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Un enfoque
Para hablar de financiación, un primer criterio para iniciar el análisis puede ser
el cuantitativo. Por ello puede resultar interesante situar el marco de financia-
ción y las cantidades que aportan a las arcas municipales los recursos tributa-
rios.
Este cuadro permite dar una dimensión cuantitativa al singular panorama que
muestran las relaciones fiscales entre el poder municipal y la iglesia católica.
Las razones
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el inmenso papel civilizador del conocimiento llegado a la península por media-
ción de los pueblos árabes. Narración que intentan despertar hoy las fuerzas
de ultraderecha que, desgajadas del Partido Popular, toman voz individual en
las instituciones democráticas actuales, para justificar las políticas nacionalca-
tólicas de dicho Partido Popular).
Aunque ya hace más de cuarenta años que falleció (en el poder) el dictador, es
necesario retrotraerse a su acción porque, a pesar de la transición política ex-
perimentada en España desde entonces, y seguramente porque éste sea uno
de los mayores déficits de esa transición, el poder de la iglesia católica en el
estado español, a pesar de la manifiesta secularización del país, se ha mante-
nido incólume (dando razón a la conocida expresión de Franco de dejarlo todo
“atado y bien atado”). Un conocido crítico de esta realidad pone imagen a la
situación identificando a la iglesia católica como una tenia incrustada en la ma-
quinaria del estado a cuya costa vive.
La situación general
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El acuerdo del 79, formalmente posterior a la Constitución española (29 de di-
ciembre del 78) se fragua en realidad desde antes de, y durante, la redacción
de la Constitución y asegura los privilegios que el régimen dictatorial había
otorgado a su protectora iglesia. Con todo, y como corresponde a una institu-
ción de larga tradición en las negociaciones, los puntos de amarre más signifi-
cativos para esta situación ventajosa son siempre ambigüedades que se diri-
men en sutilezas de interpretación posteriores. Así la propia constitución esta-
blece en su artículo 16.3 que “Ninguna confesión tendrá carácter estatal” lo que
parece una inequívoca declaración de aconfesionalidad que obligaría a una
organización laica del Estado español. Pero en ese mismo apartado continúa
diciendo “Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la
sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación
con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Continuación que introduce la
posibilidad de una interpretación confesional encubierta (“tendrán en cuenta las
creencias religiosas de la sociedad”) y que sobre todo establece un manto pro-
tector (“mantendrán… relaciones de cooperación con la Iglesia Católica”) sobre
los privilegios que ya se tenían redactados en los acuerdos con el Vaticano de
inmediata aprobación. Ambas afirmaciones son difusas (tener en cuenta…,
cooperar…) pero establecen puntos de apoyo para la acción de los lobbys reli-
giosos perfectamente anclados en la judicatura.
Cuando las normas no pueden ser ambiguas (la normativa fiscal) se recurre a
una cascada de sutilezas. Así se empieza por eximir a la iglesia del impuesto
de sociedades para una muy amplia gama de actividades (lo que casi parece
una formalidad irrelevante), después se le exime del impuesto de actividades
económicas en todas aquellas actividades exentas del impuesto de sociedades
(ya se empiezan a amparar las transacciones económicas). Hasta aquí impues-
tos estatales. Pero todo ello prepara el terreno para que, como muy bien señala
Ángel Munárriz (Iglesia S.A.), con una doble negación “no estarán exentos del
IBI los que no estén exentos del impuesto de sociedades”, la ley de Mecenazgo
declare exentas del IBI (este sí es un impuesto municipal, y muy sustancioso) a
todas aquellas actividades de la amplia lista anterior. Este entramado en cas-
cada permite establecer barreras argumentales defensivas cara al gran público
y facilita la acción de los grupos de presión católicos.
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por razones tácticas, en aquel litigio cedió (eran unas obras de ampliación en
un colegio de enseñanza concertada propiedad de una orden católica -
escolapios- en Getafe), pero los acuerdos siguen vigentes y en constante apli-
cación dentro de la suma discreción (más adecuado sería llamarlo opacidad)
con que actúa la iglesia católica, pendientes de aquellas reclamaciones que
surjan por parte de corporaciones críticas.
“Sólo del IBI (rústico y urbano) las administraciones locales pueden estar de-
jando de ingresar una cantidad cercana a los 700 millones de euros. Y aquí nos
referimos a todos los inmuebles y suelo, sean destinados al culto o no, situa-
ción irregular que no se evalúa por ningún ayuntamiento, hasta ahora. Los
“Acuerdos” sólo eximen a centros dedicados expresamente a culto, pero la
realidad es que la Ic NO paga de ninguno de sus bienes, aunque sean suculen-
tos negocios, alquileres, etc.”
Hasta aquí hemos revisado el marco general que organiza la relación financiera
de los ayuntamientos con la iglesia católica. Pero las consecuencias de los pri-
vilegios franquistas han producido grandes daños en las arcas de municipios
concretos a través de un auténtico expolio de la propiedad pública realizado por
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un mecanismo trazado por el dictador para la apropiación directa de bienes
públicos por parte de esta iglesia católica: las inmatriculaciones.
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Si bien este es un caso límite, sería necesario poder evaluar los costes públi-
cos derivados del enorme volumen de propiedades inmatriculadas, tarea, hoy
por hoy, muy difícil.
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fuera de la ley europea? Explica Aitor Martínez, profesor de Derecho Interna-
cional: «Las ayudas de Estado están prohibidas por el Derecho comunitario,
porque rompen el mercado interior. Y no sólo las ayudas directas, por ejemplo
en forma de subvenciones, sino las ayudas indirectas o encubiertas. Se puede
presentar un recurso ante la Comisión Europea, que actúa como guardiana de
los tratados europeos, alegando además que ahora hay un precedente juris-
prudencial con cierta identidad en el objeto y los sujetos». A su juicio, no obs-
tante, el mecanismo óptimo sería que las autoridades españolas actuasen”
Ya dice el ponente que “el mecanismo óptimo sería que las autoridades espa-
ñolas actuasen”. Pero precisamente eso, dado el poder de la iglesia católica,
parece todavía difícil. La otra vía, igual que en el caso anterior, la suma de mu-
chas acciones individuales de multitud de corporaciones exige un nivel de
coordinación inexistente.
La acción de la prensa independiente, de movimientos sociales, la conciencia-
ción de una parte importante de la ciudadanía y la responsabilidad de los re-
presentantes políticos parecen la única línea de trabajo para conseguir reducir
los privilegios heredados por la iglesia católica del antiguo régimen en aras de
una mayor equidad.
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Anexo 1