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Según Eric Hobsbawm. ¿Cómo se construyen las naciones?

Una nación es un grupo de habitantes de un territorio, que, en su conjunto, comparten


vínculos comunes: tradiciones, lengua, cultura, costumbres, etc.
Un estado por otra parte, es cuando se forma una organización política en un territorio,
conformada por las instituciones, leyes y autoridades que ostentan el poder.

Entiendo esto Hobsbawm nos explica que para poder comprender mejor este concepto de
“nación” debemos ir a la mitad del siglo XIX entre 1848 y 1870 en donde las políticas
internacionales trataron de la creación de una Europa de Estados-Nación

“La primavera de los pueblos” Fue una serie de manifestaciones revolucionarias que, si bien no
terminaron de forma exitosa, si marcaron una fuerte afirmación de nacionalidad, o
propiamente dicho de nacionalidades rivales, esto se acentuaría durante los próximos
veinticinco años, la fiebre nacionalista daba sus primeros indicios y no solo en Europa, La
guerra civil norteamericana fue en muchos contextos un intento de mantener la unidad frente
al desperdigamiento.

En la lógica predominante de la época, la nación se identificaba por la pertenencia de sus


habitantes, por ende, el inglés sabía que era inglés, el francés ser francés o el ruso no tenían
dudas de su identidad colectiva. Sin embargo, esto por sí solo no podía significar la lógica
necesaria para la transformación de naciones a estados soberanos con territorios definidos.

La mejor forma de determinar los estados-nación era el hecho político, la historia institucional
o la historia cultural de lo literario. Francia, Inglaterra, España, Rusia eran naciones porque
tenían estados identificados con lo francés, lo inglés, etc.

En el caso alemán, Alemania era estado-nación por dos razones: primera debido a sus
numerosos principados, que, si bien una se unieron en un estado territorial, formaron durante
mucho tiempo el "sacro imperio romano de la nación alemana" y porque los alemanes cultos
compartían el mismo lenguaje y la misma literatura.

El papel de la “clase baja” en las naciones


Como sabemos, los alemanes tenían distintos pareceres respecto a las dimensiones, la
naturaleza y la estructura del futuro estado alemán unido, pero ¿a cuántos de ellos les
preocupaba de verdad la unificación alemana?

Se acepta en general que no a los campesinos alemanes, ni siquiera en la revolución de 1848


cuando predominaba en la política la cuestión nacional, lo que denota que en esta etapa al
movimiento le faltaba aun apoyo serio por parte de la masa de la población. Por causas obvias,
los sectores más tradicionales, atrasados o pobres de un pueblo eran los últimos en participar
en tales movimientos: obreros, siervos y campesinos, quienes seguían la senda trazada por las
minorías selectas "educadas".

Es entonces que vamos a tener por primera vez, de parte de la burguesía checa, acaudalados
con suficiente riqueza, la fundación de un banco checo que permitiría la construcciones de
instituciones como el teatro nacional en Praga, pero más importante, la organización
actividades culturales masivas como los clubs gimnásticos sokol (1862) que se extendería por
zonas rurales con campañas políticas posteriores que se presentarían en ellos, causando vastas
manifestaciones de masas de campesinos al aire libre, esto ilustra la novedad y el
internacionalismo cultural de los movimientos nacionales de masas. A estos movimientos se
les terminaría llamando "mitin", sería un nuevo tipo de movimiento, distinto al nacionalismo
de minoría selecta o de clase media de los movimientos italianos alemanes.

Los Fenianos o los “primeros nacionalistas”


Uno de los movimientos más importantes en lo que se refiere a la identidad de estado, el
producido por los nacionalistas irlandeses, conocidos como “los fenianos” (La hermandad
republicana irlandesa).

Fue descendiente lineal de las fraternidades revolucionaras de los periodos anteriores a 1848.
tenían apoyo rural debido a las duras condiciones que estos debían soportar, la novedad que
representaban los fenianos, quienes por primera vez se manifestaron como tales a finales de la
década de 1850, era su absoluta independencia de los moderados de la clase media, que en su
apoyo provenía enteramente de las masas populares, por lo que se puede decir que el
fenianismo era el nacionalismo masivo de la época del liberalismo triunfante.

Sin embargo, hicieron relativamente poco en su tiempo de vida, aparte de rechazar a


Inglaterra y demandar mediante la revolución la total independencia del pueblo oprimido,
confiando en que se resolvería así los problemas de pobreza y explotación.

Si bien organizaron varios golpes y consiguieron la independencia para parte de la Irlanda


católica, no generaron nada más, dejando el futuro de esa Irlanda a los moderados del calce
medio, los ricos, hacendados y los comerciantes de pueblo de un pequeño país agrario que se
haría cargo de su herencia.

Aunque el caso de Irlanda siguió siendo único, no hay duda en que nuestro periodo el
nacionalismo fue cada vez más masivo, al menos en países poblados por blancos

Los judíos y la identidad nacional


En este contexto presente de mitad de siglo XIX se pretendía imponer la cultura y una lengua
común por medio de lo que a las instituciones se refiere. Sin embargo, veremos que los judíos
europeos se contentaban con conservar sus lenguas nativas como mame lonchen (lengua
madre) para usos privados, comunicándose con sus vecinos gentiles en el idioma preciso y, si
se “aburguesaban”, abandonando su vieja lengua y adoptando la de la aristocracia y la clase
media que los rodeaba: ingles, francés, polaco, ruso, pero especialmente alemán. Sin embargo,
los judíos de la época no eran nacionalistas, y en su fallo en conceder importancia a una lengua
"nacional", así como su falta de territorio nacional, introdujo la duda de que ellos pudieran ser
una "nación".

¿Porque Eric Hobsbawm considera que la nación puede ser una fuerza separatista o
unificadora?
La primavera de los pueblos fue una afirmación de nacionalidad o de nacionalidades rivales
como se dijo previamente y es que, en el mismo concepto de nación, dado con culturas y
etnias compartidas también abre lugar al concepto de lo externo como extranjero, diferente y
no propia de una nación en si

El concepto de nación de mitad de siglo XIX se basaba por dar un ejemplo, en el hecho de que
sea lo que fuere que dijera la historia o la cultura, los irlandeses eran irlandeses, los ingleses
eran ingleses, etc. Si bien esto dentro del núcleo de quienes compartían una lengua, cultura y
etnia los unificaba como nación misma en busca de ser estado, dejaba fuera a quienes no
compartieran dichos elementos. También veremos que la idea de “progreso” estará vigente en
la diferenciación de que estado-nación podía serlo y cual no.

Sin embargo, aunque lo mencionamos anteriormente, el fundamento de esta actitud de


separación no era necesariamente étnico, en el sentido de existir unas diferencias físicas,
incluso lingüísticas de pronta identificación, sino en la formación y asimilación de una lengua y
costumbres que debían ser unificadoras

En este punto, se tiene en claro que Francia, Inglaterra y otros países eran considerados sin
ningún problema “naciones-estado” por sus características, pero ¿Que iba a pasar con las
naciones pequeñas?

Sencillamente, bajo la mirada que se sostenía en mitad del siglo XIX, tendrían que integrarse
de modo federal o de otra manera en los estados-nación viables con o sin alguna autonomía
aun indeterminada. Bajo este argumento se decía que los estados nación se identificaban con
el progreso, por ende, era negable el carácter de naciones reales a los pueblos pequeños y
atrasados, o argüir que el progreso les debía conducir a meras idiosincrasias provinciales
dentro de las naciones "reales" más grandes

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