Sie sind auf Seite 1von 4

Ecosocialismo

El ecosocialismo es una doctrina política surgida a finales del siglo XX que integra las
ideas del socialismo y las del ecologismo. Los ecosocialistas piensan que el capitalismo es
un sistema inherentemente dañino tanto para la sociedad como para el medio ambiente.

A menudo se denomina rojiverdes a las personas que profesan la ideología ecosocialista,


pues defienden unas políticas verdes desde una óptica claramente postcapitalista, muy
frecuentemente inspirada por el marxismo. Se desmarcan de la mecánica de la economía
neoclásica de una manera más firme que otros verdes, y apoyan con más vehemencia la
justicia social como la primera meta de la política, viéndola como una llave hacia otros
objetivos.

El término sandía se aplica a veces a militantes verdes que defienden con mayor intensidad
los objetivos sociales que los ecológicos, acusándolos de ser "verdes por fuera pero rojos
por dentro". Algunos rojiverdes se toman esto como un cumplido, y otros como un insulto.
Los ecosocialistas no suelen considerarse "fundis" -un término alemán1 asociado a la
Ecología Profunda- o "verdes fundamentalistas", aunque en la facción "fundi" del Partido
Verde Alemán y otros partidos verdes había y hay ecosocialistas.

Historia
William Morris, novelista, poeta y diseñador inglés, está ampliamente reconocido por su
papel en el desarrollo del ecosocialismo, particularmente en el Reino Unido UK.2 Durante
las décadas de 1880 y 1890, Morris promocionó sus ideas ecosocialistas dentro de la
Federación Socialdemócrata y la Liga Socialista.3

Tras la Revolución Soviética, algunos ambientalistas y científicos intentaron introducir


cierta conciencia ecológica dentro del bolchevismo, aunque muchas de esas personas
fueron posteriormente expulsadas del PCUS.4 Décadas más tarde, en los años setenta, Barry
Commoner, sugiriendo una respuesta desde la izquierda a la tesis de los límites al
crecimiento, postuló que las tecnologías capitalistas eran los principales responsables de la
degradación ambiental.5 El escritor de Alemania Oriental Rudolf Bahro publicó dos libros
donde insistía en la relación entre socialismo y ecología -La alternativa en Europa del Este6
y Socialismo y supervivencia.7 Por esa misma época, Alan Roberts, un marxista australiano,
escribió sobre cómo las necesidades insatisfechas de la gente alimentaban el consumismo.8
El también australiano Ted Trainer llamó a los socialistas a desarrollar un sistema que
satisficiera las necesidades humanas, en contraste al sistema capitalista, que creaba y crea
deseos.9
Los años noventa trajeron a las feministas socialistas Mary Mellor10 y Ariel Salleh,11 que
revelaron temáticas ambientales dentro de un paradigma ecosocialista. Con el creciente
desarrollo del movimiento antiglobalización en el Hemisferio Sur, ha ido emergiendo un
"ambientalismo de los pobres", combinando sensibilidad ecológica y justicia social.12
David Pepper también publicó un importante trabajo, Ecosocialismo: desde la Ecología
profunda a la justicia social, en 1994, donde critica la actual deriva de muchas personas
dentro del mundo verde, particularmente aquellos relacionados con la Ecología Profunda.13

En 2001, con motivo de la Cumbre de Río + 10, Michael Löwy y Joel Kovel redactaron el
'Manifiesto Ecosocialista'.14 A principlos del siglo XXI, varios partidos verdes, como
GroenLinks en Países Bajos y otros de tradición marxista como Iniciativa per Catalunya
Verds o Coalició Compromís en España se autodenominan ecosocialistas. Los rojiverdes
dominan partidos verdes como el Partido Verde de Saskatchewan (en Canadá, no afiliado al
Partido Verde de Canadá) y el Partido Verde de los Estados Unidos (GPUS). Muchas
organizaciones marxistas también cuentan con ecosocialistas: Michael Löwy, por ejemplo,
es uno de los líderes de la reunificada Cuarta Internacional, la principal organización
Trotskista.

Este artículo reflexiona respecto del papel desempeñado por William Morris en la concepción
pionera de una corriente ecológica dentro del pensamiento socialista utópico y libertario.
Interesa especialmente destacar la perspectiva ambiental presente en el esfuerzo creativo del
autor, para lo cual se incluyen fragmentos de su novela utópica Noticias de Ninguna Parte,
publicada originalmente en 1890. En primer lugar se entrega aquí una breve historia acerca del
concepto de utopía, con un apartado sobre el dualismo establecido entre los enfoques
socialistas utópicos y la vertiente científica del materialismo histórico. Luego se esbozan los
diversos perfiles de William Morris; y por último se discurre en torno al carácter anticipatorio de
la perspectiva ecológica presente en la obra de Morris y su influencia como fuente inspiradora
del socialismo ecológico o ecosocialismo del siglo XXI.

William Morris en la génesis del ecosocialismo

Publicado por Joshua Beneite Martí el 18 noviembre 2013 en Sociopolítica | Ningún


comentario

inShare

Morris (…) incorporó la dimensión ecológica tanto en su hacer político como en sus
textos (…) la aproximación estética que realiza a la naturaleza, le lleva a concebirla no sólo
como naturaleza salvaje prístina (como la deep ecology), sino más bien como una
naturaleza que incorpora la intervención humana, tal y como un jardín…

Algunos autores[1] han señalado el papel primigenio de William Morris (1834-1896)[2] a


la hora de introducir una corriente ecológica en el pensamiento socialista utópico y
libertario. El socialismo utópico proponía la posibilidad de construir sociedades más justas,
igualitarias, libres y habitables, nutriéndose mutuamente de las manifestaciones
revolucionarias de su época. Sin embargo, Marx y Engels reaccionaron a estas tendencias
con una respuesta antiútopica, por considerar que dicho pensamiento era una fase
reaccionaria y atrasada del pensamiento social dominante (ya superado por la propia
dinámica de los acontecimientos históricos), y se centraron claramente en un socialismo
científico que daba por inconsecuente e infantil a su versión utópica.

Para algunos, Morris, fue un socialista marxista poco ortodoxo, muy próximo a los
movimientos libertarios y las ideas de Kropotkin, lo que le sirvió la suspicacia de otros
socialistas más estrictos.[3] Pero lo interesante de este personaje es precisamente su
eclecticismo, como expresa De la Cuadra:

«El proyecto utópico de Morris, en tanto proyecto de transformación social radical, se nutre
ya sea de elementos del pensamiento marxista como de las corrientes anarquistas, y
privilegia el papel de los individuos en la construcción de ese cambio sustancial, rescatando
sobre todo la visión de un ser humano con vocación para ser feliz, con un deseo irrefrenable
de lograr la plena libertad y la emancipación del conjunto de la humanidad».[4]

Con este mix de ideologías, Morris contribuye a conformar lo que posteriormente se ha


denominado como “socialismo ecológico”, “ecología socialista” o ‘ecosocialismo’ (nombre
que aquí tomaremos). Este autor incorporó la dimensión ecológica tanto en su hacer
político como en sus textos. Lo curioso es que la aproximación estética que realiza a la
naturaleza, le lleva a concebirla no sólo como naturaleza salvaje prístina (como la ecología
profunda), sino más bien como una naturaleza que incorpora la intervención humana, tal y
como un jardín. Mientras tanto, conserva una dura crítica de la civilización industrial y de
las mercancías (inspirándose en el concepto de fetichismo de Marx), así como del abuso de
las máquinas, la alienación y la división del trabajo, de tal modo que «Armonizar la ciudad
y el campo es una preocupación constante en su acción y en sus escritos, y anhelaba
transformar la Inglaterra fabril y contaminada de 1890 en un bello ‘jardín’, preconizando la
restricción de la industrialización salvaje que experimentaba su país en esa época».[5]

Entre otras cosas, William Morris publicó una novela de importancia central, Noticias de
Ninguna Parte puede ser considerada la precursora del pensamiento ecosocialista, que para
Michael Löwy y Joel Konder «se trata de una obra literaria y no de un sistema utópico
cerrado, de un “discurso programático” o de una previsión ‘científica’ del futuro».[6] Dicha
novela debe contemplarse como la antítesis de Reviendo el Futuro de Edward Bellamy
(1850-1898), en la cual Bellamy alaba los principios de la industrialización y la
centralización, mientras que para Morris esto suponía antivalores opuestos al verdadero
espíritu socialista y libertario que animaba su pensamiento. Morris ha sido acusado de
romántico e iluso, aunque a la luz de los hechos contemporáneos, resulta innegable la
necesidad de cierto decrecimiento. En cualquier caso, como De la Cuadra apunta:

«Morris nos advertía sobre los riesgos que entrañaba un padrón de desarrollo sustentado en
un usufructo ilimitado de la naturaleza, al tiempo que es capaz de construir una alternativa,
aunque sea imaginando un mundo más habitable, sin ciudades contaminadas, en que las
personas pueden circular libremente entre espacios verdes, rodeados de bosques y jardines,
y en completa armonía con los ecosistemas y el resto de los seres humanos. Por lo mismo,
William Morris puede ser considerado, quizás, el principal pensador y artífice de una
corriente ecológica dentro de la tradición marxista, quien suma la dimensión ambiental a un
proyecto emancipatorio global de la sociedad, rechazando de este modo el carácter
productivista, predador y explotador del capitalismo»[7].

Das könnte Ihnen auch gefallen