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Naomí Klein. La Doctrina del Shock: el Auge del Capitalismo. Buenos Aires,
Paidós Editorial, 2011

Article · October 2012


DOI: 10.5944/empiria.24.2012.850

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Maximiliano E. Korstanje
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LIBROS
NAOMÍ KLEIN. (2011). La Doctrina del Shock: el Auge del Capitalismo
del Desastre. Buenos Aires, Paidos Editorial. Pp.708.

La cuestión de la seguridad ha estado los sujetos aceptan cuestiones y reformas


en boga de todos y se ha transformado, que de otra forma rechazarían radical-
en los últimos años, en valuarte del pe- mente. Luego de una minuciosa lectura
riodismo; pero el mismo parece no ser del libro en cuestión, la tesis de la doctri-
parte de la solución sino del problema. na del shock es clara a grandes rasgos,
Desastres naturales, teorías apocalípticas, toda crisis real o percibida, da lugar a
virus pandémicos, y ataques terroristas cambios concretos. El capitalismo necesi-
se han configurado en un marco simbóli- ta de escenarios de devastación para cons-
co que preocupa pero a la vez entretiene a truir nuevas estructuras urbanísticas, como
las audiencias en todo el mundo. En este el caso de Sri Lanka, donde tras el Tsuna-
contexto, la sensibilidad moderna parece mi que conmocionara al mundo se levan-
atada a la inseguridad como la medieval taron lujosos centros turísticos.
por el miedo al infierno. Por desgracia, las apreciaciones de
Dadas estas condiciones, Naomi Klein Klein no son el fruto de un trabajo cientí-
(2008) instala un nuevo término en el es- ficamente riguroso ni mucho menos de
tudio de los desastres, asociado a las opor- fuentes claras (la mayoría artículos de
tunidades y la flexibilización de las con- diarios y periódicos) por lo que su locuaz
diciones de trabajo y contratación por las tesis se ve disminuida. Abiertamente
cuales, la economía de los Estados Unidos Klein advierete, «durante tres décadas,
crea una «doctrina del shock» para im- Friedman y sus discípulos sacaron parti-
plementar políticas que de otra forma do metódicamente de la crisis y los
serían rechazadas por la ciudadanía. El shocks que los demás países sufrían, los
«capitalismo del desastre», agrega Klein, equivalentes extranjeros del 11 de Sep-
utiliza el miedo como un efecto domina- tiembre: el golpe de Pinochet otro 11 de
dor sobre la población a quienes el siste- septiembre, en 1973. Lo que sucedió en el
ma privatizador no les da otra solución año 2001 fue una ideología nacida a la
más que una promesa de falsa seguridad. sombra de las universidades norteame-
Todo estado de crisis permite que se ven- ricanas y fortalecida en las instituciones
da «al mejor postor» la infraestructura es- política de Washington por fin podía re-
tatal a manos privadas a la vez que las gresar a casa» (Klein, 2008, p. 34).
personas se encuentran entre el trauma y El libro de referencia se encuentra es-
el pánico. En su estado de vulnerabilidad, tructurado 21 capítulos que describen las

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maneras y las narrativas que articula el La modernidad capitalista se aborda


poder político para instalar la «doctrina por varios flancos pero la mayoría de los
del shock», trazando fronteras específi- autores tienen problemas conceptuales
cas a ciertas zonas, consideradas indesea- para poder, en primer lugar, describirla
bles o muros de protección. El miedo, si- con claridad, segundo explicar su devenir
guiendo este argumento, apela enseguida histórico. En este sentido, P. Harvey
a una intervención, pero no solo ello, per- (2004) enfatiza en la naturaleza dinámica
mite que las políticas de la intervención y multifacética de la posmodernidad des-
se concreticen. Desde las dictaduras lati- de una perspectiva bastante convincente.
noamericanas hasta el 11 de Septiembre, Una de las cuestiones más importantes
Klein repasa una serie inusitada de he- sobre el término es poder llegar a una de-
chos históricos y la forma en que las de- finición clara, objetivo que hasta el mo-
mocracias han caído frente a la dictadura mento no ha podido ser cumplido. La
del capital. En un sentido, Klein explora posmodernidad es el capitalismo que de-
el rol de la modernidad de forma periféri- nuncia Klein. Existen no solo diferentes
ca, tal vez narrando con una sensibilidad acepciones de modernidad y posmoder-
inusitada sus consecuencias, pero sin nidad, sino que además lo posmoderno
ahondar sobre las causas de la misma. parece diluirse en un cambio anárquico y
Este punto es de suma importancia para progresivo. Desde su perspectiva, Harvey
comprender su trabajo ya que algunos so- considera que la posmodernidad, en tan-
ciólogos han considerado que la visión to, vanguardia estética, ha roto con los
de Klein es cómoda y anclada en un sen- ideales de la ilustración sobre lo eterno y
timiento de paranoia por lo que se asume lo inmutable para convertirse en «un pas-
una conspiración mundial del mercado; tiche» que se mueve bajo una lógica de
por el contrario, para otros su postura es «destrucción creativa». Para crear nuevas
rechazada no por inverosímil sino ser de- cosas, lo postmoderno avanza destruyen-
masiada descarnada para el estatus-quo. do todo a su paso. Pero a su vez, vuelve a
Como sea el caso Klein desconoce cuales destruir lo que había creado retroalimen-
han sido las fuerzas históricas y sociales tando un proceso de destrucción, cons-
que contribuyeron a la creación del libre trucción para una nueva destrucción (am-
mercado (sus ataques sólo se remontan bivalencia). Por otro lado, si la Ilustración
al economista liberal M. Friedman pero propugnaba la idea que el mundo podía
cabe recordar las raíces del liberalismo ser descrito y controlado sólo sí los hom-
vienen de mucho tiempo atrás). No for- bres aceptaban que todo problema tenía
mada académicamente dentro de los una univoca causa, para la posmoderni-
claustros universitarios, Klein, no obstan- dad los problemas son multi-causales y
te, provee elementos e indicadores que su etiología totalmente subjetiva. Cierta-
ayudan a comprender como funciona el mente, el cambio pudo haberse produci-
capitalismo moderno y su necesidad de do, admite Harvey, por el malestar que
destrucción cíclica para una nueva crea- había provocado la Ilustración y una pér-
ción. Este tema, merece particular aten- dida de fe «progresiva» en el avance del
ción. Veremos a continuación que el pro- progreso. La desigualdad de las clases
ceso democratizador que da lugar al libre sociales producidas por el avance del ca-
mercado no puede nacer en otro lugar pitalismo fue otro factor de quiebre
más que en Inglaterra por diversos moti- epistémico que asumía la idea que las
vos. Los sociólogos posweberianos, Ro- cuestiones del hombre requerían múlti-
bert Castel y David Harvey ayudarán a ples respuestas, nace así una especie de
comprender mejor el devenir histórico de relativismo que reemplaza al argumento
nuestra época actual. científico de la Escuela de Viena por una

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«hegemonía» de las cualidades sensibles dependiendo del contexto del sujeto, sin
del sujeto para comprender la realidad. un lugar de poder fijo sino simplemente
En consecuencia, no habría un «mundo transmutable. Si una de las característi-
real» sino varios mundos construidos y cas fundamentales de la modernidad es
presentados como «reales». Se da, en re- hablar por los otros pero bajo un único
sumen, progresivamente una serie de argumento, la posmodernidad enfatizará
quiebres y fragmentaciones de saberes en que todas las minorías tienen su pro-
que conllevan a una confusión metodoló- pio derecho a expresarse y a ser acepta-
gica subordinada a una lógica de consu- dos (concepción pluralista). Los textos
mo capitalista y a una vida social basada narrativos de los actores serían comple-
en el cálculo racional de los efectos (es- jos textos y voces que anteceden y des-
peculación). Esa incesante incertidumbre truyen la posibilidad de instaurar cual-
e inestabilidad sentaron las bases para el quier meta-narrativa. Básicamente, el
advenimiento de un miedo constante el posmodernismo quiere perfilarse como
cual puede observarse en todos los as- una forma de experimentar y estar en el
pectos importantes de la vida en socie- mundo pero su fragmentación conlleva
dad. Cabe aclarar que el primer moder- a un problema psicológico el cual no ha
nismo, hasta 1945, fue «heroico» pero sido observado en otras épocas, el riesgo,
atravesado por el «desastre». Posterior a la ambigüedad y la incertidumbre. En
ese proceso, sobrevino un «modernismo este sentido, Jameson hace referencia a
alto» en donde se enfatizaban los valo- lo posmoderno como un collage en don-
res del progreso y la emancipación de la de predomina la superficialidad, el im-
Ilustración; pero la racionalidad del alto- pacto «instantáneo» que reverencialmen-
modernismo dio lugar a una nueva forma te se sustituyen animismo en el tiempo.
estética, el posmodernismo; movimiento El posmodernismo, no sería otra cosa,
por el cual la alineación del hombre-ma- siguiendo este desarrollo, que una lógica
quina promovida por ciertos sectores subyacente del capitalismo tardío (Jame-
artísticos y culturales fue absorbida, ela- son, 1984). Entre tanto el concepto de
borada y canalizada por los grupos políti- cultura juega un rol primordial en la con-
cos en una ideología liberal específica. figuración de escenarios estéticos, cuyo
Para tal caso, escribe Harvey, los políticos valor agregado, conllevan a una estimu-
comienzan a incorporar nociones estéti- lación en el consumo. Si para Jameson,
cas creando una ideología oficial que el quiebre de la modernidad es cultural
hace de la rebelión no solo su mayor va- en D. Harvey es económico. La ruptura
luarte, sino un fin en sí. La burocracia entre la posmodernidad con la moderni-
técnica dio lugar a movimientos anti-mo- dad nace de la crisis Árabe-Israelí en
dernistas (principios del 60), que gene- 1973 que puso en vilo a todo el mundo
raron una fragmentación de la cultura en Occidental por el embargo a las exporta-
varias contra-culturas. Si bien todos estos ciones de petróleo. Como resultado de
movimientos, terminaron en un estrepi- un aumento en las fuentes energéticas,
toso fracaso fueron la precondición para el capital existente tuvo que diversificar-
el surgimiento de la postmodernidad y se hacia el préstamo y una posterior acu-
toda la «incoherencia» que trae consigo. mulación flexible.
En este punto y para Harvey, el pos- De esta forma, las nuevas económicas
modernismo alcanza también una idea de mercado hicieron un fuerte énfasis en
de fragmentación pero sin intentar con- el signo como criterio de consumo prin-
trarrestarla como sí lo intentaba el mo- cipal. Si la lógica fordista de montaje
dernismo. El posmodernismo parte de exigía a los fabricantes tiradas de pro-
varias narrativas todas ellas consumidas ductos seriadas, la nueva forma econó-

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mica se centró en el consumo a medida encuentra como mediador entre el trabajo


cuya reacción fue la creación de un capi- y el mercado. En la edad media, los vín-
tal global y móvil. Los constantes cam- culos estaban dados por linaje, parentesco
bios que exige el capital móvil obligan a y coexistencia física (proximidad). Por el
los consumidores no solo a vivir el día a contrario, los riesgos estaban dados por el
día sino además a verse envueltos en un accidente de quedar huérfanos o aislados
clima de constante incertidumbre donde del sistema de protecciones de la socie-
la antigua compresión del espacio-tiempo dad feudal (riesgo de desafiliación). No
se ha desdibujado por completo. La ilus- obstante, el sistema social reacomoda sus
tración y la crisis de valores que ella des- desajustes localizando al huérfano den-
pertó obligaron a mirar el mundo por me- tro de una familia más extensa (familia
dio de un nuevo prisma, los mapas. De providencial) funcionando como verda-
esta manera las crisis subsiguientes del deros sistemas orgánicos integrados. Si
modernismo y posmodernismo empuja- bien estas sociedades, estaban completa-
ron a una nueva concepción de espacio y mente expuesta a grandes catástrofes, mi-
tiempo. La paradoja central de la posmo- serias y guerras, su forma de adaptación
dernidad, sin lugar a dudas, es cuanto me- generaba seguridad en sus miembros. La
nores son las barreras espaciales para la protección estaba condicionada a la inte-
movilidad individual, mayor es la sensi- racción y el aislamiento significaba la
bilidad del capital a los cambios. En con- muerte del sujeto. Este tipo de sociedades
secuencia, el incentivo para reciclar y di- no son móviles pero son eficaces frente a
ferenciar los lugares para atraer flujos de la «desafiliación». La asistencia nace
capital es un fenómeno más que intere- como el primer intento feudal de protec-
sante para investigar. Existe, adhiere Har- ción por cercanía y para ello era necesa-
vey, una tensión entre centralizar y des- rio que el sujeto tuviera un domicilio fijo.
centralizar, entre historia y presente, son En el siglo XIV la peste negra y los di-
aspectos importantes para comprender la versos cambios demográficos que ella ge-
competencia por la hiper-acumulación; neró, causaron una merma en la fuerza
sin más, la tendencia a la patrimonializa- de trabajo (brazos) y un aumento en la
ción de la cultura o a la invención de es- oferta. En busca de mejores condiciones
pacios para el consumo turístico son miles de campesinos comenzaron una
ejemplos claros de dicho proceso (Har- movilidad que las estructuras políticas y
vey, 2004). Como dice Klein, el capita- eclesiásticas intentaron prohibir, surgen
lismo necesita de un proceso de destruc- así los primeros atisbos de movilidad en
ción para edificar su consumo y destruirlo la Edad Media en donde el trabajo tradi-
nuevamente para volver a construirlo. cional y vocacional comienza a ceder
El devenir de la desprotección que im- paso a una especie de cambio de para-
plica la modernidad ha sido progresivo. digma.
R. Castel afirma que el hombre busca El vagabundo en tanto que símbolo del
una zona de «cohesión» para resguardar- proceso de desafiliación creciente que im-
se del riesgo que representa su existencia. plica la modernidad ha sido perseguido,
Desde las sociedades pre-industriales has- encarcelado y hasta ejecutado histórica-
ta las post-industriales, se asiste a un mente por ser un actor que desafía el or-
cambio radical en la forma de concebir el den dado por el pacto social. El constante
trabajo. Se parte de una vulnerabilidad crecimiento del vagabundeo representa el
dada por exceso de coacciones que final- debilitamiento progresivo del lazo social
mente sucumbe frente a un debilitamien- y las redes de sustentabilidad para prote-
to progresivo de las diferentes proteccio- ger al sistema productivo. El vagabundo
nes. Para el hombre, lo social se no solo no poseía una profesión fija sino

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representaba un peligro para la mayoría la libertad del trabajo: «la libertad de tra-
de las personas. La movilidad estaba su- bajo debe liberar también la iniciativa
peditada a una necesidad de desplaza- privada, el gusto por riesgo y el esfuerzo,
miento en busca de oportunidades. La el sentido de la competencia. El deseo de
imagen negativa del vagabundo (como te- mejorar la propia condición es un motor
mido) se corresponde con una construc- del que la industria no puede prescindir.
ción cultural que obedece a un manejo Se está en las antípodas de la concep-
político. Su condena hablaba más de la ción tradicional, para la cual la norma
imposibilidad de transformar la situación social consiste en inscribirse en un or-
que de su verdadera peligrosidad para el den fijo y quedar satisfecho. Es total la
sistema. El rastreo histórico de Castel ad- ruptura con la sociedad de órdenes, de
vierte que este proceso no se detendrá estatutos, de estados, regida por las tute-
hasta el inicio la modernidad liberal. Los las» (p. 177). El mercado para esta ideo-
gremios formados alrededor de la profe- logía se presenta como el único capaz de
sión y de la protección del maestro dan lograr cohesión entre los individuos y de
lugar a una nueva forma de acumular ga- hegemonizar la desgracia por medio de
nancias y de transformación de la empre- la generación de más deuda.
sa por medio de un discurso «corporati- Sin lugar a dudas, una de las mayores
vista» que intenta ser controlado y falacias del libro de Klein no es por lo
reprimido por el Estado a cualquier costo. que dice, lo cual puede ser ilustrador y
La necesidad de que «otro» trabaje para veraz sino por aquello que calla. Al igual
el maestro y que ese mandato sea volun- que muchos intelectuales de incansable
tariamente obedecido, es, sin lugar a du- fama pero escasa rigurosidad científica,
das, la base ideológica del capitalismo Klein considera al capital como una crea-
comercial pre-industrial, admite el pro- ción azarosa del destino, que en la mo-
fesor Castel. En esta época, la ganancia dernidad actúa soslayando la libertad in-
ya no está con quien produce sino con dividual de las personas. Su tratamiento
quien comercia. El liberalismo no pudo sobre el caso ruso, argentino o chileno
ser posible antes del siglo XVIII por va- dista de ser real, además de los groseros
rios motivos, entre los más importantes se errores de concepto.
encuentran: la idea de acceder al trabajo Recordemos, Klein dice que la
libre sin las ataduras de los gremios, la U.R.S.S cae por la introducción del libre
afluencia de más capital que trascendía mercado la cual sólo fue posible gracias a
los límites feudales, la caridad celosa la doctrina del desastre. En este punto,
sede su espacio a la formación de una toda acción del mercado es anti-de-
nueva clase: el proletariado. De esta ma- mocrática por antonomasia y coercitiva.
nera, la afluencia de capital acelera el Si observamos los postulados weberianos
proceso de individualización en donde las sobre el capitalismo y las cadenas racio-
antiguas instituciones se ven incapaces nales veremos que tanto el industrialis-
de proteger a los individuos generando mo capitalista como el socialista tienen
un estadio irreversible de fragmentación mismo origen: mega-urbanización, pro-
social. La percepción (inflación) moderna ducción industrial pesada y control racio-
de los riesgos se corresponde con una nal de los efectos.
tendencia de «liberalización» de la eco- Asimismo, la relación de la CIA (com-
nomía asociada a un aumento en las vul- pañía de inteligencia americana) con los
nerabilidades del trabajador. Las anti- golpes de estado latinoamericanos lleva a
guas instituciones de caridad comenzaron un discurso unívoco en donde no se ana-
a verse como escollos para el progreso y lizan con claridad las causas reales del

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terrorismo. Históricamente, la compleja método utilitarista para frenar el próxi-


relación entre los grupos golpistas, políti- mo ataque; empero la técnica de tortura
cos destituidos e insurgentes no parece tiene una particularidad, nunca es efecti-
ser tan simple como Klein plantea. Un va, por al sencilla razón que «quien está
rastreo historiográfico sugiere que los involucrado en los ataques prefiere morir
grupos disidentes obedecen a facciones sin hablar» y quien habla es una persona
políticas expatriadas que controlaban la que no está familiarizada con ellos pero
revuelta desde fuera. Uno de los proble- lo hace porque «no soporta el dolor»; este
mas fundamentales de los mal llamados último escenario por desgracia lleva a
«guerrilleros» latinoamericanos era que nuevos «inocentes» hasta el punto de
no tenía representación política y en con- multiplicar la tortura por doquier. No obs-
secuencia sus actos estaban prohibidos. tante, la presión y el poder represivo del
Un estado incapaz de mantener el orden y estado son tan grandes, que en una última
que recurría a la tortura u otros actos ile- fase, el grupo insurgente es diezmado y
gales en combinación a una agrupación debe retraerse pero eso no sugiere su total
de disidentes que se escondían detrás de desaparición.
la población para perpetrar sus ataques, En consecuencia, el terrorismo debe
dieron como resultado lo que Klein llama comprenderse como una respuesta, no a
el estadio de Shock. Si bien puede ser la modernidad ni a la doctrina neo-liberal,
cierto pero harto improbable la partici- sino al imperialismo. En una etapa ini-
pación de la CIA, en estos procesos, lo cial, las élites locales, promotoras ideoló-
importante es que el terrorismo es una gicamente de los grupos rebeldes, man-
relación dialéctica entre dos o varios ac- tienen una relación de «amistad» y
tores y no sólo patrimonio de uno. El «te- cooperación con los imperios, pero una
rrorismo de Estado», término falaces si vez «rotas esas relaciones» (ya sea por
los hay, parece ser uno de los caballitos retraimiento del Imperio, desestabiliza-
de batalla de Klein. ción económica o simplemente por de-
En tanto que manipulación política sengaño), nace el discurso del «odio» que
que engendra desestabilización de una re- guía (tanto de un lado como del otro) a la
gión o ciudad con fines tan diversos que matriz «terrorista». Además dicho sea de
es difícil clasificar al terrorismo; empero paso, los grupos rebeldes por regla gene-
la mayoría de los procesos (con mayor o ral siguen patrones pscio-sociales de re-
menor virulencia) se corresponden con presentación místico-religiosa aún cuan-
tres facetas: a) formación, b) expansión y do se presenten como seculares. En este
desestabilización y c) retracción. Recor- sentido, Al-Qaeda, Montoneros, ERP,
demos al lector que en una primera fase, Sendero Luminoso y Hamas tienen pun-
los insurgentes reivindican una causa y tos importantes de discordancia pero mu-
se invisibilizan (es decir se desterritoria- cho en común: el espíritu «paranoico»
lizan muchos de ellos auto-declarándose que responde a una imposibilidad mani-
clandestinos) para luego saltar a la ex- fiesta del yo para romper con la depen-
pansión la cual no es otra cosa que un dencia externa. Pero su lucha parte de
ataque sistemático a ciertos grupos con- una ausencia, Al-Qaeda lucha en nombre
siderados como vulnerables; la víctima del profeta Mahoma quien se cree ascen-
de estos ataques no sabe el destino que le dió a los cielos en cuerpo, Montoneros
depara. Más allá de la monstruosidad de en nombre de Perón físicamente en Es-
estos actos, el fin es disuadir al Estado paña, y ERP de Lenín. Enarbolando los
en términos de escuchar las demandas. valores y banderas de héroes ausentes,
Debido a que el Estado no tiene control sus enemigos se presentan siempre
de la situación recurre a la tortura como «como potencias» o «entidades» más

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grandes, fuertes, poderosas, corruptas, ser el flujo del capital y su alta movilidad.
malignas e incontrolables que hablan de La ilusión o el poder de la ideología no
una situación previa de sumisión. El pa- radican tanto en lo que se dice o se per-
ranoico o «manía persecutoria», necesita, mite ver, sino precisamente en aquello
estar sometido y comprender el mundo que se silencia pero sigue soslayadamen-
que lo rodea. Su complejidad lo asusta, y te tan presente en nuestra vida que no ati-
la conspiración le da sustento a su vida, y namos a notar. Las criticas de los jóvenes
orden al caos. El terrorismo como filo- a los ideales de ilustración no solo serían
sofía no desaparece con el estado derecho infundados sino recubiertos de una gran
sino que muy bien puede mantenerse so- duda, la paradoja, explica Eagleton es que
lapado por años; incluso en la vida de- los jóvenes disidentes que piensan saber-
mocrática. El pensamiento paranoide es lo todo sobre Foucault, realmente no
incorregible y toda evidencia contraria es piensan lo que creen que piensan. De esta
llevada para reconfirmar el postulado ini- forma, en el posmodernismo se puede ha-
cial, hecho por el cual algunos especia- blar de todo y a la vez de nada. Se puede
listas sugieren que dar a estos actores re- tocar el tema de la cultura humana pero
presentación política es una forma de no de la naturaleza humana, de género
mitigar los efectos más negativos de la pero no de clase, de postcolonialismo
clandestinidad. La persecución (en todas pero no de burguesía. El posmodernismo
sus formas) sólo alimenta la fuerza del ha desafiado y puesto al descubierto a la
espíritu paranoide y sienta las bases para mayoría de las instituciones de forma que
el advenimiento del terrorismo. El espíri- si todas las convenciones son arbitrarias,
tu «del terror» no es monopolio de un las prácticas sociales deben estar circuns-
grupo sino que nutre tanto a políticos o criptas a cierto individualismo. Lo mate-
gobernantes, como a intelectuales, em- rial ha dado lugar a la hegemonía del di-
presarios, religiosos, escritores, etc. Si- nero y del signo por el cual se crea más
guiendo este razonamiento, Klein sugiere dinero dando rienda suelta a los placeres
erróneamente que la doctrina del shock y el determinismo reduccionista del li-
fue originalmente acuñada en las dicta- bertinaje (Eagleton, 2004). «El poder del
duras latinoamericanas de los 70, pro- capital es ahora tan terriblemente fami-
ducto de las enseñanzas de la CIA como liar, tan sublimemente omnipotente y om-
mecanismo de control político y econó- nipresente que incluso vastos sectores de
mico. Mas su tratamiento sobre le idea la izquierda han logrado naturalizarlo,
democrático vuelve a ser imparcial. Ma- tomándolo por garantizado como una es-
yor representación republicana no implica tructura tan inconmovible que es como
mayor democracia, y aún si así fuere, la si apenas tuvieran coraje para hablar de
democracia moderna parece no ser la so- él» (Eagleton, 2004: 47). El mercado
lución a la escalada de violencia sino el mueve una fuerza anti-elitista que nivela
brazo del capital. Como bien hemos ex- toda distinción bajo un uso de igual je-
plicado en el siguiente trabajo, la demo- rarquía abstracto como el dinero cuya
cracia anglosajona, el libre mercado, el significancia se encuentra vinculada al
capital y sus efectos sobre la percepción valor de cambio.
humana son producto del mismo proceso. Por último y no por ello menos im-
A propósito, T. Eagleton llama la aten- portante, Klein desconoce realmente
ción sobre el cinismo de ciertos intelec- como se ha forjado el ideal democrático
tuales que atacan la superficialidad del ya que no tiene una formación helénica
posmodernismo, (efectos del capital) pero fuerte. En efecto, cómo bien explica el
sin reparar en sus raíces o causas princi- profesor C. Castoriadis (2006), la demo-
pales (el liberalismo democrático), como cracia ha sido, como la geometría o mis-

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mo la filosofía un concepto nacido de pugnaba una justa distribución de la fe-


Atenas. A diferencia de la mitología ju- licidad para todos los ciudadanos, se en-
deo-cristiana e incluso la reforma donde cuentra acompañado al libre mercado.
los dioses protegen a los hombres y po- El concepto helénico de democracia era
nen el mundo a su disposición, para los aristocrático ya que el mundo se con-
griegos el hombre era sólo parte minús- cebía como un lugar peligroso, inhós-
cula del mundo, y entonces, no huelga pito y ajeno a la voluntad del hombre,
decir, debía demostrar ser merecedor por lo tanto, desigual. En perspectiva,
(conquistador) de vivir en ese mundo. las asimetrías entre los hombres, cuya
Esa idea de competir constantemente máxima expresión es la esclavitud, con-
para sobrevivir, lleva inevitablemente a la centran un ideal de perfección (areté)
idea del más fuerte, expresión máxima al cual seguir en momentos de crisis.
del deporte (acción), la filosofía (pensar) La masividad es funcional a la hege-
y democracia (ciudad). Por lo tanto, la monía, advertían los socráticos. Por tan-
democracia no era un régimen de organi- to, extender los derechos a todos, im-
zación política sino un concepto por me- plica un doble riesgo para la mentalidad
dio del cual cualquier ciudadano podía antigua ya que ese ideal apolíneo se
abolir, en asamblea, una ley si la consi- pierde y por lo tanto en la igualdad nace
deraba injusta. Contextualmente, la legi- la injusticia.
timidad del rey y su senado no estaban Existe una tendencia académica en la
en duda ya que la organización republi- actualidad a denunciar sin entender, y
cana era un concepto ajeno a la demo- esa tendencia es, no solo muy fuerte,
cracia. Precisamente, la democracia no sino extendida en la forma de pensa-
denotaba masividad sino elitismo y «el miento de los intelectuales y/o funcional
gobierno de los más sabios» (aristocra- a las elites que dicen denunciar. Como
cia). Los griegos consideraban que aque- afirmara Zizek (2005), la mayoría de
llo que se extendiera a todo el pueblo no los académicos gozan de posiciones pri-
solo podía ser perjudicial para el orden, vilegiadas y les encanta denunciar la po-
sino que también atentaba contra la pro- breza, no por altruismo simplemente
pia ciudad porque sentaba las bases para porque de esa forma refuerzan su posi-
el advenimiento de una dictadura. En re- ción exclusiva con la certeza de tener
sumidas cuentas, es la democracia an- material de denuncia suficiente para ali-
glosajona la que considera a lo masivo mentar su ego por muchos años. Per-
como necesario. versa en su concepción, la posición
La dicotomía se da, sin dudas, en el
académica sobre las injusticias y los de-
binomio libertad versus opresión. El ca-
sastres no explican sus causas sino en-
pital, la democracia y el mercado están
fatizan sobre sus efectos generando ma-
inherentemente ligados. En la libertad
yor desinterés y confusión.
de acción (no de pensamiento) el capital
se expande ideológicamente conectan-
do ausencias con presencias (moderni-
dad) generando así una nueva forma de REFERENCIAS
concebir el mercado y las relaciones hu-
manas ya sea por el miedo, riesgo o in- Bauman, Z. 2007. Vida de Consumo.
diferencia que engendra el verdadero Buenos Aires, Fondo de Cultura Econó-
estado de desastre (Giddens, 1991; Bau- mica.
man, 2007); este es el error conceptual Castel, R. 1997. La Metamorfosis de
de Klein más común en su trabajo. Por la Cuestión social. Una Crónica del sa-
su parte, el utilitarismo, cuya tesis pro- lariado. Buenos Aires, Paidos.
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Castoriadis, C. 2006. What shapes Gre- Jameson, F. 1984. «Postmodernism, or


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Eagleton, T. 2004. Las Ilusiones del Shock. El Auge del Capitalismo del De-
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MARÍA ANTONIA GARCÍA DE LEON, (2011), Cabeza moderna /


Corazón patriarcal (Un diagnóstico social de género), Barcelona,
Editorial Anthropos,, 129 páginas.

Es un ensayo tanto en lo que tiene de Es un libro que denomina esquizofre-


reflexivo como de experimento retórico y nia social a esa posición de lo que puede
literario, de búsqueda de forma a un men- considerarse la aristocracia profesional-
saje. Tal vez pueda hablarse de un dis- intelectual de género, al estar, como indi-
curso en busca de un discurso. Incluso, ca el título entre una cabeza moderna y
recogiendo la segunda caracterización, es un corazón patriarcal. Un título que in-
un conjunto de discursos en busca de un terpreto como una inversión de ese bri-
discurso. Corpus de discursos que, a su llante apunte del Anti-Edipo, de Deleuze
vez, se alimentan de referencias empíri- y Guattari. Un libro que sedujo a unos
cas, en un hablar de lo que pasa y, sobre cuantos de mi generación bajo el impulso
todo, de lo que empíricamente se observa. de Luis Martín Santos. Un libro que tam-
Es en este aspecto donde cabe la mirada bién diagnosticaba nuestro momento
metodológica, en la que me centraré más histórico de esquizofrénico. Pero, ha ha-
adelante. bido un cambio de esquizofrenia: de la
del Cuerpo Sin Órganos del Anti-Edipo
Desde luego, no es un discurso nuevo pasamos a los Órganos Sin Cuerpo de
en la autora, pues, como se dice en el tex- Cabeza moderna y corazón patriarcal. Tí-
to son ya varios los decenios pasados por tulo que, así tomado, parece indicar la
María Antonia García de León en la de- ausencia de unidad y, a la vez, una pro-
nuncia de los obstáculos de las mujeres puesta de consistencia en la modernidad.
en el acceso a las posiciones del poder o,
lo que puede llegar a ser lo mismo, la Órganos que están en un mapa, en una
sistémica y sistemática exclusión de las cartografía, como le gusta decir a la auto-
mujeres del poder, de los espacios de po- ra. Tal vez un eje poco explicado, el que
der, siguiendo las metáforas espaciales enfrenta lo patriarcal a lo moderno, pues,
que se utilizan en el libro. En especial, se en principio, chirría la ausencia de vincu-
ha centrado en los espacios de poder inte- lación entre no patriarcal y modernidad,
lectual, donde se dice que impera la razón. algo que es admisible sólo como hori-
Se ha venido cuestionando cosas como: zonte, como gran discursos. La moderni-
si la mujer tiene la razón, como categoría dad como el nido de los grandes discur-
social que exige la igualdad, y los créditos sos (Lyotard) y el feminismo como el
más que suficientes que, ya en casos con- gran discurso central de la modernidad
cretos, legitimarían a sus componentes in- tardía, que sigue siendo modernidad por-
dividuales para acceder a esos espacios que tiene grandes discursos. Un gran dis-
de poder, por qué está ausente de los mis- curso que, como se apunta en el propio
mos. Es su clasificación como mujer, su- texto (página 22), tiene agujeros regresi-
brayando la idea de que el género es una vos, caídas en la comodidad de no actuar.
clase social, lo que la desclasifica para ta- En la actualidad, no hay ningún discurso
les espacios. Pero, siguiendo la escuela tan legitimado y que, a su vez, legitima
bourdiana a la que la autora es tan afín, más como el discurso feminista. Cual-
toda clasificación es un ejercicio de do- quier otro discurso, cuenta hoy con gran-
minación, del propio poder. des agujeros de legitimidad. Ni siquiera
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el discurso del liberalismo, de los mer- trayectoria en el capítulo «Memorias in-


cados, ya la tiene. telectuales de género». A través de la bio-
Quedo en esta idea del feminismo grafía, personal, se construye la memoria
como el gran discurso actual, como la colectiva y, por lo tanto, la historia. Se
gran narración contemporánea, para in- hace y se está en la historia.
tentar conectarlo con un tipo de narra- Desde una perspectiva micro, el relato
ción muy querido para la autora, tanto en histórico es empático, produce empatía,
esta obra como en otras. Es la narración complicidad, como ocurre en casi toda
biográfica. Pero he aquí que mientras entrevista. Parece que se roban vidas a
aparece el feminismo como discurso que través de las transcripciones o, como en
mantiene el hálito de la modernidad, la una narración de Ray Loriga, se da la
autora coquetea con la idea de la mujer vida en la narración biográfica, cuando
como ser postmoderno. Tokio ya no nos quiere. Hay un placer en
La narración biográfica es una bús- la observación biográfica. Tal vez sea
queda de sentido, de unidad, a una vida. malsano.
Es cierto que, como toda narración —por Desde el punto de vista metodológi-
ficticia que ésta sea—se vincula con las co, hay que resaltar cómo las biografías
condiciones materiales. Y si las condi- de mujeres se convierten en un nosotras:
ciones materiales son distintas para las se producen para el nosotras, se reciben
distintas categorías sociales son distintos desde el nosotras. La situación sociológi-
los esfuerzos para construir esa unidad. ca de observación biográfica convierte un
Por eso, las biografías de hombres y mu- aparente discurso individual, poco o nada
jeres son distintas. Pero, más allá de esto, compartido en su desarrollo ya que la
hay que resaltar lo que creo que es el nú- vida es de cada cuál, en una empatía co-
cleo de esta obra, como es la relación en- lectiva. Queda la tarea metodológica de
tre gran discurso, poder y discurso preguntarse por el proceso que ineludi-
biográfico. blemente lleva a este resultado, del yo a
Lo que impide el discurso biográfico, un nosotros/nosotras, desde la propia si-
alimenta, como consecuencia no queri- tuación de complicidad de la confesión
da, el gran discurso del feminismo. Y, vi- biográfica, a su extensión en la interpre-
ceversa, el gran discurso de la transfor- tación, de manera que sujetos atípicos se
mación y contra el poder se convierte en convierten en arquetípicos, mujeres ex-
la legitimación para la producción de dis- traordinarias (Pardo Bazán, Carmen La-
cursos biográficos. La biografía de muje- foret, Clarice Lispector o Antonieta Ri-
res como una propuesta, tanto metodoló- vas, entre las presentes en el libro) se
gica, como político. Se establece una convierten en muestra de la generalidad.
especie de círculo virtuoso entre ambos Desde el punto de vista de la estrategia de
tipos de discurso, el biográfico y el so- investigación de la autora, la elección de
ciohistórico, como la que ya apuntaron estas mujeres es pertinente, pues pre-
Thompson, Ferraroti o el recientemente guntándose porqué lloran las mujeres que
fallecido Fraser. están en la élite se observa el sufrimiento
El conjunto del texto puede entenderse de género y un genero específico de su-
como una biografía. Se confiesa en la frimiento.
presentación como un paso biográfico Tras la introducción y las manifesta-
más en un trabajo de varios años. Por ciones de principios, el capítulo dos entra
ello, las frecuentes autocitaciones. Parti- en materia. Cabeza y corazón se convier-
cipante de las élites profesionales feme- ten en ideología y práctica, en lo que se
ninas habla de las élites profesionales fe- dice y lo que se hace. Es la partición ma-
meninas; pero, también de su propia triz, la primera esquizofrenia, que, a su

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vez, se convierte en la fuente de otras, de en la relación entre género y edad. Es ne-


otras luchas, en otros niveles. Así, choca- cesario observar el significado de ser mu-
mos cada día con notables contradiccio- jer, fuera de los estereotipos más extendi-
nes, como, por ejemplo, el anuncio de la dos en la publicidad. Especialmente en
muerte de la figura del ama de casa (pá- un momento en que buena parte de las
gina 38), pues parece que ya nadie quiere consecuencias de la precariedad y la in-
ser ama de casa, pero las tareas del hogar certidumbre en el trabajo o las relacio-
lo siguen haciendo las mismas. Eso sí, nes afectivas de la gran transformación-
bajo otro nombre, como el de concilia- regresión que se está produciendo,
doras. siguiendo a Robert Castel, se cargan so-
Así, el texto se nutre de zombies, ahora bre las mismas mujeres, en este caso en
que están tan de moda. El patriarcado, el forma de abuelas.
ama de casa, la opresión de la virginidad, Hay que reconocer que Cabeza mo-
las chicas bien, las hijas de Bernarda Alba, derna/Corazón patriarcal deja un tanto
la familia tradicional… han muerto… y confuso al metodólogo de las ciencias
no han muerto. Son zombies que se reen- sociales. Sólo su pertenencia al género
carnan en nuevas figuras: neomachismo, del ensayo permite perdonar la ausencia
puede-con-todo en doble-jornada, tristes de referencias a los procedimientos de
material-girl, élites discriminadas y silen- diseño, selección o realización de entre-
ciadas, familias-con-abuela-para-cuidar- vistas o, ya en su apartado final, de de-
de-todos. signación de un mínimo corpus de tres
En el de la producción de los grandes películas. Bien es cierto, que buena par-
discursos: la pugna entre el discurso igua- te de los trabajos en el que se dieron
litarista del feminismo y los discursos de- esas aproximaciones empíricas ya ha
sigualitaristas de la publicidad, principal sido publicada. Pero al lector de esta
mina de discursividad en la actualidad. obra le quedan preguntas sin resolver:
Es en la publicidad donde viven más có- ¿por qué estas tres películas y no otras?
modamente los zombies sociales. Pero no Aparecen entonces conceptos como los
sólo hay conflictos. También hay alian- de dato estrella y arquetipo: datos estre-
zas, como la establecida entre mujeres — lla que concretan arquetipos. Una forma
parece que sanchas por posición estruc- de entender la investigación empírica;
tural—y sanchopancistas —parece que pero: ¿qué grado de representatividad
por elección. tienen y, por lo tanto, cuál es su poten-
El tercer bloque del libro es una colec- cialidad en la construcción del espacio
ción de reseñas. Tal vez una gran reseña público, hablando de las películas? Pero
sobre reseñas de libros. Bloque inclinado son preguntas, seguramente impertinen-
a repeticiones de lo dicho en otras partes tes, de impenitente cultivador de la me-
de la obra, como los síndromes de «Doris todología.
Day» o «abeja reina». Vuelta reflexiva Finalmente señalar la implícita consi-
que llega a una reseña de un libro de deración de que la única clase real es la de
quien hace el prólogo de éste: Celia género, salpicada de críticas al marxismo,
Amorós. De hecho, hay bastante de bucle que van más allá de su concepción como
grupal en el libro. anteojera dominante durante los años de
El último apartado, apertura hacia la formación profesional de la autora. Sin
relación entre género y edad, es de lo más embargo, buena parte de sus elites profe-
oportuno. Ahora que ya empezamos a te- sionales femeninas apenas podrían expli-
ner edad la generación del baby boom y carse sin un desarrollo histórico-económi-
que ellas nos sobrevivirán en proporción co que constituye el contexto para la
inapelable, no sólo es interesante pensar expansión de una clase media en la que

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arraigan los deseos de movilidad social y el libro termine apuntando agendas para
profesionalidad o, con mayor precisión, la el futuro.
movilidad a través de la profesionaliza- Es un libro hecho de la forma del ob-
ción. Es cierto que la capacidad para esta jeto, de lo que se observa, en consciente
movilidad —dejando a un lado la vía vi- asunción del principio de Heisenberg,
caria de la misma—es menor y más tardía conformándose un discurso fragmentario
para las mujeres, hasta que la estructura sobre los discursos fragmentarios de las
económica y productiva permite una ma- mujeres. Metadiscurso fragmentario —y
yor extensión de esa clase media y que, no digo esquizofrénico—sobre discursos
primero unas pocas y después muchas mu- fragmentarios. Tal vez una fragmenta-
jeres fueran sujetos con nombre propio en ción, una ausencia de unidad, que es la
los dispositivos de selección, como son los energía de la autora para seguir escri-
estudios universitarios. Parafraseando al biendo sobre el mismo objeto, para se-
Marx del 18 Brumario de Luis Bonaparte: guir escudriñando, recogiendo aquí y allá.
las mujeres hacen su propia historia, pero Es una de las ventajas de la fragmenta-
no la hacen a su propio arbitrio, bajo cir- ción tomada como un puzzle, cuando se
cunstancias elegidas por ellas mismas. busca la unidad. Pero, ésta es solo mi lec-
Texto, el de Marx, que también decía, en tura de un libro que admite varias lecturas
su primer capítulo, apenas el segundo pá- —desde la unidad—y múltiples micro-
rrafo: la tradición de todas las generacio- lecturas, a través de los continuos flash,
nes muertas oprime como una pesadilla el esquemas, addendas, apuntes, codas o
cerebro de los vivos. Está bien el recono- pinceladas impresionistas,… desde la
cimiento de las pioneras; pero las mujeres fragmentación.
de hoy tal vez estén en otra historia, en
otras historias. Por ello, es pertinente que Javier Callejo (UNED)

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