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Reseñas

Valencia, Sayak (2010): Capitalismo gore. enunciación y su aparato crítico (“Warning”: 9-


Barcelona: Melusina. 12). En primer lugar, la autora aclara, en primera
persona, que esta obra ha sido escrita desde un
contexto específico (Tijuana, México, Tercer
En uno de los poemas de La Universidad Mundo) y que por lo tanto responde a un
Desconocida, Roberto Bolaño afirma que “la discurso situado, lejos de los discursos “blancos”
violencia es como la poesía, no se corrige”. Una o primermundistas. A lo largo del texto, además,
afirmación de este tipo genera inevitablemente se reitera la intención de producir discurso a
numerosos interrogantes, que no despejan los partir del cuerpo, la experiencia o los
dos versos siguientes: “No puedes cambiar el conocimientos propios (“No deseamos discursos
viaje de una navaja / ni la imagen del atardecer abstractos”). Lo que no se dice (aunque
imperfecto para siempre” (Bolaño, 2007). No posiblemente se infiere, y por lo tanto quizá
obstante, tal vez al hilo de Capitalismo gore, de podría haber sido tenido en cuenta por la autora)
Sayak Valencia, podamos plantear una hipótesis es que este discurso se articula, también, desde lo
de lectura, al menos en relación con el primero que no se sabe o lo que no se ha vivido (por
de los términos –la violencia–, que quizá ejemplo, lo que diría Escobar (1998) sobre una
coincidiría con la intención de Bolaño: la concepción del “Tercer Mundo” que no agota
violencia no puede ser corregida en su último su problematicidad). Esto podría haber atenuado
trazado, desde la mano que imprime una la seguridad y la inmovilidad de la autora en
determinada fuerza en esa navaja (en un rifle de algunas partes de la obra, lo que podría haber
calibre 50 o en una Benelli M4) hasta que esta (la afilado algunos de sus contenidos y suavizado
bala, la pelota de goma) alcanza el cuerpo de la otros. Aunque un discurso de ese tipo,
víctima1. Es decir, sí puede y debe corregirse corporizado y situado, nos parece no solo
antes, teniendo en cuenta “sus causas, sus oportuno, sino la única forma de hacer análisis
alcances y su persistencia” (Valencia, 2010:10). cultural en la actualidad, creemos que en la
Este es el propósito que enuncia Capitalismo recurrencia constante a la primera persona y a
gore: pensar el papel de la violencia en tanto una determinada posición de escritura corremos
práctica estructural de las lógicas y el el riesgo de fortalecer demasiado esa posición
funcionamiento del capitalismo. Según Valencia como una determinada marca (®) de autor que
(2010), a causa de esta relación de conveniencia, cuestionaría su potencia crítica (en este caso, una
podríamos referirnos al capitalismo, en su última posición auto-definida como “relegada” o
etapa y de acuerdo a una serie de prácticas, como “inédita”, marcada por un alejamiento de lo
un “capitalismo gore”. occidental que nos plantea algunas dudas).
En todo caso, antes de ocuparnos de la En segundo lugar, la autora nos advierte de
formulación de este concepto, creemos que es que parte asimismo en su análisis desde una
pertinente considerar las advertencias de lectura perspectiva transfeminista, que recoge las
que expone el texto, en relación con su lugar de aportaciones de la teoría o los activismos

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feministas en cualquiera de los puntos cardinales noción de frontera. Si bien en algunas partes del
del globo, desde sus primeras manifestaciones texto se insiste en la acepción geográfica del
hasta las más recientes. Creemos que este término como “un lugar imbuido de historia y
enfoque es particularmente pertinente en tanto memoria” (2010: 23), en otras el término se hace
“modelo de crítica cultural” (Richard, 2009), más voluble, lo que redunda, en nuestra opinión,
cuando localiza y por tanto ubica en una marco en una mayor efectividad de la formulación
explicativo más completo las marcas de género “gore” para el capitalismo. Es sabido que la
en los episodios del tipo de violencia que es frontera, entendida –en términos materiales–
objeto de análisis en esta obra (más como la línea que discrimina entre el territorio de
problemáticos pueden resultar, sin embargo, una nación y otra, no puede ser definida en la
ciertos pasajes conceptuales que tratan de modernidad sin hacer referencia a la violencia.
vincular, quizá un tanto forzosamente, la No obstante, creemos que sería más eficaz
perspectiva transfeminista y el análisis del contemplar esta acepción del término “frontera”
devenir “gore” del sistema político-económico no tanto como límite sino como umbral, es decir,
actual, partiendo de una supuesta “lógica como una cosa no diferente respecto del límite,
masculinista” de la lucha por el poder o de la sino como “la experiencia del límite mismo”,
violencia). que, a su vez, lo expropia del pensamiento
Desde este lugar, Sayak Valencia propone el dicotómico de la interioridad-exterioridad
término “capitalismo gore” para definir las (Agamben, 1996: 43-44). De este modo, la
mutaciones a las que se han visto sometidas las frontera como umbral geográfico puede
lógicas económicas y políticas hegemónicas en su permanecer, si se quiere, como espacio
última fase, “en los espacios (geográficamente) privilegiado para observar y desde el que atacar
fronterizos”. Si el adjetivo “gore” ha sido tomado las prácticas gore del capitalismo; pero, al mismo
de un género cinematográfico que se caracteriza tiempo, esta noción puede hacerse más
por la presencia de imágenes de violencia permeable, y podemos pensar en las fronteras-
extrema, el “capitalismo gore” se refiere, en umbrales que existen en el interior de los
consecuencia, “al derramamiento de sangre estados-nación (ciertas zonas de México
explícito e injustificado (como precio a pagar por amenazadas particularmente por la Guerra del
el Tercer Mundo que se aferra a seguir las lógicas Narco o de otros países, también, de Occidente)
del capitalismo, cada vez más exigentes), al o en el interior de las ciudades (ciertos barrios o
altísimo porcentaje de vísceras y periferias urbanas), o incluso llevarla,
desmembramiento, frecuentemente mezclados simbólicamente, a otros planos: el plano político
con el crimen organizado” pero “planeados –no (lo que está o no permitido hacer o pensar) o, de
obstante– en el núcleo mismo del neoliberalismo, nuevo, específicamente sobre el cuerpo (la
la globalización y la política” (2010: 15-17). sexualidad).

De esta concepción (sumamente certera) del Creemos que la aportación fundamental de


capitalismo, podríamos repensar, quizá, la este libro consiste en visibilizar y señalar el

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aspecto más sórdido -y corregible- del la economía global. De este modo, los límites que
capitalismo actual, y que no importa tanto el separan a los estados, las empresas
lugar en el que este se revele con más frecuencia transnacionales y las estructuras de las mafias o el
como sus modos sangrientos. De hecho, aunque narcotráfico se han vuelto, más acá de la
la autora no reconoce ninguna filiación directa, jurisdicción y el derecho, absolutamente difusas.
ya se había hecho uso de esta fórmula – Según Carlos Resa (2003), el crimen organizado
“capitalismo gore”– desde una perspectiva es de hecho actualmente “la forma más
similar pero aplicada a otros contextos político- desarrollada y depurada de empresa en un
geográficos 2, y son numerosos también los mercado incontrolado, o mejor dicho,
autores y los creadores que han recogido en el controlado por una élite, donde el dinero otorga
centro de su producción crítica o artística (y no la única fuente legítima de poder, que sus
en el margen, como sugiere la autora) problemas acumuladores ejercen arbitrariamente”; es decir,
tanatopolíticos que afectan a un conjunto amplio con violencia. Ahora ya no es el mercado quien
de las sociedades modernas y contemporáneas 3. determina las leyes para la gestión de la violencia,
“La historia contemporánea –como afirma sino que la violencia se ha convertido, asimismo,
Valencia– ya no se escribe desde los en la ley de los mercados que recae sobre
sobrevivientes sino desde el número de muertos” nuestros cuerpos 4.
(2010: 20). La autora se refiere en este sentido a un
De esta forma, se rastrea el devenir gore del “mercado gore” y, también, a unas prácticas de
capitalismo a partir de tres motivos básicos (e “consumo gore”. En este punto, además, se hace
irremediablemente entretejidos): la relación entre más evidente el papel de los media, en un juego
los centros de poder y el crimen organizado, complejo de producción de objetos de consumo
entre la economía legal y la economía ilegal; la y de producción y legitimación de una red (o
formación y la consolidación de un “mercado sociedad) de consumo gore 5. En ella,
gore” (o de una “comercialización encontraríamos ofertados productos o servicios
necropolítica”); y las prácticas de que van desde los objetos de un entretenimiento
“necroempoderamiento”, como las define la de la violencia (video-juegos, aplicaciones para
autora, de un tipo de sujeto –los “sujetos dispositivos móviles, tele-series, etc.) a un
endriagos”– que es generado en este contexto. asesinato por encargo, pasando por el consumo
Así, en el texto se aportan datos, obtenidos de drogas, la prostitución, el tráfico de órganos o
en estudios de economía política, que revelan de personas o la venta de violencia intimidatoria.
que el capital que maneja el crimen organizado Estas prácticas de consumo nos hablan, en
no sería nunca inferior al 15 % del producto primer lugar, de una mercantilización del cuerpo
mundial bruto (aunque el porcentaje es que, si bien ya había alcanzado formas hasta hace
notablemente más alto en casos como el de poco impensables 6, es aquí llevada al extremo.
México o Italia), lo que le otorgaría una En estas lógicas gore, la mercancía ya no está,
influencia innegable en la toma de decisiones de solo, indiferenciada del cuerpo y de la vida

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humana. Aquí, ya no es el cuerpo, sino su “sujeto endriago”, en diálogo con un personaje


destrucción, lo que se convierte en mercancía, y de ficción, precisamente un monstruo con
“la acumulación [capitalista] es solo posible a poderes de destrucción ilimitados que aparece en
través de contabilizar el número de muertos” el Amadís de Gaula. El “sujeto endriago” es, de
(Valencia, 2010: 16). este modo, aquel sujeto que ha sido dañado en
En segundo lugar, esta “comercialización extremo por las formas de vida capitalista y que
necropolítica” producen, según Valencia, una se integra de forma ultraviolenta en el sistema de
vuelta de tuerca más en las transformaciones que producción gore en busca del capital que le
ha sufrido el concepto y las formas de trabajo en permita una cierta pertenencia y ascensión social
los últimos cuarenta años (lo que conocemos que revierta ese daño. En consecuencia, y
como “post-fordismo”). De hecho, cuando la aunque el tipo de prácticas que lleva a cabo
producción se dirige a la producción de muerte, (como el asesinato, la tortura o el tráfico de
el sistema de producción global es difícil de personas) sean en ocasiones difícilmente
comprender dentro de los marcos analíticos predecibles o controlables, el “sujeto endriago”
conocidos. En este sentido, en pos de la revisión es concebido dentro del creciente estado de
y ampliación de las categorías de economía precarización capitalista y no deja de estar sujeto
política que manejamos, parece menos efectista y a este en tanto que responde a sus lógicas de
más pertinente la batería de neologismos que se exclusión, por un lado, y a sus modelos de
nos ofrecen. subjetividad, acumulación e hiperconsumo por
otro: “Una versión modifica del Do it yourself”
Asimismo, también tendríamos que tener en
(2010: 130)
cuenta que, en muchos casos, la demanda de
estos servicios respondería, según Valencia, a Así, a partir del desarrollo de estos tres
una posición geopolítica específica, que reduce motivos básicos, se realiza el análisis de este
países como México a “fábricas productoras de devenir del capitalismo en capitalismo gore.
mercancías gore para el consumo y la satisfacción Seguramente, podemos seguir problematizando
de las demandas prácticas y lúdicas esta categoría, desentrañando algunos de sus
internacionales” (2010: 61). postulados o reformulando otros. No obstante,
esto mismo significa que, posiblemente, ya
Por último, la autora nos insta a considerar
contamos con ella, como una herramienta más
ciertas prácticas de “necroempoderamiento”
para pensar en todas las muertes que cada día
como prácticas que funcionan en el interior de
siguen sin corregirse. Quizá solo después, como
las lógicas del capitalismo. O dicho de otro
sugería Benjamin, podamos hacernos las
modo: a considerar esta violencia como una
preguntas necesarias acerca de nuestras formas
respuesta al capitalismo desde su interior más
de vida.
sanguinario, y que, por lo tanto, más que
oponerse a sus lógicas, las recrudece. Valencia
denomina al sujeto de estas prácticas como MIGUEL ÁNGEL MARTÍNEZ
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA, (ESPAÑA)

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1 El rifle conocido como “Ligero 50” es un rifle de que, en casos como el de México, en el que la
francotirador o “rifle antitanque” que está siendo economía nacional depende de la economía ilegal
introducida en la Guerra del Narco por los cárteles gore, las medidas en contra de esta última
mexicanos más activos. La Benelli M4 es una provocarían, como es lógico, un efecto recesivo en la
escopeta de pelotas de goma, activada a través de un primera.
mecanismo en el que no obstante interviene la 5 Si bien ya se ha analizado con eficacia el papel de
pólvora, utilizada frecuentemente por las Fuerzas y medios de comunicación y entretenimiento en la
Cuerpos de Seguridad del Estado. Valencia se refiere configuración de las sociedades capitalistas, quizá no
en este sentido a la “sobre-especialización” de la se ha prestado suficiente atención al núcleo de análisis
violencia. que plantea Valencia, no solo en relación a los
2 Véase: Berardi (2007: 119-130). En este artículo productos mediáticos como tecnologías de control,
Bifo aplica la fórmula “gore” (splatter) al capitalismo sino acerca de una determinada “espectacularización
para apuntar hacia la relación que existe entre el de la violencia”, posiblemente relacionada con
Estado y la economía italiana, que, como ya sabemos, distintos motivos: primero, con lo que la autora
no puede deslindarse de la economía europea y denomina una “cultura pop de la violencia” (al menos
mundial, y las prácticas económicas y violentas de la pensable en el caso de México, en la que ciertas
mafia a través de Gomorra (Mondadori, 2006), de prácticas criminales gozan de una popularidad
Roberto Saviano, también citada por Valencia. sorprendente); en segundo lugar, con una
3 Desde los análisis clásicos de Michel Foucault en “efectividad del miedo” (que permitiría la adopción
torno a la biopolítica hasta la lectura de Zygmunt de medidas económicas o de seguridad injustificables,
Bauman en Modernidad y holocausto o las tesis de en la línea de Naomi Klein y La doctrina del shock);
Agamben a partir de la figura del homo sacer: “Si, en y, también, con los episodios de violencia masiva y
todo Estado moderno, hay una línea que marca el aparentemente sin sentido que se repiten en todo el
punto en el que la decisión sobre la vida se hace mundo, y de los que de nuevo Bifo plantea hipótesis
decisión sobre la muerte y en que la biopolítica de interpretación que en nuestra opinión deberían ser
puede, así, transformarse en tanatopolítica, esta línea consideradas con urgencia (véase nota 2).
ya no se presenta hoy como una frontera fija que 6 Véase: Tiqqun (2012).
divide dos zonas claramente separadas: es más bien
una línea movediza tras de la cual quedan situadas
zonas más y más amplias de la vida social, en las que
el soberano entra en una simbiosis cada vez más
íntima no solo con el jurista, sino también con el
médico, con el científico, con el experto”(Agamben
1998: 155-156).
4 Aunque aquí se describe un estado de cosas global,
es cierto que la violencia admite gradaciones y
particularidades locales o nacionales. Así, a lo largo
del texto, pero especialmente en el primer capítulo, se
insiste en la situación actual de México. Según
Valencia, el Estado mexicano de los últimos años “no
es detentado por el gobierno sino por el crimen
organizado, principalmente por los cárteles de la
droga, e integra el cumplimiento literal de las lógicas
mercantiles y la violencia como herramienta de
empoderamiento, deviniendo así en una Narco-
nación” (2010: 34). De hecho, en el texto se afirma

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Bibliografía citada
Nelly, Richard. “La crítica feminista como modelo
Agamben, Giorgio (1996). La comunidad que
de crítica cultural”, Debate feminista 40 (2009):
viene. Valencia: Pre-Textos.
75-85.
Agamben, Giorgio (1998). Homo sacer: el poder
Resa, Carlos (2003). “La mafia rusa y el espíritu del
soberano y la nuda vida. Valencia: Pre-Textos.
capitalismo”.
Berardi, Franco (Bifo) (2007). Generación Post-
Tiqqun (2012). Primeros materiales para una Teoría
Alfa: patologías e imaginarios en el
semiocapitalismo. Buenos Aires: Tinta Limón. de la Jovencita. Hombres-máquina: modo de
empleo. Madrid: Acuarela/Antonio Machado
Bolaño, Roberto (2007). La Universidad Libros.
Desconocida. Barcelona: Anagrama.
Valencia Triana, Sayak (2010). Capitalismo gore.
Escobar, Arturo (1998). La invención del tercer Barcelona: Melusina.
mundo. Construcción y deconstrucción del
desarrollo. Bogotá: Norma.

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