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Año 1 Número: 35
sus pies, y postrado le decía:
Tono: 2
“Ten paciencia conmigo,
01 de Septiembre de 2019 que todo te lo pagaré.”
Movido por la compasión el
11º Domingo después de Pentecostés
Sinaxario: señor de aquel siervo, le
Santo mártir Andrés el dejó en libertad y le
Estratega perdonó la deuda.
Santo hieromártir
Eutiquio;Santa mártir Cira
06
Pbro. Esteban Díaz. Telf.: (5) 3034772; 310- 2087384.- Calle 99 Nro. 47-38. Apto. 3-B. Edificio Loorissa. Barrio
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Tropario de la Resurrección, Tono II: Cuando descendiste a la muerte, Vida inmortal, diste muerte al
Hades con el relámpago de Tu divinidad, y cuando resucitaste a los muertos de los infiernos, todas las
potestades de los cielos gritaron: ¡Dador de Vida, Cristo Dios nuestro, gloria a Ti!
Tropario del Templo (San Basilio de Ostrog) Tono IV: Desde tu juventud te has entregado por completo al
Señor, permaneciendo en oración, esfuerzos y ayunos, ¡oh, padre teóforo! Has sido para tu rebaño
imagen de virtudes. Por esto, viendo Dios tu bendita disposición, te coloca como pastor y buen obispo
de su Iglesia. Y luego de tu dormición, conservó incorrupto tu santo cuerpo, ¡oh, San Basilio! Por eso,
teniendo cercanía a Cristo Dios, ruega que salve nuestras almas.
Contaquio de la Resurrección, Tono II: Oh Salvador Todopoderoso, resucitaste del sepulcro, y el Hades
se pasmó al ver el milagro, y los muertos se levantaron, y la creación viéndote comparte Tu alegría, y
Adán se gloria contigo, y el mundo Te canta eternamente, oh mi Salvador.
Contaquio de la Theotokos, Tono VI: Oh Protección de cristianos sin deshonra, * oh inalterable Mediación
ante el Creador, * no desprecies las voces de súplicas pecaminosas, * mas adelántate, oh Bondadosa, *
al socorro de nosotros que fielmente Te clamamos: * Apresúrate a la intercesión * y date prisa a la
súplica, * Tú que siempre proteges, oh Theotokos, a los que Te honran.
y beber? ¿No tenemos derecho a llevar con nosotros Dijo el Señor a sus discípulos: «El Reino de los cielos es semejante a
una mujer como hermana, al igual que los demás un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajus-
apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas? ¿Acaso tarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. Como
únicamente Bernabé y yo estamos privados del no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su
derecho de no trabajar? ¿Quién ha militado alguna mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces
vez a costa propia? ¿Quién planta una viña y no el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: “Ten paciencia
come de sus frutos? ¿Quién apacienta un rebaño y no conmigo, que todo te lo pagaré.” Movido a compasión el señor
se alimenta de la leche del rebaño? ¿Hablo acaso de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda. Al salir
al modo humano o no lo dice también la Ley? Porque de allí, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le
debía cien denarios; lo agarró y, ahogándolo, le decía: “Paga lo
está escrito en la Ley de Moisés: «No pondrás bozal al
que debes.” Su compañero, cayendo a sus pies le suplicaba: “Ten
buey que trilla.» ¿Es que se preocupa Dios de los
paciencia conmigo que ya te pagaré.” Pero él no quiso, sino que
bueyes? O bien, ¿no lo dice expresamente por
fue y lo echó en la cárcel hasta que pagase lo que debía. Al ver
nosotros? Por nosotros ciertamente se escribió, pues el
sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a
que ara, en esperanza debe arar; y el que trilla, lo
contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le mandó
hace con la esperanza de recibir su parte. Si en
llamar y le dijo: “Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella
ustedes hemos sembrado lo espiritual, ¿es gran cosa deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compade-
que segaremos de ustedes lo material? Si otros certe de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí
participan de este derecho sobre ustedes, ¿cuánto de ti?” Y encolerizado su señor, lo entregó a los verdugos hasta
más nosotros? Sin embargo, nunca hemos hecho uso que pagase todo lo que debía. Esto mismo hará con ustedes mi
de este derecho. Al contrario, todo lo soportamos Padre celestial, si no perdonan de corazón cada uno a su hemano
para no crear obstáculo alguno al Evangelio de
Gloria a tí Señor, Gloria a ti…
Cristo .
Era Andrés natural de Siria. Entró soldado bajo Numeriano y Carino, y reinando Maximiano ascendió en la
carrera militar mediante su valor y fidelidad, llegando a ser “Stratelates”, o sea, Comandante de ejércitos. En
algún momento había entrado en contacto con el cristianismo, y aunque no era bautizado, creía en la
existencia de un Dios único, lo cual no es extraño, pues los dioses paganos no satisfacían la necesidad de
Dios que tenían los pueblos, Entró en la Antioquía liberada con gloria y siendo aclamado por el pueblo y la
legión. Pero algunos militares envidiosos le acusaron de ser un cristiano, por aquello de creer en un solo Dios.
El gobernador Antíoco mandó encarcelarlo, luego fue llamado a juicio, y declaró su fe en Cristo por lo que
fue torturado en una plancha de cobre al rojo vivo, pero tan pronto como invocó al Señor, la plancha se
enfrió. Varios de sus soldados fueron crucificados en los árboles, pero ni uno solo renunció a Cristo. Antíoco
no se atrevió a condenarle a muerte, por lo que escribió a Maximiano pidiendo consejo. Este era consciente de la valía de su
General, y la admiración de la que gozaba, mandó lo liberaran y a la par “recomendó” a Antíoco hallara una razón mejor
que las creencias de Andrés para juzgar a tan valeroso militar. Que buscara un pretexto, Entretanto, ya liberados, Andrés y los
2593 soldados se dirigieron a Tarso, donde se instruyeron, confesaron a Cristo y fueron bautizados por los obispos Pedro y
Nonoso. Sabiendo que ahora sí que sus vidas peligraban se adentraron en las regiones de Taxanata. Antíoco escribió una
carta a Seleuco, gobernador de la región de Cilicia, ordenándole que apresara a Andrés y todos sus soldados y los matara
por desertores. La legión enviada por Seleuco los halló en un barranco del Monte Tauros mientras estaban en oración, y allí
mismo los degollaron, y luego los trocearon. Los mártires se dejaron sacrificar mansamente por Cristo, y las únicas palabras que
se oían eran alabanzas al Señor y las exhortaciones de Andrés. Los cuerpos fueron abandonados allí, pero ya de noche,
Pedro, Nonoso y sus fieles los enterraron allí mismo, señalando el sitio. Se mantuvo su memoria, sobre todo porque en el sitio
donde tanta sangre fue derramada, brotó una fuente cuyas aguas milagrosas sanaban a cualquiera que se acercase con fe,
el primero de ellos fue un clérigo que era atormentado por los demonios. Llegada la paz de Constantino, los cristianos elevaron
en el mismo sitio del martirio y sobre las reliquias, una basílica.