Sie sind auf Seite 1von 11

FUNDAMENTOS Y APORTES CIENTIFICO NEWTON

Las principales aportaciones de Isaac Newton (1642-1727) llevaron al mundo a una revolución
científica como pocas en la historia de la humanidad. Isaac Newton (1642-1727) fue un genial
físico y matemático inglés, autor del libro Principia, considerado como el trabajo científico más
importante jamás escrito.

¿Por qué es tan significativo el trabajo de Newton? Básicamente porque su mirada cambió para
siempre la manera en la que entendemos la vida y el universo.

Por ejemplo, en 1668 inventó un telescopio (telescopio newtoniano), que le permitió estudiar
el espacio exterior y demostrar su teoría del color y la luz. Pero su aporte más reconocido es su
teoría sobre la gravedad, con la que explicó ni más ni menos que el movimiento del universo.

Estudió por qué los planteas orbitan y llegó a la conclusión de que un objeto no se mueve a
menos que se le aplique fuerza. Esto le llevó a responder varias preguntas científicas, por
ejemplo por qué la luna orbita alrededor de la Tierra.

Dichos descubrimientos y muchos otros formaron la base de la física tal como la conocemos hoy.
Sin embargo, en la cultura popular, Newton es quizás más conocido por la famosa anécdota de
la manzana que cayó desde un árbol y le reveló la Teoría de la Gravedad.

Los historiadores dicen que probablemente haya algo de verdad en ese mito, pero Newton ya
estaba en medio de algunos descubrimientos muy importantes antes de ese supuesto incidente
de la fruta en la Universidad de Cambridge.

Principales aportaciones de Newton a la ciencia y a la sociedad

Las tres leyes de Newton que sentaron las bases de la mecánica clásica

Newton desarrolló las tres leyes de movimiento: inercia, F = ma y acción-reacción. Las tres
aparecen en su obra “Principia” y describen la relación entre un cuerpo y las fuerzas que actúan
sobre él. Es decir, cuando dichas fuerzas actúan sobre un cuerpo y producen movimiento.

Estas leyes sentaron las bases de la mecánica clásica y son fundamentales en el estudio tanto en
matemáticas como en física.

Ley de Gravitación

En Principia, Newton también formuló la ley de Gravitación Universal. Esta ley establece que
cada masa atrae a otras masas por una llamada “gravedad” y se formula de la siguiente manera:
Newton usó esta fórmula para explicar las trayectorias de los cometas, las mareas, la precesión
de los equinoccios y otros fenómenos astrofísicos.

Además eliminó por completo el modelo heliocéntrico que sostenía que el sol estaba en el
centro del Universo.La ley de gravitación universal de Newton fue reemplazada por la teoría de
la relatividad general de Einstein, pero sigue siendo utilizada como una excelente aproximación
a los efectos de la gravedad.

Principia es una de las obras más importantes de la historia de la ciencia

El 5 de julio de 1687 se publicó por primera vez el “Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica
de Newton”, conocido simplemente como Principia.

Además de las leyes y principios que ya mencioné, el libro fue fundamental para el surgimiento
de la Revolución Industrial.Se considera no sólo como la obra más importante de Newton sino
también como el trabajo fundamental para toda la ciencia moderna.

 Isaac Newton inventó el cálculo


 Newton también creó el cálculo como una respuesta a las insuficiencias en matemáticas
de la época en que vivió.

Al principio lo llamó fluxiones, y le sirvió para resolver problemas complejos sobre órbitas, curvas
y otros temas que la geometría clásica no podía resolver.

El cálculo es en extremo útil para esto, ya que produce información sobre las cosas que están
cambiando continuamente, por ejemplo la velocidad de un objeto que cae.

El físico inglés también predijo que la Tierra estaba formada como una esfera que experimentó
aplanamiento en los polos. Esta teoría, como se sabe, fue más tarde verificada por distintas
mediciones.

¿Por qué es tan importante? Porque Newton descubrió que la Tierra no es perfectamente
redonda. Por esto, la distancia del centro de la Tierra hasta el nivel del mar es aproximadamente
21 kilómetros más grande en el ecuador que en los polos.

Inventó el primer telescopio reflector

En 1668, Newton inventó el primer telescopio reflector, que ahora se conoce como el telescopio
newtoniano.

Hasta ese momento, los telescopios eran grandes y molestos, pero el genio de Newton utilizó
espejos en vez de lentes. Los espejos son instrumentos más poderosos y diez veces más
pequeños que un telescopio tradicional.
Newton revolucionó el mundo de la óptica

Sir Isaac Newton tenía sobre su mesa un


montón de papeles en los que escribía cálculos que le
habían llevado veinte hacer. Una noche, salió de la
habitación por unos minutos, y cuando volvió encontró que
su perrito “Diamond” había derrumbado una vela y
prendido fuego a los papeles, de los que no quedaba más
que un montón de cenizas. Fue entonces cuando exclamó:
“¡Oh Diamond, Diamond, poco sabes qué mal has hecho!”
Historia publicada en la vida de sir Isaac Newton por David
Brewster (1833)

A finales de la década de 1660 y principios de la de 1670, Newton determinó que la luz blanca
era una mezcla de colores que se pueden separar con un prisma.

También demostró que el espectro multicolor producido por un prisma puede ser recompuesto
en luz blanca con una lente y un segundo prisma.

De esta manera, Newton fue capaz de contrarrestar a los que creían que la luz era simple y
homogénea. A partir de entonces, la heterogeneidad de la luz se convirtió en la base de la óptica
física.

Otras grandes aportaciones de Isaac Newton

Además de todo esto, Newton también formuló una ley empírica sobre el enfriamiento, estudió
la velocidad del sonido e introdujo la noción de “fluido newtoniano”.

Más allá de su trabajo en matemáticas, óptica y física, Newton también dedicó una cantidad
significativa de tiempo estudiando la cronología bíblica y la alquimia, pero la mayor parte de su
trabajo en estas áreas permaneció inédita hasta mucho después de su muerte.

Sir Isaac Newton fue el segundo científico en ser caballero

En 1696, Newton fue nombrado Guardián de la Casa de la Moneda Real. También sirvió como
miembro del Parlamento de Inglaterra en 1689-1690 y 1701-1702. Fue elegido presidente de la
Royal Society en 1703.

Como líder de la Real Casa de la Moneda, Newton utilizó su poder para castigar a los
falsificadores y en 1717, con la “Ley de la Reina Ana”, movió la libra esterlina del patrón de plata
al patrón oro.

En 1705, Newton fue nombrado caballero por la reina Ana. De ese modo, Sir Isaac Newton fue
el segundo científico que fue nombrado caballero, después de Sir Francis Bacon.

Su inspiración a otros grandes científicos

Newton fue un científico que dedicó su vida a la ciencia e investigación. Sus descubrimientos y
esfuerzo fueron admirados por otros grandes científicos porteriores, como Albert Einstein y
Stephen Hawking.
Galileo Galilei, Newton, Einstein y Hawking son posiblemente los tres científicos más destacados
de la historia y la inspiración de muchos otros no tan conocidos pero que se han esforzado y
dado su vida por la ciencia.

Breve biografía de Newton

Nacimiento

Isaac Newton nació el 25 de diciembre de 1642 -de acuerdo al calendario Juliano- en


Woolsthorpe, Lincolnshire, Inglaterra.

Su padre, también llamado Isaac Newton, había muerto tres meses antes. Newton nació
prematuramente y su madre Hannah Ayscough dijo que podría haber cabido dentro de una taza.

Cuando Newton tenía tres años, su madre se volvió a casar y se fue a vivir con su nuevo marido,
Barnabas Smith, dejando a Isaac al cuidado de su abuela materna, Margery Ayscough.

El joven Isaac rechazó a su padrastro y mantuvo cierta enemistad hacia su madre por casarse con
él, como revela esta frase en una lista de pecados cometidos hasta la edad de 19 años: “Amenazar
a mi padre y a mi madre con quemarlos con la casa.”

Vida temprana

Desde los doce años hasta los diecisiete, Newton fue educado en la Escuela del Rey, Grantham,
que enseñaba latín y griego, donde probablemente aprendió matemáticas.

Fue sacado de la escuela y en octubre de 1659 fue llevado a Woolsthorpe-por-Colsterworth,


aldea donde su madre, viuda por segunda vez, intentó que se hiciera granjero pero Newton
odiaba la agricultura.

Henry Stokes, maestro en la Escuela del Rey, persuadió a su madre para que lo enviara a la
escuela para que pudiera completar su educación.

En junio de 1661, fue admitido en el Trinity College de Cambridge, por recomendación de su tío,
Rev William Ayscough, que había estudiado allí. Cuando Newton llegó a Cambridge, la
Revolución Científica del siglo XVII ya estaba en plena vigencia.

La visión heliocéntrica del universo, teorizada por los astrónomos Nicolás Copérnico y Johannes
Kepler, y posteriormente refinada por Galileo, era bien conocida en la mayoría de los círculos
académicos europeos.

En aquel tiempo, las enseñanzas se basaban en Aristóteles, que Newton complementaba con
filósofos modernos como Descartes y astrónomos como Galileo y Thomas Street, a través de los
cuales aprendió la obra de Kepler.

Durante sus primeros tres años en Cambridge, a Newton se le enseñó el plan de estudios
estándar, pero estaba fascinado con la ciencia más avanzada. Todo su tiempo libre se dedicaba
a la lectura de los filósofos modernos.

Poco después de obtener su título de licenciado en agosto de 1665, la universidad cerró durante
dos años como medida de precaución contra la Gran peste de Londres.

En los siguientes 18 meses hizo una serie de contribuciones originales a la ciencia. En


matemáticas, Newton concibió su “método de fluxiones” (cálculo infinitesimal), sentó las bases
de su teoría de la luz y el color y logró una comprensión significativa del problema del
movimiento planetario, ideas que finalmente condujeron a la publicación de su Principia (1687)
.
A pesar de que no había sido un estudiante distinguido en Cambridge, los estudios privados de
Newton en su casa durante los dos años siguientes supusieron el desarrollo de sus teorías sobre
el cálculo, la óptica y la ley de la gravitación.

En abril de 1667, Newton regresó a Cambridge y fue elegido fellow del Trinity College. En 1669,
su mentor, Isaac Barrow, renunció a su Cátedra Lucasiana de matemática, puesto en el que
Newton le sucedería hasta 1696.

Este nombramiento ofreció a Newton la oportunidad de organizar los resultados de sus


investigaciones ópticas y en 1672, poco después de su inclusión en la Royal Society, publicó su
primer documento público, un brillante pero no menos polémico estudio sobre la naturaleza de
color.

A los 80 años de edad, Newton estaba experimentando problemas de digestión y tuvo que
cambiar drásticamente su dieta. En marzo de 1727, Newton experimentó dolor intenso en su
abdomen y se desmayó no volviendo a recuperar la conciencia. Murió al día siguiente, el 31 de
marzo de 1727, a los 84 años.
René Descartes. Racionalismo y reglas del método
Este filósofo y científico francés ha sido considerado como “padre de la Filosofía Moderna”. La clara
definición de sus fines y la amplitud de su proyecto son rasgos característicos del pensamiento cartesiano.
Su proyecto inicial pretende el logro de una ciencia universal. Así pues, el proyecto cartesiano va a
concretarse bajo un lema: la unidad de la ciencia, que planteará en un contexto matemático. El desarrollo
del pensamiento cartesiano constituye una progresiva explicitación y fundamentación de este proyecto
inicial de unidad entre todas las ciencias. Descartes no acepta los cimientos del conocimiento aceptados
por sus predecesores y por ello se esfuerza por construir un nuevo edificio filosófico, asentado sobre
cimientos firmes.

Este proyecto cartesiano de elaboración de una ciencia universal, nace en gran medida como
reacción frente a la filosofía escolar de su época que Descartes percibe como caracterizada por
el desacuerdo en casi todas las cuestiones. Por otra parte, rechaza la lógica silogística que había
imperado durante toda la escolástica. De este modo, frente a la idea escolástica, según la cual
los procedimientos deben adecuarse a los distintos objetos de cada ciencia, Descartes
considerará que el método ha de ser único, es decir, común en sus reglas para todas las ciencias.
La raíz principal de su racionalismo consistirá, precisamente, en postular la conveniencia de un
método: un método general que daría la unidad de la ciencia universal.

El método expresa la estructura de la razón humana, tal y como ésta puede aplicarse al
conocimiento verdadero de los objetos, y por eso mismo sustenta a cualquier ciencia. El método
es el fundamento de la ciencia universal y, por lo tanto, el núcleo de su racionalismo. No hay
conocimiento, ya sea en el ámbito científico o filosófico, que no pueda ser racional, es decir,
expuesto conforme a las reglas del método. Para buscar dicho método, su referencia
fundamental serán las matemáticas: desde su juventud había cultivado las matemáticas,
observando que las proposiciones matemáticas no deben su verdad a la experiencia, sino a la
razón (“verdades de razón”). Considerará que únicamente en las matemáticas se pueden
encontrar verdaderas demostraciones, es decir, ciertas y evidentes. De aquí surge su propósito
de crear una especie de matemática universal, liberada de los números y de las figuras, para que
pueda servir de modelo a todos los saberes. En este contexto de crítica y de recuperación de las
ciencias matemáticas hay que leer el pasaje en el que Descartes, en su “Discurso del Método”,
afirma que quiere inspirar el método del nuevo saber en la claridad y el rigor típicos de
procedimientos geométricos: “Aquellas largas cadenas de razonamientos, todas ellas sencillas y
fáciles, de las que se suelen servir los geómetras para llegar hasta sus más difíciles
demostraciones, me habían dado la ocasión de imaginar que todas las cosas que el hombre
puede conocer se producen del mismo modo y que, si nos abstenemos de aceptar por verdadera
una cosa que no lo es, y siempre que se respete el orden necesario para reducir una cosa de
otra, no habrá nada que esté tan lejano que al final no pueda llegarse allí, ni nada tan oculto que
no pueda descubrirse.

Así pues, las matemáticas le sirvieron de paradigma o modelo en la búsqueda de unas primeras
verdades absolutamente ciertas que le sirvieran de apoyo en la reconstrucción del edificio de la
ciencia y la filosofía.

La filosofía significa el estudio de la sabiduría, que es entendida como un todo: “toda filosofía es
como un árbol cuyas raíces son la metafísica, el tronco la física y las ramas que salen de ese
tronco todas las demás ciencias, que se reducen a tres principales: la medicina, la mecánica y la
moral (…), que es el último grado de la sabiduría”. Así pues, Descartes se decide por una filosofía
que asegure el conocimiento perfecto de todas las cosas que el hombre puede saber, tanto para
la conducta de su vida (moral), como para la conservación de su salud (medicina) como para la
invención de las artes (mecánica). Si toda la casa se derrumba, si se hunden la vieja metafísica y
la vieja ciencia, entonces el nuevo método aparecerá como el principio de un saber nuevo, que
está en disposición de impedir que nos perdamos en ciertas formas de escepticismo. Es urgente,
pues, diseñar una filosofía que justifique la confianza en la razón, una filosofía capaz de
encontrar la verdad fundamentándose en un método universal y fecundo. Descartes llama la
atención sobre el fundamento, porque de éste depende la amplitud y la solidez del edificio que
hay que construir y contraponer al edificio aristotélico, sobre el cual se apoya la tradición
filosófica anterior. Lo que urge poner en claro es el fundamento que permita un nuevo tipo de
conocimiento de la totalidad de lo real, por lo menos en sus líneas esenciales.

En síntesis, el proyecto cartesiano propugna la unidad de todas las ciencias, que dependen de
un único método obtenido a partir del modelo que ofrecen las matemáticas. Descartes consagra
la razón como fuente principal de conocimiento y seguro criterio de verdad. Sobre tales
principios racionalistas apoya, a su vez, su método que será, a un mismo tiempo, punto de
arranque y meta de su filosofía. En este sentido, Descartes hace del método matemático el
método de todo lo real: sustituye la complejidad de lo real por las ideas claras y distintas. Las
ideas serán los modelos a los que debe ajustarse la realidad, o bien serán la misma realidad. De
esta manera, el pensamiento será la condición del ser y el “cogito” (tal y como analizaremos)
será el principio o punto de partida del que se deducirá todo lo real.

Tal y como ya hemos señalado, el método es el gran principio unificador en el sistema cartesiano,
pues revela su teoría de la ciencia única. En sus Reglas para la dirección del espíritu señala que
“antes que hacerlo sin método, es mejor renunciar a buscar verdad alguna”. Como la inteligencia
es la misma en todos los hombres, el método debe ser uno y universal, no limitado a materia
alguna en particular, sino aplicable a todo conocimiento. El método tiene como principal
objetivo facilitar el uso natural de la razón que, abandonada a sí misma, no se equivoca.

Descartes concibe el método como un camino seguro que nos llevará a un conocimiento
perfecto, proporcionándonos certeza y evidencia, pues “toda ciencia es un conocimiento cierto
y evidente”. Así pues, entiende el método como un conjunto de reglas ciertas y sencillas que
impiden tomar jamás un error por una verdad. En este sentido, afirma: “Entiendo por método
reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales el que las observe exactamente no tomará nunca
nada falso por verdadero y, no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino
aumentando siempre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero de todo
aquello de que es capaz” (Reglas para la dirección del espíritu). Teniendo en cuenta esta
definición, apreciamos que las ventajas de este método son que:
evita el error llevándonos a la verdad con seguridad

permite aumentar los conocimientos verdaderos

es sencillo.

Para Descartes, “intuición” y “deducción” son las dos operaciones fundamentales de la mente;
si bien hace todo lo posible por intentar reducir esta última a la primera. El método consiste en
reglas para emplear correctamente estas dos operaciones mentales. La finalidad del método
consistirá en posibilitar el ejercicio de la intuición, y en señalar la manera adecuada de realizar
deducciones, así como en seguir el orden. Con ello colocará a la mente en el umbral mismo de
la ciencia.

Reglas del método

1ª regla. Constituye tanto el punto de partida como el punto de llegada del método. Dice
así: “Nuca acoger nada como verdadero, si antes no se conoce que lo es con evidencia: por lo
tanto evitar la precipitación; y no establecer juicios que estén más allá de lo que se presenta
ante mi inteligencia de forma clara y distinta excluyendo cualquier posibilidad de duda”. Esta
primera regla se convierte así en el principio normativo fundamental, porque todo debe
converger hacia la claridad y la distinción, a las que precisamente se reduce la evidencia. ¿Cuál
es el acto intelectual mediante el cual se logra la evidencia? Es la intuición, que Descartes
describe de la siguiente forma: “No es el testimonio fluctuante de los sentidos o el juicio falaz
de la imaginación, sino un concepto de la mente pura y atenta, tan fácil y distinto que no queda
ninguna duda alrededor de lo que pensamos”. El acto intuitivo, la intuición, se
autofundamenta y se autojustifica, ya que tiene como garantía la transparencia entre razón y
contenido intuitivo. Se trata de aquella idea clara y distinta que refleja “sólo la luz de la razón”,
sin que todavía se haya puesto en relación con otras ideas, sino considerada en sí misma. El
objetivo de las otras tres reglas consiste en llegar a esta transparencia mutua.

2ª regla. “Dividir todo problema que se someta a estudio en tantas partes menores como
sea posible y necesario para resolverlo mejor”. Se trata de un defensa del método analítico, el
único que nos puede llevar hasta la evidencia, porque al desmenuzar lo complejo en sus partes
más sencillas, permite que el intelecto despeje todas sus dudas. La intuición necesita de la
simplicidad que se logra a través de la descomposición de lo complejo. Descartes llama “simple”
aquello cuyo conocimiento es tan claro y distinto que la mente no puede dividirlo más. Si lo
verdadero está mezclado con lo falso, el método analítico deshace tal mezcla liberando lo
verdadero.

3ª regla. Al análisis le debe seguir la síntesis. “La tercera regla es la de conducir con orden
mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para
ascender poco a poco, hasta el conocimiento de los más complejos, suponiendo que hay un
orden”. Se trata de reconstruir un orden o de crear una cadena de razonamientos, que van desde
lo sencillo hasta lo compuesto y que no pueden dejar de tener una correspondencia con la
realidad. ¿Cuál es la importancia de la síntesis? Puede parecer que a través de este doble trabajo
no surge nada realmente nuevo, ya que acabamos por encontrar el mismo objeto del cuál
habíamos partido. En realidad ya no es el mismo objeto: el compuesto reconstruido es otra cosa,
ya que está penetrado por la luminosidad transparente del pensamiento.

4ª regla. “La última regla es la de efectuar en todas partes enumeraciones tan complejas y
revisiones tan generales que se esté seguro de no haber omitido nada”.

Todo el método consiste en seguir un orden, es decir, en reconducir las proposiciones


oscuras a las más simples, y en ascender a continuación, gradualmente, de lo más simple a lo
más complejo, apoyándose siempre en la intuición y en la deducción. La intuición es una visión
o mirada precisa e indubitable, concepción de un espíritu atento y puro, conocimiento directo o
inmediato, que permite tomar una cosa como verdadera al captar su idea clara y distintamente.
Es clara una idea (contenido espiritual u objeto de pensamiento en tanto que pensado) presente
y manifiesta para un espíritu atento. Por su parte, una idea es distinta cuando nos aparece de
manera precisa y diferente a todas las demás. El proceder de Descartes descansa, pues, en la
evidencia, es decir, en el carácter de lo que se impone inmediatamente al espíritu y entraña su
asentimiento. Junto a la intuición es necesaria también la deducción racional: operación
discursiva que supone un camino, una demostración o encadenamiento lógico o sucesión. La
deducción representa un movimiento ordenado que va de proposición en proposición, un lazo
establecido entre verdades intuitivas.

Las cuatro reglas que expone Descartes en su “Discurso del Método”, son reglas simples que
subrayan la necesidad de que se tenga una plena conciencia de los pasos mediante los cuales se
articula cualquier investigación rigurosa. Constituyen el modelo del saber, porque la claridad y
la distinción evitan los posibles equívocos o las generalizaciones apresuradas. A tal efecto, ante
los problemas complejos y ante fenómenos confusos, hay que llegar hasta los elementos más
simples, que no pueden descomponerse más, para que queden iluminados por la luz de la razón.

FILOSOFIA MODERNA- DESCARTES

René Descartes fue un matemático, físico y filósofo francés cuyas aportaciones fueron una
revolución en el campo científico y filosófico. Nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye-en-
Tourine (Francia), en el seno de una familia de funcionarios. A él se le atribuye la famosa frase
“pienso, luego existo”, un elemento esencial del racionalismo occidental. Además, formuló
el método cartesiano, creó el macanicismo y desarrolló la geometría analítica.

Desde pequeño ya cultivó una educación muy cuidada, con la lectura de los clásicos,
como Virgilio o Platón. Esto le ayudó a aprender el griego y el latín, idioma que usaría junto al
francés para escribir parte de su obra. Se matriculó en la universidad de Poitiers, donde hizo
derecho y medicina, siendo en la etapa siguiente el periodo en el que se despertó su interés por
las matemáticas y la física.

APORTES DE DESCARTES

El gran aporte de Descartes el que le ha llevado a ser conocido por el padre de la filosofía
moderna. Su pensamiento se basa en rechazar las verdades recibidas, combatiendo activamente
los prejuicios a través del estudio del conocimiento humano. Sus ideas filosóficas están muy
ligadas a su pensamiento matemático, siendo el Discurso del método la base sobre la que se
desarrolla más en profundidad.

En geometría, las coordenadas cartesianas supusieron una revolución que ha llegado hasta
nuestros días. Son usadas para definir la posición de un punto por su distancia perpendicular
a un eje de dos planos como mínimo. Este concepto luego ha tenido múltiples aplicaciones en
diversos campos, que van desde la economía hasta la física.

Y, como no podía faltar, el espacio también tuvo un momento en la mente de Descartes. El


universo, infinito y lleno de misterios, fue definitivo por descartes como una masa llena y
compacta. De esta forma se podía explicar el movimiento, pues era el contacto entre los cuerpos
que lo formaban. Para todos esos espacios libres que quedaban por rellenar, Descartes formuló
la teoría del éter.

Es considerado unánimemente como el fundador de la filosofía moderna, independientemente


de sus grandes aportaciones a las matemáticas y a la física. René Descartes afirmaba que el
sujeto pensante puede dudar de todo menos de que está pensando. Al situar la verdad en la
propia mente del individuo, el filósofo abrió las puertas al subjetivismo. También señaló que la
naturaleza carece de propiedades y sentido propio. Su destino es el de ser utilizada en provecho
del hombre. De ahí su defensa de la filosofía práctica, cuyo fin es convertirnos en dueños y
señores de la naturaleza, como proclama su gran obra, Discurso del método.

Ruptura con Santo Tomás. Sin duda, fue el profeta del desarrollo tecnológico y el que anunció
de alguna forma el advenimiento de la Revolución Industrial y la consiguiente explotación de la
naturaleza, que tuvo su máxima expresión en el colonialismo europeo. En el Discurso del
método, el filósofo arremetió también contra la escolástica que se enseñaba en las
universidades, lo que equivalía a romper con el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, hasta
entonces una personalidad intocable en el mundo académico.

Proceso matemático. El objetivo de su pensamiento era tratar de desterrar el silogismo


aristotélico empleado durante toda la Edad Media. Descartes sabía que eso podía acarrearle
problemas similares a los que tuvo Galileo con la Iglesia cuando apoyó la teoría heliocéntrica de
Copérnico, que establecía que la Tierra y los demás planetas giraban alrededor del Sol. En un
intento para evitar ser anatemizado, el filósofo camufló parcialmente la novedad de sus ideas,
que a la postre supondrían una verdadera revolución para la teología y la filosofía.

Mente y cuerpo, divididos. Lo esencial de su pensamiento es que centra la base del conocimiento
en la “cosa pensante” o “res cogitans”, una idea que se plasma en su famosa frase “pienso, luego
existo”. Postuló que mente y cuerpo son las dos sustancias de las que se compone el mundo.
Por lo que se refiere a la idea de Dios, el filósofo afirmó que el simple hecho de pensar en su
existencia es la prueba de que existe. Descartes redujo la verdad sobre la ciencia y el hombre a
dos conceptos básicos: razón y cálculo. Pero fue incapaz de desarrollar un método capaz de
comprender al hombre como una totalidad.

Orden y método. Descartes establece unas reglas que no se deben abandonar. Una es el llamado
precepto de la evidencia, que consiste en no admitir nunca algo como verdadero si no hay
constancia de ello. Otra es el precepto del análisis, que establece dividir las dificultades que
tengamos en tantas partes como sea preciso para solucionarlas mejor. Otra regla es el
denominado precepto de la síntesis, que ordena nuestros pensamientos, apoyándonos en la
solución de las cosas más simples hasta resolver los problemas más complejos. Y por último, el
precepto del control, que consiste en revisar nuestro pensamiento constantemente para estar
seguros de no haber omitido nada. Descartes fue considerado el pensador de la duda porque
afirmaba que en una investigación uno no debe dar por verdadero aquello de lo que pudiera
dudarse racionalmente.

El agitado final del filósofo

Nació en 1596, en La Haye en Touraine, actual Descartes (Francia), en el seno de una familia de
políticos. Aprendió física, escolástica y filosofía. En París se rodeó de un grupo de amigos que
alababan su capacidad intelectual.

En 1649, el filósofo aceptó la invitación de le reina Cristina de Suecia a visitar su corte, pero el
gélido invierno de Estocolmo le provocó una fatal neumonía que acabó con su vida meses
después.

En 1676 se exhumaron los restos del filósofo francés del cementerio de Estocolmo y se
trasladaron a París, donde fueron enterrados en una iglesia. Durante la Revolución francesa, los
huesos de Descartes fueron llevados al Panteón de París. Pero su descanso eterno iba a ser corto.
En 1819 sus restos fueron movidos de nuevo para ubicarlos en la iglesia de Saint-Germain-des-
Prés, donde por fin pudieron encontrar reposo.

En 1980, el historiador alemán Eike Pies afirmó que el fallecimiento del filósofo se debió a
envenenamiento con arsénico. ¿Fue asesinado? De momento, el misterio no ha sido resuelto.

Das könnte Ihnen auch gefallen