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Recibido: 8-octubre-2008; aceptado: 7-diciembre-2008. Agradecimientos: Este trabajo forma parte del proyecto de
investigación SEJ2006/03893-PSIC (Ministerio de Ciencia y
Correspondencia: Prof. Amparo Belloch Fuster, Departa-
Tecnología; A. Belloch, Investigador Principal), y de la Ac-
mento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicoló-
ción Especial de la Generalitat Valenciana (AE07/011).
gicos, Facultad de Psicología, Universidad de Valencia, Avda.
Blasco Ibáñez 21, 46010 Valencia (España).
Correo-e: amparo.belloch@uv.es
Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2009, Vol. 14 (2), 95-105 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología
© Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2009, Vol. 14 (2), 95-105
Procedimiento Instrumentos
Los participantes del primer grupo (pobla- Yale-Brown Obsessive Compulsive Scale-
ción general, muestra no clínica) fueron reclu- Severity (Y-BOCS; Goodman et al., 1989a,
tados por un grupo de veinte estudiantes de los 1989b; versión española de Cruzado, 1993).
últimos cursos de Psicología que previamente Consta de 10 items (5 para obsesiones y 5 para
fueron instruidos en el uso de los instrumentos compulsiones), relativos en ambos casos a las
y en su valoración mediante un seminario in- siguientes dimensiones: tiempo empleado, in-
tensivo de 2 horas. Una vez completado el terferencia, malestar, resistencia y grado de
seminario, se entregó a cada asistente 30 pro- control. Cada uno de los items se contesta en
tocolos de evaluación para su administración una escala desde 0 = «ninguno, o ausente» has-
individualizada a familiares y/o conocidos. ta 4 = «extremo», obteniéndose tres puntaciones:
Los criterios de inclusión fueron los siguien- subtotal de obsesiones (rango 0-20), subtotal de
tes: ausencia de diagnóstico de trastorno men- compulsiones (rango 0-20) y puntuación total
tal (último año) y/o de estar recibiendo trata- (suma de las dos puntuaciones anteriores, rango
miento por ello (psicológico o farmacológico) 0-40). Este instrumento es la medida más em-
y capacidad adecuada para leer y comprender pleada como criterio de gravedad del TOC.
instrucciones escritas. El 41,7% de los parti- Inventario de Clark-Beck para Obsesiones y
cipantes (N = 211) completaron en dos ocasio- Compulsiones (C-BOCI; Clark y Beck, 2002;
nes el C-BOCI, en un intervalo de entre 7 y 15 Clark et al., 2005). Auto-informe de 25 items,
días. Todos los participantes dieron su consen- cada uno con 4 opciones de respuesta (0-3) que
timiento informado para participar en el estu- evalúan contenidos obsesivos, compulsiones,
dio. interferencia, malestar emocional, conciencia de
La muestra de pacientes fue recogida entre enfermedad, dificultades para controlar las obse-
los que acudían para tratamiento a las consultas siones y/o la compulsiones, y creencias disfun-
externas de dos Centros de Salud Mental públi- cionales asociadas a los síntomas. Contiene dos
cos de nuestra Comunidad, o a la unidad de in- subescalas: obsesiones (14 items) y compulsiones
vestigación sobre el TOC de la Facultad de (11 items), correlacionadas. La puntuación se
Psicología. Antes de su inclusión en el estudio obtiene por la suma directa de las respuestas a los
fueron valorados por alguna de las autoras, items, oscilando entre 0 y 75 (puntuación Total),
psicólogas especialistas en psicología clínica, entre 0 y 42 (Obsesiones), y entre 0 y 33 (Com-
mediante historia clínica completa, que incluía pulsiones). Dado que el objetivo de este trabajo
una versión adaptada de la Entrevista Diagnós- es la validación del C-BOCI para su uso en nues-
tica Estructurada sobre Trastornos de Ansiedad tro contexto, el primer paso fue la traducción al
para el DSM-IV, versión curso vital (ADIS-IV- Castellano por dos de las autoras y, posteriormen-
L; Di Nardo, Brown, y Barlow, 1994). Una vez te, su retro-traducción al Inglés por una traducto-
evaluado el paciente, la especialista completaba ra oficial bilingüe, de nacionalidad Inglesa, ex-
la Y-BOCS a fin de valorar la gravedad del perta en la traducción de textos de psicología.
paciente. En el momento del estudio ninguno Esta retro-traducción fue a su vez examinada por
de los pacientes presentaba comorbilidad clíni- uno de los autores del C-BOCI (D. A. Clark).
camente significativa con depresión ni con otros Inventario de depresión de Beck-II (BDI-II;
trastornos de ansiedad diferentes al TOC, ni Beck et al., 1996). Auto-informe de 21 items
estaba recibiendo tratamiento psicológico o diseñado para evaluar las características afecti-
farmacológico. Según la ADIS-IV-L, dos pa- vas, cognitivas, fisiológicas y motivacionales de
cientes tenían historia previa de depresión ma- la depresión, tanto en términos de presencia
yor, otro de ellos de trastorno por angustia con como de gravedad. Se utilizó la versión validada
agorafobia, y otro de fobia social. Todos los en español por Sanz, Perdigón y Vázquez (2003).
pacientes fueron informados de la finalidad del Inventario de Ansiedad de Beck (BAI; Beck
estudio y dieron su consentimiento informado y Steer; 1993). Es un cuestionario de 21 items,
para participar en el mismo. cuya finalidad es medir el grado de molestia que
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igual que sucedía con la muestra de población siones de ambos instrumentos mantienen una
general, asociaciones importantes entre la sub- correlación elevada. Por otro lado, las obsesio-
escala de compulsiones del C-BOCI y las nes del C-BOCI se asociaron también de mane-
correspondientes del OCI-R que valoran com- ra importante con la subescala de comprobación
pulsiones, mientras que las subescalas de obse- del OCI-R.
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sugeridos por los autores originales del C-BO- y discriminante de esta estructura se examinó
CI, se pusieron a prueba mediante una serie de siguiendo el mismo procedimiento que el des-
AFC. De todos los modelos puestos a prueba, crito para la composición original del cuestio-
el que obtuvo los mejores índices de ajuste fue nario. Los resultados obtenidos fueron prácti-
el de 4 factores de primer orden: Comparative camente idénticos a los ya comentados con la
fit index = 0,89; goodness of fit index = 0,88; estructura original de las dos subescalas, por lo
root mean square error of approximation que se obvia su comentario.
(IC = 90%) = 0,046 (0,041-0,046); χ2 = 584,62
(gl = 269; p < 0,01).
El Factor 1 incluyó los items sobre grave- Validez interna y externa
dad del trastorno y sus consecuencias (items
12, 13, 14, 19, 21, 22, 23, 24 y 25), mientras La validez interna se examinó calculando
que el Factor 2 reunió las estrategias de control la sensibilidad y especificidad de distintos
para hacer frente al malestar que generan las puntos de corte del C-BOCI (puntuación total).
obsesiones y/o compulsiones, y la reacción La validez externa se analizó mediante el
emocional ante los síntomas (items: 4, 5, 6 y cálculo de los valores predictivos positivo (VPP)
9). El Factor 3 agrupó las obsesiones y com- y negativo (VPN) de cada uno de los puntos
pulsiones más comunes (contaminación, lim- de corte previamente establecidos. Los cálcu-
pieza, comprobación, orden; items 1, 15, 16, los se aplicaron para el siguiente rango de
18 y 20), y el último factor agrupó las obsesio- puntos de corte: desde 17 (que se corresponde
nes «puras», con contenidos de agresión, con el percentil 75 de la muestra normal) has-
sexuales, religiosos y de dudas, (items 2, 3, 7, ta 31 (puntuación máxima observada en dicha
8, 10, 11 y 17). La consistencia interna de los muestra). En la Tabla 4 se ofrecen los valores
factores osciló entre α = 0,67 (Factor 3) y correspondientes a los puntos de corte anali-
α = 0,84 (Factor 2). La validez convergente zados.
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Como puede observarse en la Tabla, a partir más que aceptable asociación con el otro ins-
de la puntuación total mínima analizada (17), trumento de patología obsesiva incluido en el
la utilidad del C-BOCI para realizar un diag- estudio, el OCI-R, tanto en la población general
nóstico correcto es notable (más del 75% de los como en la muestra clínica. La asociación del
pacientes correctamente diagnosticados). Sin C-BOCI con la Y-BOCS, que es considerada
embargo, el VPP es muy bajo, lo que indica que como el «patrón oro» para evaluar la gravedad
con esta puntuación las probabilidades de hacer del TOC en contextos clínicos, ha sido menos
un diagnóstico correcto son escasas. Esa situa- satisfactoria, aunque adecuada, en especial por
ción se mantiene en términos similares hasta un lo que se refiere a la subescala de obsesiones.
punto de corte de 25. En consecuencia, es muy En todo caso, pensamos que, al menos por lo
posible que el rango de puntuaciones 17-25 sea que se refiere a la utilización del C-BOCI en
útil para detectar síntomas aislados del trastor- la clínica diaria, resulta más útil considerar la
no, o bien formas leves o subclínicas del mis- puntuación total del cuestionario en lugar de
mo. Sin embargo, a partir de una puntuación de parcializarlo en las dos subescalas inicialmente
26 todos los valores alcanzan niveles satisfac- propuestas.
torios y, en especial, los VPP y VPN, lo que En apoyo de esta conclusión se halla el he-
indica que a partir de esta puntuación tanto la cho de que ambas subescalas no fueron confir-
probabilidad de acertar con un diagnóstico de madas en la serie de sucesivos análisis con-
TOC, como la de descartarlo, son muy altas. fi rmatorios que se realizaron tomando como
Por último, puntuaciones superiores a 30 indi- referencia la población general, y que no se
can de manera inequívoca la presencia de un llevaron a cabo en la muestra de pacientes dado
TOC. su reducido tamaño para ese propósito. No obs-
tante, hay que señalar que cabe la posibilidad
de que la falta de replicación de los resultados
DISCUSIÓN obtenidos por los autores originales (vgr. dos
factores correlacionados) se deba precisamente
La necesidad de contar en nuestro contexto a que los análisis se han realizado sobre los
con instrumentos de diagnóstico y cribado del datos procedentes de personas sin patología
TOC, que sean sencillos de aplicar y corregir, mental diagnosticada. De todos modos, los pro-
ha sido el objetivo que ha guiado este trabajo. pios autores originales reconocen que su propues-
Para ello hemos traducido y validado al Caste- ta de dos subescalas no se adecua a la mejor
llano un cuestionario de reciente aparición, el estructura factorial posible detectada en sus
Clark-Beck Obsessive Compulsive Inventory, propios trabajos (Clark et al., 2005). Por otro
que a prori presentaba una serie de ventajas lado, la falta de replicación de estructuras fac-
sobre los ya conocidos, siendo las más impor- toriales de otras medidas de TOC, es una cons-
tantes su adecuación a los criterios diagnósticos tante en la literatura especializada. Por ejemplo,
oficiales y la consideración del TOC no sólo los estudios sobre la estructura factorial de la
sobre la base de los contenidos obsesivos y Y-BOCS- Checklist revelan resultados dispa-
compulsivos, sino además teniendo en cuenta res: en algunos casos se constata la estructura
la interferencia, malestar, insight, y creencias bifactorial de obsesiones y compulsiones (por
disfuncionales asociadas al trastorno. ej., Amir, Foa y Coles, 1997; Arrindell, de Vla-
Los resultados obtenidos indican que el C- ming, Eisenhardt, van Berkum y Kwee, 2002;
BOCI posee buenas propiedades psicométricas, McKay, Dayko, Neziroglu, y Yaryura-Tobias,
tanto en la población general como en una 1995, 1998), pero también se han propuesto
muestra de personas con diagnóstico principal otros dos factores diferentes, uno de gravedad
de TOC. Estos resultados son similares a los e interferencia (Amir et al. 1997), o uno de gra-
obtenidos por Clark et al. (2005) en muestras vedad y otro de resistencia y estrategias de
estadounidenses y canadienses. En cuanto a la control (Deacon y Abramowitz, 2004), e inclu-
validez convergente, los resultados obtenidos so estructuras de tres factores: gravedad de las
indican asimismo que el C-BOCI presenta una obsesiones, gravedad de las compulsiones, y
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resistencia a los síntomas (Kim, Dysken, Phe- las subescalas del OCI-R con las del C-BOCI
ley, Hoover, 1994; Moritz et al., 2002). Se ha son más altas para la escala de compulsiones,
planteado incluso una propuesta unifactorial, mostrando así la sobre-representación de éstas
denominada como Impacto Global del TOC en el primer instrumento. Por último, cabe co-
(Fals-Stewart, 1992). Estas discrepancias refle- mentar que el C-BOCI mostró correlaciones
jan, por un lado, la dificultad para establecer más bajas con el PSWQ que las que obtuvo el
estructuras factoriales a partir de los cuestiona- OCI-R con ese mismo instrumento (Fullana et
rios, y por otro, las limitaciones que algunos al., 2005), por lo que parece que el C-BOCI es
autores encuentran al intentar cuantificar por más útil para diferenciar entre preocupaciones
separado las obsesiones y las compulsiones en de tipo obsesivo y las de tipo worry. En la
la evaluación del TOC para delimitar la grave- muestra de pacientes con TOC, los índices de
dad de este trastorno, sugiriendo con ello que validez discriminante han resultado ser supe-
el modelo bifactorial podría no ser el óptimo riores, lo que avala su utilidad en este sentido.
(Moritz et al., 2002). La aproximación a la validez criterial que
Por lo que refiere a la validez discriminante hemos realizado indica que el nuevo instrumen-
del C-BOCI, los resultados han sido solo me- to puede resultar excelente para su uso en estu-
dianamente satisfactorios en la muestra no clí- dios de cribado de sintomatología TOC en po-
nica, dadas las elevadas asociaciones entre este blación general. Un punto de corte de 17 en la
cuestionario y las medidas de depresión y an- puntuación total del cuestionario, que además
siedad. No obstante, hay que señalar que tam- se corresponde con el percentil 75 en la pobla-
poco sería esperable la ausencia de relaciones ción general, permite detectar con razonable
apreciables entre una medida de síntomas ob- seguridad personas con síntomas obsesivo-
sesivo-compulsivos y otras de ansiedad y de- compulsivos aislados, o bien la presencia de un
presión, especialmente cuando se examinan en TOC subclínico o de gravedad leve. Por su
población no clínica (Rachman y Hodgson, parte, un valor de 26 es indicativo de la presen-
1980). Este patrón de resultados es además cia clínicamente significativa del trastorno, con
habitual cuando se realizan estudios de valida- un margen de error pequeño. Este punto de
ción de instrumentos en los que se utilizan cues- corte es superior al de 19 que sugieren los au-
tionarios como el BDI, el BAI o el PSWQ, ya tores originales del instrumento (Clark y Beck,
sea con población general (p. ej., Hervás, 2008), 2002), si bien en ese estudio no se realizaron
o clínica (Gallego, Botella, Quero, Baños y los análisis de sensibilidad y especificidad lle-
García-Palacios, 2007). En todo caso, sí que vados a cabo en este trabajo. Por último, pun-
deberían tener correlaciones mayores con otras tuaciones totales iguales o superiores a 30 indi-
medidas obsesivo-compulsivas que con las no- can de manera clara la presencia de un TOC, si
obsesivas. Este es precisamente el resultado que bien queda por determinar la correspondencia
hemos obtenido entre el C-BOCI y los dos cues- de esta puntuación con la gravedad real del
tionarios de ansiedad (BAI y PSWQ), pero no trastorno.
con el de Depresión. Concretamente, la subes- Finalmente, el tamaño de la muestra de pa-
cala de obsesiones ha correlacionado de forma cientes, relativamente pequeña, y sobre todo la
moderadamente alta con BDI, resultado que se ausencia de otros grupos de pacientes con tras-
obtuvo también en la validación del OCI-R en tornos de ansiedad diferentes al TOC y con de-
población española (Fullana et al., 2005), así presión, supone una limitación a los resultados
como en otros estudios sobre las propiedades obtenidos, en especial por lo que se refiere a
psicométricas del OCI (Hajcak, Huppert, Si- delimitar con mayor precisión la validez discri-
mons, y Foa, 2004) o en estudios sobre análisis minante y predictiva del C-BOCI en el contexto
de las dimensiones del TOC (Mataix, Rosario- clínico. No obstante, pensamos que los resulta-
Campos y Leckman, 2005), donde el grado de dos obtenidos permiten utilizar el C-BOCI como
obsesionalidad y el de depresión también han instrumento de cribado útil y fiable para la de-
mostrado elevadas correlaciones. Otro dato a tección de patología TOC en la población gene-
destacar es que casi todas las correlaciones de ral española. Futuros estudios deberán además
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valorar su utilidad como instrumento para la Deacon, B.J., y Abramowitz, J.S. (2004). The Yale-Brown
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