Viviendo y Disfrutando

La riqueza de la Oración
IV. PETICION
Lucas 11:9-10
“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo
aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”

INTRODUCCION.
Nuestra tarea suprema es evangelizar a los perdidos (Mateo 28:29-20), este hecho
glorifica a Dios en el nivel as elevado, es cumplir la Gran Comisión. Ésta es la razón
por la cual la intercesión es tan especial y esencial en el hábito de orar.

I. ¿Qué ES LA INTERCESION?
Básicamente, es una oración que se hace a favor de otro. Es el método de Dios para
que sus seguidores participen de manera más completa en la totalidad de su plan. A
la intercesión se le puede llamar “El Corazón de la Oración”. De ningún otro modo
puede el creyente llegar a participar tan plenamente en la obra de Dios,
especialmente en la obra de evangelización del mundo, como en la oración
intercesora. El creyente se olvida de sus necesidades personales, centra su fe y su
oración por los demás.

Es colocarse entre un ser perdido y el Dios Todopoderoso, para pedir por la salvación
de determinada persona para que llegue a conocerle. Nos colocamos al lado de Dios
y trabajamos juntamente con él en la tarea de redimir a otros. El ministerio de la
intercesión, el de suplicar fervorosamente a favor de otro, es especialmente
importante por cuanto constituye la base común del servicio.

II. LA INTERCESION SE EXTIENDE A TODO EL MUNDO:

No hay ninguna otra forma de oración que se extienda a todo el mundo como la
oración intercesora. En esta oración hallamos la clave para la libertad de los que
están en esclavitud sin Cristo. Nótese la promesa que Dios le hizo a Abimelec:
“(Abraham) es profeta y orará por ti, y vivirás”.

III. LA INTERCESION NOS LLEVA A VER EL PODER DE DIOS:

La intercesión nos permite ver la voluntad de Dios en la vida de las personas. “A
algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de
otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su
carne” Judas 22-23. Tenemos la autoridad en Jesucristo para quitarle al enemigo lo
que él quiere retener. La principal manera de arrebatárselo es mediante la oración y
por medio de cualquier acción a que la oración nos conduzca.

IV. LA ORACION NO ES EGOCENTRICA

Como intercesores tenemos que pasar más allá del sencillo acto de “orar por los
demás”, hasta el punto de manifestar un genuino espíritu de interés por los otros.
La intercesión comienza con un espíritu de dar, antes que se convierta en un espíritu
de oración. Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, indicó claramente que se
debía hacer hincapié en los demás (Mateo 6:9-13). ¡No nos enseñó a decir “Padre
mío”, sino “Padre nuestro”! Juan Calvino declaró: “Nuestra oración no debe ser
egocéntrica. Debe surgir no solo porque sentimos nuestra propia necesidad como
una carga que debemos echar sobre Dios, sino también porque estamos ligados con
amor a nuestro prójimo, sentimos las necesidades de ellos tan agudamente como
las nuestras. La intercesión a favor de los hombres es la manera más práctiva y
poderosa en que podemos expresar expresar nuestro amor hacia ellos” “Así también
las oraciones a favor de los hombres son mucho más importantes que las oraciones
por las cosas, por cuanto los hombres conciernen más a la voluntad de Dios y a la
obra de Jesucristo que las cosas.”

V. LA INTERCESION NO ES REPETICIONES VACIAS

¿Qué quiso decir Jesús cuando advirtió a sus seguidores con respecto a las “vanas
repeticiones” en la oración? Enseño a sus seguidores a evitar “vanas repeticiones”,
es decir, repeticiones huecas, ineficaces y sin sentidos. Hay que aclarar que la
intercesión es insistir en determinado asunto, pero siempre esperando en su
voluntad.

CONCLUSIÓN

 Preparese para que la intercesión, sea específica e incluya la obra de Dios en

todo el mundo.
 Para la intercesión pida compasión a fin de que sea con un genuino interés.
 Interceda para que Dios envíe más obraros a su mies, que les abra puertas,
los bendiga, y les provea recursos.