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Historia[editar]

La importancia de los signos ha sido reconocida en gran parte de la historia de la filosofía y en la


psicología. Platón y Aristóteles ya exploraron la relación entre los signos y el mundo. Sus teorías han tenido un efecto
duradero en la filosofía occidental, especialmente a través de la filosofía escolástica. El estudio general de los signos que
comenzaron en latín con Agustín y culminó con el Tractatus de Signis de John Poinsot en 1632. Y comenzó de nuevo, en
la modernidad, con el intento por Charles Peirce de elaborar una "nueva lista de categorías", en 1867.
Más recientemente, Umberto Eco, en su respectiva obra Semiótica y filosofía del lenguaje (1984), ha argumentado que las
teorías semióticas están implícitas en el trabajo de la mayoría, quizás todos, de los pensadores importantes.

Desarrollo[editar]
Diversas corrientes semióticas que pertenecían al estructuralismo se gestaron en la década del sesenta. Estos abordajes
difirieron en cuanto a qué rama de este paradigma se adscribían, a la selección que operaban sobre el campo de estudio,
los propósitos que las animaron y la metodología que utilizaban.
El primer esbozo lo constituye la Semiología de la Comunicación, corriente enmarcada en el saussuro-funcionalismo que
se proponía estudiar los sistemas de signos convencionalizados no verbales, cuya función era la de comunicar. Es decir,
sistemas de comunicación diferentes de la lengua natural.
En su análisis de los cuentos maravillosos rusos (particularmente de las vilinas), que, andando el tiempo, originaría la
disciplina denominada narratología, Vladimir Propp, clasificado dentro del formalismo ruso, encontró homologías y
regularidades que remitían a una estructura arquetípica común expresa en variantes. Entre dichas regularidades se
encontraba su análisis de tres tipos de pruebas:

 Calificante
 Decisiva
 Glorificante
Existía asimismo un personaje o función constante, el héroe (agonista o protagonista), al que se le pedía un objeto de valor
y, para lograrlo, antes debía adquirir la competencia necesaria. Propp la llamó prueba calificante. Después de haberse
calificado, el héroe era capaz de pasar pruebas difíciles (prueba decisiva) que conducían a su reconocimiento como héroe
y a la adquisición del objeto de valor (prueba glorificante).
Otro de los aportes hechos por Propp fue la propuesta de la estructura polémica: junto a la historia del héroe, aparece
el antagonista o traidor, quien, en la búsqueda del mismo objeto de valor, genera una confrontación. Y la estructura
contractual, que Propp representa como un contrato en que un destinatario se compromete a realizar una serie de pruebas
(o perfomances) por petición u orden de un mandador o destinador. Cuando finaliza las pruebas del destinatario, el
destinador reconocerá y sancionará el resultado de las pruebas (sanción).
Otras aportaciones a la teoría semiológica son las hechas por Georges Dumézil y Claude Lévi-Strauss, este último más
bien desde el campo de la antropología, quienes habían planteado la existencia de ciertos patrones o constantes en las
estructuras profundas de sus disciplinas. Lévi-Strauss, en su análisis estructural del mito de Edipo, consideraba que había
una organización de contenidos que podía ser formulada por categorías binarias de oposiciones, a través de un
análisis paradigmático. También se puede citar la obra de Yuri Lotman y su aportación al definir el concepto de
la semiosfera, donde la comunicación está definida como un acto de traducción, estructurado por la cultura.
Algunos autores han definido la semiótica como la ciencia que estudia todos los sistemas de signos en general, incluyendo
al lenguaje humano. Es necesario recalcar que el lenguaje humano es el sistema de signos más potente y complejo que
existe (al menos para el hombre) de modo que todos los demás sistemas de signos son traducibles a él, pero no al contrario,
que se sepa. Por tanto, el signo lingüístico es comprendido como la asociación más importante en la comunicación humana.
Por otra parte, la semiótica puede entenderse también, según autores como José Carlos Cano Zárate, como una de
las ciencias sociales que analiza el comportamiento y funcionamiento del pensamiento y busca una explicación de cómo
el ser humano interpreta el contexto y entorno social y dónde crea conocimiento y aprendizaje sobre la base de sus
experiencias y lo comparte de generación en generación.

El signo en semiótica[editar]
El signo, en su definición nuclear es un elemento dotado de unidad y carga informativa, tiene una naturaleza diversa, pues
signo es la letra, el gesto, el canto del pájaro, el olor, un sonido…
El signo, heterogéneo e infinito, es indesligable del sujeto cognoscente, entendido en el marco de una aproximación
preliminar a la Semiótica, como sujeto dotado de sentidos e inteligencia. Los cinco sentidos (vista, oído, olfato, gusto, tacto)
sumados a la inteligencia conforman el entramado o mecanismo que permite las dos grandes actividades que fundamentan
la función del signo: actividad de recepción y actividad de producción. Actividades nucleares y constantes, el canal siempre
está abierto, que, en suma e interrelación, dan lugar al macro fenómeno denotado a través del término “comunicación”. Un
fenómeno que es posible debido a que los signos, unitarios por definición, establecen relaciones combinatorias con otros
signos mediante reglas más o menos fijas dando lugar a códigos estructurados o lenguaje.
En consecuencia, la Semiótica, como ciencia que estudia el signo, germen del lenguaje, y del pensamiento, se relaciona
de forma inmediata con la Lingüística y las Neurociencia, como también, a raíz del protagonismo del signo en el macro
fenómeno comunicativo, la semiótica es una metaciencia que, por un lado, subyace a todo conocimiento y a toda actividad
científica y, por otro, se edifica sobre un campo de estudio interdisciplinar cuyo alcance es extensible sin excepción a
cualquier conocimiento y actividad humana.

Semiótica como metaciencia[editar]


Charles Morris consideraba que la semiótica tenía una doble relación con la ciencia, de manera que era una ciencia más
y un instrumento para estudiar al resto de ciencias; una metaciencia por tanto. Consideraba que sólo a través del estudio
del sistema de signos en que se basa una ciencia se puede sistematizar, purificar y simplificar, para liberar al hombre de
todas las imperfecciones que acarrea el utilizar el lenguaje.

La semiología frente a la semiótica[editar]


La semiología se identifica con la lingüística en cuanto abarca sistemas de signos puramente humanos, entre ellos los
verbales, pero también sistemas de signos no verbales pero igualmente humanos, como los códigos de los gestos, la
vestimenta etc. que son propios de la vida social. Una escuela de la misma, la semiología rusa o formalismo ruso, se aplicó
al análisis de las artes y la cultura.

Función de la semiología[editar]
Semiología es la ciencia que estudia sistemas de signos: códigos, lenguas, señales, entre otras. Esta definición abarca
todos los sistemas de signos: las lenguas de signos de los sordos, las señales de tráfico, los códigos, el alfabeto Morse,
etc.
El lenguaje se exceptúa de esta definición, debido a su carácter especial, y por ello, la semiología se puede definir como
“el estudio de los sistemas de signos no lingüísticos”. El estudio de los signos es indispensable para nuestra comunicación,
para nuestra necesidad de expresión e interpretación de los complejos mensajes de nuestro entorno. Vivimos en un mundo
de signos, por ello la Semiología es fundamental para establecer la diferencia entre términos que se usan indistintamente
como signo, índice, icono, símbolo, señal. Cuando una persona desea comunicarse utiliza alguna forma para poder
expresarse, tomando como referencia la forma de expresión entendible por los demás tal como: hacer gestos, escribir,
hablar, dibujar, etcétera, por lo tanto el signo, gesto, expresión, que quiera transmitir se le llama referente, mientras que la
interpretación de quien recibe el mensaje es denominada representación.
La semiología médica, por el contrario, estudia y clasifica una tipología de síntomas que ayuda a determinar qué
enfermedad se padece.
La semiótica de Charles Peirce o semiótica peirciana tiene como propósito elaborar una teoría general de los signos que
los clasifique e identifique.
Por último, y para evitar tanta confusión terminológica, en 1969 la Asociación Internacional de Semiología, reunida
en Venezuela, acordó englobar todas en la denominación semiótica. Así, confundir semiología con semiótica es tan errado
como confundir símbolo con icono.

Ramas[editar]
La Semiología, tiene muchos campos, como por ejemplo:

 Biónica (para la comunicación de las células vivas), etcétera.


 Biosemiótica

 Cibernética (para la comunicación de las máquinas).


 estructuralismo
 Postestructuralismo
 Semiología clínica (estudio de los signos naturales a través de los cuales se manifiesta la enfermedad).
 Semiología musical
 Semiótica computacional
 Semiótica cultural
 Semiótica de la diversión (ludosemiótica)
 semiótica de las pasiones
 Semiótica del amor
 Semiótica estética
 Semiótica literaria
 Semiótica social
 semiótica tensiva
 Semiótica urbana
 Semiótica visual
 Zoosemiótica (para la comunicación animal).

Semiótica en el teatro[editar]
Artículo principal: Semiótica en el teatro

Autores destacados de la semiótica por escuelas[editar]

 Escuela americana: Charles W. Morris - Rudolph Carnap - Thomas A. Sebeok - Umberto Eco

 Escuela europea o francesa: Eric Buyssens - Louis Hjelmslev - Luis Jorge Prieto - Roland Barthes - Algirdas J.
Greimas - Jacques Fontanille
 Escuela derivada de la Teoría de la Comunicación y la Información: Claude E. Shannon - Collin Cherry - Doede
Nauta - Andrei N. Kolmogorov - Sebastian K. Saumjan

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