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TEMA 7
NOVEDAD ABSOLUTA EN EN LA PLENITUD DE LA REVELACION
CARACTERISTICAS INESPERADAS DE DIOS: PADRE-HIJO
* Debemos preguntarnos: que Dios se nos revela en Jesús ¿significa que Jesús
nos ofrece verbalmente datos sobre Dios? ¿En qué sentido nos "informa" Jesús
sobre Dios? O ¿podemos decir que Jesús es la revelación de Dios? En último
término ¿qué revela Dios de sí mismo en Jesús?
* Pero si digo: "Dios es Jesús", hay un sujeto que no conozco y pretendo conocer
“Dios” y le aplico un predicado cuyo contenido sí conozco “Jesús”. Así logro
descubrir quién es Dios, en términos de la revelación cristiana.
13, 19 «Les digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean
que Yo Soy.
Nota a 8, 24: “Yo soy” es el nombre divino revelado a Moisés, Ex 3, 14, y significa que
el Dios de Israel es el único y verdadero Dios, Dt 32, 29. Aplicándose este nombre,
Jesús se coloca como el único Salvador hacia al cual tendían toda la fe y la esperanza
de Israel.
Nota 8, 28: La fórmula “sabrán que Yo soy” o “que yo soy Yahvéh” afirma el poder divino
o anuncia una fulgurante intervención de Yahvéh (…) Aquí se anuncia la glorificación de
Jesús por su “elevación” en la cruz.
* Véase el himno de Filipenses 2, 6-11: 5 Tengan entre ustedes los mismos sentimientos
que Cristo: 6 El cual, siendo de condición divina, no reivindicó su derecho a ser tratado
igual a Dios, 7 sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo.
Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre, 8 se rebajó a
sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. 9 Por eso Dios
lo exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. 10 Para que al nombre de
Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, 11 y toda lengua
confiese que Cristo Jesús es el SEÑOR para gloria de Dios Padre.
Nota a Fil 2, 9b: Este Nombre es el de “Señor”: es decir el nombre divino inefable que,
en el triunfo de Cristo resucitado, se expresa mediante el título de “Señor”.
Aquí se afirma que a Jesús le otorgó Dios "el Nombre que está sobre todo
nombre". Este "Nombre" le corresponde en propiedad. En Israel el nombre
equivale a la realidad de la persona.
* En estos textos se aplica a Jesús el nombre propio y exclusivo del Dios del
Antiguo Testamento. ¿Qué significa esta identificación que la comunidad post-
pascual hace entre Yahvéh y Jesús?
* La comunidad primitiva toma los tres nombres típicos, exclusivos del Dios del
Antiguo Testamento, sinónimos de Yahvéh, y se los aplica a Jesús. Estos
nombres son:
+ "el Señor" (Adon), el dueño y dominador de todo porque todo proviene de Él.
* Así el himno cristiano del Gloria: "porque sólo tú eres el Santo, tú sólo eres
el Señor, tú sólo eres el Altísimo, Jesucristo".
Nota a Mc 12, 61: Calificativo que sustituye el nombre de Yahvéh, que los judíos
evitaban pronunciar. De igual modo “el Poder” en el v. 62.
Mt 26, 63 Pero Jesús callaba. El Sumo Sacerdote le dijo: «Te conjuro por Dios vivo que
nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.» 64 Respondió Jesús: «Tú lo has dicho.
Pero les digo que a partir de ahora verán al Hijo del hombre sentado a la diestra del
Poder y viniendo sobre las nubes del cielo.»
* Por otra parte, todos los textos del Nuevo Testamento, a excepción de 6,
cuando utilizan la palabra "Dios", propiamente se están refiriendo al "Padre".
Este hallazgo nos autoriza, pues, a afirmar: cuando el Nuevo Testamento habla
de o Theos significa –con excepción de los seis pasajes citados- al Padre como
primera persona trinitaria. O Theos significa al Padre, y no sólo supone por él,
ya que el empleo supositivo continuo, y prácticamente exclusivo, de una palabra
prueba que tal palabra significa también la realidad por la que supone, sobre todo
si aparece como sujeto de dicha realidad, y no sólo como predicado. Las pocas
excepciones en el empleo de Theos, cuya forma lingüística misma muestra que
son excepciones, no autorizan a afirmar que, en el uso lingüístico del Nuevo
Testamento, o Theos signifique a la Trinidad en la unidad de su naturaleza
individual, y que por ello suponga de igual manera por las tres personas divinas
tomadas individualmente.
Es decir: cada vez que aparece la palabra "Dios" deberíamos leer "Dios-Padre".
Con esto evitaríamos interpretaciones erróneas en la comprensión del Nuevo
Testamento.
* En el Nuevo Testamento Jesús es "el Hijo". Es decir: es el Hijo del Padre. Eso
significa ser Hijo. Dicho más exactamente: Jesús es Dios-Hijo. Así como se
afirma que el Padre es Dios-Padre.
* Por eso al comienzo de la carta a los Hebreos, se dice también que Dios nos
"habló en el Hijo". Jesús es la Palabra humana que Dios-Padre nos dirige. Dios-
Padre nos habla humanamente en Dios-Palabra, Jesús; y Jesús es el mismo
Dios-Palabra dirigida a nosotros en términos humanos.
* Pablo en 1Cor 1,24 llama a Jesús "Sabiduría" de Dios: significa que Dios
"sabe". En Dios sucede el fenómeno de "saber", de "conocer". Entonces Dios se
conoce y le resulta un conocimiento de sí mismo; Dios se sabe y le resulta un
saber, una sabiduría de sí mismo. Dios es Dios-cognoscente y Dios-conocido,
Dios-sapiente y Dios-sabido o Dios-sabiduría. La sabiduría de Dios es todo lo
que sabe de sí mismo. El conocimiento de Dios es todo lo que conoce de sí
mismo. La sabiduría de Dios es todo Dios en cuanto expresión de su
conocimiento. Es su conocimiento expresado.
Esto tiene el mismo significado de imagen. Se trata de que Dios como gloria
(kabod) se refleja o posee un resplandor. Y la esencia de Dios es un original y
una impronta o imagen. Dios-que-se-refleja es el Padre. El Hijo es Dios-
resplandor o Dios-reflejo del Padre. Dios-Padre es la esencia que se reproduce.
El Hijo es la misma esencia reproducida o impronta de la esencia. Jesús es el
resplandor de Dios, humanado. Jesús es la esencia de Dios reproducida y
humanada. O es la encarnación de la impronta de la esencia de Dios.
* En Col 1,19 dice Pablo: 19 pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la
Plenitud. Significa esto que la Plenitud que constituye a la Divinidad es
comunicada de Padre a Hijo. Hay, pues, una Dios-Plenitud originante y una Dios-
Plenitud originada. En el Hijo reside toda la Plenitud lo mismo que en el Padre.
De allí se siguen todas las consecuencias para el mundo y para la humanidad,
que Pablo presenta en el himno de Colosenses. Por eso Jesús es el Principio, el
Primogénito de toda la creación. Por eso todas las cosas fueron creadas en él,
por él y para él.
* "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). El Hijo es el camino del Padre
hacia nosotros y de nosotros al Padre. También es "la puerta" del Padre hacia
nosotros y de nosotros al Padre. El Hijo es la salida del Padre y por eso la
creación (salida del Padre) ocurre en el Hijo y por el Hijo.
* "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices 'muéstranos al Padre'. No
crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí?" (Jn 14-10). El Hijo es idéntico
al Padre porque precisamente es el Padre comunicado, entregado, expresado,
salido. El que ve la expresión, la comunicación, la Palabra, la salida del Padre,
lógicamente ve al Padre que se comunica, se entrega, se expresa. Porque en la
expresión está el que se expresa, en la comunicación está el que se comunica,
en la Palabra está quien la pronuncia, en la salida está el que sale. Jesús es
Dios-Hijo humanado. En él está Dios-Padre. Por eso quien ve a Dios-Hijo ve a
Dios-Padre.
* Jesús es el enviado del Padre (Jn 17,3.8; ver Mt 10,40 y paralelos). 3 Ésta es la
vida eterna: que te conozcan a ti el único Dios verdadero, y al que tú has enviado,
Jesucristo. 4 Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me
encomendaste realizar. 5 Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía
a tu lado antes que el mundo existiese. 6 He manifestado tu Nombre. a los hombres que
tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han
guardado tu palabra. 7 Ahora ya saben que procede de ti todo lo que me has dado; 8
porque las palabras que tú me diste se las he transmitido a ellos, y ellos las han aceptado
y han reconocido en verdad que vengo de tu parte, y han creído que tú me has enviado
a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has
dado; y han guardado tu palabra. 7 Ahora ya saben que procede de ti todo lo que me
has dado; 8 porque las palabras que tú me diste se las he transmitido a ellos, y ellos las
han aceptado y han reconocido en verdad que vengo de tu parte, y han creído que tú
me has enviado.
El Hijo, conocimiento del Padre y sabiduría suya (lo que Dios conoce de sí
mismo), es el único que conoce la realidad del Padre. Cuando el Hijo se hace
humano, comunica o narra lo que conoce. Pero no es una narración verbal. Sino
que, al conocerlo a él, se conoce al Padre. Y de esta manera vital, existencial,
nosotros recibimos en el Hijo humanado la mejor, la más perfecta, la plena y total
"narración" de lo que es el Padre.
* "Todo lo mío es tuyo y lo tuyo mío" (Jn 17,10). Toda la realidad de Dios-Padre
es propiedad de Dios-Hijo. Por eso Dios-el-Padre y Dios-el-Hijo son uno (Jn
17,22). Por eso, quien recibe a Jesús, recibe al Padre (Mt 10,40). Sólo hay una
realidad que no es común a los dos: el Padre no es el Hijo y el Hijo no es el
Padre. Porque no es lo mismo ser Padre que ser Hijo.
* A partir de los textos del Nuevo Testamento, esto es, a partir de la fe pascual
propia de los primeros cristianos y nuestra, no es posible pensar a Jesús como
un sujeto diferente de Dios. Jesús es Dios-Hijo encarnado, humanado. De esta
afirmación fundamental de nuestra fe se siguen otras afirmaciones no menos
fundamentales:
* Por eso: Jesús no es un simple sujeto humano que tiene un Dios. Si así fuera,
negaríamos la divinidad de Jesús. Por eso Jesús no tiene "fe en Dios", porque
esto supondría que Jesús es un sujeto distinto de Dios. Por eso Jesús no ora a
Dios, sino que Jesús ora a su Padre o se comunica con él.
* Pero hay que tener en cuenta que los Apóstoles y los discípulos lo que
conocieron fue un ser humano idéntico a nosotros en todo. La experiencia
pascual de la resurrección y del Espíritu Santo les permitió captar, entender que
ese Jesús humano que había convivido con ellos, era Dios-Hijo humanado. Los
Evangelios incluyendo el Evangelio paulino, no inventan datos históricos, pero sí
transfieren al Jesús histórico su comprensión de fe sobre el sujeto Jesús y lo
perciben entonces como el Cristo, Dios-Hijo humanado, y así los describen como
si esta realidad que sólo fue posible después de la experiencia pascual y del
Espíritu Santo, hubiera sucedido históricamente en vida de Jesús. Los
Evangelios no son una videograbación del Jesús histórico sino un testimonio de
fe pascual y pneumática referida al Jesús histórico.
Como hay quienes piensan que al aplicar la exégesis se está afirmando que lo
que narran los Evangelios son inventos posteriores a la existencia histórica del
Señor Jesús, el Concilio ratifica el valor histórico de lo narrado en los Evangelios
debido a que sus fuentes son precisamente los testimonios de los Apóstoles que
fueron testigos presenciales de hechos y palabras del Señor Jesús. Esto ayuda
a percibir que se reconoce el carácter histórico de lo que se narra, aunque es
obvio que las narraciones están impregnadas de la fe de los predicadores y de
quienes las compilaron, por lo que la exégesis indicará que lo narrado tiene base
histórica, pero es ante todo un testimonio de fe de los seguidores del Señor
Jesús. Histórico en este caso no significa videograbación de lo ocurrido sino
comprensión desde la fe, de la persona del Señor Jesús y de los acontecimientos
por Él vividos, presentación de hechos históricos pero interpretados con una
comprensión o inteligencia especial de esos hechos, es decir por la fe infundida
por el Espíritu Santo: “La Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído
y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar,
comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo
y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al
cielo. Los Apóstoles, ciertamente, después de la ascensión del Señor, predicaron
a sus oyentes lo que Él había dicho y obrado, con aquella crecida inteligencia de
que ellos gozaban, amaestrados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y
por la luz del Espíritu de verdad”. (DV 19).
A veces sucede que ni siquiera se acude a las introducciones y notas que con
tanto esfuerzo los exegetas y los teólogos han aportado a las traducciones de la
Biblia que se utilizan corrientemente en la comunidad cristiana, aunque el
Concilio insistió en que estos fueran los textos que se utilizaran para el servicio
del anuncio de la Palabra de Dios en todas sus formas: “Incumbe a los prelados,
‘en quienes está la doctrina apostólica, instruir oportunamente a los fieles a ellos
confiados, para que usen rectamente los libros sagrados, sobre todo el Nuevo
Testamento, y especialmente los Evangelios por medio de traducciones de los
sagrados textos, que estén provistas de las explicaciones necesarias y
suficientes para que los hijos de la Iglesia se familiaricen sin peligro y
provechosamente con las Sagradas Escrituras y se penetren de su espíritu’”. (DV
25).
- ¿Qué efectos ha tenido la presentación de Dios que hemos hecho hasta ahora?
¿En qué nos hemos diferenciado del Judaismo o de otras religiones o de una
presentación filosófica de Dios?
- ¿En qué podría afectar a nuestro pueblo en términos sociales una experiencia de
Dios como Dios-Padre y Dios-Hijo, y éste, humanado? ¿Cómo podría ser afectado
nuestro cristianismo si admitiéramos la revelación del Nuevo Testamento sobre
Dios como lo dispone el Concilio en la Dei Verbum?