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AREA DE FILOSOFIA
TALLER DE LECTURA CRÌTICA
Constituye una gran y difícil empresa tratar de reconocer qué es el saber y hasta qué
punto se puede llegar a conocer todo cuanto existe en el contexto en el que nos
desenvolvemos, sin embargo, baste decir que existen algunas formas de saber
claramente reconocidas cada una de las cuales posee una importancia gradual de
acuerdo al cómo, cuándo, para qué y por qué hacemos uso de cada una de ellas:
El saber productivo:
El saber cotidiano:
Si observamos lo que hacemos a lo largo del día podemos dar cuenta de lo que hemos
aprendido desde que éramos pequeños, como aquellas cosas que quedaron registradas
desde entonces y que ahora parecen “normales”. Aún ahora aprendemos cosas nuevas
que pronto las convertiremos en un hábito automático. Pero no solo se trata de saberes
que podemos poner en práctica, sino de conocimientos que tenemos sobre muchos
temas que no implican acción alguna.
El saber teórico:
El término saber desde el punto de vista filosófico está relacionado con el término sabor
(la acción de probar las cosas y descubrir a qué saben) en sentido más amplio, el saber
es un contacto con la realidad con el único fin de distinguirla y entenderla: hacer
consciente lo que se sabe, sistematizar lo sabido, poder dar razón de ello ante los demás,
ser capaz de preguntarse por lo que uno sabe con actitud crítica. El ser humano dispone
de dos fuentes de saber: va más allá de los sentidos y muestra la esencia (la verdad de
las cosas desde el entendimiento) razón; además proporciona la experiencia básica de
las cosas (muestra la realidad a través de los sentidos) sensibilidad. De allí el significado
del término filosofía: “Amor a la sabiduría”