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INTRODUCCION

T.D.A.H

El Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad (TDAH), es probablemente


la alteración neurológica comportamental de inicio durante la infancia más
estudiada en el mundo, en cuanto se asume que esta entidad es actualmente
el trastorno mental crónico más frecuente en la población escolar en la medida
en que representa el primer motivo de consulta en los servicios de salud
mental y neurología pediátrica. En algunas investigaciones se estima que su
prevalencia oscila entre el 3-5%, mientras que otros estudios informan una
prevalencia mucho mayor, que varía aproximadamente entre el 10-20% de la
población escolar normal.
A pesar de que cada vez más se habla del Trastorno por Déficit de Atención e
Hiperactividad (TDAH) no se despejan las dudas que la sociedad tiene sobre
él. Es más, la popularización del tema ha logrado que muchos padres,
preocupados por tener un hijo inquieto, acudan a las consultas pensando que
su hijo es hiperactivo.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, (TDAH), es un trastorno
conductual habitualmente diagnosticado en la infancia pero que persiste en la
edad adulta .Para el diagnóstico, los síntomas deben darse en todos los
ámbitos del niño, tanto en casa como en el colegio, y provocar un malestar
psicológico, dificultades para la adaptación social y afectar al rendimiento
académico.

Asimismo, el TDAH puede cursar simultáneamente con otros trastornos


psiquiátricos propios de la edad infantil, como los trastornos de conducta,
emocionales o afectivos y de aprendizaje.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, (TDAH), es un trastorno
conductual habitualmente diagnosticado en la infancia pero que persiste en la
edad adulta.
MARCO TEÓRICO

Algunos estudios han encontrado que los subtipos del TDAH presentan
matices diagnósticos diferenciales, así como distintas manifestaciones
conductuales, cognitivas y de aprendizaje, entre otras, los resultados no son
concluyentes, e incluso, en algunas ocasiones se tornan contradictorios,
situación posiblemente derivada del uso de diferencias metodológicas y, sobre
todo, de la heterogeneidad de las muestras utilizadas, o de los instrumentos de
evaluación empleados pero se encuentran puntos en común respecto a las
dificultades encontradas en el lenguaje, de los niños, niñas jóvenes con TDAH,
a partir de lo cual se evidencian dificultades en la pragmática, el componente
semántico y la comprensión del lenguaje, en cuanto se considera que el
principal problema del niño con TDAH no está en la presencia de un retraso en
el desarrollo del lenguaje o en los subsistemas básicos del lenguaje como son
el fonológico, sino en el aspecto pragmático del lenguaje y en consecuencia en
el aspecto semántico, en tareas que implican mayor complejidad de
procesamiento cuando el niño no consigue desarrollar ideas alrededor de un
tema o pierde con facilidad el hilo conector de la información en cuanto a
los procesos de memoria y atención, se evidencian dificultades a nivel de la
memoria de trabajo, almacenamiento verbal y viso espacial , dificultades en
el control atencional requerido para la selección de procesos de evocación, la
utilización de estrategias de memoria, o procesos de control tales como el
repaso, la organización o la recodificación, situación congruente con las
dificultades reportadas a nivel de las funciones ejecutivas. Barkley (1998)" Dice
que el 16% y solo el 7.4% recibe diagnóstico de confirmación mediante
una entrevista psiquiátrica estructurada y solo 10% de los afectados recibe
tratamiento lo que parece indicar que existe un sub registro en el diagnostico
en países desarrollados.Estudios realizados por Abikoff (1992) Se concluye
que la hiperactividad está asociada a una pobre ejecución académica, aun
deficiente procesamiento de la información y psicopatología parenteral,
mientras que los problemas de conducta están asociados al rechazo maternal,
a una pobre supervisión parental y abuso de alcohol en los padres.

El psiquiatra Heinrich Hoffmann Publicó un libro de poemas infantiles en el año


1845 en el que se describían dos casos de TDAH. En uno de ellos, titulado The
Story of Fidgety Phil ("La historia del inquieto Felipe"), relata el caso de un niño
que presentaba todas las características de un TDAH de predominio
hiperactivo-impulsivo. Otro poema de ese mismo libro, titulado The Story of
Johny Head-in-Air ("La historia de Juanito el despistado"), cuenta el caso de un
niño que tenía el comportamiento propio de un paciente con TDAH de
predominio inatento.
El TDAH Fue reconocido por primera vez como una enfermedad en 1902. Un
médico británico, el doctor Still, documentando casos de comportamiento
impulsivo, que publicó una serie de artículos en la revista Lancet, en los que
describía una serie de chicos impulsivos con trastornos de conducta
genéticamente determinados que hoy día recibirían el diagnóstico de TDAH.

En 1934 Kahn y Cohen Describieron la "impulsividad orgánica" en niños con


manifiesta lesión cerebral. Y en 1937, Bradley usó el fármaco metilfenidato en
niños con problemas conductuales secundarios a la encefalitis viral.
En 1980, el nombre de Trastorno de Déficit de Atención Es definido por la
Asociación Americana de Psiquiatría. En 1987, el nombre fue cambiado a
“Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad".A finales del siglo pasado,
la American Medical Association indica que el TDAH es uno de los trastornos
más investigados, a pesar del hecho de que su causa es desconocida. Hoy día
caben pocas dudas acerca de su existencia como trastorno neurológico que
provoca un importante deterioro del funcionamiento académico, familiar y
social.
Déficit atencional de Mirsky Pone el acento en los problemas de atención, a la
que concibe como suma de cuatro procesos: enfoque atencional,
mantenimiento de la atención, procesamiento de datos con la memoria de
trabajo y capacidad para cambiar el foco de atención de modo flexible y
adaptativo. Mirsky pone el énfasis en su modelo en el déficit de atención como
origen del resto de alteraciones neuropsicológicas implicadas en este trastorno.
Posiciones del TDAH de médicos y psicólogos:

José Sierra Vázquez, Especialidad Psicólogo.Los niños con TDAH deben ser
evaluados por los equipos de orientación para programar las necesidades
educativas adecuadas a sus necesidades. Pero deben estar en colegios de
educación ordinaria con los apoyos pertinentes. Es importante que el profesor
reciba toda la información necesaria para el manejo del niño en el aula.

Raquel Almendral, Especialidad Neuropediatra. Los niños con TDAH deben


llevar una vida normal. No estamos hablando de una persona enferma,
estamos hablando de un trastorno, que hoy en día con las técnicas
terapéuticas de las que disponemos se puede normalizar. Deberíamos siempre
normalizarlo para evitar estigmatizarlo, porque el problema sino resulta mucho
mayor.Debemos relativizarlo y valorarlo en su justa medida, porque le vamos a
ofrecer (sobre todo al niño) muchas posibilidades terapéuticas tanto
farmacológicas como no farmacológicas para hacer de este trastorno algo
normal.

Leonor Montoliú, Especialidad Psiquiatra infantil. Este trastorno es frecuente


debido al impacto en todos los ámbitos: a nivel escolar y a nivel familiar. Es un
trastorno que afecta en todos los aspectos de la vida (calidad de vida, a nivel
académico, aprendizaje, relaciones sociales con otro niño). La impulsividad
lleva a problemas en el colegio, enfrentamientos con los profesores y con
compañeros, y esto tiene un impacto importante en la autoestima. Se generan
más discusiones en el entorno familiar, se les riñe más. Por eso el TDAH tiene
un impacto en la confianza en sí mismos y en la autopercepción, que pasa
factura a corto y largo plazo.

Marino Pérez, especialista en Psicología Clínica y catedrático de


Psicopatología y Técnicas de Intervención.

El TDAH para empezar no existe es decir, no se establece sobre criterios


objetivos que permitan diferenciar el comportamiento normal del
supuestamente patológico, sino que se basa en apreciaciones subjetivas,
en estimaciones de los padres del tipo de si a menudo el niño se distrae y
se mueve mucho. Más que nada, el diagnóstico es tautológico. Si un padre
preguntara al clínico por qué su hijo es tan desatento e inquieto,
probablemente le respondería porque tiene TDAH, y si le preguntara ahora
cómo sabe que tiene TDAH, le diría porque es desatento e inquieto.

Tipos de TDAH

 TDAH, presentación predominante hiperactiva-impulsiva


Los chicos que tienen este tipo de TDAH presentan síntomas de hiperactividad
y sienten la necesidad de moverse constantemente. También tienen dificultad
para controlar impulsos Por lo general no tienen mayor problema con la falta de
atención. Esta presentación se ve más a menudo en niños muy pequeños.

 TDAH, presentación predominante con falta de atención


Los chicos que tienen este tipo de TDAH tienen dificultad para poner atención.
Se distraen con facilidad pero no tienen mayor problema con la impulsividad o
la hiperactividad. A veces se denomina de manera no oficial como trastorno por
déficit de atención (o TDA)..

 TDAH, presentación combinada


Los chicos que tienen este tipo de TDAH muestran problemas significativos,
tanto de hiperactividad/impulsividad como de falta de atención. Sin embargo,
puede que al irse acercando a la adolescencia disminuyan gradualmente sus
problemas de hiperactividad/impulsividad.

Características positivas en el TDAH

La creatividad y originalidad suelen ser unas de sus principales características:


 Son buenos para hablar en público.
 Son buenos resumiendo y sintetizando.
 Son buenos ante los cambios.
 Son grandes generadores de ideas.
 Son compasivos consigo mismos y con los demás.
 Son hábiles para solucionar problemas.
 Se preocupan mucho por su familia.
 Tienen buena reacción en situaciones de emergencia.
 Tienen gran sentido del humor.
 Tienen una gran memoria visual.
 Pueden hablar de muchas cosas al mismo tiempo.
 Pueden hacer que la gente se sienta escuchada.
 Necesitan dormir menos que los demás.
 Perdonan fácilmente.

Consecuencias negativas del TDAH

Las consecuencias del TDAH suelen ser las siguientes:

 Disminución del rendimiento académico. A largo plazo, los problemas


con los estudios pueden derivar en un fracaso escolar -dificultando el paso
del niño a cursos superiores-, e incluso en abandono escolar.
 Dificultades en el desarrollo social y emocional. Debido a los múltiples
problemas en las relaciones con los compañeros por su impulsividad, el
niño con TDAH tiende a tener pocos amigos, poco duraderos y relaciones
menos estrechas.
 Síntomas depresivos. Los fracasos repetidos en el colegio y con los
amigos, así como las discusiones con los padres por las malas notas y mal
comportamiento, suelen provocar síntomas depresivos en niños con TDAH.
 Comportamientos conflictivos. Algunos niños con TDAH pueden
empezar con comportamientos negativistas, desobediencias cada vez
mayores, desafío de la autoridad y poco a poco, problemas de conducta
mayores, e incluso abuso de alcohol y drogas.
 Infravaloración en el ámbito laboral. Los adultos con TDAH que de niños
no fueron tratados correctamente, suelen conseguir trabajos o profesiones
por debajo de su capacidad.

CÓMO SE DIAGNOSTICA EL TDAH


El diagnóstico debe basarse en las siguientes pruebas:

1. Historia clínica psiquiátrica y del desarrollo completa. Pueden emplearse


modelos de historia pediátrica consensuados previamente por el equipo de
especialistas (neuropediatría o equipo de salud mental), o una historia clínica
individual.
2. Evaluación clínica y psicosocial completa. Deben analizarse la conducta y
comportamiento del niño en los diferentes ámbitos de su vida: familia, amigos,
colegio etc. No debemos olvidar una historia detallada sobre si existen o no
antecedentes psicopatológicos en los padres, y preguntar siempre como eran
ambos progenitores de niños, ya que es frecuente que uno o ambos tuvieran
conductas similares a las que presenta su hijo.
3. Evaluación psicológica La evaluación psíquica del niño debe incluir test
psicológicos (dibujo del niño, dibujo de la familia, dibujo libre etc) asi como
otras pruebas neuropsicológicas que veamos adecuadas (por ejemplo, si el
niño parece triste y llora con facilidad en la consulta no podemos olvidarnos de
pasar una escala de ansiedad/ depresión validada para la edad).

Síntomas del TDAH

Hiperactividad

La persona que padece hiperactividad se caracteriza por qué:

 Se mueve en momentos en los que no resulta adecuado


 Le cuesta permanecer quieto cuando es necesario
 Habla en exceso
 Hace ruidos constantemente, incluso en actividades tranquilas
 Tiene dificultad para relajarse
 Cambia de actividad sin finalizar ninguna
Déficit de atención.
La persona que padece déficit de atención se caracteriza por qué:

 Tiene dificultad para mantener la atención durante un tiempo prolongado


 Presenta dificultades para finalizar tareas
 Le cuesta escuchar, seguir órdenes e instrucciones
 Es desorganizado en sus tareas y actividades
 Suele perder u olvidar objetos
 Evita las actividades que requieren un nivel de atención sostenido
 Presenta dificultades para seguir las normas o detalles de los juegos.

Impulsividad
Síntomas nucleares del TDAH.
La persona que padece impulsividad se caracteriza por qué:

 Tiene problemas para esperar su turno


 No piensa antes de actuar
 Interrumpe constantemente a los demás
 Tiene respuestas prepotentes: espontáneas y dominantes
 Tiende a “tocar” todo
 Suele tener conflictos con los adultos.

Los factores del TDAH

Factores genéticos

Parece que un 70% de los TDAH se deben a factores genéticos en relación con
mutaciones de varios genes (trastorno poligénico). Se ha comprobado que hay
varios genes que codifican moléculas con un papel importante en la
neurotransmisión cerebral que muestran frecuente genético y que influyen en el
TDAH.
Los genes asociados con las manifestaciones del TDAH son los genes que
codifican para los transportadores y receptores de la dopamina (DA) y el gen
del transportador de la noradrenalina (NA).

Heredabilidad del TDAH

De padres a hijos y de hermano a hermano. Los estudios de familiares han


señalado históricamente una prevalencia de TDAH entre padres y hermanos de
pacientes con TDAH. El riesgo o probabilidad de TDAH en un hijo llega al 60-
90% si uno de los padres lo sufre. En sentido inverso, un padre o hermano de
un niño con TDAH tiene de 2 a 8 veces más riesgo de padecer este mismo
trastorno que la población general (Faraone, 2005).

Factores ambientales

El TDAH puede adquirirse o modularse por factores biológicos adquiridos


durante el periodo prenatal, perinatal y postnatal, como la exposición
intrauterina al alcohol, nicotina y determinados fármacos (benzodiazepinas,
anticonvulsivantes), la prematuridad o bajo peso al nacimiento, alteraciones
cerebrales como encefalitis o traumatismos que afectan al córtex prefrontal,
una hipoxia, la hipoglucemia o la exposición a niveles elevados de plomo en la
infancia temprana.

Factores psicosociales

Pueden influir y modular las manifestaciones del TDAH. La severidad y


expresión de los síntomas puede verse afectado a través de la interacción gen-
ambiente (ciertos factores ambientales pueden tener distinto impacto en
individuos que tienen un gen en particular, frente a personas que no lo tienen).

Factores maternos

 Tabaquismo durante el embarazo


 Parto pretérmino
 Exposición durante la niñez a toxinas ambientales, como el plomo, que
se encuentran en las tuberías o la pintura de edificios antiguos
 Parto prematuro
 Salud general de los padres: un niño puede correr un mayor riesgo de
padecer el TDAH si los padres tienen ciertas afecciones, como
trastornos por el consumo de alcohol .Pasar más de dos horas al día
mirando televisión durante la niñez.

Instrumentos o test TDAH:

Test de caras (Test de percepcion de diferencias)

Evaluación de las aptitudes perceptivas y de atención. De aplicación colectiva.


Tiene un tiempo estimado de 3 minutos. Se puede utilizar a partir de los 6
años.

Consiste en una prueba perceptiva integrada por 60 elementos gráficos, que


representan dibujos esquemáticos de caras con trazos muy elementales.
Evalúa las aptitudes requeridas para percibir rápidamente semejanzas y
diferencias con patrones estimulantes parcialmente ordenados.

Escala de Magallanes de atención visual

Hay dos versiones, según edad: EMAV-1 para niveles de 1º a 4º de educación


primaria (6, 7, 8 y 9 años) y EMAV-2 en adelante, incluido adultos. Consiste en
valorar la capacidad y habilidad atencional en niños y adultos. La ejecución de
la prueba tiene una duración de 6 minutos para la versión 1, y de 12 minutos
para la 2; con un tiempo total, incluyendo las instrucciones, de 30 minutos en
ambos casos.

Proporciona dos índices de atención: Atención Sostenida (AS) y Calidad de la


Atención (CA) En aplicación individual es posible obtener, además una
valoración de la Estabilidad Atencional (rendimiento a lo largo del tiempo). La
aplicación individual: tiene una duración variable de 15 a 40 minutos.

Es de especial eficacia para la valoración de niños con TDA, exclusivamente en


su versión de aplicación individual.

EDAH (Evaluación del trastorno para el déficit de Atención e


Hiperactividad)

Escala para evaluar la hiperactividad, déficit de atención, impulsividad y


trastornos de la conducta que influyen muy negativamente en el desarrollo
escolar del niño. Aplicable a niños de entre 6 y 12 años, de manera individual,
con una duración de 5 a 10 minutos aproximadamente. La finalidad del EDAH
es recoger información sobre la conducta habitual del niño. Permite evaluar los
rasgos principales del TDAH de una manera sencilla y objetiva.

Test de desórdenes de atención e hiperactividad

James E. Gilliam. Se aplica desde los 3 a los 23 años. Es un instrumento muy


efectivo para la identificación y evaluación de desórdenes de atención. Está
basado en el criterio diagnóstico del DMSIV. Contiene 36 ítems agrupados en 3
subtests: hiperactividad, impulsividad e inatención.

Escala de Magallanes de impulsividad computarizada. (EMIC)

Los autores son Servera, M. y Llabrés, J. Para niños de 6 a 11años. Muy


eficaz para evaluar el estilo cognitivo "reflexividad-impulsividad",
proporcionando dos índices, representativos de la capacidad de procesamiento
analítico del sujeto ante tareas que contienen incertidumbre de respuesta;
extrapolable al ámbito de las capacidades de aprendizaje en general.

Tratamiento del TDAH

Para abordar el TDAH es necesario entender que por tratarse de un síndrome


no tiene cura. No obstante, esto no es motivo por el cual haya que desanimarse
ni dejar de ser optimista respecto a las proyecciones futuras de las personas
con TDAH. Al contrario, hoy en día existen múltiples estudios que señalan que
si el TDAH es diagnosticado tempranamente y es abordado desde múltiples
dimensiones, este puede mejorar gradualmente y evolucionar de tal manera
que el niño/a pueda desarrollarse de la mejor manera y adaptarse al medio sin
inconvenientes. Existen estudios que datan del 1999, que señalan que el
tratamiento farmacológico en conjunto con la terapia conductual, es el más
exitoso de entre las distintas modalidades de abordaje, presentando un mejor
pronóstico a futuro para el cuadro de TDAH y todas sus variantes. (MTA, 1999).

Intervenciones en el TDAH

La intervención psicológica en los niños y adolescentes TDAH debe incluir


dominios en los que el afectado manifiesta algún problema como cognitivo,
emocional, comportamental:
Abordaje psicoeducacional:

 Explicación del TDAH al afectado


 Posibles problemas o riesgos asociados al trastorno
 Aceptación activa del diagnóstico por parte del afectado
 Acuerdos de compromiso y cumplimiento terapéutico

Terapia cognitivo-conductual:

 Desarrollo y orientación personal


 Resolución de conflictos
 Entrenamiento en auto-instrucciones
 Organización y planificación de la conducta en función de objetivos y
metas.
 Autorregulación emocional

Terapia de modificación de conducta:

 Normas y limites
 Entrenamientos en hábitos positivos
 Modificación de conductas disruptivas y problemas de conducta
 Entrenamiento en conductas positivas

Entrenamiento en habilidades sociales:

 Autoestima, comunicación emocional


 Entrenamiento asertivo
 Reglas de sociabilización
 Habilidades de competencia social

Técnicas de relajación y control del estrés y la ansiedad:

 Relajación y respiración
 Expresión corporal
 Realización de actividades externas como actividades deportivas,
hobbies, actividades socio-culturales
 Psicomotric
ANEXOS

REVISTAS E INVESTIGACIONES DEL TDAH

El TDAH a fondo en el nuevo número de la revista Pediatría Integral


26 enero, 2015, 9:41 pm
El número 9 de la revista Pediatría Integral se dedica de una forma extensa y
precisa al Trastorno del Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). En un
número de una mayor amplitud de los habitual, se repasan los diversos
aspectos desde la definición de la enfermedad, a su diagnóstico, pasando por
los diferentes tratamientos y su influencia en la vida del paciente, así como
otros temas legales. Los temas de formación son:
 Introducción y etiopatogenia del trastorno por déficit de atención e
hiperactividad (TDAH)
 Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Manifestaciones
clínicas y evolución. Diagnóstico desde la evidencia científica
 Plan de tratamiento multimodal del TDAH. Tratamiento psicoeducativo
 Tratamiento farmacológico del TDAH basado en la evidencia
 El TDAH y su comorbilidad
 Trastornos de aprendizaje y TDAH. Diagnóstico y tratamiento
 Alteraciones del sueño y TDAH o TDAH y alteraciones del sueño ¿existe
relación?
 TDAH: aspectos éticos y legales

Además, la editorial, a cargo de la directora de la revista, la Dra. Inés Hidalgo,


aborda los diferentes aspectos de la situación actual de la enfermedad en
España. También se hace un resumen de las actividades y evolución del Grupo
de Trabajo de TDAH de la SEPEAP, un grupo que se ha mostrado muy atento
a las novedades de esta enfermedad en España.
Como regalo extra dentro de los temas de esta revista, se añade un artículo
con Herramientas de utilidad para evaluar el trastorno por déficit de atención e
hiperactividad.
En El Rincón del Residente se analizará un caso de Diagnóstico diferencial de
las lesiones eritematodescamativas
El Dr García-Sala, presidente del Comité organizador del 28º Congreso
Nacional de la SEPEAP, celebrado en Valencia entre el 23 y el 25 de octubre
de 2014, colabora en la revista con su resumen del evento.
Finalmente, el Dr Marina en su sección de Crítica de Libros, comenta el libro
“VACUNAS. Algo más que el Calendario Vacunal. Cuestiones y Respuestas”
TDAH, un trastorno con tratamiento
El trastorno por déficit de atención (TDAH) es hereditario en el 80% de los
casos
Niñas que en las aulas y en casa trabajan como hormiguitas sin que les luzcan
los resultados escolares, muy olvidadizas y cuyo problema pasa desapercibido
hasta la educación secundaria. O niños muy movidos y con conductas que
alteran la clase, por lo que su trastorno se suele descubrir en la educación
primaria. El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es tan
frecuente que se estima que en cada aula haya al menos un niño afectado.
Para diagnosticarlo, tratarlo y evitar el fracaso escolar es fundamental que
padres, madres y profesores estén atentos a sus síntomas.

"Dime cómo te portas y te diré qué TDAH tienes"


Todos no siguen un mismo patrón. Algunos afectados por TDAH se distraen
con el vuelo de una mosca, se olvidan de los deberes para el día siguiente y de
dar los recados del colegio a sus padres. Son los reyes del despiste. Otros, sin
embargo, se muestran extremadamente inquietos e incontrolables en los
cambios de clase, en una fila, en el comedor y chillan o lanzan comentarios
inapropiados. Podría decirse que son los alborotadores del curso. Este es, a
grandes rasgos, el comportamiento de los alumnos con un trastorno por déficit
de atención e hiperactividad (TDAH) en la escuela, cuyo problema se puede
sospechar por su bajo rendimiento académico. Si no se trata a tiempo, puede
concluir con un estrepitoso fracaso escolar. En la actualidad, el TDAH es el
trastorno del aprendizaje más frecuente, tras la dislexia. Afecta entre un 5% y
un 10% de la población escolar, por lo que se estima que cada profesor tieneen
el aula al menos a un afectado, según datos de distintos estudios
epidemiológicos. Por ello, tanto los padres como los educadores deben poner
atención a la posible inatención de sus hijos, su conducta y su bajo rendimiento
académico. De hecho, la escuela puede ser un ámbito idóneo para detectarlo.
Para lograrlo, es clave conocer las manifestaciones de los distintos tipos de
TDAH. Tres son las principales:

 La hiperactividad o incapacidad para de los niños afectos para estar


quietos y callados en clase.
 La impulsividad o incapacidad para controlar los impulsos, aguardar un
turno y no interrumpir una conversación.
 El déficit de atención o incapacidad para concentrarse, organizarse y
acabar las tareas que requieren un esfuerzo mantenido.
 Diferentes tipos de TDAH

No todos los afectados por este trastorno tienen los mismos síntomas. En
función del que predomine, padecerá un tipo u otro de TDAH. La comunidad
científica los ha clasificado así:
 Predominantemente hiperactivo/impulsivo. El síntoma dominante es
el movimiento excesivo. Se dice de ellos que "no paran quietos" o
"hablan por los codos". Es más visible en educación primaria, aunque es
muy difícil diagnosticar un TDAH con plena seguridad antes de los seis
años, pues en la primera infancia todos los pequeños tienen rabietas, se
muestran inflexibles e incapaces de controlar su conducta en numerosas
ocasiones. En el TDAH estas pautas de comportamiento propias de los
más pequeños persisten en el tiempo y delatan que algo falla.
 Predominantemente inatento. La manifestación sobresaliente es la
falta de atención, que se traduce en incapacidad para concentrarse,
organizarse y la tendencia a olvidarse los deberes, los exámenes, las
notas o cualquier otro encargo para los padres. A diferencia del anterior
tipo de TDAH, no tienen conductas tan disruptivas en clase, sino que
son como hormiguitas que se esfuerzan en estudiar, pero sin obtener
resultados. Cuando se les habla, parece que están en otra parte y en la
clase parece que escuchan, pero no se enteran de nada. Se dice de
ellos que "sueñan despiertos" o "están en las nubes". Por sus
características, este trastorno suele pasar más desapercibido. Los
afectados -en su mayoría niñas- pasan de curso y su inatención,
incapacidad para organizarse y tendencia al olvido se hace evidente a
medida que aumentan las exigencias académicas, por lo que el
diagnóstico del trastorno por déficit de atención se suele hacer en la
educación secundaria.
 Combinado. Es la combinación de los dos anteriores
(hiperactivo/impulsivo y inatento) y el más frecuente de todos, encontrar
un TDAH del tipo hiperactivo/impulsivo o del tipo inatento puro es más
difícil. Es más, el TDAH también puede acompañarse de otros síntomas,
como los tics, y se asocia a diferentes trastornos del aprendizaje (sobre
todo la dislexia) o trastornos psiquiátricos (la depresión infantil).

Un trastorno escrito en los genes


El TDAH es hereditario en el 80% de los casos y solo en el porcentaje restante
se debe a otras causas adquiridas, como el consumo de tóxicos en el
embarazo. Los afectados heredan de sus padres unos genes defectuosos que
alteran la producción de unos neurotransmisores o sustancias que hay en el
cerebro (la noradrenalina y la dopamina). Esta alteración y la inmadurez de
ciertas estructuras cerebrales (el lóbulo frontal) explica la variedad de síntomas
de este trastorno y también que los afectados tengan menos desarrolladas las
funciones ejecutivas, es decir, las que se relacionan con la capacidad de
autocontrol, la resolución de problemas (lo que se traduce en una baja
comprensión lectora, dificultad para las matemáticas o estructurar un texto oral
o escrito), la capacidad de organización, planificación, fijar objetivos y tomar
decisiones. Comprender que el TDAH tiene una base neurobiológica es
fundamental para que los progenitores acepten que su hijo con déficit de
atención no puede atender mejor por esta causa y no porque se "les tome el
pelo". Pero, por desgracia, con suma facilidad se les adjudican injustas
etiquetas como las de olvidadizos, despistados, vagos, etc. Sin embargo, ellos
no han elegido ser así y, por lo tanto, no deben considerarse problemáticos,
sino niños con un problema que se debe afrontar y resolver.

De hecho, una vez que entienden el alcance de este diagnóstico, muchos


padres no solo se sienten culpables por haberles transmitido esos genes
defectuosos, sino que, por desgracia, descubren que ellos mismos también
sufren un TDAH que no se les diagnosticó ni se les trató en la infancia. Implicar
a estos padres con TDAH en el tratamiento de sus hijos es una misión
doblemente ardua, pero no imposible, que requerirá tratarlos también a ellos.

INVESTIGACIONES SOBRE EL TDAH

Científicos descubren genes específicos relacionados con el TDAH

Puede que usted ya sepa que el TDAH es hereditario, sobre todo si hay
miembros de su familia que lo tienen. La ciencia también lo ha demostrado.
Estudios a pequeña escala han sugerido que el TDAH es hereditario, y por lo
tanto tiene un componente genético. Recientemente, un estudio a gran escala
encontró segmentos de genes específicos que están relacionados con el TDAH
y que parecen aumentar la probabilidad de tener esta condición común.

El estudio, publicado en la revista Nature Genetics, es el primero en su tipo. Un


equipo internacional de investigadores usó información de varios estudios y
bases de datos. (Una de sus fuentes fueron datos de pruebas genéticas
realizadas por la compañía 23andMe). Los investigadores compararon el ADN
de 20.000 personas que tenían TDAH con el ADN de 35.000 que no lo tenían.
Los sujetos eran principalmente descendientes de europeos.Pedimos la opinión
de los expertos de Understood Nelson Dorta, Thomas E. Brown y Stephanie
Sarkis.

Conclusiones principales

El estudio usó mapeo genético de vanguardia. Los investigadores estudiaron


una amplia variedad de datos y encontraron 12 segmentos de genes con
variaciones relacionadas con el TDAH. Estas variaciones resultan en
diferencias en el desarrollo cerebral de las personas con TDAH. También
afecta cómo las células del cerebro se comunican entre ellas.

Uno de los segmentos genéticos que los investigadores examinaron regula un


neurotransmisor que juega un papel importante en el TDAH. Este químico
cerebral se llama dopamina, y tiene un impacto en la atención y la motivación.
Otro segmento juega un papel importante en el desarrollo del lenguaje.

Casi todos tenemos características propias del TDAH. Pero las personas que
son diagnosticadas con esta condición tienen más variaciones genéticas que
parecen estar relacionadas con el TDAH. El estudio encontró que los síntomas
del TDAH son la versión extrema de conductas típicas, lo cual apoya otra
investigación.

Conclusiones importantes para los padres

El estudio mostró una relación entre los genes y ciertas características. Estas
incluían conductas perjudiciales, como fumar y prácticas sexuales de alto
riesgo. También mostró una relación con problemas de salud como la
obesidad, el insomnio y la depresión.

Algo que los padres pueden aprender del estudio es que el TDAH es una
cuestión biológica. “Los chicos no pueden controlar algunas conductas del
TDAH de la misma manera que usted no puede controlar el latido de su
corazón”, comenta Sarkis.

Brown opina que el estudio refuerza que el TDAH no es resultado de cambios


en nuestra cultura. Los teléfonos celulares, los videojuegos o mirar mucha
televisión no causan TDAH.

Sin embargo, eso no significa que los factores externos no jueguen un papel en
los desafíos de los niños. “El entorno en que la persona nace y se desarrolla
puede hacer que el TDAH sea más o menos problemático”, añade.

Existe una limitante en el estudio, de acuerdo con Dorta. Algunas personas con
TDAH reportaron su condición, mientras que otras tenían un diagnóstico de
TDAH. Pero aun así, la información sigue siendo confiable y consistente con
otros estudios.

Esta investigación revela una comprensión más profunda del rol que los genes
juegan en el TDAH. Pero Brown enfatiza que, por ahora, no existe una prueba
genética que pueda determinar si alguien tiene TDAH o no. Se necesita realizar
más estudios. Los investigadores continúan buscando las causas posibles, y
quizá los tratamientos para el TDAH.

Un estudio indica que los niños de menor edad del salón tienen más
probabilidad de ser diagnosticados con TDAH
Un nuevo estudio muestra que los niños más pequeños del salón tienen más
probabilidades de ser diagnosticados con TDAH que los niños de más edad
que están en el mismo grado escolar.

El estudio fue publicado en The New England Journal of Medicine. A partir de


una gran base de datos de una compañía de seguros, los investigadores
estudiaron a 407.846 niños nacidos en los Estados Unidos entre 2007 y 2009.
Les dieron seguimiento hasta que empezaron la primaria en 2015.

Estudios anteriores han tenido resultados similares. Sin embargo, este es uno
de los estudios más grandes hasta la fecha sobre el efecto de la edad en un
grado escolar en el diagnóstico del TDAH.

Pedimos a los expertos de Understood Thomas E Brown, Mark


Griffin y Preetika Mukherjee que nos dieran su opinión sobre el estudio.

Resultados importantes

El estudio se enfocó en estados que exigen que los niños tengan cinco años
cumplidos el 1º de septiembre para poder ingresar a kínder. Esto significa que
los niños que han nacido en agosto pueden comenzar la escuela, mientras que
los que han nacido después del 1º de septiembre deben esperar un año. Como
resultado, los niños nacidos en agosto son los más pequeños de su grado y los
nacidos en septiembre son los mayores.

Los investigadores encontraron que los niños nacidos en agosto son


diagnosticados con TDAH un 32 por ciento más que los niños nacidos en
septiembre. También que son tratados con medicación para el TDAH un 34 por
ciento más.

Estos números variaban entre niños y niñas. Ser el más joven del salón parecía
tener un efecto mayor en los niños. Los niños más pequeños del grado tenían
un 37 por ciento más probabilidad de ser diagnosticados con TDAH, mientras
que en las niñas el porcentaje era del 28 por ciento.

Los investigadores también estudiaron los estados que no tenían como fecha
límite el 1º de septiembre para cumplir con el requisito de edad. En esos
estados, no se encontraron diferencias en la frecuencia con que se
diagnosticaba el TDAH entre los niños nacidos en agosto y los nacidos en
septiembre.

Resultados importantes para los padres

Griffin comentó que en términos generales el estudio era confiable. “Existe una
diferencia de edad de 12 meses dentro de un mismo grado escolar”, dijo. “Por
ello la falta de atención puede ser una conducta más frecuente en niños de
menos edad. Y es posible que esa conducta se compare con los niños de más
edad y resulte en un diagnóstico de TDAH”.

Sin embargo, el estudio tiene grandes limitaciones. Según Brown, los


investigadores no pudieron determinar si algunos de esos niños habían sido
diagnosticados incorrectamente con TDAH. “Solo pueden afirmar que la edad
relativa en un grado escolar afecta el diagnóstico del TDAH, pero no pueden
decir si el impacto es beneficioso o perjudicial”.

Por ejemplo, el estudio indica que los niños más pequeños del grado suelen
tener un rendimiento académico inferior, y podrían beneficiarse del apoyo
adicional que conlleva un diagnóstico de TDAH.

Todos los expertos estuvieron de acuerdo en que es importante una buena


evaluación si a usted le preocupa que su hijo tenga TDAH. “Existen criterios
objetivos para diagnosticar el TDAH. Un niño debe presentar seis (o más)
síntomas para satisfacer los criterios de diagnóstico”, dice Mukherjee.

“El especialista que evalúe a su hijo debe considerar todas las explicaciones
del comportamiento de inatención o impulsividad”, explica. “Pueden existir
circunstancias personales, como ser el más joven del grado, u otras dificultades
coexistentes”.

Griffin recomienda que los padres participen en el proceso. “Lleve un registro


del comportamiento de su hijo en el kínder. Asegúrese de que su opinión sea
escuchada durante cualquier evaluación del comportamiento de su hijo”,
aconseja. “Averigüe cuáles son las expectativas para los niños de kínder y
cómo se compara su hijo con sus compañeros en términos de desarrollo”.

“También es una opción esperar un año para inscribirlo en la escuela”, comenta


Brown. “Si la edad de su hijo se encuentra en el extremo inferior del rango de
edad de su grupo o parece inmaduro para su edad, podría ser preferible que
asista un año más a preescolar”.

El TDAH afecta no solo a los niños sino también a los adolescentes y adultos,
es fundamental establecer opciones para mejor la condición de la persona pero
cabe recalcar que se debería llevar a cabo el diagnóstico y tratamiento lo cual
evitara por ello que la persona desarrollo episodios inadecuados durante la
niñez, es transcendental la ayuda de la familia, profesores de manera que el
psicólogo cumple un papel importante en el desempeño incluyendo a los
neuropediatra y psiquiatra pero hay que tener en cuenta que antes, durante y
después del embarazo las madres deberán tener un buen cuidado del bebe,
se debería brindar orientación a los padres ya que ellos podrían saber más
sobre este trastorno que se da genéticamente, ambiental psicosocial y materno
para así designar un afable cuidado del niño.

Conclusión Alexandra

¿El TDAH se cura?

El TDAH no es una enfermedad de la que uno tenga que curarse. Es un trastorno que
condiciona la vida del niño y del adolescente, y lo que hay es que aprender a convivir
con ello, a atenuar los síntomas para que no condicionen la vida del niño con una
repercusión negativa. Pero no hay que curarse porque no es una enfermedad. Hay
que superarlo y convivir con el trastorno de la mejor manera posible.

¿Cómo evoluciona el TDAH? ¿Se cura con el tiempo?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es una alteración muy común de inicio
temprano en la infancia. De hecho, se estima que entre el 7 y 8% de los niños en edad escolar
padecen este trastorno. Sin embargo, al contrario de la creencia popular, los síntomas no
siempre remiten con el paso de los años. Se estima que del 50 al 70% de los niños con TDAH
seguirán teniendo síntomas en la adultez, algo que también ocurre con muchos otros
trastornos de inicio temprano, como la discapacidad intelectual o el trastorno disocial, aunque
en el caso del TDAH los síntomas muy pocas veces se acentúan, lo usual es que se produzca
una adaptación.

Por lo general, el TDAH con predominio del déficit de atención es el que mejor pronóstico
tiene con el paso de los años, sobre todo cuando la persona aprende estrategias para mejorar
la concentración. No obstante, el TDAH con predominio de impulsividad e hiperactividad
también puede mermar en la adultez. Todo depende de la forma en la que el trastorno va
modificando sus características con el paso de los años y de las estrategias que las personas
desarrollen para compensar el déficit.

TDAH en adolescentes

Los principales problemas del TDAH que persistirán en el adulto aparecen en la infancia pero
se acentúan en la adolescencia y la juventud. En estas etapas se deteriora, fundamentalmente,
la capacidad de adaptación al medio. Es usual que los chicos tengan más problemas de
aprendizaje, lo cual provoca un rendimiento escolar más bajo, aumenta las probabilidades de
que tengan que repetir algún curso y tienen hasta 3 veces más riesgos de ser expulsados de
forma temporal o definitiva del colegio.

Asimismo, se acentúan las conductas delictivas, rebeldes y de desafío a la autoridad, a la vez


que son más proclives a sufrir accidentes graves. De hecho, los estudios señalan que alrededor
del 48% de los adolescentes con TDAH han sufrido arrestos, en comparación con el 20% de
adolescentes que no sufren este trastorno. También suelen tener su primera relación sexual
antes que el resto de los adolescentes, a los 15 años un alto porcentaje de los chicos con TDAH
han contraído una enfermedad de transmisión sexual o han tenido un embarazo.
Adolescente TDAH

No obstante, muchos de estos problemas se pueden manejar si el adolescente recibe el apoyo


de las personas que le rodean y estas les ayudan a desarrollar estrategias de afrontamiento
más eficaces. Si no ocurre así, los problemas pueden agravarse y el adolescente o joven
experimenta sentimientos de culpa y sufre daños a su autoestima.

TDAH en adultos

Cuando los síntomas del TDAH persisten en la adultez, es probable que la persona tenga
dificultades para mantener un buen desempeño laboral, en sus relaciones sociales y que
manifieste cierta inestabilidad emocional. Sin embargo, no siempre es así.

En general, el nivel educativo de los adultos con TDAH suele ser bajo debido a los problemas
académicos durante su infancia y adolescencia. De hecho, las estadísticas demuestran que los
adultos hiperactivos tienen el doble de probabilidades de no cursar la universidad y, de
hacerlo, tienen 7 veces más posibilidades de no terminar los estudios. Sin embargo, también
existe un porcentaje significativo de adultos con TDAH que terminan sus estudios
universitarios y tienen una excelente carrera profesional. La clave radica en aprender a
controlar los síntomas.

Cuando la persona no logra desarrollar estrategias compensatorias, le resulta difícil mantener


el trabajo. Según los estudios, es usual que los adultos con TDAH cambien de trabajo, algunas
veces se debe a su conducta impulsiva y en otras ocasiones a que han sido despedidos por su
falta de competencia. Y es que a estas personas se les dificulta asumir grandes cargas de
trabajo y tienen problemas para concentrarse.

En el ámbito personal, el mayor problema no radica en encontrar pareja sino en mantener una
relación estable a lo largo del tiempo ya que estas personas pueden llegar a ser muy impulsivas
y les cuesta dar su brazo a torcer. Asimismo, pueden manifestar conductas destructivas
marcadas por el distrés, la tensión, la ansiedad, los problemas interpersonales, la hostilidad y
la depresión.

¿Qué puede hacer el colegio para ayudar a los niños con TDAH?

Se estima que alrededor del 5% de los niños padecen esta alteración que, por lo
general, se diagnostica en la edad escolar, es en los colegios donde generalmente
empiezan a aflorar los problemas de atención e hiperactividad, por lo que en cada
clase suele haber uno o dos niños con TDAH. el TDAH no comienza con la entrada a
la escuela, lo que sucede es que sus síntomas se hacen más evidentes a partir de los
5 o 7 años de edad, cuando los niños tienen que enfrentarse a las nuevas normas que
exige el colegio y que presuponen un mayor esfuerzo y atención.

Cinco consejos para ayudar a un niño con TDAH en la escuela

1. Utiliza ejemplos prácticos y originales

El problema más acuciante de los niños con TDAH es su dificultad para concentrarse
en una sola tarea durante un tiempo prolongado. Si esta tarea le resulta además
monótona y aburrida, la falta de atención se acentuará aún más. Por eso, es
conveniente recurrir a actividades que motiven al niño en el aula. Los ejemplos
prácticos y las tareas originales, que despierten su curiosidad, son perfectas. También
es conveniente utilizar medios educativos dinámicos, como los proyectores u otros
recursos propios de las nuevas tecnologías.

2. Divide las lecciones en unidades cortas

Una manera para retener la atención de los niños con TDAH consiste en dividir las
lecciones en actividades más cortas y entretenidas. Como a estos niños les resulta
difícil mantenerse concentrados en una misma tarea durante mucho tiempo, si se
cambia la actividad con frecuencia, les será más fácil mantenerse concentrados. Por
ejemplo, puedes pedirle que lea pequeños fragmentos de texto, o que resalte la
información importante de otro color. De igual manera, resulta eficaz entregarle solo
una tarea a la vez. De hecho, al aplicar esta estrategia en los exámenes (entregar una
pregunta a la vez), se consiguen mejores calificaciones.

Qué puede hacer el colegio para ayudar a los niños con TDAH

3. Potencia el aprendizaje cooperativo

Otra estrategia muy eficaz para educar a los niños con TDAH consiste en ponerlo bajo
la tutela de otro niño. Es lo que se conoce como tutorización entre iguales y es una
forma para que los niños con TDAH se sientan motivados a no abandonar las
actividades escolares. Además, al compartir las tareas con un compañero de clase, le
resulta más sencillo comprender los contenidos, aceptar las sugerencias y realizar los
deberes.

4. Estimula sus potencialidades

A menudo, las personas que rodean al niño con TDAH se centran en sus síntomas; es
decir, en sus deficiencias y en su incapacidad para realizar determinadas actividades.
Sin embargo, muy pocas veces los padres o profesores se detienen a valorar y
reconocer sus potencialidades. Esta forma de actuar afecta la autoestima del niño y
debilita su motivación. Por eso, es importante estimular sus cualidades y
potencialidades, así el niño también desarrollará una mayor confianza en sí mismo.

5. Refuerza sus avances

Una estrategia muy sencilla para fortalecer el desarrollo académico de un niño con
TDAH es reforzar sus avances en el aula, aunque sean pequeños. A veces es
suficiente con que el profesor le dedique unas palabras de aliento o un gesto de
aprobación. Sin embargo, también se puede recurrir a otras técnicas, como una
condecoración, una medalla o un distintivo, cada vez que alcance determinada
puntuación. La idea radica en resaltar su esfuerzo y motivarlo a empeñarse más.

¿Qué cosas pueden mejorar o empeorar en el tdah?

Vivir con TDAH no es sencillo, ni para los niños ni para sus padres. Cuando este
trastorno no se maneja adecuadamente, la vida del niño se puede hacer cuesta
arribap y la dinámica familiar se resiente. Al contrario, cuando se siguen las
indicaciones terapéuticas, el niño puede mejorar considerablemente.

Cinco factores que mejoran el TDAH

1. Un diagnóstico temprano

El diagnóstico precoz es, muchas veces, la clave para aliviar cualquier trastorno.
Mientras antes se ponga en marcha el tratamiento, mejor. El TDAH no es una
excepción, de manera que cuanto antes se realice el diagnóstico, más rápido se podrá
intervenir y mejores serán los resultados. Esto se debe, en primer lugar, a que cuanto
más temprano se detecten los síntomas del TDAH, menos estructurados estarán y, en
segundo lugar, a que mientras más pequeño sea el niño, más fácil será reencaminar
su conducta.

2. Estabilidad en la vida familiar

Vivir en un ambiente familiar estable, armónico y organizado es fundamental para


cualquier pequeño, aún más para los niños con TDAH. De hecho, se ha demostrado
que los límites en la vida familiar ayudan a contrarrestar las manifestaciones de este
trastorno, que suele impulsar al niño a llevar una vida desorganizada. Por eso, los
psicólogos recomiendan establecer normas, hábitos y límites adecuados a las
necesidades de cada niño con TDAH.

3. Apoyo de los padres

El TDAH y el fracaso escolar suelen ir de la mano, por lo que muchos de estos niños
terminan manifestando un rechazo a la escuela. Además, como los problemas en el
ámbito académico afectan su autoestima y confianza, es imprescindible que cuenten
con el apoyo de los padres. Los niños con TDAH necesitan saber que sus padres les
quieren, más allá de sus logros o fracasos escolares.

Qué cosas pueden mejorar o empeorar un TDAH

4. Adaptación de las actividades académicas

A la mayoría de los niños con TDAH les cuesta concentrarse en las tareas
académicas, lo que influye directamente en sus resultados escolares. Por eso, es
fundamental que los programas curriculares se adapten a las necesidades del niño.
Esto no significa que requieran una educación especial, sino que la planificación de las
tareas académicas debe adecuarse a sus características.

5. Integración entre la familia y la escuela

Para los niños con TDAH es importante recibir el apoyo familiar y de la escuela pero
ambas también deben trabajar juntas por un mismo objetivo. De hecho, los niños
cuyos padres están implicados de lleno en las actividades escolares, muestran un
desempeño académico mejor que aquellos cuyos padres se mantienen al margen de
la escuela. Obviamente, cuando los padres ayudan a sus hijos con los deberes
escolares y se mantienen al tanto de su comportamiento en el colegio, el rendimiento
de los niños aumenta.
Cinco circunstancias que pueden agravar el TDAH

La detección tardía del trastorno. El diagnóstico tardío del TDAH es uno de los
factores que pueden agudizar el trastorno. El problema radica en que, a medida que
transcurre el tiempo, los síntomas se complejizan y se estructuran, por lo que son más
difíciles de tratar e incluso aumentan las probabilidades de que aparezcan otras
patologías.

Una educación familiar demasiado severa o muy permisiva. La falta de normas y


límites claros o, al contrario, la presencia de rutinas demasiado estrictas y poco
flexibles, son factores que afectan la vida del niño con TDAH. Estos pequeños
necesitan un ambiente familiar bien organizado, con horarios y rutinas específicos
pero, a la misma vez, los padres deben ser lo suficientemente flexibles como para
saber adaptarse a las necesidades del niño.

Falta de comunicación con los padres. El niño con TDAH necesita que lo escuchen,
necesita saber que le comprenden porque solo así se sentirá seguro y apoyado.
Cuando no tiene un espacio para expresar lo que siente con confianza, es probable
que se sienta frustrado y que los niveles de estrés y ansiedad aumenten, acentuando
aún más los síntomas del TDAH.

El fracaso escolar. A menudo el niño con TDAH no alcanza los objetivos académicos,
ya sea por la intensidad de sus síntomas o porque no ha contado con la ayuda de sus
padres o profesores. Sin embargo, el fracaso académico es mucho más que una mala
calificación, también afecta la autoestima y la confianza del niño, por lo que puede dar
lugar al abandono escolar y empeorar los síntomas.

Comorbilidad con otros trastornos. Existen algunas características personológicas


que pueden agudizar el TDAH, como una baja tolerancia a la frustración, la testarudez,
el autoritarismo, la labilidad emocional y la baja autoestima. Asimismo, los síntomas
pueden empeorar con el desarrollo de otras alteraciones como el trastorno negativista
desafiante, el trastorno disocial, los trastornos del aprendizaje, las alteraciones del
estado de ánimo y los trastornos de la comunicación.

¿Falsos mitos sobre el TDAH que dañan a los niños y sus padres?

Las creencias erróneas más comunes sobre el TDAH

El TDAH es una invención

Muchos consideran que el TDAH es una enfermedad que han inventado las empresas
farmacéuticas para vender sus medicamentos. Sin embargo, este trastorno ya
aparecía descrito en la literatura de 1865. Más adelante, en 1950, se le conoció como
Disfunción Cerebral Mínima, y luego, en 1980, se denominó Trastorno por Déficit de
Atención.

Por otra parte, los síntomas de este trastorno son similares en las diferentes culturas, y
su índice de incidencia también es bastante parecido. De hecho, se ha apreciado que
las personas con TDAH que no reciben tratamiento suelen desarrollar trabajos por
debajo de sus posibilidades, progresan menos profesionalmente y tienen un mayor
riesgo de consumir drogas, independientemente de la cultura y de su nivel
socioeconómico.

El TDAH es culpa de los padres

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, lo cual significa que en muchos casos


hay una carga genética y que en su base existe una química cerebral diferente, que
condiciona las funciones psíquicas superiores. De hecho, estos cambios afectan la
capacidad del niño para regular su atención, su nivel de actividad y sus impulsos. Por
tanto, no se trata de un trastorno causado por una “mala educación”, aunque es cierto
que la falta de reglas en el hogar y determinadas situaciones, como un divorcio
traumático o la llegada de un nuevo hermano, pueden agravar los síntomas.

El TDAH desaparece en la adolescencia

El TDAH no es una característica evolutiva, por tanto, no siempre desaparece en la


adolescencia y ni siquiera en la adultez. Las estadísticas indican que la tercera parte
de los niños con TDAH ya no tendrá este problema en la adolescencia pero otra
tercera parte seguirá padeciendo el TDAH en la edad adulta. Lo que sucede en
muchos casos es que los síntomas se atenúan con el paso del tiempo, siendo menos
visibles. Por ejemplo, un niño inquieto que corre de un lado a otro, al crecer puede
canalizar esa inquietud dando golpecitos nerviosos con las manos o los pies. Además,
con el tratamiento adecuado muchas personas aprenden a convivir con la impulsividad
y la desatención desarrollando estrategias más eficaces y adaptativas.

Falsos mitos sobre el TDAH

El TDAH solo afecta a los niños

Muchas personas creen que el TDAH es un problema exclusivo de los niños. Sin
embargo, lo que sucede es que los síntomas de las niñas suelen ser menos llamativos
ya que a menudo se trata simplemente de desatención, no de hiperactividad. Por otra
parte, el TDAH en los niños suele estar asociado a comportamientos negativistas y
desafiantes, por lo que el cuadro resulta más llamativo y los padres o profesores
suelen pedir ayuda especializada con más frecuencia. Al contrario, en las niñas el
TDAH se ha asociado con cuadros depresivos, y en algunos casos ni siquiera hay
trastornos del aprendizaje, al menos hasta los 10 años. Por eso, muchos casos de
TDAH en niñas ni siquiera llegan a ser diagnosticado.

Los fármacos para tratar el TDAH son dañinos

Muchos padres piensan que es mejor recurrir primero a la terapia psicológica y, si esta
no funciona, usar entonces a la medicación. En la base de esta creencia se esconde el
miedo a que los fármacos sean peligrosos. Sin embargo, lo cierto es que en muchos
casos el tratamiento psicológico y la intervención familiar y escolar no son suficientes
para lidiar con el TDAH, y es necesario recurrir a los fármacos, los cuales sirven para
equilibrar los niveles de neurotransmisores como la noradrenalina y la dopamina.

Esto significa que, aunque el tratamiento del TDAH jamás debe limitarse
exclusivamente a la medicación, hay casos en los que esta es necesaria. De hecho,
en la actualidad existen diferentes medicamentos cuya eficacia y seguridad han sido
comprobadas y, si bien es cierto que pueden tener efectos adversos, estos son
mínimos en comparación con los beneficios que reportan.

Los niños con TDAH solo son perezosos

Muchas personas piensan que el TDAH es solo cuestión de pereza y falta de voluntad.
Sin embargo, los padres de un niño con TDAH saben que en muchos casos, aunque el
pequeño se esfuerce, le resulta difícil, cuando no imposible, mantenerse concentrado
durante largos periodos de tiempo o controlar su impulsividad.

Es importante tener en cuenta que tanto el nivel de activación como la atención son
procesos neurológicos complejos, en los que inciden diferentes neurotransmisores, por
tanto, no se trata simplemente de falta de voluntad o de pereza. Además, colocarle
este tipo de etiquetas al niño solo hará que se sienta peor. De hecho, los estudios
incluso han demostrado que muchos de estos niños tienen una inteligencia por encima
de la media, solo necesitan un empujón adicional.

¿Por qué el niño con TDAH tiene problemas de aprendizaje?

Los problemas de aprendizaje, que muchas veces terminan en fracaso escolar, es uno
de los motivos más frecuentes por el que los niños con TDAH son llevados a consulta.
De hecho, se estima que alrededor del 20% de los niños diagnosticados con TDAH
también desarrollan alteraciones del aprendizaje específicas relacionadas con las
matemáticas, la lectura y la escritura. Sin embargo, la mayoría de las veces estos
problemas son una consecuencia de los síntomas del TDAH y no un trastorno
asociado, como muchos padres suelen pensar.

En realidad, los problemas de aprendizaje en los niños con hiperactividad suelen estar
causados casi siempre por las alteraciones propias del trastorno. Sin embargo, no
existe una única razón que explique por qué estos niños tienen problemas para
aprender. Así lo confirma un artículo publicado en la Journal of Child and Adolescent
Psychiatric Nursing, en el que apuntan a cinco causas fundamentales.

5 razones por las que un niño con TDAH puede presentar dificultades para
aprender

1. Signos de impulsividad

Una de las alteraciones que más repercuten en los problemas de aprendizaje de los
niños con TDAH es la impulsividad. Lo que sucede es que el comportamiento
impulsivo suele provocar una respuesta inmediata que carece de análisis, control y
lógica. De esta manera, los niños impulsivos cometan muchos errores debido a su
precipitación y también presentan dificultades para comprender los textos e
instrucciones escritas ya que omiten palabras en su lectura y no pueden entender el
contenido.
Además, en las áreas que requieren cierta destreza manual, como la escritura,
presentan problemas en la coordinación, en la motricidad fina y en la secuencia
motora de movimientos debido a su gran impulsividad, la cual les dificulta realizar
movimientos lentos y controlados. Asimismo, pueden ser torpes para colorear,
ensartar, abrochar botones y manejar con facilidad el lápiz por lo que es común que
también tengan una letra difícil de entender y desorganizada.

2. Inatención constante

La mayoría de los niños hiperactivos tienen dificultades para concentrarse, por lo que
suelen abandonar las tareas, incluso antes de terminarlas. Este problema afecta su
aprendizaje pues se distraen con facilidad en las lecciones. De hecho, los estudios
indican que la inatención es una de las causas principales de dislexia en el 25% de los
niños con TDAH.

Además, los problemas de concentración hacen que estos niños cometan errores a
menudo ya que no prestan atención a las instrucciones, sobre todo en el área de las
matemáticas. Como resultado, olvidan o hacen mal los pasos de los ejercicios. En los
casos más graves, ni siquiera pueden comprender y/o memorizar la secuencia de
pasos necesaria para resolver los problemas.

TDAH problemas de aprendizaje

3. Déficit viso-espacial

Otra peculiaridad de los niños con TDAH es la dificultad para utilizar de forma eficaz
las imágenes visuales. Este problema dificulta todas aquellas actividades que
requieran procedimientos visuales como por ejemplo: aprender la hora, distinguir entre
números y letras similares según su forma (como el 6 y el 9 o la d y la b) y diferenciar
entre las cantidades de números semejantes como el 12 y el 21.

Asimismo, suelen tener dificultades para reconocer los grafemas a simple vista, sobre
todo cuando se tratan de trazos similares, por lo que a menudo cambian las letras o
las palabras de la lectura. También tienen problemas con los ejercicios de geometría
plana y del espacio ya que a veces confunden las figuras y los rasgos semejantes.

4. Problemas de memoria

El déficit de memoria en los niños con TDAH está muy relacionado con su falta de
atención, una deficiencia que obstaculiza la fijación de los conocimientos a corto y
largo plazo. El ejemplo clásico son las tablas de multiplicar, que son una verdadera
tortura para los niños con TDAH ya que casi nunca pueden recordarlas.

Sin embargo, este no es el único problema pues también tienen dificultades para
mantener la información numérica en su memoria de trabajo por lo que les cuesta
reconocer y reproducir los números con rapidez. Además, suelen olvidar con facilidad
las instrucciones de los problemas, los pasos de la lectura y los procedimientos de las
actividades que implican habilidades motoras.

5. Alteraciones en la comprensión e interpretación


A menudo los niños con TDAH no solo tienen dificultades para captar el contenido de
un texto o una instrucción, sino que también tienen problemas para comprenderlos.
Por ejemplo, el niño puede descifrar el contenido de un texto pero, aun así, no logra
entenderlo. Casi siempre esto se debe a la falta de flexibilidad cognitiva y a un tipo de
pensamiento muy concreto, que le dificulta descifrar toda aquella información que no
tenga un carácter práctico.

De hecho, muchos de los niños con TDAH presentan un retraso en la adquisición de


los códigos fonológicos, sobre todo en la comprensión y la expresión de los tiempos
verbales. Asimismo, tienen escasas competencias para descifrar con rapidez la
información esencial por lo que a veces necesitan ayuda para realizar tareas que
cualquier otro chico de su edad puede hacer por sí mismo.

¿Se hereda el TDAH?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es uno de los problemas más


frecuentes en la niñez. Se trata de un trastorno neurobiológico cuyas repercusiones se
pueden apreciar en el comportamiento de los niños, a través de síntomas como la
impulsividad, la hiperactividad y las dificultades para concentrarse. Esto hace que el
TDAH sea una de las causas más comunes del fracaso escolar y de los problemas de
conducta.

Hoy se conoce que el TDAH no tiene una causa única sino que se trata de una
alteración multicausal que está determinada tanto por factores ambientales como
genéticos y hereditarios. De hecho, las investigaciones más recientes afirman que los
niños cuyos padres sufren TDAH tienen un 57% más de riesgo, lo que representa una
probabilidad 20 veces mayor de desarrollar el trastorno. Por tanto, las cifras sugieren
que el TDAH puede ser hereditario

Los estudios que analizan la genética y la herencia han encontrado que el riesgo de
padecer TDAH es mayor en los familiares biológicos de primer grado; o sea, de padres
y tíos a niños. Esto quiere decir que un niño tiene mayores probabilidades de
desarrollar un TDAH cuando alguno de sus progenitores o tíos también lo han tenido.

Esta relación también se aprecia en sentido inverso, lo cual ha permitido diagnosticar


muchos casos de TDAH en adultos. De hecho, cuando un niño tiene TDAH, existe un
25% de probabilidades de que uno de sus padres también tenga el trastorno y un 15%
de que sus hermanos lo desarrollen.

Los hallazgos de concordancia genética (estudios en los que se analizan las


probabilidades de desarrollar patrones genéticos semejantes en gemelos) afirman que
el riesgo de padecer TDAH en mellizos es de entre el 30 y el 40%, mientras que en los
gemelos la probabilidad prácticamente se duplica, hasta alcanzar entre un 50 y un
80%.

Además, se ha descubierto que es posible heredar algunos síntomas del TDAH, como
la falta de atención o la intranquilidad. De hecho, diferentes estudios aseguran que un
niño tiene un 79% más de riesgo de desarrollar inatención y un 88% de ser impulsivo e
hiperactivo si sus padres también han tenido estos síntomas.

No todo es genético
Las cifras sobre el TDAH no dejan lugar a dudas, la herencia desempeña un papel
importante en la aparición del trastorno. Sin embargo, al contrario de lo que se
pensaba hace algunas décadas, el responsable no es un solo gen sino la combinación
de varios genes.

De hecho, un estudio científico publicado recientemente en la revista Genes, Brain and


Behavior ha sacado a la luz una nueva variante genética que no solo es responsable
de la instauración del trastorno en la infancia sino también de su permanencia en la
edad adulta. Se trata del gen LPHN3, también conocido como Latrofilina 3.

El estudio en cuestión, que estuvo dirigido por especialistas del Instituto de


Investigación y el Departamento de Psiquiatría del Hospital Vall d´Hebron de España,
ha confirmado el rol de la genética en el desarrollo del TDAH y su relación específica
con el LPHN3, un gen que aumenta la susceptibilidad de los niños a padecer este
trastorno (en especial el TDAH combinado).

Sin embargo, no es el único gen que se ha relacionado con la aparición del TDAH. Por
ejemplo, anteriormente ya se había apuntado al gen GMR5. Al parecer, un 10% de los
niños con TDAH tienen una variación en el número de copias de este gen, que está
relacionado con los receptores del glutamato.

No obstante, los expertos señalan que a pesar de que el TDAH tiene un fuerte
componente genético y hereditario, la biología no es la única causante del trastorno.
Por tanto, la comunidad científica considera que el componente genético-hereditario es
tan solo es un predisponente para desarrollar el TDAH pero deben coexistir además
otros factores, como alteraciones neuroquímicas durante el periodo intrauterino,
posiblemente asociadas con factores de riesgo del embarazo, y pautas educativas
inadecuadas.

¿Cómo actúan los medicamentos para el TDAH?

Los síntomas en el TDAH están causados por un defecto en unas sustancias químicas
llamadas neurotransmisores, concretamente la dopamina y la noradrenalina. Estos
mensajeros químicos son esenciales para que los circuitos cerebrales encargados de
mantener la atención, organizar, planificar las acciones y controlar los impulsos,
funcionen correctamente.

Esquemáticamente, puede decirse que los medicamentos para el TDAH, lo que hacen
es aumentar la dopamina y la noradrenalina cerebral necesarias para un correcto
funcionamiento de las áreas cerebrales implicadas en el TDAH, permitiéndole al niño
utilizar sus facultades naturales para focalizar la atención, mantener la concentración
aunque la tarea resulte tediosa, pensar antes de actuar, escuchar, atender y aprender.

¿Qué tipos de medicamentos existen para tratar el TDAH?

Básicamente existen dos grandes tipos de medicación para el TDAH en niños. Se trata
principalmente de los fármacos estimulantes (se considera que actúan sobre la
dopamina cerebral), y los fármacos no estimulantes (se considera que actúan sobre la
noradrenalina), en aquellas zonas del cerebro que funcionan por debajo de lo normal
en los niños con TDAH (área prefrontal).
¿Las dosis de los medicamentos para el TDAH son las mismas para todos los
niños?

El tratamiento farmacológico en el TDAH, no solo debe individualizarse y adaptarse a


las características únicas e irrepetibles de cada niño o adolescente que lo recibe, sino
que además debe revisarse periódicamente y adaptarse a los cambios que se
producen en las diferentes etapas evolutivas de la vida.

La dosis de medicamentos para el TDAH se calcula de forma diferente en función del


tipo de fármaco que se seleccione, pero por lo general:

En función del peso del niño, (hay que tener también en cuenta que la velocidad de
metabolización varía enormemente de un niño a otro y no necesariamente es
directamente proporcional a su peso).

En función de la eficacia obtenida y la tolerancia; procurando siempre mantener un


balance positivo a favor de los beneficios terapéuticos obtenidos sobre los efectos
secundarios presentados.

Y puesto que la mayoría de los efectos secundarios aparecen al inicio del tratamiento
o al aumentar las dosis, siempre insistimos en que el tratamiento farmacológico para el
TDAH se tiene que comenzar de forma gradual, tomándose con calma el proceso de
ajuste de las dosis y su distribución a lo largo del día; y siempre desde una actitud de
escucha atenta de padres, profesores y el propio niño cuando esto sea posible.

¿Cuánto tiempo deben recibir medicación para el TDAH los niños?

El tratamiento farmacológico en el TDAH suele ser largo y debe administrarse hasta


que el niño lo necesite. En muchas ocasiones se mantiene hasta la adolescencia ó
incluso más allá de esta; por lo que cada caso individual debe revisarse
periódicamente. En este sentido, resulta de fundamental importancia la realización de
controles clínicos periódicos que le permitan al médico especialista vigilar la evolución
del niño y monitorizar la aparición de eventuales efectos secundarios; ajustando y
adaptando la pauta farmacológica a las necesidades propias de las diferentes etapas
evolutivas de la vida.

Trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en adultos

A pesar de que se llama «trastorno de déficit de atención con hiperactividad en


adultos», los síntomas comienzan en la primera infancia y continúan en la adultez. En
algunos casos, el trastorno de déficit de atención con hiperactividad no se reconoce ni
se diagnostica hasta que la persona es adulta. Los síntomas del trastorno de déficit de
atención con hiperactividad en adultos pueden no ser tan evidentes como los síntomas
del trastorno en niños. En los adultos, la hiperactividad puede disminuir, pero los
problemas con la impulsividad, la inquietud y la dificultad para prestar atención pueden
continuar.

El tratamiento para el trastorno de déficit de atención con hiperactividad en


adultos es similar al tratamiento del trastorno infantil, aunque algunos medicamentos
aprobados para niños no están aprobados para el uso en adultos. El tratamiento en
adultos consiste en medicamentos, apoyo psicológico (psicoterapia) y tratamiento para
cualquier otro trastorno mental que se manifieste a la vez.

Síntomas
Algunas personas con trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
tienen menos síntomas a medida que envejecen, pero algunos adultos siguen
teniendo síntomas importantes que interfieren en su vida diaria. En el caso de los
adultos, algunas de las características principales del TDAH pueden ser dificultad para
prestar atención, impulsividad e inquietud. Los síntomas pueden oscilar entre leves y
graves.

Muchos adultos con trastorno de déficit de atención con hiperactividad no saben que lo
tienen; solo saben que las tareas cotidianas pueden resultarles difíciles. Los adultos
con TDAH pueden tener dificultades para concentrarse y establecer prioridades, lo que
suele ocasionar que no cumplan con fechas límite y se olviden de reuniones o eventos
sociales. La incapacidad para controlar los impulsos puede oscilar entre tener
impaciencia al esperar en una fila o al conducir con mucho tránsito, y tener cambios de
humor y arrebatos de ira.

Algunos de los síntomas del trastorno de déficit de atención con hiperactividad


en adultos son los siguientes:

 Impulsividad

 Desorganización y problemas para establecer prioridades

 Escasas habilidades para administrar el tiempo

 Problemas para concentrarse en una tarea

 Problemas para realizar múltiples tareas a la vez

 Actividad excesiva o inquietud

 Escasa planificación

 Baja tolerancia a la frustración

 Cambios de humor frecuentes

 Problemas para realizar tareas y terminarlas

 Temperamento irascible

 Problemas para enfrentar el estrés


Causas

A pesar de que la causa exacta del trastorno de déficit de atención con hiperactividad
no está clara, las iniciativas de investigación continúan. Algunos de los factores que
pueden contribuir a causar el trastorno de déficit de atención con hiperactividad son los
siguientes:

Genética. El trastorno de déficit de atención con hiperactividad puede ser hereditario,


y los estudios indican que los genes podrían tener importancia en esto.

El entorno. Algunos factores del entorno también pueden aumentar el riesgo, como la
exposición al plomo durante la infancia.

Problemas durante el desarrollo. Los problemas en el sistema nervioso central en


momentos fundamentales del desarrollo pueden tener influencia en el trastorno.

Factores de riesgo

El riesgo de tener trastorno de déficit de atención con hiperactividad puede


aumentar si:

Tienes parientes consanguíneos, como un padre o un hermano, con trastorno de


déficit de atención con hiperactividad u otro trastorno mental

Tu madre fumó, tomó alcohol o consumió drogas durante el embarazo

De niño, estuviste expuesto a toxinas ambientales, como el plomo, que principalmente


se encuentra en la pintura y las cañerías de los edificios antiguos

Naciste de forma prematura

Complicaciones

El trastorno de déficit de atención con hiperactividad puede complicar la vida. Este


trastorno se ha vinculado con lo siguiente:

Bajo desempeño escolar o laboral

Desempleo

Problemas con la ley

Abuso de alcohol o de otras sustancias

Accidentes automovilísticos u otros accidentes frecuentes

Relaciones inestables

Problemas de salud física y mental

Baja autoestima

Intentos de suicidio

Afecciones coexistentes
Aunque el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) no causa otros
problemas psicológicos o del desarrollo, a menudo se presentan otros trastornos junto
con este, lo que hace que el tratamiento sea más difícil. Algunos de ellos son:

Trastornos del estado de ánimo. Muchos adultos con TDAH también tienen
depresión, trastorno bipolar u otro trastorno del estado de ánimo. A pesar de que los
problemas del estado de ánimo no se deben directamente al trastorno de déficit de
atención con hiperactividad, el patrón de fracasos y frustraciones que genera este
trastorno puede empeorar la depresión.

Trastornos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad se presentan con bastante


frecuencia en adultos con TDAH. Los trastornos de ansiedad pueden causar
preocupación abrumadora, nerviosismo y otros síntomas. La ansiedad puede
empeorar con los retos y obstáculos que ocasiona el trastorno de déficit de atención
con hiperactividad.

Otros trastornos psiquiátricos. Los adultos con TDAH corren un mayor riesgo de
tener otros trastornos psiquiátricos, como trastornos de la personalidad, trastorno
explosivo intermitente y abuso de sustancias.

Dificultades de aprendizaje. Es posible que los adultos con trastorno de déficit de


atención con hiperactividad tengan calificaciones más bajas en las pruebas
académicas que lo que se espera para personas de su edad, inteligencia y educación.
Las dificultades de aprendizaje pueden comprender problemas de comprensión y
comunicación.

El adolescente con TDAH ¿cómo manejarlo?

Estas palabras que refrendamos como una verdad de hoy en día, las enunció el
conocido filósofo ateniense Sócrates en el siglo V antes de nuestra era. No más que la
eterna contradicción entre lo nuevo y lo establecido, no otra cosa que el intento de los
adultos de “domesticar” el ímpetu de la juventud.

La adolescencia es un período de cambio y evolución, una época donde no se es tan


adulto como para considerarle maduro y responsable, ni tan niño como para no
enfrentarse a las realidades cotidianas. Un mar tempestuoso difícil de navegar, tanto
para quien adolece de ello como para quien tiene el deber de guiar el timón.

Si ya es difícil tratar con un adolescente tipo, imaginaros cómo puede ser tratar con
adolescentes que además sufren de Trastorno por Déficit de Atención con o sin
Hiperactividad. Hay que utilizar estrategias diferentes.

En mí día a día en consulta trato con pacientes de este tipo. Familias normalmente
disfuncionales debido al bagaje que arrastran por su propia patología. Aunque el
manejo depende de muchos factores como el momento del diagnóstico, si están o no
tratados, si asisten a terapia, el nivel educacional de los padres o si los pacientes
tienen otras enfermedades psiquiátricas o psicológicas asociadas. Incluso hay familias
en las que influye el hecho de que uno de los padres también padezca TDAH, en
muchos casos sin diagnosticar. Eso hace que el abordaje de cada caso sea diferente.
En la adolescencia, más especialmente que en la infancia, es sumamente importante
el abordaje multidisciplinar. Siempre insisto en que la coordinación padres,
educadores, pediatra, psiquiatra y terapeuta es fundamental para el buen manejo.

Es en esta etapa de la vida donde estos pacientes son más proclives a adoptar
conductas potencialmente peligrosas. Sus ansias de experimentación unidas a que
muchos presentan frustraciones subyacentes, inseguridades y necesidad de ser
aceptados les lleva a intentar destacar por ser los más temerarios. Así tenemos que
estar al tanto de conductas sexuales irresponsables, abuso de sustancias o
actividades que implican riesgo físico.

Independientemente de las circunstancias particulares de cada familia suelo


recomendar algunos “trucos” para su manejo. Os cuento, primero hay que comprender
un par de premisas sobre este tipo de adolescentes:

1- funcionan muy bien con cosas que pueden ver, leer y tener presentes.

2- su memoria funciona mejor a corto plazo.

Para el mejor manejo:

Identificaremos sus gustos reales (fútbol, hípica, lectura, informática, etc.)

Trabajaremos con ellos a la hora de adjudicar premios y castigos.

Asignaremos responsabilidades reales en casa (tirar la basura, mantener la habitación


recogida, etc)

Elaboraremos pósters para su habitación con las normas de la casa y las


consecuencias de incumplirlas.

Escribiremos un horario estructurado diario con obligación de cumplimiento pero


teniendo en cuenta la flexibilidad.

Tendremos una libreta de “tratos” vinculante para ambas partes. Los castigos no serán
prolongados, ni las recompensas a largo plazo.

Idearemos actividades excepcionales de recompensa ante conductas especialmente


elogiosas.

Tendremos en cuenta exaltar la autoestima aunque sea por pequeños logros.

Moderaremos la crítica para que no pierda su valor.

Trastorno por déficit de atención: diferencias en el niño y adolescente

El trastorno por déficit de atención (TDAH) varía en función de la edad.


“Comportamientos que fueron etiquetados de impulsivos, hiperactivos o inatentos en la
infancia suelen persistir y exteriorizarse en la adolescencia como baja autoestima,
violencia, depresión o bajo rendimiento escolar”, explica Mónica González Santos,
médico adjunto del servicio de Psiquiatría del Hospital de La Coruña.
Los síntomas en la adolescencia están influidos por la maduración cognitiva, el
desarrollo de la capacidad de autocontrol y la aparición de trastornos asociados.

“Generalmente, la hiperactividad motora disminuye con la edad, en cambio las


dificultades atencionales y la disfunción ejecutiva son determinantes, debido a una
mayor exigencia académica y una mayor necesidad de autonomía en el ámbito
escolar”, señala la experta.

Otra diferencia es que “es más complicado reconocer y tratar el TDAH en el


adolescente”. La falta de comunicación puede retrasar el diagnóstico al no contar las
dificultades que detectan en sí mismos.

Dificultades añadidas en el adolescente

Sin embargo, si no se realiza un diagnóstico temprano, cuando se llega a la


adolescencia, “el trastorno por déficit de atención estará generando ya una importante
repercusión funcional en la vida del paciente en el momento en que acuden por
primera vez a consulta”.

Los síntomas son a menudo atípicos y los motivos de consulta son variados:

Dificultades de adaptación e integración social.

Trastornos de ansiedad o depresión asociados.

Fracaso académico.

Consumo de sustancias.

Dificultades intrafamiliares acentuadas en esta edad.

También se puede dar problemas de baja autoestima por sentirse diferentes. Es cierto
que “los adolescentes, a diferencia de los niños, pueden ser conscientes de los
síntomas, aunque, por miedo, pueden tender a minimizarlos”, puntualiza.

Y es que su problema muchas ocasiones les hace sentirse diferentes al resto de sus
compañeros, por lo que pueden tender a ocultarlo. “Es frecuente que a estas edades
rechacen la toma de tratamiento farmacológico porque quieren ser normales y no
sentirse controlados por una pastilla”.

Además, “los adolescentes son, en general, más rebeldes y reacios a la cooperación o


al reconocimiento de síntomas. Viven el proceso diagnóstico como una forma más de
intento de control externo”, explica la psiquiatra.

Por todo ello, recomienda que en todo momento se le de al adolescente toda la


información sobre el trastorno que padece y se respondan todas sus duda. Asimismo,
se deben explicar los beneficios y posibles efectos adversos de los fármacos
utilizados.
Tratamiento similar en niños y adolescentes

En cuanto a los tratamientos, la mayoría de ellos muestran un perfil de eficacia similar


en niños y adolescentes. “El tratamiento debe seguir el modelo multimodal (al igual
que en niños), y llevarse a cabo con participación de diferentes especialistas y
profesionales (psiquiatras, psicólogos, neuropediatras, psicopedagogos, etc.)”.

“En la mayoría de los casos será necesario el tratamiento farmacológico. Como en


algunos casos los síntomas de trastorno por déficit de atención tienden a desaparecer
con la adolescencia, es a veces preciso valorar una retirada de los medicamentos para
observar si existe una remisión de los síntomas.

Tratamiento del TDAH en adultos

Tratamiento del TDAH en adultos

En las últimas dos décadas se han aportado sólidas evidencias que ponen de
manifiesto que el TDAH es un trastorno crónico que se expresa a lo largo de la vida, y
por tanto, también en la adolescencia y en la edad adulta. Así, los correlatos clínicos,
como la historia familiar, la respuesta al tratamiento, los estudios de laboratorio, el
curso y la evolución, sustentan su validez en más allá de la infancia.

El tratamiento farmacológico se presenta, hoy por hoy, como la primera elección en el


tratamiento del TDAH. Son numerosas las investigaciones que han puesto en
evidencia su superioridad frente a otras intervenciones, aunque esto no supone que no
se tengan en cuenta. De hecho, el tratamiento debe ser siempre multimodal.

TDAH ADULTOS TRATAMIENTO

Tratamiento farmacológico

Los psicofármacos empleados en el tratamiento del TDAH en adultos son los mismos
que los utilizados en el TDAH infantil. Los fármacos mejor estudiados en adultos son el
metilfenidato y la atomoxetina.

Eficacia de los psicoestimulantes:

De los distintos psicoestimulantes, disponemos de ensayos clínicos controlados que


han estudiado su eficacia en adultos con TDAH en el caso del metilfenidato de
liberación inmediata y prolongada. También se puede utilizar el modafinilo.

En el metaanálisis sobre la eficacia y seguridad de metilfenidato en adultos con TDAH


concluyo los psicoestimulantes no sólo no aumentan el riesgo de abuso o dependencia
a sustancias, sino que lo disminuyen en la edad adulta.

Eficacia de los fármacos no psicoestimulantes:

En la actualidad disponemos ya de ensayos clínicos controlados con numerosos


fármacos no estimulantes para el tratamiento del TDAH en adultos: atomoxetina,
bupropión, antidepresivos tricíclicos, IMAO, agonistas alfa 2 adrenégicos como la
guanfacina y fármacos nicotínicos.
Tratamiento psicológico

Terapia psicoeducativa:

Las llamadas intervenciones psicoeducativas pueden ser utilizadas como terapias en


sí mismas, o bien como un componente de una terapia más extensa (Murphy, 1998;
Brown, 2000; Young, 2002). Estas intervenciones pueden llevarse a cabo bajo un
formato individual o grupal.

Terapia cognitivo-conductual:

La aproximación más efectiva para tratar el TDAH en adultos, es la cognitivo


conductual, tanto en una intervención individual como grupal (Brown, 2000;
McDermott, 2000; Young, 2002).

Los resultados referenciados en este consenso demuestran que el TDAH en los


adultos es una entidad clínicamente relevante. Como consecuencia del trastorno, los
pacientes sufren importantes alteraciones que afectan a su calidad de vida. La
bibliografía actual ha aportado suficientes evidencias de la persistencia del TDAH en la
edad adulta. Por todo ello, consideramos que la identificación del trastorno y su
correcto tratamiento es de suma importancia.

Pautas para un TDAH en adultos:

Es norma indispensable proteger tus relaciones sociales. Evitaras situaciones


desagradables de separaciones que nadie desea.

Piensa antes de actuar. Esta es la premisa más difícil de llevar a cabo. Para calmar tu
impulsividad, cuenta hasta 3 cada vez que debas decir una opinión o, en general,
cualquier cosa que implique poder arrepentirse de un daño emocional.

Utiliza agendas o libretas de notas, sin miedo a sentir vergüenza.

Establecer rutinas es obligatorio si quieres llevar una vida más organizada y que nada
se te olvide.

Es necesario disminuir la cantidad de trabajo. Tener menos tareas a la vez, será mejor
para mejorar tu rendimiento laboral.

Haz pausas para que tu nivel de atención sea el mejor posible a cada momento. Cada
dos horas de trabajo tómate la libertad de parar 10 minutos para ir al lavabo, tomar un
café o simplemente alejarte del lugar de trabajo dando un paseo por los pasillos.

Acude a un profesional si crees que puede ayudarte a mejorar aspectos de tu vida que
puedan hacer que te sientas mejor en todos tus ambientes.

¿El TDAH es una discapacidad?

No todas las dificultades de aprendizaje y de atención son discapacidades de


aprendizaje. El TDAH no es una discapacidad de aprendizaje (DA), pero es muy
común en niños que tienen una discapacidad de aprendizaje. Existen intervenciones
pero no tratamientos médicos para las discapacidades de aprendizaje.
¿Porque se presenta la impulsividad en el TDAH?

Puede ser genética o por déficit de serotonina y es considerada una de las


características más predominantes en síndromes psicopatológicos como el trastorno
de déficit atencional con/sin hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de personalidad
(TLP), el trastorno bipolar, el trastorno por control de los impulsos, los
comportamientos antisociales y el trastorno de dependencia de sustancias.2 Según el
CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades) realizada por la Organización
Mundial de la Salud (OMS), la versión CIE-10 señala que en personas con TDAH la
impulsividad puede estar presente con las siguientes características: a) las personas
hacen exclamaciones constantemente y responden antes de que se culmine el
planteamiento de una pregunta. b) No pueden guardar turno o son intolerantes a la
espera. c) Interrumpen o se entrometen en asuntos de otros. d) Hablan en exceso sin
contenerse en situaciones sociales.3 En las situaciones de incertidumbre o
ambigüedad el individuo debe elegir entre actuar, aunque cometa errores, o sólo dar
los pasos que considere y evalúe como correctos, minimizando los errores (pero
también perdiendo un tiempo precioso en ocasiones, claro).

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Terapia conductual

La terapia conductual es un tratamiento eficaz para tratar el trastorno por déficit de


atención e hiperactividad (TDAH), que puede mejorar el comportamiento, el
autocontrol y la autoestima del niño. La terapia conductual es más eficaz en los niños
pequeños cuando los padres la proporcionan. Los expertos recomiendan que los
médicos remitan a los padres de niños menores de 6 años a capacitación en terapia
conductual antes de recetarles medicamentos contra el TDAH a los niños. Cuando los
padres se capacitan en terapia conductual aprenden destrezas y estrategias para
ayudar a su hijo con TDAH a tener éxito en la escuela, la casa y en sus relaciones.

La terapia conductual, administrada por los padres y con el apoyo de los proveedores
de atención médica, les enseña a los niños a controlar mejor su comportamiento, lo
que llevará a un mejor desempeño en la escuela, la casa y en sus relaciones.
Aprender y poner en práctica la terapia conductual requiere tiempo y esfuerzo, pero
tiene beneficios duraderos para el niño.
¿El terapeuta…?

Les enseña a los padres destrezas y estrategias para usar el refuerzo positivo, la
estructura y la disciplina constante para controlar el comportamiento de su hijo.

Les enseña formas positivas de interactuar y comunicarse con su hijo.

Les asigna actividades a los padres para practicar con su hijo.

Se reúne regularmente con la familia para monitorear el progreso y proporcionarle


orientación y apoyo.

Vuelve a evaluar las estrategias y tiene suficiente flexibilidad para ajustarlas según sea
necesario.

¿Qué pueden esperar los padres?

Típicamente, los padres asisten a 8 o más sesiones con el terapeuta. Las sesiones
pueden ser con grupos o con familias individuales. El terapeuta se reúne regularmente
con la familia para revisar su progreso, ofrecer apoyo y ajustar las estrategias según
sea necesario para garantizar la mejoría. Los padres practican con su hijo entre las
sesiones.
¿Qué aprenderán los padres?

Los padres aprenderán cómo hacer lo siguiente:

Fortalecer la relación con su hijo a través de la comunicación positiva, por ejemplo,


escuchando activamente y describiendo sus emociones.

Reforzar el buen comportamiento, por ejemplo, dando atención positiva y elogiando


eficazmente el buen comportamiento.

Crear una estructura y proporcionar disciplina constante, por ejemplo, dando


instrucciones eficaces, no prestando atención al comportamiento no deseado y
haciendo uso eficaz del tiempo fuera.

Los niños con TDAH con frecuencia tienen muchos comportamientos difíciles. El
terapeuta ayudará a los padres a aprender estas destrezas y cómo usarlas
eficazmente con su hijo.

Tratamiento cognitivo conductual en el TDAH

Cuando una familia corrobora que algún integrante presenta Trastorno por Déficit de
Atención surgen inquietudes, dudas, temores en encontrar la forma óptima para que
pueda salir adelante y supere conflictos en casa, escuela y en su propia relación con
sus pares.

¿Es necesario medicar? ¿Debe acudir a terapia? ¿Cuánto tiempo dura el tratamiento?

Debemos considerar que el TDAH es un padecimiento neurobiológico y que cada caso


debe tratarse de manera individual. Algo importante es que el funcionamiento de cada
persona que presenta TDAH requiere un trabajo conjunto entre el paciente, su familia
y el especialista.

La combinación de un tratamiento farmacológico adecuando con intervención


psicopedagógica representará una disminución considerable en los síntomas
inmediatos del TDAH.

Principales intervenciones en el TDAH:


Una técnica que es utilizada en el manejo psicológico de los niños con TDAH, es el
abordaje cognitivo conductual.

“la terapia cognitivo-conductual implica enseñar a los niños estrategias de auto-


instrucción y de resolución de problemas, además de auto-monitoreo y auto-refuerzo.
Se enseña al niño una serie de instrucciones auto-dirigidas que deben seguir cuando
realizan una tarea. Estas instrucciones incluyen definir y comprender la tarea o el
problema, planificar una estrategia general para aproximarse al problema, enfocar la
atención en la tarea, seleccionar una respuesta o solución, y evaluar el desempeño”
(Barkley, 2006)

La Mtra. Aurora Jaimes, dentro del Taller Introducción de técnicas cognitivo


conductuales en el TDAH, señaló las diferentes estrategias aplicables desde este tipo
de intervención para apoyar desde diferentes ámbitos, el desarrollo de los niños con
TDAH (principalmente la casa y la escuela).

En el primer caso, el trabajo en casa, mencionó que las familias pueden participar de
forma individual o grupal, ya que la relación entre hermanos e incluso en la pareja
suele tener un efecto positivo.

Concretamente en el trabajo de las funciones ejecutivas, mismas que tienen una


afectación particular en el TDAH, se puede utilizar las siguientes estrategias:

-Establecer y elaborar un calendario de actividades en casa (apoyándose en


elementos gráficos), un reloj o alertas para inicio o término de cada actividad

-Jerarquizar la importancia de las tareas, espacio único y horario predeterminado,

-Manejar instrucciones claras y cortas,

-Mantener el contacto visual al hablarle,

-Evitar distractores,

-Comprobar la información recibida,

-Realizar las tareas escolares de acuerdo al nivel de alerta del niño (difícil a fácil)

-Enseñarle a reconocer y expresar sus emociones, y finalmente,

-El uso de juegos, lecturas y herramientas de apoyo para abordar el tema antes de
reaccionar o responder a situaciones sociales.

También, en el ámbito escolar las estrategias se abordaron de acuerdo a los tres


elementos esenciales del TDAH.

En primer caso, cuando prevalece la falta de atención:

-mantener contacto visual y físico con la persona, sentarlo cerca sin excluirlo del grupo

-dar énfasis a que el alumno se percate de sus materiales,

-preguntar qué fue lo que se dijo y qué comprendió,


-revisión de tareas, establecer fechas límite y monitorear sus avances,

-establecer las consecuencias de no entregar los trabajos o tareas.

Si prevalece la hiperactividad:

-utilizar señales que indiquen que no puede hablar o lo contrario,

-establecer señales personales que le indiquen que debe permanecer sentando,


establecer un plan o encomendarle funciones que le permitan ponerse de pie.

La impulsividad requiere:

-Ofrecer la norma en forma escrita,

-Sentarlo junto a un compañero con buen comportamiento,

-Ofrecerle un espacio para que pueda trabajar de forma más cómoda, o indicarle la
mecánica del tiempo fuera.

Para finalizar, la Mtra. Jaimes también abarcó la utilización precisa de técnicas


conductuales como:

-El reforzamiento positivo y negativo

-Economía de fichas: Se trata de ofrecer al niño de manera simbólica una cantidad de


fichas que valore la conducta que se espera realice. De estar forma, de acuerdo a un
parámetro determinado, las fichas se intercambiaran por premios significativos que
pueden darse tanto en la escuela como en la casa.

-Técnicas aversivas: asociar a la conducta o acción que se requiera cambiar con algo
que al niño le resulte desagradable, para así deje de hacerlo

-Autocontrol; (anticipar consecuencias, análisis y evaluación de la conducta)

-Autoinstrucción; (“piensa en voz alta” o “párate y piensa”)

-Solución de problemas; (reconocimiento, control de impulsos, elaboración de planes


precisos de acción, y evaluar los resultados)

-El control emocional; (relajación, diálogo interno, asertividad, evaluación de la


intensidad de las emociones, entre otras) y por último;

-Habilidades sociales (role playing, amistad, deportividad, entre otras)

Las estrategias del tratamiento conductual consisten en entrenar a los padres en


tácticas de manejo de la conducta del niño, tales como la aplicación contingente del
reforzamiento o del castigo como consecuencia de las conductas adecuadas o
inadecuadas, respectivamente. Los refuerzos generalmente consisten en elogios,
privilegios o fichas. Los castigos generalmente consisten en la pérdida de la atención
positiva, de privilegios, de fichas o del refuerzo (Smith et al. 2006). Las consecuencias
deben ser proporcionadas en forma consistente, inmediata.
Finalmente, es importante considerar que si el niño requiere tratamiento farmacológico
este puede ser mayormente efectivo si se acompaña de una intervención
psicopedagógica. Por el contrario, optar por retirarlo cuando es necesario podría hacer
que el paciente no responda del modo esperado.

Terapia de conducta para niños con TDAH

La mayoría de los expertos recomiendan usar medicamentos junto con terapia


conductual para el tratamiento del TDAH. A esto se le llama un enfoque de
tratamiento multimodal.

Existen muchas formas de terapia conductual, pero todas tienen un objetivo común:
cambiar el entorno físico y social del niño para ayudarlo a mejorar su comportamiento.

Dentro de este enfoque, los padres, maestros y otras personas a cargo del cuidado del
niño aprenden mejores maneras de trabajar y relacionarse con el niño que tiene un
TDAH. Usted aprenderá cómo establecer reglas y aplicarlas, ayudar a su hijo a
comprender lo que necesita hacer, usar la disciplina con eficacia y estimular el buen
comportamiento. El resultado será que su hijo aprenderá mejores maneras de
controlar su comportamiento y usted aprenderá a ser más consecuente.

La tabla a continuación muestra técnicas específicas de la terapia conductual que


pueden ser eficaces para niños con TDAH.

La terapia conductual reconoce los límites que el TDAH impone en los niños. Se
centra en cómo las personas y los lugares importantes en la vida del niño pueden
adaptarse para estimular un buen comportamiento y desalentar el comportamiento
indeseado. Es diferente de la terapia de juego o de otras terapias que se centran
principalmente en el niño y sus emociones.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a controlar su comportamiento?

Al ser los principales encargados del cuidado del niño, los padres desempeñan una
función muy importante en la terapia conductual. La capacitación para padres está
disponible para ayudarlo a obtener más información sobre el TDAH y sobre maneras
específicas y positivas de responder a los comportamientos del tipo de TDAH. Esto
ayudará a su hijo a mejorar. En muchos casos, las clases de formación con otros
padres serán suficientes, pero con niños más difíciles, es posible que se necesite
trabajar con un asesor/orientador en forma individual.

Cuidarse usted mismo también ayudará a su hijo. Ser padre o madre de un niño con
TDAH puede ser difícil y cansador. Puede poner a prueba los límites de incluso los
mejores padres. La capacitación para padres y los grupos de apoyo formados por
otras familias que hacen frente al TDAH pueden ser una gran fuente de ayuda.
Aprenda técnicas de control del estrés para poder responderle a su hijo con calma.
Busque asesoramiento si se siente abrumado o desesperanzado.

Pídale ayuda a su pediatra para encontrar capacitación para padres, asesoramiento y


grupos de apoyo en su comunidad. Se incluye información adicional al final de este
artículo.

Consejos para ayudar a su hijo a controlar su comportamiento


 Elabore un programa diario que su hijo deba cumplir. Intente que su hijo se
despierte, coma, se bañe, vaya a la escuela y se acueste a la misma hora
todos los días.

 Limite las distracciones. La música a alto volumen, los juegos en la


computadora y la televisión pueden excitar demasiado a su hijo. Establezca
como regla que el televisor o la música estén apagados a la hora de las
comidas y mientras su hijo hace las tareas. No coloque un televisor en el
dormitorio de su hijo. Cuando sea posible, evite llevar a su hijo a lugares que
pueden ser demasiado estimulantes, como centros comerciales muy
concurridos.

 Organice su casa. Si su hijo tiene lugares específicos y lógicos para guardar


el trabajo escolar, los juguetes y la ropa, habrá menos probabilidades de que
los pierda. Destine un lugar cerca de la puerta de entrada para la mochila de la
escuela, de manera que su hijo pueda recogerla al salir de la casa.

 Recompense el comportamiento positivo. Dígale palabras afectuosas,


abrácelo o dele pequeños premios por lograr metas de manera oportuna o por
el buen comportamiento. Elogie y recompense los esfuerzos de su hijo por
prestar atención.

 Defina metas pequeñas que puedan alcanzarse. Aspire a un progreso lento


en lugar de a resultados instantáneos. Asegúrese de que su hijo comprenda
que puede dar pequeños pasos para aprender a controlarse.

 Ayude a su hijo a mantenerse enfocado en la actividad que está realizando.


Use cuadros y listas de verificación para hacer un seguimiento del progreso en
las tareas o los quehaceres. Use instrucciones breves. Ofrezca recordatorios
frecuentes y amistosos.
 Limite las opciones. Ayude a su hijo a aprender a tomar buenas decisiones
ofreciéndole 2 o 3 opciones por vez.

 Busque actividades en las que su hijo pueda tener éxito. Todos los niños
necesitan experimentar el éxito para sentirse bien con ellos mismos.

 Use disciplina calmada. Use consecuencias, como “tiempo fuera”


(aislamiento), retirar al niño de la situación o distracción. Algunas veces es
mejor simplemente ignorar el comportamiento. El castigo físico, como las
palmadas o los golpes, no es útil. Hable sobre el comportamiento de su hijo
con él cuando ambos estén tranquilos.

 Establezca un buen sistema de comunicación con el maestro de su


hijo de manera de poder coordinar sus esfuerzos y supervisar el progreso de
su hijo.

Qué hacer cuando un adolescente con TDAH comienza a mostrar conductas


antisociales

Partimos de la base que la educación de un adolescente con TDAH es difícil y todo un


reto. Los desajustes de estos adolescentes incluyen inatención, pobre control de los
impulsos, pobres habilidades de organización, dificultades para elegir y mantener
prioridades, y escasas estrategias en resolución de problemas, resultando un menor
rendimiento escolar, baja autoestima, escasas relaciones con iguales, y rendimiento
errático en tareas.

A esta edad las oportunidades de realizar conductas impulsivas peligrosas y de poca


capacidad de juicio aumentan, debido a la mayor influencia de los pares y la menor
supervisión de los adultos. En este momento los comportamientos sobrepasan la
generalidad y comienzan a presentar patrones de comportamiento antisociales,
creando conflictos en el ámbito familiar, escolar y social.

¿Cómo influir positivamente en la conducta de los niños y adolescentes con


TDAH?

Con un niño o adolescente con TDAH en el hogar, muchas familias ven su casa más
como un campo de batalla que como un lugar apacible. El niño o adolescente infringe
las normas de la casa, se resiste hacer los deberes y por regla general perturba la
tranquilidad del hogar. No existe una cura para el TDAH, pero sí es posible mejorar su
conducta, las relaciones sociales y la adaptación general en casa mediante la
aplicación de determinados principios.

Para un niño o adolescente, y más para los afectados por el TDAH, tener puntos de
referencia claros sobre lo que debe o no debe hacer es tan vital como alimentarse.
Para ellos tener claros los límites educativos es importante por tres motivos
fundamentales:

1. Porque le ayuda a entender e integrar las normas que rigen el mundo en el


que viven.
Un sistema de normas que no sea cambiante le ayuda a saber predecir las
consecuencias de su propia conducta. Le ofrece la seguridad de saber a qué atenerse
en todo momento.

2. Porque le ayuda a sentirse seguro.

Todo ser humano necesita un punto de referencia. Un camino señalado por donde
crecer para después, al hacerse autónomo, decidir si quiere continuar por él o si
prefiere tomar otro derrotero.

3. Porque les ayuda a portarse bien, a ser mejores personas y, por lo tanto, a
tener un buen concepto de sí mismos.

Al igual que nos sucede a los adultos, al niño le resulta más fácil portarse bien si tiene
los límites claros y si tiene incentivos que le animen a hacerlo.

Para educar a los niños y niñas con TDAH se hace necesaria la disciplina. Los jóvenes
necesitan saber lo que pueden y no pueden hacer. Aprender que son responsables de
sus actos y que toda acción tiene por lo tanto una consecuencia. La disciplina les
ayuda a aprender las formas adecuadas de comportarse y actuar. En los primeros
años, la existencia de disciplina y normas les aportará seguridad, ya que tendrán una
guía para saber cómo actuar.

Cuando un niño o adolescente con TDAH presenta una conducta inadecuada es el


resultado de un sentimiento de carencia respecto a la pertenencia al propio grupo
social. Cuando esto ocurre el niño o adolescente actúa desde una de las siguientes
`metas erróneas`: poder, atención, venganza o evitación (insuficiencia).

Disciplina Inductiva: Razonamiento de la Autoridad y participación del


Educando.

En este modelo de educación el apoyo emocional es el principal mecanismo. El


desarrollo socioemocional del niño y el adolescente se considera muy importante o
clave.

Su objetivo es transmitir afecto y aceptación, y por eso los padres se muestran


disponibles e interesados en informar u orientar a sus hijos. Como figuras de
referencia de los hijos en el que ven a los padres como `la voz de la experiencia`, y
modelos en los que apoyar sus aprendizajes.

Apoyo Conductual Positivo:

Es un Método de Intervención con la Conducta que consiste en Enseñar las


Habilidades necesarias para que los/as niños/as y adolescentes no necesiten
expresarse de forma desafiante. Es decir, prevenir y educar más que corregir o
controlar.

¿Cómo influir positivamente en la conducta de los niños y adolescentes con


TDAH?

Con un niño o adolescente con TDAH en el hogar, muchas familias ven su casa más
como un campo de batalla que como un lugar apacible. El niño o adolescente infringe
las normas de la casa, se resiste hacer los deberes y por regla general perturba la
tranquilidad del hogar. No existe una cura para el TDAH, pero sí es posible mejorar su
conducta, las relaciones sociales y la adaptación general en casa mediante la
aplicación de determinados principios.

Para un niño o adolescente, y más para los afectados por el TDAH, tener puntos de
referencia claros sobre lo que debe o no debe hacer es tan vital como alimentarse.
Para ellos tener claros los límites educativos es importante por tres motivos
fundamentales:

1. Porque le ayuda a entender e integrar las normas que rigen el mundo en el


que viven.

Un sistema de normas que no sea cambiante le ayuda a saber predecir las


consecuencias de su propia conducta. Le ofrece la seguridad de saber a qué atenerse
en todo momento.

2. Porque le ayuda a sentirse seguro.

Todo ser humano necesita un punto de referencia. Un camino señalado por donde
crecer para después, al hacerse autónomo, decidir si quiere continuar por él o si
prefiere tomar otro derrotero.

3. Porque les ayuda a portarse bien, a ser mejores personas y, por lo tanto, a
tener un buen concepto de sí mismos.

Al igual que nos sucede a los adultos, al niño le resulta más fácil portarse bien si tiene
los límites claros y si tiene incentivos que le animen a hacerlo.

Famosos con TDAH

Este inventor es uno de los más citados por su comportamiento clásico de una
persona con TDAH, y aunque, inteligentemente muy dotado, un profesor llego a
llamarle “torpe”, asistió a tres o cuatro escuelas y hasta una de ellas le llego a

declarar “no educable”. Sin duda su vida hubiese sido una ruina
si no hubiese sido por su madre, que siempre pensó que su hijo era un
superdotado y hasta su padre sabia que no era tonto.
Su comportamiento es el de no estar nunca quieto, no atendía debidamente y
sobretodo le gustaba hablar y no escuchar (casi como la actitud de muchos
políticos españoles). Para suerte para él su madre decidió educarlo en su casa
permitiéndole montar un laboratorio en el sótano.
El tenía muy claro que siempre sabía cómo empezaban sus días, pero no cómo ni
cuándo habrían de terminar: “Mi éxito se debe a que jamás tengo un reloj en mi
taller” y un grupo de sus ayudantes se auto denominaban “el escuadrón del
insomnio”.
Edison, no era sólo un inventor sino un empresario y un astuto hombre de
negocios capaz de vender sus inventos, atraer capitales y motivar a sus
empleados. Al final de su carrera había patentado 1093 inventos.
Leonardo Da Vinci: El cazador de ideas, de este hombre decía el Papa León X –
“Este hombre nunca termina nada”, Nació en Vinci (Italia), en 1452 y se puede
confirmar que tenía TDAH, pues todo le llamaba la atención y se saltaba las cosas
de unas a otras dejando todo a medias y abandonaba todo aquello que no le

interesaba lo suficiente.
Siguiendo la analogía de “cazadores y granjeros” de Thom Hartman se
caracterizan a las personas con TDAH y a las que no tienen TDAH vean y lean
este buen articulo http://www.velaio.com/cazadores-y-granjeros-por-seth-
godin.html y veremos que Leonardo recorría las ciudades de Italia como un
predador en el bosque buscando continuamente en el mundo cotidiano hechos que
“cazar”, para transformarlos en ideas novedosas, o simplemente en la cándida
expresión de una mujer en alguna de sus obras y así como los cazadores suelen
llevar un buen saco en donde guardar sus presas, Leonardo tenía siempre su
cuaderno de notas, en el que registraba todo aquello que podía derivar en un
invento.
No tenía apego al dinero y decía - “Sólo es pobre el que tiene excesivos deseos” -.
Su “pensamiento alternativo” se ve también en su cuaderno que él era zurdo y
obviamente le era más cómodo escribir de derecha a izquierda, por lo que así lo
hacía, aunque cuando debía escribir una carta no tenía dificultades en usar el
orden convencional.
Albert Einstein: El profesor distraído, decía sin inmutarse que: "Si la teoría no
encaja con los hechos, cambiemos los hechos" La fama mundial de la que goza
hoy la figura de Albert Einstein, es la de un genio y la de una inteligencia fuera de
lo común, acompañada a menudo por otra un poco más cómica, pues en su
mundo es natural y común que se lo identifique con el personaje del “profesor
distraído”. En realidad, ambas famas eran, según sus biógrafos, ampliamente
justificadas.
Su “Teoría de la relatividad” va desde el desarrollo de la física cuántica hasta la
creación de la energía atómica, pasando por una nueva concepción del universo
que reemplazó el modelo Newtoniano vigente desde hacía siglos.
Albert Einstein no hablo hasta los tres años, la escuela primaria le fue muy
trabajosa, especialmente tenía muchas dificultades con la
expresión escrita y con la aritmética. Solía hablar muy poco y
casi no tenía amigos, sólo parecía feliz jugando solo, por todo esto fue considerado
por sus padres y docentes como “lento” introvertido e incluso retardado. Más
adelante tuvo dificultades para seguir estudios secundarios: sólo en un segundo
intento logró entrar a un politécnico y en la universidad siempre fue visto como un
estudiante mediocre.
Tenía fama de desaliñado, Incluso cuando ya era afamado asistía a clase
desarreglado e incluso muy despeinado, en este sentido hay una anécdota muy
divertida: de camino a una reunión muy importante, Einstein se detuvo confundido,
llamó a su esposa desde un teléfono público y le preguntó: “¿Dónde estoy y donde
debería estar?”. También era manifiestamente desordenado, muchos colegas
criticaban su desorden y él solía justificarse con una frase que da cuenta de su
genialidad: “si un escritorio ordenado es producto de una mente ordenada, un
escritorio vacío ¿qué es?
Se puede decir por todo los que le conocían bien que el diagnostico de TDAH, se
aprecia en Albert Einstein que es predominantemente un individuo Inatentivo y
pienso que el de Einstein es otro buen ejemplo de que el TDAH no tiene relación
alguna con la inteligencia y el triunfo profesional, pero sin embargo
sí le trajo consecuencias en sus vínculos sociales que podrían haber sido evitadas,
así como también las frustraciones que seguramente sufrió con los fracasos
durante su juventud.
TDAH y el cerebro
Áreas del cerebro y sus funciones

Antes de explicar cómo afecta el TDAH en el cerebro, vamos a repasar brevemente


las diferentes áreas que componen el cerebro y las funciones ejecutivas que tienen
cada una de ellas.

Al ser un órgano tan sumamente complejo, el cerebro divide sus diferentes


funciones por áreas, de esta forma, cada “departamento” puede especializarse en
ciertas tareas y transmitir la información procesada a otras áreas cerebrales. El
cerebro se encarga de gestionar la información sensorial, control y coordinación de los
movimientos, y del comportamiento entre otras tareas.
¿Cómo afecta el TDAH al cerebro?

Regiones cerebrales
Varios estudios de neuroimagen cerebral han demostrado que hay varias regiones
cerebrales afectadas en niños con TDAH.

Se han descrito alteraciones en:La corteza prefrontal: encargada de la función


ejecutiva como planificar acciones, iniciarlas, darse cuenta de los errores y corregirlos,
evitar distracciones por estímulos irrelevantes, ser flexible si las circunstancias
cambian.

El cuerpo calloso: sirve de comunicación entre los dos hemisferios cerebrales, para
asegurar un trabajo conjunto y complementario.

Los ganglios basales: implicados en el control de los impulsos al coordinar o filtrar la


información que llega de otras regiones del cerebro e inhibir las respuestas
automáticas.
El cíngulo anterior: se encarga de la gestión afectiva y del manejo de las emociones.

Neurotransmisores
Los neurotransmisores actúan como mensajeros químicos que sirven para que las
neuronas se comuniquen entre ellas a través de unos receptores. De esta forma los
impulsos neuronales se transmiten de una neurona a otra y de una región cerebral a
otra.

¿Cómo afecta el TDAH en la neurotransmisión?

Los estudios realizados indican que el TDAH produce problemas en los circuitos
reguladores que comunican dos zonas cerebrales: córtex prefrontal y ganglios
basales. Estas áreas se comunican a través de la dopamina y la noradrenalina. Al
tener una liberación deficitaria de estos neurotransmisores y un alto nivel de
recaptación de las mismas, se altera la neurotransmisión, afectando a la atención, el
estado de alerta, la memoria de trabajo y el control ejecutivo.
La disminución del metabolismo sináptico de los neurotransmisores produce las
siguientes consecuencias:
Disminuye la atención
Disminuye la capacidad de iniciar y continuar actividades
Dificulta la memoria de trabajo (o memoria a corto plazo)
Dificulta la neutralización de estímulos irrelevantes
Dificulta la capacidad para bloquear respuestas inadecuadas

Dificulta la planificación de actividades complejas


Dificulta la organización
Incrementa la actividad física
Incrementa la impulsividad

Las personas con TDAH tienen el cerebro diferente

El cerebro de las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad


(TDAH) es diferente al del resto de la población, según concluye el estudio más amplio
que se ha realizado sobre la cuestión. En esta investigación, en la que han colaborado
médicos y neurocientíficos de once países, se han analizado con resonancia
magnética los cerebros de 1.713 personas diagnosticadas de TDAH y se han
comparado con los de otras 1.529 personas sin el trastorno. Según los resultados
presentados ayer on line en la revista The Lancet Psychiatry, se han detectado
diferencias significativas en cinco estructuras distintas del cerebro. Asimismo, se ha
observado que el tamaño del cerebro es menor en las personas con TDAH que en la
media de la población. Los autores del trabajo proponen, a partir de estas
observaciones, que el TDAH está relacionado con una maduración tardía del cerebro.

Las cinco áreas del cerebro en las que se han detectado alteraciones en las personas
con TDAH son estructuras neurológicas profundas que tienen múltiples funciones.
Esto explica que el TDAH sea “un trastorno tan complejo que afecta a distintos
aspectos del comportamiento”, declara Òscar Vilarroya, investigador de la Fundació
IMIM y de la Universitat Autònoma y coautor del trabajo.
Estudios anteriores basados en muestras más pequeñas de pacientes ya habían
detectado diferencias anatómicas en tres estructuras cerebrales de personas con
TDAH: el núcleo accumbens, el núcleo caudado y el putamen.

Dado que el núcleo accumbens tiene un papel central en el procesamiento de la


sensación de recompensa, el hecho de que esté alterado se ha relacionado con los
problemas de falta de motivación que afectan a menores con TDAH.

El nuevo estudio confirma estas observaciones y las amplía a otras dos estructuras
que hasta ahora no se habían relacionado con el trastorno: la amígdala y el
hipocampo. Las alteraciones registradas en la amígdala “son importantes porque esta
región vincula el TDAH con problemas de regulación emocional”, destacan los
investigadores en The Lancet Psychiatry.

Situada aproximadamente en el centro del cerebro, la amígdala es una estructura


primitiva, que compartimos con aves y reptiles y que tiene un papel esencial en las
emociones y sus consecuencias en la conducta –entre ellas, la agresividad y la
impulsividad.

Queda demostrado de manera definitiva que el cerebro de las personas con TDAH no
es igual” que el de personas sin el trastorno.

El motivo por el cual se producen las alteraciones neurológicas del TDAH, sin
embargo, se desconoce. Los autores de la investigación las atribuyen a un retraso en
la maduración del cerebro, pero por ahora no saben por qué se produce este retraso.

Aunque las alteraciones detectadas con resonancia magnética son significativas, por
ahora aún no es posible diagnosticar el TDAH con esta técnica de imagen. “A partir de
estos resultados, tal vez se pueda desarrollar en el futuro una técnica de diagnóstico”,
señala Vilarroya. Pero las diferencias entre los cerebros con y sin TDAH se han
detectado en el marco de un proyecto de investigación que no tenía por objetivo
diagnosticar el trastorno.

El artículo publicado ahora representa los primeros resultados del Grupo de Trabajo
Enigma TDAH, un consorcio internacional fundado en el 2013 para compartir datos de
pacientes y comprender mejor el trastorno. La investigación ha sido coordinada desde
la Universidad Radboud de Nimega (Holanda).
Qué pasa en el cerebro cuando se padece TDAH

El cerebro humano cuenta con una zona muy importante en la parte delantera de la
cabeza que se le llama Prefrontal, en esta zona es en donde se encuentra la atención
y las funciones ejecutivas, situaciones que permiten a la persona ser consciente de las
cosas, tomar decisiones, planear, organizar, ejecutar y evaluar las acciones
realizadas, que justamente es lo que se ve más afectado con el TDAH.
El cerebro funciona a base de estímulos eléctricos que llevan y traen información
necesaria para realizar las diferentes actividades de la vida, esta información se logra
transmitir gracias a las neuronas y éstas a su vez se pueden comunicar entre sí por la
intervención de unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores.

Los neurotransmisores se encuentran en el espacio que hay entre cada neurona y al


hecho de conectarse con los extremos de cada una de ellas se le llama sinapsis,
entonces ese espacio recibe el nombre de espacio sináptico, y justamente es ahí en
donde se “transportan” los mensajes entre cada neurona y cuando los
neurotransmisores no lo hacen bien porque “pierden el rumbo”, no están disponibles o
de plano no existen, es que las respuestas de la persona son equivocadas, lentas o
bien exageradas, justamente lo que pasa en el caso del TDAH.

Los neurotransmisores que están relacionados con el TDAH son tres: i) dopamina, ii)
serotonina, y ) norepinefrina o noradrenalina, los cuales participan llevando y trayendo
información de los frontales a las demás zonas del cerebro y viceversa, favoreciendo
las adecuadas respuestas cognitivas y el control de impulsos de la persona.

Cuando existen niveles elevados de Dopamina la persona puede:

• Estar concentrada

• Trabajar intensamente en las tareas

• Mantener un buen estado de alerta

Cuando existen niveles bajos de Dopamina entonces:

• Hay distracción

• Tiene dificultad para completar una tarea

• dificultad para pensar anticipadamente

• dificultad para responder a tiempo

• Presenta impulsividad cognitiva (muchas ideas de golpe en la cabeza)

En el caso de la Serotonina, con niveles elevados:

• Se logra satisfacción

• Mantiene buen estado del ánimo

• Puede mantenerse enfocado en una sola cosa

• Ayuda a conciliar el sueño

Cuando existen niveles bajos de Serotonina:

• Hay insatisfacción

• Propenso a la irritabilidad
• Presenta agresión hacia sí mismo u otros

• Impulsividad

• Comportamiento obsesivo compulsivo

• Riesgo de suicidio (actúa sin freno)

• Impulsividad cognitiva (muchas ideas de golpe en la cabeza)

Respecto a los niveles altos de Norepinefrina (noradrenalina):

• Busca emociones fuertes, en muchos casos extremos

• Persigue nuevas actividades

• Mantiene buen estado del ánimo

• Sostiene la atención

Y con los niveles bajos de Norepinefrina (noradrenalina):

• Indiferente, apagado emocionalmente

• Existe baja energía, apatía

• Puede presentar depresión

• Reacciones con agresión

En síntesis podemos decir que la dopamina tiene que ver con el placer, la motivación,
la recompensa y la cognición. La serotonina con el control del estado del ánimo y las
emociones y la norepinefrina o noradrenalina con los procesos de atención
principalmente (en combinación con la dopamina).

21 Actividades para Niños con TDAH

Por Rocío Bellver Abardía

Las actividades para niños con TDAH que te explicaré en este artículo te permitirán
tranquilizarlos, ayudarles a concentrarse y mejorar su bienestar, lo cuál afectará la vida
personal y colegial de los infantes.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no ha estado exento de


polémica.

Actividades Para Niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad

Muchos han puesto en duda su existencia y otros argumentan que su prevalencia ha


crecido respecto a hace unos años.

Constituye, junto a la alergia infantil, las patologías con mayor frecuencia dentro del
sector infantil, por lo que ofrece retos futuros de investigación acerca de este trastorno.

Te pueden interesar también estos ejercicios.


¿Qué procesos debemos tener en cuenta al trabajar con niños con TDAH?

En el TDAH existen unos déficits en las funciones ejecutivas, por lo que es lo que
debemos tener en cuenta a la hora de diseñar actividades para trabajar con ellos.

Una de las dificultades, por ejemplo, es la inhibición. Así, el sujeto con TDAH no puede
dejar de actuar cuando debería, no puede interrumpir sus acciones, no puede proteger
su pensamiento.

Las personas con TDAH no tienen sentido interno del tiempo, viven el momento, no
son capaces de usar su pasado para pensar en el futuro y prepararse para él.

También presentan dificultades en la memoria de trabajo (memoria operativa), que es


la que nos permite mantener la información en nuestro cerebro en el momento que la
requerimos.

Por otra parte, respecto al lenguaje interno, las personas con TDAH no pueden
hablarse a sí mismo ni usar el lenguaje como guía.

Esto conduce a su incapacidad para seguir instrucciones y reglas para hacer lo que se
les ordena, por lo que tendrán dificultades en la compresión, para entender lo que
oyen, leen y ven.

Con esta habilidad las personas somos capaces de prever las probabilidades de
respuesta, anticipando las consecuencias en cada una de las variables posibles y
finalmente elegirá una.

Respecto a las emociones, los niños con TDAH muestran sus emociones y deseos
más que el resto de individuos, así que sentimientos como la rabia, frustración y
hostilidad, deben de ser controlados y canalizados para que sus relaciones sociales
sean sanas.

Esto explica por qué existen niños con TDAH que desarrollarán Trastorno
Oposicionista Desafiante.

La motivación es otro punto clave para la compresión de este trastorno, aquellos que
lo padecen no pueden motivarse por sí mismos, por lo que hay una falta de
persistencia hacia el objetivo, manifestada en forma de déficit de motivación.

La habilidad de jugar con uno mismo mentalmente es la empleada para planificar y


resolver problemas.

Los niños con TDAH, tienen disminuidas sus capacidades para resolver problemas.
Son poco fluidos en sus lenguaje y acciones, y si por ejemplo les preguntamos por lo
que leyeron hace unos días obtendremos pensamientos inconexos, poco organizados
o sin argumento.

A mayor capacidad de autocontrol emocional, mayor capacidad de organización y


planificación de la conducta, lo que reduce mucho las posibilidades de actuar
impulsivamente y por lo tanto de equivocarse.
Las habilidades ejecutivas ofrecen un punto de vista más amplio del problema.
Explican, por ejemplo, el habla excesiva.

21 actividades para trabajar con niños con TDAH

Jugar al Memory

Un buen ejercicio para poder trabajar la falta de atención que tienen los niños es jugar
al Memory.

Para ello, según la edad del niño, se puede adaptar a sus necesidades y en distinto
grado de dificultad.

Se trata de generar tarjetas por parejas (con fotografías, dibujos, números…). Debe
haber dos tarjetas iguales. Los puedes fabricar tú mismo adaptándolo a los gustos del
niño, de modo que le resulte más interesante.

Para ello, después de tener un montón de pares de tarjetas, lo que debes hacer es
barajarlas y colocarlas hacia abajo.

El juego consiste en que, estando todas las tarjetas barajadas boca abajo y por turnos,
el niño debe levantar una de ellas y fijarse en el dibujo que hay (por ejemplo, un
coche) y después levantar otra (que puede ser, por ejemplo, un globo).

El niño debe prestar atención a la colocación de las cartas y fijarse en el dibujo de


cada tarjeta, por lo que entrenamos el déficit de atención.

Cuando en su turno sea capaz de levantar dos tarjetas con el mismo dibujo, se las
guarda y continúa jugando. El juego termina cuando se han levantado todas las cartas.
Y gana la persona que haya guardado más parejas de cartas.

Simón

El juego de Simón también sirve para prestar atención, que es uno de los mayores
déficits que presentan los niños con TDAH, además de trabajar la impulsividad.

Se trata de un juego electrónico en el que se van iluminando de forma aleatoria los


cuadrantes de colores y emite un sonido propio.

El niño debe de esperar a que el aparato deje de ejecutar la secuencia y


posteriormente, debe introducir la secuencia mostrada en el orden correcto. Este juego
permite al niño desarrollar la capacidad de autocontrol y la memoria.

Una de las ventajas de este juego es que existen diferentes niveles, conforme vas
acertando las secuencias se incrementa la velocidad de ejecución.

También hay aplicaciones para la Tablet que permiten trabajar de la misma manera.
Algunas de ellas son: Neurogames – Effective learning made fun!

Están creadas por el neuropsicólogo infantil Jonathan Reed. Entre ellas podemos
encontrar el “Impulse control” o “memorise”.

La torre
Uno de los juegos que sirven también para trabajar la impulsividad es “la Torre”.

Se trata de un juego de habilidad física y mental, donde los participantes deben retirar
bloques de una torre por turnos y colocarlos en la parte de arriba hasta que se caiga.

Este juego cuenta con una de las ventajas de los juegos de mesa, como es el
establecimiento de turnos.

Además, el juego requiere que el niño se detenga por un momento inhibiendo su


impulsividad y planifique su siguiente movimiento.

El niño debe de retirar con sumo cuidado la pieza, trabajando así la motricidad fina y la
coordinación óculo-manual.

Técnicas de relajación

Para reducir la hiperactivación de los niños con TDAH se pueden utilizar las técnicas
de relajación.

Para niños, por ejemplo, las más apropiadas pueden ser las de Koeppen, que es una
adaptación de la famosa Técnica de Relajación de Jacobson pero adecuada al ámbito
infantil.

Los niños, por lo general, tienden a la activación y al juego, pero también precisan de
momentos de relajación y calma, y más los niños que presentan el síntoma de la
hiperactividad.

La técnica de relajación de Koeppen se basa en la tensión y la distensión, de manera


que centrándonos en distintas partes del cuerpo (brazos, manos, cara, nariz…) va
haciendo notar a los niños la tensión y más tarde la relaja, para que sean capaces de
notar la diferencia.

Actividades de Mindfulness

El Mindfulness para niños es una actividad extremadamente beneficiosa, dado que les
permite trabajar la atención y la reducción de la hiperactividad.

El Mindfulness se basa en tomar conciencia y en la atención plena, lo que permite


ejercitar la atención, además de lograr un estado de calma y bienestar que
contrarresta la hiperactivación.

Puzzles

Los puzles, adaptados a la edad, también pueden ser una actividad muy divertida para
trabajar con los niños con TDAH.

Los puzles les permiten centrare en una tarea y trabajar la atención y la motricidad.

Conduce una pajita

El juego de la pajita es divertido y útil para trabajar la atención y la impulsividad. Para


ello, necesitas papel continuo, un rotulador, unas bolitas hechas de papel y una pajita.
Para ello, cogeremos papel continuo y dibujaremos una carretera con curvas. Con las
bolitas de papel, las colocaremos por la carretera y soplando con la pajita intentaremos
que el niño vaya llevando la bolita por la carretera.

Buscar objetos escondidos en láminas con distractores

Una buena actividad para trabajar con niños es buscar objetos dentro de láminas que
tengan muchas cosas.

Busca láminas con dibujos muy completos (por ejemplo una ciudad donde haya
muchos edificios, tiendas distintas, gente en bicicleta, animales…). Cuantos más
elementos tenga el dibujo, más dificultad la tarea y mayor exigencia.

Se trata de que animes al niño a buscar determinados elementos, por ejemplo,


“¿cuántos edificios ves en la fotografía?”, “¿cuántos gatos hay?”, “encuentra la
panadería”, “encuentra las chicas con el pelo largo”.

Esto ayudará al niño a centrarse en una tarea y mantener la atención.

Laberintos

Otra actividad fácil, divertida y útil para trabajar la atención y la planificación son los
laberintos.

Para ello, consigue laberintos distintos y con instrucciones como “presta atención y
recuerda que no puedes chafar las líneas del borde del laberinto”, “hazlo con calma y
atención, comienza aquí y encuentra la salida del laberinto”.

El niño debe prestar atención a la tarea y planificar cómo debe realizarla para lograr
encontrar la salida.

Mapas

Una actividad sencilla y que permite a los niños trabajar la atención son los mapas.
Puedes adaptarlo a la dificultad del niño y también le permitirá estudiar y repasar
conceptos escolares.

Para ello, sólo necesitas mapas: de la propia Comunidad Autónoma, del País, de
Europa, del Mundo o también una bola del mundo.

Para ello, le vas pidiendo al niño frente al mapa que te busque un lugar concreto, por
ejemplo, “encuentra Málaga”, “encuentra París”, etc.

De este modo, el niño debe prestar atención a la tarea para solucionar aquello que se
le está demandando.

Actividad física

El ejercicio físico es una actividad muy buena para los niños con hiperactividad. Para
ello, que haga ejercicio físico y deporte.

Apunta al niño a algún deporte que le interese y le permite interactuar con otros niños.
Además, permítele que haga mucha actividad física: ofrécele actividades donde pueda
moverse: ir al parque, excursiones al parque, ir en patines…

Autoinstrucciones: para, piensa y actúa

Para trabajar las autoinstrucciones, las premisas son “Para, piensa y actúa”. Es una
técnica cognitiva que pretende trabajar con los niños la impulsividad.

Se trata de seleccionar al principio, por ejemplo, una conducta inadecuada que suele
repetir: “levantarse de la mesa mientras se come” o “levantarse de clase mientras está
haciendo una actividad”.

Las autoinstrucciones deben ajustarse a cada niño, viendo lo que sea necesario para
cada uno. Se las debe decir mentalmente y aplicarla ante conductas impulsivas.

Para ello, las autoinstrucciones son útiles para que cuando el niño note el impulso de
levantarse debe pensar: “Párate. ¿Qué es lo que tengo que hacer? Ahora mismo
tengo que estar sentado. Puedo conseguirlo. Voy a estar un poco más de tiempo
sentado”.

De este modo, se pretende que retrase un poco más la impulsividad de hacer esa
conducta en ese momento determinado.

Trabajar con el efecto Stroop

El efecto Stroop es muy útil para trabajar la impulsividad. Se trata de una tarea donde
el color no corresponde con la palabra.

Por ejemplo, la palabra AMARILLO está escrita en color rojo, la palabra ROJO está
escrita en color azul o la palabra VERDE está escrita en amarillo.

Se trata de que el niño diga el color en el que está escrita la palabra AMARILLO, es
decir, debería decir “rojo”, pero tenderá a leer la palabra, por lo que debe inhibir y
decirlo correctamente.

La técnica de la tortuga

Para trabajar la impulsividad, también puede ser muy adecuada la técnica de la


tortuga.

Tenemos que indicarle al niño que en determinados momentos, nos vamos a convertir
en una tortuga y debe saber cómo se comportan las tortugas.

Pueden ir caminando con la cabeza y las patas por fuera pero cuando sienten que
alguien las amenaza, se esconden y dejan a la vista sólo el caparazón.

Debemos indicarles que ellos pueden comportarse de ese modo. Así, cuando el sienta
que no puede controlarse, puede convertirse en una tortuga y esconderse dentro de su
caparazón.
Se le insta a que piense cosas agradables, a que deje volar el enfado o las emociones
desagradables y que se relaje.

Juegos de similitud

Para trabajar la atención, podemos imprimir y plastificar muchas imágenes con


distintos dibujos de colores.

Imprimiremos un montón de imágenes o figuras de color rojo, otros de color azul, de


color verde, amarillo…

Cuando vayamos a trabajar con el niño, las mezclaremos todas e iremos pidiéndole
una serie de consignas. Por ejemplo, “dame sólo las tarjetas con objetos de color rojo”.

Si son figuras geométricas (incluimos círculos grandes, círculos pequeños, cuadrados


azules grandes, cuadrados verdes pequeños…). Podemos hacer todas las
combinaciones y le pedimos al niño consignas específicas.

Por ejemplo: “dame sólo los triángulos pequeños”, “dame los círculos grandes azules”.
Obviamente, esta tarea se adecuará al nivel que tenga el niño.

El bingo

El bingo también es una actividad muy adecuada para trabajar la atención, dado que le
damos al niño una serie de números que leemos en voz alta y él, con distintos
cartones, debe centrar la atención para buscar si tiene el número que ha sido
extraído.Si no prestas atención, es muy fácil que no seas capaz de seguir el juego.

Juegos de estrategia

Muchos juegos de estrategia permiten al niño trabajar la atención y la concentración.


En este sentido, por ejemplo, puedes utilizar el dominó, el tres en raya, el ajedrez o
hundir la flota.

Encontrar las diferencias

Los juegos de encontrar las diferencias también son muy útiles para trabajar la
atención. Para ello, presentamos al niño dibujos muy similares pero que tengan
pequeñas diferencias y le animamos a que encuentre dónde están las diferencias.

En este sentido, se pueden hacer variaciones. Por ejemplo, establecemos un dibujo de


partida (una estrella) y en vertical establecemos a su lado 8 estrellas diferentes, una o
varias pueden ser exactamente iguales y las demás con alguna diferencia.

Pedimos al niño que encuentre qué estrellas son iguales y cuáles son diferentes. Este
ejercicio se puede hacer con muy diversos objetos.

También se pueden establecer series de números, por ejemplo: “3 4 5 6” y al lado


podemos poner “3 4 5 6” o “3 5 4 6”, “4 7 4 6” y pedimos al niño que seleccione las que
son iguales y las que son distintas.

Tareas de escucha
Estas tareas pretenden que el niño escuche atentamente alguna cosa y después
conteste a algunas preguntas que le hemos hecho.

Vale contarle cuentos, descripciones, historias inventadas, chistes, adivinanzas…


cualquier cosa que se nos ocurra, y después podemos hacerle preguntas para que
centre su atención.

Podemos pedirle también que describa el entorno en el que se encuentra o distintas


ilustraciones: dónde se encuentra cada cosa, los colores, el espacio en el que están…

Tareas de completar

Hay muchas tareas de completar que permiten centrar la atención. Le podemos


presentar una imagen a la que le falta algún componente y su tarea consiste en decir,
indicar o dibujar cuál es.

También se le pueden presentar algunos dibujos como modelo y una serie de


versiones incompletas del dibujo. Su tarea consiste en ver e informar y después
acabar las partes hasta que sean idénticas al dibujo original.

Otra actividad útil es ordenar viñetas, por ejemplo, dado que el niño tiene que centrar
su atención y descubrir qué sucede en la historia ordenándolas.

¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)?

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad es un trastorno con origen


neurobiológico. Es un trastorno caracterizado por niveles de impulsividad, falta de
atención y actividad que no se adecuan a la edad de desarrollo del niño.

Estos niños tienen problemas en la regulación del comportamiento, a la hora de


ajustarse a normas, y por tanto tienen dificultades para adaptarse a los distintos
entornos en los que se desarrollan (escolar, familiar, de relaciones…).

Son niños que suelen rendir por debajo de lo que se esperaría para sus capacidades y
acompañado a ello pueden presentar otros problemas comportamentales y problemas
emocionales.

El TDAH no debe conceptualizarse como un trastorno de conducta, sino más bien


como un trastorno cognitivo de las funciones ejecutivas.

Así, las personas con TDAH presentan una deficiencia de la autorregulación, un déficit
en el control ejecutivo, lo cual básicamente implica dificultad en la autorregulación de
la conducta y en organizar la conducta desde el presente hacia el futuro.

Síntomas del TDAH

Los trastornos por déficit de atención e hiperactividad se definen por la


presencia de tres síntomas. Éstos son:

– Disminución atencional

– Hiperactividad
– Impulsividad

Cuando hablamos de falta de atención, hacemos referencia a distintos aspectos


como:

– No se presta atención a detalles

– Se olvida de actividades diarias

– Se distrae de manera fácil por estímulos externos a él

– Pierde u olvida cosas que son necesarias

– No puede mantener la atención en las actividades que realza

– No escucha cando se le habla y tiene dificultades para seguir conversaciones

– No sigue instrucciones

– Olvida conversaciones donde tiene que hacer mucho esfuerzo mental sostenido

En cuanto a la hiperactividad, nos referimos a:

–Es intranquilo

– Se levanta del asiento cuando debería estar sentado

– Va de un sitio a otro cuando debería estar quiero

– Habla en exceso

– Actúa sin parar como si estuviera movido por un motor

– Tiene dificultades para jugar de manera sosegada

Y respecto a la impulsividad:

– Tiene dificultades para esperar su turno

– Interrumpe y molesta a otros niños

– Contesta a las preguntas antes de que le acaben de ser formuladas

Características de los niños con TDAH

Detrás de la mayoría de niños diagnosticados de TDAH se encuentra un rendimiento


académico inferior al que se espera por su edad cronológica e inteligencia. Esto se
puede explicar por la propia sintomatología del trastorno.

La hiperactividad, la impulsividad o la dificultad atencional no son buenos aliados para


un adecuado proceso de aprendizaje.

Además, el TDAH suele asociarse con dificultades o trastornos propios de aprendizaje,


sobre todo ante las tareas de lectura, habilidades narrativas, escritura, cálculo o
matemáticas.
Por ejemplo, se estima que el 50% de los niños con TDAH tienen problemas en el
aprendizaje de la lectura, de la escritura o de las matemáticas que inciden
negativamente en el rendimiento académico y en el nivel de educación que alcanzan.

A medida que pasa el tiempo, la prevalencia de personas con TDAH se ha ido


incrementando, lo que no ha estado exento de polémicas. También ha disminuido la
edad de diagnóstico.

Hace tiempo la prevalencia se situaba en torno al 4-6% y algunos datos apuntan a que
están entre un 10-20%.

La Guía Clínica del TDAH apunta a que afecta entre un 3-7% de los niños en edad
escolar.

Se ha indicado con prevalencia de varones frente a mujeres, algo que se va dejando


de lado y actualmente se considera que es similar en ambos sexos, predominando en
mujeres la falta de atención y en varones la hiperactividad.

Se ha considerado también como exclusivo de la etapa infanto-juvenil, algo que


tampoco es cierto dado que se mantiene en la etapa adulta.

Los niños con TDAH pueden mostrar los síntomas ya a muy temprana edad, pero se
descubre y se trata con mayor frecuencia más tarde, entre los 7-9 años de edad.

Según DSM 4 Y 5:

Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV):


«Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o
un esfuerzo mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad intrínsecos (p.
ej., escuchar al maestro en clase, hacer los deberes, escuchar o leer textos largos que
no son de sus gustos, o trabajar en tareas monótonas o repetitivas)».

Con la publicación del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales


(DSM-5) se introduce un cambio con respecto a la edad a partir de la cual se exige
que estuvieran presentes algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos,
que se retrasa de los 7 años (en el DSM-IV) a los 12 años (en el DSM-5).

Etología del tdah

Se han demostrado factores de origen hereditario (es decir, no adquiridos en el curso


de la vida del individuo) en un 80 % de los casos. Diversos estudios demuestran que
no hay una transmisión familiar del trastorno (a través de patrones educativos).15 En
contraste, cabe destacar que la contribución estimada de factores no hereditarios a
todos los casos de TDAH es de un 20 %.16 Para explicar esa minoría de casos, se ha
propuesto la intervención de causas multifactoriales que suponen también factores
genéticos, aunque en combinación con factores ambientales. La influencia de causas
congénitas que podrían actuar durante la gestación (es decir, no hereditarias, con
participación de factores genéticos o ambientales en proporciones variables), tales
como la exposición en útero a la nicotina, no se consideran tan importantes como hace
unas décadas. Es de notar que, incluso en casos que a primera vista se atribuyen a
factores ambientales (como el recién mencionado), la intervención del factor
netamente genético ofrece una explicación plausible. En ese sentido, se ha
establecido que los índices de tabaquismo entre mujeres con TDAH son varias veces
mayores que en la población general, y, en virtud de ello, ellas son también más
propensas a fumar durante el embarazo. Como corolario, la presencia del TDAH en el
niño por nacer remite nuevamente a factores genéticos.

Se han realizado diversos estudios que mencionan los patrones similares en la historia
del individuo con TDAH. En la historia prenatal se cita que las madres padecieron un
estado de salud, en el cual estuvieron ingiriendo medicamentos, consumo de
sustancias alcohólicas durante el embarazo. En la parte perinatal del embarazo, los
bebés tuvieron complicaciones después del nacimiento, presentaron sufrimiento fetal
(hipoxia, nacimiento con fórceps), las madres sufrieron de eclampsia, los partos
duraron de 7 a 12 horas, y los bebés tuvieron un peso menor a 2 kg por gestación
menor a ocho meses. En la historia postnatal, los niños son muy activos, bastante
insistentes para pedir algo e inquietos al dormir.

Hay también factores evolutivos importantes por mencionar; los niños gatearon entre
los 6 y 12 meses de edad, caminaron entre 12 y 18 meses de edad, pronunciaron las
primeras palabras entre los 9 y 13 meses de edad y pronunciaron dos palabras juntas
entre los 14 y 18 meses de edad.17

Los ganglios basales y el lóbulo frontal son las estructuras afectadas en los niños con
déficit de atención e hiperactividad. Los científicos han encontrado cambios negativos
en el lóbulo frontal, zona del cerebro que interviene en el control de la conducta, en la
solución de problemas y en la capacidad para mantener la atención. Esto explica la
dificultad de los afectados para controlar el comportamiento, filtrar los estímulos y
permanecer atentos. Otra región comprometida corresponde a los ganglios basales,
que son agrupaciones de neuronas (células nerviosas) localizadas en la profundidad
del cerebro y que trabajan de manera coordinada con el lóbulo frontal.

Se ha detectado que tres sustancias químicas que utilizan las neuronas para
comunicarse entre sí (neurotransmisores), dopamina, serotonina y norepinefrina, están
alteradas en los niños con déficit de atención e hiperactividad, pero no en sujetos
sanos. Así, mientras tales compuestos abundan en los ganglios basales y en el lóbulo
frontal de personas normales, no están disponibles en suficiente cantidad en los
enfermos hiperactivos. Por tal motivo, el funcionamiento del cerebro es defectuoso y,
sin tratamiento, el estado de anormalidad es permanente.

A prevalencia del TDAH

Genética

Los distintos estudios familiares le asignan al TDAH una heredabilidad de casi el 80 %;


esto lo ubica aproximadamente, en relación con este aspecto de la carga hereditaria,
entre la esquizofrenia y la estatura.9 Se trata de un trastorno de herencia poligénica':
de acuerdo con la evidencia, múltiples genes contribuyen al fenotipo del TDAH.18 La
base de datos del proyecto Mendelian Inheritance in Man, que cataloga todas las
enfermedades de base genética conocidas, relaciona este trastorno con determinados
loci del mapa genético correspondientes a los siguientes genes:

DRD4: en el cromosoma 11p15.5 (gen que codifica el receptor dopaminérgico D4)

DRD5, DRD1B, DRD1L2: en el cromosoma 4p16.1-p15.3 (gen que codifica el receptor


dopaminérgico D5)

SLC6A3, DAT1: en el cromosoma 5p15.3 (gen que codifica la proteína transportadora


de dopamina DAT1)

TDAH

Neuroquímica y neuroanatomía: El cerebro de los individuos afectados muestra una


actividad atípica, lo cual se ha demostrado utilizando técnicas de neuroimagen como
tomografía PET y resonancia magnética (estructural y funcional). Se observa un déficit
en la acción reguladora (inhibitoria) de ciertos neurotransmisores (dopamina y
norepinefrina), a nivel de la corteza prefrontal y estructuras inferiores (cuerpo estriado).
El neurotransmisor serotonina también estaría implicado; sobre todo debido a su rol en
el control de los impulsos, mediado por su acción sobre el eje mesolímbico-cortical.

Similarmente, se ha determinado que los pacientes con TDAH tiene problemas para
intercambiar los niveles de actividad entre la red neuronal por defecto y la red neuronal
orientada a tareas, no logrando disminuir la actividad de la primera al momento de
requerirlo como si lo hacen individuos sanos.
En adultos con TDAH, se encontró una disminución del 8,1 % en el metabolismo
cerebral de la glucosa en relación a los controles, sobre todo a nivel de la corteza
prefrontal y áreas premotoras.
Se han realizado estudios utilizando resonancia magnética funcional durante la
realización de pruebas que requieren un esfuerzo cognitivo del paciente. Se ha
observado que, en los sujetos normales, se activa la corteza cingulada-dorsal-anterior;
mientras que, frente a la misma exigencia, los que tienen TDAH activan zonas
secundarias fronto-estriadas. En cuanto a los hallazgos neuroanatómicos, se han
encontrado menor volumen cerebral en áreas prefrontales y premotoras, así como
también en el vermis cerebeloso en pacientes que tienen TDAH.
Factores ambientales

Ciertos factores ambientales pueden desempeñar un papel en el desarrollo del TDAH.


El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar trastornos fetales del
espectro alcohólico que pueden incluir TDAH o síntomas similares. La exposición al
humo del tabaco durante el embarazo puede interferir en el desarrollo del sistema
nervioso central y aumentar el riesgo de desarrollar TDAH. No obstante, muchos niños
expuestos al tabaco no presenten TDAH o sólo tienen síntomas leves que no alcanzan
el umbral para el diagnóstico. Una combinación de una predisposición genética con la
exposición al tabaco podría explicar por qué algunos niños expuestos durante el
embarazo pueden desarrollar TDAH y otros no.Los niños expuestos al plomo (incluso
a niveles bajos) o a los bifenilos policlorados, pueden desarrollar problemas que se
asemejan al TDAH.31 El bajo peso al nacer, el parto prematuro y la adversidad en
edades tempranas también aumentan el riesgo, así como ciertas infecciones durante
el embarazo, el nacimiento y la primera infancia. Estas infecciones incluyen, entre
otras, diversos virus (el sarampión, la varicela, la rubéola, enterovirus 71) e infecciones
bacterianas por estreptococos. Al menos el 30% de los niños con una lesión cerebral
traumática desarrolla posteriormente TDAH. y aproximadamente el 5% de los casos se
debe a daño cerebral.

Algunas personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca


desarrollan TDAH, que por lo general mejora al retirar el gluten de la alimentación.
Ambas enfermedades pueden no presentar síntomas digestivos.3637 Los síntomas
neurológicos o psiquiátricos pueden ser la primera manifestación de la presencia de
una intolerancia al gluten.

Algunos niños pueden reaccionar negativamente a ciertos colorantes o conservantes


presentes en los alimentos.38 Es posible que ciertos colorantes alimentarios puedan
actuar como un disparador en personas con predisposición genética, pero la evidencia
es débil39 Por esta razón, el Reino Unido y la Unión Europea han puesto en marcha
medidas de regulación. Por el contrario, la Administración de Alimentos y
Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) no ha iniciado ninguna actuación.

Interpretaciones psicosociales
Existe un cierto debate en la literatura médica sobre si el TDAH es un trastorno biológico o
si se entiende mejor como una construcción cultural.
Joseph Knobel Freud
Psicoanalista infantil español y sobrino-nieto de Sigmund Freud, postula que «El TDAH no
existe, y por ende no es un trastorno neurológico; sino que realmente es un invento de
esta sociedad de la inmediatez en la que vivimos, y que nos lleva a la hipermedicalización
de niños que son más movidos».
Como argumento, Joseph Knobel Freud igualmente cita a Leon Eisenberg, la persona que
describió por primera vez el trastorno de déficit de atención con hiperactividad, que le
habría dicho a Der Spiegel meses antes de morir que éste era «un excelente ejemplo de
un trastorno inventado» y que «la predisposición genética para el TDA está completamente
sobrevalorada»
En un artículo publicado en la British Journal of Psychiatry en diciembre de 2013, Sami
Timimi postuló que el TDAH puede entenderse como un constructo social,52 es decir, una
convención que se toma por hecho pero que no tiene una base natural. En este caso, el
construccionista social sostiene que el TDAH se clasifica como trastorno debido a las
convenciones sociales en cuanto a lo que se considera comportamiento normal y anormal.
Es decir, aquellos que están en la parte alta del espectro de inquietud e inatención son
calificados como "problemáticos" y se les da una etiqueta médica. La base neurobiológica
del TDAH no supone un desafío para el constructivista social, puesto que la diversidad
neurológica puede preverse en cualquier espectro de comportamiento. En cuanto a las
desventajas del TDAH, indican que los comportamientos considerados diferentes de lo
considerado "normal" también pueden ser desfavorables.
En el año 2005, Rohde et al. Realizaron una revisión computarizada sistemática de la
literatura sobre el TDAH en Brasil, para evaluar los datos clínicos y de investigación en una
cultura diversa completa de un país en desarrollo. Los resultados se compararon con los
de los estudios en los países desarrollados. Encontraron que los hallazgos eran todos muy
similares: las tasas de prevalencia, los patrones de trastornos asociados al TDAH en
muestras clínicas, los datos genéticos (transmisión familiar del 39%), el papel de algunos
genes implicados en los sistemas dopaminérgico y noradrenérgico, y los datos sobre la
eficacia del tratamiento con metilfenidato. El trabajo concluye que el TDAH no es una
construcción cultural, reforzando la importancia de la aplicación de metodologías de
investigación similares en diferentes culturas para hacer hallazgos comparables.
Trastornos con el TDAH asociados
Se estima que hasta dos tercios de los niños con TDAH tiene uno o más trastornos
coexistentes. Los más comunes son el trastorno negativista desafiante, la ansiedad y
el trastorno de conducta. En niños de edades comprendidas entre los 6 y los 17 años,
los trastornos de ansiedad parecen ser más comunes en las niñas que en los niños.
Entre los adolescentes, son frecuentes la ansiedad, la depresión, el trastorno bipolar y
el trastorno por uso de sustancias. Otras comorbilidades posibles son los trastornos
alimentarios, los trastornos del sueño, los problemas de aprendizaje, el trastorno
de tics y ciertas enfermedades como la epilepsia y la enfermedad celíaca.
Comorbilidad

Los niños que presentan TDAH asociado con otros diagnósticos revisten una mayor
gravedad clínica, dado que ven afectadas en mayor medida las distintas áreas de su vida
familiar, social y académica y siguen una evolución más desfavorable que los niños que
tienen TDAH sin comorbilidad, requiriendo una intervención terapéutica más compleja. La
comorbilidad con los TI (Trastornos Internalizantes) oscila entre un 12 % y un 41 % de los
casos, y está fuertemente ligada a factores genéticos.

Como actúa el cerebro con un persona que tiene TDAH

El TDAH es un problema neurobiológico. Hemos descubierto que en el cerebro de las


personas con TDAH hay una actividad menor de lo normal en las zonas frontales y
centrales del cerebro que son responsables de la atención, la planificación y el
control de los impulsos. Cuando estas regiones no funcionan de forma adecuada,
como el TDAH, la persona tiene dificultades en estas áreas.

Normalmente el tratamiento del TDAH se realiza con medicación. Sin embargo,


muchas veces los niños con este tratamiento sufren efectos secundarios indeseados
como insomnio o falta de apetito, o los medicamentos resultan insuficientes para
resolver las dificultades del niño. Además, el tratamiento farmacológico acaba siendo
de por vida, ya que en cuanto la persona deja de tomar el tratamiento las mejorías
desaparecen. Sin embargo, hoy existe otra alternativa sin estos inconvenientes: el
Neurofeedback, desarrollado por neurocientíficos y psicólogos, altamente eficaz para
la mejora de la atención, la hiperactividad y la impulsividad, no invasivo, sin efectos
secundarios y de beneficios duraderos. Mediante Neurofeedback se enseña a la
persona cómo activar y fortalecer estas regiones del cerebro, consiguiendo
una notable mejora en la capacidad atencional, la concentración, y el autocontrol.

Trastornos comórbidos asociados al TDAH según el DSM-5


Es importante tener en cuenta que sólo podemos hablar de trastorno cuando las
manifestaciones de éste se presentan con mayor frecuencia que las observadas en niños de su
edad y con su mismo grado de desarrollo.

Trastorno Negativista Desafiante (TND)

Presentan cóleras frecuentes, pataletas, rechazan las órdenes de los adultos, se niegan a
cumplir las peticiones que se les hacen, molestan a la gente de su entorno, se muestran muy
susceptibles cuando se les molesta y le echan la culpa de sus errores a los demás. Pueden ser
rencorosos y vengativos. En España se estima que entre un 9,7% y el 16,5% de los escolares
padecen este trastorno2. Entre la población con TDAH, la prevalencia de comorbilidad con
TND está entre el 40% y 50%.3

Trastorno de Conducta Disocial (TC)

Suelen ser bastante protestones, con una conducta un poco chula, amenazan e intimidan a los
demás. Se meten en peleas y pueden tener conductas crueles con los demás o con animales.
En la época adolescente pueden saltarse las clases, escaparse de casa y dormir fuera de casa
sin consentimiento.

El procentaje de población con TDAH que puede padecer un trastorno disocial es del 40%-
50%3.

Trastorno Depresivo

Se caracteriza por un estado depresivo crónico, que se manifiesta la mayor parte del día la
mayoría de los días. En niños y adolescentes, pueden estar irritables y presentar mínimo dos
los siguientes síntomas: pérdida o aumento del apetito, falta de energía, baja autoestima,
dificultades para concentrarse, insomnio o hipersomnia.

Los síntomas de la depresión pueden fácilmente confundir al observador, puesto que la


agitación se puede confundir con hiperactividad y el retraso psicomotor con la falta de atención.
La prevalencia de este trastorno es de un 26,8%.

Trastorno de Ansiedad

Presenta inquietud o impaciencia, cansancio frecuente, problemas para concentrarse


irritabilidad, tensión muscular o alteraciones del sueño (dificultad para conciliar el sueño,
sensación de falta de descanso al despertar).

Los trastornos de ansiedad más frecuentes en personas con TDAH son: ansiedad por
separación, trastorno de angustia, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), ansiedad
generalizada.

El trastorno de ansiedad tiene una prevalencia de 34% en niños con TDAH pasando a un 40%
en la población adulta con TDAH5.

Trastorno del Aprendizaje

Interfiere significativamente en el rendimiento escolar o en las actividades de la vida cotidiana


que exigen habilidades para la lectura, escritura, cálculo matemático y desarrollo del lenguaje
narrativo. Afecta también a la productividad y fluidez en el desarrollo de tareas que requieran
organización. Presentan un vocabulario muy limitado, mala construcción de las frases y
conjugan mal los tiempos verbales.
Los niños con TDAH que presentan mayor nivel de déficit de atención tienen más problemas
asociados a trastornos de aprendizaje, que los que son hiperactivos-impulsivos. Se estima que
afecta al 20% de los niños con TDAH.5

Trastorno del Espectro Autista (TEA)

Presentan problemas de interacción social, problemas de comunicación y un patrón repetitivo


de conductas6. Según un estudio, el 33% de los niños con TEA presentan síntomas de TDAH
de tipo inatento, el 26% de tipo combinado (déficit de atención e hiperactividad/impulsividad), el
otro 41% no presenta comorbilidad.7

Trastorno por Uso de Substancias (TUS)

Tener TDAH aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias


adictivas. Además el TDAH se ha asociado con un inicio más temprano del abuso de
sustancias, con un mayor número de diagnósticos comórbidos de TUS y con mayores
dificultades para mantener la abstinencia tras las desintoxicaciones.

Resulta complicado identificar a los pacientes con abuso de sustancias que también padecen
TDAH, porque a menudo se asocian a otros trastornos psiquiátricos que se solapan con
muchos de los síntomas del TDAH. Se ha estimado que un 52% de pacientes diagnosticados
con TDAH presentan un trastorno por uso de substancias.

Trastorno Bipolar

El niño o adolescente con Trastorno Bipolar, se caracteriza por haber padecido más de dos
episodios en los que su estado de ánimo y nivel de actividad parecen alterados. Cambios de
humor extremos, aumento del nivel de energía, pensamiento acelerado, disminución del sueño,
síntomas psicóticos como alucinaciones o delirios.

Existe un solapamiento entre los síntomas del TDAH y del Trastorno Bipolar en niños, por lo
que el diagnóstico es bastante controvertido. La prevalencia de este trastorno asociado al
TDAH es del 10% siendo más frecuente en los niños.

Trastorno de Tics (Tourette)

Se caracteriza por movimientos o vocalizaciones involuntarias de forma rápida y recurrente, no


rítmica que comienza repentinamente y en apariencia carece de finalidad. El estrés aumenta su
frecuencia de reproducción y desaparecen durante el sueño. Este trastorno crea un gran
malestar y deterioro de las relaciones sociales.

La mitad de los niños con TDAH presentan tics transitorios o crónicos10. Un 11% de los niños
con TDAH padece este tipo de trastorno asociado.

Factores de riesgo a un niño con tdah

Los factores de riesgo del trastorno por déficit de atención con hiperactividad pueden
incluir:

 Parientes consanguíneos, como un padre o hermano, con TDAH u otro trastorno


de salud mental

 Exposición a toxinas ambientales: como plomo, que se encuentra principalmente


en pinturas y cañerías en edificios antiguos
 Consumo de drogas, alcohol o tabaquismo por parte de la madre durante el
embarazo

 Nacimiento prematuro
Complicaciones
El trastorno de déficit de atención e hiperactividad puede hacer difícil la vida de los niños. Los
niños con déficit de atención e hiperactividad:

 A menudo deben vencer muchas dificultades en clase, lo que puede dar como resultado
el fracaso académico y que otros niños y adultos los juzguen.

 Tienden a tener más accidentes y lesiones de todo tipo que los niños que no padecen
déficit de atención e hiperactividad

 Tienden a tener una mala autoestima

 Son más propensos a tener problemas para interactuar con pares y adultos, y para ser
aceptados por ellos.

 Corren un riesgo mayor de consumir alcohol y drogas y de asumir otros comportamientos


delictivos

Prevención
Cómo ayudar a reducir el riesgo de tu hijo de padecer el TDAH:

 Durante el embarazo, evita todo lo que pueda dañar el desarrollo fetal. Por
ejemplo, no bebas alcohol, no uses drogas recreativas y no fumes.

 Protege a tu hijo de la exposición a sustancias contaminantes y


toxinas,incluidos el humo del cigarrillo y la pintura con plomo (presente en
algunos edificios viejos).

 Limita el tiempo frente a la pantalla. Aunque aún no está demostrado, puede


ser prudente para tus hijos evitar demasiada exposición frente a la televisión y
los videojuegos durante los primeros cinco años de vida.

Cómo reducir los problemas o las complicaciones si tu hijo padece el TDAH:

 Sé consecuente, establece límites y consecuencias claras para el


comportamiento de tu hijo.

 Arma una rutina diaria para tu hijo con expectativas claras que incluyan
cosas como horarios de acostarse, horarios matinales, horarios de comida,
actividades simples y televisión.
 Evita cargarte de tareas cuando estés hablando con tu hijo, realiza contacto
visual cuando le des instrucciones, y guárdate algunos minutos todos los días
para elogiar a tu hijo.

 Trabaja con profesores y personas responsables del cuidado para


identificar problemas en forma temprana a fin de disminuir el impacto del
trastorno en la vida de tu hijo.
Las emociones en el TDAH: antes del diagnóstico

Antes de su diagnóstico, los niños y sus familias suelen encontrarse en una situación
compleja y difícil. Los niños posteriormente diagnosticados de TDAH tienen
dificultades fundamentalmente por dos grandes grupos de síntomas. Por un lado, la
inquietud, el alto nivel de actividad motora y la impulsividad que suelen asociarse a
alteraciones de comportamiento. Estos niños son frecuentemente catalogados como
maleducados responsabilizando al niño y/o sus familiares de su conducta como algo
voluntario y perfectamente evitable. Por otro lado, las dificultades de atención y
concentración originan con frecuencia problemas de aprendizaje. Estas dificultades
suelen catalogarse como falta de interés y esfuerzo por parte de niño al que suelen
calificar como vago responsabilizando de su fracaso escolar tanto a él como a su
entorno.

Como consecuencia de esta situación, las tormentas emocionales en el niño y en sus


familiares están a la orden del día. Tristeza, enfado, rabia, decepción, frustración,
preocupación, incertidumbre, etc… Son algunos de los sentimientos que acompañan a
los padres en esta etapa. Los niños, probablemente, podrían suscribir todos estos
sentimientos pero con un aspecto añadido fundamental: la vivencia personal de la
situación. Los sentimientos de fracaso, la preocupación, los sentimientos de culpa, la
sensación de aislamiento y el cuestionamiento de la autoestima son frecuentes en
ellos.

Las emociones en el TDAH: después del diagnóstico

Una vez obtenido el diagnóstico, la situación cambia de manera sustancial y con ella
las emociones asociadas. La confirmación del diagnóstico pone fin a la incertidumbre,
ayuda a comprender muchas de las dificultades vividas y abre el paso a diferentes
opciones terapéuticas por lo que aparece con frecuencia un sentimiento de alivio. No
obstante, cuando una puerta se abre, nuevas preguntas, dudas, temores e
incertidumbres suelen asaltar tanto a los padres como a los niños. ¿Tengo una
enfermedad mental? Este trastorno, ¿puede desembocar en una enfermedad mental
grave? ¿Estoy loco? ¿Tiene cura? ¿Tiene que tomar tratamiento? ¿Para toda la vida?
¿Podrá estudiar? ¿Qué efectos tienen las pastillas a largo plazo?

La comunicación del diagnóstico por parte del médico a los padres y al niño (sí, al
niño) es un momento muy, muy importante. Junto al mejor diagnóstico basado en la
mayor evidencia científica disponible, el médico debe desplegar todas sus habilidades
de comunicación para transmitir un mensaje seguro y claro que transmita confianza y
seguridad al niño y sus padres evitando trivializar preocupaciones pero desterrando
mitos, prejuicios y temores infundados. El médico debe disponer no sólo de toda la
información pertinente sino del tiempo necesario para transmitírsela al niño y sus
padres procurando crear un clima de confianza y seguridad esenciales para entender
el trastorno (síntomas, implicaciones, trascendencia,…) pero también las posibilidades
y alcance del tratamiento lo que, sin duda, facilitará la adherencia al mismo.

Impulsividad y autocontrol. Conceptos implicados en la rivalidad de los


TDAH
Si hablamos de impulsividad en relación a los niños con TDAH (Trastorno por déficit
de atención e hiperactividad), nos estamos refiriendo a la dificultad que presentan para
inhibir ciertos comportamientos o conductas: demorar respuestas, esperar turnos,
inhibir comportamientos o comentarios inapropiados, etc.

Cuando hablamos de autocontrol, nos referimos a la capacidad que tienen las


personas de gestionar de una manera voluntaria y consciente sus actos, producciones
verbales o su comportamiento en general.

Es en este punto donde queremos pararnos y plantearnos el porqué de ciertas


conductas que se dan en casa y en el colegio, averiguar de qué manera podemos
ayudar a su extinción y por ende, mejorar aspectos importantes que alumnos con
TDAH suelen tener alterados.

En ciertas ocasiones, a los niños hiperactivos se les considera espontáneos, lanzados


o directamente maleducados, y la mayoría de las veces es debido a la falta de
inhibición de su conducta. Ante esto, podemos plantearnos dos explicaciones:

La impulsividad puede ser causa del incumplimiento de normas debido a una pobre
inhibición de la conducta.

Debido a la falta para emplear el lenguaje como autoguía, aparece la impulsividad


como consecuencia directa.

TDAH TOD ENFOQUE COGNITIVO

Por su parte, los problemas de autocontrol pueden ser consecuencia de multitud de


factores, como por ejemplo:

Falta de control de los impulsos.

Excesivo movimiento.

Baja atención, etc.

Ciertas investigaciones sugieren que en los niños con TDAH existe un retraso en el
control de los impulsos, resumiéndolo todo en un problema de inhibición, por tanto
podemos corroborar que inhibición de las conductas y falta de autocontrol son dos
características del TDAH que van de la mano.

Visto el planteamiento de la falta de autocontrol y de inhibición de conductas de los


niños hiperactivos, podemos centrarnos en problemas concretos que se plantean en el
aula. Para ello nos basamos en la propia experiencia y en algunas que nos han
comentado los profesores de niños con TDAH.
Un aspecto concreto sobre el que hemos planteado una actividad es el referido al
trabajo en equipo. ¿Y por qué plantear una actividad para trabajar ese aspecto? Pues
bien, porque debido a las características que estamos tratando, pueden darse
diferentes comportamientos de los niños con TDAH ante situaciones o actividades en
las que tengan que trabajar en equipo.

Por ejemplo: pensemos que a un alumno con TDAH le toca realizar un trabajo para el
colegio en grupo, algo de lo más habitual, y resulta, que en ese grupo hay un
compañero (o dos o tres) con los que no se lleva bien.

Ante esta situación, debemos hacerle ver al niño, siempre de una manera previa,
anticipándonos a que se de la situación, que es necesario saber exponer de una
manera asertiva nuestro punto de vista, es decir, hacerlo sin imponer su criterio, sino
respetando el resto de puntos de vista. ¿Por qué decimos esto? Porque es frecuente
que en la realización de trabajos grupales aparezcan discrepancias en lo relativo a
muchos temas, como pueden ser la forma de realizarlos, de repartir las tareas, etc.
Ante situaciones de esta índole, es preciso que los niños experimenten y pongan en
práctica una serie de pasos para controlar las respuestas impulsivas:

Pararnos: desarrollar la capacidad de demorar la respuesta.

No actuar: inhibir la conducta primera.

Pensar: emplear el lenguaje interno para dirigir la conducta.

Planificar: plantear los pasos necesarios para establecer una adecuada resolución de
problemas.

Actuar: llevar a cabo el plan que se ha diseñado.

Evaluar: comprobar el resultado obtenido.

Como siempre, es importante que planteemos una actividad llamativa para los niños,
con la que podamos en un primer momento captar su atención y mantenerla durante
toda la sesión. Para ello contamos con numerosos recursos a nuestro alcance, como
vídeos, sobre los que se pueden plantear preguntas reflexivas, con las que los niños
analicen situaciones, desarrollen la crítica constructiva a través de comportamientos
adecuados frente a inadecuados, y consideren qué tipo de comportamientos son
necesarios llevar a cabo para conseguir la colaboración y el correcto desarrollo de
actividades grupales.

La rivalidad, vista desde el punto de vista de la superación personal, puede ser


francamente buena. Desarrollar en el niño con TDAH la superación personal, que le
lleve a plantearse retos que pueda superar y por consiguiente a mejorar, es
evidentemente un aspecto a potenciar.

Por el contrario, cuando contamos en el aula con alumnos que proyectan esa rivalidad
hacia los compañeros, debemos ser implacables a la hora de intervenir, haciendo ver,
a través del trabajo con un programa de habilidades sociales, por ejemplo, que ese es
un comportamiento inadecuado, en el que a través de comentarios inapropiados,
pueden dañar a los compañeros.
Por ejemplo, podemos encontrar alumnos con TDAH, al igual que sin TDAH, que no
presentan mayores dificultades académicas, y ante una explicación en clase pueden
verbalizar cosas del tipo: `Que aburrimiento, yo ya lo sé, no sé por qué mis
compañeros no y hay que explicarlo otra vez`.

Bien, en este momento debemos presentar una consecuencia negativa hacia


comportamientos de este tipo, ya que pueden ser dañinos para el resto de la clase. En
su lugar, sería conveniente trabajar para conseguir que ese mismo comentario se
transformase en: `Eso ya lo conozco y lo domino, si alguien quiere le puedo ayudar a
entenderlo`. De esta manera, se puede desarrollar en el aula la dinámica del
`compañero-tutor`, en la que un alumno ayuda a otro en la adquisición de conceptos,
lo que aporta responsabilidad y compañerismo.

Según Barkley (1999), el proceso de inhibición es la clave para todas las dificultades
del TDAH, no solo para la impulsividad. Veamos el resumen de las funciones
ejecutivas que se encuentran alteradas para poder centrar la idea de trabajo.

El corazón de la mente: se identifica con la capacidad de controlar las emociones, el


tiempo de espera, el ajuste que tenemos ante una reacción.

El ojo de la mente: es la capacidad para imaginar, para recordar el pasado y anticipar


el futuro. Se desarrolla la guía, la previsión y la planificación.

La voz de la mente: es la capacidad de hablarse a sí mismo, para ejercer el


autocontrol. Se emplea el lenguaje interno para regular y dirigir.

El juego de la mente: Se usa para manejar la información: analizar, sintetizar, evaluar,


planificar, incidir en la toma de decisiones y en la resolución de problemas.

En definitiva, mejorando aspectos como la impulsividad y el autocontrol en nuestros


alumnos hiperactivos, influiremos sobremanera en una serie de situaciones,
comportamientos y pensamientos que mejorarán en general el desarrollo del afectado
por TDAH.

¿Qué es un medicamento para el TDAH?


Una vez que alguien es diagnosticado de TDAH, los médicos tal vez le receten
medicamentos para comenzar a tratarlo. Los medicamentos no curan el TDAH. Pero
ayudan a mejorar la capacidad de prestar atención, calmarse y tener más autocontrol.

¿Por qué las personas necesitan medicamentos para el TDAH?

No todas las personas con TDAH necesitan medicamentos. Pero los medicamentos
pueden ayudar a la mayoría de las personas con TDAH a estar concentradas durante
más tiempo, a escuchar más y moverse menos.

Las personas también se benefician con la terapia para aprender y poner en práctica
habilidades como mantenerse organizado, manejar el trabajo de la escuela y hacer
frente al estrés. Los medicamentos no son un atajo para dominar estas habilidades.
Pero ayudan a las personas a mantenerse enfocadas para aprenderlas.

¿Cómo actúa el medicamento para el TDAH?

Los medicamentos para el TDAH mejoran la atención ayudando a las sustancias


químicas del cerebro a funcionar mejor.

Los medicamentos actúan sobre dos sustancias químicas del cerebro: la dopamina y
la norepinefrina. Estas sustancias químicas afectan la atención y la concentración de
una persona.

¿De qué manera toman medicamentos para el TDAH las personas?

Las personas con TDAH pueden tomar diferentes medicamentos. Todos necesitan una
receta.

Las personas suelen tomar medicamentos para el TDAH una o dos veces al día,
según el medicamento.

Estimulantes
Medicamentos como methylphenidate (algunas marcas comerciales
incluyen Ritalin®, Concerta®, Daytrana®, Focalin®) y anfetaminas (por
ejemplo, Adderall™, Dexedrine™, Vyvanse®).

Los medicamentos comienzan a hacer efecto en cuanto los tomas. Cuánto dura el
efecto depende del medicamento:

 Las fórmulas de corta duración tienen efecto durante aproximadamente 4 horas.


 Las fórmulas de acción prolongada permanecen en el organismo hasta durante 12
horas. Pueden resultar útiles para las personas que tienen un día escolar prolongado y
necesitan el medicamento para permanecer concentradas y realizar la tarea o las
actividades posteriores a la escuela.

No estimulantes
Medicamentos como atomoxetine (Strattera®), clonidine (Kapvay®)
y guanfacine(Intuniv®). Los medicamentos no estimulantes pueden llevar hasta varias
semanas en surtir efecto. Tienen efecto durante aproximadamente 24 horas.

Antes de recetar un medicamento, el equipo de atención médica te preguntará si estás


tomando otro medicamento. Esto incluye medicamentos de venta sin receta y
suplementos (como las vitaminas y las hierbas medicinales). El equipo de atención
médica también desea saber acerca de los antecedentes médicos de tu familia, en
especial si algún integrante de tu familia tiene o tuvo una enfermedad cardíaca.

Los médicos suelen comenzar recetando una dosis baja de un estimulante. Si estás
tomando un nuevo medicamento para el TDAH o una nueva dosis, el médico querrá
que tú y tus padres observen y determinen si el medicamento te ayuda con los
síntomas del TDAH.

Las personas responden de diferente forma a los medicamentos. Si el primer


medicamento no parece tener efecto, incluso en las dosis más elevadas, entonces el
médico tal vez pruebe con otro medicamento. Algunas personas necesitan tomar más
de un medicamento para el TDAH para obtener mejores resultados.

¿Qué más puedo hacer?

Tú y tus padres deben estar atentos a los efectos secundarios si tomas un nuevo
medicamento para el TDAH. El médico ajustará la dosis y la frecuencia con la que
tomas el medicamento según la cantidad de medicamento que te ayuda y si tienes
efectos secundarios.

Es posible que debas visitar varias veces al médico durante semanas o meses para
encontrar el medicamento y la dosis adecuados. Después de esto, el equipo médico
querrá verte cada 3 a 6 meses.

Es importante que vayas a todas las visitas de seguimiento para que el equipo médico
pueda controlar tu altura, tu peso y tu presión sanguínea. El equipo médico también
controlará los efectos secundarios y ajustará la dosis de medicamento, según sea
necesario.

Para prevenir los problemas, haz siempre estas cosas cuando tomes medicamentos
para el TDAH:

 Toma la dosis recomendada.


 Toma cada medicamento en el horario indicado.
 Habla con el médico antes de dejar de tomar un medicamento o de cambiar la dosis.
 Conserva todos los medicamentos en un lugar seguro, donde ninguna otra persona
pueda tomarlos.
 No le des tu medicamento a ninguna otra persona.

El medicamento es solo una parte del tratamiento para el TDAH. El tratamiento


también puede incluir terapia, apoyo de los padres y apoyo de la escuela. El
medicamento funciona mejor cuando los padres, los maestros y los terapeutas te
ayudan a aprender habilidades sociales, emocionales y de conducta que no te resultan
fáciles debido al TDAH.

¿Existe algún riesgo?

Al igual que cualquier medicamento, los medicamentos para el TDAH pueden tener
efectos secundarios. No obstante, no todos tienen efectos secundarios.

Los efectos secundarios más comunes son la falta de apetito y la dificultad para
dormir. Otros efectos secundarios de los medicamentos para el TDAH incluyen
nerviosismo, irritabilidad, mal humor, dolor de cabeza, dolor de estómago, ritmo
cardíaco acelerado y presión arterial elevada.

Los efectos secundarios suelen presentarse en los primeros días de comenzar a tomar
un nuevo medicamento o una dosis más elevada. Con frecuencia, desaparecen por sí
solos después de unos pocos días o semanas, a medida que el cuerpo se adapta al
medicamento.

Si un efecto secundario no desaparece, el médico tal vez decida bajar la dosis o


abandonar ese medicamento y probar otro. Los medicamentos para el TDAH solo
permanecen en el organismo durante unas pocas horas; por lo tanto, los efectos
secundarios desaparecen a medida que el medicamento se va del cuerpo.

El equipo médico te dará más información acerca de los posibles efectos secundarios
de los medicamentos específicos que te receten. Si notas algo que te preocupa, díselo
a tus padres y habla inmediatamente con el médico.

A algunas personas no les gusta la idea de tomar medicamentos para el TDAH. Pero
el medicamento adecuado puede marcar una gran diferencia. Habla con el médico si
algo te preocupa. Hazle preguntas. El equipo médico te puede ayudar a ti y a tus
padres a decidir si es conveniente que pruebes un medicamento para el TDAH.

FACTORES DE RIESGO

En la manifestación del TDAH influyen factores genéticos y ambientales. Es muy


importante que los conozcamos para poder entender cómo se puede mejorar el
funcionamiento de las personas con TDAH. Veamos algunos de ellos:

Factores genéticos: Sabemos que un 75% del origen del TDAH está en la
información genética que una persona recibe de sus padres (heredabilidad). Esto
explica que sea muy habitual que en una misma familia existan varios miembros
afectados de TDAH. El grado de afectación puede variar pero existe evidencia
científica para decir que hay varios genes asociados al TDAH. Se han identificado los
genes DRD4 y DAT1.Sólo predisponen a padecer TDAH y la magnitud del efecto de
cada gen es mínimo. Los genes interactúan entre sí y con los factores ambientales.

Factores ambientales: Hay una serie de factores ambientales que se han relacionado
con la presencia del TDAH. Algunos ocurren durante el embarazo (exposición a
tóxicos por parte de la madre, como el alcohol o la nicotina), en el parto y postparto
(sufrimiento fetal por falta de oxigenación, prematuridad, bajo peso al nacer,
infecciones del sistema nervioso central, traumatismo cerebral).

FACTORES DE PROTECCIÓN y PRONÓSTICO

En la evolución del TDAH hay factores protectores y otros que contribuyen a un peor
pronóstico. Entre los factores protectores podemos citar:

La familia: un entorno familiar bien estructurado, con una relación entre padres e hijos
bien consolidada, es clave en el futuro de la persona con TDAH. Establecer unas
normas claras y firmes en la convivencia familiar, determinar cuáles son las
prioridades educativas por parte de los padres, evitar disparidad de criterios, aplicar
un equilibrio entre la disciplina y el afecto, ser comprensivos pero firmes, anticipar las
consecuencias de los actos, utilizar el refuerzo positivo, posibilitar que el niño explore y
desarrolle sus intereses particulares, son algunos de los elementos a tener en cuenta
por una familia que convive con algún miembro con TDAH

De la misma manera, cuando se trate de una persona adulta, la familia es una


importante pilar de apoyo y soporte emocional. La pareja,los hijos/as y otros familiares
de la persona con TDAH pueden ser una ayuda imprescindible para que la adaptación
y funcionamiento sean adecuados. Para ello es importante el conocimiento del
trastorno sin culpabilizair al que lo padece.

Salud mental de los padres: es muy habitual que los familiares de las personas con
TDAH sufran un considerable desgaste emocional por las experiencias vividas y
fracasos acumulados, o por no conocer mecanismos o recursos que ayuden a afrontar
los problemas que han ido surgiendo. No podemos olvidarnos del soporte emocional a
esa familia. Es imprescindible fortalecer la salud mental de todos, reservar un tiempo
para disfrutar de lo que a cada uno le gusta, asegurar un descanso con sueño
reparador, practicar ejercicio físico, fortalecer las relaciones sociales y tener momentos
de enriquecimiento personal. Una actitud excesivamente protectora y paternalista
hacia los hijos/as no contribuye al fomento de su autonomía, genera una carga
excesiva de estrés en los padres y no prepara al niño/a para la vida adulta. Desde el
mismo momento del diagnóstico debemos trabajar para que el menor se vaya
entrenando y adquiriendo recursos que le ayuden a minimizar las dificultades que el
TDAH le puede acarrear y a poner en valor lo mejor de sí mismo.

Diagnóstico precoz: las personas que padecen TDAH tienen problemas, más o
menos importantes, en función de la intensidad con la que los síntomas se presenten
y dependiendo, también, de los recursos psicológicos que esa persona tenga, del
entorno en el que viva y de si presenta otras patologías asociadas.
Una vez dicho esto, es lógico pensar que cuanto más tiempo tardemos en admitir que
existe un problema, más tarde se encontrará la solución. Culpabilizar a la familia o al
que lo padece, negar la situación o pensar que es algo que mejorará con el tiempo, no
hace más que agravar la situación. Por ello es prioritario que, ante la mínima sospecha
de que uno de nuestros familiares puede padecer un TDAH, recurramos a un
profesional clínico que tenga experiencia y formación suficiente para obtener
información. Conocer los recursos existentes, la naturaleza del trastorno y sus
posibilidades terapéuticas, ayudarán a tomar decisiones que encaminen a resolver los
problemas cuanto antes.

Tratamiento individualizado: En líneas generales, sabemos que el tratamiento del


TDAH se fundamente en tres pilares fundamentales que son el tratamiento
farmacológico, el psicológico y el psicopedagógico. Pero no debemos olvidar que cada
persona tiene unas necesidades individuales que varían a lo largo de su vida. Por ello
es clave adaptar el tratamiento a esa situación personal, valorar cuáles son las
dificultades y encaminar el tratamiento a ellas. No todas las personas con TDAH se
benefician del mismo tratamiento. De ahí la importancia de una valoración individual.

Promoción de la salud y prevención: las personas con TDAH presentan un riesgo


mayor que la población general para desarrollar otras enfermedades o accidentes. La
propia sintomatología del TDAH es favorecedora de que eso suceda. Existe mayor
riesgo de consumo de sustancias tóxicas, de accidentes laborales y de tráfico, de
hábitos de vida poco saludables, e incluso de mal control de las enfermedades
crónicas. Es importante establecer medidas de promoción de la salud y prevención de
la enfermedad. De ahí la importancia de trabajar con niños/as y jóvenes en el
conocimiento de medidas de prevención y fomento de una vida sana.

Cociente intelectual: las personas con TDAH y alta capacidad suelen tener mejor
pronóstico en el sentido de que pueden compensar, en cierta manera y durante un
tiempo, las dificultades atribuidas al déficit de atención. Las personas con TDAH y
Cociente Intelectual bajo suelen tener un pronóstico peor por las dificultades añadidas
al proceso de aprendizaje. Weiss y Hechtman (1993) determinaron que el cociente
intelectual existente en la infancia, sumado a otros factores, influye en el pronóstico
que el menor con TDAH tendrá en la edad adulta.

Factores de mal pronóstico

-Tipo de TDAH: El tipo predominantemente hiperactivo-impulsivo tiene peor pronóstico


así como aquellos TDAH cuyos síntomas sean graves. (Moffitt,1990; Lynskey y
Fergusson, 1995; Babinski et al., 1999; Merrell y Tymms, 2001).

-Enfermedad mental en los padres: Si los padres padecen algún tipo de


psicopatología, sobre todo si tienen TDAH, hay un incremento del riesgo de que los
menores desarrollen problemas emocionales en la adolescencia (August et al., 1983;
Biederman et al., 1996; Fergusson et al., 1996; Fischer et al., 1993; Lambert et al.,
1987; Paternite y Loney, 1980; Taylor et al., 1996; Weiss y Hechtman, 1993).
-Hostilidad y conflictividad en las relaciones familiares se asocian a peor pronóstico
(Weiss y Hechtman, 1993).

-Patología comórbida: Esto significa la presencia simultánea de otro trastorno junto al


TDAH. Los trastornos que empeoran más el pronóstico del TDAH son el Trastorno
Negativista Desafiante, Trastorno de Conducta, Abuso de Sustancias, Trastorno
Bipolar (Biederman et al., 2001).

Factores de riesgo entre el TDAH y las adicciones

Los trastornos del neurodesarrollo, como el TDAH, que debutan en el periodo de


desarrollo del niño, generan alteraciones a nivel clínico y del funcionamiento personal,
social y académico. De todos ellos, el trastorno que se ha relacionado de forma
inequívoca con una mayor vulnerabilidad al abuso de sustancias, es el TDAH.

Los pacientes con TDAH presentan una elevada prevalencia de trastorno por uso de
sustancias y, a su vez, los sujetos con trastornos adictivos tienen con mayor
frecuencia un diagnóstico de TDAH.

Los resultados de las investigaciones, ponen de manifiesto la importancia de realizar


un diagnóstico y tratamiento correctos del TDAH durante la infancia, sin retrasar el
inicio del mismo hasta la edad adulta, con la finalidad de prevenir, en la medida de lo
posible, el abuso y dependencia de sustancias. Dichas investigaciones revelan que el
TDAH es por sí sólo un factor de riesgo para desarrollar un TUS (Davids et al., 2005;
Sharps et al., 2005).

Hipótesis explicativas de la relación TDAH-TUS

Se han planteado diversas hipótesis para intentar explicar la frecuente asociación del
TDAH con los TUS.

1- Mecanismos neurobiológicos: es probable que esta estrecha relación entre


conductas adictivas y otros trastornos psicopatológicos refleje factores y sustratos
cerebrales comunes, basados en una probable diátesis genética, precipitante de
ambas manifestaciones psicopatológicas, es decir, alteraciones comunes en la
neurobiología del circuito de recompensa y una vulnerabilidad genética común.

2- Deterioro funcionamiento psicosocial: problemas en el funcionamiento


psicosocial, familiar, académico y laboral como consecuencia del TDAH y que se han
identificado como factores de vulnerabilidad para los TUS.

3- Comorbilidad con otros trastornos mentales: la coexistencia de un trastorno de


conducta, un trastorno antisocial de la personalidad o un trastorno bipolar aumenta la
vulnerabilidad.

4- Otros síntomas y rasgos asociados: impulsividad, búsqueda de novedades,


mayor irritabilidad, etc.

5- Déficits de tipo neuropsicológicos: características del TDAH: alteraciones en la


función ejecutiva.
6- Hipótesis de la automedicación: Una de las teorías más globales es que las
sustancias y sus efectos psicotrópicos se utilizan para hacer frente al sufrimiento
emocional, lo que se denomina «automedicación». Así, un subgrupo de pacientes con
TDAH consumiría sustancias con el fin de compensar o paliar algunos de sus
síntomas.

Nuevas Tecnologías

Ante la pregunta más comúnmente realizada de si las nuevas tecnologías son en sí


mismas, un factor de riesgo para la adicción, la mayoría de expertos coinciden en
señalar que dichas tecnologías no generan, por sí mismas, la adicción. Las personas
con determinadas características previas son las que más recurren a ellas, haciendo
un uso indebido, en nuestro caso, los afectados por TDAH.

Los afectados de TDAH ya por esta misma condición se encuentran en situación de


riesgo de caer en un uso erróneo de las Nuevas Tecnologías e incluso en una
adicción. Pero hay factores que pueden precipitar esta situación:

- Crecer en un ambiente familiar poco propicio o falto de un adecuado nivel


comunicativo: Esto provoca una baja autoestima, tendencia a escapar de un mundo
adulto que les resulta hostil, refugiándose en las nuevas tecnologías.

- Estar en un periodo de cambios tanto físicos como emocionales: En el caso de


los adolescentes, la no aceptación de la propia imagen corporal, la baja autoestima, la
inseguridad y otros factores, pueden hacer de las nuevas tecnologías un refugio ideal
para que los adolescentes proyecten ante los otros una imagen "más ideal" o incluso
"irreal" de sí mismo para hacerla más atractiva según los vigentes cánones sociales.

- El ciberespacio como medio para liberarse de la ansiedad que le producen las


relaciones sociales: En principio esta actividad, dentro de unos límites, no debería
suponer nada pernicioso.

Es, en definitiva, la adicción, la que les impide desarrollar sus habilidades sociales en
la vida real, les hace hipersensibles a los juicios de los demás y acrecienta su
inseguridad. A partir de aquí se desarrolla una tendencia al aislamiento, se rompen las
relaciones sociales, se incrementa el fracaso escolar y aparece la agresividad en
ocasiones dirigida contra los propios miembros de la familia.

Criterios para diagnosticar el TDAH

En la actualidad existen dos sistemas de clasificación internacional de criterios para


diagnosticar el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad): DSM-5
(APA, 2013) y CIE-10 (OMS, 1992). A continuación se explican qué son los sistemas
de clasificación, se exponen los criterios de cada uno de estos sistemas y también se
realiza una comparación entre ambos.

¿Qué son los criterios diagnósticos?

Se trata del conjunto de síntomas que deben presentarse para realizar un diagnóstico.
En el caso del TDAH, existen dos sistemas de clasificación que comprenden unos
criterios diagnósticos específicos según han establecido la American Psychiatric
Association (APA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con estas
clasificaciones, lo que se pretende es establecer las condiciones y síntomas que se
deben dar en los pacientes para poder realizar un diagnóstico.

DSM (APA, 2013)

El DSM es el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic


and Statistical Manual of Mental Disorders). En 2013 la American Psychiatric
Association publicó la quinta revisión de éste, el DSM-5, en vigor en la actualidad.
Anteriormente el manual DSM-IV TR se publicó en 2001. Es el sistema de clasificación
de trastornos mentales más utilizado a nivel mundial, aportando descripciones,
síntomas y otros criterios útiles para el diagnóstico de los trastornos mentales. Es
revisado de forma periódica, de acuerdo con las investigaciones, estudios y
descubrimientos realizados.

DSM-5

A continuación se detalla la clasificación del TDAH según el DSM-5:

A- Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el


funcionamiento o desarrollo que se caracteriza por (1) y/o (2):

1. Inatención

Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses
en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las
actividades sociales y académicas/laborales:

NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición,
desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para
adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo
de 5 síntomas.

a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por descuido se
cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades (por
ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con
precisión).

b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades


recreativas (por ejemplo, tiene dificultad para mantener la atención en clases,
conversaciones o lectura prolongada).

c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente (por ejemplo,


parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de cualquier distracción
aparente).

d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los
quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas pero se distrae
rápidamente y se evade con facilidad).

e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por ejemplo,
dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los materiales y
pertenencias en orden; descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del
tiempo; no cumple los plazos).

f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que
requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo tareas escolares o quehaceres
domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar
formularios, revisar artículos largos).

g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo,
materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo,
gafas, móvil).

h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes
mayores y adultos, puede incluir pensamientos no relacionados).

i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las tareas, hacer
las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver las llamadas, pagar las
facturas, acudir a las citas).

2. Hiperactividad e Impulsividad

Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses
en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las
actividades sociales y académicas/laborales:

NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición,
desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para
adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo
de 5 síntomas.

a. Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el
asiento.

b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca


sentado (por ejemplo, se levanta en clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, en
situaciones que requieren mantenerse en su lugar.

c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado.


(Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.).

d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades


recreativas.

e. Con frecuencia está “ocupado”, actuando como si “lo impulsara un motor” (por
ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo
prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está
intranquilo o que le resulta difícil seguirlos).

f. Con frecuencia habla excesivamente.

g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una


pregunta (por ejemplo, termina las frases de otros; no respeta el turno de
conversación).

h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera una cola).

i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las
conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras
personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o
adelantarse a lo que hacen los otros).

B- Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes


de los 12 años.

C- Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o


más contextos (por ejemplo, en casa, en el colegio o el trabajo; con los amigos o
familires; en otras actividades).

D- Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social,
académico o laboral, o reducen la calidad de los mismos.

E- Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o


de otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental (por
ejemplo, trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo,
trastorno de la personalidad, intoxicación o abstinencia de sustancias).

En función de los resultados se podrán clasificar las siguientes presentaciones:

Presentación combinada: Si se cumplen el Criterio A1 (inatención) y el Criterio A2


(hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.

Presentación predominante con falta de atención: Si se cumple el Criterio A1 pero no


se cumple el criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.

Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: Si se cumple el Criterio A2


(hiperactividad-impulsividad) y no se cumple el Criterio A1 (inatención) durante los
últimos 6 meses.

CIE (OMS,1992)

La CIE es la Clasificación Internacional de Enfermedades (en inglés, ICD: International


Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems) realizada por la
Organización Mundial de la Salud. Actualmente se trabaja con la décima revisión, que
se publicó en 1992, pero ya se está trabajando en una nueva versión, la CIE-11. La
OMS publica actualizaciones de carácter menor cada año, y actualizaciones más
importantes cada tres años. En esta clasificación las enfermedades son agrupadas por
categorías y reciben cada una un código. Una de las peculiaridades de la CIE-10 es
que se refiere al TDAH como Trastorno Hipercinético.

CIE-10

A continuación se detallan los criterios diagnósticos para el trastorno hipercinético


según la CIE-10:

Déficit de atención

1. Frecuente incapacidad para prestar atención a los detalles junto a errores por
descuido en las labores escolares y en otras actividades.

2. Frecuente incapacidad para mantener la atención en las tareas o en el juego.

3. A menudo aparenta no escuchar lo que se le dice.

4. Imposibilidad persistente para cumplimentar las tareas escolares asignadas u otras


misiones.

5. Disminución de la capacidad para organizar tareas y actividades.

6. A menudo evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas como los deberes
escolares, que requieren un esfuerzo mental mantenido.

7. A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades, como material
escolar, libros, etc.

8. Fácilmente se distrae ante estímulos externos.

9. Con frecuencia es olvidadizo en el curso de las actividades diarias.

Hiperactividad

1. Con frecuencia muestra inquietud con movimientos de manos o pies, o


removiéndose en su asiento.

2. Abandona el asiento en el aula o en otras situaciones en las que se espera que


permanezca sentado.

3. A menudo corretea o trepa en exceso en situaciones inapropiadas.

4. Inadecuadamente ruidoso en el juego o tiene dificultades para entretenerse


tranquilamente en actividades lúdicas.

5. Persistentemente exhibe un patrón de actividad excesiva que no es modificable


sustancialmente por los requerimientos del entorno social.

Impulsividad

1. Con frecuencia hace exclamaciones o responde antes de que se le hagan las


preguntas completas.

2. A menudo es incapaz de guardar turno en las colas o en otras situaciones en grupo.


3. A menudo interrumpe o se entromete en los asuntos de otros.

4. Con frecuencia habla en exceso sin contenerse ante las situaciones sociales.

La CIE-10 establece que para realizar el diagnóstico de TDAH, el paciente cumpla:

– 6 de los síntomas descritos en el apartado “Déficit de Atención”

– 3 de los síntomas descritos en el apartado “Hiperactividad”

– 1 de los síntomas descritos en el apartado “Impulsividad”

Estos síntomas deben además estar presentes antes de los 7 años y darse en dos o
más aspectos de la vida del niño (escolar, familiar, social), y afectar negativamente a
su calidad de vida. Tampoco se considerará el diagnóstico de Trastorno Hipercinético
si cumple los criterios de: trastorno generalizado del desarrollo, episodio depresivo o
trastorno de ansiedad.

Comparación entre DSM-5 y CIE-10

– tienen 18 síntomas descritos

– implican la presencia de síntomas durante más de 6 meses

– requieren que los síntomas afecten a varios ámbitos de la vida del niño

– consideran que debe haber un deterioro funcional causado por el trastorno

– coinciden en que la sintomatología no pueda explicarse por otro trastorno

DSM-5

– los síntomas deben estar presentes antes de los 12 años.

– no tienen por qué darse los 3 síntomas en el paciente

– el TDAH puede coexistir con alteraciones de ansiedad y/o estados de ánimo


comórbidos.

CIE-10

– los síntomas deben estar presentes antes de los 7 años.

– deben estar presentes los 3 síntomas en el paciente.

– la ansiedad u otros trastornos del estado del ánimo excluyen el diagnóstico del
trastorno hipercinético.

Teniendo en cuenta estas diferencias, se constata que los criterios de diagnóstico del
Trastorno Hipercinético por el CIE-10 son más restrictivos que los criterios
diagnósticos del DSM-5 para el TDAH.

Criterios para el diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención con


Hiperactividad – TDAH
Criterios del DSM-IV para diagnosticar TDAH

I. Si presenta A o B:

A) Seis o más de los siguientes síntomas de inatención que hayan estado presentes
en la persona por lo menos durante 6 meses al punto de que sean inadecuados para
el nivel de desarrollo:

Inatención

1) A menudo no presta la debida atención a los detalles o, por descuido, comete


errores en las tareas de la escuela, el trabajo y otras actividades.

2) A menudo tiene problemas para concentrarse en las tareas o en los juegos.

3) A menudo parece que no escucha cuando se le habla directamente.

4) A menudo no sigue las instrucciones y no termina las tareas de la escuela, los


quehaceres o cualquier otra responsabilidad en el trabajo (no por conducta oposicional
ni por no entender las instrucciones)..

5) A menudo le cuesta organizar actividades.

6) A menudo evita, rechaza o se niega a hacer cosas que requieren mucho esfuerzo
mental por un periodo largo (como tareas escolares o quehaceres de la casa).

7) A menudo pierde las cosas que necesita para hacer ciertas tareas o actividades (p.
ej. juguetes, trabajos escolares, lápices, libros, o herramientas).

8) A menudo se distrae fácilmente.

9)Tiende a ser olvidadizo en sus actividades cotidianas.

B) Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad con impulsividad que


hayan estado presentes en la persona al menos durante 6 meses, al punto de que
sean inadecuados y tengan un efecto perturbador para el nivel de desarrollo:

Hiperactividad

1) A menudo juguetea con las manos y los pies o se retuerce cuando está sentado.

2) A menudo se levanta de la silla cuando debe permanecer sentado.

3) Con frecuencia corre o trepa en lugares y en momentos inoportunos (es posible que
los adolescentes y los adultos se sientan muy inquietos).

4) A menudo se le dificulta jugar o disfrutar tranquilamente de las actividades


recreativas.

5) A menudo “está en constante movimiento” o parece que le hubieran dado “cuerda”.

6) A menudo habla demasiado.

Impulsividad
7) A menudo suelta una respuesta sin haber oído toda la pregunta.

8) A menudo le cuesta esperar su turno.

9) A menudo interrumpe al que esté hablando o se entromete con los demás (p. ej.,
irrumpe bruscamente en las conversaciones o los juegos).

II. Algunos de los síntomas que causan alteraciones se presentaron desde antes de
los 7 años de edad.

III. Algunas alteraciones producidas por los síntomas ocurren en dos o más entornos
(p. ej., escuela o trabajo y casa).

IV. Debe haber clara evidencia de una alteración clínicamente considerable en el


funcionamiento social, escolar o laboral.

V. Los síntomas no se presentan únicamente cuando la persona sufre de trastorno


generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico. Los síntomas no
se atribuyen mejor a la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno del humor,
trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o trastorno de la personalidad).

Con base en estos criterios, se identifican tres tipos de TDAH:

1) TDAH tipo combinado: si en los últimos 6 meses se ha cumplido el criterio 1A y el


1B

2) TDAH tipo predominantemente inatento: si en los últimos seis meses se ha


cumplido el criterio 1A pero no el 1B

3) TDAH tipo predominantemente hiperactivo-impulsivo: si en los últimos seis


meses se ha cumplido el criterio 1B pero no el 1A.

Cómo aprende un niño con TDAH

Existen diferentes tipos de aprendizaje, pero los 3 que te hablamos son los más
comunes, sobre todo en niños con TDAH.

Si tienes un hijo con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es


probable que te preguntes cuál es su forma de aprender. Hay tres tipos principales de
estilos de aprendizaje que domina en los niños y niñas con TDAH (aunque estilos de
aprendizaje hay otros muchos). Los tres principales estilos que predominan en niños y
niñas con este trastorno son: el visual, el auditivo y el kinestésico.

LA DETERMINACIÓN DEL ESTILO DE APRENDIZAJE

Determinar el estilo de aprendizaje de tu hijo puede marcar una gran diferencia en el


éxito escolar que pueda tener. La clave consiste en saber cuál estilo o combinación de
estilos de aprendizaje funcionan mejor para tu hijo. Una forma sencilla de comprender
estos estilos de aprendizaje es considerar en qué sentidos confían más tu hijo cuando
aprende.
Una vez que padres y maestros comprenden la forma en que un niño aprende, los
métodos de enseñanza orientarán de forma correcta la experiencia de aprendizaje,
maximizando el potencial del niño. Tanto si tiene TDAH como si no lo tiene.

ESTILO VISUAL

Los niños que tienen un estilo de aprendizaje visual necesitan ver ejemplos y tener la
oportunidad de mirar. Estos niñostexto enlace responden bien a imágenes e
ilustraciones coloridas del material de aprendizaje, lecciones escritas, esquemas,
diagramas, cuadros, mapas y videos educativos: todo lo que pueden ver para absorber
la información. También tienden a señalar bien a las expresiones faciales de un
maestro. Tomar notas (dependiendo de la edad del estudiante) es útil para los
estudiantes visuales.

Los niños que tienen un estilo de aprendizaje visual necesitan ver ejemplos y tener la
oportunidad de mirar

ESTILO AUDITIVO

Estos niños aprenden y retienen información cuando tienen la oportunidad de


escucharla. Cuando los niños son auditivos se comunican con el tono de voz, la
velocidad, el volumen y la inflexión, así como el lenguaje corporal, y aprenden mejor al
escuchar las clases y al participar y escuchar las discusiones de la clase.

Una de las mejores estrategias para estos estudiantes es permitirles grabarse


mientras estudian en voz alta para escucharse después. También pueden grabar al
maestro dando la lección y así no tiene que sentir la presión de tomar notas y poder
acceder a la información auditiva siempre que lo necesite.

Un beneficio adicional para grabar la instrucción en el aula: el alumno puede


reproducir cualquier material que no haya podido captar por completo y avanzar junto
con el aprendizaje a su propio ritmo. Además de usar una grabadora, los aprendices
auditivos se benefician al leer el texto en voz alta y al presentar el material aprendido
oralmente. Es posible que quieran reformular y repetir material nuevo para ayudar a
reforzar el aprendizaje. Algunos disfrutan de la música en el fondo cuando estudian (y
en cambio otros niños, como los visuales necesitan absoluto silencio).

Una de las mejores estrategias para estos estudiantes es permitirles grabarse


mientras estudian en voz alta

ESTILO KINESTÉSICO

Estos niños a menudo son los etiquetados como TDAH porque un estudiante
kinestésico parecerá inquieto y algunas veces muy activo. A estos estudiantes les
encanta estar completamente absortos físicamente en la actividad de aprendizaje,
explorando y moviéndose activamente.

Pueden tener problemas para permanecer sentados durante largos períodos de


tiempo, aburriéndose y distrayéndose cuando no están haciendo lo que están
aprendiendo. Los enfoques prácticos de enseñanza táctil en los que se permite el
movimiento del niño funcionan mejor para los estudiantes cinestésicos. Cualquier
aspecto que tenga que ver con acción y movimiento (experimentos, teatros...) es una
buena forma que tienen de aprender estos niños.

Estos niños necesitarán estar sentado delante del aula para poder así, ver toda la
'acción' que ocurre en clase desde primera persona. Así se sentirá mucho más
involucrado en el proceso. Incluso en ocasiones, se benefician de hacer las tareas en
movimiento o de pie (o estudiar mientras se dan paseos) en lugar de hacerlo todo
sentado como otros compañeros.

En realidad no importa si tu hijo tiene TDAH o no en cuestión de estilos de


aprendizaje, lo que resulta importante es descubrir cuál es su estilo de estudio o
combinación de estudios para que le sea más sencillo el aprendizaje diario en la
escuela.

6 métodos para desarrollar las capacidades de estudio de los niños con


TDAH
Los niños con TDAH son capaces. Tan capaces como los niños que no padecen el
trastorno. Si bien es cierto que un diagnóstico temprano y un tratamiento multimodal
apropiado, son fundamentales para que los niños con TDAH puedan sacarle el mayor
partido a sus capacidades. Para un aprendizaje eficaz es importante que tanto padres
como profesores tengan en cuenta que los niños con TDAH suelen tardar más en
terminar sus deberes, por lo que se aconseja lo siguiente:
 Controlar el volumen de deberes que se le encarga al niño.
 Planificar actividades alternativas que puedan hacer en casa y que le permitan
alcanzar los mismo objetivos de aprendizaje.
Estos son los 6 métodos que proponemos para desarrollar sus capacidades de
estudio tanto en casa como en el cole:

1. Para comprender instrucciones

La comprensión incorrecta puede ser un problema para los niños con TDAH.

Facilite instrucciones tanto por escrito como verbales. Divida las instrucciones en
pasos muy sencillos y formule preguntas para verificar que las han entendido
completamente.

2. Para la lectura

La facilidad para distraerse puede suponer una dificultad para leer.

En casa es importante dedicarle tiempo y escuchar al niño mientras lee cosas que le
gustan, y fomentar que practique mucho.

En el cole el profesor debe evitar situaciones incómodas, como pedir al niño que lea
delante de la clase.

3. Para la escritura

La falta de destreza en la escritura puede deberse a un problema de coordinación, a la


falta de concentración o a la de falta de interés.

Comprueba que la altura a la que se sienta en la mesa de estudio es adecuada para


favorecer una caligrafía más correcta. Reserva tiempo para que haga ejercicios de
caligrafía y felicítale cuando haga mejoras. Si el problema continúa, puede
mecanografiar sus trabajos, que le ayudará en el terreno de la concentración.

4. Para mantener la atención

Este puede ser uno de los mayores retos para un niño con TDAH.

Procura que el entorno de aprendizaje sea interesante y estimulante. Las tareas cortas
y específicas ayudarán a que el niño participe. Realizar pausas breves de forma
frecuente ayudará a que se centre en los momentos necesarios. También es positivo
reforzar las conductas positivas, por lo que se puede premiar a los niños que hayan
prestado atención durante una actividad.

5. Para cumplir las normas

Las dificultades se presentan porque no hayan entendido o no recuerdan las normas,


o porque no analizan las consecuencias de sus actos impulsivos.

Asegúrate de que las normas se han explicado con claridad. Pueden ser de ayuda las
imágenes o signos que faciliten la visualización, comprensión y recuerdo de las reglas
que se hayan explicado. Repite las normas de forma frecuente y comenta con él la
importancia de cumplirlas o no cumplirlas. Es importante felicitarle cuando haya
cumplido una regla, aunque haya sido sólo durante un período corto de tiempo.
Aprenderá más fácil y rápido con felicitaciones que con reprimendas o castigos.

6. Para empezar una tarea

Como a todos, cuanto menos le interesa una tarea más le cuesta ponerse con ella. Lo
mejor es ofrecerle una motivación concreta para realizar la tarea. Enséñale a superar
los obstáculos de comenzar algo, o puedes empezar tú la tarea, para que el continúe.

Se trata de comprender un poco mejor cómo entienden, aprenden y las dificultades a


las que se enfrentan los niños con TDAH. Son muchas las cosas que podemos hacer
para facilitarles el camino del aprendizaje y que se sientan realizados aprendiendo y
estudiando.
¿CÓMO APRENDEN LOS NIÑOS CON TDAH?

El déficit de atención con hiperactividad constituye uno de los trastornos del desarrollo
más importantes dentro de los problemas que afectan a los niños en sus relaciones
con su entorno familiar, escolar y social, de no atenderse a tiempo puede producir un
efecto negativo en su aprendizaje, adaptación e interacciones personales, por lo que
están en mayor riesgo de presentar alteraciones psicológicas.
Hipotesis:
Diseñar e implementar estrategias para canalizar la hiperactividad e impulsividad de
los alumnos, y así ayudar a que se dé un mejor aprendizaje escolar en dichos
alumnos.
Implementación de estrategias para tratar las necesidades de los niños con TDAH, y a
la par canalizar dicha hiperactividad e impulsividad, los alumnos lograran aprender
durante el curso y pasarán de grado.
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Le diagnosticaron TDAH a mi hijo. ¿Y ahora qué?


Cuando se le diagnostica TDAH a un niño, a menudo a los padres les resulta difícil
decidir la mejor manera de ayudar a su hijo. Es importante que los padres recuerden
que el TDAH se puede tratar con éxito. Hay muchas opciones de tratamiento, por lo
que los padres deben trabajar estrechamente con todas las personas involucradas en
la vida del niño: proveedores de atención médica, terapeutas, maestros, entrenadores
y otros miembros de la familia. Aprovechar todos los recursos disponibles ayudará a
los padres a guiar a su hijo para que logre el éxito.

Esta página le proporciona información sobre las opciones de tratamiento para el


TDAH:

 Terapia conductual, incluida la capacitación de los padres


 Medicamentos
 Adaptaciones e intervenciones en la escuela

Para los niños de 6 años o más, las directrices de la Academia Estadounidense de


Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) recomienda la terapia conductual y
el uso de medicamentos como buenas opciones, preferiblemente ambas al tiempo.
Para los niños pequeños (de menos de 6 años) con TDAH, la terapia conductual se
recomienda como el tratamiento de primera línea, antes de probar el tratamiento con
medicamentos. Los buenos planes de tratamiento incluirán vigilancia estrecha para ver
si el tratamiento mejora la conducta del niño, y en qué medida, y harán cambios según
sea necesario mientras se avanza.

¿Sabía usted...?
La capacitación de los padres en la terapia conductual también se conoce
como terapia conductual de los padres, capacitación en manejo del comportamiento
para padres, capacitación conductual para padres,terapia del comportamiento para
padres o simplemente capacitación para padres.

Terapia conductual, incluida la capacitación de los padres

¿Qué es la terapia conductual?

Las investigaciones muestran que la terapia conductual es una parte importante del
tratamiento de los niños con TDAH. Este trastorno no solo afecta la capacidad del niño
para prestar atención o permanecer sentado en la escuela, sino que también afecta
sus relaciones con la familia y con otros niños. Los niños con TDAH a menudo
muestran conductas que pueden perturbar mucho a otras personas. La terapia
conductual es una opción de tratamiento que puede ayudar a reducir estas conductas
Generalmente es útil comenzar la terapia conductual tan pronto como se realice el
diagnóstico.

Las metas de la terapia del comportamiento son aprender o fortalecer los


comportamientos positivos y eliminar los comportamientos no deseados o
problemáticos. La terapia conductual puede incluir capacitación en terapia conductual
para los padres, terapia conductual con los niños o una combinación de ambas. Los
maestros también pueden utilizar terapia conductual para ayudar a reducir las
conductas problemáticas en el aula.

 En la capacitación de los padres, los padres aprenden nuevas habilidades o


fortalecen las habilidades que ya tienen para enseñarles a sus hijos y guiarlos,
y para manejar su conducta. Se ha demostrado que la capacitación de los
padres en terapia conductual fortalece la relación entre padres e hijos, y
disminuye las conductas negativas o problemáticas de los niños. La
capacitación de los padres en terapia conductual también se conoce como
capacitación en manejo del comportamiento para padres, capacitación
conductual para padres, terapia del comportamiento para padres o
simplemente capacitación para padres.
 En la terapia conductual con los niños, el terapeuta trabaja con los niños
para que aprendan nuevas conductas que reemplacen las que no funcionan o
las que causan problemas. El terapeuta también puede ayudar a los niños a
aprender a expresar sus sentimientos de maneras que no generen problemas
para ellos ni para otras personas.

Terapia conductual para niños pequeños: Capacitación de los padres


La AAP recomienda que los médicos indiquen terapia conductual como la primera
línea de tratamiento para los niños en edad prescolar (4-5 años de edad) con TDAH.
La eficacia de este tipo de capacitación está bien fundamentada, pero los maestros y
los cuidadores de niños pequeños también pueden utilizar la terapia conductual en el
aula.
¿Por qué deben los padres intentar primero la terapia conductual antes de tratar
con algún medicamento?

La terapia conductual es un primer paso importante por lo siguiente:

 La terapia conductual les da a los padres las habilidades y estrategias para


ayudar a su hijo.
 La terapia conductual ha demostrado ser tan eficaz como los medicamentos
para tratar el TDAH en niños pequeños.
 Los niños pequeños tienen más efectos secundarios por los medicamentos
para el TDAH que los niños mayores.
 No se han estudiado bien los efectos a largo plazo de los medicamentos para
el TDAH en los niños pequeños.

La Agencia de Investigación y Calidad de la Atención Médica (AHRQ, por sus siglas en


inglés) revisó en el 2010 todos los estudios existentes acerca de las opciones de
tratamiento para niños en edad prescolar. En la revisión se encontró evidencia
suficiente para recomendar la capacitación de los padres en terapia conductual como
una buena opción de tratamiento para los niños de menos de 6 años con síntomas de
TDAH y para las conductas perturbadoras en general.

En la revisión también se identificaron cuatro programas para padres de niños


pequeños con TDAH que redujeron los síntomas y las conductas problemáticas
relacionadas con el TDAH:

 Programa de Crianza Positiva (The Triple P).


 Programa de crianza “Incredible Years” (Años Increíbles).
 Terapia de interacción entre padre e hijo.
 Programa de crianza “New Forest”: Creado específicamente para padres de
niños con TDAH.
Más recientemente se demostró que otra intervención, Ayudar al Niño Desobediente
(Helping the Non-Compliant Child), es eficaz para niños pequeños con TDAH1. Hay
otros programas que ayudan a los padres a fortalecer la relación padre-hijo y a
manejar la conducta negativa con disciplina positiva, y que pueden ser eficaces.

Terapia conductual para niños en edad escolar y adolescentes

Para los niños de más de 6 años de edad, la terapia conductual es una parte
importante del tratamiento. La AAP recomienda terapia conductual junto con el uso de
medicamentos.

Los resultados de investigaciones señalan la eficacia de varios tipos de terapias


conductuales para niños más grandes:

 Capacitación de los padres en terapia conductual.


 Manejo de la conducta en el aula.
 Intervenciones con pares centradas en la conducta.
 Capacitación en las habilidades organizativas.
 Combinación de tratamientos conductual.
Medicamentos

Los medicamentos pueden ayudar a los niños con TDAH en su vida diaria y el
tratamiento farmacológico puede ser una manera eficaz de manejar los síntomas de
TDAH. Los medicamentos son una opción que puede ayudar a controlar algunos
problemas de conducta que hayan generado problemas en el pasado con la familia,
los amigos y en la escuela.

Hay varios tipos diferentes de medicamentos aprobados por la FDA para tratar el
TDAH en niños:

 Estimulantes: son los medicamentos para el TDAH más conocidos y los más
utilizados en los tratamientos. Muchos niños con TDAH tienen menos síntomas
de TDAH cuando toman estos medicamentos de acción rápida.
 No estimulantes: se aprobaron para el tratamiento del TDAH en el 2003. Los
medicamentos no estimulantes no funcionan tan rápidamente como los
estimulantes, pero pueden durar hasta 24 horas.
 Los medicamentos pueden afectar a cada niño de manera diferente. Un niño
puede responder bien a un medicamento, pero no a otro. Quizás sea necesario
que el médico pruebe diferentes medicamentos y dosis, por lo que es
importante que los padres trabajen en conjunto con el médico de su hijo para
encontrar el medicamento que mejor funcione para el niño.

Educación y apoyo para los padres

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) financian el


Centro Nacional de Recursos (National Resource Center, NRC) para el TDAH, un
programa de Niños y Adultos con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
(Children and Adults with Attention Deficit/Hyperactivity Disorder, CHADD). El NRC
proporciona recursos, información y asesoramiento para los padres sobre cómo
ayudar a sus hijos.

El TDAH y el salón de clases

Los síntomas del TDAH, incapacidad para prestar atención, dificultad para quedarse
sentado, dificultad para controlar los impulsos, pueden dificultar mucho el buen
desempeño de los niños con TDAH en la escuela. Es importante para los maestros
tener las habilidades necesarias para ayudar a los niños a manejar el TDAH. Sin
embargo, dado que la mayoría de los niños con TDAH no están inscritos en clases de
educación especial, es muy probable que sus maestros sean docentes de educación
regular, que quizás sepan muy poco sobre el TDAH, y podrían beneficiarse de recibir
ayuda y orientación. El Centro Nacional de RecursosExternal para el TDAH
proporciona información para los maestros sobre cómo ayudar a los alumnos con
TDAH.

Aquí se presentan algunos consejos para compartir con los maestros a fin de alcanzar
el éxito en el aula:

 Dejar bien en claro las tareas: verificar con los alumnos para ver si entendieron
lo que tienen que hacer.
 Brindar apoyo positivo y destacar las conductas positivas.
 Asegurarse de que las tareas no sean demasiado largas y repetitivas. Las
tareas más cortas que proporcionan un pequeño desafío sin ser demasiado
complejas son mejores.
 Asignar tiempo para moverse y hacer ejercicio.
 Comunicarse con los padres regularmente.
 Utilizar un fólder de tareas para limitar la cantidad de cosas que el niño tenga
que seguir.
 Ser sensible con respecto a las cuestiones de autoestima.
 Minimizar las distracciones en el aula.
 Involucrar al consejero o sicólogo escolar.

Lo que todo padre debería saber…

Los niños con TDAH pueden cumplir con los requisitos para recibir servicios
especiales o adaptaciones en la escuela de acuerdo con la Ley de Educación para
Personas con Discapacidades (Individuals with Disabilities in Education Act, IDEA) y
una ley antidiscriminación conocida como Sección 504.

Los proveedores de atención médica pueden tener un rol importante al colaborar con
las escuelas para ayudar a los niños a obtener los servicios especiales que necesiten.

Consejos para los padres

A continuación se incluyen ejemplos que pueden ayudar con la conducta de su


hijo:

 Cree una rutina. Trate de seguir el mismo horario de actividades todos los
días, desde el momento en que se despierta hasta el momento de irse a
dormir.
 Organícese. Anime a su hijo a colocar la mochila de la escuela, la ropa y los
juguetes en el mismo lugar todos los días; de este modo, será menos probable
que el niño los pierda.
 Controle las distracciones. Apague la televisión, limite el ruido y proporcione
un espacio de trabajo limpio cuando su hijo esté haciendo la tarea escolar.
Algunos niños con TDAH aprenden bien si están en movimiento o escuchando
música de fondo. Observe a su hijo y vea qué funciona.
 Limite las opciones. Ofrezca pocas opciones para elegir de modo que su hijo
no se sienta abrumado ni sobrestimulado. Por ejemplo, ofrézcale elegir entre
este conjunto de ropa o el otro, esta comida o la otra, o este juguete o el otro.
 Sea claro y específico cuando hable con su hijo. Hágale saber que lo está
escuchando mediante una descripción de lo que su hijo dijo. Dé indicaciones
claras y breves cuando el niño tenga que hacer algo.
 Ayude a su hijo a planificar. Divida las tareas complicadas en pasos más
simples y cortos. Para las tareas largas, comenzar con tiempo y hacer pausas
puede ayudar a limitar el estrés.
 Utilice metas y reconocimiento u otra recompensa. Utilice una tabla para
enumerar las metas y registrar las conductas positivas, luego hágale saber a su
hijo que lo hizo bien diciéndoselo o recompensándolo de otra manera.
Asegúrese de que las metas sean realistas, ¡los pasos pequeños son
importantes!
 Imponga disciplina de forma eficaz. En lugar de alzar la voz o pegarle a su
hijo, use tiempo fuera o quítele privilegios como consecuencia de
comportamientos inapropiados.
 Cree oportunidades positivas. Hay ciertas situaciones que a los niños con
TDAH les pueden resultar estresantes. Descubrir qué es lo que su hijo hace
bien y animarlo a hacerlo (ya sea en la escuela, deportes, arte, música o
juegos) puede ayudar a crear experiencias positivas
 Proporcione un estilo de vida saludable. Es importante ofrecer comida
nutritiva, asegurarse de que el niño haga mucha actividad física y de que
duerma lo suficiente; estas cosas pueden ayudar a evitar que los síntomas de
TDAH empeoren.

El TDAH en adultos

El TDAH dura hasta la adultez en al menos un tercio de los niños con TDAH2. Para
obtener más información sobre el diagnóstico y tratamiento a lo largo de la vida, visite
los sitios web del Centro Nacional de Recursos para el TDAH y del Instituto Nacional
de Salud Mental.

Terapia conductual para niños con TDAH

Cómo ayudar a los niños a organizarse y a controlar los comportamientos


problemáticos.

Hay dos tipos de intervenciones conductuales que pueden ayudar a los niños con
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) a manejar sus síntomas de
hiperactividad, impulsividad y falta de atención. Estas terapias no afectan a los
síntomas principales, pero les enseñan a los niños habilidades que pueden utilizar
para controlarlos. Algunas se centran en estrategias para mantenerse organizados y
concentrados. El objetivo de otras es disminuir los comportamientos problemáticos que
pueden hacer que estos niños se metan en problemas en la escuela, que les dificultan
hacer amistades, y convierten la vida familiar en una zona de combate.

Algunos niños, especialmente aquellos con síntomas de TDAH, responden bien a la


terapia conductual con la ayuda de medicamentos; para otros, la terapia puede ser
suficiente para funcionar bien en la escuela y en casa sin necesidad de medicamentos.

Una razón importante para que los niños participen en terapia conductual (con
medicamentos o sin ellos) es que los medicamentos para el TDAH dejan de funcionar
cuando se dejan de tomar, mientras que la terapia conductual puede enseñar a los
niños habilidades que les seguirán beneficiando durante su crecimiento.

Para problemas de conducta

Para los niños cuyo comportamiento impulsivo crea conflictos en casa y los lleva a
meterse en problemas en la escuela, la terapia puede ayudarles a tomar las riendas
del comportamiento problemático y establecer una relación más positiva con los
adultos en su vida. Se denomina generalmente formación de padres, porque consiste
en trabajar a la vez con los padres y los niños. Enseña a los padres a interactuar de
manera diferente con sus hijos para obtener el comportamiento deseado y desalentar
el comportamiento que está causando problemas al niño.

La formación de padres no es exclusiva para niños con TDAH, pero debido a que los
niños con TDAH tienen tendencia a tener rabietas, comportamiento desafiante, e
ignorar las instrucciones de los padres, puede mejorar sustancialmente sus vidas y el
bienestar de toda su familia. A pesar de que se centra en la interacción con los padres,
también se ha demostrado que reduce los ataques de ira y otros comportamientos
problemáticos en la escuela, ya que las habilidades que los niños aprenden para
interactuar con su padres se transfieren a otros ambientes. La formación la realizan
generalmente psicólogos clínicos.
Hay varios tipos de formación de padres que han demostrado ser efectivos, incluyendo
la Terapia de Interacción de Padre-Hijo (PCIT, por sus siglas en inglés), el
Entrenamiento de Manejo de Padres (PMT, por sus siglas en inglés), el Programa de
Crianza Positiva (Triple P, por sus siglas en inglés). Todos estos programas enseñan a
los padres a aprender cómo elogiar o usar refuerzos positivos, de manera más
efectiva, así como también consecuencias consistentes cuando los niños no siguen las
instrucciones. Dichos programas resultan en mejor comportamiento de parte de los
niños, disminución de las discusiones y las pataletas, mejores interacciones entre
padre e hijo, y estrés reducido entre los padres.

El comportamiento de los niños pequeños con TDAH les lleva a constantes


enfrentamientos con los padres; se les regaña y castiga mucho más de lo que se los
elogia; así que disponer de una manera clara de recibir la atención positiva de las
personas más importantes para ellos es un gran motivador. No es inusual para los
niños que han sido afectados negativamente por sus problemas de comportamiento,
como ser expulsados del preescolar o puestos en las “listas negras” de otros padres, y
hayan logrado cambios positivos sustanciales a través de la formación de padres.

Intervenciones en la escuela

Los niños pequeños con TDAH pueden beneficiarse de sistemas que estimulan la
conducta positiva, como la “Tarjeta de Informe Diaria”. Este tipo de herramientas
identifican metas específicas de conducta en la escuela, les proporciona información
sobre cómo se están comportando, y los recompensa por alcanzar dichas metas.

Padres y maestros trabajan juntos en la Tarjeta de Informe Diaria. Los maestros eligen
las metas para cada niño basado en los comportamientos que presentan mayor
dificultad para él. Las metas pueden consistir en trabajo académico (como terminar
tareas), comportamiento con sus compañeros (dejar de molestar o pelear) y adherirse
a las reglas de clase (no interrumpir, mantenerse en su asiento, seguir las
instrucciones). El maestro puntúa diariamente el grado de cumplimiento en cada una
de las metas. Recibe una estrella por cada comportamiento positivo, y si recibe
suficientes a lo largo del día, habrá un premio para él cuando llegue a casa, como ver
la televisión o alguna otra pequeña recompensa.

Este tipo de sistema puede ser muy útil para niños a partir de preescolar y hasta los 12
años de edad.

Para problemas de atención

Otra área general de ayuda para la conducta de niños con TDAH incluye habilidades
basadas en intervenciones para enseñar técnicas que ellos pueden usar para
mantenerse al día con el trabajo de la escuela y manejar sus responsabilidades en
casa. Este tipo de formación, realizado por especialistas del aprendizaje, enseña a los
niños habilidades que les permiten maximizar sus puntos fuertes y compensar sus
debilidades.

Los niños con TDAH suelen tener problemas en lo que se denomina “funcionamiento
ejecutivo”. Las funciones ejecutivas son habilidades autorreguladoras que todos
nosotros usamos para llevar a cabo tareas, desde vestirse a hacer los deberes. Esto
incluye planificación, organizar el tiempo y materiales, tomar decisiones, cambiar de
una situación a otra, controlar nuestras emociones y aprender de los errores del
pasado.
Para fortalecer a los niños con habilidades débiles en estas áreas, los especialistas del
aprendizaje enseñan una mezcla de estrategias específicas y estilos de aprendizaje
alternativos que complementan o mejoran las habilidades particulares del niño.

Con los niños de 5 a 11 años, el especialista de aprendizaje normalmente trabaja junto


con los padres y niños, para establecer rutinas y herramientas que les permitan
terminar las tareas minimizando los conflictos. Por ejemplo, las listas de
tareas pueden ser útiles para todo, desde salir a tiempo de casa en la mañana, hasta
hacer los deberes después de la escuela y prepararse para dormir. Debido a que
muchas veces los pasos necesarios para completar una tarea no son obvios para los
niños con TDAH, definirlos claramente antes de tiempo, y dejarlos muy claros, hace
que la tarea sea menos abrumadora y más alcanzable.

Los terapeutas educacionales también recomiendan asignar un tiempo límite a cada


paso, particularmente para grandes proyectos a largo plazo. Los plazos pueden
sorprendernos a todos, pero los niños con TDAH son particularmente susceptibles a
subestimar cuánto tiempo les llevará hacer algo. Usar un planificador es esencial
para los niños con TDAH quienes tienen lo que se llama una memoria de trabajo
pobre, es decir, que les resulta difícil recordar cosas como los deberes. Una tabla de
recompensas en casa y en la escuela, puede ayudar a motivar a los niños que se
distraen fácilmente y tienen dificultad para adquirir habilidades nuevas.

Para los estudiantes entre 11 y 18, los terapeutas educacionales trabajan con los
niños para desarrollar sistemas para abordar el trabajo, tanto desde un punto de vista
organizacional como académico. Para los niños con TDAH, organizar su tiempo y los
materiales de la escuela puede ser un gran problema: no dejando suficiente tiempo
para estudiar o terminar proyectos, olvidando usar su planificador, y perdiendo la pista
a los deberes. Sus mochilas pueden ser un desastre, destaca el Dr. Michael
Rosenthal, neuropsicólogo en Child Mind Institute. Habilidades específicas como
estudiar, memorizar, tomar notas, y realizar los deberes a tiempo, todas se pueden
abordar.

Y las funciones ejecutivas son aplicables a los estudios, así como a organizar los
deberes, explica el Dr. Rosenthal. Leer, escribir y las matemáticas todas requieren
habilidades en las que los niños pueden tener debilidades. Un niño en escuela media
puede leer de manera totalmente fluida, explica, y al mismo tiempo tener dificultad
para captar lo más importante de cada párrafo o para resumir lo que ha leído. Escribir
requiere organizar pensamientos en una narrativa, imaginar lo que la audiencia
necesita saber, no desviarse del tema, y escribir un número de palabras determinado,
entre otras habilidades. Las matemáticas requieren operaciones de múltiples pasos, y
los problemas de palabras requieren determinar la información importante para
resolver el problema. Estas son todas habilidades en las que los terapeutas
educacionales pueden dirigir su esfuerzo con los niños para mejorar sus estrategias de
aprendizaje.

Explicar los fundamentos de la terapia

Mientras un niño está aprendiendo habilidades nuevas, necesita entender cómo le van
a ayudar. “Los niños con problemas de atención son muy pragmáticos sobre cuánto
esfuerzo ponerle a las cosas”, explica el Dr. Matthew Cruger, director del Centro de
Aprendizaje y Desarrollo del Child Mind Institute. “Nosotros lo llamamos
‘neuroeconomía’, los niños con problemas de atención ahorran la energía para aquello
que están seguros les va reportar un beneficio”. Un buen terapeuta educacional
estructurará la adquisición de habilidades de manera que los niños vayan viendo
resultados. “Cuando los niños le dedican un gran esfuerzo a algo, esperan tener
resultados, y si no lo ven, les resulta doblemente frustrante”, dice el Dr. Cruger. “Ellos
pensarán, ‘Lo ves, no merece la pena intentarlo'”.

Lo más importante

Lo frustrante de las intervenciones del comportamiento como la formación de los


padres y la Tarjeta de Informe Diaria, es que exige un gran esfuerzo por parte de los
padres y maestros, además del que tienen que hacer los propios niños. “Los padres
tienen la idea preconcebida de que cuando llevan a un niño a terapia el niño es quien
hará el trabajo”, destaca la Dra. Jill Emanuele, psicóloga clínica en Child Mind Institute.
“Pero esto requiere una gran inversión por parte de los padres”. Por otro lado, ella
agrega, “el entrenamiento puede ser una ayuda inmensa para los padres también, los
cuales muchas veces llegan a nosotros sintiéndose abrumados y sin saber cómo
manejar a sus hijos de manera efectiva. Ellos ganan mucha confianza en ellos
mismos”.

Hay evidencia de que estas intervenciones de padres y maestros mejoran el


pronóstico de los niños con TDAH, sin embargo no afectan directamente a los
síntomas. “Idealmente, estos ajustes en el entorno alterarán la trayectoria de
desarrollo del niño o adolescente con TDAH”, explica el especialista en TDAH, Dr.
Russell Barkley. “Sin embargo, dichas intervenciones no se esperan que produzcan
cambios fundamentales en los déficits subyacentes del TDAH, de hecho las mismas
sólo previenen una acumulación de fracasos y problemas que son secundarios al
TDAH”.

Los mayores beneficios, nota el Dr. Barkley, está en los niños que son particularmente
desafiantes o desobedientes. “Por consiguiente, los investigadores y doctores deben
anticipar que los estudios a largo plazo tienen más probabilidad de encontrar efectos
del tratamiento en problemas secundarios al TDAH que en los déficits específicos al
TDAH”.

Adolescentes

Cuando los niños con TDAH llegan a la adolescencia, hay menos evidencia de la
efectividad la terapia conductual. Diversos estudios no han conseguido demostrar la
efectividad de la terapia cognitivo-conductual (CBT por sus siglas en inglés) en
adolescentes con TDAH, explica el Dr. Barkley, pero la CBT tiene un papel importante
en los niños con TDAH que desarrollan problemas secundarios como trastorno de la
conducta y trastorno negativista desafiante.

Y la Dra. Emanuele destaca que debido a que el TDAH pone a los niños en riesgo de
desarrollar un trastorno de ansiedad o del estado de ánimo, muchos de ellos son
tratados con CBT para dichos trastornos. En algunos casos, destaca, los niños
realmente han dejado atrás sus síntomas del TDAH pero continúan teniendo
dificultades porque las consecuencias del TDAH persisten.

Perfiles cogntivo-conductuales de TDAH en la Adolescencia

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) varía y evoluciona


sintomatológicamente con la edad. Entre el 35% y el 80& de los niños con TDAH, el
trastorno persiste en la adolescencia. Esta persistencia de síntomas, tiene
consecuencias negativas muy importantes para el afectado, al igual que ocurre en la
edad infantil (Soutullo y Díez, 2008).

En la etapa adolescente nos encontramos con diferentes perfiles de adolescentes con


TDAH, en función de sus condiciones biológicas y sintomáticas (genética y desarrollo)
y las condiciones ambientales que han rodeado su evolución (aspectos académicos,
entono familiar, estimulación cognitiva, corrección conductual, características y tipo
tratamiento e intervención).

Dependiendo del perfil de funcionamiento del adolescente, su problemática estará


asociada a unos factores y está requerirá de un tipo de intervención u otra.

PERFILES TDAH ADOLESCENTE

Tipos de Perfiles cogntivo-conductuales de TDAH en la Adolescencia

 El adolescente inatento
 Déficit de atención sostenida y selectiva.
 Inmadurez (cognitiva y emocional)
 Introversión y/o escasa expresividad.
 Dificultades en las relaciones sociales.
 Falta de iniciativa y/o hipoactividad.
 Poco resolutivos.
 Falta de autonomía.
 Falta de intereses.
 Dependencia del entono para iniciar y concluir las tareas y actividades.
 Problemas académicos y del aprendizaje
 Fracaso escolar.
 El adolescente hiperactivo
 Distractibilidad.
 Extroversión.
 Poco cuidadosos.
 Dificultades en las relaciones sociales.
 Poco resolutivos.
 Necesidad de estar permanentemente haciendo cosas.
 Sobrecarga de intereses (objetivos, metas personales).
 Dificultad para concluir una tarea.
 Necesidad de movimiento y acción constante.
 El adolescente impulsivo e irreflexivo
 Gran dificultad para aceptar la autoridad y los límites a su comportamiento.
 Búsqueda insaciable de recompensas y refuerzos positivos inmediatos.
 Necesidad de reconocer los resultados positivos de sus actos y obtener
recompensas de forma inmediata.
 Actitud desafiante (negarse a obedecer y desafiar constantemente la
autoridad).
 Mayor predisposición a sufrir accidentes
 Mayor riesgo de adicciones
 Abandono y/o rechazo hacia los estudios.

¿Los niños con problemas de conducta pueden tener TDAH?

Problemas de conducta
Los problemas más comunes en chicos con TDAH son las conductas desafiantes y
agresivas. Esto incluye rehusarse (con más frecuencia que otros chicos) a seguir
instrucciones de padres y maestros. Estos chicos pueden tener crisis emocionales
cuando les indican que hagan algo que encuentran difícil o que es un reto.

Los chicos con TDAH tienden a volverse desafiantes en situaciones particulares,


dice el Dr. Vasco Lopes, un especialista en TDAH y conductas perturbadoras.
Estas situaciones incluyen la hora de hacer la tarea escolar, irse a dormir,
interrumpir un juego, sentarse y cenar. Estas situaciones son difíciles de tolerar
debido a los déficits característicos del TDAH. Éstos incluyen:

 Prestar atención
 Tolerar una situación aburrida
 Controlar sus impulsos
 La transición de una actividad divertida a otra
 Controlar su nivel de actividad

Cuando la conducta desafiante se convierte en un trastorno


¿El patrón desafiante o de oposición a la autoridad de su hijo es lo suficientemente
severo para hacer la vida en la escuela y en la casa muy difícil todos los días?
Entonces podría ser diagnosticado con un trastorno. Dependiendo de su edad y
sus síntomas, éstos son algunos de los diagnósticos o etiquetas que le pueden ser
asignados después de una evaluación.

Trastorno negativista desafiante (ODD, por sus siglas en inglés) es cuando un


chico tiene un patrón de conducta no-cooperativa, desafiante, hostil e irritable con
cualquier figura de autoridad. El ODD ocurre en alrededor del 50% de los chicos
con TDAH del tipo combinado y en 25% de los chicos con TDAH del tipo inatento.

Trastorno de conducta (CD, por sus siglas en inglés) es cuando un chico tiene un
patrón de comportamiento agresivo, perturbador, deshonesto (frecuentemente
miente y roba) y de romper las reglas. Alrededor de uno de cada cuatro niños con
TDAH del tipo combinado también tiene el trastorno de conducta.

Trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo (DMDD, por sus


siglas en inglés) es cuando un chico está casi siempre irritable. Tiene estallidos de
mal humor frecuentes y severos que parecen completamente fuera de proporción
con la situación. Muchos jóvenes son diagnosticados primero con DMDD y luego
reciben también un diagnóstico de TDAH.

El entrenamiento para padres puede ayudarles a usted y a su


hijo
Hay dos tipos de entrenamiento para padres que pueden ayudarle a lidiar con los
estallidos desafiantes y emocionales de su hijo: La terapia de interacción padre-
hijo (PCIT, por sus siglas en inglés) y el entrenamiento conductual para padres
(PMT, por sus siglas en inglés).

 Las dos enseñan cómo prestar atención a las conductas positivas de su


hijo.
 Las dos fomentan ignorar malas conductas de poca importancia.
 Las dos entrenan para establecer consecuencias consistentes con las
malas conductas graves y las conductas agresivas.
 PMT le enseña a los padres destrezas específicas (usualmente sin que su
hijo esté presente).
 PCIT hace que los padres interactúen con sus hijos y al mismo tiempo
reciben indicaciones del terapeuta sobre qué destrezas deben usar.
 Ambas clases de entrenamiento para padres han mostrado una reducción
en las conductas perturbadoras, agresivas y desobedientes.
 Ambas clases de entrenamiento reducen el estrés de los padres y mejoran
la relación padre-hijo.

Otras condiciones que pueden acompañar el TDAH

Dificultades de aprendizaje
Las dificultades de aprendizaje relacionadas con la lectura y las matemáticas son
comunes en los niños con TDAH. Dependiendo de la edad, su hijo podría tener
dificultades con:

 Hacer rimas
 Asociar sonidos con símbolos
 Poner en secuencia los sonidos en el orden correcto
 Seguir instrucciones
 Repetir en voz alta palabras que no le son familiares
 Confundir símbolos matemáticos básicos como “+” y “‒”
 Cometer los mismos errores de cálculo por descuido, una y otra vez
Para algunos chicos aprender un nuevo concepto mientras escuchan la lección en
el salón de clases puede ser fácil. Pero reproducir y aplicar el nuevo conocimiento
en la casa puede ser desesperadamente difícil.

Qué hacer: Si usted cree que su hijo puede tener una discapacidad del
aprendizaje, la escuela está legalmente obligada a proveer una evaluación de
acuerdo con la Ley para la Educación de Individuos con Discapacidades(IDEA, por
sus siglas en inglés). El tratamiento usualmente incluye, tanto fortalecer las
habilidades como desarrollar una estrategia de aprendizaje diseñada para
aprovechar esas fortalezas. Un especialista en aprendizaje puede ayudar a
determinar los servicios o las adaptaciones que beneficiarían a su hijo en la
escuela.

Depresión
El TDAH aumenta el riesgo de que un chico desarrolle depresión, particularmente
en la adolescencia. Qué síntomas se pueden observar:

 Irritabilidad
 Cambios en las rutinas del sueño
 Cambios en el apetito
 Cambios en el rendimiento académico
 Pérdida del interés en los amigos y las actividades que solía disfrutar
 Miedos irracionales
 Aislamiento de los miembros de la familia

Qué hacer: Si su hijo está mostrando síntomas de depresión por varias semanas y
están interfiriendo con su vida en la escuela, con los amigos o en la casa, es el
momento de solicitar una evaluación. El tratamiento para el TDAH no aliviará los
síntomas de la depresión. Los chicos con depresión pueden ser tratados
con terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés). En esta terapia,
un psicólogo trabajará con su hijo para que reconozca el patrón de pensamientos
negativos y aprenda a pensar fuera de ese patrón. Los medicamentos
antidepresivos pueden ser efectivos y pueden ser tomados junto con los
medicamentos para el TDAH.

Ansiedad
La ansiedad se manifiesta con frecuencia en niños y adolescentes con TDAH. Se
manifiesta de diferentes formas:

 Trastorno de ansiedad generalizada es cuando alguien está preocupado


por todo y por nada en específico al mismo tiempo. Puede tener miedos y
fobias relacionados con la escuela, ciertas comidas, gérmenes, etc.
 Trastorno de ansiedad social es cuando alguien es extremadamente
temeroso de gente que no conoce y situaciones nuevas hasta el punto que
obstaculiza su vida en la escuela y con las amistades.
 Trastorno de ansiedad por separación es cuando un niño es
irracionalmente temeroso de separarse de sus padres o tiene miedo de que
sus padres o algún otro miembro de la familia se muera.
 Trastorno obsesivo-compulsivo es cuando alguien es consumido por los
miedos o pensamientos no deseados (obsesiones) y trata de controlarlos
con conductas repetitivas (compulsiones).

Qué hacer: Si su hijo tiene miedos y preocupaciones que le causan angustia e


interfieren con su vida en la casa o en la escuela, es importante realizar una
evaluación de la ansiedad. La terapia CBT es muy efectiva para los adolescentes
con ansiedad. En algunos casos, los medicamentos y la CBT combinados es la
manera más efectiva de tratar el problema.

Abuso de substancias
Los adolescentes con TDAH son más propensos a tener problemas de abuso de
substancias que los adolescentes sin una historia de TDAH. Los chicos con TDAH
tienden a tener baja autoestima. Esto los puede atraer hacia chicos con más
probabilidades de estar abusando de las drogas y el alcohol. Aunque los niños con
TDAH tienen más riesgo de abusar de sustancias, aquellos que toman
medicamentos tienen menos riesgos que los que no. Una de las razones es que
los medicamentos ayudan a controlar la conducta impulsiva que conduce al abuso
de substancias.

Qué hacer: Supervise a su hijo. Conozca a sus amigos. Pase tiempo con él.
Asegúrese de saber dónde está y cuáles son sus actividades. Los estudios
muestran que la supervisión de los padres disminuye los problemas de conducta.
Además déjele saber que está siempre disponible para hablar y ofrecer apoyo
cuando se sienta molesto. Si su hijo desarrolla un problema de abuso de
substancia es importante buscar tratamiento para ello.

Autolesiones
Las adolescentes con TDAH están en mayor riesgo que otras niñas de
autolesionarse, como por ejemplo cortarse. Un estudio reportó que el 51% de las
adolescentes diagnosticadas con el tipo combinado del TDAH reportaron cortes o
alguna otra forma de automutilación, comparado con 29% en adolescentes con
TDAH del tipo inatento y con 19% en el grupo de control. Esté atento a:

 La mención de autolesionarse
 Cicatrices sospechosas
 Heridas que no sanan o empeoran
 Cortes en el mismo lugar
 Aislamiento creciente
 Posesión de objetos cortantes cómo pedazos de vidrio
 Usar mangas largas cuando hace calor
 Evitar actividades sociales
 Muchas vendas autoadhesivas
 Negarse a ir al vestidor o cambiarse de ropa en la escuela

Qué hacer: Actúe inmediatamente si se entera que su hija se ha estado cortando.


Es un hábito adictivo. Mientras más veces lo haga aumenta la necesidad de volver
a hacerlo. Si la detiene antes que se haya cortado unas 10 veces, el tratamiento es
significativamente más fácil. Hablar con el médico que está tratando su TDAH es
un buen comienzo.

No es justo, pero es inevitable el hecho de que los chicos con TDAH tienen más
probabilidades de tener otras dificultades de conducta o de salud mental. La buena
noticia es que los padres que saben qué observar y actúan enseguida, pueden
hacer muchísimo para prevenir que estas dificultades se vuelvan más graves. Y la
mejor noticia es que los estudios más recientes muestran que una vez que los
chicos alcanzan la vida adulta, desaparece el alto riesgo de estos problemas de
conducta y de salud mental. Saber qué buscar y conseguir ayuda para su hijo al
primer signo de que algo no está bien es la mejor manera de proteger a un niño
con TDAH.

¿Cuál sería la prevalencia de un niño con TDAH según dsm 5?

La última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos


Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), el DSM-V, vio por
primera vez la luz, en Mayo de 2013 en el Congreso Anual de la APA (Asociación
Americana de Psiquiatría) en San Francisco, USA.La versión traducida al castellano se
editó en el año 2014 por la Editorial Médica Panamaericana.

Esta última revisión del manual incluye cambios significativos cualitativos y


cuantitativos con respecto a la última versión de 1994 (DSM-IV) y la revisión de ésta
en 2000 (DSM-IV-TR).

Con respecto al Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) los cambios
que han quedado oficialmente registrados han sido los siguientes:

 Desaparece el capítulo específico de "trastornos del niño y del adolescente",


ya que se considera que la patología psiquiátrica tiene una continuidad desde
la infancia a la edad adulta.
 En el DSM-V se contempla el diagnóstico de TDAH en adultos incluyendo
entre los criterios diagnósticos indicaciones específicas para edades adultas.
 Se retrasa la edad de aparición para el diagnóstico de TDAH (ahora los
síntomas deben aparecer antes de los 12 años, en vez de antes de los 7
años),
 Los signos del trastorno pueden ser mínimos o estar ausentes cuando el
individuo recibe recompensas frecuentes por comportamientos apropiados,
está bajo supervisión, ante actividades especialmente interesantes, etc.
 Prevalencia: el TDAH ocurre en la mayoría de las culturs en aproximadamente
el 5% de los niños y el 2,5% de los adultos.

Todas estas modificaciones afectan de manera directa al diagnóstico del TDAH. Por
tanto, la introducción de restricciones o ampliaciones dentro de los criterios
diagnósticos hace que un individuo pueda quedar excluido del diagnóstico.

Particularidades del TDAH de 0 a 6 años

El Trastorno por Déficit Atención e Hiperactividad (TDAH) es la problemática del


neurodesarrollo mas frecuente en la clínica neuropediátrica, afectando a un 5 - 7 % de
los niños, lo que equivale a un niño por aula.

Antes de los 7 años resulta problemático y controvertido realizar un diagnóstico de


TDAH; pero, de acuerdo con los informes retrospectivos y diversos estudios
longitudinales, parece ser que un elevado porcentaje de los escolares con TDAH ya
manifestaba conductas típicas del trastorno que eran inapropiadas en cuanto a su
intensidad durante los años prescolares.

La visión del TDAH desde la óptica de la Atención Temprana, que abarca hasta los 6
años de edad, incluye su oportuna consideración respecto a su diagnóstico precoz
y tratamiento. El TDAH de 0 a 6 años se manifiesta en un 50% menos que en la edad
escolar, lo que supone alrededor de un 3% de los niños.

Vaquerizo-Madrid (2005) señala los signos más relevantes referidos a esta edad:

1. Pobre disposición para el juego social con otros niños.

2. Exceso de preferencia por los juegos deportivos sobre los educativos.

3. Actitud desmontadora ante los juguetes y pobre interés sostenido por el juego.

4. Retraso del lenguaje.

5. Retraso y torpeza en el desarrollo de la motricidad fina adaptativa.

6. Dificultades para el aprendizaje de los colores, los números y las letras.

7. Dificultades para el desarrollo gráfico y para la comprensión de la figura humana.

8. Inmadurez emocional.

9. Constantes rabietas y más accidentes que los niños de su edad.

Si antes de los seis años aparecen al menos seis síntomas: impulsividad, no guardar
el turno en el juego, perder las cosas, no organizarse, no mantenerse sentado,
contestar antes de que le pregunten... entonces puede existir un déficit de atención.
"Debe pasar en casa y en el colegio, porque si no podría ser un problema de
adaptación" (Vaquerizo Madrid, 2005).

No debemos olvidarnos de que los síntomas son desproporcionados para lo esperable


a su edad y deben de darse por lo menos en dos ambientes por ejemplo, en casa y en
el colegio.
Los niños con TDAH inatentos son más difíciles de identificar porque pasan más
desapercibidos al no ser tan conflictivos, "van a su aire" y hacen poco caso a los
demás. Sacan los juguetes de su sitio pero luego no les hacen caso, en clase no
siguen el ritmo de los demás, se olvidan de sus tareas y organizan peor sus
actividades.

El TDAH subtipo combinado, presenta precozmente una conducta disruptiva y


alteraciones de la regulación emocional para su edad correspondiente, lo que
repercute en una limitada interacción social e incluso una difícil relación con sus
padres.

Estos niños, entre los 3 y 6 años, tienen de forma progresiva un menor nivel para la
aceptación de las normas que los demás, tienen rabietas frecuentes, presentan
más conflictos con sus compañeros, se pegan más con ellos y son intrépidos sin ver
el peligro porque además tienen gran actividad motora y curiosidad por todo.

Todas estas características se traducen en una serie de evidencias que se pueden


clasificar por rangos de edad y que desarrollamos a continuación:

Evidencias de un TDAH de 0 a 3 años:

 Padre TDAH
 Niños prematuros.
 Problemas en el embarazo.
 Llora muy habitualmente.
 No se reconforta con nada.
 Activo como bebé.
 Come mal.

Evidencias de un TDAH de 3 a 6 años:

 Comportamiento impulsivo y arriesgado.


 No espera.
 Cambia muy a menudo de juguetes.
 No escucha los cuentos.

El tratamiento en los niños con TDAH consiste


en medicación estimulante, intervenciones psicosociales y los tratamientos que
combinan ambas modalidades. Numerosos estudios han constatado que las
medicaciones estimulantes resultan efectivas a corto plazo para reducir los síntomas
esenciales del TDAH y los problemas asociados en la etapa escolar, de manera que
en la práctica clínica estos fármacos constituyen el tratamiento de primera elección.

No obstante, aunque en los últimos tiempos se ha incrementado su empleo en los


niños menores de seis años con TDAH, su administración es menos frecuente y más
controvertida.

En líneas generales, se ha encontrado que el entrenamiento a padres suele ser


efectivo para mejorar los problemas que estos niños manifiestan en el contexto del
hogar, pero la información de que disponemos es limitada en relación con la
generalización de estos resultados positivos a otros contextos naturales como la
escuela.
Sin embargo, Juan Narbona, neuropediatra de la clínica Universitaria de Navarra,
aconseja juegos con materiales reales y participación, "en los que tengan que
controlarse", para mejorar la atención, como el "Dónde está Wally", que exige escrutar
atentamente una página, o los juegos de mesa, donde hay que esperar turno, observar
reglas y estar centrado. José Antonio Portellano concluye: "Cuando un tratamiento
psicoeducativo funciona, cambia el cerebro. Si era impulsivo y se le adiestra para que
adquiera un aprendizaje verbal interno, habremos modificado la química cerebral".

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