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Describir un lugar, reconocer una descripción literaria y distinguir las diferentes clases

de palabras.

Para la realización de la tarea necesitarás recurrir a los contenidos de los temas


siguientes:

Tema 1: Descripciones

Para comenzar

Pretendemos que al finalizar esta tarea seas capaz de:

 Hacer descripciones utilizando el tipo de palabras y lenguaje adecuados para


ello.
 Reconocer las características que hacen que un texto sea literario.
 Reconocer algunos tipos de palabras básicos en nuestro idioma, sobre todo
adjetivos, sustantivos, verbos y adverbios, y algunas de sus peculiaridades y
usos.
 Redactar usando un lenguaje claro y preciso en el que digas exactamente lo que
quieres decir y de forma adaptada al contexto o situación.
La tarea se valorará sobre un máximo de 100 puntos, para los que tendremos en cuenta
los siguientes criterios:

Criterios específicos de esta tarea:

Actividad 1. - 25%

• Capacidad para reconocer los textos literarios.

• Calidad de los razonamientos a la hora de reconocer


recursos literarios.

Actividad 2. - 50%

• Adecuada relación entre el borrador y el texto descriptivo


definitivo.

• Redacción de la descripción.

• Adecuada relación entre las imágenes aportadas y la


descripción.

Actividad 3. - 25%

• Reconocimiento de las categorías gramaticales.

En la calificación se tendrán en cuenta también los siguientes


criterios generales:

• La claridad en la exposición de las ideas.

• La correcta redacción, puntuación y ortografía.

• El interés y esfuerzo mostrado en la realización de las


tareas y el grado de elaboración de las respuestas.

• La capacidad de reflexión y la actitud crítica.

• El grado de comprensión de los conceptos trabajados.

• La originalidad (redacción propia) y el uso adecuado de las


fuentes de consulta.
ACTIVIDAD 1

Lee atentamente el siguiente texto de Antonio Muñoz Molina.

Chamorro era un hombre pequeño y fornido, a pesar de la edad, con la cara aplastada, con una
vigorosa y delicada eficacia en el trabajo de la huerta. "Tu estudia mucho", me decía, "lee todos los libros
que puedas, aprende idiomas, hazte ingeniero o medico o maestro, pero si subes gracias a tu esfuerzo y al
sacrificio de tus padres no les vuelvas la espalda a los que no han tenido las mismas oportunidades que tu.
Tu padre es un poco raro, y parece muy serio, pero aunque no te lo diga se muere de orgullo cuando le
llevas notas altas. Dice que escribes a máquina con los diez dedos, que entiendes a los extranjeros y que
puedes leer sin mirar al papel, como los locutores esos de la televisión. Estudia mucho pero aprende
también a cavar y a regar y a coger aceituna y a ordenar las vacas. El saber no ocupa lugar, y todo lo que
tenemos viene de la tierra y del trabajo, y nunca sabe nadie lo que le traerá el día de mañana".

Yo trabajaba junto a ellos, desde el amanecer los domingos y en los días de vacaciones. Cuando
mis compañeros, en vísperas de Navidad o a finales de mayo, aguardaban con una impaciencia nerviosa a
que acabaran las clases, yo contaba los mismos días con desconsuelo, pensando que no vería a Marina,
que tendría que madrugar y quedarme en los olivares o en la huerta desde que saliera el sol, limpiando
cuadras, echando el pienso a las vacas y a los cerdos, arrancando patatas o cebollas o cavando la tierra o
arrastrándome sobre ella para recoger aceituna. Al principio me dolían todos los huesos y se me levantaba
la piel de las manos, pero luego la cara se me ponía morena y los brazos musculosos y notaba una energía
desconocida en mi cuerpo y las palmas de mis manos adquirían una dureza semejante a la del cabo de una
azada. Y por las noches, cuando volvía exhausto y me lavaba a manotazos con agua fría en la cocina,
cuando me cambiaba de ropa y salía a buscar a mis amigos o a rondar la calle donde vivía Marina, me
sentía a la vez fuerte y distinto a los otros, mayor que ellos, con una plenitud física mezclada de furia y de
amargura que ellos no podían conocer. Las clases, los exámenes, me parecían obligaciones pueriles: no
estudiaba, como otros, para que mi padre me comprara una bicicleta o me llevara de vacaciones a la
playa, sino para ganarme un porvenir no atado a la tierra, para irme pronto de Mágina sin morirme de
hambre.

1.1 ¿Crees que hay alguna descripción en el texto? ¿Es subjetiva u objetiva?

1.2. Enumera los trabajos en que ayuda el muchacho a su padre y explica en qué
consisten.

1.3. Explica el refrán El saber no ocupa lugar. ¿Crees que es una metáfora? ¿Por qué?
ACTIVIDAD 2
Vamos a pedirte que redactes una descripción de algo que seguro que te resulta
cercano: tu habitación, tu casa, la calle donde vives. Primero prepararemos un poco el
texto que debes escribir y luego, directamente, se trata de redactarlo.

2.1. Prepara tu borrador. Como sugerencia, podrías anotar los siguientes datos:

- Ubicación (puedes indicar en qué parte de la ciudad o de la localidad


donde vivas se encuentra, o en qué parte de la casa).

- Distancias y tamaño (indica si es una calle larga, corta, estrecha; si


la habitación en grande o pequeña…).

- Estado de conservación, limpieza...

- Elementos destacables.

- Tu visión personal (si lo deseas, añade alguna apreciación personal,


algo que te guste o te moleste especialmente, o cualquier detalle que
te llame la atención).

2.2. Basándote en la ficha del apartado anterior, redacta finalmente la descripción de tu


habitación, casa o calle. Extensión aproximada: 100 - 150 palabras.

2.3. Describe cómo debe ser el pueblo más frío del mundo y cómo la ciudad más cálida
del planeta.

ACTIVIDAD 3
1.1. Distingue en el texto de la ACTIVIDAD 1 los diferentes tipos de clases de palabras.

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