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Infidelidad: definición, causas y consecuencias

 INFIDELIDAD: DEFINICIÓN, CAUSAS Y CONSECUENCIAS


 CÓMO SUPERAR UNA INFIDELIDAD: TERAPIA DE PAREJA
 CÓMO PERDONAR UNA INFIDELIDAD – CULPA Y RESENTIMIENTO

¿Qué es la infidelidad?
La infidelidad es la ruptura de una promesa de permanecer confiables el uno al otro, en relación de
pareja, y esta promesa puede adquirir la forma de matrimonio, noviazgo o unión libre. La infidelidad
es un abuso o mal uso de la confianza que se ha depositado el otro en el otro en una relación. Una
infidelidad puede destruir una relación y a los individuos involucrados. Desolación, traición,
confusión, tormento por celos, inseguridad y baja autoestima son los sentimientos que puede
experimentar una pareja que ha sufrido de una deslealtad sexual o sentimental. En ocasiones, la
infidelidad termina con la relación, y en otras las parejas son capaces de reparar la relación con sus
propios medios o con la ayuda de un terapeuta de pareja, y muchas veces volviendo la relación más
fuerte como resultado. En cualquiera de los dos casos, es importante que cada uno, por bienestar
individual, trabaje para asimilar lo sucedido y reparar los daños ocasionados.

Causas: ¿qué provoca la infidelidad?


En ocasiones, podemos llegar a sentirnos defraudados, desilusionados, incluso engañados por
nuestras parejas porque no cumplen o no satisfacen lo que entendemos como una vida plena y
satisfactoria. De ese modo, podemos llegar a pensar que si nuestra esposa no puede hacer eso,
entonces tenemos el derecho de encontrar a alguien más que lo haga, y debemos aprovechar la
oportunidad mientras exista: puede ser una única oportunidad en la vida. Esto puede suceder tanto
en un matrimonio en el que el esposo o esposa se dediquen a la felicidad del otro, tanto como
en casos en que uno ignora al otro, o incluso abusa del otro. La única diferencia tal vez sea que en
un caso es más fácil justificar las acciones de infidelidad, y en el otro será difícil manejar la culpa. La
realidad es que no es difícil encontrarnos con personas que cumplen satisfactoriamente nuestras
necesidades, sin embargo esto es peligroso cuando nuestras parejas no están haciendo bien ese
trabajo. En el inicio, o cuando existe todavía el enamoramiento, podemos simplemente sacudirnos de
esa sensación y seguir adelante. Pero cuando no amamos a nuestra pareja, podemos sentirnos
confundidos respecto a por qué no tenemos ese sentimiento de satisfacción con nuestros esposos.
Ahora bien, es crucial entender este sentimiento que aparece en cierta etapa de la relación, de
desencanto, de cansancio por constantes diferencias, pues de la forma en que lidiemos con esto van
a depender muchas cosas para la relación. Es importante señalar que prácticamente todas las
parejas se enfrentan en algún momento a este reto, a este sentimiento de sentir que la relación no
les está dando el máximo que buscan o que merecen, por lo que pueden sentir cierto sentimiento de
estar perdiendo algo, de estar incluso siendo engañados. "No es la persona con la que me casé",
"Antes, de novios, él/ella no era así..." etc. Este sentimiento de abandono, de ser ignorados, o
relegados a un segundo o tercer lugar de importancia en la vida de la pareja, es decir de la persona
más importante, si no se maneja adecuadamente, puede ocasionar serios daños. Aquí tenemos que
entender las razones por las que existe una tendencia en todas las relaciones a que aparezca, en
mayor o menor grado, ese sentimiento. La razón se debe a que no todo en la relación es positivo, no
todo tiene que ver con encanto, belleza, inteligencia, habilidades y otros factores que hacen que dos
personas sientan atracción una de la otra y construyan una relación. También hay razones negativas
y por decirlo así oscuras: también por razones negativas dos personas se atraen y se unen, y estos
factores tienen que ver con heridas abiertas (de las que no estamos conscientes), con problemas no
resueltos que viene cada uno arrastrando de su propio pasado y de su historia personal. La realidad
es que muchas veces nuestra pareja, a través de la manera en que ambos han decidido llevar la
relación, a pesar de ser la persona que más amamos y elegimos para vivir una vida juntos, hace que
aparezca en nosotros un malestar muy intenso y que a simple vista no podemos explicarnos (por
ejemplo, este sentirse abandonados, ignorados, etc.). Precisamente, lo que sucede es que, por la
misma intimidad y vulnerabilidad que caracterizan una relación, nuestra pareja va a tender a
tocarnos y hasta golpearnos en esas heridas abiertas que traemos... y que desconocemos que
traemos. Esto necesariamente nos generará un malestar muy desagradable, que probablemente (en
la medida en que no sospechamos de la herida abierta) responsabilicemos a nuestra pareja por ese
dolor. En la medida en que no sepamos que tenemos una herida, en el momento en que un roce o el
simple contacto nos ocasione dolor, vamos a tender a culpar a la persona que nos roza o nos toca;
que si bien mi pareja está siendo un factor que genera este dolor, de ninguna manera es su causa
(mi pareja golpeó mi piel ya herida, no tomó un cuchillo y abrió la herida). En otras palabras,
tendemos a tomarnos personal muchas de las dificultades que surgen en una relación, y en la
medida en que las tomamos personal nos vamos distanciando de nuestra pareja, pues la sentimos
cada vez más como nuestro enemigo, como alguien que nos está haciendo perder algo, como
alguien que nos hace trampa.
Es significativo mencionar aquí un ejemplo de la vida real. El famoso sitio de internet Ashley Madison
que se dedica a darle la oportunidad a las personas que deseen tener una infidelidad, precisamente,
describe sus servicios como ideales y como una solución a las personas que "se sienten que desean
encontrar una persona que no sea su pareja para llenar sus necesidades no satisfechas"... Mediante
este servicio, "usted puede comunicarse con otros adultos de ideas afines que pueden ser más
comprensivos con su situación". El sitio sostiene que no fomenta la infidelidad, lo cual es bastante
contradictorio. Lo que es claro es que es una empresa que tiene toda la intención de aprovecharse
de estas dificultades a las que tiende a presentar toda relación.

Consecuencias de la infidelidad
Una persona que es víctima de una infidelidad, puede experimentar sentimientos de abandono,
traición, enojo, se puede sentir usada o burlada.Una infidelidad no puede separarse del conocimiento
pleno de la persona infiel del inmenso dolor que ocasionarán sus acciones en el momento en que
sean descubiertas. Refleja por tanto una desconsideración gratuita hacia los sentimientos de alguien
que ha prometido apreciar y proteger de por vida.
La primera reacción de la mayoría de parejas, después de descubrir la infidelidad de su pareja, es
terminar con la relación. A la mayoría de las personas les resulta difícil imaginar tener nuevamente
una relación normal después de tal violación de confianza. La sola imagen del esposo o la esposa
teniendo relaciones sexuales en los brazos de un amante, es perturbadora y hace difícil evitar el
surgimiento del resentimiento.Sorprendentemente, la mayoría de los casos la infidelidad no conduce
al divorcio. De hecho, la mayoría de las parejas se esfuerzan por reconciliarse, y usualmente tienen
éxito. Sin embargo, a pesar de una reconciliación aparentemente exitosa, el resentimiento puede
reaparecer y la pareja puede recaer eventualmente. La razón principal para trabajar a fondo y en
detalle la situación crisis que se vive después de la infidelidad, es para evitar lo más posible que el
recuerdo del engaño aceche a la pareja por décadas. La terapia de pareja puede ayudar a todo esto.
Ambos esposos tienen que ser pacientes, la pareja infiel tiene que darle la oportunidad a su pareja
de superar su resentimiento, y la pareja engañada tiene que trabajar en darle nuevamente un voto de
confianza a su cónyuge (de lo contrario, qué caso tendría continuar las vidas juntos).

¿Quiénes están expuestos al riesgo de una infidelidad?


La realidad es que la infidelidad es un riesgo al que todos estamos expuestos, por lo que conviene
no cerrar los ojos a la posibilidad. No se trata exactamente de desconfiar de la pareja, pero tampoco
de "confiar ciegamente". Confiar ciegamente es una actitud poco activa, que tiende a desactivar una
actitud de alerta que siempre es saludable (un poco como los animales, que siempre están al
acecho, cuidando sus espaldas incluso cuando beben agua). Estar alerta no debe confundirse con
desconfiar, ni con los celos infundados, sino con simplemente no pensar que la infidelidad es algo
que nunca podría ocurrirle a uno.Existen maneras insospechadas con las que abonamos sin darnos
cuenta, involuntaria e inconscientemente el terreno de la infidelidad. Forma parte del amor, de
construir y cuidar una relación el trabajar para elevar cada vez más el muro que deja fuera la
posibilidad de la infidelidad. Es un gran error pensar que la fidelidad puede darse sola, sin esfuerzo;
por el contrario es algo que cada uno en la pareja y en pareja debe conquistar.
Una relación importante es una invitación a que por fin podamos apoyarnos o recargarnos uno en el
otro. Pero no porque haya encontrado a alguien en quien apoyarme y descansar, voy a dejar caer
todo mi peso encima suyo, como si se tratara de una prueba de amor con la que pretenderíamos
comprobar qué tanto nos ama. Apoyarnos así en una pareja es olvidar que no es perfecta, que
puede incurrir en el error. Y no solo mi pareja, sino también yo, y en general el ser humano. Cabe
incurrir en el error, cabe que en una relación las cosas se compliquen a tal punto que uno de los dos
termine siendo orillado a la impotencia, y actúe desde su impotencia o debilidad (lo cual nunca es
favorable para la relación).
Esto no significa que todos estamos destinados a la infidelidad. Significa que la infidelidad es
humana, y que no se lo debemos dejar a la suerte el que nos pase o no nos pase, sino más bien
debemos trabajar para proteger el matrimonio al no subestimar una amenaza que ha estado
presente, de distintas formas, en toda la historia del hombre.

¿Una persona infiel puede volverse fiel?


Evidentemente, sí. Esto no significa que no sigan existiendo riesgos tanto para la persona que ha
sido infiel como para la que no.
La infidelidad es causada en esencia por un mal manejo de las dificultades que se presentan
normalmente en cualquier relación. Está marcada en la persona infiel por una característica
sobresaliente de un sentimiento de no recibir la satisfacción que él o ella espera de su pareja. Siente
que la relación lo está haciendo perder algo, por lo que ve la infidelidad como una oportunidad.
El gran reto para superar una infidelidad es ser capaces de entender y experimentar desde la
vivencia, que en la infidelidad no hay ninguna ganancia, sino solo pérdida: perdemos en primer lugar
la oportunidad de tratarnos a nosotros mismos como individuos dignos de confianza.

¿Es necesario hablar de los detalles?


Todos los días me pide que le diga detalles de cuándo, dónde, cómo, por qué de mi
infidelidad... ¿qué hacer? El daño que sufre una relación a causa de una infidelidad es muy grande,
sin embargo puede repararse. Lo que se daña principalmente es la confianza, y con esto nos
referimos a uno de los pilares fundamentales de una relación. Es decir, que una infidelidad genera
una inestabilidad tan grande que impide que se mantengan en pie las cosas a las que estamos
acostumbrados en la relación. Es inevitable: es inevitable que la persona que sufre de una infidelidad
se haga constantemente muchos tipos de pregunta.
¿Por qué la necesidad de saber es tan fuerte?
El golpe de la infidelidad desacomoda un sinnúmero de cosas en la vida emocional de la persona; lo
que antes estaba seguro, ya no lo está: ¿me quiere, me desea?; ¿prefiere realmente a otra persona?
¿todo lo que me ha prometido y que me ha dado tranquilidad, era falso? De repente, el suelo sobre
el que descansaba el futuro se agrieta, y esta incertidumbre respecto al futuro genera mucha
angustia y ansiedad. Esto ocasiona inevitablemente que surjan de manera difícil de controlar muchas
preguntas a modo de que se pueda entender de un nuevo modo lo que está perdiendo sentido. De
hecho, estas preguntas dan cierto control de la situación a la persona, y en este sentido es
importante que la persona que fue infiel escuche estas preguntas e intente ser sincero con su pareja.
Las preguntas son un intento de revisar, de revisitar incontables momentos de la vida en pareja, y
volverlos a ver ahora desde un nuevo punto de vista, de modo que podamos encontrar una lógica al
pasado y al futuro en función de lo que se está viviendo y sufriendo en el presente. Es una manera
de revisar minuciosamente lo que está roto en el interior de la vida emocional, y tratar (no siempre
con éxito) de verlo de tal manera que pueda volver a funcionar y podamos continuar (como antes).
No es en vano que surge esta necesidad en la persona engañada de formular tantas preguntas, y es
importante que la persona que incurrió en la infidelidad la acompañe en la medida de lo posible. Para
esto, un terapeuta puede ayudar a definir los límites de estos intercambios, promoviendo en la
persona que hace preguntas que busque la manera de extraer de ellas algo favorable para la
relación, que le ayude a mirar más tranquilamente hacia el futuro, y a la persona que escucha estas
preguntas, el terapeuta le ayuda a controlar la frustración y la impaciencia que puede generar
escuchar todos los días los mismos reclamos. Es importante que ambos cuiden que estas preguntas
no se queden atrapadas en resentimiento.
¿Por qué si yo no fui el/la infiel tendría que ir a terapia?
La infidelidad es un golpe que sufre la relación que conviene que se trabaje en pareja.
Principalmente, porque presenta un reto para ambos. Como se menciona arriba, el reto para la
persona que sufre la infidelidad es manejar adecuadamente el resentimiento natural que surge al ser
engañada. Si no se maneja correctamente, se corre el riesgo de que no se logre superar realmente
la infidelidad, a pensar incluso que sigan juntos.
La terapia de pareja es una buena opción si se quiere luchar por la relación ya que puede ayudarles
realmente a superar una infidelidad.

Superar una infidelidad es posible: cómo les ayudará una terapia de pareja
Las buenas noticas para las parejas es que en la mayoría de los casos la superación de una infidelidad
es posible, y una pareja puede sobrevivir a una infidelidad. La terapia de pareja puede ser una enorme
ayuda a sanar una relación que ha sufrido de infidelidad. Un requisito fundamental para dar lugar a esto,
es que la persona que incurrió en la infidelidad deje completamente de ver a la persona con la que fue
infiel. Si no se da este paso inicial, no hay prácticamente nada que se pueda rescatar de la relación.
Cómo superar una infidelidad:
❖ El terapeuta mantendrá una actitud neutra y sin prejuicio respecto a la persona que cometió la
infidelidad. A pesar de todo y lamentablemente, la infidelidad es algo humano, y el hombre o la mujer
pueden equivocarse en algún momento de la vida en pareja. Esto no debe significar que todo está
perdido. El arrepentimiento sano tendrá que ver con un ser capaces de adoptar un punto de vista que le
permita experimentar que en el engaño, contrario a lo que ha experimentado antes, no hay ninguna
ganancia, sino más bien una pérdida. Esto supone un aprendizaje. Y la pareja puede aprender a
conjurar, a dejar afuera cada vez más la posibilidad de que ocurra una infidelidad.
❖ El terapeuta no tendrá una postura respecto a la decisión de si deben seguir juntos o no. No los
persuadirá de que sigan tal o cual dirección. Sin embargo, sí los invitará, en la medida en que estén de
acuerdo ambos, a suspender temporalmente la decisión de si deben continuar o separarse, y les ofrecerá
como conveniente esperar a que se disipe un poco la nube de confusión en la que están envueltos, para
poder tomar mejores decisiones. Entender qué ha pasado, cuáles son las consecuencias de lo sucedido
y sus causas, ayuda a tomar la decisión, ya sea quedarse o irse, con mayor convicción y determinación;
y esto ayuda a tener más tranquilidad y seguridad, en una etapa de la vida que necesariamente va a ser
difícil y dura. El psicólogo les ayudará por tanto a que tengan el panorama más amplio y claro posible
para que tomen la decisión que mejor les convenga.
❖ El terapeuta les recomendará que eviten comentar "de más" de la situación de infidelidad con amigos
o familiares. Esto debido a que, en muchos casos, familia y amigos tienden a tomar partido, y por tanto a
influenciar y a presionar a tomar decisiones que, independientemente de las buenas intenciones, pueden
complicar más las cosas e incluso ocasionar algún daño innecesario. Es importante que la pareja sea
capaz, aunque sea por última vez, de que encuentre los recursos para tomar la decisión que tengan que
tomar en el interior mismo de la relación.
❖ El terapeuta les dará herramientas para que accedan y compartan sus emociones. Se les motivará a
que hablen entre ellos, tanto en sesión como en casa.
❖ El terapeuta explorará en la historia de cada uno con cierto detalle. Mediante la exploración del
pasado, se puede conocer mejor los mecanismos usualmente empleados para lidiar con las dificultades,
para después realizar una evaluación y los reajustes necesarios para asimilar adecuadamente el
problema que están viviendo.

En qué puede ayudar la terapia de pareja para superar una infidelidad


La psicoterapia de pareja puede ayudar en primer lugar a la decisión ante la que la pareja es
confrontada, de saber si es conveniente continuar o no con la relación después de sufrir una infidelidad,
para luego ayudar a asimilar adecuadamente los sentimientos que surgen después y a raíz de una
infidelidad. La meta de una terapia de pareja es promover los recursos en cada uno en la pareja para
poder superar completamente la infidelidad. Algo muy importante, es que independientemente de si la
pareja desea continuar juntos o no, el haber vivido este evento los confronta a ambos a un reto, que es
necesario que logren asimilar correctamente, de modo que en un futuro, ya sea estén juntos o
separados, no arrastren las consecuencias negativas de la infidelidad que sufrieron, y corran el riesgo de
que se reconstruya en el futuro una situación muy similar a la que están viviendo actualmente. Es por
esto que en la terapia de pareja se les invita a que, independientemente de si se decide continuar con la
relación o no, se detengan ambos a echar luz en la situación crítica que están viviendo, y que logren
obtener un aprendizaje del evento, para cada uno por separado y, siempre se espera, también para la
relación. En cierto sentido se les invita a que suspendan la decisión de si van a continuar juntos o no, y
que se concentren en entender qué fue lo que pasó, y en asimilar las consecuencias negativas que se les
vienen encima a ambos. Y solo después centrarse en la pregunta de una posible separación o en la
posibilidad de continuar la vida juntos.
El terapeuta puede ayudar a cada uno en la pareja a descubrir el nivel de compromiso hacia la relación,
enseñándoles habilidades para reparar la confianza, y generando las condiciones para que pueda existir
un proceso de "sanación".
Por otra parte, también es posible tratar las consecuencias de una infidelidad con terapia individual, en
caso que se decida no continuar con la relación de pareja.

Cómo ayuda la terapia de pareja a superar la infidelidad


El terapeuta ayuda a entender la naturaleza de la relación al promover una evaluación sincera de las
fortalezas y debilidades de la relación. Necesariamente, al realizar esta evaluación se identificarán
dificultades, resentimientos del pasado y patrones dañinos en la relación, que son anteriores al evento
mismo de la infidelidad y que evidentemente será importante trabajar con ellos (para entender qué
factores orillaron a uno de ellos a incurrir en una infidelidad). Sin embargo, es importante también aclarar
que se trabajará con esos problemas del pasado de forma independiente y paralela al problema actual de
infidelidad que sufre la pareja. Porque si bien están relacionados con la situación de la infidelidad, estos
problemas no pueden mezclarse. Lo primero que hay que atender es la falta que supone el acto de
infidelidad, y que deja a uno de los dos en deuda con el otro y con la relación. Ahora bien, si bien ambos
en la relación han cometido errores en el pasado, el acto de infidelidad es una falta que es
exclusivamente de la persona que incurre en una infidelidad. Es como si ambos estuvieran sentados
construyendo un castillo de arena, y conforme pasa el tiempo y, con las habilidades y deficiencias de
cada uno para construir el castillo, observan cómo va quedando y no les gusta y, "de repente" uno de los
dos, por frustración, descontento, o por resentimiento, se levanta y patea el castillo. Ambos están
esforzándose por erigir este castillo de arena lo mejor que pueden, con los errores que puedan tener por
el hecho simple de no ser perfectos, confiando ambos en que el otro va a continuar en el intento de
mejorar y crecer, y es uno solamente el que incurre en la falta de hacer mal uso de la confianza que se le
ha dado.
La infidelidad en primer lugar se considera como una falta en el sentido de abuso de
confianza (se me ha dado un crédito y he hecho un mal uso de ese crédito). Por esto una falta como
esta es exclusivamente de uno, y no de ambos. Esto no significa que el otro, la persona víctima de la
infidelidad, tenga que quedarse con los brazos cruzados. Ambos tienen un reto frente a ellos, y si bien la
tarea de la persona infiel es reconocer la falta y la deuda que le genera a la relación, y pagar esta deuda,
la tarea de la persona afectada es saber cobrar, es decir evitar que esta deuda se convierta en algo
impagable al extenderse durante años y años y vivir en resentimiento. El reto que tienen ambos frente
a sí, en la medida en que exista todavía amor y quieran salvar la relación, es hacer lo posible para
evitar que la deuda se convierta en una deuda infinita, uno aprendiendo cómo pagar la deuda, el
otro aprendiendo cómo cobrarla (es importante subrayar que cobrar, bajo ningún punto, significa aquí
vengarse. Cobrar, significa en primer lugar, no seguir después de una falta (como es la infidelidad), como
si nada hubiera pasado. Un riesgo que se corre y al que se tiende y que se tiene que evitar a toda costa,
es que la víctima, por miedo a perder la relación o por confusión, decida participar de la culpa de la
infidelidad). La terapia puede ayudar a las personas que tienden a culparse por la infidelidad de su pareja
a encontrar nuevas perspectivas que le ayuden a manejarlo mejor.
Leer más sobre las "Terapias psicológicas" que ofrecemos en R&A Psicólogos.

Consejos para superar una infidelidad

¿Sufriste de una infidelidad?


❖ La infidelidad se puede superar, y dependerá del amor que quede todavía en la relación.
❖ La separación siempre es una opción, sin embargo conviene no tomar ninguna decisión cuando
todavía existe mucha confusión. Es importante tener cierto entendimiento de qué fue lo que pasó, para
tomar la mejor decisión para ambos (juntos o separados).
❖ Bajo ninguna circunstancia te culpes por la infidelidad de tu pareja. Esto solo dificultará el reto de
superar lo sucedido.
❖ Recuerda que el tiempo no cura una infidelidad, simplemente desvanece paulatinamente el dolor. La
superación de la infidelidad es algo que se tiene que conquistar.
❖ Si tu pareja desea regresar, tendrá que "ganarse" el derecho de hacerlo. Debes renegociar cómo llevar
la relación de tal forma que funcione para ambos.
❖ Tendrá que llegar el momento en que des el paso y decidas dejar en e pasado lo sucedido. Lo que
implica ser capaz de no volver a hacer reclamos en futuras discusiones. Es imprescindible que puedas
ponerle una fecha límite al evento; si no sucede, no se podrá reconstruir la relación satisfactoriamente.
¿Cometiste una infidelidad?
❖ Reconoce los problemas que has ocasionado al haber sido infiel. No puedes cambiar lo que no
reconoces. Además, lo que lastima no es la honestidad, sino el engaño pasado.
❖ Para poder recuperar tu relación, es necesario dejar de ver totalmente a la otra persona.
❖ Tienes que ser tajante en tus decisiones: o bien dejar el matrimonio y dejar a tu pareja libre, o bien
comprométete al 100%
❖ Hazte constantemente la pregunta, qué puedo hacer para ayudar a mi pareja a asimilar el pasado
❖ Medita respecto al valor que le estás dando a la confianza en general. Realmente, no le estás dando
suficiente importancia a ser o no digno de confianza.
❖ Para que tu pareja pueda recobrar la confianza, tienes que ceder razonablemente y permitir más
transparencia en donde había más privacidad. Por ejemplo, que tu pareja pueda saber donde estás, que
el teléfono celular esté accesible en la mesa, y sin contraseña, etc. Es importante que esto se realice solo
temporalmente. Ambos pueden llegar a un acuerdo.
❖ Si la relación termina y tienen hijos, recuerden que lo que se rompe el la unión de marido y mujer. La
familia queda completa, con padre y madre e hijos, aunque esté desintegrada. Es importante que se
intente en ver y experimentar que esta falta que rompió con el matrimonio, es una falta para la pareja, no
para la familia, aunque necesariamente los hijos reciban golpes y la vida cambie totalmente en el futuro.
Recuerden:
❖ Permanecer juntos no es necesariamente sinónimo de éxito, ni tampoco de resiliencia. Cuando el tema
del engaño se ha vuelto el centro de una unión, lo que la define, se podría decir que "el matrimonio puede
sobrevivir técnicamente, pero la vida de pareja se muere".
❖ Es importante una aceptación por parte de ambos del deterioro que ha tenido la relación.
❖ Recuerden que es fácil, para la persona engañada, de permanecer en un rol de víctima. Esto tiene que
ser impedido por ambos.
❖ Ambos esposos tienen que ser pacientes, la pareja infiel tiene que darle la oportunidad a su pareja de
superar su resentimiento, y la pareja engañada tiene que trabajar en darle nuevamente un voto de
confianza a su cónyuge (de lo contrario, qué caso tendría continuar las vidas juntos).

Proceso de recuperación de una infidelidad


Aunque no hay manera de determinar el tiempo que se requiere para que una pareja se recupere de una
infidelidad, generalmente las parejas logran superar el evento después 1 o 2 años. Entre los factores que
se relacionan con la superación de la infidelidad, están las habilidades de comunicación de la pareja, la
tolerancia al conflicto, la capacidad para la honestidad, responsabilidad personal, y principalmente, que
todavía haya amor en la relación. El amor es finalmente el motor que decidirá si la relación dará el paso o
no hacia estado de bienestar nuevamente, en la que prevalezca la confianza otra vez.
La recuperación presenta generalmente las siguientes fases:
✤ Fase del trauma: se caracteriza por el estado de shock de la persona víctima, experimentado como
un golpe muy fuerte en forma de trauma emocional al descubrir que su pareja le engaña. Él o ella pueden
sentirse enojados, desolados, vengativos y sin esperanza. Esta fase suele ser una montaña rusa de
emociones, que va de sentimientos de pérdida y angustia a enojo intenso y frustración, y suele estar
acompañado de mucha confusión, indecisión y conflictos constantes. En la mayoría de los casos, ambos
en la pareja luchan por entender qué ha pasado y cómo encontrar una solución al problema, por lo que
tienden a experimentan también síntomas físicos como pérdida de apetito y pérdida de peso.
✤ Fase de entendimiento: es el tiempo en que las parejas empiezan a examinar las formas en que
pueden asimilar por un lado las consecuencias negativas que están viviendo de la infidelidad, y por otro,
lo que ocasionó la infidelidad. Esta fase incluye ejercicios, exploración de los puntos de vista que ayuden
a reducir la tensión cotidiana que resulta de no entender qué ha pasado, de la persona afectada por la
dificultad de manejar el dolor por el golpe recibido, y de la persona que cometió la infidelidad, por el
manejo de la culpa, que puede llegar a atormentar en la medida en que no se ve fin al problema (y que
sin embargo tiene que ver con una paciencia que forma parte de la deuda de la persona que engañó).
✤ Asimilación del problema: Este es el momento en que inicia el trabajo de superación de la
infidelidad. En la medida en que se logra entendimiento de lo que ha sucedido, las causas y las formas
adecuadas de lidiar con el reto que tienen frente a ellos, las emociones devienen más manejables, y
ambos pueden enfrentar el problema encaminándose en una dirección correcta hacia la solución.
Necesariamente habrá altas y bajas en el proceso, en tanto que el manejo de la culpa y el resentimiento
no es nada fácil en este tipo de eventos. Sin embargo, las parejas que sobreviven a esta etapa tienden a
superar completamente la infidelidad, encontrando no solo la manera de salir adelante después de un
golpe tan duro, sino también fortaleciendo la dinámica que solía tener la pareja antes del problema.

Infidelidad y divorcio: ¿qué pasa cuando no es posible salvar la relación?


Matrimonio y divorcio
La mayoría de las parejas sienten que una infidelidad acabaría con su matrimonio, antes de que ocurra
de hecho. No pueden imaginar vivir con alguien que ha sido desleal. Pero lo que las personas piensan
que van a hacer, no es usualmente lo que hacen en este caso. Sorprendentemente, después de que se
disipa la bruma, la mayoría de las parejas tendrán disponibilidad de esforzarse para reconciliarse.

¿Tendríamos que divorciarnos después de una infidelidad, en nombre de la dignidad?


No necesariamente. Antes de tomar una decisión de divorcio, es necesario atender otras cuestiones, de
las que dependerá el bienestar tanto individual como el de la pareja, de forma independiente de si
continúan juntos o no. Hay quienes afirman que se trata de una cuestión religiosa, el estar educados a
respetar el matrimonio, y que lo más recomendable es divorciarse. Sin embargo, tenemos que tener
presente que si bien antes se sufría de una presión social a no divorciarse, en general era mal visto y las
parejas podían soportar una vida muy insatisfactoria por mantener la apariencia de matrimonio feliz, en la
actualidad, en cambio, podría existir el riesgo contrario de una presión social adivorciarse. En resolver las
dificultades en la vida de pareja con una separación definitiva. Y ciertamente es una opción válida y en
ocasiones la mejor, sin embargo es conveniente explorar otras salidas antes de tomar tal decisión, y
principalmente no actuar simplemente por presión.

¿Y cuando los engaños son repetitivos?


Es evidente que si después haber pasado por la crisis de una infidelidad y por una reconciliación exitosa,
la pareja reincide y vuelve a ser infiel, el problema se complica, y es necesario reconsiderar las opciones
más radicales que implican una separación o un divorcio. Lo que está en juego en estos casos es la
disponibilidad de parte de la pareja: qué tan sincero es al esforzarse en reparar esto. La reincidencia en
otras infidelidades puede entenderse como un mensaje de la pareja, de que no es capaz de
comprometerse. Sin embargo, existen casos en que cabe una nueva oportunidad, en la medida en que
se identifiquen esfuerzos sinceros de ambas partes para superar la dificultad. Es necesario insistir en que
solo si existe amor en una pareja se podrá superar una dificultad de este tipo. Si no es posible identificar
con claridad que existan esfuerzos sinceros por parte de la persona que ha sido infiel, muchas veces no
conviene seguir juntos. La terapia les ayudará a definir si estos esfuerzos están encaminados en una
dirección que puede ser favorable para la relación, o si existe realmente incapacidad de parte de alguno
de los dos para "cambiar", y lo más recomendable sea una separación.
Aquí, podríamos decir, que el sentimiento de enojo, de resentimiento son emociones que están
diciéndole a la persona que no es buena idea continuar en la relación. Sin embargo, afirmamos esto
siempre y cuando se tenga en cuenta el contexto en el que se ha trabajado y superado el primer acto de
infidelidad. Es decir, que depende en cada caso de su singularidad.
Importancia de perdonar una infidelidad: manejo de celos, culpa y
resentimiento
Cómo perdonar una infidelidad y no caer en celos enfermizos
Manejo de la culpa y del resentimiento
No es fácil perdonar una infidelidad. Es evidente que la pareja engañada resiente una herida narcisista:
se siente desvalorizado, incluso puede creer que es menos valioso que la persona con quien le fueron
infiel. Es importante señalar que no es conveniente que la persona que fue infiel sienta una culpa
excesiva, como si el ser infiel sea algo imperdonable. Pues esto supondría que el engaño causa un daño
irreparable en la otra persona, lo cual es falso. Evidentemente es un golpe muy fuerte, que abre una
herida muy profunda. Sin embargo, también es importante señalar que no es conveniente que la persona
víctima de la infidelidad experimente un resentimiento excesivo, que la lleve a cobrarle todos los días por
la infidelidad, como si la deuda no tuviera fin. Si ambos quedan atrapados en un mal manejo, uno en la
culpa, convencido que arruinó la vida de su pareja, y el otro en el resentimiento, convencido que su
pareja le arruinó la vida y haga lo que se haga ya no podrá perdonarse, entonces podemos imaginar que
el problema tenderá a complicarse necesariamente en el futuro. En vez de detenerse tanto en la culpa y
el resentimiento, es mejor esforzarse en conocer las razones de tal crisis conyugal y encontrar
soluciones.
El resentimiento es una reacción normal hacia alguien que te ha causado un dolor insoportable. Es la
forma en la que las emociones te advierten para evitar a personas que te han dañado en el pasado -
pues podrían dañarte nuevamente en el futuro. Pero, por otro lado, el resentimiento puede ser también
una reacción irracional a algo que no es más una amenaza real.
Al mismo tiempo, las personas que han vivido este resentimiento, saben cómo arruina la felicidad
personal y deteriora el futuro del matrimonio. Aún así, sin embargo, no parecen capaces de detenerlo.
Uso de resentimiento para controlar y castigar a la pareja
Existe el riesgo de que un mal manejo del resentimiento se convierta en un problema de relación de
poder. Un esposo o esposa que mantiene vivo el resentimiento por años, encontrará ahí una forma
efectiva de controlar y castigar a su pareja, por lo que hizo en el pasado. Cada vez que tienen
discusiones, él o ella lo trae a colación, como una forma de lograr tener la razón y someter a su pareja; o
incluso por ejemplo cuando él quiere tener relaciones sexuales y ella no, puede aludir al tema para mover
la culpa en su pareja y tener ventaja en ganar el argumento o en "convencerla". Tristemente, el resultado
de este mal manejo da lugar al abuso puro y simple, en el interior mismo de la relación amorosa. No hay
excusa para seguir recordando por años ese momento de debilidad que de su esposo o esposa
experimentó años atrás, cada vez que tienen dificultades: una de dos, o se logra perdonar a la pareja, o
se decide la separación. De lo contrario, se estará consintiendo el abuso y la falta de respeto en la
relación.
Es necesario no permanecer en los errores del pasado. Aquí la pareja infiel necesita rechazar ser tratada
de esa forma, especialmente por la persona que ama.

Pero... ¿Qué pasa cuando los engaños son repetitivos?


Cuando un compañero en la pareja incurre en infidelidades repetidas, surgen muchas dificultades y
preguntas. ¿Hubo asuntos presentes en la primera infidelidad que no fueron atendidos a la hora de
resolver el problema? ¿Cómo fue manejado el primer evento? ¿El que incurrió en la infidelidad logró un
arrepentimiento genuino? ¿Significaría que no sólo engañó en el primer evento de infidelidad, sino que
engañó al prometer nuevamente ser confiable en un futuro? ¿Realmente se puede perdonar la
infidelidad? Es evidente que si después haber pasado por la crisis de una infidelidad y por una
reconciliación exitosa, la pareja reincide y vuelve a ser infiel, el problema se complica, y es necesario
reconsiderar las opciones más radicales que implican una separación o un divorcio. Lo que está en
juego en estos casos es la disponibilidad de parte de la pareja: qué tan sincero es al esforzarse en
reparar esto. Como dice el dicho, se necesitan dos para bailar. Y la reincidencia en otras infidelidades
puede entenderse como un mensaje de la pareja, de que no es capaz de comprometerse.
Ciertamente, un segundo golpe sobre una herida recién cicatrizada vuelve más complicadas las cosas.
Sin embargo, existen casos en que cabe una nueva oportunidad, en la medida en que se identifiquen
esfuerzos sinceros de ambas partes para superar la dificultad. Es necesario insistir en que solo si existe
amor en una pareja se podrá superar una dificultad de este tipo. Si no es posible identificar con claridad
que existan esfuerzos sinceros por parte de la persona que ha sido infiel, muchas veces no conviene
entonces seguir juntos. La terapia les ayudará a definir si estos esfuerzos están encaminados en una
dirección que puede ser favorable para la relación, o si existe realmente incapacidad de parte de alguno
de los dos para "cambiar", y lo más recomendable sea una separación.
Aquí, podríamos decir, que el sentimiento de enojo, de resentimiento son emociones que están
diciéndole a la persona que no es buena idea continuar en la relación. Sin embargo, afirmamos esto
siempre y cuando se tenga en cuenta el contexto en el que se ha trabajado y superado el primer acto de
infidelidad. Es decir, que depende en cada caso de su singularidad.

El pasado: manejo de la culpa y el resentimiento.


El reto para la pareja de ser capaces de hacer de la deuda algo pagable, finito, tiene que ver con el
manejo adecuado del resentimiento y la culpa. De hecho, el resentimiento y la culpa son emociones
primarias que dan cuenta de una relación fundamental que tiene el hombre con la deuda: la culpa es un
sentimiento de que debo, y el resentimiento es un sentimiento de que se me debe. Por el simple hecho
de que los seres humanos no somos perfectos, tenemos que lidiar todos los días y constantemente con
el reto de un buen manejo de estos sentimientos. En el momento en que me equivoco, en el momento en
que se equivocan conmigo, se me presenta el reto de manejar adecuadamente mi relación con la deuda.
Todos tenemos dificultades al manejar esta relación con la deuda, y muchas veces arrastramos
resentimientos del pasado, o mantenemos viva una culpa por un error del pasado. Y esto es normal, no
es posible tener un manejo perfecto de estos sentimientos, por el simple hecho, de nuevo, de que no
somos perfectos. En ocasiones, sin embargo, las personas quedan atrapadas o bloqueadas en uno de
estos sentimientos, y, por decirlo de una manera, andan por la vida con el sentimiento de que se les
debe, y por lo tanto se les hace fácil cobrarse con otros, desquitarse con otros, infligiendo daño sin
experimentar mayor remordimiento (al menos en el momento), o bien andan por la vida con el
sentimiento que deben a los demás, y permiten así quizá con más facilidad que otros le hagan daño. De
hecho, si lo ponemos de esta manera, podemos ver que la química que surge cuando una persona
convencida que los otros le deben y otra persona convencida que debe a los demás se unen, no es una
química nada buena: podemos sospechar que esta unión generará muchas complicaciones, y que se
tratará de una relación tóxica.
Con respecto a la infidelidad, podemos reconocer que se trata de una falta muy grande, que ocasiona un
daño a la otra persona muy profundo. Sin embargo, existen razones de mucho peso para afirmar que es
necesario y vital llegar a perdonar esta falta. Perdonar aquí, no significa que la persona que sufrió la
infidelidad deba permanecer al lado de su pareja. La importancia de perdonar una infidelidad es
independiente de si siguen o no juntos en pareja. En una primera instancia, la terapia de
pareja recomienda dar una oportunidad a la relación, e intentar trabajar el perdón en el interior de la
relación. Sin embargo, hay ocasiones en que esto no es posible, y es recomendable
una separación. Aún en estos casos, es imprescindible que se trabajen estos sentimientos de culpa o
resentimiento, no solo por bienestar propio sino también por el de futuras parejas. Existen riesgos de
arrastrar, por ejemplo, estas dificultades y llevarlas a nuevas relaciones en el futuro, como la aparición
de celos infundados que no se puedan controlar, como consecuencia de no ser capaz nuevamente de
confiar en el otro. Esta "nueva" relación se verá enfrentada a lidiar con esta especie de deuda infinita,
una deuda que todavía se sigue cobrando (aunque ahora a alguien más) y que se es incapaz por parte
de la persona que desconfía de saldarla de alguna forma. De esta forma, la relación, aunque sea nueva,
se verá orillada a repetir un patrón, que exigirá a su vez el reto de resolverlo adecuadamente (se podría
decir que no podemos escapar a nuestros propios problemas no resueltos; tendemos a entrar en
relaciones que nos exige atender heridas abiertas que no hemos sido capaces de cicatrizar. Y esto se
debe entender como una buena noticia.)
Aunque una pareja decida terminar con la relación, la intervención del terapeuta puede seguir siendo de
ayuda. La persona que sufrió el engaño puede recibir ayuda de una terapia individual o terapia
grupal para disipar la confusión que puede experimentar respecto a lo que pasó, los sentimientos de
enojo, frustración, por la traición o abuso de confianza, y el terapeuta puede ayudarle también a superar
la pérdida de la pareja. La pareja que cometió la infidelidad, también tiene que lidiar con el
arrepentimiento y entender lo que causó que incurriera en la infidelidad.

¿Es necesario confesar la infidelidad a mi pareja?


La honestidad es parte de la solución de la infidelidad, aún en los casos en que sepamos que puede
causar un sufrimiento inmenso. De hecho, la mayoría de las parejas infieles están conscientes de que el
acto de infidelidad es una de las acciones más crueles que puedan infligirle a su pareja. Por lo tanto, una
de las razones para ser deshonestos es para proteger a su pareja de un daño emocional. "Por qué añadir
insulto al agravio", es la razón que pueden argumentar. "Lo que hizo estuvo mal, pero ¿para qué hacer
que mi esposa sufre de un dolor innecesario, al revelarle este acto insensato del que me arrepiento?".
La realidad es que la honestidad no es lo que dañará a la pareja, sino el acto de infidelidad.La
infidelidad supone mantener una relación en la que la confianza no es valorada. Aunque la persona
engañada no sepa acerca de la infidelidad de su pareja, no impide que la persona que engaña se viva
como no digna de confianza, y esto tiene consecuencias importantes y negativas para la pareja.

La confianza: lo que se daña con la infidelidad


Lo que está en juego, en el problema de la infidelidad, es la confianza. La infidelidad es un abuso, un mal
uso de la confianza que ha depositado uno en el otro en una pareja. Generalmente, a la hora de hablar
de una psicoterapia para superar una infidelidad, se enfatiza en la dificultad que tiene que atravesar la
persona afectada que sufrió la infidelidad, y que tiene que recuperar su autoestima que fue lastimada por
la falta de su amado. También es importante señalar que los hombres y mujeres que tienden a ser
infieles en las relaciones tienen una característica muy sobresaliente, y es un tipo de resentimiento en el
que literalmente no han sido capaces de sentirse dignos de confianza. Prácticamente, el ser infiel puede
traducirse en comunicarle al otro que no le da importancia en que confíen o no en él o en ella. Este
punto es importante señalarlo en un proceso de psicoterapia para entender que, a pesar de que a
primera vista parecería preferible estar en un lado (victimario) que en otro (víctima), en realidad este lado
de la persona infiel constituye una figura triste, que pierde tanto realmente como la persona que ha
sufrido la burla y el engaño. Esto, sin embargo, no es tan visible ni es fácil de experimentar. Es un punto
de vista fundamental para que una pareja pueda superar una infidelidad: ambos tienen que conquistar un
punto de vista con el que puedan ver, entender y experimentar que en el acto de infidelidad realmente no
supone ninguna ganancia para ninguno -- solo pérdida, para la relación. Esto, nuevamente, no es fácil de
lograr y el proceso de terapia de pareja o matrimonio ayuda a conseguirlo.

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