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DEDICATORIA
INTRODUCCION ..................................................................................................................... 5
CONCLUSIONES.................................................................................................................... 27
BIBLIOGRAFIA....................................................................................................................... 28
INTRODUCCION
Hasta hace pocos años, la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
era invariablemente una enfermedad progresiva y mortal, en la que el médico se
convertía en un espectador de su historia natural, interviniendo, en la mayoría de las
ocasiones sin éxito, para tratar las infecciones oportunistas resultado de las fallas del
sistema inmunológico.
Los viriones (virus libre no unido a células), del VIH, son partículas
esféricas de alrededor de 100 nanómetros de diámetro, constituidas por una
envoltura externa (bicapa lipídica) que el virus obtiene de la membrana de las
células que infecta, la cual contiene 72 espículas o proyecciones formadas por
la glicoproteína de envoltura 120 (gp120), unida a una proteína de
transmembrana gp41. Hacia el interior del virión se encuentra la nucleocápsula
proteica que envuelve las dos hebras idénticas del material genético, el ARN. La
cápsula o core, está constituida por dos proteínas denominadas p25 p17,
derivadas del precursor común p55. Estas proteínas protegen el ARN viral
situado al interior de la partícula junto alas proteínas p9 y p6 y a las enzimas
virales.
Los VIH, como todos los virus son incapaces de multiplicarse por si
mismos porque no pueden realizar la síntesis de sus componentes
macromoleculares (ácidos nucleico y proteínas), debido a que carecen de los
elementos fundamentales para realizar estos procesos tales como organelos,
fuente de energía, y otros. En cambio la célula viva constituye un sistema capaz
de realizar por si mismo la síntesis de macromoléculas de importancia
biológica; de aquí que los virus pueden replicarse en ella, utilizando los
elementos celulares para sintetizar los componentes virales, dando así origen a
la progenie viral y permitiendo la mantención del virus. Esta capacidad de
multiplicarse en las células vivas explica el carácter de parásito intracelular
estricto de los virus.
Una vez que el VIH infecta un individuo, se absorbe a las células que
contienen en su membrana la molécula llamada CD4, que actúa como receptor.
Esta molécula es una glicoproteína que se encuentra principalmente en los
linfocitos T Helper, aunque también está presente, en menor cantidad en otras
células (macrófagos, linfocitos B, células dendríticas foliculares, microglias,
células de Langherhans de la piel y mucosas, células placentarias, etc.) lo que de
termina un amplio rango de diseminación del VIH en el organismo del individuo
infectado. Recientes estudios han señalado la existencia de otras moléculas, los
receptores de quimioquinas, en la membrana celular los que actúan como co-
receptores de la molécula CD4.
1) Inmunidad innata.
2) Inmunidad adaptativa.
b) Proteínas sanguíneas
6.1.GRUPO I
6.2.GRUPO II
6.3.GRUPO III
a) SUBGRUPO A.
b) SUBGRUPO B.
c) SUBGRUPO C.
d) SUBGRUPO D.
e) SUBGRUPO E.
La piel y las mucosas son las áreas anatómicas con mayor frecuencia de
presentación de infecciones y neoplasias que caracterizan al SIDA.
Estomatitis necrotizante.
Alteraciones de glándulas salivales.
Hiperpigmentaciones.
6 UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN MARCOS. [En línea].; 2016 [citado 2016 10 12.
. HYPERLINK
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/dermatologia/es_%20set%202000/oral_sidaht
m.htm .