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Decúbito supino

Acostado sobre su espalda, con los brazos y las piernas extendidas, las rodillas algo flexionadas.

Decúbito lateral

Acostado de lado, con la cabeza apoyada sobre la almohada y el brazo inferior flexionado a la
altura del codo y paralelo a la cabeza. El brazo superior está flexionado y apoyado sobre el cuerpo.
La pierna inferior se halla con la rodilla ligeramente doblada y la pierna superior, flexionada a la
altura de la cadera y de la rodilla. Los pies se sitúan en ángulo recto para evitar la flexión plantar.
Esta postura puede ser lateral izquierda o derecha.

Decúbito prono

Acostado sobre su abdomen, con la cabeza girada hacia uno de los lados y los brazos flexionados a
ambos lados de la cabeza.

Fowler o semi-fowler

La cabecera de la cama esta elevada hasta formar un angulo de 45º. El paciente esta acostado con
las rodillas flexionadas y los pies descansando sobre el plano horizontal de la cama.
Tredelemburg y tredelemburg invertida

Colocado en decúbito supino, los pies están elevados sobre el plano de la


cabecera, formando un ángulo de 45º. En la invertida el paciente se
encuentra en decúbito supino, pero la cabeza y el tronco se encuentran
en un plano superior al de las piernas formando un ángulo de 45º.

Litotomía o ginecológica

En decúbito supino, con las rodillas separadas y flexionadas. Los muslos estarán también
flexionados sobre la pelvis. Las piernas deben colocarse sobre unos estribos que tienen las camillas
ginecológicas.

Genupectoral

Rodillas sobre el plano de la cama o camilla, con la cabeza ladeada y apoyada sobre la cama o
camilla, los antebrazos flexionados y las manos situadas delante de la cabeza, una encima de la
otra.
El cuerpo humano está compuesto por más de 630 músculos que se encargan de
que nuestro organismo siga funcionando correctamente. Gracias a ellos podemos
vivir, mantener el equilibrio de nuestro esqueleto en posición vertical y realizar
movimientos. Aunque muchos lo desconozcan, los diferentes tipos de músculos
nos permiten renovar la energía, producir calor y mantener los procesos vitales
activos para poder seguir con vida. A continuación, vamos a conocer los distintos
tipos de músculos que tenemos en nuestro organismo y descubriremos sus
principales funciones y características.

Como hemos dicho antes, el cuerpo humano está regido por más de 630
músculos, sin embargo, no todos ellos son iguales, ni tienen la misma función. De
hecho, los músculos del cuerpo humano podrían dividirse en tres grandes grupos:
esquelético, liso y cardíaco. Cada tipo de músculo del cuerpo humano tiene una
estructura única y un papel específico. El músculo requiere de una notable
irrigación sanguínea debido a su alto consumo energético. Eso provoca que los
músculos tengan un aspecto rojizo el cuál todos sabemos diferenciar.

El músculo esquelético es el encargado de la movilidad de los huesos y el resto de


estructuras óseas. El músculo liso es el que facilita las funciones corporales y
forma parte de órganos como el estómago o la vejiga. Por último, tenemos el
músculo cardíaco que, como su nombre bien indica, se encarga de contraer el
corazón para que éste bombee toda la sangrea través de nuestro cuerpo. Veamos
más en profundidad las diferentes características de estos músculos y sus
funciones.

Tipos de músculos: principales características y funciones

Músculo Esquelético

Los músculos esqueléticos, también conocidos como músculos estriados, son los
más abundantes en el organismo anatómico humano. Prácticamente el 90% de los
músculos del cuerpo son del tipo esquelético. Estos tipos de músculos se insertan
en los huesos y hacen posible el movimiento mediante acciones de contracción-
relajación dando respuesta a los mensajes voluntarios del sistema nervioso.

Las principales funciones del músculo esquelético podrían ser:

Permitir el movimiento y el desplazamiento

Generar energía mecánica

Proteger a los huesos y proporcionar estabilidad a las articulaciones permitiendo


mantener la postura
Aportar calor

Músculo Liso

Los músculos lisos se encuentran en las paredes de los órganos internos de todo
el cuerpo. Las contracciones del músculo liso son movimientos plenamente
involuntarios provocados por impulsos que genera el sistema nervioso autónomo y
que viajan a través del tejido muscular liso. La disposición de las células dentro del
tejido muscular del músculo liso, hacen posible la contracción y relajación de éste
con una gran elasticidad.

Las funciones del músculo liso son de vital importancia y totalmente involuntarias.
El músculo liso en las paredes de órganos como pueden ser la vejiga urinaria y el
útero, les permite su contracción y relajación según las necesidades de cada uno.
El músculo liso del tubo digestivo (aparato digestivo) facilita las ondas peristálticas
que ayudan a que los alimentos circulen por el mismo. En el ojo, por ejemplo, los
músculos lisos permiten cambiar la forma del cristalino para enfocar mejor los
objetos

Músculo Cardíaco

La pared del corazón se compone de tres capas diferentes, endocardio, miocardio


y pericardio. La capa media recibe el nombre de miocardio y es el responsable de
la contracción del corazón y por lo tanto del bombeo de sangre. El músculo
cardíaco se contrae dando respuesta a las señales del sistema de conducción
cardíaco para permitir el latido del corazón. Aún así, es importante saber que el
músculo cardíaco puede funcionar de forma autónoma sin control alguno del
sistema nervioso. El músculo cardíaco se compone de células llamadas
cardiocitos. Estas células tienen un aspecto estriado, al igual que el músculo
esquelético, pero su estructura general es más corta y gruesa.

Muy bien, ahora que ya conocemos los diferentes tipos de músculos clasificados
por sus aspectos fisiológicos, vamos a ver las distintas clasificaciones de los
músculos según su forma, su movimiento, sus propiedades de contracción y su
acción en grupo.

Otras clasificaciones de los músculos

Como os decíamos, la musculatura humana puede diferenciarse en tres grandes


tipos desde un punto de vista fisiológico. Sin embargo, existen muchas otras
clasificaciones de los músculos:

Según su forma

Alargados (fusiformes): se caracterizan por ser músculos anchos en el centro y


estrechos en sus laterales.

Unipeniformes: tienen forma de media pluma y salen del lateral de un tendón.

Bipenniformes: tienen forma de pluma y salen del centro de un tendón.

Multipenniformes: estos músculos salen de diferentes tendones a la vez y cuentan


con una organización compleja.

Planos: suelen tener forma de abanico, y como su nombre indica, son planos.

Cortos: independientemente de su forma, estos músculos suelen ser de corta


longitud, como pueden ser los músculos faciales y craneales.

Anchos: cuentan con un diámetro grueso y similar.

Bíceps: estos músculos tienen un extremo con un tendón que se inserta en el


hueso, mientras que en el otro extremo se divide en dos porciones que se insertan
al hueso de forma independiente, de ahí su nombre: bi (dos) ceps (cabezas).

Tríceps: en este caso, los músculos tienen un extremo en el que un tendón se


inserta al hueso y en el otro extremo el músculo se divide en tres partes que se
insertan al hueso.

Cuádriceps: la estructura es la misma que los dos anteriores, sin embargo, en este
caso son cuatro los tendones que se insertan de forma independiente al hueso
desde un extremo.
Digástricos: constan de dos vientres musculares

Poligástricos: se refiere a aquellos músculos con varios vientres musculares


unidos por un mismo tendón.

Según su movimiento

Abductores: son aquellos que permiten la abducción o separación del plano de


referencia. Por ejemplo, son los que nos permiten abrir las piernas.

Aductores: al contrario que los anteriores, los aductores juntan el plano de


referencia. Por ejemplo, son los que nos permiten cerrar las piernas.

Flexores: Nos permiten flexionar una articulación. Un buen ejemplo sería que son
los que permiten flexionar el brazo.

Extensores: Los extensores en cambio, hacen todo lo contrario, nos permiten


extender el brazo.

Supinadores: es un movimiento de rotación hacia el exterior. Por ejemplo, cuando


rotamos las muñecas hacia fuera.

Pronadores: los músculos pronadores, sin embargo, se encargan de permitir


realizar un movimiento hacia el interior. Por ejemplo, nos permiten rotar las
muñecas hacia adentro.

Según su acción en grupo

Agonistas: se conocen a los músculos agonistas como aquellos que siguen una
misma dirección y nos permiten realizar el mismo movimiento.

Antagonistas: son aquellos que se oponen al movimiento de los agonistas.


Cuando un músculo agonista se contrae, el antagonista se relaja y viceversa.

Sinergistas: son aquellos músculos que ayudan de forma indirecta a realizar un


movimiento, por lo que su función es parecida a los agonistas pero en menor
instancia.

Según sus propiedades contráctiles

Músculos con fibras de tipo I (fibras rojas): los músculos con fibras rojas son
aquellos que ofrecen una mayor resistencia a la fatiga, pero cuya velocidad es
inferior. Suelen utilizar más la energía oxidativa.

Músculos con fibras de tipo II (fibras blancas): estos músculos en cambio utilizan
más la glucosa como motor de energía. Eso es equivalente a que son más rápidos
que los anteriores, aunque su nivel de resistencia es muy inferior por lo que son
mucho más fatigables.

Así pues, estos son los principales tipos de músculos que tiene todo ser humano.
Nos tenemos que quedar con los tres tipos principales: músculo esquelético, listo y
cardíaco. Sin embargo, las demás clasificaciones de los músculos nos pueden
servir para entender mejor las características de los músculos y sus principales
funciones. Esperamos que os haya gustado este artículo y os animamos a que
nos planteéis vuestras dudas en los comentarios que encontraréis más abajo.

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