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1. Instrumento de análisis
El sistema internacional es un conjunto de interacciones entre los diferentes actores
internacionales, que ponen acentos sobre la totalidad antes que sobre las partes y se
confunde así con las relaciones internacionales como campo de estudio.
La noción de sistema internacional será utilizada como instrumento de análisis ya que sirve
para conceptualizar una realidad de carácter total sin determinar la naturaleza de las
relaciones entre las unidades.
Kal Holsti: un sistema internacional puede ser definido como una colección de entidades
políticas independientes (tribus, estados ciudad, naciones o imperios) que interactúan con
considerable frecuencia y conforme a procesos regularizados.
Raymond Aron: denomina sistema internacional al conjunto constituido por una serie de
unidades políticas, que mantiene entre sí relaciones regulares y que son todas susceptibles
de verse implicadas en una guerra general.
El sistema internacional es un modelo o tipo ideal que nos permite abordar la realidad
confusa con ideas claras, a riesgo de simplificar en algunos casos la complejidad de la
sociedad internacional. El tipo ideal no está concebido como descripción detallada de la
realidad, sino que es una reconstrucción elaborada sobre la base de la selección de
determinados rasgos. La lógica del sistema internacional es inter-paradigmática.
Tras dichos puntos, entendemos que el sistema internacional está constituido por un
conjunto de actores, cuyas relaciones generan una configuración del poder (estructura)
dentro de la cual se produce una red completa de interacciones (proceso) de acuerdo a
determinadas reglas.
De esta manera, actores, estructura y proceso constituyen los tres puntos de referencia
básicos en nuestro análisis.
El actor internacional es aquella unidad del sistema internacional (entidad, grupo, individuo)
que goza de habilidad para movilizar recursos que le permitan alcanzar sus objetivos, que
tiene capacidad para ejercer influencia sobre otros actores del sistema y que goza de cierta
autonomía.
A partir de esta definición aparecen tres tipos de actores internacionales, a partir del hecho
de que el Estado o los Estados sean actores internacionales no elimina la existencia de
actores no estatales. Primeramente, hay que considerar el caso de las organizaciones
interestatales o intergubernamentales para preguntarse si estas instituciones, creadas y
animadas por los Estados han adquirido frente a sus miembros el mínimo de autonomía
necesaria para desempeñar una función específica. Frente a los organismos interestatales,
se encuentra el inmenso y mal definido sector de las iniciativas privadas. Bajo la
denominación de fuerzas transnacionales, se encuentran muy numerosos ejemplos de
grupos que asumen unas funciones y que ejercen una influencia más o menos grande sobre
la decisión de otros actores. (esos ejemplos variados de fuerzas transnacionales se
circunscriben a tres fenómenos: organizaciones no gubernamentales, firmas
multinacionales y opinión pública internacional)
1. Estados
2. Organizaciones intergubernamentales
3. Fuerzas transnacionales (organizaciones no gubernamentales, firmas
multinacionales y opinión pública internacional)
La consolidación de estado como forma de organización política es una evidencia, solo hay
que recordar que la ONU ha pasado de 51 miembros en 1945 a 193 miembros oficiales (sin
tener en cuenta los dos en carácter de observadores) en 2019. La fragmentación
estatalizadora es un hecho cotidiano desde el fin de la Guerra Fría. La crisis de estado está
asociada al desafío que supone para los gobiernos nacionales otro tipo de actores.
El papel del estado como actor internacional se ve desafiado por su propia proliferación que
supone la utilización de un mismo concepto para hablar de realidades absolutamente
diferentes.
Soberanía y territorio
Los elementos constitutivos del estado moderno son tres: territorio, población y gobierno.
Jurídicamente, el estado se diferencia de cualquier otro actor porque goza de soberanía.
En términos jurídicos, todos los estados son iguales, en tanto que todos son soberanos (art.
2.1 de la Carta de las Naciones Unidas).
Hedley Bull indica que la soberanía incluye la “soberanía interna”, que comporta la
supremacía sobre cualquier otra autoridad existente entre la población o en el territorio y la
“soberanía externa”, que significa independencia de cualquier autoridad externa, ninguna
autoridad puede decir al estado como actuar, el estado es independiente.
El reconocimiento es el ejemplo de partida que nos muestra que toda consideración sobre
el papel de un estado en el sistema internacional se ha de expresar en términos de relación.
Los principios han sido habitualmente vulnerados por los países firmantes, siendo el caso
del principio de no injerencia o no intervención en asuntos internos o externos de otro
estado. Ahora bien, en los últimos años se puede hablar de una corriente amplia de opinión
que se plantea la revisión de algunos principios, como el de no intervención, sobre la base
de criterios humanitarios (deber de injerencia humanitaria).
El status legal de estado (soberanía) lo diferencia de cualquier otro actor internacional, pero
tambien, goza de una segunda característica que le diferencia de los demás actores, la
disposición de un territorio, ningún otro actor dispone legalmente de un territorio.
Mas allá del criterio jurídico definidor de toda entidad estatal (soberanía), el enfoque
funcional de las relaciones internacionales se centrará en la habilidad de cada entidad para
movilizar recursos de cara a la consecución de objetivos determinados y en la capacidad
de la misma para ejercer influencia sobre el comportamiento de otros actores del sistema
internacional.
Criterios diversos nos permitirán clasificar a los 195 estados de la ONU en múltiples
subclases. Algunos autores hablan de “clubes de estados”, como los ricos, los
nuclearizados, los exportadores de combustible, los militarizados, etc.
1. La edad del estado: durante los años 1945 y 1975 se dio un importantísimo
crecimiento entre los países miembros de la ONU, que pasaron de ser 51 a 145.
Esto supuso la entrada en la organización de un nuevo mundo (afro-asiático) racial
y culturalmente alejado del mundo ginebrino (europeo-americano) que dio origen a
la ONU en 1945. La descolonización masiva en la década de los 70 significo la
aparición de una enorme multitud de estados que, en su mayoría, carecían de
recursos humanos adecuados para dirigir y gestionar el país. Los estados jóvenes
tienen enormes diferencias en comparación a los viejos, son unos hándicaps
(pobreza, falta de infraestructuras, sociedades no consolidadas dentro de sus
fronteras) que nos permiten hablar de países en crisis. El tema de los estados en
crisis se ha hecho cada vez más visible en la agenda internacional. Hoy es común
vincular los estados fallidos con seguridad en general (la de los propios habitantes
del país y la del resto del planeta).
Otros dos criterios básicos a la hora de abordar las diferencias tangibles entre los estados
son el tamaño económico y el tamaño militar.
1. PNB: cuatro estados (USA, China, Japón y Alemania) acumulan más del 50% de la
producción mundial.
2. PNB per cápita: ha servido de base al Bando Mundial para diseñar una clasificación
aplicable a todos los estados del mundo. El PNB per cápita nos muestra que en las
últimas décadas las diferencias van en aumento entre el sector privilegiado de estados
y los demás. Una quinta parte de la humanidad, principalmente en los países
industrializados, cuenta con las cuatro quintas partes del ingreso mundial y otras
oportunidades de desarrollo. De manera gráfica, en 2003 la renta anual de un habitante
de Luxemburgo era de 44.000 dólares, el de uno de Etiopia era de 90 dólares. El Banco
Mundial clasifica los estados en 3 grupos según su nivel de PNB per cápita, países de
ingresos bajo, de ingreso medio y países de ingreso alto.
3. Índice de desarrollo humano (IDH): el aumento espectacular de las diferencias entre
países pobres y ricos en las últimas décadas asi como el deterioro social generalizado
en el tercer mundo y en algunas capas sociales de los países ricos llevo al Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a buscar indicadores que permitieran
captar (mejor que las cifras macroeconómicas de carácter global para un estado) el nivel
de desarrollo, de ahí nace el IDH. Este índice está formado por tres componentes
básicos de desarrollo humano.
El IDH se considera más explicativo que el PNB per cápita ya que este no refleja la forma
en que el crecimiento económico se traduce en bienestar humano. El IDH sirve para
clasificar a los países según sean. El IDH sirve para clasificar a los países según sean
grupos de alto desarrollo humano, de desarrollo medio o bajo.
Estados armados
En términos mundiales, el nivel de gasto militar por parte de los estados ha sufrido cambios
tras el fin de la Guerra Fría. El momento cumbre en el gasto militar a nivel mundial
corresponde al año 1986-1987. En ese momento, y globalmente, los grandes países en
términos armamentísticos eran bien conocidos, EEUU y la URSS.
La reducción del gasto militar a nivel mundial fue una constante desde finales de los 80
hasta 1998. Sin embargo, entre 1998 y 2000 hay que hablar de un repunte del gasto. La
reducción se sitúa fundamentalmente en América del Norte, Europa y Oriente Medio. En
cambio, África, Asia y América Latina fueron escenarios continuados de aumento del gasto.
Los países pobres ocupan puestos proporcionalmente destacados por su gasto militar con
las consecuencias negativas que ello comporta a nivel de gastos sociales del estado. La
situación de guerra civil o de regímenes dictatoriales en países del 3er mundo alimenta
buena parte de la industria armamentística.
Hay que destacar el papel de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas, los supuestos responsables del mantenimiento de la paz a nivel
mundial, que desempeñan a su vez el papel de potencias exportadoras de armamento hacia
continentes conflictivos, donde radican la mayor parte de conflictos armados. Los “cinco
guardianes de la paz”, en terminología roosveltina, son responsables del 80% del
armamento adquirido por los países en los que se multiplican los conflictos armados.
En los países en desarrollo, las probabilidades de morir debido al abandono social (por
desnutrición y enfermedades prevenibles) es superior en 33 veces a las probabilidades de
morir en una guerra como resultado a una agresión externa. Por tanto, el gasto de armas
menoscaba la seguridad humana, al construir preciosos recursos que podrían haberse
destinado al desarrollo humano.
Los analistas de las RRII distinguen entre el poder como recurso (base del poder) y el poder
como influencia (el ejercicio del poder de un estado sobre los demás). El poder solo se
puede entender como una relación entre estados y la estimación del poder debe realizarse
en las precisas circunstancias en las que la interacción tiene lugar.
Junto a los recursos que dotan al estado de una capacidad determinada (tener poder), este
debe gozar de las estructuras políticas, sociales y económicas que permitan al gobierno
movilizar dichos recursos y convertirlos en instrumentos de política exterior, con el objetivo
de ejercer influencia internacional.
La voluntad o falta de ella para asumir funciones es básica a la hora de valorar la influencia
que va a ejercer un estado.
En la década de los 70, ligados a los cambios internacionales del momento comienzan a
aparecer múltiples trabajos que plantean la dificultad cada vez mayor para fundir un recurso
y transformarlo en otro. En tendencia a dar cada vez mayor importancia al poder suave
frente al poder duro y a multiplicar los espacios de cooperación relega al pasado el discurso
tradicional de los recursos militares como determinantes en el sistema internacional. En
términos globales, el poder es menos coercitivo (menos militar).
Hoy en día, el poder y la soberanía del estado se ven afectados por los fenómenos
económicos-ecológicos, como la deuda externa o la disminución de la capa de ozono. El
poder hoy en día es un poder difuso, según Joseph Nye es una “difusión que ha sido
propiciada, como mínimo, por cinco fenómenos: la interdependencia económica, los actores
transnacionales, el nacionalismo en los estados débiles, la extensión de la tecnología y los
cambios en el escenario político”.
3. La gran potencia: este concepto será aplicado tras la Segunda Guerra Mundial al
grupo de países con intereses mundiales que cumplen funciones diferentes en el
sistema (Francia, UK, Japón y Alemania). Como miembros permanentes del
Consejo de Seguridad y del Club Nuclear, China, Francia y UK desempeñan un
papel jerárquicamente superior en el sistema internacional que aúna historia,
prestigio y voluntad política. Japón y Alemania consiguen (gracias a sus recursos
financieros y comerciales) convertirse en erosionadores de papel hegemónico de
EEUU en el ámbito económico internacional.
Definición y génesis
La organización internacional tiene seis rasgos diferenciales indiscutidos
1. Carácter interestatal
2. Base voluntaria
3. Órganos permanentes
4. Voluntad autónoma
5. Competencia propia
6. Cooperación entre sus miembros a efectos de la satisfacción de intereses comunes
El alcance geográfico, los fines y la estructura organizativa nos van a permitir establecer
una tipología en este mundo complejo de la cerca de 250 organizaciones que existen hoy
en día.
Éste primer criterio de clasificación nos sirve para diferenciar entre organizaciones
universales y organizaciones regionales teniendo en cuenta que en este último caso
existen escalas geográficas variables. Son justamente las organizaciones regionales las
grandes responsables del crecimiento numérico de las organizaciones internacionales
hasta nuestros días, lo que no siempre es considerado como síntomas positivos. Según
Díaz de Velasco “su proliferación no deja de ser fuente de numerosos problemas.
Derivados de eventuales situaciones de concurrencia, despilfarro humano y financiero, lo
que exige importantes medidas de coordinación”.
Según sus fines o la extensión de sus funciones, existen dos tipos de organizaciones.
Cantidad y calidad no van unidas, si nos centramos exclusivamente en las cifras nos
encontramos con que África es el espacio en el que las redes de interdependencia y
comunicación deberían ser más densas. Sin embargo, la mayor parte de las
organizaciones regionales existentes en África son inoperantes, carecen de recursos y
han sido creadas sobre cimientos poco sólidos.
La densidad organizativa a nivel mundial sigue una lógica basada en las desigualdades
que hemos apreciado en el sistema de estados, a nivel de recursos tangibles e intangibles.
Las organizaciones internacionales son un reflejo de la interdependencia global que se
expresa en círculos concéntricos, donde el círculo se va nutriendo sucesivamente por
países nórdicos, países de la Unión Europea y países de la OCDE, seguidos por los
países árabes y un grupo de potencias mundiales y regionales de América y/o Asia.
El carácter globalizadora de las organizaciones intergubernamentales ha reforzado la
trama de interdependencia entre los países de la OCDE, aumentando el nivel de bienestar
y seguridad entre ellos. El centro del sistema se ha visto favorecido al respecto de la
periferia gracias a las organizaciones regionales. Los estados más internacionalizados
del mundo se caracterizan por gozar de un elevado nivel de desarrollo humano, ser una
potencia del sistema y/o tener voluntad de contar con un perfil internacional destacado
Son todos aquellos grupos que no parten de una iniciativa pública, sino privada, y que,
como corresponde a todo actor internacional influyen en el sistema internacional. Son
flujos que pueden provenir de una acción estrictamente individual, que pueden adoptar la
forma de opinión pública a nivel internacional, que pueden generar beneficios, que pueden
tener fines humanitarios o espirituales, etc.
Tanto por su naturaleza como por sus finalidades, la fuerza transnacionales son múltiples
y muy diversas. Como dice Marcel Merle “entendemos por fuerzas transnacionales a los
movimientos y a las corrientes de solidaridad de origen privado que tratan de establecerse
a través de fronteras y que tienden a hacer valer o imponer su punto de vista en el sistema
internacional”.
Los años 80 se pueden calificar como la década de las ONG, tendencia que sigue en
nuestros días. Lo que viene a indicar que la trascendencia pública de las ONG como
actores internacionales es relativamente reciente. Pero esto realmente choca con la
antigüedad del fenómeno: el Yearbook of International Organizations ya señala la
existencia de una ONG del grupo de las órdenes religiosas en el año 312.
El proceso histórico que lleva hasta las actuales ONG puede dividirse en tres periodos.
1. Llega hasta el siglo XIX durante el cual el fenómeno de la ONG está vinculado a
la vida religiosa.
2. Haber sido creadas por un acto derivado del derecho interno de una de las partes.
4. Tener una sede estatutaria en el territorio de una de las partes y tener su sede real
en el territorio de esta misma parte o de otras de las partes.
Las ONG son asociaciones o grupos, constituidos de modo permanente por particulares
de diversos países que tienen objetivos no lucrativos de alcance internacional.
Cabe decir que todas las grandes ONG, de una u otra manera, son multinacionales.
Marcel Merle dice que “la colectividad de los estados nunca ha aceptado conferir a las
ONG un estatuto jurídico apropiado a su naturaleza y a sus funciones. A falta de un
acuerdo internacional que le valdría reconocimiento y libertad de acción en el territorio de
todos los estados signatarios, las ONG se ven obligadas a colocarse bajo el imperio de la
legislación del país donde han decidido fijar su sede”.
Beigbeder: “la financiación pública puede ocasionar la dependencia de las ONG con
respecto a los poderes políticos nacionales y las OI. Lo que puede limitar la autonomía y
la libertad de opinión y expresión de las ONG cofinanciadas. Estas organizaciones
deberían definir públicamente y aplicarse un límite de financiación pública a fin de reducir
ese riesgo”.
La falta de transparencia financiera y la gestión de algunas ONG, que lleva a que la mayor
parte de los recursos sean para la supervivencia de la propia organización, ha ocasionado
un cierto malestar en algunos países de la OCDE.
Estas dudas con respecto la independencia efectiva de las ONG han llevado al ECOSOC
a mostrarse cauto a la hora de conceder el estatuto consultivo, que es considerado como
una etiqueta de credibilidad internacional. El estatuto consultivo de una organización
internacional otorga a una ONG un cierto reconocimiento de su trabajo y le supone mayor
legitimidad y prestigio para continuar ejerciendo sus funciones. El estatuto convierte a la
ONG en órgano de consulta, en vínculo entre la sociedad y las organizaciones
internacionales. El hecho de disponer de un estatuto consultivo sitúa a las ONG en una
posición privilegiada y se pueden convertir, frente a las organizaciones internacionales,
en grupos de presión, asesoras, consultoras, instrumentos operativos, etc.
1. El status general: les permite intervenir en la elaboración del orden del día en las
sesiones del Consejo, son ONG con actividades amplias que cubren todos o casi
todos los terrenos de trabajo del ECOSOC. Son vastas social y geográficamente.
2. Statu especial: ONG con competencias particulares, este status permite que las
ONG asistan a las reuniones públicas del Consejo y que presenten informes por
escrito.
De los 27 países del mundo cursos nacionales pertenecen a más de 2000 ONG, 23 son
países del marco de la OCDE. El mundo se globaliza desde el centro. Las redes de la
sociedad global se tejen de modo más eficaz ahí donde se radican los centros públicos
de poder, quienes financian, en buena medida la acción de esas ONG.
Las empresas trasnacionales actúan en varios países, pero tienen una lógica común de
actuación. La empresa matriz, responsable de las inversiones directas que se hacen en
otros países, es también la responsable de la gestión del conjunto.
El objetivo lucrativo, la maximización de los beneficios gracias a una estrategia mundial y
a costa de las condiciones locales, es la razón de ser de estas empresas.
Dos cosas han atraído el interés de los estudiosos del sistema internacional en relación
con las empresas transnacionales, por una parte, las relaciones de estas empresas con
los estados y por la otra, el efecto de las mismas sobre la evolución del sistema económico
internacional.
Si reducimos los actores que configuran la estructura del sistema a las potencias es
porque solo ellas disponen del poder estructural que permite dictas las reglas del juego a
nivel global en el sistema internacional. El poder estructural comporta el control sobre la
seguridad, la producción, las finanzas, los conocimientos y las ideas.
La jerarquía entre estados y el equilibrio entre las grandes potencias constituyen los dos
elementos estructurales fundamentales en el marco de la anarquía internacional, que la
transforman en una simple pluralidad caótica de estados en un sistema de estados, o sea,
en una realidad caracterizada por un orden relativo y, por tanto, relativamente más
comprensible y más previsible en sus procesos concretos.
Otro gran criterio útil para el análisis gira en torno a los sistemas de valores de las
potencias. Raymond Aron dice “me parece fundamental la distinción entre sistemas
homogéneos y sistemas heterogéneos. Los homogéneos son aquellos en los cuales los
estados pertenecen al mismo tipo y obedecen al mismo concepto de política. Los
heterogéneos son aquellos sistemas en lo que los estados están organizados de acuerdo
a otros principios y proclaman calores contradictorios”. La homogeneidad facilita la
comunicación en el sistema, mientras que la heterogeneidad la dificulta.
La noción de equilibrio entre las grandes potencias en el sistema internacional está
directamente asociada con el mantenimiento del orden en el sistema internacional. El
número de potencias que conforman la estructura es el criterio más utilizado para
establecer la tipología del sistema, que se divide en tres:
2. Sistema bipolar: Determinado por el equilibrio entre dos potencias que gozan de
capacidad equivalente y superiores a la de las restantes unidades del sistema y de un
mecanismo para establecer el equilibrio bipolar. Dos potencias establecen la agenda,
las normas e imponen la coerción al conjunto. El sistema puede ser homogéneo
cuando las dos potencias comparten los mismos valores o heterogéneo cuando no lo
hacen. Esto último comporta una voluntad por parte de cada una de las potencias de
imponer a las restantes unidades su sistema de valores, lo que puede suponer un
sistema dividido entre dos bloques. El cambio de sistema puede derivar de diversas
situaciones como el fracaso del equilibrio bipolar y la consiguiente guerra entre
bloques, una erosión del liderazgo de una o ambas potencias respecto a los estados
que lideran o una erosión generalizada del sistema gracias al establecimiento de
relaciones interbloque por parte de los estados liderados.
Creación, cambio y desaparición de un sistema internacional son temas que nos remiten
de nuevo a la estructura. La pregunta que se plantea es cómo y por qué ciertos actores
se convierten en potencias dominantes en el sistema. La teoría nos explica que el proceso
de cambio de sistema está vinculado a una guerra general, de lo que surge una nueva
configuración de potencias, encargadas de establecer las normas del nuevo sistema.
A pesar de que las situaciones de cooperación superen a las de conflicto, son estas las
que acaparan mayor atención, especialmente cuando se adoptan su forma limite, la
guerra. Situación que se da en número muy limitado de conflictos.
1. Choque entre dos voluntades opuestas sean cuales sean los medios utilizados o
que decidan utilizar los adversarios para asegurar el triunfo de sus decisiones.
2. Situaciones sucesivas en las cuales dos o más jugadores consideran objeto como
baza cuya posesión (a conquistar o conservar) merece la pena que se corran unos
riesgos.
3. El conflicto evoluciona con el paso del tiempo, a causa de las actitudes de las
partes en litigio, dando origen a fases diversas.
Kal Holsti dice que las partes tienen un comportamiento conflictivo cuando ejecutan
acciones incompatibles a los intereses o los objetivos de la otra u otras partes (litigios por
control territorial).
El conflicto, que suele ser de larga duración, sufre cambios a lo largo del tiempo. Se puede
hablar de un proceso de desarrollo que viene marcado por la tensión, entendida como las
actitudes y predisposiciones, tales como confianza o sospecha, que la población y los
políticos de una parte tienen hacia la otra parte.
La tensión permanente necesita, sin embargo, de una acción diplomática o militar para
dar un paso más en el conflicto. El paso adelante en el conflicto puede ser hacia la
solución del mismo o puede darse una escalada en la tensión latente y conducir a una
situación de crisis.
La crisis constituye una etapa del conflicto, caracterizada por la explosión repentina de
acontecimientos inesperados. Ocasionalmente, acciones hostiles de una de las partes
aumentan la tensión y la percepción de amenaza que tiene la otra parte, hasta tal punto
que la parte amenazada se ve forzada a responder a sabiendas que sus opciones son la
guerra o la rendición. Los elementos distintivos de una crisis son:
En muchas ocasiones la crisis no hace sino reafirmar el statu quo existente entre las
partes. Sin embargo, en algunas ocasiones, puede desembocar en una situación de
conflicto armado, entrando en una nueva dimensión de conflicto, la guerra. La situación
de conflicto entre dos o más estados llega en ocasiones a una circunstancia extrema de
empleo de la fuerza armada, esto es, la guerra. Esta constituye la dimensión militar del
conflicto. Entre los teóricos de las RRII la guerra es motivo constante de atención.
Según Singer y Small “una guerra internacional es un conflicto militar librado entre
entidades nacionales, de las cuales por lo menos una es un estado y que como mínimo,
produce mil bajas entre el personal militar”.
Los años de la Guerra Fría fueron un periodo de larga paz para las potencias del sistema
y los países aliados. De ahí que la guerra haya sufrido una transformación respecto a
épocas anteriores. Las guerras han afectado en el 75% de los casos a estados pequeños
radicados habitualmente en el tercer mundo, y la mayor parte de esas guerras han sido
de carácter civil o interno. Se han sustituido las guerras internacionales entre las potencias
del sistema, habituales en el siglo XIX, por las guerras internacionalizadas en los países
del tercer mundo. Una internacionalización favorecida por la participación extranjera
directa (presencia de fuerzas militares) o indirecta (asesoramiento y ayuda financiera) y
por el crecimiento desmesurado de la industria armamentística a nivel mundial.
1. Las áreas o materias que son objeto de cooperación: asi distinguimos entre
cooperación política, económica o técnica.
3. Los actores implicados: lo que nos lleva a distinguir entre cooperación bilateral
y cooperación multilateral. Siguiendo este criterio se puede hablar de cooperación
en los siguientes niveles
Las integraciones que tiene lugar en el sistema, desde la guerra hasta la integración,
constituyen realidades cotidianas que han dado forma al sistema internacional desde
1945 hasta nuestros días. Jamás en la historia se habían dado los niveles de conflictividad
(víctimas humanas) y de cooperación por nosotros conocidos.