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1. PROBLEMA
1.1.Planteamiento del problema
A nivel Internacional Pérez, AM (2008) .Señala que una de las más grandes necesidades
del mundo moderno es la motivación. Vivimos en medio de un universo exigente y
convulsionado, con cambios acelerados, que nos roba diariamente mucha energía. Aunque
las personas pueden tomarse como recurso, es decir como portadores de las habilidades,
capacidades, conocimientos y motivación para el trabajo, no debe olvidarse de que, además
son portadoras de características de personalidad, expectativas, objetivos individuales e
historias particulares.
La motivación laboral, ha sido objeto de estudios sistemáticos desde unos años antes que la
satisfacción laboral, pero ha logrado una importancia en las organizaciones. Esta última
variable depende del grado de coincidencia entre lo que una persona quiere y busca en su
trabajo, además lo reportado. A mayor distancia en sentido descendente entre lo deseado
como lo encontrado, menor satisfacción.
A nivel Nacional, Vásquez S M (2007). Señala que uno de los principales cambios
ocurridos a partir de mediados del siglo XX en la Teoría de las organizaciones y
específicamente en estudios sobre eficiencia y eficacia de las empresas, es el paso del eje de
las actuaciones de los procesos
la estructura para centrarlo en los trabajadores siendo de vital importancia la introducción
del Comportamiento Organizacional como medio para mejorar las relaciones entre las
personas y la organización, para lo cual los gerentes tratan de crear un ambiente donde la
gente se sienta motivada, trabaje más productivamente y sea más eficiente y otro de los
aspectos que más importancia tiene para el trabajador es lo que respecta a la satisfacción que
le produce la labor que desempeña y los aspectos que rodean a su trabajo. (2)
Unos de los problemas principales que enfrentan las organizaciones, es encontrar la manera
de motivar al personal para que pongan más empeño en sus labores e intensificar la
satisfacción laboral e interés en el trabajo. La satisfacción laboral anteriormente ha sido
estudiada por su posible utilidad predictiva para la comprensión de algunas variables de
rendimiento laboral.
Por último, la Satisfacción Laboral y Motivación al Logro, son factores de importancia. Hoy
en día, los comunicadores sociales tienen la función de proporcionar orientación, estrategias
que apoyen al desarrollo tanto de la organización como del Trabajador.
2. JUSTIFICACIÓN
2.1.Justificación Teórica o Científica
El presente trabajo de investigación está vinculado a la Teoría de las necesidades de Mc.
Clelland, quien sustenta que las necesidades de logro se refiere al impulso por sobresalir y
por poseer realizaciones sobre un conjunto de normas por alcanzar el éxito, y la Teoría de la
discrepancia de Locke, quien define a la satisfacción laboral como un "estado emocional
positivo o placentero de la percepción subjetiva de las experiencias laborales del sujeto".
Los trabajadores son pieza clave para lograr el desarrollo y el cambio dentro de las
organizaciones. Las personas pasan la mayor parte de su tiempo en sus centros de trabajo; y
de esta interacción depende que su paso por ellas sea satisfactoria y estimulante, como
también puede ser insatisfactoria y desagradable. De tal manera que la relación
Organización-Trabajador conforma un sistema integrado y cualquier cambio que suceda en
uno de ellos afectará inevitablemente al otro.
2.3.Justificación Metodológica
3.2.Objetivos Específicos
Caracterizar la Motivación de Logro en los trabajadores del FHH-2015.
Describir la Satisfacción Laboral de los trabajadores del FHH-2015.
4. MARCO TEÓRICO
4.1.Antecedentes
4.1.1. Antecedentes Internacionales
Por lo evidenciado podemos afirmar que si bien es cierto existen estudios relacionados al
tema sin embargo es importante realizar el presente estudio porque tanto la motivación de
logro y la satisfacción laboral son variables, dinámicas que cambian repentinamente según
las necesidades de los trabajadores, profesionales, estudiantes y relacionistas públicos en su
objetivo de relacionar instituciones, empresas en la implementación de estrategias
orientadas a acrecentar y fortalecer la motivación y satisfacción de su personal con la
finalidad de mejorar la calidad del Trabajador.(8).
El logro es considerado uno de los campos más estudiados en la motivación humana. Murray
(citado en Da nova 2008) incluyó el logro en su lista de 20 necesidades humanas básicas, y
dice que la necesidad de logro activa el deseo personal de realizar algo difícil, esforzarse,
dominar, manipular y organizar objetos físicos, seres humanos o ideas, superar obstáculos,
alcanzar un nivel alto en las actividades en que se involucra, superarse a sí mismo, rivalizar
con los demás y sobrepasarle e incrementar la auto consideración. Estas necesidades, según
Murray, van acompañadas de acciones tales como hacer esfuerzos intensos, prolongados y
repetidos, trabajar con propósito firme por una meta elevada y distante, tener la
determinación de ganar, tratar de hacerlo todo bien, estar estimulado a superarse por la
presencia de otros, disfrutar de la competición, ejercer el poder de la voluntad y superar el
aburrimiento y la fatiga.
Sobre los patrones conductuales de las personas con alta motivación de logro, Chóliz
(2004) describe que:
Buscan activamente el éxito en el rendimiento profesional, asumiendo ciertos riesgos,
pero sin exceder sus capacidades reales
Son emprendedores y se interesan en los negocios y actividades empresariales
Asumen la responsabilidad de las consecuencias de su conducta.
Se interesan por el feedback de su ejecución, la información sobre el rendimiento de su
conducta. Con ello pretenden conocer el grado en el que su comportamiento ha sido más
o menos eficaz y cuáles han sido las claves de su éxito.
Son innovadores, buscan activamente nuevas formas de realizar las tareas que conduzcan
al objetivo deseado. Tal es así que, en su afán por ejecutar fórmulas nuevas, pueden no
tener en cuenta los medios para conseguir los objetivos, y en ocasiones adquieren fama
de tramposos o poco honrados.
Ejecutan con más eficacia que los demás las tareas desafiantes. Sin embargo el
rendimiento no es diferente del de los demás cuando la tarea es rutinaria o demasiado
fácil.
Rinden más que el resto de personas ante tareas que suponen motivación intrínseca.
Cuando el refuerzo obtenido es externo y manifiesto, su rendimiento puede ser normal
No eligen tareas fáciles, sino que prefieren las de dificultad moderada. En concreto,
prefieren las tareas donde la probabilidad de éxito se encuentre entre 0,30 y 0,50.
Evitan riesgos extremos, pero asumen mayor cantidad de riesgos calculados. Así, por
ejemplo, evitan infracciones serias de conducción, tales como conducir excesivamente
deprisa y de forma temeraria, pero cometen infracciones menores, tales como aparcar
indebidamente, conducir sin carnet, o excederse en la carga permitida.
4.2.1.1.La Motivación
La motivación es uno de los temas que más se investiga hoy en día, debido a la gran
importancia que juega en todos los ámbitos de la vida del ser humano y más aún dentro del
campo laboral. Aunque pocas acciones ocurren sin motivación, prácticamente todas las
conductas conscientes son motivadas, o causadas. Las uñas de las manos y los pies no
requieren de motivación para crecer, pero cortarlos y asearlos cada cierto tiempo sí. Sin duda
las personas tenemos un impulso motivador básico distinto, ya que a un estudiante que le
cuesta leer un texto de historia del Perú más de veinte minutos, puede devorar en una tarde
revistas o novelas de ciencia ficción, cuyo personaje principal sea un superhéroe; he aquí,
notamos cómo la motivación es un proceso raro, cuya intensidad varía según las personas y
en las mismas personas en momentos distintos.
Definir la motivación implica moverse entre algunas alternativas que hacen énfasis en uno
o en otro aspecto del fenómeno. La motivación ha sido conceptualizada como un estado
interno que provoca una conducta; como la voluntad o disposición de ejercer un esfuerzo;
como pulsiones, impulsos o motivos que generan comportamientos; como fuerza
desencadenante de acciones; como proceso que conduce a la satisfacción de necesidades.
Con el tiempo han terminado por imponerse estas dos últimas concepciones: la posición de
quienes definen la motivación como una fuerza o conjunto de fuerzas, y la visión de quienes
la conciben como un proceso o serie de procesos. En el seno de estas dos tendencias se
presentan múltiples definiciones, algunas muy sencillas y generales, otras más completas y
precisas. Tratemos de encontrar un concepto que sea comprensible y útil.
Como ya se anunció, algunos autores conciben la motivación como una fuerza o conjunto
de fuerzas. De la Torre (2000), por ejemplo, señala que la motivación es la “fuerza que
impulsa al sujeto a adoptar una conducta determinada”. Gibson et al. (2001), Dentro de la
misma perspectiva, la definen como “fuerzas que actúan sobre el individuo o que parten de
él para iniciar y orientar su conducta”; asimismo, sostienen que este concepto se utiliza para
explicar las diferencias en la intensidad de la conducta (considerando las conductas más
intensas como el resultado de niveles de motivación más elevadas) y también para señalar la
dirección de la misma (cuando uno se siente cansado o con sueño, orienta su conducta a
dormir un rato). En esta última definición quedan incorporados explícitamente el aspecto
externo de la motivación y dos importantes elementos de la conducta que ella genera: la
iniciación y la direccionalidad. Hellriegel y Slocum (2004) introducen en su definición la
finalidad de la conducta, cuando conciben la motivación como “fuerzas que actúan sobre
una persona o en su interior y provocan que se comporte de una forma específica,
encaminada hacia una meta”.
Otros autores prefieren definir la motivación como un proceso. Parece más útil definirla de
esa forma. La motivación no es un fenómeno directamente observable. Se manifiesta a partir
de conductas específicas. Por lo tanto, su definición debe sugerir una sucesión de eventos
que van desde la necesidad inicial hasta la conducta satisfactoria de esa necesidad.
Así, Reeve (2003) define de manera sencilla la motivación como un conjunto de “procesos
que proporcionan energía y dirección a la conducta”. Robbins (2004), con un poco más de
precisión, la concibe como una serie de “procesos que dan cuenta de la intensidad, dirección
y persistencia del esfuerzo de un individuo por conseguir una meta”. Kinicki y Kreitner
(2003) introducen la voluntariedad de la motivación cuando la conceptualizan como
“procesos psicológicos que producen el despertar, dirección y persistencia de acciones
voluntarias y orientadas a objetivos”.
Empecemos por distinguir los elementos fundamentales que se muestran en las anotaciones
anteriores:
Del mismo modo, Da nova (2008) hace referencia que en el análisis psicológico de las
necesidades humanas, se ha establecido la distinción entre motivos primarios o fisiológicos
y motivos secundarios o aprendidos, a estos últimos también se les conoce como motivos
sociales. Las necesidades sociales son necesidades aprendidas, que se desarrollan y se
expresan en el contacto con otros, es decir, se encuentran determinadas por el medio y la
cultura. La persona concebida como organismo y la persona concebida como ser social
confluyen en el análisis de la motivación social.
Centrándonos en lo que nos interesa, los motivos sociales, estos abarcan hasta los factores
externos o de situación que se cree ejercen efectos motivacionales sobre los seres humanos.
Entonces en el estudio de la motivación social se acentúan los factores externos y de
situación, aunque, como afirma Cofer (1978), la atención se centra también en las
características internas y permanentes del individuo como, al menos, una variable muy
importante en su conducta de logro, de afiliación y relacionada con el poder; también asegura
que estos estudios, los factores de situación son implícita, aunque no explícitamente, sociales
por naturaleza.
Lo que hace que los motivos sociales sean un objeto de estudio interesante por derecho
propio, según Chóliz (2004) es que ejercen un poderoso control conductual, desde la moda
en el vestir a los modales de conducta propios de una determinada situación (los motivos
sociales modulan o determinan el comportamiento) y por otro lado modifican los motivos
primarios, lo cual es único en la escala filogenética. Es así que el hombre puede comer
cuando no tiene hambre, o dejar de comer aún en el caso de que tenga un enorme apetito y
disponga de la oportunidad de alimentarse. Asimismo, el autor cita a Morales, quien recoge
las aportaciones de reconocidos psicólogos e investigadores para concluir que las
características más relevantes de la motivación social están en razón de ser una variable
energetizadora, que impulsa al organismo a la acción (es interna al organismo), de ser una
canalizadora de dicha energía hacia la consecución de metas u objetivos específicos, de
dirigir la conducta hacia metas sociales teniendo en cuenta los objetivos de los demás.
Pero dentro de toda esta ambigüedad, ha habido una tradición predominante en el estudio de
los motivos sociales, y quien enarboló esta corriente fue McClelland, quien sugirió que los
individuos tienden a desarrollar ciertos impulsos motivacionales como producto del entorno
cultural en el que viven, impulsos que influyen en la concepción de su trabajo y en la forma
en que conducen su vida. Según Davis y Newstron (2000), McClelland elaboró un esquema
de clasificación en que sobresalían tres de los impulsos más dominantes y en el que se
señalaba la significación de estos para la motivación, dichos impulsos motivacionales eran
los de logro, afiliación y poder, los cuales reflejaban elementos de la cultura en la que éstas
crecieron: de su familia, escuela, iglesia y libros. Añade el autor que en el caso de las
naciones, en su mayoría, uno o dos de los impulsos o patrones motivacionales tienden
a imperar entre los trabajadores.
4.2.1.3.Motivación Laboral
Comprende tanto los procesos individuales que llevan a un trabajador a actuar y que se
vinculan con su desempeño y satisfacción en la empresa, así también son los procesos
organizacionales que influyen para que tanto los motivos del trabajador como los de
la empresa vayan en la misma dirección. (4)
a) Necesidades fisiológicas: Estas son las necesidades básicas para el sustento de la vida
humana, tales como alimento, agua calor abrigo y sueño.
b) Necesidades de seguridad: Estas son las necesidades para librarse de riesgos físicos
y del temor a perder el trabajo, la propiedad, los alimentos o el abrigo.
c) Necesidades de asociación o aceptación: En tanto que seres sociales, los
individuos experimentan la necesidad de pertenencia, de ser aceptados por los demás.
d) Necesidades de estimación: De acuerdo con Maslow, una vez que las personas
satisfacen sus necesidades de pertenencia, tienden a desear la estimación tanto la propia
como de los demás.
e) Necesidades de autorrealización: Maslow consideró a esta como la necesidad más
alta de la jerarquía. Se trata del deseo de llegar a ser lo que es capaz de ser; de optimizar
el propio potencial y de realizar algo valioso.
Herbezg (1968) reformula la teoría de Maslow en dos tipos de factores laborales que
actúan de manera diferente en la motivación de los trabajadores:
El primer grupo se denomina de mantenimiento, higiene o contexto de trabajo los
cuales son políticas y administración de la compañía, supervisión, condiciones de
trabajo, relaciones interpersonales, salario, categoría, seguridad en el empleo y
vida personal. Estos factores se identifican usualmente con los niveles fisiológicos, de
seguridad, amor y pertenencia propuestos por Maslow.
En el segundo grupo ciertos satisfactores (y por lo tanto motivadores), relacionados todos
ellos con el contenido del trabajo. Entre ellos se encuentran: el logro, el
reconocimiento, el trabajo interesante, el avance y el crecimiento laboral.
Es así que uno de los conceptos que más ha influenciado en el área organizacional sobre
satisfacción laboral ha sido elaborado por Locke (citado en Roncancio, 2007), quien la define
y describe como una reacción emocional que resulta de una percepción, donde el trabajo
cumple o permite el desempeño de los valores más importantes especificados por la
organización, proporcionado a la vez estar de acuerdo en que esos valores son congruentes
con sus necesidades.
Sobre la percepción, Roncancio (2007) señala que son afectadas o influenciadas desde tres
direcciones; la primera, desde las características que poseen los empleados, que son
necesidades, valores y rasgos personales; la segunda, desde los aspectos de la situación del
empleo, siendo estas comparaciones sociales con otros empleados, características de
empleos anteriores y grupos de referencia; y la tercera, desde las particularidades del puesto,
estando representadas por la retribución, condiciones de trabajo, supervisión, compañeros,
contenido del puesto, seguridad en el empleo y oportunidades de progreso.
En sí, la satisfacción laboral se ha definido de muchas maneras, pero dichos conceptos
confluyen en concebirla como una respuesta emocional del trabajador relacionado hacia
variados aspectos, condiciones o factores de su trabajo. Con esta definición, concuerda
Robbins (2004), quien considera a la satisfacción laboral como actitud general del individuo
hacia su trabajo. Y señala que una persona con una gran carga de satisfacción con el trabajo,
tiene actitudes positivas, mientras que aquella que se siente insatisfecha, alberga actitudes
negativas.
Del mismo modo, Blum y Naylor (citados en Atalaya, 1999) sostienen que la satisfacción
laboral es el resultado de varias actitudes que tiene un trabajador hacia su empleo, los
factores concretos (como la compañía, el supervisor, compañeros de trabajo, salarios,
ascensos, condiciones de trabajo, etc.) y la vida en general. Cuando la gente habla de las
actitudes de los trabajadores casi siempre se refiere a la satisfacción laboral; de hecho, es
habitual utilizar una u otra expresión indistintamente (Robbins, 2004).
En cuanto a las actitudes, estas son afirmaciones de valor -favorables o desfavorables acerca
de objetos, gente o acontecimientos. Muestran cómo nos sentimos acerca de algo. Cuando
digo «me gusta mi empleo», estoy expresando mi actitud hacia el trabajo. Cada individuo
puede tener cientos de actitudes, pero el comportamiento organizacional se concentra en el
muy limitado número de las que se refieren al trabajo. La satisfacción laboral y el
compromiso con el puesto (el grado en que uno se identifica con su trabajo y participa
activamente en él) y con la organización (indicador de lealtad y la identificación con la
empresa). Con todo, el grueso de la atención se ha dirigido a la satisfacción laboral.
La satisfacción laboral implica una actitud, o más bien un conjunto de actitudes y una
tendencia valorativa de los individuos y los colectivos en el contexto laboral que influirán
de una manera significativa en los comportamientos y desde luego en los resultados.
La satisfacción laboral también puede ser considerada como la correspondencia entre las
demandas de los individuos (expresada en necesidades y motivos) y lo que percibe que la
organización propicia y le otorga de una manera u otra.
La esencia de una definición viene dada por el grado de profundidad cognoscitiva lograda
en el objeto. si restringimos la satisfacción a una esfera de la actividad del hombre, la laboral
, sin considerar factores del entorno externo (extralaborales), desde luego que la
restringiremos, y de hecho debemos estar conscientes de la existencia e influencia de estos
de una manera u otra en la personalidad concreta que responde como un todo a esas
influencias de la realidad objetiva que percibe . Al respecto, Shultz,( citado en Atalaya,
1999), refiere que hay otros factores que, repercuten en la satisfacción y que no forman parte
de la atmósfera laboral, pero que también influyen en la satisfacción laboral. Por ejemplo, la
edad, la salud, la antigüedad, la estabilidad emocional, condición socio-económica, tiempo
libre y actividades recreativas practicadas, relaciones familiares y otros desahogos,
afiliaciones sociales, etc. Lo mismo sucede con las motivaciones y aspiraciones personales,
así como con su realización.
Como vemos, todos los conceptos citados de satisfacción laboral, coinciden ampliamente en
la idea de concebirla como una respuesta afectiva del trabajador hacia diferentes aspectos de
su trabajo. En consecuencia, esta respuesta vendrá condicionada por las circunstancias del
trabajo y las características de cada persona.
Frecuentemente se identifica la satisfacción laboral con la moral de trabajo. No obstante,
este último es un concepto más grupal que individual que implica el compartir varias
personas de una unidad un cierto grado de entusiasmo en la consecución de un objetivo.
A veces también se asocian los conceptos de "calidad de vida laboral" y "satisfacción
laboral". Sin embargo, habría que tener presente que la pregunta al asalariado por su
satisfacción ilumina sobre los problemas que éste percibe, pero no forzosamente los que
padece y de los que a veces ni es consciente por muy graves que sean. Entonces pues el
fenómeno se constituye pues en uno de los principales indicadores de calidad de vida laboral.
La satisfacción en el trabajo se dará o cumplirá en la medida en que son satisfechas
determinadas necesidades del trabajador y el grado en que éste ve realizadas las diferentes
aspiraciones que puede tener en su trabajo, ya sean de tipo social, personal, económico o
higiénico. Sobre ello, sabemos que un estado de necesidad lleva normalmente a la acción; a
la búsqueda de soluciones. Esta es la ineludible conexión entre "satisfacción laboral",
"motivación" y "conducta o acción".
A menudo muchos investigadores han estado muy interesados en que tan satisfecho esta las
personas con los diferentes elementos de sus trabajos. Tal interés en las dimensiones o
facetas de la satisfacción laboral facilitan el entendimiento, Según Brief (citado en
Roncancio, 2007) esto se debe a que los elementos del trabajo (tareas, relaciones y
recompensas) rápidamente vienen de la mente, y la satisfacción virtualmente dependen de la
las metas propuestas por ellos.
Roncancio (2007), afirma que fue Locke, uno de los primeros investigadores que intento
identificar las dimensiones de las cuales dependería la satisfacción laboral, dividiéndolas en
dos categorías:
Por otro lado, Atalaya (1999) es más sintética, al definir las dimensiones que se relacionan
con la satisfacción laboral. Ella sugiere que son las variables del trabajo las que tienen un
gran poder de injerencia en el fenómeno, siendo estos factores: un trabajo intelectualmente
estimulante, las recompensas equitativas, las condiciones favorables de trabajo y los colegas
cooperadores.
De lo expuesto, se deduce que la índole del trabajo y del contexto o situación en que el
empleado realiza sus tareas influye profundamente en la satisfacción personal. También los
autores señalan que si se rediseña el puesto y las condiciones del trabajo, es posible mejorar
la satisfacción y productividad del empleado. Así pues, los factores situacionales son
importantes pero también hay otros, como lo dijimos anteriormente, de gran trascendencia
(extralaborales) como las características personales. Para Atalaya (1999), son factores que
la empresa no puede modificar, pero sí sirven para prever el grado relativo de satisfacción
que se puede esperar en diferentes grupos de trabajadores.
Esta es la teoría desarrollada por Frederick Herzberg a finales de los años cincuenta, en la
cual se dice que tanto la satisfacción como la insatisfacción laboral derivan de dos series
diferentes de factores. Por un lado tenemos a los factores higiénicos o de insatisfacción, y
por el otro a los motivantes o satisfactores. Al respecto Dessler (citado en Atalaya, 1999)
asegura que la satisfacción o insatisfacción del individuo en el trabajo es producto de la
relación con su empleo y sus actitudes frente al mismo.
Autores contemporáneos como Davis y Newstron(2000), Gibson et al.( 2001) y
Robbins(2004) reconocen a los factores higiénicos como factores extrínsecos y a los
motivantes como factores intrínsecos. Señalan que el primer factor incluye la relación
empleado trabajo, realización, reconocimiento, la promoción, el trabajo estimulante y la
responsabilidad; y el segundo factor están constituidos por las políticas y la administración
de la empresa, relaciones interpersonales, sueldo, la supervisión y las condiciones de trabajo.
Aun así, Atalaya (1999) afirma que uno de los aportes de la teoría de Herzberg, es el
«enriquecimiento del puesto», que implica hacer más interesante y con retos al trabajo, darle
mayor autonomía al trabajador y permitirle hacer parte de la planeación e inspección que
normalmente realiza el supervisor. Estructurar los puestos de modo que el trabajador tenga
oportunidad de experimentar una sensación de logro, como ensamblar un producto hasta
terminarlo.
Esta teoría fue desarrollada por Davis, England y Lofquist en 1964; Davis, Lofquist en 1968
y Dawis en 1994. Este modelo ha sido calificado como una de las teorías más completas del
cumplimiento de necesidades y valores.
Dicha teoría, está centrada en la interacción entre el individuo y el ambiente; es más, Dawis
y Lofquist (citados en Hernández, 2009) señalan que la base de la misma es el concepto de
correspondencia entre el individuo y el ambiente, en este caso el ambiente laboral, el
mantenimiento de esta correspondencia es un proceso continuo y dinámico denominado por
los autores ajuste en el trabajo.
La satisfacción no se deriva únicamente del grado en que se cubren las necesidades de los
trabajadores, sino del grado en que el contexto laboral atiende, además de las necesidades,
los valores de dichos trabajadores.
Según Hernández (2009) señala que para Dawis hay tres variables dependientes que son la
satisfacción laboral del individuo, los resultados satisfactorios y la antigüedad laboral. Y las
variables independientes serían:
Teoría De La Discrepancia
La teoría de la discrepancia fue trabajada por Locke durante los años 1969,1976 y1984. En
ella dice que la satisfacción laboral está en función de los valores laborales más importantes
para la persona que pueden ser obtenidos a través del propio trabajo y las necesidades de esa
persona. En ese sentido, argumenta que los valores de una persona están ordenados en
función de su importancia, de modo que cada persona mantiene una jerarquía de valores. Y
en cuanto a las emociones las considera como la forma con que se experimenta la obtención
o la frustración de un valor dado (Hernández, 2009).
Situacionales, en ella intentan responder a tres preguntas. Estas son ¿por qué algunos
empleados, aun ocupando puestos donde las facetas laborales tradicionales son adecuadas
(Salario, oportunidades de promoción o condiciones de trabajo) indican que tienen una
satisfacción laboral baja?, ¿por qué algunos empleados que están en puestos similares de la
misma o de diferentes organizaciones con salario, oportunidades de promoción o
condiciones de trabajo similares tienen diferentes niveles de satisfacción laboral? Y ¿por qué
cambian los niveles de satisfacción laboral a lo largo del tiempo a pesar de que los aspectos
laborales permanecen relativamente estables? (Hernández, 2009)
Como puede verse, esta teoría asume que la satisfacción laboral es resultado de las respuestas
emocionales ante la situación con la que se encuentra la persona en su organización.
Según Calderón (2008), este modelo está basado en Bussing, para quien la satisfacción
laboral debe ser interpretada como un producto del proceso de interacción entre la
persona y su situación de trabajo, donde juegan un papel importante variables tales como
el control o el poder para regular dicha interacción y, por tanto, las posibilidades de
influir en la situación laboral.