
destrucción mutua en caso de conflicto, lo que servía como elemento de
disuasión: como ningún país podría obtener la victoria en una contienda,
ninguno la iniciaría.
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Albania abandonó el Pacto de Varsovia en 1968.
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región del Asia, situada en la periferia del sistema. Junto con ello, se
evidenció que la ONU resultó cooptada por los intereses norteameri-
canos y de sus aliados occidentales, al encubrirse bajo los principios
de la organización una intervención militar funcional a los intereses
de dominación norteamericanos en la región. En tercer lugar, para
la China comunista, el conflicto significó una profunda victoria en
el ámbito político-militar, logrando incrementar su influencia en la
región, acompañada de un aumento en sus presupuestos militares.
Para la Unión Soviética, relegada a un actuar menor, el conflicto
derivó en una revisión de su estrategia internacional. Por último,
para las relaciones sino-soviéticas, el conflicto sembraría las pri-
meras semillas de una discordia sobre la exportación del modelo
comunista que se iría agudizando por la competencia estratégica
de ambos Estados en la región.
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En junio de 1967, el ejército de Israel lanza un operativo de autodefensa
en contra de Egipto, cuyo resultado fue la ocupación de los territorios del
Sinaí Egipcio, la franja de Gaza, Cisjordania, la ciudad vieja de Jerusalén
y los Altos del Golán.
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La revolución iraní inaugura el período en que los extremismos religiosos
irrumpen en la escena internacional.
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Checoslovaquia se dividió en dos Estados independientes (República
Checa y Eslovaquia) y Yugoslavia se dividió en cinco (Bosnia y
Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, y Serbia y Montenegro).
Además, Bielorrusia, Estonia, Letonia, Lituania, Moldavia y Ucrania se
independizaron de la Unión Soviética, la cual fue sucedida por la Federación
Rusa en 1991.
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Ver, por ejemplo, Mearsheimer (1990), para quien el fin de la bipolaridad
que dio orden al sistema internacional desde 1945 implicaría el retorno
a la multipolaridad que caracterizó a Europa entre 1648 y 1945, el cual
crearía poderosos incentivos para el uso de la fuerza.
22
De acuerdo a Joseph S. Nye (1991: 178), las causas de estos fenómenos
radican en «la interdependencia económica, los agentes transnacionales,
el nacionalismo de los Estados débiles, la difusión de la tecnología y
cambiantes temas políticos».
23
Francis Fukuyama (1992) –probablemente el más purista de la vertiente
globalista– profetizó la configuración de un sistema internacional
caracterizado por la prosperidad mundial bajo la tutela de Estados Unidos
y el liberalismo. Por su parte, Samuel P. Huntington (1996) afirma que
la nueva y principal fuente de conflicto internacional sería cultural, con
expresión en el enfrentamiento entre diversas civilizaciones, las cuales
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Existen diversas posturas respecto a la cuestión de la globalización. Para
una introducción a este debate, ver el trabajo de David Held y Anthony
.D(SFX
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Shirley Götz Betancourt
global cada vez más influyente, dando como resultado una sociedad
internacional crecientemente compleja, heterogénea y fragmentada.
En desmedro de la tradicional función militar de los Estados,
las capacidades económicas y regulatorias han alcanzado cada vez
más gravitación en la mantención del orden internacional, en lo que
Pearson y Rochester (2004) han llamado el «eclipse del potencial
militar». Es por eso que pese a que las características tradicionales
de los Estados han sido erosionadas enormemente como fruto de
la globalización, «en principio, solo el monopolio legítimo de la
violencia, y la territorialidad permanecen como atributos intoca-
bles del Estado» (Del Arenal, 2005: 43). En la medida que aquello
que hacia fines de los setenta Robert O. Keohane y Joseph S. Nye
ponían en evidencia como los costos crecientes del uso del poder
militar se ha convertido en una realidad instalada a partir del fin
de la Guerra Fría, el poder económico ha cobrado cada vez mayor
importancia, y no solo para los Estados.
Dos tipos de actores del ámbito económico ejercen gran influen-
cia en la toma de decisiones tanto a nivel estatal como multilateral.
El primero de estos actores está representado por los organismos
y foros económicos internacionales tales como el Banco Mundial
(BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el foro del G828 y
la Organización Mundial de Comercio (OMC), instituciones que
han promovido la liberalización de las economías nacionales y del
comercio internacional. Fue precisamente la creación de la OMC en
1995, en reemplazo del GATT (siglas para General Agreement on
Tariffs and Trade) de 1947, el evento que develó el sentido alcanzado
en la dimensión económica del orden de post Guerra Fría, encami-
nado hacia la liberalización universal del comercio internacional.
El segundo tipo de actor son las empresas multinacionales, las
cuales, ante la carencia de un régimen internacional que las regule
y de límites ideológicos que restrinjan sus movimientos y su cre-
ciente poder económico, han adquirido una influencia progresiva
en las decisiones tanto en los ámbitos estatales como interestatales,
rebasando incluso el ámbito exclusivamente económico.
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Compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña,
Italia, Japón, Rusia y la Unión Europea.
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Alberto Rocha y Daniel Morales (2008: 23) los definen como «Estados
semiperiféricos que destacan por el desarrollo intermedio de sus capacidades
materiales e inmateriales, su posicionamiento estructural entre los Estados
centrales y periféricos, sus proyecciones geopolíticas a nivel regional, su
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Bibliografía
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Capítulo iii
Teorías de las Relaciones
Internacionales: del Primer
al Tercer Debate1
Isabel Rodríguez Aranda
i. Introducción
1
Se agradece la colaboración de Diego Leiva Van de Maele y su aporte a los
contenidos de este capítulo.
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Isabel Rodríguez
ii. Idealismo
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Teorías de la Relaciones Internacionales
4PCSFTBMFUBNCJÊOMBDPOUSJCVDJÓOEF0TXBME4QFOHMFS
RVJFO
en 1918 publica el primer tomo de su libro «La Decadencia de
Occidente», y en 1922 publica el segundo tomo, obra que es reedi-
tada treinta veces en los cinco primeros años incluyendo la edición
revisada de 1923 (García Picazo 1998: 62). Su planteamiento es
pesimista en el contexto idealista descrito, ya que interpreta la his-
toria como cíclica, colocando el énfasis en lo que él llama las «altas
culturas», las que tendrían un nacimiento, desarrollo, plenitud, de-
cadencia y muerte, y donde la cultura occidental estaría destinada
a este proceso cuyo principal indicador de la etapa de decadencia
son las grandes guerras y crisis.
Como balance general del periodo idealista, podemos men-
cionar que se lograron definir los principios teóricos básicos de las
Relaciones Internacionales para posicionarla como futura materia
de indagación científica en instancias académicas. Al mismo tiempo,
se logró discutir abiertamente el fundamento de las instituciones
rectoras del orden internacional vigente –por lo menos, hasta la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945)–, y de los valores que arti-
culan la política internacional como son la soberanía, la diplomacia
y el Derecho. No obstante lo anterior, y a pesar de la identificación
de autores y de sus trabajos, debemos recalcar que sus respectivos
aportes de construcción intelectual no lograron constituirse en un
todo coherente y compacto que pudiéramos identificar como una
comunidad académica especializada. Serán los realistas, a finales de
los años 30, quienes les darán identidad de grupo denominándoles
«idealistas», tras refutarles sus explicaciones doctrinarias, teóricas
e ideológicas para dar forma a un segundo enfoque de la disciplina,
el realismo.
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V. Realismo y conductismo
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Tanto las teorías del materialismo histórico como las teorías del siste-
ma mundo son perspectivas de análisis de las Relaciones Internaciona-
les a partir de los enfoques marxista y neomarxista, respectivamente.
El materialismo histórico es un término que deriva directamen-
te de los trabajos de Karl Marx y Friedrich Engels. Los elementos
de análisis principales que lo explican y que son el anclaje común
a las teorías neomarxistas posteriores son, según Hobden y Wyn
Jones (2008), principalmente cuatro: 1. Los modos de producción
capitalistas que determinan las fuerzas productivas y establecen
las relaciones entre las personas. Esta premisa es el centro de las
teorías; 2. La no consideración del Estado-nación como la unidad
central de análisis en las relaciones internacionales. En este sentido,
las Relaciones Internacionales estudian las relaciones ya no entre
Estados sino entre las formaciones sociales que genera el capitalis-
mo; 3. La estructura de clases es el principal problema, siendo las
clases sociales los actores de la vida política tanto interna como
internacional; y 4. El imperialismo, que se entiende como la causa
del conflicto en las relaciones internacionales.
El conflicto es un concepto histórico y social propio de las rela-
ciones entre diferentes clases y otros grupos sociales, generado por
las diferencias de las posiciones socioeconómicas. La culminación de
tales conflictos puede dar lugar a dos procesos, guerra o revolución,
o bien, una combinación de ambas (Halliday 2002: 93). La premisa
de base es que las revoluciones políticas solo cambian la forma de
gobierno, mientras que las revoluciones sociales alteran el sistema de
clases. Esto último, aplicado a las relaciones internacionales, nos lleva
descartar la seguridad y las acciones de los Estados como lo funda-
mental y colocar el acento en el conflicto social (Halliday 2002: 91).
Al respecto, hay que considerar que el marxismo tuvo un escaso
desarrollo en la etapa inicial de la disciplina de las Relaciones In-
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Bibliografía
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Teorías de la Relaciones Internacionales
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Capítulo iv
Nuevas corrientes en la teoría de las
Relaciones Internacionales
Mónica Salomón
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2. Enfoques postmodernos
2
El término «postmodernismo» tiene un alcance más amplio que el de «post-
estructuralismo». El primero se refiere a una gran variedad de movimientos
culturales, artísticos y de análisis sociológico-filosóficos que en alguna
medida intentan apartarse o señalan el fin de la era «moderna» heredada
de la Ilustración. El segundo tiene el alcance más restringido señalado en
el texto. En Relaciones Internacionales los dos términos se han usado de
manera más o menos intercambiable.
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3
En nuestra opinión, el uso de la rica obra foucaultiana como base de
inspiración de parte de la producción postmoderna en RI ha contribuido
mucho a evitar su caída en la total vacuidad.
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3. Enfoques feministas
4
Es significativo el título de la sección del capítulo en que aparece esa
argumentación: «Poststructuralism misunderstood as postmodernism»
(Campbell 2007: 221).
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La estrategia de gender mainstreaming fue adoptada en la Plataforma de
Acción de Pekín, aprobada por la Cuarta Conferencia de Naciones Unidas
sobre la Mujer (Pekín 1995). La resolución 1325/2000 del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas hizo un llamamiento a la incorporación de
la perspectiva de género en las operaciones de paz y en la negociación de
acuerdos de paz.
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4. Constructivismo
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Mónica Salomón
1992; Finnemore y Sikkink 2001), sino más bien una «teoría social»
más amplia o un «programa de investigación». Esa actitud ilustra
la postura de los constructivistas –o de muchos de ellos– hacia la
actividad de teorizar: suelen preferir una teorización más inductiva
e interpretativa que deductiva y explicativa. Más que premisas o su-
puestos, lo que los constructivistas plantean son hipótesis de trabajo.
Además de las obras de clásicos de la sociología como Durkheim
y Weber, dos obras importantes de la sociología del conocimiento
son especialmente influyentes en el pensamiento constructivista en
Relaciones Internacionales. Una es el clásico de Berger y Luckmann
«La construcción social de la realidad» (Berger y Luckman 1966).
Otra es «Central Problems in Social Theory», donde Anthony
Giddens desarrolló su «teoría de la estructuración» (Giddens 1979).
De las múltiples influencias provenientes de la propia disciplina de
las Relaciones Internacionales los autores constructivistas destacan
tres núcleos, todos ellos particularmente interesados en el papel de
los factores socio-cognitivos en las Relaciones Internacionales: en
primer lugar, la literatura vinculada a la teorización sobre la sociedad
internacional, especialmente la obra de Hedley Bull (Bull 1977).
En segundo lugar, los aportes de la escuela neofuncionalista de la
integración europea (Haas 1968; Lindberg 1970; Nye 1971). En
tercer lugar, las de los estudiosos que se ocuparon de los problemas
de la percepción en los procesos de toma de decisiones, entre los
que se destaca Robert Jervis (1988).
La etiqueta de «constructivismo» para designar un programa
de investigación en Relaciones Internacionales alternativo a los
existentes fue acuñada por Nicholas Onuf en 1989, en su obra
«World of Our Making» (Onuf 1989). Sin embargo, el autor más
representativo de esta corriente es Alexander Wendt, quien en 1987
ya había planteado el tema central de la problemática constructi-
vista: la mutua constitución de las estructuras sociales y los agentes
en las relaciones internacionales (Wendt 1987). John Ruggie y
'SJFESJDI,SBUPDIXJMTFDVFOUBOUBNCJÊOFOUSFMPTQSJNFSPTBVUPSFT
SFDPOPDJEBNFOUFDPOTUSVDUJWJTUBT 3VHHJFZ,SBUPDIXJM,SB-
UPDIXJM
&NNBOVFM"EMFS
1FUFS,BU[FOTUFJO
+FGGSFZ$IFDLFM
Michael Barnett, Martha Finnemore y Kathrin Sikkink son otros
constructivistas de renombre.
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Mónica Salomón
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Nuevas corrientes en la teoría de las Relaciones Internacionales
Ahora bien, una vez creadas, las estructuras (como por ejemplo
la de autotutela), sufren un proceso de «reificación»: se las trata
como algo separado de las prácticas que la producen y mantienen.
Como las estructuras configuran las identidades e intereses de los
actores, un cambio de dinámica (como el que supondría pasar de
un sistema de autotutela a un sistema cooperativo) no es nunca
sencillo. Sin embargo, a través de largos procesos de interacción
los actores podrían redefinir sus identidades e intereses y pasar de
un sistema de autotutela a uno de cooperación.
Wendt no propuso una teoría de las Relaciones Internacio-
nales –ni siquiera en su posterior «Social Theory of International
Politics» (Wendt 1999)– sino un conjunto de hipótesis que sugirió
explorar empíricamente. Lo que sí propuso, como ya mencionamos,
fue una agenda de investigación que tendría como objetivo evaluar
las relaciones causales entre prácticas e interacciones (variable in-
dependiente) y las estructuras cognitivas en el nivel de los Estados
individuales y los sistemas de Estados (variable dependiente), lo que
equivale a explorar la relación entre lo que los actores hacen y lo
que son. Aunque sugirió partir de la idea de la constitución mutua
entre agentes (actores) y estructuras, subrayó que no es una idea
que pueda ayudar demasiado: lo que hay que averiguar es cómo se
constituyen mutuamente. En particular, Wendt señaló la importancia
del papel de la práctica al configurar actitudes hacia lo «dado» de
esas estructuras: ¿Cómo y porqué los actores reifican las estructuras
sociales, y bajo qué condiciones desnaturalizan esas reificaciones?
Es también destacable la postura de Wendt frente a la contro-
versia epistemológica definida como «positivismo-postpositivismo».
Sencillamente, propuso quitarle importancia, señalando asimismo
que «abandonar las restricciones artificiales de las concepciones de
investigación del positivismo lógico no nos obliga a abandonar la
‘ciencia’» (Wendt 1992: 425).
La agenda propuesta por Wendt y por otros autores constructi-
vistas dio lugar, como ya indicamos, a una importante y rica produc-
ción. Junto con el análisis de los procesos de creación de identidades
a partir de la mutua interacción entre agentes y estructuras (foco de la
propuesta de Wendt), la producción constructivista ha investigado la
cuestión complementaria de cómo las ideas institucionalizadas gene-
151
Mónica Salomón
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Nuevas corrientes en la teoría de las Relaciones Internacionales
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Mónica Salomón
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Nuevas corrientes en la teoría de las Relaciones Internacionales
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Nuevas corrientes en la teoría de las Relaciones Internacionales
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Nuevas corrientes en la teoría de las Relaciones Internacionales
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Nuevas corrientes en la teoría de las Relaciones Internacionales
Bibliografía
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Mónica Salomón
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Nuevas corrientes en la teoría de las Relaciones Internacionales
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Capítulo v
Temas y procesos del
sistema internacional
Isaac Caro
Introducción
167
Isaac Caro
168
Temas y procesos del sistema internacional
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Isaac Caro
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Temas y procesos del sistema internacional
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Temas y procesos del sistema internacional
1. Religión y política
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Temas y procesos del sistema internacional
3. El choque de civilizaciones
181
Isaac Caro
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Temas y procesos del sistema internacional
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Isaac Caro
Hunting-
-BQFSTQFDUJWBDJWJMJ[BDJPOBMEFTBSSPMMBEBQPS-FXJTZ)VOUJOH
ton fue motivo de un fuerte debate académico desde el mismo momen-
to en que fue elaborada y expuesta en los medios tanto académicos
DPNPDPNVOJDBDJPOBMFT&EXBSE%KFSFKJBO
EFMB6OJWFSTJEBE
de Rice, considera que la posición de choque civilizacional es también
asumida por el gobierno de Estados Unidos en sus relaciones con el
mundo islámico. Este autor agrega que más que estar en presencia
de un «choque de las civilizaciones» como Huntington lo postula,
se trata de manifestaciones de conflictos políticos, étnicos, religiosos
y culturales particulares que se han intensificado en la era de post
Guerra Fría en lo que denomina el «arco de la crisis», que comprende
los Balcanes, el Cáucaso, el norte de África, el Medio Oriente, el Asia
central y del sur (Caro 2002: 50-52; Djerejian 1995).
Por su parte, Zachary Karabell, profesor asociado del Center
for International Affairs, de la Universidad de Harvard, postula
que dado que el comunismo ha declinado en el mundo de post
Guerra Fría, se da una mayor atención a la amenaza del funda-
mentalismo islámico. Por una parte, existe la creencia de que el
fundamentalismo islámico es el nuevo comunismo, por lo que se le
deben oponer todos los medios necesarios para contenerlo. Por otra
parte, el tema no es el fundamentalismo islámico, sino la violencia
y el extremismo. Según Karabell, la similitud del fundamentalis-
mo islámico con el comunismo ha sido hecha principalmente por
Daniel Pipes en su periódico The Middle East Quarterly, así como
en Commentary. En esta línea también se incluyen dos autores
DJWJMJ[BDJPOBMFT #FSOBSE -FXJT Z 4BNVFM )VOUJOHUPO ,BSBCFMM
1995: 37-48).
Karabell señala que si se preguntara a los colegas estadouni-
denses, en las universidades o en cualquier otra parte, qué piensan
cuando es mencionada la palabra «musulmán», la respuesta será
inevitablemente la misma: armados, barbudos, terroristas fanáticos
inclinados a destruir al gran enemigo, Estados Unidos. Una fuente
de este estereotipo son los medios de comunicación social. Estas
imágenes simplifican y distorsionan, haciendo parecer que el Medio
184
Temas y procesos del sistema internacional
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Isaac Caro
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Temas y procesos del sistema internacional
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Isaac Caro
2. Movimientos neonazis
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vi. Conclusión
203
Isaac Caro
Bibliografía
204
Temas y procesos del sistema internacional
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Isaac Caro
206
Temas y procesos del sistema internacional
207
Capítulo vi
Economía política global (i)
José Miguel Ahumada
Armando Di Filippo
i. Introducción
209
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
210
Economía política global (I)
2
Sobre este proceso, ver Wallerstein (coord.) 2006.
3
7ÊBTFFOFTQFDJBM4BTTFO
"HOFX
$PSCSJEHF
211
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
212
Economía política global (I)
4
Tal como afirma Ibañez, «Si existía una sociedad internacional al margen de
las relaciones político-militares, los patrones de especialización académica su-
ponían un obstáculo fundamental para su conocimiento. Por un lado, estaban
las separaciones entre Política, Economía, Derecho, Historia o Sociología, entre
otras. Por otro lado, estaba la separación entre Ciencia Política (política interna
y política comparada) y Relaciones Internacionales (política internacional y
exterior). La especialización no contribuía a un mejor conocimiento de la
sociedad internacional, sino que la entorpecía» (2005: 30).
213
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
La dicotomía economía/política
5
Sobre esta caracterización, ver Gilpin (1976) y Arrighi (1999).
6
Para una profundización de estos criterios, ver Wendt (1999: 202).
7
Sobre este concepto, ver Anderson (1993).
214
Economía política global (I)
8
Respecto a si la «estructura anárquica» impone a los Estados la necesidad
de la rivalidad y competencia (tesis de Waltz respecto a la naturaleza
inherentemente «hobbesiana» de la anarquía internacional), o si mediante
instituciones internacionales se pueden generar climas de cooperación (tesis
de Keohane), o si por el contrario, las propias interacciones simbólicas entre
los Estados generan específicas constelaciones anárquicas (lo que Wendt
denomina anarquía hobbesiana, lockeana o kantiana) es un tema que excede
este espacio, por lo que solo apuntamos que existen condicionamientos por
parte del sistema interestatal sobre los Estados, con el fin de no imponer al
lector una única visión al respecto véase Waltz (1979), Keohane (ed.1986),
Wendt (1999).
215
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
216
Economía política global (I)
217
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
218
Economía política global (I)
9
O sea, espontáneos, no determinados por algún agente central, sino por
el libre juego de los intereses privados de cada uno cristalizados en los
trueques de mercado.
219
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
10
Óptimo Pareto: punto de máxima producción, donde no se puede satisfacer
a un individuo sin afectar a otro. Dicho de otra manera, es el momento en
que la producción llega a su frontera de posibilidades.
11
Un buen resumen de este enfoque está en Gilpin (1990) capítulo 2.
12
Sobre la relación mercado-empresario innovador y desarrollo ver
Schumpeter (2010).
220
Economía política global (I)
221
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
222
Economía política global (I)
15
Sobre el enfoque de «buscadores de rentas», ver los artículos fundacionales
de Tullock (1967) y Krueger (1974).
16
Es interesante notar que la economía neoclásica, al momento de entender
el sistema político como gobernado por agentes maximizadores de
votos, busca «endogeneizar» al sistema político en la matriz económica,
insertándole una racionalidad instrumental económica a los agentes
políticos. Hoy, tanto en EEUU como en algunas academias chilenas, se
223
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
que no velan por los intereses de la ciudadanía, sino por los suyos
propios (reproducir sus cuotas de utilidades)17. En este contexto, en
ausencia de instituciones que permitan una adecuada accountability
(verificación de responsabilidades) por parte de la sociedad civil
sobre el gobierno, se da el espacio para que los maximizadores de
rentas en la sociedad civil se articulen con los maximizadores de
votos en el sistema político, generando interferencias en el mercado
y, por consiguiente, una asignación ineficiente de recursos (ya que
no están determinados por los criterios de mercado), generando
externalidades negativas en la población18.
De esta forma, las prácticas rentistas, con sus lógicas monopoliza-
doras, según estas versiones de la teoría neoclásica, generan un juego
de suma cero impidiendo la dinámica del mercado libre, y posibilitan-
do un sector rentista (que obtiene sus ganancias no por su capacidad
productiva, sino por el control arbitrario de factores restrictivos). El
juego suma cero es inherentemente violento y agresivo19, rompiendo
la armonía espontánea del mercado, dando pie a conflictos. Para el
liberalismo, por tanto, el conflicto político es esencialmente una lucha
entre rentistas, producto de estas lógicas antieconómicas.
Lo anterior lleva a entender el sistema global como un sistema
armónico solo si se generan las instituciones adecuadas: en el plano
político, posibilitando adecuados mecanismos de accountability, y
en el económico, con instituciones20 que resguarden los derechos
224
Economía política global (I)
21
Sobre el rol de las instituciones en el mercado desde una perspectiva
neoclásica, ver North (1990).
22
Sobre esta teoría, ver Kindleberger (1973).
225
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
23
Para una defensa contemporánea a la globalización desde una perspectiva
liberal, ver Wolf (2005).
24
Esto es, distribuyen recursos a objetivos ajenos a la producción económica,
como el lobby, control político, soborno, y no a inversiones capitalistas.
226
Economía política global (I)
25
Sobre este punto, ver el análisis de North (1990).
26
Tal como afirma North, «La incapacidad de sociedades de desarrollar
contratos de bajo costo de cumplimiento es la fuente más importante tanto
del estancamiento histórico como del subdesarrollo contemporáneo del
Tercer Mundo». [Traducción propia] (1990: 54).
27
Uno de los libros más importantes de este enfoque es Olson (1984).
227
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
El enfoque neorrealista
228
Economía política global (I)
229
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
28
En este sentido, el objetivo económico legítimo y socialmente aceptado
por la ciudadanía de un país no viene determinado de antemano (como lo
afirman explícita o implícitamente los neoclásicos), sino que emana, al igual
que el rol que asume el Estado y la estructura económica, de consensos
y pactos sociales internos. Sobre este punto, ver el interesante artículo de
Chang (2001) y Gilpin (2001), capítulo II.
230
Economía política global (I)
29
Sobre un análisis contemporáneo de las diversidades de capitalismo, véase
Hall, Soskice (ed.) (2001).
231
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
30
Tal como afirma tajantemente Gilpin, «la preocupación central del Estado
son sus intereses nacionales, definidos en términos de seguridad militar e
independencia». [Traducción propia] (2001: 17).
232
Economía política global (I)
233
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
32
Contrástese con la visión neoclásica del conflicto político como resultado
de agentes ajenos al mercado (rentistas), donde el desenvolvimiento del
mercado lleva inherentemente a la paz y armonía (ergo, a la desaparición
del conflicto político).
33
Recordemos que las primeras teorías liberales del comercio afirmaban que
(en términos muy resumidos), producto de los rendimientos decrecientes
de la inversión de capital, en el largo plazo, los países pobres comenzarían
a igualar las tasas de crecimiento del PIB per cápita con los países ricos,
llegando a una convergencia en riquezas. Sobre este punto, ver Sala i Martin
(2000).
234
Economía política global (I)
34
Una introducción al enfoque se encuentra en Romer (1994).
35
La tecnología muestra rendimientos crecientes tanto de escala a nivel de
la empresa que introdujo la innovación (un costo fijo total que se reparte
en una gran cantidad de unidades vendidas) como también en la medida
en que su producción genera beneficios en el área en que se generó dicha
difusión e incrementa su valor en su eventual difusión a otros campos (se
aplica por otros agentes agregándole nuevos conocimientos, aumentando
su eficacia, etc.).
36
«La teoría del crecimiento endógeno considera que el nivel de renta per
cápita puede crecer sin límites dependiendo del nivel de inversión en
235
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
236
Economía política global (I)
237
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
40
Sobre este punto, ver Amsden (1997).
41
El concepto de «ventaja competitiva» es bastante ambiguo y diferente para
varios enfoques. Resumidamente, y solo para aclarar el tema, entendemos
por ventaja competitiva aquellas ventajas de un país en relación a otros
sustentada no en su dotación inicial de factores que permite producir un
238
Economía política global (I)
239
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
240
Economía política global (I)
44
Recordemos que para el enfoque neoclásico, son países los que comercian
entre sí, países cuyo Estado o vela por intereses rentistas o por los derechos
de propiedad, mientras que para el neorrealismo la unidad básica es
el sistema nacional de economía política, cuya unidad sustancial es la
soberanía estatal.
241
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
45
Sobre las diferentes formas de entender el poder, desde el enfoque liberal de
Dahl, pasando por Gramsci y llegando hasta Foucault, ver Lukes (2007).
46
En el plano de la política nacional, esta visión es denominada por Lukes
(2007) «bidimensional», en la medida en que observa el poder no solo en
quién gana en un choque de proyectos en los espacios de representación
formales (cámara de diputados, junta de vecinos, etc.), sino en quién tiene el
poder de influir en qué se discute, hasta qué punto, y cuándo un tema será
vetado, es decir, quién tiene influencia sobre estructuras ajenas al debate
mismo (estructuras económicas, culturales, políticas, etc.) pero que limitan
el mismo debate.
242
Economía política global (I)
47
Tal como afirma tajantemente Strange, «La noción de poder estructural
en la política, en la economía y en la sociedad mundial era lo que permitía
liberar a la Economía Política Internacional de la llamada tradición realista
de las Relaciones Internacionales» (1996: 8).
48
Recordemos que Gilpin, buscando ampliar el análisis realista a nuevos
agentes, plantea que la economía política no es solo Estado y Mercado,
sino un sinnúmero de nuevos agentes. Si bien es un reconocimiento válido,
aún mantiene al Gobierno como el Agente más importante en la medida
en que, afirma Gilpin, determina las reglas del juego.
243
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
49
John Ruggie (1988) establece dos regímenes económicos diferenciables
hasta 1970: el liberalismo de laissez faire que va desde el siglo XIX hasta
244
Economía política global (I)
245
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
50
No es una cuestión cualquiera que el Banco Central se «independice» de
los gobiernos, y que los ministerios de hacienda comiencen a devenir en
instituciones que velan por la estabilidad económica de cara al contexto
mundial, y no en ser instrumentos al servicio de criterios nacionales de
desarrollo. De este modo, tanto para Sassen como para Strange, el Estado no
«desaparece» con la globalización, sino que diversas capacidades estatales
se reensamblan en lógicas globales.
51
Tal como afirma Bull, «Si los Estados modernos llegaran a compartir
la autoridad sobre sus ciudadanos y la lealtad de los mismos, con las
autoridades regionales y mundiales, por un lado, y con las autoridades
subestatales y subnacionales, por el otro, hasta el punto de que el concepto
de soberanía dejase de ser aplicable, podríamos hablar del surgimiento de
un orden político universal de tipo medieval» (Bull 2005: 305).
52
Según Strange, en relación con los principales poderes y responsabilidades
que cabría atribuir al Estado, este está dejando de detentar y ejercer un
poder monopólico, léase en: territorio y su defensa, mantener valor de la
moneda, determinar la estrategia de desarrollo, corrección de tendencias
económicas, proveer redes sociales de seguridad, recaudar impuestos,
control del comercio exterior, etc. (Strante 1996: 123).
246
Economía política global (I)
247
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
54
La integración vertical es una estrategia de gestión de la propiedad de una
empresa en que la empresa busca producir por sí misma, o subcontratando,
los insumos de su producto (denominada «integración vertical hacia atrás»)
o busca controlar los medios de distribución y comercialización de su bien
(«integración vertical hacia adelante»).
55
«La dependencia todavía existe. Para los países pobres es acaso más duro
que nunca seguir siendo verdaderamente independientes de la economía
capitalista mundial. Pero la dependencia ya no equivale a relegar a la mano
de obra local tareas manuales en los campos o en las minas. El obrero
malasiano, ya sea produciendo coches con la ayuda de la tecnología japonesa
o acondicionadores de aire para el mercado japonés, estará seguramente
mejor y tendrá mejores expectativas que sus padres o abuelos. Gracias a las
empresas extranjeras, él o sus hijos tienen a su alcance nuevas oportunidades
profesionales como directivos o empresarios» (Strange 1996: 80).
248
Economía política global (I)
249
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
250
Economía política global (I)
Bibliografía
251
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
252
Economía política global (I)
253
Capítulo vii
Economía política global (ii)
José Miguel Ahumada
Armando Di Filippo
255
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
56
La noción de Estado, entendido como el punto de inicio del análisis social,
es uno de los principales objetos de crítica del enfoque S-M. Tal como
afirma Wallerstein, «El análisis Sistema-Mundo significaba, ante todo, la
sustitución por la unidad de análisis llamada «sistema-mundo» de la unidad
de análisis estándar, que era el Estadio nacional». [Traducción propia]
(Wallerstein 2004: 16).
57
La centralidad de la actividad productiva, o infraestructural, tal como la
concibe Wallerstein, no implicaría afirmar que todo lo que no es económico
(política, religión, costumbres, etc.) es epifenoménico de la «economía»,
sino que la política, el parentesco o la religión son instituciones dominantes
en una sociedad solo si funcionan además como relación de producción,
o sea, si sus criterios logran determinar las formas de apropiación de los
recursos productivos y materiales. La capacidad de determinación sobre
la sociedad como un todo por parte de ciertos elementos (política, etc.),
depende de la capacidad de estos elementos de determinar las relaciones
de producción vigentes. Si esta interpretación del enfoque de Wallerstein es
correcta, ella parece coincidir con lo propuesto por Godelier cuando afirma:
«para que una actividad social –y con ella las ideas y las instituciones que
le corresponden y que la organiza- desempeñe un papel dominante en el
256
Economía política global (II)
a través del cual se configura una sociedad son las formas en cómo
se instituye la División Social del Trabajo, su estructura y escala.
Es ese el punto de arranque.
Así, el principio ontológico a partir del cual comienza el análisis
S-M no es un individuo propietario, el Estado-nación o las diversas
autoridades existentes, sino la estructura de producción material
de una sociedad dada.
Ahora bien, tomando como criterio delimitador de lo que es
una sociedad la estructura productiva, dentro de la historia han
existido dos tipos de sistemas sociales, el minisistema y el Sistema-
Mundo58, este último con dos subcategorías (Imperio-Mundo y
Economía-Mundo59):
257
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
258
Economía política global (II)
61
Donde ningún Estado por sí mismo puede determinar los flujos económicos
de la Economía-Mundo.
62
«Vínculo hacia atrás» de un proceso productivo se refiere a todos los
procesos que generan los insumos que se utilizan en el proceso productivo
mencionado para crear el producto específico de ese proceso. Por otro
259
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
lado, «vínculo hacia adelante» se refiere a todos vínculos con los procesos
productivos que utilizan como insumo o comercializan el bien el cuestión.
Una cadena de valor es una cadena que une diferentes procesos y
unidades productivas que genera un específico producto o servicio. Sobre
la utilización de estas categorías para explicar la Economía-Mundo, ver
Wallerstein (1984).
260
Economía política global (II)
63
Es en este sentido que Wallerstein concuerda con Braudel en que el
capitalismo es esencialmente «anti-mercado», ya que las grandes
ganancias capitalistas se generan no en el campo de la libre competencia,
sino en el campo de la creación de monopolios. El Capitalismo, de este
modo, se distancia del mercado, siendo el primero el producto de fuertes
articulaciones entre poderes estatales y empresariales. Sobre la visión de
Braudel del capitalismo como «antimercado», ver Braudel (1994).
261
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
64
La noción de intercambio desigual se asocia con las categorías marxistas
fundadas en la teoría del valor trabajo. Esta teoría no es sustentada por
los estructuralistas cuando examinan los términos de intercambio entre
manufacturas exportadas por los centros a cambio de productos primarios
exportados por la periferia. Esta es una diferencia teórica esencial entre
la visión centro-periferia sustentada por Prebisch y la sustentada por
Wallerstein.
65
4PCSF MB MFDUVSB XBMMFSTUFOJBOB EF MPT DJDMPT ,POESBUJFW WFS8BMMFSTUFJO
(2005; 2004; 1997).
262
Economía política global (II)
263
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
264
Economía política global (II)
66
«Los Estados son, por tanto, instituciones creadas que reflejan las
necesidades de las fuerzas de clases que operan en la economía mundial».
[Traducción propia] (Wallerstein 1984: 33).
67
«La hegemonía en el sistema interestatal hace referencia a la situación en
que la rivalidad en curso entre los auto denominados «grandes poderes» es
tan desbalanceada que uno de los poderes es el primus inter pares; esto es,
un poder puede, en gran medida, imponer sus reglas y deseos (como mínimo
por poder efectivo de veto) en las arenas económicas, políticas, militares,
diplomáticas y culturales. La base material de dichos poderes yacen en la
habilidad de las empresas domiciliadas en aquellos poderes para operar más
eficientemente en las tres mayores arenas económicas –producción agro-
industrial, comercio y finanzas». [Traducción propia] (Wallerstein 1984:38).
265
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
266
Economía política global (II)
68
Sobre esto, ver Polanyi (2003).
267
José Miguel Ahumada · Armando Di Filippo
69
Nótese cómo Wallerstein se distancia de la propia lectura marxista
tradicional. Este ve al capitalismo como una fuerza que logra esparcir
el Progreso, creando las posibilidades materiales para una transición al
socialismo. Contra las visiones de progreso y evolución, que aglutinan desde
el liberalismo hasta el propio Marx, Wallerstein afirma: «Simplemente no
es cierto que el capitalismo haya representado un progreso con respecto a
los diversos sistemas históricos anteriores que destruyó o transformó (…)
Permítaseme decir, como mínimo, que no es en modo alguno obvio que
haya más libertad, igualdad y fraternidad en el mundo actual que hace mil
años. Se podría sugerir de forma razonada que más bien sucede todo lo
contrario» (1998: 89-90).
268
Economía política global (II)
269
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270
Economía política global (II)
271
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v. El Estructuralismo Latinoamericano
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Economía política global (II)
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Economía política global (II)
70
En lo que sigue, la corriente estructuralista latinoamericana se identificará
con las ideas personales de cuatro padres fundadores o pioneros liderados
277
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y social del trabajo del país bajo análisis. En este bloque se registran en
cada columna de la matriz las compras que efectúan las empresas o ramas
tanto entre ellas mismas como las provenientes de las importaciones.
La matriz tiene un segundo bloque correspondiente al valor agregado
por el proceso productivo en donde se expresan las remuneraciones
pagadas por las empresas a los factores primarios de la producción, que
convenientemente desagregadas, pueden expresar la distribución funcional
del ingreso. Finalmente, tiene un tercer bloque de la demanda final en
donde los ingresos generados se traducen en el gasto doméstico en bienes
de consumo e inversión y en el gasto del resto del mundo (demanda
externa) expresado en las exportaciones. La estructura de estos gastos
domésticos convenientemente desagregados permite tener una idea, por
un lado, de las canastas de consumo por estratos de ingreso y, por otro
lado, de la composición de los bienes de inversión. A partir de la matriz
de Leontief adaptada a sus propios fines, Osvaldo Sunkel primero (1978),
y Sunkel e Infante después (2009), dieron expresión formal a las nociones
de heterogeneidad estructural que, formuladas con anterioridad en el
pensamiento estructuralista, expresan la desigual asimilación de las formas
productivas y organizacionales que acompañaron la difusión mundial de
las sucesivas oleadas tecnológicas en la expansión mundial del capitalismo.
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Bibliografía
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Capítulo viii
La cooperación internacional:
su importancia para América
Latina y el Caribe
Cristina Lazo Vergara
i. Introducción
1
Estos Objetivos son: erradicar la pobreza extrema y el hambre; lograr
la enseñanza primaria universal; promover la igualdad de género y la
potenciación de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud
materna; combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades;
garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y establecer una alianza
mundial para el desarrollo.
299
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2
En su acepción más restrictiva, cooperación internacional se define como
«actividad ligada a la transferencia o intercambio de recursos y asistencia
técnica, por vía concesional, de un país a otro» (AGCI 1999).
3
Entendida como «la transferencia de recursos de origen público a favor de
países en desarrollo, realizada con determinado grado de concesionalidad»
(CAD-OCDE).
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Según la clasificación del Banco Mundial, son de renta media los países
cuya renta per cápita (en el año 2008) es superior a 976 dólares e inferior
a 11.905 dólares. Este grupo se divide, a su vez, en países de renta media
baja (56 países) y países de renta media alta (48 países). Mayor información
sobre la clasificación de países se encuentra en http://datos.bancomundial.
org/quienes-somos/clasificacion-paises.
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Es aquella caracterizada por la transferencia de asistencia técnica y/o recursos
financieros desde un país de mayor o igual desarrollo relativo, o una fuente
multilateral, hacia un país beneficiario del mundo en desarrollo.
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6
Concordante con el objetivo 8 de la Declaración del Milenio, destinado a
establecer una alianza mundial para el desarrollo, pero no solo económica
y comercial.
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7
Se incluye aquel que se adquiere mediante el intercambio de experiencias,
mediante la formación y/o capacitación de recursos humanos, mediante
la asistencia técnica, mediante las buenas y malas prácticas, mediante los
éxitos y fracasos.
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8
El Producto Interno Bruto per cápita o Ingreso per cápita es el producto
interno bruto dividido por la población a mitad de año. Este fue para Chile
de 14.394 dólares americanos medidos a precio corriente.
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Conclusión
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Bibliografía
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Relación de autores
Isaac Caro
Licenciado en Sociología, Pontificia Universidad Católica de Chi-
le. Magíster en Estudios Sociales y Políticos, Universidad Alberto
Hurtado (ILADES). Doctor en Estudios Americanos, Universidad
de Santiago. Académico del Departamento de Ciencia Política y
Relaciones Internacionales de la Universidad Alberto Hurtado.
Armando Di Filippo
Licenciado en Economía, Universidad Nacional del Litoral (Argenti-
na). Magíster en Ciencias Económicas (ESCOLATINA), Universidad
de Chile. Ex funcionario de CEPAL. Académico del Departamento
de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad
Alberto Hurtado y del Instituto de Estudios Internacionales de la
Universidad de Chile.
Shirley Götz
Licenciada en Educación, Universidad de Concepción. Licenciada
en Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile. Ma-
gíster en Ciencia Política mención en Relaciones Internacionales,
Pontificia Universidad Católica de Chile. Doctoranda en Estudios
Americanos mención Estudios Internacionales, Universidad de San-
tiago. Académica del Departamento de Ciencia Política y Relaciones
Internacionales de la Universidad Alberto Hurtado.
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Cristina Lazo
Licenciada en Ciencias Económicas, Universidad de París I - Panteón
Sorbonne (Francia). Magíster en Economía, Especialidad Economía
Europea, Desarrollo y Relaciones Internacionales, Universidad de
París I - Panteón Sorbonne (Francia). Doctora en Ciencias Econó-
micas, Universidad de París X - Nanterre (Francia). Ex Directora
Ejecutiva de la Agencia de Cooperación Internacional de Chile.
Académica del Departamento de Ciencia Política y Relaciones
Internacionales de la Universidad Alberto Hurtado.
Mónica Salomón
Licenciada en Lingüística, Universidad de la República Oriental
del Uruguay. Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, Uni-
versidad Autónoma de Barcelona (España). Maestría en Análisis
Político, Universidad Autónoma de Barcelona (España). Doctora
en Ciencia Política y de la Administración, Universidad Autónoma
de Barcelona (España). Postdoctorado en la Universidad Federal
de Rio Grande do Sul (Brasil). Académica del Departamento de
Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Federal
de Santa Catarina (Brasil).
314
Este libro se terminó de imprimir
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Santiago de Chile, abril de 2013
Se utilizó tecnología de última generación que reduce
el impacto medioambiental, pues ocupa estrictamente el
papel necesario para su producción, y se aplicaron altos
estándares para la gestión y reciclaje de desechos en
toda la cadena de producción.
Daniel Bello (Editor)
MANUAL DE RELACIONES
INTERNACIONALES
Herramientas para la comprensión de la disciplina