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elperroposteador
21 Julio 2015
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SQUIRT
Que es SQUIRT… Se sabe de ella desde el siglo XVI a.C., expuesta en los textos
eróticos hindúes Ananga-Ranga. Aunque en Occidente nos tomó un poquito más
aceptarla médicamente: para los años 70 del siglo pasado. La eyaculación femenina
fue entonces motivo de investigación.
NO ES LO MISMO EYACULACIÓN QUE SQUIRT
Durante años, se ha tendido a pensar que las mujeres no eyaculaban y que, aquellas
ocasiones en las que expulsaban una cantidad de líquido superior a la habitual
cuando alcanzaban el clímax sexual se producían porque sufrían pequeñas
incontinencias urinarias. Nada más lejos de la realidad. Las mujeres eyaculan, sí,
hasta hace poco casi nadie conocía su nombre propio: Squirting.
La eyaculación nace en la próstata femenina. Anteriormente se le llamaba Punto G
(aún muy discutido), lo cierto es que se reconoce una zona, digamos Zona G, que se
encuentra en la pared anterior de la vagina (es decir, en la pared detrás del hueso
púbico) y cuya sensibilidad es mayor al resto de las paredes vaginales. Esto
obedece a que el clítoris, como saben el órgano sexual femenino mismo que es
nuestro productor de orgasmos, se extiende hasta 8 centímetros al interior de la
vagina, topan justo con esa pared anterior.
Se creía que nuestra única forma de vivir el clímax era a través de contracciones
uterinas-vaginales y extra lubricación. ¿Entonces qué sucede con aquellas cuyos
orgasmos se acompañan de un proyectil eyaculatorio? ¿Se orinan? ¿Tienen “una fuga”?
En 2001 se reconoció médicamente el término “próstata femenina” y que él “chorro”
proviene de ella, pese a que Aristóteles escribió sobre ésta, y algunas disciplinas
milenarias la mencionan. Entonces dichas mujeres dejaron de sentirse freaks para
crear la simiente de uno de los últimos descubrimientos de nuestra anatomía: todas
pueden eyacular. La cosa es cómo inducirla.
Si lo que se quiere es provocar o auto provocarse un squirt. Se requiere de arte
manual. A continuación un paso a paso.
1. Localiza la zona G
Híncate o acuclíllate con las piernas abiertas. Coloca una muy buena cantidad de
lubricante con base de agua en tus dedos cordial y anular. Comienza por estimular
el clítoris por fuera, éste se llenará de sangre y pondrá erecto y por ende la Zona
G será más palpable. Introduce el dedo medio o ambos, con la palma de la mano
viendo hacia el ombligo, no penetres demasiado adentro, está a unos centímetros de
la entrada vaginal, hacia arriba, exactamente detrás del hueso púbico. Mueve el
dedo hacia el frente y siente una zona, acanalada, como una nuez. Al presionarlo
sientes la dureza del hueso que está más adelante. La sensación es parecida a la de
ganas de orinar. Precisamente ese es un signo frecuente de que estás trabajando
sobre la zona indicada.
2. Masajea
Para entrar al Squirt Room hay que ejercitar la Zona G de manera frecuente. Mueve
los dedos de manera circular, presionando un poco, da toques rápidos, detente y
empuja ligera y extensamente hacia arriba. Estás entrenándolo, sensibilizándolo.
Esto hará que se hinche más y más, la sensación de inicio puede ser extraña pero
dale unos minutos. Es posible que llegues al orgasmo sin eyacular. En especial si
el estímulo es combinado con caricias al clítoris “externo”.
3. El "bautizo"
“Aprender” a eyacular requiere preparación, movimientos básicos, cadencia, ritmo y
duraciones. De preferencia sobre las rodillas en una superficie cómoda (y que
puedas lavar), aplica los masajes anteriores a la Zona G, insiste hasta que
percibas con claridad que su tamaño ha aumentado; siente que todo lo que rodea es
esponjoso. Ahora, combínalos con Kegels, o sea contrae intermitentemente los
músculos pubococcígeos o PC (mismos que sostienes cuando aguantas la orina). Irás
activando los circuitos nerviosos (cuando el orgasmo proviene del clítoris, el
nervio pudendo es quien responde y a eso vienen las contracciones y la lubricación
abundante en la vagina, y no hay eyaculación vía uretra).
Continúa, frota la Zona G, rota el dedo, presiona y conforme te excites, recuéstate
sin dejar de estimular, levanta las caderas presionando las nalgas. Sigue y repite
los movimientos.
Ahora, saca el dedo con rapidez y puja (o pídele que puje). ¡Puja!, contrae las
nalgas con la cadera elevada y presiona por fuera haciendo círculos con la mano
sobre los labios mayores que casi cubren el clítoris, o bien, sigue estimulando
manualmente el clítoris externo. Si sientes que la sensación inminente se escapa,
repite. Concéntrate en sentir, va a venir, va a llegar. Lo importante es que no
pienses, siente. Entrégate a la sensación y déjala fluir. Es una manera de vencerse
calmando la mente.
*Si no sucede a la primera, no te angusties, repite el proceso esa y otras
ocasiones; es cuestión de entrenamiento.
Ya has eyaculado y no lo sabes
De acuerdo a los estudios del doctor Francisco Santamaría Cabello cuando la
eyaculación es arrojada desde la próstata femenina puede tomar dos rumbos: ir hacia
la abertura uretral y ser notoria, o retrógrada y depositarse en la vejiga. Analizó
la orina de 24 mujeres antes y después del orgasmo y encontró antígeno específico
prostático (PSA) en la de todas las que no habían eyaculado aparentemente.
7. Introduce los dedos cordial y anular muy bien limpios y lubricados a dicha Zona,
percibirás que su textura es más rugosa que el resto de las paredes vaginales, las
cuales previamente puedes estimular en círculos o espirales.
8. Con el dedo pulgar puedes seguir estimulando externamente el clítoris.
9. Con los dedos que están dentro realiza ligeras presiones en círculos de lentos a
rápidos en la Zona G y de manera intermitente crea pulsaciones con las yemas hacia
adelante. Esto, promoverá presión en las glándulas de Skene, las cuales producirán
el líquido prostático que saldrá disparado en un pico de placer o clímax.
10. La sensación de ganas de orinar es común pero también comenzarás a percibir
placer que se va extendiendo.
11. Echa hacia adelante tu pelvis apretando las nalgas. Ahora, contrae los músculos
pélvicos o pubococcígeos, al soltar la contracción puja como si quisieras orinar, y
vuelve a apretar tu vagina. Una y una repetidamente. Todo esto durante el masaje
manual.
12. Repite y explora, probablemente expulses orina (squirt), o bien, surja una
eyaculación.