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La educación en Panamá, ha tenido importantes avances en las últimas décadas, en

especial, en el acceso y la cobertura en todos los niveles de enseñanza; llámese


educación preescolar, primaria, premedia y media. Aunque se ha logrado una
cobertura universal en primaria, la reducción de la deserción escolar, una mayor
permanencia de niños y niñas en el sistema y mejoras en la paridad entre los géneros,
el analfabetismo, sobre todo en las áreas indígenas, sigue impactando con mucha
fuerza, situación coincidente con los elevados niveles de pobreza y extrema pobreza
en algunas áreas de nuestro Panamá.

Nuestros estudiantes, están siendo afectados por tres (3) ámbitos fundamentales: la
familia, la escuela y la sociedad. Existe una gran desigualdad, más que nada en el
aspecto social, debido a la mala distribución de la riqueza, que permite grandes
lagunas entre ricos y pobres.

Aunque nuestro país es inmensamente rico, esa riqueza no llega a los estratos más
bajos, probablemente, por un omnímodo poder de los gobiernos y una pérdida de los
valores esenciales que permitan un trato igualitario en materia social y educativa. Se
puede corroborar los altos porcentajes de pobreza en aquellas áreas de baja
escolaridad, como son los casos de las comarcas, seguidas de Darién. En nuestro
país, estamos siendo objeto de una desigualdad en temas sociales en los que nuestra
sociedad, en su conjunto, está siendo castigada a diario por noticias que hablan de
inseguridad, corrupción, ausencia de valores, pobreza, escasez de empleos,
marginación, crisis económica, ignorancia, migración, malos gobiernos y así, un sinfín
de situaciones que castigan y lastiman el día a día, sobre todo, de aquellos de
estratos sociales medios, bajos y, por así decirlo, extremadamente bajos.

La corrupción, violencia, violencia intrafamiliar, la delincuencia, inseguridad, la


desaceleración económica, desintegración familiar, desigualdad en salarios, falta de
empleos, tráfico de drogas, son elementos que inciden en forma negativa en la
sociedad ya que la mayoría de las veces la población se hace esclava de la
ignorancia en lugar de crear fortaleza educativa.

Cada día, vemos con tristeza, cómo los ricos se hacen más ricos y los pobres más
pobres. Las personas de estrato social más alto o mejor conocida como clase alta, se
sienten seguros de dominar a las personas de estratos sociales bajos, mal llamados
perdedores y, se aprovechan, solo para tener y poder satisfacer sus necesidades
individuales y familiares; pero, a su vez, hay perdedores conformistas que se
componen de estratos medios, formados de gente esforzada y muy trabajadora.

Panamá es un país pacífico y conformista; es por esto que se ha ido perdiendo la


identidad de sus habitantes. Lamentablemente, nos cuesta valorar las potencialidades
que tenemos individualmente y como país, puesto que poseemos muy buenas
políticas sociales; pero no se ejecutan con la eficiencia necesaria, por lo que no se
alcanzan los objetivos que se deben lograr en sus habitantes y la comunidad,no
percibe el bienestar social digno de una nación que posee un eficiente sistema
bancario, un Canal que desearían tener otros países (como Nicaragua, por ejemplo),
una gran Zona Libre (en Colón) y otras actividades que, deberían brindar los ingresos
necesarios para una economía estable y una muy buena calidad de vida, sobre todo
para invertir en educación.
La educación en la población es el camino que marca nuestra propia identidad, y
sienta las bases para que cada miembro de la sociedad en los niveles de clase media,
pobres y extremadamente pobres, puedan tener y mejorar su calidad de vida. Una
educación en la que además de aprender a desarrollar las capacidades necesarias
para superar los escollos en el camino y defender su supervivencia para mantener
una buena calidad de vida, se inculquen valores cívicos, ética, espiritualidad,
orientación, urbanidad y moralidad, entre otros.

La educación en Panamá, igualitaria para los niveles de clase baja, es


tremendamente difícil, y, tenemos que ser realistas, la población, generalmente, no
cuenta con los recursos económicos necesarios para cubrir los gastos en los estudios
a un nivel superior. Los estudiantes de clase media o baja pueden, en su momento,
ser beneficiados con becas, u otros mecanismos como préstamos, para hacer frente a
los gastos en que se incurra durante sus estudios. La clase alta o media alta,
obviamente tiene acceso a todo tipo de educación, ya que cuentan con los recursos
económicos necesarios para cubrir estos gastos.

Otro aspecto a incluir en el desafío educativo de la población, es la férrea propaganda


a través de los medios de comunicación, dígase: la televisión, radio, redes sociales,
teléfono celular, Internet, y demás herramientas tecnológicas que,
desafortunadamente, están lastimando con sus tentáculos el ánimo de la población
joven, futuro de un país, ya que existe demasiada discriminación y, se da una brecha
difícil de cerrar, en el entorno social entre los que más tienen y pueden, y los que
menos tienen y no pueden.

Se hace necesario, tomar en cuenta el papel de la mujer en el marco de la educación,


y es muy lamentable que, en este punto, igual exista una marcada discriminación y
desigualdad de género. La mujer, sale del hogar en busca de un empleo, teniendo de
esta forma una doble jornada laboral ya que, además de ese trabajo y las
responsabilidades fuera del hogar, también debe manejar los deberes de la casa. El
cambio social en el mundo globalizado, ha obligado a la mujer a tener que compartir
con el hombre los gastos del hogar, debido al encarecimiento del nivel de vida en el
mundo entero. Sin embargo, la desigualdad en salarios y la carencia en puestos de
trabajo son temas que se mantienen latentes en pleno siglo XXI, con lo que la mujer,
sufre un desgaste emocional diario, teniendo que llevar a cabo deberes y
responsabilidades dentro y fuera del hogar.

A lo antes mencionado, hay que incluir la deserción escolar del género femenino, por
la falta de políticas coherentes y concretas en la educación sexual; tema que adquiere
cada día mayor relevancia, si vemos con tristeza, como nuestras niñas y
adolescentes, salen embarazadas y en ocasiones, hasta de sus propios familiares.
Esto, supone una carga económica para el estado, ya que la mayoría de estas niñas-
adolescentes son de estratos sociales bajos y extremadamente bajos.
Lamentablemente, nuestro género ha sido muy discriminado y los valores y principios
de moralidad, autoestima y amor propio, se ven muy disminuidos, más en la mujer,
que en el hombre.
Sumado a esto, están las comunidades indígenas y aquellas áreas rurales que no
tienen acceso a una educación de calidad, debido a que no existen escuelas con el
personal docente necesario para impartir las clases. Tomemos como ejemplo las
escuelas multigrados, donde un solo docente imparte clases, teniendo que realizar
todos los deberes, tomar decisiones, y ser responsable del manejo del colegio; todo
esto, unido a que deben trasladarse a lugares muy apartados del país. Tomemos en
cuenta que muchos de estos niños de lugares apartados (áreas rurales,
generalmente), tienen que trabajar hombro a hombro con sus padres, ayudándolos en
las cosechas de alimentos para llevar el sustento diario a sus casas, con lo cual, el
tiempo de estudio disminuye y aumenta la deserción escolar.

Vivimos en un mundo globalizado donde todos necesitamos de todos para sobrevivir y


por ello deben existir reglas y normas, un buen gobierno, educación, organización,
espiritualidad, y, se hace necesario socializar y aun cuando existen diferentes razas,
culturas, creencias, tradiciones, credo, religión, es pertinente mantenernos
comunicados para hacer, de este planeta, algo mejor. Porque, es lo que tenemos y
debemos cuidarlo.

Analizando el enfoque del tema, podemos comprender que, en realidad, es la escuela


la que produce las desigualdades sociales, ya que marca los parámetros que se
deben cumplir para incorporarse al mercado laboral, por eso es que hoy día, se
denuncia la incapacidad de los sistemas educativos vigentes para atender y
responder a las necesidades cada vez más cambiantes de la nueva sociedad.

Ante esta situación y realidad, cabe destacar que sí hay esperanza de incrementar
todo esfuerzo para mejorar la calidad de la educación de nuestro país porque estamos
seguros de que solamente la educación, pero de calidad, puede ayudar a que muchas
de estas personas marginadas puedan salir de la pobreza extrema en que viven y
tener mejor calidad de vida.

Fortalezas y debilidades de nuestro país:


Panamá ha alcanzado grandes logros en cuanto a:

 Competividad
 Grado de inversión
 Recepción de inversión internacional
 Un gran destino turístico.

Y ha alcanzado bajas calificaciones en:

 Percepción de corrupción
 Baja calidad educativa
 Alto endeudamiento
 Aumento de la inseguridad
 Poca infraestructura en el área metropolitana.

Según UNESCO, “las necesidades de aprendizaje de los jóvenes son muy amplias;
comprenden no solamente las competencias necesarias para ganarse la vida, sino también
un desarrollo personal que siente las bases de una vida gratificante.” Destaca el mismo
informe, que los jóvenes que han crecido en condición de pobreza y exclusión tienen más
probabilidades de haber cursado pocos estudios o de haber abandonado la escuela y, por lo
tanto, tienen menos posibilidades de desarrollar competencias para empleos dignos, en el
sector formal.
Las metas educativas de MEDUCA son:

 Aumentar la cobertura de educación inicial para niños y niñas de 4 y 5 años.


 Los estudiantes completan la educación media.
 Buena calidad de la educación en todo el país.
 Más y mejor inversión en educación.
 Los resultados sobre la educación en Panamá y su evolución durante la primera
década del siglo XXI evidencian grandes mejoras educativas. Todo ello surge
como fruto del importante esfuerzo realizado por el gobierno durante el periodo
analizado, en el que se ha producido un incremento del gasto en educación de
un 83.34 por ciento y se ha aumentado el número de escuelas abiertas en un
47.36 por ciento. A su vez, estas mejoras han conllevado un incremento en los
años promedio de estudio de la población ocupada, pasando de 8.2 años en
2001 a 9.2 años en 2009, una reducción en la erradicación del analfabetismo de
2.5 puntos porcentuales y un crecimiento de 8 y 5 puntos porcentuales en la
población con estudios secundarios y universitarios, respectivamente.
 No obstante lo anterior, el análisis permite observar que, a pesar del
incremento del gasto realizado por el gobierno en educación, persiste una
distribución desigual donde las oportunidades escolares, sobre todo en el caso
de las poblaciones más desfavorecidas como, por ejemplo, la población
indígena, siguen mostrando desequilibrios. Su limitado avance en materia
educativa en relación con el de la población de las áreas urbanas y las etnias
dominantes conlleva a que los resultados no sean los esperados. Cabe
mencionar como dato alarmante la diferencia existente en el promedio de años
de escolarización entre la población indígena y la no indígena de cinco años. En
lo que respecta al análisis por sexo, es muy significativa la situación de
desventaja de las mujeres indígenas, ya que 62.6 por ciento son analfabetas,
frente a 35.77 por ciento de los hombres.
 Aunque las inversiones adicionales en educación son importantes, con base en
los datos disponibles se puede afirmar que el incremento de los recursos no
constituye una medida suficiente por sí misma. Los actuales procesos
educativos se enfrentan al importante desafío de superar la idea de que la
equidad está asociada al logro de una mayor cobertura educativa. La realidad
de la población indígena panameña evidencia la necesidad de políticas de
desarrollo adaptadas a estos colectivos; esto es, el desarrollo de una
planificación estratégica a largo plazo que tenga en cuenta la vigencia del
analfabetismo entre las mujeres y por grupos de edad, de forma que se
generalicen los procesos hacia todas las cohortes de edad, concretamente hacia
los estratos más pobres de la sociedad, ayudándoles a que se promueva la tan
necesaria movilidad social, especialmente en las poblaciones indígenas.
 ¿CÓMO DEBE SER LA MODERNIZACIÓN DEL MEDUCA?
 Tenemos que hablar de una administración que tenga la capacidad de
dar respuesta oportunamente y que se puedan medir los recursos que
tengan impacto en los aprendizajes de los niños. Hablamos que hay
tantos millones destinados a tal cosa, pero nadie mide resultados. A
nosotros nos interesa saber, por ejemplo, cómo impactan los
incrementos en los presupuestos en temas puntuales, como la
construcción de aulas, la dotación de equipos, el nombramiento a
tiempo de educadores, los insumos en las escuelas y otros temas de
índole administrativa.
 ¿EN QUÉ FALLAMOS... EN LA NO ACTUALIZACIÓN DE LOS
PLANES DE ESTUDIO O EN LA FALTA DE ESTRATEGIAS EN LA
METODOLOGÍA DE ENSEÑANZA?
 Hemos fallado en no darle importancia a lo que ocurre en la escuela.
Yo insisto, la primera prioridad nacional, como lo fue la reivindicación
del Canal de Panamá, debería ser reivindicar una formación que
garantice igualdad de oportunidades. Nuestras grandes fallas no son
de índole metodológica o curricular, sino de qué importancia le damos
a la escuela. El gran tema es que hemos sido muy academicistas.
 ¿CONSIDERA QUE DEBE HABER UNA REVOLUCIÓN EDUCATIVA
PARA ADECUARNOS AL SIGLO XXI?
 Las revoluciones pueden ser muy buenas y tenemos que hacer una si
queremos dar saltos cuánticos. Hemos tenido todos los diagnósticos,
todas las recomendaciones, todas convergen. Cuando vemos los
resultados de las pruebas internacionales y entendemos que en
Panamá tu condición socio-económica y cultural determina el perfil de
calidad que reciben nuestros niños, lo que estamos diciendo es que
vamos a perpetuar la pobreza y la desigual distribución de la riqueza si
no logramos que la escuela sea un nivelador social
 EN ESA REVOLUCIÓN, ¿CUÁL SERÍA EL PRIMER CAMBIO?
 La prioridad que le damos a la educación, esto implica también una
política de Estado en educación. Yo creo que para tener impacto a
corto plazo sería esencial la modernización administrativa del Meduca.
Al mismo tiempo, como tenemos resultados insatisfactorios en
nuestras pruebas internacionales, hacer énfasis en lectura y
matemáticas. Tratar de estandarizar lo que ocurre en el aula en el
sentido de cómo se comparte y se trata de enseñar, a fin de lograr
aprendizajes significativos. Enfocarnos en los recursos, en los
educadores. Los educadores tienen que ser formados para que puedan
hacer su trabajo. En la Universidad de Panamá, en las pruebas de
admisión, desafortunadamente las grandes falencias en Matemáticas
tienen que ver con las seis operaciones básicas que se enseñan en
primaria. Eso dice que los maestros de primaria necesitan un
reforzamiento. O traer otro tipo de acompañamiento, como puede ser
la tecnología, como Khan Academy, una web para aprender gratis.
‘La enseñanza siempre tiene que ser teórico-práctica. Los muchachos
tienen que aprender haciendo... Cómo podemos construir ciudadanía
si no estamos formando integralmente a la persona'.

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