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Todo está llamado a romperse y debemos hacer cosas nuevas con los restos
Kurt Schwitters
Nuestra conexión con lo posible y lo imposible puede ser dada por el arte y, a pesar de las
encrucijadas que deben enfrentar las/los artistas contemporáneos, no hay otra forma de
entendernos con la realidad. Así, la obra que aquí se analiza juega con la asimetría y la ruptura
repentina, juega con la destrucción que induce la división, con un desgarramiento de la
técnica, yendo más allá de lo escultórico y planteando la obra en el plano de un interrogante
constante.
Cortado, ésa es la primera definición que aparece en el diccionario de la RAE cuando se
introduce la palabra inciso y, al parecer, con una observación superficial, es notable que
Carmela Cuéllar tenía la intención de hacer eso con su obra, mucho más cuando en su
descripción se puede leer:
El otro cuerpo y la imposibilidad del
encuentro
Ardemos sin consumirnos, nos
arruinamos sin desaparecer.
Límite fértil, herida en lo perpetuo
Esta imposibilidad del encuentro podría remitirnos a las ausencias presentes en su obra,
aquellas que son reflejo de lo no dicho o lo no palpable. Aquellas que inducen a una cercanía
con esas otras facetas de lo humano que lo alejan de lo colectivo y lo envuelven en otro yo
fuera del mundo tangible.
Como si el azar lo hubiera dispuesto ese día, cuando visité la muestra, un ruido ensordecedor
de maquinarias en movimiento inundaba la sala. Tal vez fue la coincidencia lo que me llevó
a identificar esa búsqueda por la conectividad que plantea la artista con el sonido y a
asociarlos de forma irremediable.
La obra consiste en una serie de cuatro piezas escultóricas elaboradas con la técnica de
vaciado en cemento. Cada pieza representa fragmentos de cuerpos humanos. La primera es
una deconstrucción de dos rostros -a primera vista femenino y masculino- y dos torsos que
dan la impresión de estar emergiendo de las llamas con partes desaparecidas y otras a medio
calcinar. La segunda, erigida sobre un pequeño pódium, es la representación de un vientre
que se abraza, cuyo interior está fracturado y contiene trazas de tierra. La tercera es una
escultura anclada a la pared, donde una mano entrelaza a otra, dando la impresión de provenir
de otro mundo atravesando la materia. Por último, se puede contemplar la pieza que es la
división de una serie de manos unidas; da la impresión de que, en algún momento, todos estos
fragmentos constituyeron una sola pieza.
Referencias
Claramonte, J. (5 de Julio de 2010). De la fragmentación y la experiencia. Obtenido de
Estética y teoría del arte: http://jordiclaramonte.blogspot.com.co/2010/07/de-la-
fragmentacion-y-la-experiencia.html
Cuéllar, C. (s.f.). Inciso. Inciso. Universidad Nacional de Colombia, Medellín.
González, J. Á. (9 de Abril de 2015). Hacer arte fragmentado y roto, una manera de crear
que se impuso tras la I Guerra Mundial. Obtenido de 20 Minutos:
https://www.20minutos.es/noticia/2425179/0/arte/fragmentado-roto/exposicion/