Sie sind auf Seite 1von 5

El gasto público y otros fines de las contribuciones.

El gasto público es la cantidad de recursos financieros, materiales y humanos que


el sector público representado por el gobierno emplea para el cumplimiento de sus
funciones, entre las que se encuentran de manera primordial la de satisfacer los
servicios públicos de la sociedad.

Los gastos realizados por el gobierno son de naturaleza diversa. Van desde
cumplir con sus obligaciones inmediatas como la compra de un bien o servicio
hasta cubrir con las obligaciones incurridas en años fiscales anteriores. Por lo
tanto, saber en qué se gasta el dinero del presupuesto público resulta
indispensable, pues a través de este gasto se conoce a quienes se ayuda en
forma directa e indirecta.

Importancia del gasto público

Podemos decir que el gasto público es uno de los elementos más importantes que
encontramos dentro de la política económica de un país. Gracias a este gasto
público, el estado y sus organismos están apostando por la satisfacción de las
necesidades del colectivo, incidiendo por ejemplo en la redistribución de la renta y
la riqueza del país entre sus ciudadanos.

Gracias al gasto público, un país puede sufragar los gastos propios de servicios
como puedan ser la seguridad, la defensa, la justicia, la sanidad (en el caso de
que sea pública) o la educación. Sobre todo de aquellos servicios que no pueden
ser gestionados por terceros, como son el caso de la defensa y la justicia.

Clasificaciones generales del gasto público

Una de las divisiones del gasto es la de gasto programable y gasto no


programable. La primera se refiere a las erogaciones plenamente identificables
con cada uno del programa del Presupuesto de Egresos de la federación. Incluye
las erogaciones que realiza la administración pública central en la prestación de
servicios E(educación, salud, seguridad, entre otros) y en inversión pública
(carreteras, puertos, aeropuertos, entre otros), así como las asignaciones que las
entidades paraestatales de control presupuestario directo destinan a la producción
de bienes y servicios que contribuyen a la oferta global de los mismos
(electricidad, petróleo, entre otras) (Secretaría de Hacienda y Crédito Público [S H
C P], 2014). La segunda contempla las erogaciones que no se identifican con un
programa específico; se trata de recursos que se destinan al cumplimiento de
obligaciones y apoyos determinados por la ley, como la deuda pública, las
participaciones a entidades Federativas y municipios, entre otros; es decir, es una
erogación que no se vincula de manera directa con la ope-ración del gobierno
Federal.

No todos los gastos son iguales. Podemos clasificar el gasto en distintos tipos:

 Gasto corriente: en ellos se encuentran aquella cantidad de dinero


destinada a las operaciones más básicas del Estado. Por ejemplo, gastos
en salarios del funcionariado o en la prestación de determinados servicios
públicos.
 Gasto de capital: en este gasto se encuentra aquel destinado a la
obtención de activos (tangibles e intangibles). También se añaden en este
punto la compra de inmovilizado para desarrollar las actividades corrientes.
Por ejemplo, la compra de trenes.
 Gasto de transferencia: se trata de la cantidad monetaria (a veces en
forma de capital) que el Estado destina a empresas y familias. Por ejemplo,
los subsidios por desempleo son transferencias.
 Gasto de inversión: a diferencia del gasto de capital, se considera gasto
de inversión cuando el gasto tiene como objetivo crear, aumentar, mejorar o
sustituir el capital público ya existente.

Clasificación económica del gasto público.


Desde un punto de vista económico se distinguen tres tipos de gasto público:

1. Para el desarrollo Social. Esta tiene como fines a la educación, salud,


seguridad social, urbanización, vivienda, desarrollo regional, agua potable y
alcantarillado, asistencia social, y superación de la pobreza, estos se
pueden considerar como un gasto público real o de consumo
Comprende:

a) gastos corrientes o de inversión: son aquellos que realiza el Estado para


cubrir su funcionamiento normal.
b) desembolsos unilaterales o transferencias.

2. Para el desarrollo económico. Esta tiene como fines dotar de


infraestructura, energía, comunicaciones y transportes, desarrollo
agropecuario y forestal, temas laborales, empresariales, ciencia y
tecnología, promoción de la capacitación y el empleo, Impulso competitivo
empresarial, estos se pueden considerar como un gasto real o de inversión.
Objetivos del gasto público

El sector público pretende conseguir ciertos fines, para conseguirlos necesita del
gasto público, aunque en ocasiones, un aumento del gasto no permite conseguir
determinados fines.
Entre los principales objetivos del gasto público se encuentran:

 Distribuir la riqueza
 Mejorar el acceso a la salud de los ciudadanos
 Asegurar la justicia
 Mejorar el empleo
 Fomentar el crecimiento económico
 Salvaguardar el medio ambiente
 Permitir el acceso a la educación
 Garantizar una vida digna
 Fuerzas armadas
¿Qué son las contribuciones?

Las contribuciones son los ingresos que percibe el Estado, reconocidas en la ley,
mediante aportaciones obligatorias que son exigidas a los ciudadanos y que sirven
para que el gobierno pueda cumplir con su función pública; o, dicho de otra
manera, para que satisfaga las necesidades de un gobierno y así cumplir con las
funciones básicas que regulan la convivencia de los ciudadanos
Otros fines de las contribuciones

Además de ser medios para obtener los recursos necesarios para el sostenimiento
de los gastos públicos, podrán servir como:

 instrumentos de la política económica general y atender a la realización de


los principios y fines contenidos en la Constitución.
Las contribuciones están concebidas, de forma principal o fundamental, para
obtener ingresos. Ahora bien, junto con esta función pueden, en ocasiones, ser:

 un instrumento de política económica en manos de las Administraciones

Que mediante ellos pueden incidir en la actividad económica, ralentizándola o


propiciando su incremento, y pueden discriminar a unos sujetos de otros, por
ejemplo, otorgando beneficios fiscales a los sujetos que invierten o llevan a cabo
conductas que se consideran deseables desde el punto de vista económico.
La proporcionalidad y equidad de las contribuciones

Dice el articulo 31, fracción IV de la Constitución Federal: “Son obligaciones de los


mexicanos:
IV.- Contribuir para los gastos públicos, así de la federación, como del Distrito
Federal o del estado y municipios en que residan, de la manera proporcional y
equitativa que dispongan las leyes”.

Este principio de la proporcionalidad se logra mediante el establecimiento de una


tarifa progresiva de manera que las personas que obtengan ingresos elevados
tributen en forma cualitativamente superior a los de medianos y reducidos
ingresos, es decir que más grava a quien más gana, consecuentemente menos
grava a quien menos gana estableciéndose además, una diferencia congruente
entre los diversos niveles de ingresos.

La equidad se puede definir como aquel principio derivado del valor justicia en
virtud del cual, por mandato constitucional, y de acuerdo con la interpretación
jurídica, las leyes tributarias deben otorgar un tratamiento igualitario a todos los
contribuyentes de un mismo crédito fiscal en todos los aspectos de la relación
tributaria (hipótesis de causación, objeto, base, fecha de pago, gastos deducibles
etc.),

Este principio de proporcionalidad y equidad se desdobla a su vez en otros dos


principios, que le son complementarios y que son indispensables para lograr el
ideal de justicia tributaria; estos dos principios son el de generalidad y el de
igualdad.

La generalidad como principio constitucional tributario consiste en que la ley, sea


una disposición abstracta e impersonal, ya que de otra forma no podría ser
reputada como una disposición legislativa, en el sentido material, pues le faltaría
algo que pertenece a su esencia y estaríamos en presencia de lo que el articulo 13
constitucional prohíbe con el nombre de Ley Privativa, este principio significa que
la ley comprenda a todas las personas cuya situación coincida con la hipótesis
normativa ahí prevista, la generalidad del impuesto es la primera condición para
realizar la igualdad de la imposición, toda vez que un sistema podrá ser justo y
equitativo sólo si todos contribuyen de conformidad con su capacidad de pago.

En todo sistema jurídico hay normas que responden a exigencias lógicas, algunas
responden a cuestiones históricas y otras a razones sociales. La igualdad de
tratamiento, es principio fundamental del Derecho, que se encuentra
estrechamente unido al axioma de justicia.

El principio de igualdad fiscal, es la aplicación idéntica de la ley a todos los sujetos


contribuyentes, sin introducir diferencias debidas a su situación personal o a las
relaciones que existan entre ellos; en sentido negativo, es la eliminación de
discriminaciones en una situación semejante o similar. En el plano normativo se
concreta en la obligación de regular de idéntico modo las situaciones iguales y de
manera diferente, las desiguales.

Los principios de proporcionalidad y equidad no deben entenderse constreñidos


únicamente a la obligación sustantiva del pago de las contribuciones, es decir, que
debe entenderse que rige para todas aquellas relaciones de índole adjetiva o
sustantiva que sean consecuencia de la potestad tributaria, entre ellas, la que
surge cuando el particular tiene derecho a obtener la devolución por parte del
fisco, de sumas de dinero entregadas indebidamente, supuesto en el cual, dichos
principios adquieren un aspecto, ya que la proporcionalidad no solo se manifiesta
de manera positiva obligando al particular a contribuir en la medida de su
capacidad, sino de manera negativa, prohibiendo a la autoridad recaudar
cantidades superiores a las debidas y obligándola a reintegrará al particular las
sumas obtenidas injustificadamente y que en el mismo sentido la equidad se
adviene no solamente exigiendo que los particulares que se encuentren en una
misma posición frente al hecho imponible, entregue cantidad igual de dinero, sino
obligando al Estado a reparar la desigualdad que nace cuando una persona
entrega una cantidad superior a la debida, reintegrándole el quebranto patrimonial
sufrido injustamente.

Los principios en materia fiscal que aparecen plasmados en nuestra constitución,


representan la guía que sustenta todo el orden jurídico fiscal, debido a que las
normas que integran dichos principios deben respetarse ya que de otro modo se
puede incidir en que ciertos actos de la autoridad sean inconstitucionales.

Lic. José Francisco Duque Alanis. Licenciado en derecho por la Universidad


Autónoma del Estado de México, Profesor de Tiempo de la Licenciatura en
Derecho de la Universidad Latina de América.

http://www.unla.mx/iusunla19/opinion/LA%20PROPORCIONALIDAD%20Y%20%2
0EQUIDAD.htm

Das könnte Ihnen auch gefallen