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UNIVERSIDAD SANTO TOMAS


FILOSOFÍA POLÍTICA
JOHN RAWLS.
2016-1

“TEORÍA DE LA JUSTICIA”. LA JUSTICIA COMO IMPARCIALIDAD

Este gran filósofo contemporáneo nació en Estados Unidos más exactamente en Baltimore, Maryland en 1921. Entre
1943 y 1945 estuvo en listado en la Infantería de Estados Unidos, sirviendo en Nueva Guinea, Filipinas y Japón, en la
II Guerra Mundial. Estudió en la universidad de Princeton (1950), New Jersey, y ha sido profesor de filosofía en las
universidades de Princeton, Cornell y Harvard, donde fue profesor emérito. Tuvo que reducir su labor como docente
en sus últimos años de vida, ya que el corazón le ocasionó algunos problemas de salud, aunque no dejó de escribir
artículos. Falleció en su casa de Lexington (Massachussets, USA), el Domingo 24 de noviembre de 2002, víctima de
una insuficiencia cardiaca, dejando viuda a Margeret Warfield Fox Rawls. Tenía cuatro hijos y cuatro nietos.

Muchos filósofos creen que Rawls hizo una importante contribución a la filosofía política. Otros encuentran que el
trabajo de Rawls no es convincente y está muy alejado de la práctica política. Sí que hay un consenso general en
que la publicación de "Teoría de la Justicia" en 1971 conllevó una reactivación de la filosofía política. La obra de
Rawls es multidisciplinar, y ha recibido especial atención por parte de economistas, politólogos, sociólogos y
teólogos, entre otros.

Rawls defiende un concepto liberal de la justicia; es decir, una decisión no es más justa o menos por los resultados
que genere, sino que lo es en función de los procesos o mecanismos que conducen a dichos resultados. Posición
opuesta al utilitarismo, que considera la evaluación de resultados para analizar la bondad o maldad de una decisión
pública. Es necesario aclarar que el objeto de Rawls no ha sido proponer una teoría de la justicia como virtud
individual, son una teoría de la política. Se trata de identificar cuáles son los principios a los que ha de someterse la
estructura básica de una sociedad, es decir, su constitución, sus leyes y sus principales instituciones para que esa
sociedad pueda llamarse justa.1

El planteamiento que realiza Rawls se inscribe en la tradición de liberalismo contractualista, sus principales
inspiradores Locke, Rousseau y Kant. La libertad y la igualdad conforman la idea de autonomía de Kant, idea que
Rawls recoge directamente. La autonomía de la voluntad se halla en al base del imperativo categórico kantiano de tal
modo que Kant llamó a la voluntad “principio supremo de moralidad”. 2 La sociedad es vista en términos de una
alianza para el beneficio mutuo por los individuos racionales y autointeresados, los principios que rigen este pacto se
considerarán justos únicamente si son tales que serían unánimemente acordados por individuos libres e iguales.

Por otra parte Rawls hace propio el postulado liberal de la prioridad de lo justo sobre el bien del hombre. Pues el
Estado moderno no tiene por misión hacer feliz al ciudadano, son proporcionarle los medios para que elija de manera
autónoma su ideal de vida.

Los bienes que un individuo racional desea poner en la mayor medida posible, dado que su posesión facilita el logro
de todo el otro fin y por tanto de cualquier plan de vida, los principales bienes mencionados por este filósofo son; los
derechos y libertades, el poder y las oportunidades, la riqueza y los ingresos y la autoestima. Surge un interrogante
bastante serio en torno a lo planteado por el filósofo y es ¿de acuerdo con que principio se distribuirán estos bienes
en una sociedad justa? Esta respuesta según Rawls se alcanzaría por medio de un ejercicio mental, que no tiene
nada que ver con la situación histórica, se trata pues de una construcción intelectual justificada. Partiendo del
presupuesto, imaginamos una “posición original” formado por un colectivo racional e auto interesado que han de
elegir el tipo de sociedad en el que desearían vivir. Esta posición original, tiene una similitud con el “estado de
naturaleza” muy común en el contractualismo clásico.

La originalidad de la posición de Rawls estriba en que las partes han de tomar su decisión bajo un “velo de
ignorancia” especialmente diseñado para garantizar la imparcialidad del proceso: no dispone del tipo de información
que, siendo por hipótesis autointeresado, les llevaría a optar por principios que favorecieran sus intereses en perjuicio
de los demás. Ignoran su sexo, edad, raza, religión, ideología, extracción social, nivel cultural y económico, incluso
sus rasgos físicos y psicológicos o la sociedad en la que viven. Saben que tienen un ideal de vida, pero ignoran cuál
es y, por ello mismo, no saben cómo ingeniárselas para resultar privilegiados pactando normas que les favorezcan3.

1
RODRIGUEZ Leonardo. Ética. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid. 2001. p 182
2
IZQUIERDO David Lorenzo, Revista; Estudios Filosóficos. Rawls contra McIntyre: Dos conceptos de sociedad. Volumen Nº
155. Editorial San Esteban. Salamanca. 2005. p 142
3
RODRIGUEZ Leonardo. Ética. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid. 2001. p 183
2
Como se ha hablado de un experimento mental, la posición original de Rawls no tiene que ver con una situación
histórica real o posible, se trata de una construcción intelectual justificada por su valor heurístico.

Algunas ideas de los trabajos de Rawls han recibido mucha atención, las cuales se encuentra es su obra Teoría De
La Justicia.

1. LA JUSTICIA COMO IMPARCIALIDAD


1.1. EL PAPEL DE LA JUSTICIA SEGÚN RAWLS

La justicia es la primera de las virtudes de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los pensamientos. Una
teoría, por más cuidada y concisa que sea debe ser rechazada o revisada si es falsa; de la misma manera, las leyes
e instituciones deben ser reformadas o abolidas si son injusticia sin importar cuán eficientes y bien ordenadas
pueden ser4. Cada apersona posee una inviolabilidad fundada en la justicia que ni siquiera el bienestar de la
sociedad en conjunto puede atropellar 5 por tanto en una sociedad justa, las libertades de la igualdad de ciudadanía
se dan por establecidas definitivamente.6 No obstante podemos decir que a pesar del desacuerdo cada uno tiene
una concepción de la justicia.7

Parece entonces natural pensar que el concepto de la justicia es distinto de las diferentes concepciones de la justicia
y que está especificado por el papel que tiene en común estos diferentes conjuntos de principios y concepciones.

Aquellos que sostiene diferentes concepciones de la justicia pueden entonces estar de acuerdo en que las
instituciones son justas cuando no se hacen distinciones arbitrarias entre las personas al asignarles derechos y
deberes básicos y cuando las reglas determinan un equilibrio debido entre pretensiones competitivas a las ventajas
de la vida social.8

Sin embargo, cierto acuerdo en las concepciones de la justicia no es el único requisito para una comunidad humana
viable. Hay otros problemas sociales fundamentales, en particular los de coordinación, eficacia y estabilidad. 9

Así, mientras que el papel distintivo de las concepciones de la justicia es especificar los derechos y deberes básicos,
así como determinar las porciones distributivas apropiadas, la manera en que una concepción lo hace, tiene que
afectar los problemas de eficiencia, coordinación y estabilidad. En general no podemos evaluar una concepción de
justicia sólo por su papel distributivo, por muy útil que sea este papel al identificar el concepto de justicia. Tendremos
que tomar en cuenta sus conexiones más vastas, ya que aun cuando la justicia tiene cierta prioridad por ser la virtud
más importante de las instituciones, no obstante es cierto que, ceteris paribus, una concepción de justicia es
preferible a otra cuando sus consecuencias generales son más deseables. 10

1.2. OBJETO DE LA JUSTICIA

El objeto primario de la justicia es la estructura básica de la sociedad o, más exactamente, el modo en que las
grandes instituciones sociales distribuyen los derechos y deberes fundamentales y determinan la división de las
ventajas provenientes de la cooperación social. 11 La estructura básica es el tema primario e la justicia porque sus
efectos son muy profundos y están presentes desde el principio. 12

La justicia de un esquema social depende esencialmente de cómo se asignan los derechos y deberes fundamentales,
y de las oportunidades económicas y las condiciones sociales en los diversos sectores de la sociedad. 13

Rawls dice; he caracterizado la justicia como parte de un ideal social, aunque la teoría que propondré es mucho
más amplia de lo que da a entender su sentido cotidiano. Esta teoría no se ofrece como una descripción de
significados ordinarios; sino como una explicación de ciertos principios distributivos para la estructura básica de la
sociedad. Considero entonces que el concepto de justicia ha de ser definido por el papel de sus principios al asignar
derechos y deberes, y al definir la división correcta de las ventajas sociales. Una concepción de la justicia es una

4
RAWLS John. Teoría De La Justicia. Fondo de Cultura Económica. Traducido por Maria dolores González. Quinta reimpresión.
México. 2004. p 17
5
Ibíd. p 17
6
Ibíd. p 17
7
Ibíd. p 19
8
Ibíd. p 19
9
Ibíd. p 19
10
Ibíd. p 20
11
Ibíd. p 20
12
Ibíd. p 20
13
Ibíd. p 21
3
interpretación de este papel.14 La definición que opto está pensada para aplicarse directamente al caso más
importante: la justicia de la estructura básica. No hay conflicto con la noción tradicional. 15

1.3. LA IDEA PRINCIPAL DE LA TEORIA DE LA JUSTICIA.

El filósofo John Rawls afirma que el objetivo es presentar una concepción de la justicia que generalice y lleve a un
superior nivel de abstracción la conocida teoría del contrato social tal como se encuentra, digamos, en Locke,
Rousseau y Kant. Más bien, la idea directriz es que los principios de la justicia para las estructuras básicas de la
sociedad son el objeto del acuerdo original. Son los principios intereses aceptarían en una posición inicial de
igualdad como definitorios de los términos fundamentales de su asociación. A este modo de considerar lo llamaré
justicia como imparcialidad.16 En la justicia como imparcialidad, la posición original de igualdad corresponde al estado
de naturaleza en la teoría tradicional del contrato social. 17

LA POSICIÓN ORIGINAL Y SU JUSTIFICACIÓN

La posición original es el estatus inicial apropiado que asegura que los acuerdos fundamentales alcanzado sean él
sean imparciales.18 Por supuesto que la posición original no está pensada como un estado de cosas históricamente
real, y mucho menos como una situación primitiva de la cultura. Se considera como una situación puramente
hipotética caracterizada de tal modo que conduce a cierta concepción da la justicia.

Entre los rasgos esenciales de esta situación, está el de que nadie sabe cuál es su lugar en la sociedad, su posición,
clase o status; nadie sabe tampoco cuál es su suerte en la distribución de ventajas y capacidades naturales, su
inteligencia, su fortaleza, etc. Supone incluso, que los propios miembros, del grupo no conocen sus concepciones
acerca del bien, ni sus tendencias psicológicas especiales. Los principios de la justicia se escogen tras un velo de
ignorancia.19 Las concepciones de la justicia deberán jerarquizarse según su aceptabilidad por las personas en tales
circunstancias.20 El concepto de la aposición original, es el de la interpretación filosóficamente predilecta de esta
situación de elección inicial con objeto de elaborar una teoría de la justicia. El objetivo del enfoque contractual es
establecer que, al considerarlas conjuntamente, impone límites significativos a los principios aceptables de la
justicia.21

LA POSICIÓN ORIGINAL Y EL VELO DE LA IGNORANCIA

La intención de la posición original es establecer un procedimiento equitativo según el cual cualesquiera que sean los
principios convenidos, éstos sean justos. 22

El velo de la ignorancia es un concepto utilizado por Rawls para llegar a los principios de la justicia. El velo de la
ignorancia consiste en que cuando las personas eligen los principios de la justicia no saben cuáles van a ser sus
circunstancias específicas, que posición social ocuparán. Se supone, entonces, que las partes no conocen su lugar
en la sociedad, su posición o clase social; tampoco sabe cuál será su suerte en la distribución de talentos y
capacidades naturales, su inteligencia y su fuerza, etc. Igualmente nadie conoce, ni siquiera los rasgos particulares
de su propia psicología, tales como su aversión al riesgo, o su tendencia al pesimismo o al optimismo. 23 Como los
principios que emergerán no son diseñados para la ventaja o desventaja de los individuos en un particular escenario,
los principios que emergen del velo de la ignorancia pueden ser considerados justos.

Esto asegura que los resultados del azar natural o de las contingencias de las circunstancias sociales no darán a
nadie ventajas ni desventajas al escoger los principios. 24 Entonces, en la medida en que sea posible, los únicos
hechos particulares que conocen las partes son que su sociedad está sujeta a las circunstancias de la justicia, con
todo lo que esto implica.25

14
Ibíd. p 23
15
Ibíd. p 24
16
Ibíd. p 24
17
Ibíd. p 25
18
Ibíd. p 29
19
Ibíd. p 25
20
Ibíd. p 30
21
Ibíd. p 30
22
Ibíd. p 135
23
Ibíd. p 136
24
Ibíd. p 25
25
Ibíd. p 136
4
El objetivo de la idea del velo de la ignorancia es el de utilizar este concepto como un test sobre la equidad de los
principios de la justicia. Los principios que no emergieran del velo de la ignorancia no serían aceptables. Los
principios que se propondrían si las circunstancias futuras de un individuo se supieran, se deben excluir.

La posición original por lo tanto tiene dos funciones:

A) Funciona como un mecanismo revelador que nos permite alcanzar los principios de la justicia

B) Se nos presenta como un punto de vista desde el cual los principios de la justicia deberían ser examinados.

Podría decirse que la posición original es el status quo inicial apropiado y que, en consecuencia, los acuerdos
fundamentales logrados en ella son justos. Esto explica lo apropiado del nombre “justicia como imparcialidad”:
transmite la idea de que los principios de la justicia se acuerdan en una situación inicial que es justa. El nombre no
significa que los conceptos de justicia y equidad sean los mismos.26 La justicia como imparcialidad comienza, con una
de las elecciones más generales que las personas pueden hacer en común, esto es, con la elección de los principios
de una concepción de justicia que habrá de regular toda la crítica y reformar subsecuente de las instituciones. 27

Rawls insiste en que esta posición original es puramente hipotética. Por tanto, un modo de considerar la idea de la
posición original es verla como un recurso expositivo que resume el significado de esas condiciones y nos ayuda a
extraer sus consecuencias. Por otro lado, esta concepción es también una noción intuitiva que sugiere su propia
elaboración, de tal modo que guiados por ella nos vemos conducidos a definir más claramente el punto de vista
desde el cual podemos interpretar mejor relaciones morales. Necesitamos una concepción que nos permita
contemplar nuestros objetivos desde lejos: la noción intuitiva de la posición original habrá de hacerlo por nosotros. 28

LOS DOS PRINCIPIOS DE LA JUSTICIA

Primer Principio. Principio de libertad

Cada persona ha de tener un derecho igual al más extenso sistema total de libertades básicas compatibles con un
esquema semejante de libertad para los demás.

Segundo Principio. Principio de diferencia.

Las desigualdades económicas y sociales habrán de ser conformadas de modo tal que a la vez que:

a) Mayor beneficio de los menos aventajados, de acuerdo con un principio de ahorro justo, y
b) Unidos a los cargos y las funciones asequibles a todos, en condiciones de justa igualdad de oportunidades 29

Por su parte, el criterio de prioridad establece que, en caso de conflicto entre los dos principios de justicia, el primero
ha de prevalecer siempre sobre el segundo; y en caso de conflicto entre las dos partes del segundo principio, la
segunda ha de prevalecer sobre la primera.30

Estos principios se aplican en primer lugar, a la estructura básica de la sociedad, y rigen la asignación de derechos y
deberes regulando la distribución de las ventajas económicas y sociales. 31

Las libertades aludidas en el primer principio incluyen libertades políticas, 32 ahora bien, es esencial observar que las
libertades básicas son la libertad se dan a través de la numeración de tales libertades. Las libertades básicas son la

26
Ibíd. p 25
27
Ibíd. p 26
28
Ibíd. p 33
29
RAWLS John. Teoría De La Justicia. Fondo de Cultura Económica. Traducido por Maria dolores González. Quinta
reimpresión. México. 2004. p 280
30
RODRIGUEZ Leonardo. Ética. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid. 2001. p 184
30
RAWLS John. Teoría De La Justicia. Fondo de Cultura Económica. Traducido por Maria dolores González. Quinta
reimpresión. México. 2004. p 68
31
RODRIGUEZ Leonardo. Ética. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid. 2001. p 184
23
Ibid. p 184
24
RAWLS, John. Teoría De La Justicia. Fondo de Cultura Económica. Traducido por Maria dolores González. Quinta
reimpresión. México. 2004. p 68
5
libertad política (el derecho a votar y a ser elegido para ocupar puestos públicos) y la libertad de expresión y de
reunión; la libertad de conciencia y de pensamiento; la libertad de la persona que incluye la libertad frente a la
opresión psicológica, la agresión físico y el desmembramiento (integridad de la persona); el derecho a la propiedad
personal y la libertad respecto al arresto y detención arbitrarios, tal y como está definida por el concepto de estado de
derecho. Estas libertades habrán de ser iguales conforme al primer principio. 33

El segundo principio se aplica, en su primera aproximación, a la distribución del ingreso y la riqueza a formar
organizaciones que hagan uso de las diferencias de autoridad y responsabilidad o cadenas de mando. El segundo
principio del principio de diferencia se aplica haciendo asequibles los puestos y, teniendo en cuenta esta
redistribución, disponiendo las desigualdades económicas y sociales de modo tal que todos se beneficien. 34

La Tendencia A La Igualdad

El principio de diferencia da algún valor a las consideraciones particulares por el principio de compensación. Este
principio afirma que las desigualdades inmerecidas requieren una compensación; y dado que las desigualdades de
nacimiento y de dotes naturales son inmerecidas, habrá de ser compensadas de algún modo. 35 La teoría de Rawls
dentro de las teorías liberales de la justicia puede ser tildada de igualitaria. Las implicaciones que el igualitarismo
tienen dentro de la teoría de la justicia dice relación con el modo en cómo afecta la distribución de los beneficios
producto de la cooperación social.

En las sociedades las desigualdades, de todo tipo, entre sus miembros tienen dos explicaciones: la arbitrariedad o la
responsabilidad. La desigualdad por arbitrariedad implica que las características que las personas no pueden
controlar de si mismas. Esas circunstancias suelen vincularse a la posesión de ciertos bienes o ciertos talentos
personales (también la desigualdad puede ser instaurada mediante discriminaciones). Estos estados de cosas son
producto de una teoría natural. Por otro lado, la desigualdad por responsabilidad responde a ciertos estados de cosas
que puede ser imputable a decisiones tomadas conscientemente por los individuos en quienes repercuten.

El principio sostiene que con objeto de tratar igualmente a todas las personas y de proporcionar una autentica
igualdad de oportunidades, la sociedad tendrá que dar mayor atención a quienes tienen menos dones naturales y a
quienes han nacido en las posiciones sociales menos favorables. 36 En este escenario el igualitarismo pretende dirigir
las instituciones del Estado a procesar los hechos de la naturaleza frutos de la arbitrariedad de una forma no pasiva,
sino intentando aplacar su fuerza, e intentando hacer cargar a los individuos únicamente con las consecuencias que
se siguen de sus propias elecciones. Pagar el costo de sus elecciones, es una máxima que conecta la teoría de la
justicia igualitaria con el principio de autonomía kantiano. La idea es compensar las desventajas contingentes en
dirección hacia la igualdad.37

Nadie merece una mayor capacidad natural ni tampoco un lugar inicial más favorable en la sociedad. Lo que es
posible es configurar la estructura básica de modo tal que estas contingencias funcionen a favor de los menos
afortunados. Nos vemos así condicionados al principio de diferencia si queremos continuar el sistema social de
manera que nadie obtenga beneficios o perdidas debidos a su lugar arbitrario en la distribución de dones naturales o
a su posición inicial en la sociedad, sin haber dado o recibido a cambio ventajas compensatorias.38

En la justicia como imparcialidad los hombres convienen en compartir el destino común. Al formar sus instituciones
deciden aprovechar los accidentes de la naturaleza y las circunstancias sociales sólo cuando al hacerlo sea para el
beneficio común. Los dos principios son una manera equitativa de afrontar las arbitrariedades de la fortuna, y las
instituciones que los satisfacen son justas, aunque en otros aspectos sean seguramente imperfectas. 39

Contractualismo Rawlsiano

Frente al intuicionismo y al utilitarismo Rawls se vincula a una tercera tradición, que no es propiamente de filosofía
moral, sino de filosofía política: el contractualismo. Históricamente la idea del contrato social es usada para explicar el
poder del Estado. El liberalismo es proclive a usar el argumento del contrato en la medida que pone acento en la idea
de autonomía de los individuos, encuentra fuerza en la idea de que la propuesta sobre justicia, es o podría ser

34
Ibíd. p 68
35
Ibíd. p 103
36
Ibíd. p 103
37
Ibíd. p 103
38
Ibíd. p 104
39
Ibíd. p 105
6
aceptada por los afectados por ella. La idea del contrato explica que debemos obedecer aquellas normas que nos
hemos comprometido a cumplir justamente por eso, porque nos comprometimos.

Tipos De Contrato

Podemos distinguir entre distintas versiones del contrato social:

A) El contrato hobbesiano. Es un acuerdo que todos firmaríamos de encontrarnos en el estado de naturaleza, pues
establece reglas mutuamente beneficiosas. El contrato hobbesiano se plantea por tanto como un acuerdo real.
Existen autores que plantean que el contrato social hobbesiano es un hecho histórico existente, sin embargo no es
necesario afirmar tal cosa para creer que los hombres tal como existen en la sociedad que conocemos, darían en
forma real se consentimiento en dicho contrato. La igualdad de la que gozan lo participantes en el contrato
hobbesiano reside de su similar poder de negociación. Esta última idea implica que no habría incentivos para tratar
como iguales a los más débiles. Esto es contraintuitivo en la búsqueda de la justicia.

B) El contrato hipotético de Rawls: Tal como el de Kant, es un acuerdo que firmaríamos si nos encontráramos en
determinadas condiciones ideales, en las cuales se representan nuestras características de seres libres e iguales. E
igual que Rousseau, es un acuerdo que transforma nuestras voluntades, de voluntades individuales a voluntad
general, esto es, un cambio del estatus moral de las personas. Pero, ¿para qué nos sirve saber qué acuerdo
hubiésemos firmado en condiciones ideales, si no tienen nada que ver con nuestra vida real? El contrato para Rawls
no es más que un recurso teórico para afirmar el igual estatus moral de las personas (su igual importancia) y así
construir unos principios de justicia a la luz de los cuales juzgar las instituciones fundamentales de la sociedad.

IDEA CENTRAL DEL CONTRATO DE RAWLS

La idea central del contrato rawlsiano, es el juego de regateo que tenía por finalidad entregar un principio moral, sin
premisas sustantivas. El juego de regateo se basa en una negociación entre sujetos, que pretende llegar a un
acuerdo unánime sobre los principios que servirán de criterios para valorar sus instituciones y sus costumbres.
Existen dos consideraciones adicionales: durante el juego los participantes pueden comportarse egoístamente, sin
embargo después de acordados los principios de justicia, los participantes deben someterse a ellos: “tener una
moralidad es como haber adquirido un firme compromiso previo; porque debemos atenernos a los principios de la
moralidad aunque sea en prejuicio propio”

Cuestiones Fundamentales Vinculadas Al Contrato Hipotético Rawlsiano

A) El objetivo del contrato es el establecimiento de ciertos principios de justicia, que regirán las instituciones básicas
de la sociedad (la estructura básica) y no servirán para solucionar casos particulares;

B) Dichos principios sólo se aplican en sociedades bien ordenadas. Ésta es aquella orientada a promover el bien de
sus miembros, esto es, donde priman las circunstancias de la justicia. Sociedades en que existe una
superabundancia de bienes o una carencia de ellos, o donde las personas son física y mentalmente muy diferentes
no calzan dentro de este perfil.

Justicia Procedimental

Para Rawls no existe un criterio sustantivo para determinar lo que exige la justicia. Sin embrago existen
procedimientos que nos pueden dar una ayuda para llegar a resultados equitativos. Existen por tanto:

A) Justicia procedimental pura. No se sabe cuál es el resultado que se quiere lograr, pero el procedimiento establece
un resultado equitativo;

B) Justicia procedimental perfecta. Existe un procedimiento que es capaz de garantizar que siempre se arribara a un
resultado juzgado como deseado;

C) Justicia procedimental imperfecta. Existe un resultado querido, que juega como criterio de evaluación del éxito del
procedimiento, pero sin embargo no existe un procedimiento capaz de garantizar el éxito en la búsqueda de tal
resultado. Según Rawls, en la búsqueda de los principios de justicia nos encontramos en una situación de justicia
procedimental pura.

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