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¿Qué es una Visión?

(Proverbios 29: 18)= Sin profecía, el pueblo se desenfrena; más el que guarda la ley es
bienaventurado

Mas de una vez hemos pensado y hablado que sin visión las personas sufren . Hoy en dia lo
vemos con nuestro vivir no tenemos claro lo que queremos hacer . Perdemos el verdadero
enfoque del propósito que Dios puso en nuestras vidas por que estamos cegados ante la
revelación del espíritu.

En si que es la vision :

¿Qué es visión? Es la revelación del desarrollo perpetuo que Dios quiere cumplir a través del
llamado de la persona enviada. Sin eso, entonces, el pueblo pierde enfoque, fuerza, forma, estructura
y la iglesia no tiene dimensión, sólo es una masa informe de gente que se reúne para que cada uno
haga cosas que tienen que ver con sus intereses.
Visión es el desarrollo terrenal de los propósitos eternos que existen en el mundo del espíritu de su
vida. Cuando Dios lo llama, es porque tiene un propósito eterno muy claro para fundamentar ese
llamado. Y es para usted y es intransferible, a menos que usted lo rechace. Él quiere que usted haga
ciertas cosas en la tierra. Visión es la habilidad de que el llamado pueda entender eso. Pero, si no
tiene un llamado, no hay nada que entender.
Visión es el desarrollo terrenal de los propósitos eternos que existen en el mundo del espíritu, su
destino profético. Esto es previamente pre-determinado por Dios antes de la fundación del mundo.
Es decir: hay un libro de su vida, escrito. Visión es ir viendo las páginas de ese libro junto con Dios.
Pero, si no está llamado, usted no tiene libro alguno, así que no tiene nada para ver, por mejor
intencionado que sea.
Entonces, el problema es que cuando no hay un libro de la persona que conduce, que ministra, que
pastorea, que lidera, nos tenemos que inventar las mil y una, porque no hay nada escrito. Y de allí es
de donde vienen todos esos proyectos que nos succionan toda la vida y que hacen avanzar a una
congregación hacia ninguna parte.
A veces le pueden preguntar: ¿Usted no tiene actividad? – Estoy ocupado, construyendo. –
¿Construyendo qué? – Gente… – Cuando hay algo que hacer, la gente anda ocupada. La visión es lo
que ocupa a la gente y, cuando la gente entiende la visión, comienzan a manifestar los recursos
humanos que tiene.
Para que usted pueda desarrollar al máximo su visión, tiene que estar debajo de un hombre que tenga
visión. Si no, nunca la manifiesta. Visión es el desarrollo terrenal de su destino profético o los
propósitos eternos del espíritu en su vida. Eso es más viejo que la tierra. 2 Timoteo 1:9 dice que fue
predeterminado y fijado desde antes de la fundación de los tiempos. Lo que estamos construyendo en
este tiempo, es más viejo que Satanás. Por eso es que no tengo que mapear ninguna ciudad para
saber adónde anda él. Él no puede entrar en lo que yo estoy construyendo porque es más grande que
el. Pero si tiene un llamado y una visión, busca la estrategia de lo que está escrito en la Biblia y,
como está escrito, ya es; y lo manifiesta, y donde ponga eso, el diablo se tiene que ir. No digo que no
le haga la guerra, le digo que no puede entrar. Cuando usted descubre el propósito de Dios, se lo
impone al enemigo; esa es la estrategia correcta.
Por eso Romanos 12:1-3 dice que tenemos que renovar, reformar nuestra mente de acuerdo al
entendimiento, para poder entender lo que Dios quiere; para poder entender la voluntad de Dios. Una
vez que la entiende, la deja caer en la tierra y todo demonio se tiene que ir. Una visión, entonces, se
ajusta y es cambiante de acuerdo con la madurez y el nivel que trae.
Cómo interpreta la visión usted depende de la luz del entendimiento que usted tiene. Si va a un lugar
donde hay gran opresión espiritual, es probable que empiece a batallar, reprender y zapatear lo que le
oprime. Se queda exhausto, pero convencido que usted es muy espiritual porque pudo percibir cosas
que los demás no perciben. Ahora, maduro, se da cuenta que cuando llega a un lugar así, lo único
que tiene que hacer es decir, pensar y creer: llegué. Lo otro es de Dios, pero es para que uno se
convenza que puede. La visión es fija, pero cambia de acuerdo con el nivel de madurez que trae.
Reformar la mente para que pueda entender cuál es la voluntad buena, agradable y perfecta de Dios
para su vida. Es decir que hay diferentes grados y niveles de entendimiento de la voluntad de Dios.
Es agradable cuando usted es inmaduro. Después está buena cuando va creciendo. Pero luego llega
lo perfecto.
Su posición es la que determina su visión. Si tiene sus ojos puestos en lo de acá, no puede tener una
visión clara de lo de allá. Que hoy la visión determina que se tenga que hacer tal o cual cosa, no es
obstáculo para que mañana, la misma visión, disponga que se tiene que hacer otra cosa. Una visión
es móvil, progresiva, siempre se está mudando; si no lo hace, no es visión, es ambición de alguien.
Construir templos, edificios, proyectos, eso no es visión. Eso es quizás una estrategia o quizás una
ambición personal, pero visión no es. Visión es la habilidad de ver en el mundo del Espíritu, el
destino profético de algo.
Es imperativo ser llamado. En el llamado están los recursos para operar la visión. Esos mismos
recursos atraen a la gente que está identificada con este llamado. Esto funciona donde quiera que se
introduzca.
Así que no nos importa adonde está el diablo. Si usted quiere saber dónde está el diablo, yo se lo
puedo decir desde ahora: está en la tierra. ¿En qué estatura está? En todas. ¿Cuándo comenzó? Desde
siempre. ¿Cuándo se va? Al final. ¿Y entre tanto? En medio del diablo, igualmente hay que
construir.
Llevamos gritando veinte años y las estatuas siguen endemoniadas. Marchas, pactos, toma de
ciudades y la ciudad está cada vez peor. Así que no nos importa donde está el diablo, lo que nos
importa es que quiere Dios. Cuando encontramos qué quiere Dios, le damos en la cabeza al diablo
con eso. El llamado, es un ámbito superior al demonio. Se llama Dios. Recuerde que Satanás no es
enemigo de dios, es enemigo suyo. Satanás es creación de Dios, por lo tanto, le guste o no, se le
sujeta.
Moisés fue a Egipto a liberar a la gente del Faraón. Se puso a buscar, a ver en qué estatua andaba.
Después fue y dijo: mira diablo, esto es lo que quiere Dios. Y se acabó. Se llevó la gente. Aquel
pataleó, relinchó, hizo de todo, pero él se llevó la gente. Nunca ató, reprendió ni hizo nada de eso.
Simplemente se llevó la gente. Cuando usted entiende la autoridad del creyente, entonces es cuando
el mundo del espíritu comienza a respetarlo.
El intento de Satanás, con toda esta estrategia, en la iglesia, es que usted esté tan atrapado por
perseguirlo a él, que cuando usted venga a ministrar lo que Dios quiere, lo hagas fuera del Kairos de
Dios. Porque las cosas de Dios se hacen cuando Dios las necesita hacer. Eso es lo que en términos
bélicos se califica como “maniobra de distracción”.
Lo que la gente no entiende es como alguien se puede perder en el llamado de otro sin perder
singularidad. Ahí es donde la gente tiene temor a someterse porque cree que uno se va a tragar al
otro. Pero cuando los espíritus están correctos, no hay clones, hay singularidad. Es decir: se lidera el
destino de la vida, y no la vida.
Así que la iglesia es como un negocio, sólo que tiene una dimensión diferente. Toda la fuerza
proviene del mundo del Espíritu, no del humanismo, pero es una empresa. La empresa de Dios en la
tierra, no algo frívolo que la gente viene a visitar. Alguien decía que es como si tuviéramos que
volver a hacer todo lo que dejamos de hacer antes. Sí; lo que pasa es que creíamos que estábamos
organizados, pero en realidad estábamos cristalizados. Denominación es organización cristalizada
con motivos perversos, que no garantizan una estructura viable para la unción de Dios.
La segunda parte de lo que es una visión, es: ¿Quién quiere ser Cristo en usted? No solamente qué
quiere Cristo que usted haga, sino qué quiere que usted sea. En cada ministerio Cristo se manifiesta
de una forma diferente. ¿Qué es lo que identifica su tribu? Usted no puede identificar con precisión
lo que es una visión hasta que no identifique lo que Cristo quiere ser en su medio. Lo que usted hace,
tiene que tener un sabor, un estilo, algo que identifica su ministerio.
(Efesios 4: 7)= Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de
Cristo.
Fíjese que la medida de gracia es conforme al don. Cada uno de nosotros tiene una medida de gracia
conforme al don. No puede haber ningún departamento en la casa que manifieste un ambiente
distinto al ambiente de la casa.
Establecer la calidad de su mensaje es primordial. El mensaje de hoy habla de estirar a la gente, no
de conformarla a su estado. Todo lo que usted ha recibido estuvo muy bueno, pero hay que seguir
adelante, buscando más, con esto no le alcanza. La gloria de hoy, me da para celebrar hoy. Ya
mañana, no estoy celebrando lo que hice ayer. Olvidado lo que está atrás, seguimos hacia adelante.
Sólo después de definir qu7ién es usted en el liderazgo, puede ponerse a ejecutar actividades. Porque
solamente así esas actividades estarán sirviendo a la visión, en lugar de mantener a la gente ocupada.
El error que cometen muchas iglesias es que quieren poner su visión de acuerdo con el ambiente que
rodea la iglesia. Si usted está rodeado de drogadictos y gente pobre, la visión de la iglesia estará
destinada a la alimentación de los pobres y la rehabilitación de drogodependientes. ¿Quién dijo?
Cristo tuvo a los pobres todo el tiempo con Él, y nunca les dio nada. Es más, dijo: a los pobres
siempre los van a tener…
Los pobres sólo son una señal de que el sistema del mundo no funciona. Toda empresa tiene algo
que se llama “el rechazo del producto”. Es todo aquello que no pasa el control de calidad. A ese
número siempre hay que mantenerlo bajo, para que la compañía prospere.
Bueno; el sistema de la tierra, siempre produce más desecho que gente buena. Hay cierta gente que
no puede hacer nada y todo parece indicar, ciertamente, que nunca lo podrá hacer, ya que el sistema
está armado sólo para que cierta clase de gente lo haga. Cristo dijo: te voy a dejar eso ahí para que
veas que tu sistema no funciona. Dios, es Dios de la tierra, no de una persona.
Nosotros tenemos, dentro de eso, que trabajar y producir otra nación que tenga un sistema que sí
funcione. Y todo el que entra por allí es maximizado y nadie es deshecho; dentro de un mundo que
no sirve, crear otro que sí sirve. Pero si nos metemos en el mundo con la misma mentalidad del
mundo y lo que traemos a la gente aquí es para alimentar a los pobres, estamos haciendo lo mismo
que hace el mundo. Para eso está la Cruz Roja, no la iglesia del Dios tres veces Santo, Todopoderoso
y Majestuoso.
Pero entonces… ¿Está mal crear un comedor comunitario? No dije eso. Dije que la visión no es
relativa, precisamente, al ambiente que rodea tu iglesia. Una iglesia que tiene visión, y sabe lo que
hace, es aquella que, estando en un medio ambiente de extrema pobreza, tiene dimensión pastoral
suficiente como para ocuparse de que toda esa gente que vive en la zona donde está la iglesia, está
bien, pero que su trabajo de fondo está en otra cosa diametralmente opuesta a este medio ambiente;
gobernar, liderar, regir, por ejemplo. Puede ministrar más por Internet a diversas partes del mundo
que a los vecinos.
Su tarea es resistir al diablo y, para hacer eso, va a tener que meterse en el ambiente y en el terreno
en el que él actúa. Cuando usted resiste algo que viene del diablo, lo hace con fundamentos bíblicos
incorporados a la sabiduría humana. Siempre va a haber alguno que se interese por saber de dónde
sacó usted su argumento. A ese, usted se lo tiene que decir. No a todos, eh? Resistir al diablo; no
hacer el ridículo.
Cristo fue al estanque de Betesda y dejó allí a todo el mundo sentado y levantó a uno. Si su visión
hubiera estado orientada por el medio ambiente, nunca hubiera salido de allí. Todavía estaría allí,
sanando rengos y paralíticos.
Uno de los principios de construir visión es que usted no permite que su visión este controlada por el
ambiente natural que rodea su ministerio. Tiene que oír a Dios para saber qué quiere Dios de su
ministerio.
(Génesis 13: 10)= Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego,
como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese
Jehová a Sodoma y a Gomorra.
(11) Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán, y se fue Lot hacia el oriente, y se
apartaron el uno del otro.
(12) Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y
fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma.
(13) Más los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.
(14) Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: alza ahora tus ojos, y mira desde el
lugar donde estás hacia el norte u el sur, y al oriente y al occidente.
(15) Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.
(16) Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la
tierra, también tu descendencia será contada.
(17) Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti te la daré.
(18) Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y
edificó allí altar a Jehová.

NÚMERO UNO: Principios para una visión falsa. El verso 10 dice que Lot levantó sus
propios ojos. Es decir: vio una realidad distorsionada. Visión no es algo que usted
quiere, que usted prepara porque usted lo vio. Este es alguien que edifica su propio
mundo y deja sus habilidades o ambiciones. Yo quiero esto, yo quiero aquello, me
gustaría tener esto, me gustaría tener aquello, esta es mi visión. Esto no es visión. Él
levantó sus propios ojos.
NÚMERO DOS: Motivación personal. En el verso 11, dice que Lot escogió para sí mismo.
Fue motivado por necesidad o indulgencia personal; fueron sus propios deseos, una
vez más. Por ejemplo: gente que deja el púlpito y le gustaría viajar. El púlpito es el
resultado de una vida bien dura. Mientras más le gusta a usted un mensaje, más
sufrido es el que lo trae. Dice que Él escogió para sí mismo. Es un error.
NÚMERO TRES: Seguir una dimensión espiritual incorrecta. Él vio, allí en el mismo verso 10,
que la tierra de Sodoma y Gomorra era preciosa, justo antes que Dios la destruyera.
Perseguía la dimensión espiritual incorrecta. Es decir: no tenía penetración profética.
Invirtió en algo que se fue a la bancarrota al día siguiente. Lo vio bonito hoy, pero no
vio que mañana iba a ser destruido. Lo vio espectacular antes que Dios lo destruyera;
¿Cómo fue que no vio la destrucción también? ¿Cómo pudo no saber que al otro día,
eso ya no iba a estar? Sólo vio la dimensión presente de la realidad. Tenemos que
aprender a ver más allá de lo que aparenta ser muy bonito por fuera. Hay gente que
está construyendo cosas que no van a poder pasarlas a otra generación porque están
próximas a desaparecer. Esa es una visión incorrecta.
NÚMERO CUATRO: Darle prioridad a un proyecto personal. Él vio en Sodoma y Gomorra
la posibilidad de un proyecto personal. Estaban en el desierto, estaban solos, en un lugar árido, él vio
que había gente, ciudad, algo grande construido. Probablemente pensó que había buenos contactos o
ministerios convenientes y se unió a ellos, a Sodoma y Gomorra.
Algo que es muy importante para construir una visión, es con quien usted se une. Él tuvo
asociaciones erróneas. “- Mira, esta gente es grande; tiene fuertes ministerios; mira todo lo que han
construido, yo me voy a unir a ellos. ¿Y tú qué haces solo en el desierto, Abram? Yo me voy a ir con
esta gente, tienen vida grande, mira todo lo que han hecho. Ciertamente Dios está allí.” Al otro día
vino Dios, pero no para unirse.
Estos son cuatro puntos que le voy a dar para que usted entienda que la visión no es algo que usted
quiere construir. Dentro de una visión hay estrategias y entonces es de allí que salen cosas que Dios
pone en nuestro corazón hacer. Pero la visión es otro mundo. Es ver dentro del desarrollo profético
de su destino. Ahora vamos a ver la visión verdadera. Del verso 14 al 18.
Dice allí, en el verso 14, que Jehová le dijo a Abram lo que tenía que decirle, después que Lot se
apartó de él. Hay un principio de Dios que es claro: Él le da una palabra a una iglesia después, y sólo
después, que los falsos principios que allí se seguían, se han retirado. No antes. Dios no nos va a dar
la verdadera visión y la exactitud de lo que necesitamos, hasta que no haya nada en nuestro medio
que la neutralice. Dios no le va a dar a una iglesia la palabra correcta que define el propósito de su
existencia, hasta que todos los principios Lot desaparezcan.
Lot puede ser su certificado de Escuela Bíblica. Lot puede ser su doctrina. Lot puede ser un concepto
de Dios equivocado. Lot pueden ser sus éxitos pasados. En suma: todo lo que le ata a la indulgencia
personal representa a Lot en este capítulo. Tiene que salir absolutamente todo de allí para que Dios
pueda dejar caer la perfecta voluntad. Todo lo que nosotros construimos para Dios, tiene que tratar
con nosotros primero. Si usted toca el propósito de Dios, el dedo de Dios lo va a tocar a usted
primero. Seis puntos.
1)= No puede usted tocar cosas santas sin ser santificado primero. No puede entrar a la Canaán
moderna sin primero tres días de santificación.
2)= Tiene que definir muy bien adonde está parado hoy, antes de diseñar su destino. LA visión tiene
que definir su posición presente, antes de diseñar el destino. Dios le dijo a Abraham: mira la tierra
desde donde estás. Es decir: tienes que identificar donde estás antes de intentar ir a ninguna parte.
Tienes que reconocer tu posición. El problema es que mucha gente no reconoce que necesitan
cambio y quieren echar todo el mover presente encima de métodos y estructuras perimidas y
fundamentos falsos.
3)= Dios le dice: mira hacia el sur, hacia el norte, hacia el este y el oeste. La verdadera visión debe
expandir los límites mentales de la gente. Cuando hay visión, la gente se atreve a hacer lo que
normalmente la mentalidad de esa cultura, no le permite. ¡Uy! ¡No! ¡Aquí nadie puede tener un
automóvil cero kilómetro! – ¿Ah, sí? ¡Qué bueno! ¡Qué lástima que aquí, en mi ciudad, eso no se
puede hacer! – Basta. La verdadera visión rompe con el “no se puede”. Tiene que atreverse a verse
mejor de lo que usted es.
4)= Él dice: toda la tierra que ves, te la daré. Es importante verlo. Si usted no lo ve, no la posee.
Entiéndame bien, por favor. No salga ahora a decir que el hermano dice en Internet que hay que
“visualizar” y medio mundo crea que este hermano se pasó al bando de la Nueva Era. Dios nunca le
va a pedir que haga algo que no puede alcanzar. Y cuando se lo pide, le imparte lo que usted necesita
para poder hacerlo. Cuando Dios dice: sé fuerte, no le está pidiendo fuerzas, se la está dando.
5)= Le dijo a Abraham: camina la tierra a lo ancho de ella. La visión es administrar deliberadamente
por acción humana. Si usted no camina, lo que vio, no lo hace.
6)= Moisés movió la tienda. Tiene que levantar su tienda, cambiar su posición. Si su estado inicial
era que usted no tenía visión, empezar una visión va a cambiar todo lo que usted es. Si quiere lograr
algo que nunca tuvo, va a tener que hacer algo que nunca hizo. Tiene que mover su tienda. La tienda
puede ser su posición de revelación, su forma de hacer guerra espiritual, sus relaciones, su
perspectiva, su carácter.
Él movió la tienda y construyó un altar de sacrificio. Abraham cambió la posición de su sacrificio
espiritual. Cambió su forma de relacionarse con Dios. Diez puntos finales.
1)= Asegúrese que es llamado y purifíquese de motivaciones personales.
2)= Analice las áreas de su fuerza que se encuentran en su experiencia, revelación y dones.
Internalícese profundamente. Descubra quien es usted.
3)= Analice el ambiente en el cual ha sido plantado; el inmediato y el distante. Esto funciona para la
familia, para la empresa, para todo. Tanto en el área espiritual, como física, como de relaciones.
4)= Investigue las dos: Primero: las deficiencias que existen en su departamento, que tienen que ser
corregidas por nueva ministración. Segundo: condiciones en el departamento que existen, que son
buenas, pero que podemos podar para traer mayor producción.
5)= Analice las fuerzas de sus recursos. Los recursos son siempre invertidos en la gente. Qué trae,
qué tiene en su departamento, qué sabe hacer la gente, qué estudia, en qué trabaja, qué tiempo y qué
capacidad financiera tiene. Porque nuestro trabajo es maximizar todo eso, porque si no le estamos
metiendo mentiras a la gente.
6)= Aprenda a escuchar la voz de Dios por encima de la voz de sus deseos y deje de estar
escuchando profecías. – “¡No! ¡Que Dios me dijo!” Fíjese lo que dice la Palabra, eso es lo que le
está diciendo Dios.
7)= Asegúrese que toda visión sea escritural y que tenga un fundamento que se le pueda enseñar a la
gente. Somos una voz en el desierto. ¿Qué significa eso? Explíquemelo. Búsquemelo en la Palabra.
Predíquemelo. Transmítalo a cada departamento. Quienes somos. Cuándo es que nosotros nos
gozamos, cuándo es que nosotros nos entristecemos. Cuáles son las dinámicas que ocurren, qué nos
hace reír, qué nos hace gozar. Qué voz somos, qué trompeta somos, qué mensaje declaramos. Que
todo el mundo pueda contestar a esa pregunta en la iglesia.
8)= Asegúrese que la visión que se desarrolla no se construye a través de eventos. Si no, que los
eventos sirvan para construir gente, lo cual es nuestra visión.
9)= Congregue a la gente alrededor de la visión. Es decir: permita que la iglesia edifique la visión,
que no lo hagan sólo los líderes. Los líderes transmiten la visión a la iglesia; la iglesia la edifica. Así
la gente está ocupada, está contenta, está siendo usada, está participando.
(10)= Asegúrese que todo ministerio que se cree en la iglesia, exprese la cultura del ministerio.
Predicamos lo que el nombre significa, no lo que nos da la gana. Somos una red de rompimiento
global. Eso significa que nuestros mensajes rompen con las limitaciones mentales del pueblo. Los
títulos que hemos escogido para los ministerios, no son títulos que soñamos, son estratégicos.
Y por último, después de entender todas estas cosas, recién se escribe la visión. Pero escríbala en
tablas de carne. Escríbalas en el pueblo, que todo el mundo las entienda.
La visión es algo que se predica una sola vez. Es algo que en cada reunión se transmite y siempre se
está diciendo algo, enfatizando algo, hasta que la gente entienda qué son las cosas que nosotros
consideramos éxito y qué son las cosas que nosotros no consideramos éxito. Estos no son mensajes
emocionales, son mensajes de instrucción.

DIRECCION
Es el Sentido de orientación del camino. El rumbo que debemos tomar para nuestra vida
Espiritual.

Salmos 119
105
Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.

El camino es un camino iluminado por las palabras de Cristo, si seguimos sus palabras
estaremos en el camino y estaremos también iluminados para ver los tropiezos, para
saltear los obstáculos.

2 Timoteo 3
15
y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer
sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16Toda la Escritura es inspirada
por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra.

Proverbios 6
22
Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán;
Hablarán contigo cuando despiertes.
23
Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz,
Y camino de vida las reprensiones que te instruyen,

El conocimiento de la verdad es una necesidad para caminar en Cristo, una y otra vez
las Escrituras son la plataforma, la guía, la lámpara, si meditamos en ella, si admitimos
la reprensión, las palabras estarán en nosotros todo el tiempo y el Espíritu hablará en
nuestra mente y en nuestro corazón, de día y de noche en cada decisión a tomar.
La obediencia perfecciona y cuando estemos listos, seremos de utilidad para toda buena
obra.

Que sea nuestro objetivo llegar a la perfección para estar enteramente (con todo nuestro
ser) preparado para la obra que el Señor quiera darnos para hacer.
Juan 8
31
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis
en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres.

No solamente es conocer o saber las palabras de nuestro Señor, lo importante es


permanecer, si así asumimos seremos libres y discípulo verdadero de Jesús.

Salmos 32
8
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.

No es caminar por caminar, sino de entender el rumbo “la manera”, el destino, el “hacia
dónde vamos”. Los ojos de Dios están sobre nosotros, está continuamente
enseñándonos que es lo que debemos hacer en cada lectura, en cada oración,
tengamos la disposición de estar atento a los que nos dice.
Actitud: Postura del ser humano determinada por las actividades del ánimo.
Disposición de ánimo manifestada de alguna manera frente a las actividades de un ser
humano]

Sabemos que la actitud humana refleja lo que es verdaderamente una persona. De la


misma manera por la actitud puede comprobarse si un cristiano es verdaderamente un
hijo de Dios que vive a Cristo Jesús, o solo una persona que tiene conocimiento bíblico
y actividades religiosas.

Según la carne, la “actitud” es la cualidad que nos distingue como persona, es el “como”
hacemos las cosas, como reaccionamos, como nos expresamos, como nos
desarrollamos e interactuamos con la sociedad. La actitud es lo que distingue el “yo” de
los demás.
Es por la “actitud” frente a las cosas que obtenemos la distinción de los demás, si no
enfrentamos nuestros miedos y huimos, seremos distinguido como cobardes, si en
cambio luchamos para vencerlos nos llamarán valiente, luchador; Este es un claro
ejemplo de cómo la actitud nos define y como nos caracteriza. Aunque muchos solo
fingen un estado de ánimo que no pueden sobrellevar cuando ésta se pone a prueba.

Pero la actitud humana suele ser vulnerable, y puede caracterizarse según las
circunstancia como positiva o negativa y esto puede fácilmente verificarse cuando nos
enfrentamos a los problemas. Por lo tanto toda actitud humana fluctúa entre dos topes,
entre la disposición y la frustración.

Pero en los hijos de Dios, la actitud sufre o debe sufrir grandes cambios, Pablo expresa
por el Espíritu:

Gálatas 2
20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó
a sí mismo por mí.

¿Cómo saber que Cristo vive en nosotros?. Sabemos que Cristo mora en nosotros
cuando nuestra actitud ya no es como la de antes de conocer al Señor.
¿Cómo detectamos el cambio de actitud?. Pues bien, Pablo ha tenido que negarse a sí
mismo para que Cristo viva su vida en él, y si Cristo vive en Pablo, Cristo se ha
encargado de cambiar la actitud de Pablo, para que lo que le resta a Pablo vivir en la
carne (durante su existencia terrenal) lo viva en la fe del Hijo de Dios.

Todo cristiano debe vivir una vida en esta carne (durante su existencia terrenal) en la
que ya no opere o no debe operar el “yo” que se dedicaba a la vida antigua. Sabiendo
que el haberse ocupado en la vida antigua ha generado una actitud pecaminosa que
está intrínsecamente relacionada con el “yo”, porque el yo se refleja en la actitud.
Que Cristo viva su Vida en el cristiano, implica directamente una negación del “yo” al
punto de aborrecerse a sí mismo (Lc 14:26) haciendo que también la actitud sufra una
transformación, dejando la actitud carnal por una actitud Espiritual, para que
verdaderamente confiese “que ya no vivo yo, más vive Cristo en mí”.

El cambio de actitud no se refleja en tener solamente conocimiento bíblico y asistir a las


reuniones de la Iglesia, sino cuando hemos asimilado y aplicado ese conocimiento para
vivir el Evangelio. Cuando un cristiano es hacedor de la Palabra (Stg 1:22) es entonces
cuando obedece a la fe, es cuando vive en la fe del Hijo de Dios. Y todo lo que
incorporamos de manera personal para forjar el nuevo carácter se debe a la
confrontación que sostenemos por creer y perseverar en el Evangelio, habiendo recibido
un Espíritu para la renovación de nuestra actitud que sirve para hacer ceder la voluntad
propia a la voluntad de Cristo.

Así que la primera actitud “Espiritual” radica en una violencia que te arrebata a una
nueva postura a un nuevo carácter que debe ser aprobado por Dios y es esta la actitud
que debemos sostener delante de Dios y la disposición para mantenerla y
perfeccionarla.
El Espíritu Santo es el que debe tomar el control de nuestra vida, y debemos ser capaces
de ceder, convertir, transformar nuestra actitud para que la mente de Cristo nos
gobierne.

Algunas de las actitudes fundamentales e iniciales que debemos asumir y mantener son:

Job 6
24
Enseñadme, y yo callaré;
Hacedme entender en qué he errado.

Si somos capaces de callar y entender en que hemos errado, estaremos en condiciones


de asimilar la verdadera actitud de Cristo en nosotros.

Mateo 12
36
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán
cuenta en el día del juicio. 37Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras
serás condenado.

Palabras ociosa = tiempo perdido = vanidad. Es por esta forma de vida, es por esta
actitud que el impío será destruido.
Deslígate del mundo y de sus formas, cuida lo que hablas, controla tu lengua, controla
tu ser, piensa dos veces antes de decir o hacer algo, no te dejes llevar por la corriente
del mundo, porque este mundo va a juicio y por sus actividades y palabras será
condenado.
La actitud frente al enojo

Efesios 4
26
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,

El enojo y la ira son “movimientos” naturales del hombre, provocado por las
circunstancias en las que se ve involucrado directa o indirectamente. Esto afecta el
ánimo, provoca molestia instiga a realizar alguna cosa que reprenda o reduzca esa
incomodidad con el fin de evitarla, si no tenemos control sobre este ánimo lo único que
producirá será más daño y acrecentará el sentimiento generado llamando a la venganza
y a la riña. Sino se controla nos llevará a un caos.
No podemos evitar no enojarnos o no airarnos, esto es imposible, lo que se requiere es
de la actitud sencilla para sobrellevarlo, es con la práctica que se logra, con la doble
mentalidad, con las palabras que nos digan internamente “soporta el agravio”,
“paciencia”, “yo pagaré dice Jehová”, “perdónalo”.
La otra actitud es hacer menguar ese sentimiento, eliminar lo residual que es el rencor,
porque todo aquello que provoca ira queda arraigado y a veces tenazmente. Por el
Espíritu de Cristo y por medio de la oración apelaremos en ese mismo día a que nuestro
enojo no genere rencor y que estamos dispuesto a dejarlo en el “olvido”, esto es amor,
contrarrestar el enojo con amor.

Santiago 5
8
Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del
Señor se acerca. 9Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis
condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.

“No os quejeis”. La expresión de un resentimiento, de una desazón o desacuerdo por


no compartir la manera del otro, esto genera una acusación que nace internamente pero
que luego lo transmitimos con palabras buscando pares que estén con el mismo ánimo.
Una queja es una acusación, un reclamo que atenta contra la actitud de otra persona,
tales cosas no están permitidas delante del Señor, no se admiten quejas, debes
aprender a convivir con todos.
Conoce Dios a todos y sabe quiénes son los que tienen que cambiar de actitud, deja al
Padre que se encargue de la disciplina de sus hijos, no hace falta que tu lo hagas, solo
se paciente, no todos maduran de la misma manera.

Hebreos 13
5
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él
dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.

La Potencia del mundo por hacer consumir despierta una pasión desordenadas por
adquirir aquellas cosas que no necesitamos y que solo nos desgastan haciendo perder
el tiempo y por ende detiene nuestra actividad Espiritual.
No le demos lugar a ese afán por tener cosas, aprendamos a contentarnos con lo que
tenemos, con lo que el Señor nos ha dado, pues te conoce y sabe lo que necesitas y no
te dará más de lo que puedas sobrellevar, más de lo que te hagan desvariar. No tengas
envidia del hombre injusto que roba para tener lo que tiene y ha vendido su alma por
ser y estar en este mundo (Pr 24:1).
Ten presente su promesa: “El Señor siempre te ayudará” no le temas al sistema, a sus
impuestos a sus exigencias de vida, al empobrecimiento, al fracaso económico, a su
forma de justicia y corrupción.
No le temas al sistema, mayor es el que está con nosotros que el que está en el
mundo (Jn 4:4)

DIRECCION
Es el Sentido de orientación del camino. El rumbo que debemos tomar para nuestra vida
Espiritual.

Salmos 119
105
Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.

El camino es un camino iluminado por las palabras de Cristo, si seguimos sus palabras
estaremos en el camino y estaremos también iluminados para ver los tropiezos, para
saltear los obstáculos.

2 Timoteo 3
15
y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer
sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16Toda la Escritura es inspirada
por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra.

Proverbios 6
22
Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán;
Hablarán contigo cuando despiertes.
23
Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz,
Y camino de vida las reprensiones que te instruyen,

El conocimiento de la verdad es una necesidad para caminar en Cristo, una y otra vez
las Escrituras son la plataforma, la guía, la lámpara, si meditamos en ella, si admitimos
la reprensión, las palabras estarán en nosotros todo el tiempo y el Espíritu hablará en
nuestra mente y en nuestro corazón, de día y de noche en cada decisión a tomar.
La obediencia perfecciona y cuando estemos listos, seremos de utilidad para toda buena
obra.
Que sea nuestro objetivo llegar a la perfección para estar enteramente (con todo nuestro
ser) preparado para la obra que el Señor quiera darnos para hacer.

Juan 8
31
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis
en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres.

No solamente es conocer o saber las palabras de nuestro Señor, lo importante es


permanecer, si así asumimos seremos libres y discípulo verdadero de Jesús.

Salmos 32
8
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.

No es caminar por caminar, sino de entender el rumbo “la manera”, el destino, el “hacia
dónde vamos”. Los ojos de Dios están sobre nosotros, está continuamente
enseñándonos que es lo que debemos hacer en cada lectura, en cada oración,
tengamos la disposición de estar atento a los que nos dice.

DISCIPLINA
La disciplina Espiritual es el ejercicio de la instrucción basada en las leyes Espirituales
con el objetivo de ordenar y mantener un orden en la vida Espiritual de los hijos de Dios.
Por medio de la disciplina se obtiene la santificación.
La disciplina Espiritual es un arte en sí misma, porque basada en la observancia de las
leyes generan un llamado a la perfección en el cumplimiento de esas leyes, llegando a
la comprensión del mensaje y la instrucción.
Como consecuencia de la disciplina se obtienen valores de caracterización, hacen a una
persona estar confiado y ser confiable, sabio y apto para instruir, apto para toda buena
obra.

Salmos 143
8
Hazme oír por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado;
Hazme saber el camino por donde ande,
Porque a ti he elevado mi alma.
9
Líbrame de mis enemigos, oh Jehová;
En ti me refugio.
10
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.

Es el anhelo de todo hijo el hacer la voluntad de su Padre, pero no será posible sin oír
lo que el Espíritu instruye, o sin leer lo que el Espíritu enseña por las escrituras.
Leer, meditar, reflexionar, memorizar, practicar, son las actitudes que nos llevarán a
conocer la voluntad de Dios.
Pedir a Dios no solamente el conocer su voluntad sino también pedir enseñanza para
cumplirla. Es por su Espíritu que mora en sus hijos que lograremos esto. Es por el
conocimiento adquirido e implantado a nuestro carácter que lograremos hacer lo
correcto delante de Dios. Y si esto hacemos, estaremos en Paz, porque Dios será
nuestro refugio de cualquier enemigo.

Proverbios 22
6
Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

La instrucción es una enseñanza aplicada, requiere de doctrina y del conocimiento en la


Palabra de Dios, si somos ignorantes difícilmente podamos instruir a nuestros hijos, si
somos negligente no podemos exigir a nuestros hijos el hacer el bien.
Así que la instrucción tiene dos partes: “El que instruye”, el cual tiene que estar
capacitado y haber ejercitado la instrucción y “el instruido” con capacidad de escuchar
para saber cuál es el camino correcto.
Si tenemos el conocimiento y el ejercicio Espiritual entonces podremos comunicar
sistemáticamente el buen proceder.
La intención es transmitir no solo con palabras sino con nuestra conducta las reglas para
una vida agradable delante del Señor.

Del mismo modo se aplica para los que trabajan para el Señor, instruyendo al hermano
menor.

Proverbios 19
18
Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza;
Mas no se apresure tu alma para destruirlo.
La mala obra no corregida se transforma en costumbre y en un mal hábito (modo
reiterativo de proceder) y mientras más se practica más difícil se hace de corregir, si
instruimos a nuestros hijos desde pequeño, con reprensión y castigo obtendremos la
bendición de verlos en los caminos del Señor, el cual no les será difícil seguir.
Como hijos Espirituales debemos acostumbrarnos a la corrección. Primero son las
palabras, pero si no son oídas vendrá el castigo y este es inevitable, porque será para
nuestro bien.
Estamos llamados a hacer el bien, todo el tiempo, cuando lo dejemos de hacer vendrá
la corrección.

Proverbios 13
24
El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;
Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.

No se puede amar sin castigar, no son los sentimientos o la culpa o la ética mundana
los que deben detener nuestra corrección con vara sobre los lomos de nuestros hijos,
las palabras o el diálogo no alcanzan, la mente del niño no razona para su bien pues es
llevado por sus instintos, así que son esos instintos los que debemos anular, para que
su razón florezca a pleno y pueda controlarse. Es por el amor a una vida sana, prudente,
digna y agradable delante del Señor que ejecutamos el castigo, sino lo hacemos les
estamos arruinando su vida y serán vergüenza y nos deshonraran.

Jeremías 10
24
Castígame, oh Jehová, mas con juicio; no con tu furor, para que no me aniquiles.

Hebreos 12
6
Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.
7
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien
el padre no disciplina? 8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido
participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

Es para nuestra disciplina que sufrimos, el castigo detiene nuestra malas obras, golpea
nuestra razón para que recapacitemos, pero no nos quejemos en el sufrimiento ni
guardemos rencor preguntando ¿Por qué?, antes bien analicemos los pasos dados,
consideremos lo sucedido y las cosas que estamos haciendo mal para corregirlas y no
volverlas a hacerlo
¿ Qué dice la Biblia sobre el amor?

¿Qué es el amor?

“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” 1 Juan 4:8.

Cuando pensamos en amor es fácil pensar en los buenos sentimientos. Pero el


verdadero amor no depende de los sentimientos. Se trata de algo mucho más
que lo que siento por alguien, un amor romántico, un miembro de mi familia, un
amigo, un compañero de trabajo. A menudo se da y se recibe amor con la
intención de que YO reciba algo a cambio. Pero, ¿qué hago cuando me cuesta
algo amar a alguien? ¿Qué dice la Biblia sobre el amor?

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es


jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se
irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja
de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia
acabará.” 1 Corintios 13:4-8.

Pero entonces, ¿qué es amor? Cuando hago todas las cosas sin darle
importancia a mis sentimientos o independientemente de las acciones de los
demás, esto es amor. En ocasiones no siento que puedo amar cuando soy
tentado a la ira, a la impaciencia, a buscar mi propio bien, a pensar lo peor de
alguien, a renunciar a algo. Pero cuando niego estos sentimientos y me
regocijo, tengo longanimidad, me humillo, llevo las cargas de los demás,
soporto todas las cosas – y un verdadero amor se manifiesta. El amor da su
vida – aquellas reacciones naturales y exigencias que son parte de la
naturaleza humana – y no espera nada a cambio.

“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus
amigos.” Juan 15:13.

Amar primero

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros
pecados.” 1 Juan 4:10. Es muy bueno si alguien me ama, y yo lo amo de
vuelta. Eso es fácil. Pero esto no es una prueba de amor. Dios nos amó antes
de que nosotros lo amáramos, y no hemos hecho nada para merecer este
amor. ¿Qué sucede si alguien me ha tratado mal? ¿Dónde está mi amor
entonces? El amor da, y no sólo a los que son buenos con nosotros. Ama a sus
enemigos; ama primero. Y no desaparece si el amor no es recíproco. Todo lo
soporta.

“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,


haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os
persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que
hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e
injustos.” Mateo 5:44-45.

El amor de Dios

“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues


el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a
quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a
Dios, ame también a su hermano.” 1 Juan 4:20-21.

Nuestro amor a Dios no es mayor que nuestro amor por nuestros semejantes.
El amor de Dios no cambia según las circunstancias. Está firmemente
arraigado.

Como humanos tenemos la tendencia de querer que los demás cambien.


Sentimos que es difícil amar a alguien así como es, y preferimos que fuera
diferente. Esto es una prueba de que estamos más preocupados en nuestra
propia felicidad y comodidad que del amor por los demás; buscamos nuestro
propio bien.

La verdad es que, en lugar de esperar a que los demás cambien, tenemos que
encontrar nuestro propio pecado y purificarlo. El interés propio, la actitud de
que soy un “sabelotodo”, la arrogancia, la terquedad, etc… pecados que
encuentro cuando estoy con los demás. Si nos purificamos de todas estas
cosas entonces podemos llevar carga, creer, esperar y soportar todo por los
demás. Los amamos así como son, y podemos orar por ellos con un amor de
Dios sincero y cuidar de ellos.

Ninguna excepción para amar

No, no hay ninguna excepción. Ningún pensamiento de que “Esta persona no


se lo merece.” Jesús dio su vida por nosotros, y esta fue la última prueba de lo
mucho que Él nos amó. Nunca alguien ha merecido esto en menor grado que
nosotros. Amar no significa estar de acuerdo con el pecado de los demás, o
decir que todo lo que hacen está bien. Más bien, es llevar su carga, orar por
ellos, tener fe por ellos, desearles lo mejor. Esto es ir a la acción a pesar de lo
que siento. Entonces puedo pasar de tener una aversión natural por alguien a
tener un amor verdadero por ellos. Si quiero ayudarlos y hacer que se
conviertan de las cosas que podrían ser perjudiciales para ellos, puedo
exhortar, aconsejarlos o corregirlos, pero sólo puedo hacerlo cuando lo hago a
partir de un verdadero cuidado por ellos.

Todas las personas con las que estoy deberían sentir una atracción y un querer
de acercarse a Cristo a través de mí. El amor es lo que atrae y acerca a la
gente. La bondad, la compasión, la mansedumbre de corazón, la paciencia, el
entendimiento. ¿Cómo puede alguien sentir atracción y acercarse si la
experiencia que tiene de mí es de impaciencia, soberbia, insolencia, odio, etc.?

Si siento que me falta verdadero amor de Dios entonces puedo orar a Dios y
pedirle que me muestre cómo puedo conseguir más. Pero tengo que estar
dispuesto a renunciar a mi propia voluntad y pensar primeramente en los
demás antes que en mí.

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor


de ellos es el amor.” 1 Corintios 13:13.

EL GRAN SIGNIFICADO DEL


COMPROMISO
“Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los demás de nuestros
enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque
hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las puertas), Sanbalat y Gesem
enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono.
Más ellos habían pensado hacerme mal. Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago
una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a
vosotros”, Nehemías 6:1-3.

La palabra “Compromiso”encierra un gran significado, pero en términos sencillos


se trata de un convenio, de una obligación contraída por medio de acuerdo,
promesa o trato que se hace entre dos o más personas. En la Biblia encontramos
que Dios pactó un compromiso con los hombres, y que su compromiso con los
hombres fueron indefinidos.
La Biblia nos dice que Dios se acordó de su pacto con Israel. “Y oyó Dios el gemido
de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob”, Éxodo 2:24. Dios
llamó a Moisés para que liberte a su pueblo que estaba bajo el yugo de esclavitud
en Egipto. Y respondió Dios a ese compromiso con Abraham, que haría de él una
nación grande, que sería bendición a todas las naciones, y multiplicaría su
descendencia y le daría esa tierra (Canaán) en heredad a su simiente.

Recordemos que José pidió a Faraón que se le concediera a su familia un lugar en


Egipto. Luego surgió el temor en Faraón de que esta gente estaba creciendo
demasiado y creyó que se convertiría en un problema fuerte, entonces se lanzó un
plan para detener el crecimiento. Éxodo 1:12 dice que “cuanto más los oprimían,
tanto más se multiplicaban y crecían”. Y los egipcios los esclavizaron y el pueblo de
Israel comenzó a quejarse y elevó su corazón a Dios, acordándose de las promesas
que el Señor les había hecho a sus padres, y Dios determinó darles la salida
después de más de 400 años, parecía que Dios se había olvidado de ellos, pero Dios
cumple sus promesas.

En el libro de Nehemías 6:1, leemos: “Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el


árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no
quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las
puertas)”. Ya se había edificado, ya se había levantado, eso despertó la envidia,
despertó la oposición, despertó la maquinación; y se dieron a criticar, a ridiculizar,
a burlarse y a tratar de detener la obra. La oposición nunca cesará ni se demorará
en llegar cuando se inicia una labor a favor del Señor.

Estos enemigos de la Obra fingen ser espirituales, fingen ser de ellos, de querer
edificar con ellos, pero todo esto no era cierto, ellos querían meterse dentro del
pueblo, querían camuflarse dentro del pueblo, y así comenzar a hacer daño, a
murmurar, a desalentarlos. Nehemías logró mantener el ánimo y lo transmitió al
pueblo; de tal manera que se mantuvo el pueblo, los ayudantes, y todos, para
seguir adelante en este proyecto que habían comenzado.
Cuando estos enemigos de la Obra ven todo esto le enviaron a decir: “Ven y
reunámonos”. Aparentemente era una reunión de paz, pero ellos estaban pensando
hacer mal. Nehemías dice: “Mas ellos habían pensado hacerme mal. Y les envié
mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra,
dejándola yo para ir a vosotros”, Nehemías 6:3. Este hombre de Dios demuestra
que era uno comprometido con Dios, y con su Obra, y con su pueblo.

Nehemías se negó rotundamente a ir a esas reuniones porque su compromiso no


era con Sanbalat, ni con Tobías ni con Gesem el árabe, el compromiso de Nehemías
era con Jehová de los ejércitos y con su pueblo, para él estaba claro con quien era el
compromiso. Cuando una persona está comprometida con Dios y con su Obra, no
se distrae, no quita la mirada del arado, siempre mira al frente y coloca su mirada
en el Señor, no coloca la mirada en los seres humanos ni en las circunstancias.
Nehemías era una persona comprometida con una causa, con una misión, no se
deja distraer ni pierde el objetivo, ni pierde el plan.

Si miramos desde otro ángulo, Nehemías estaba bien al lado del rey, hubiera
podido hacer caso omiso al informe de sus hermanos, pudo ser indiferente. Pero
era un hombre de oración, sensible a la voz de Dios, que estaba en el palacio de un
rey pagano pero vivía con Dios, que no se había desubicado ni aislado. Cuando
alguien tiene un compromiso con Dios, no importa donde esté, está conectado con
Dios, por eso no fue rebelde ni indiferente, atiende al llamado que le hace Dios a
través del informe contado por sus hermanos, y se llena de compasión, de dolor al
ver que sus hermanos estaban en semejante condición. Y ora a Dios, que si quiere
le abra las puertas y que está dispuesto a ir a ayudar. Y Dios le dio gracia con el rey,
y el monarca le permite ir porque sabía que Nehemías era un hombre de palabra,
recto, serio y confiable.
El compromiso es necesario en la vida, la mayoría de los seres humanos quieren
estar abiertos a toda opción, no quieren comprometerse con nada. La gente quiere
llegar a la Iglesia y al Evangelio pero sin comprometerse. El Señor le dijo a las
multitudes: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su
cruz, y sígame… Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es
apto para el reino de Dios… Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a
todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”, Mateo 16:24; Lucas 9:62; Lucas
14:33.

Revestíos de humildad hacia los demás, porque Dios resistea los soberbios y
da gracia a los humildes – 1 Pedro 5:5.

Dios dice que cuando eres humilde, eres libre de orgullo y arrogancia. Tú
sabes que en tu carne eres inadecuado, pero también sabes quién eres en
Cristo.

Tú eres capaz de ser un pacificador, sin necesidad de luchar por tus


derechos. Tu eres capaz de caminar humildemente en el poder del
Espíritu Santo de Dios, no tu propio poder personal.

La humildad divina es estar a gusto con lo que eres en el Señor y por lo


tanto poner a otros primero. El sentido de humildad en la Biblia es uno
de amar a otros, no siendo débil. “No hagan nada por egoísmo o vanidad,
sino con humildad consideren a los demás como superiores a sí mismos” –
Filipenses 2:3.

Jesús nos dio un buen ejemplo de la humildad en acción. A pesar de que


era humilde, también era fuerte. Que soy manso y humilde de corazón –
Mateo 11:29.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: Él,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa ha que
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo
semejante a los hombres. Más aún, hallándose en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz – Filipenses 2:5-8.

Puedes desactivar los argumentos cuando eres humilde y no tienes que


ganar cada discusión. La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra
áspera hace subir el furor” – Proverbios 15:1.

Tú puedes manejar el tratamiento injusto pacíficamente cuando eres


humilde y puedes responder al tratamiento injusto sin ser vencido por la
amargura. La humildad piadosa significa que tú no sientes una necesidad
de venganza. Deshágase de toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias,
y toda forma de malicia. Sea amable y compasivos unos con otros,
perdonándoos unos a otros, al igual que en Cristo Dios los perdonó a
ustedes – Efesios 4:31-32.

Cuando eres humilde, puedes responder y aprender de las críticas sin una
actitud defensiva, si es merecido o no. Del mismo modo, tú puedes ser
consciente de tus fracasos sin ser emocionalmente devastado.

Tú puedes pedir perdón cuando eres humilde. Por lo tanto, si estás


presentando tu ofrenda en el altar y allí te acuerdas que tu hermano tiene
algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar. Ve primero y
reconcíliate con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”
– Mateo 5:23-24.

Tu puedes hablar con cortesía y con amor, independientemente de la


situación, incluso si tienes que ser firme o tomar acciones fuertes. No
permita que ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca,sino lo que
es útil para la construcción de otros de acuerdo a sus necesidades, que
puede beneficiar a aquellos que escuchan – Efesios 4:29.

Cuando nos humillamos, nos sentimos fuertes en el Señor. No


necesitamos estar a la defensiva, porque cuando escuchamos como
creyentes al Padre, Él nos dice que debemos examinar nuestros motivos y
actitudes.

También debemos examinar la forma en que tomamos la acción y cuando


lo hacemos, tenemos que mantener un espíritu de humildad: Jesús fue
humilde de espíritu, sin embargo, corrió a los cambistas del templo
(Mateo 21:12 y Marcos 11:15-16).

Cuando entendemos y ponemos en práctica lo que la Biblia dice sobre


Dios y la humildad podemos vivir pacíficamente y humildemente en la
vista de Dios y nuestros prójimos.
Respuesta: La biblia describe la humildad como mansedumbre, humillación y la
ausencia del ego. La palabra griega traducida "humildad" en Colosenses 3:12 y en otros
lugares, literalmente significa "humildad de mente", entonces vemos que la humildad
es una actitud del corazón, no simplemente una conducta externa. Alguien podría
tener una apariencia de humildad, pero con un corazón lleno de orgullo y arrogancia.
Jesús dijo que aquellos que son "pobres en espíritu" tendrían el reino de los cielos
(Mateo 5:3). Ser pobre en espíritu significa que sólo aquellos que admiten una ruina
absoluta de la condición espiritual, heredarán la vida eterna. Por lo tanto, la humildad
es un prerrequisito para el cristiano.

Cuando venimos a Cristo en nuestra condición pecaminosa, debemos venir en


humildad. Reconocemos que somos pobres y mendigos, que venimos sin nada que
ofrecerle, excepto nuestro pecado y nuestra necesidad de salvación. Reconocemos
nuestra falta de mérito y nuestra completa incapacidad para salvarnos a nosotros
mismos. Entonces, cuando Él ofrece la gracia y misericordia de Dios, aceptamos con
humilde gratitud y comprometemos nuestras vidas para Él y los demás. "Morimos a
nosotros mismos", a fin de que podamos vivir como una nueva creación en Cristo (2
Corintios 5:17). Nunca debemos olvidar que Él ha intercambiado nuestra ineptitud por
Su infinito mérito, nuestro pecado por Su justicia, y la vida que ahora vivimos, la
vivimos por fe en el Hijo de Dios, que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros
(Gálatas 2:20). Esa es la verdadera humildad.

La humildad bíblica no sólo es necesaria para entrar en el reino, también es necesaria


para ser grande en el reino (Mateo 20:26-27). Aquí Jesús es nuestro modelo. Así como
Él no vino para ser servido, sino para servir, nosotros debemos comprometernos a servir
a los demás, considerando sus intereses por encima de los nuestros (Filipenses 2:3).
Esta actitud se opone a la ambición, vanidad y las luchas egoístas que vienen con la
autojustificación y la defensa propia. Jesús no se avergonzó por humillarse a sí mismo
como un siervo (Juan 13:1-16), incluso hasta la muerte de cruz (Filipenses 2:8). En su
humildad, fue siempre obediente al Padre, y así el cristiano humilde debería estar
dispuesto a dejar de lado todo egoísmo y sujetarse en obediencia a Dios y a Su palabra.
La verdadera humildad produce piedad, contentamiento y seguridad.

Dios ha prometido dar gracia a los humildes, mientras que a los soberbios los resiste
(Proverbios 3:34; 1 Pedro 5:5). Por lo tanto, debemos confesar y dejar a un lado el
orgullo. Si nos exaltamos a nosotros mismos, nos colocamos en contra de Dios, quien,
en Su gracia y por nuestro propio bien, nos humillara. Pero si nos humillamos, Dios nos
da más gracia y nos exalta (Lucas 14:11). Junto con Jesús, Pablo también es nuestro
ejemplo de humildad. A pesar de los grandes dones y entendimiento que había
recibido, Pablo se vio a sí mismo como "el más pequeño de los apóstoles" y el "primero
de los pecadores" (1 Timoteo 1:15; 1 Corintios 15:9). Al igual que Pablo, el
verdaderamente humilde se gloriará en la gracia de Dios y en la cruz, no en la
arrogancia (Filipenses 3:3-9).

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