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Es claro que los resultados del neoliberalismo, como forma de desarrollo que
acentuó el capitalismo en las últimas décadas, son un completo fracaso en las
perspectivas del progreso social; hoy miles de millones de personas en todo el
mundo sufren las angustias de la miseria, el desempleo, las hambrunas y la
violencia que estas condiciones de vida generan. Vale recordar al premio Nobel de
Economía Joseph Stiglitz cuando afirma: “lo que preocupa es que a globalización
está produciendo países ricos con población pobre” 1
1
STIGLITZ JOSEPH. CAIDA LIBRE. ED. TAURUS. 2010
2
VEGA CANTOR RENAN, EL CAPITALOCENO, ED. Teoría y Praxis. Bogotá 2019, pág. 17
Todos los días somos testigos pasivos del derretimiento de extensos glaciares, de
la extinción de especies animales y vegetales, y de algo que para nuestro sentido
común parecería inverosímil, la destrucción adrede, por fuego, de millones de
hectáreas de bosques y selvas como lo ocurrido en la Amazonía, orientadas por
dirigentes políticos que nunca entenderán que la vida misma es más importante
que sus proyectos empresariales, algo innato al desarrollo del capitalismo desde
sus orígenes, que jamás se detendrá en su afán infinito de acumulación a costa de
la explotación de los trabajadores y de la degradación de la naturaleza, como lo
evidencian los análisis históricos que desde posiciones críticas al capital se vienen
produciendo desde hace 170 años3.
La construcción de ese nuevo sentido común que lleva a los pueblos a elegir a sus
peores verdugos se realiza con técnicas similares en todo el mundo: se continúa
apelando al miedo y al odio, como sentimientos primarios, aprovechando la
desinformación, el analfabetismo funcional de grandes sectores de la población,
para ello cuentan con el dominio de los principales medios de comunicación,
tienen como aliadas cientos de agrupaciones religiosas, que en nombre de sus
dioses y doctrinas rechazan cualquier propuesta que desde las organizaciones de
derecha se señale como perversa, como atentatoria contra normas de una
moralidad judeo cristiana, caracterizada por excluir grupos sociales y personas
que no admiten sus cerrados conceptos de familia, desarrollo sexual y en general
visión de vida; está de moda en muchas empresas contratar conferencistas
llamados coachin, que con un discurso ameno, lleno de anécdotas y casi igual en
todos ellos, exaltan el individualismo a partir de generar el sentimiento de culpa
por la incapacidad personal para lograr el progreso y el limitado concepto de
felicidad.
3
Marx Carl. Engels Friederich. Manifiesto del Partido Comunista.
muchas conciencias el trabajo ya está hecho para aceptar sus discursos, ejemplos
de ello son la cantidad de votos que obtuvieron Jair Bolsonaro en el Brasil e Iván
Duque en Colombia, representantes del sector financiero internacional con
posiciones ideológicas de indiscutible tendencia fascista. Recordemos los
discursos en los que Duque decía que trabajaría por una “educación
desideologizada” en las universidades públicas.
Es claro, una vez más, que la derecha colombiana si combina todas las formas de
lucha, desde las que les brinda la legalidad creada bajo su clasista concepto de
estado social de derecho hasta las más bellacas y terroristas, como quedó claro
en el vergonzoso episodio de las fotos de Juan Guaidó con una de las peores
bandas narco terroristas y criminales, como son los llamados rastrojos, banda
involucrada en amenazas, desaparición y asesinato de líderes sociales
colombianos, los hechos conocidos no dejan dudas del conocimiento que el
gobierno de Iván Duque debió tener para facilitar el ingreso ilegal del mequetrefe
golpista venezolano. Hecho que desde los puestos de poder obedientes al capital
norteamericano se trata de minimizar y hasta justificar, como lo hemos visto en las
torpes declaraciones de Iván Duque y sus copartidarios. Este episodio, así como
el de los crímenes de estado, mal llamados falsos positivos, y tantos otros donde
las instituciones colombianas aparecen comprometidas con organizaciones
delictivas, demuestran que nuestra nación está lejos de ser una democracia
liberal, como se empeñan en denominar los sectores explotadores que gobiernan
a Colombia desde hace ya 200 años.
Hoy está demostrado que los aliados de Duque para su triunfo sobre el candidato
de La Colombia Humana fueron las estrategias rastreras de apelar al odio y al
miedo de grandes franjas de la población, tampoco se descarta el fraude directo
en la Registraduría Nacional de Estado Civil, tesis que toma fuerza ante la
negativa del Registrador para someter a pruebas el software empleado en el
conteo de votos.