¿Por qué España?

Es una pregunta muy interesante para nuestro “revisionismo histórico esotérico” el

preguntarnos POR QUÉ se eligió a España para protagonizar la conquista americana. Y digo “se
eligió”, porque sabemos bien que la campaña de conquista partió de la conspiración sinárquica
y marrana española y portuguesa que campeaba dentro de la Corona, y que fue desarrollada
por los sabios de Sión y encomendada finalmente al gran cabalista Quiblón o Colón. Y es que es
sumamente curioso preguntarnos por los motivos de tal decisión; ¿qué tenía España, como
imperio, en ese entonces, que la hizo la mejor opción para tal tarea histórica?

Se pueden enarbolar mil y un motivos o teorías que intenten responder del porqué de la
idoneidad de España para con la Conquista, desde aspectos económicos, sociológicos,
geopolíticos, genético-biológicos, psicológicos etc. Pero la verdad es muy simple para estar
pensando que la razón tuvo que ver con una decisión en verdad profundamente esotérica; Y ES
QUE ESPAÑA FUE ELEGIDA PORQUE NO QUEDABA MÁS OPCIÓN PARA EL JUDÍO. Si no hubiera
sido así, nunca se hubiera pensado como primera opción. Tal enunciación debemos basarla,
principalmente, en dos elementos de importancia: 1) el poder y la posibilidad naval y la libertad
colonial, y 2) la posibilidad religiosa de implementar la tabula rasa (empezar desde cero, pintar
en blanco, borrón y cuenta nueva como se dice). Expliquemos brevemente ambos elementos.

En aquél momento de la historia europea, tanto Francia como Italia (Alemania queda descartada
de principio obviamente) se encontraban debilitadas a nivel militar por la resaca de las cruzadas
y la constante guerra intestina que se gestaba entre los golen y los partidarios del Pacto de
Sangre, como bien podemos ver en la Novela. Aquellas naciones ya tenían una buena cantidad
de colonias de ultramar, especialmente en África, a las cuales administrar; así, su capacidad
geopolítica no podía soportar más expansionismos sin poner en peligro su estabilidad como
nacientes potencias nacionales. En cambio, España no contaba con tales asentamientos
coloniales y su fuerza militar, especialmente naval, se encontraba en auge. Vemos bien cómo
España era la única potencia europea que podía acometer con alguna relatividad de éxito una
empresa tal que ameritaría siglos de navegación y costos humanos. Ahora bien, muchos alzarán
la voz y dirán que SÍ EXISTÍA OTRA POTENCIA EUROPEA CON MEJOR PANORAMA PARA LOS
DESEOS DEL GOLEN, INGLATERRA. Esto es muy cierto, pues el Imperio Británico se encontraba
a la par en ese momento con la flota española, y era una “nación” totalmente controlada por el
golen y superior en su fe y compromiso con la llegada de la Sinarquía mundial. Pero lo cierto es
que Inglaterra no contaba con un elemento de suma importancia, crucial se diría, para el éxito
de la Conquista (cuyo objetivo más esencial era destruir el recuerdo de los Dioses Blancos en
América, cosa totalmente cumplimentada hoy): LA RELIGIÓN CATÓLICA ROMANA APOSTÓLICA.

Para entender esto último, hay que conocer bien el método histórico y estratégico que el golen
ha utilizado por milenios para conquistar el mundo; esto es, “la tabula rasa”, o del cómo la
destrucción de la tradición de los pueblos MEDIANTE LA EVANGELIZACIÓN APOSTÓLICA Y
MONÁSTICA. Sí, y que no se piense que el judeocristianismo inventó el sistema del monacato y
las misiones apostólicas, pues tal método fue “copiado” de la estructura religiosa del budismo
tibetano, rebosante en monjes y monasterios, cuyo propósito es adoctrinar DESDE LA CULTURA
a los pueblos. Esto mismo fue usado contra Europa. Como podemos ver en la Novela con lujo de
detalles, el proceso de conquista de Europa fue posible principalmente a la fundación de
ordenes monásticas y la creación de MONASTERIOS a lo largo y ancho de Europa, las cuales
llevaron la “Buena Nueva” de Jebús a cada rincón del continente. Dentro de tales cuevas de
Satanás, toda la historia europea se vería, sino destruida, tergiversada y manipulada. Esto mismo
se necesitaba hacer exactamente en América; una tropa de monjes y sacerdotes marranos que
aperturaran monasterios cada cien pasos para 1) destruir la tradición de los pueblos
precolombinos que era la tradición solar que los antiguos Dioses Blancos, o Atlantes Blancos les
legaron, y 2) empezar a adoctrinar a la población en la cosmología occidental, es decir, judía, y
su cultura modernizadora. Tal cosa NO LA PODIA OFRECER LA RELIGION PROTESTANTE y por eso
la intervención del Imperio Británico fue pospuesta para cuando ya estuvo cumplido este primer
paso. Tal intervención la podremos observar, luego, en la creación de los Estados Judíos de
Norteamérica y las campañas de “independencia” (de dependencia será) americanas.

Como vemos al revisar la Conquista, fue, efectivamente, la religión católica de la Corona

Española lo que posibilitó el éxito de los planes de la Sinarquía en suma medida, pues se
construyeron “universidades”, conventos, iglesias, MONASTERIOS, abadías, etc. que produjeron
una sociedad psicológicamente judaizada hasta hoy en día. Pero notemos bien ahora que lo que
se le hizo a América, ¡SE LO HICIERON YA PREVIAMENTE A ESPAÑA! Pues sí, España fue también
una víctima histórica del golen, quien la conquistó mediante mil triquiñuelas (el español no
debería olvidar nunca que la conquista mora fue operada por el judío sefardita), destruyendo su
pasado y tradiciones, forzándola a la religión judeocristiana y luego, como zombie
descompuesto, utilizándola para sus planes. España sabe lo que es ser conquistada y esclavizada,
lo sabe aún hoy, y es gracias a la misma mano negra que digitó la Conquista. Un esclavo contra
otro, inocentes contra inocentes, hermanos contra hermanos. Siempre ha sido así la historia
bajo las garras del Judío.

Sin embargo, debemos decir fuerte (o a título personal lo digo), claro y fuerte, ¡QUÉ BUENO QUE
HAYA SIDO ESPAÑA, Y NO FRANCIA NI INGLATERRA, PAISES GOLEN POR EXELENCIA Y DE SANGRE
SUCIA COMO LAS QUE MÁS! Debemos entender que la estrategia golen se ve limitada al rostro
y los movimientos de la Corona y el estado español Y NO CONTRA ESPAÑA COMO TAL. Si hay
una sangre tan preciosa y pura como la germana es la ibérica, en tanto que en ella se acrisolaron
las sangres godas y tartesias, entre las principales. En realidad, Y POR CONSIDERACIÓN A LA
VERDADERA HISTORIA, la conspiración judía de Colón y la Iglesia Católica sólo fue la mitad del
espíritu de la Conquista. La otra mitad, como sabemos bien los estudiosos de la Colonia y la
República, quedará grabada en los anales de los episodios hiperbóreos más bellos de la historia.
Ya un plan crítico de los Siddhas Leales fue trasladar la casa de Tharsis (una rama) junto a la
Espada Sabia a América, puesto que España quedaba totalmente en las manos del golen. Tanto
es así que todavía encontraron aquí menhires y megalitos “impolutos”, como el Menhir de
Tharsis en Tafi de Valle, hecho que hace preguntarnos si no sería más bien que muchas etnias
europeas protohistóricas tuvieron su origen en América y fueron “lanzadas” al otro lado del
Atlántico una vez ocurrido el cataclismo diluviano y hundida la Atlántida.
Sea como fuere, España resultó ser, históricamente, un arma de doble filo para las pretensiones
de la Sinarquía. Pues, tras tres siglos de ocupación y asentamiento, los reinos americanos no
parecían progresar hacia la “entelequia social” (iluminismo globalista) como se esperaba, y es
que la sangre española aún mantenía viva la llama de la Tradición. Será posteriormente, como
dijimos, que el Judío pondrá en movimiento su herramienta principal, LA MASONERÍA de las Islas
Británicas y de Francia, para intentar corregir aquello, propiciando las famosas “guerras de
independencia” que no fueron más que una especie de revolución francesa antinacionalista
(véase como las supuestas republiquetas “nacionales” fueron la destrucción de la nación
americana) para que los estados resultantes queden expuestos e indefensos ante el poderío
naciente anglo-yanqui. Es decir, repúblicas nacidas para fracasar y ser sirvientes perpetuos del
Judío anglosajón.

Podemos concluir diciendo que España no fue lo peor que le podía pasar a América, sino la mejor
de las opciones para nosotros (y una de las peores para ellos), entendiendo que la conspiración
golen es INPARABLE EN LA HISTORIA en tanto es la escatología del sentido del Mundo, y cuenta
con el poder evolutivo de la misma “alma del planeta” o Jehovah-Satanás. Si no hubiera sido así,
América y, especialmente Iberoamérica, estaría hoy bajo el control total del judaísmo como lo
está Europa; aunque cerca, todavía nos quedan unas cuantas libertades mérito de la rebeldía
hidalga del español. No faltará seguramente, y nos deja sin cuidado, la voz indigenista que diga
“en realidad, fueron los pueblos autóctonos quienes combatieron y combaten hoy al Sionismo”.
Pero nosotros sabemos la irreflexividad e incoherencia de este disparate puesto que los nativos
americanos, una vez despojados de su VERDADERA TRADICIÓN PRECOLOMBINA (que sea dicho
de paso, es desconocida para el 99% de los descendientes nativos), siempre fueron los
principales sujetos preferidos a quienes el discurso judeocomunista englobó en su aparente
“lucha revolucionaria antisistema”, y nada tienen en verdad ya de verdadera revolución. En este
entendido, un verdadero discurso indigenista debería defender a los Dioses Blancos y sus
descendientes para recién ser válida y congruente.