Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Todo se remonta a Karl Ernst von Baer el año 1820, el cual a partir de su detallado
estudio comparativo entre distintos embriones vertebrados, derivó cuatro
generalizaciones conocidas también como “Las leyes de von Baer”.
Darwin vio que los parecidos embrionarios podrían constituir un argumento muy fuerte
a favor de las relaciones genéticas entre los diferentes grupos. Darwin creía que las
relaciones entre los grupos podían ser descubiertas a partir de encontrar formas
embrionarias o larvales comunes.
Además, Darwin observó que los organismos embrionarios a veces generan estructuras
que son inapropiadas respecto su forma adulta, pero que nos muestran sus relaciones
con otros animales. Por ejemplo, indicó la existencia de ojos en los embriones de topo,
pelvis en los embriones de serpiente y dientes en los embriones de ballenas barbudas.
Darwin también sostuvo que las adaptaciones que se alejan del prototipo de la especie
y permiten a un organismo sobrevivir en un ambiente específico (principios de la teoría
de la selección natural), se desarrollan en el embrión. Observó que las diferencias entre
especies dentro de un mismo género son más apreciables cuando persisten a medida
que el individuo se desarrolla, tal como se predijo en la leyes de von Baer. Debido a
esto, Darwin estableció dos maneras de entender un nuevo concepto: una, resaltar las
similitudes embrionarias entre diversas especies debido a un origen común, y la otra,
destacar las modificaciones que muestran como el desarrollo es alterado para producir
estructuras que permitirán a cada especie vivir en unas determinadas condiciones u
otras, y adaptarse a ellas. Esta es la teoría de Darwin conocida como “Origen con
modificación”.
Un siglo después de las teorías de Darwin, durante el siglo XX, la biología del desarrollo
vuelve a la biología evolutiva creando una nueva disciplina, la biología del desarrollo
evolutiva (evo-devo). Es un nuevo modelo de evolución que integra la genética para
explicar la diversidad de la vida sobre la tierra. Su principio fundamental es que la
evolución está causada por cambios heredables.
La función principal de los genes homeóticos es conferir a las células identidad espacial
o posicional en el cuerpo, determinando la identidad de los segmentos individuales del
embrión en sus etapas iniciales. En otras palabras, estos genes indican a la célula si
forma parte de la cabeza, el tórax o el abdomen del individuo.
Aunque inicialmente se descubrieron en Drosophila melanogaster, los genes
homeóticos se han identificado en la mayoría de los seres vivos, y las mutaciones
que afectan estos genes son responsables de la aparición de alteraciones en el
desarrollo corporal.
Un subgrupo específico son los genes Hox, Genes Hox presentes en la mosca
encontrados en organismos animales. Estos Drosophila y en el embrión humano
genes son homólogos en las diferentes
especies existentes y además están colocados siempre en el mismo orden dentro el
cromosoma. Por ejemplo, la proteína que actúa en la formación del ojo, es la misma en
vertebrados y en invertebrados, por lo que esta codificada por el mismo gen. Otro gen
en común es el gen tinman, que participa en la formación del corazón, u otro grupo de
genes compartidos que dirigen la formación de la cabeza.
Los resultados de los estudios concluían que el reino animal se puede dividir en
Esponjas, Nidarios, Tenóforos, y Bilaterios (con endodermo, ectodermo, mesodermo y
simetría bilateral). A su vez los Bilaterios se dividen en dos grupos: los Protostomos
(invertebrados) y los Deuterostomos (equinodermos y cordados).
BIBLIOGRAFIA
http://www.pucmmsti.edu.do/websise/estudiante/materias/201120122/ST-BIO-
112-T-006/06.1%20GENETICA%20DEL%20DESARROLLO%20EMBRIONARIO.pdf
https://amglez.webs.ull.es/Genes%20Hox.pdf