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Naomí Klein. La Doctrina del Shock: el Auge del Capitalismo. Buenos Aires,
Paidós Editorial, 2011
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Maximiliano E. Korstanje
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EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. N.o 24, junio-diciembre, 2012, pp. 209-224.
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«hegemonía» de las cualidades sensibles dependiendo del contexto del sujeto, sin
del sujeto para comprender la realidad. un lugar de poder fijo sino simplemente
En consecuencia, no habría un «mundo transmutable. Si una de las característi-
real» sino varios mundos construidos y cas fundamentales de la modernidad es
presentados como «reales». Se da, en re- hablar por los otros pero bajo un único
sumen, progresivamente una serie de argumento, la posmodernidad enfatizará
quiebres y fragmentaciones de saberes en que todas las minorías tienen su pro-
que conllevan a una confusión metodoló- pio derecho a expresarse y a ser acepta-
gica subordinada a una lógica de consu- dos (concepción pluralista). Los textos
mo capitalista y a una vida social basada narrativos de los actores serían comple-
en el cálculo racional de los efectos (es- jos textos y voces que anteceden y des-
peculación). Esa incesante incertidumbre truyen la posibilidad de instaurar cual-
e inestabilidad sentaron las bases para el quier meta-narrativa. Básicamente, el
advenimiento de un miedo constante el posmodernismo quiere perfilarse como
cual puede observarse en todos los as- una forma de experimentar y estar en el
pectos importantes de la vida en socie- mundo pero su fragmentación conlleva
dad. Cabe aclarar que el primer moder- a un problema psicológico el cual no ha
nismo, hasta 1945, fue «heroico» pero sido observado en otras épocas, el riesgo,
atravesado por el «desastre». Posterior a la ambigüedad y la incertidumbre. En
ese proceso, sobrevino un «modernismo este sentido, Jameson hace referencia a
alto» en donde se enfatizaban los valo- lo posmoderno como un collage en don-
res del progreso y la emancipación de la de predomina la superficialidad, el im-
Ilustración; pero la racionalidad del alto- pacto «instantáneo» que reverencialmen-
modernismo dio lugar a una nueva forma te se sustituyen animismo en el tiempo.
estética, el posmodernismo; movimiento El posmodernismo, no sería otra cosa,
por el cual la alineación del hombre-ma- siguiendo este desarrollo, que una lógica
quina promovida por ciertos sectores subyacente del capitalismo tardío (Jame-
artísticos y culturales fue absorbida, ela- son, 1984). Entre tanto el concepto de
borada y canalizada por los grupos políti- cultura juega un rol primordial en la con-
cos en una ideología liberal específica. figuración de escenarios estéticos, cuyo
Para tal caso, escribe Harvey, los políticos valor agregado, conllevan a una estimu-
comienzan a incorporar nociones estéti- lación en el consumo. Si para Jameson,
cas creando una ideología oficial que el quiebre de la modernidad es cultural
hace de la rebelión no solo su mayor va- en D. Harvey es económico. La ruptura
luarte, sino un fin en sí. La burocracia entre la posmodernidad con la moderni-
técnica dio lugar a movimientos anti-mo- dad nace de la crisis Árabe-Israelí en
dernistas (principios del 60), que gene- 1973 que puso en vilo a todo el mundo
raron una fragmentación de la cultura en Occidental por el embargo a las exporta-
varias contra-culturas. Si bien todos estos ciones de petróleo. Como resultado de
movimientos, terminaron en un estrepi- un aumento en las fuentes energéticas,
toso fracaso fueron la precondición para el capital existente tuvo que diversificar-
el surgimiento de la postmodernidad y se hacia el préstamo y una posterior acu-
toda la «incoherencia» que trae consigo. mulación flexible.
En este punto y para Harvey, el pos- De esta forma, las nuevas económicas
modernismo alcanza también una idea de mercado hicieron un fuerte énfasis en
de fragmentación pero sin intentar con- el signo como criterio de consumo prin-
trarrestarla como sí lo intentaba el mo- cipal. Si la lógica fordista de montaje
dernismo. El posmodernismo parte de exigía a los fabricantes tiradas de pro-
varias narrativas todas ellas consumidas ductos seriadas, la nueva forma econó-
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representaba un peligro para la mayoría la libertad del trabajo: «la libertad de tra-
de las personas. La movilidad estaba su- bajo debe liberar también la iniciativa
peditada a una necesidad de desplaza- privada, el gusto por riesgo y el esfuerzo,
miento en busca de oportunidades. La el sentido de la competencia. El deseo de
imagen negativa del vagabundo (como te- mejorar la propia condición es un motor
mido) se corresponde con una construc- del que la industria no puede prescindir.
ción cultural que obedece a un manejo Se está en las antípodas de la concep-
político. Su condena hablaba más de la ción tradicional, para la cual la norma
imposibilidad de transformar la situación social consiste en inscribirse en un or-
que de su verdadera peligrosidad para el den fijo y quedar satisfecho. Es total la
sistema. El rastreo histórico de Castel ad- ruptura con la sociedad de órdenes, de
vierte que este proceso no se detendrá estatutos, de estados, regida por las tute-
hasta el inicio la modernidad liberal. Los las» (p. 177). El mercado para esta ideo-
gremios formados alrededor de la profe- logía se presenta como el único capaz de
sión y de la protección del maestro dan lograr cohesión entre los individuos y de
lugar a una nueva forma de acumular ga- hegemonizar la desgracia por medio de
nancias y de transformación de la empre- la generación de más deuda.
sa por medio de un discurso «corporati- Sin lugar a dudas, una de las mayores
vista» que intenta ser controlado y falacias del libro de Klein no es por lo
reprimido por el Estado a cualquier costo. que dice, lo cual puede ser ilustrador y
La necesidad de que «otro» trabaje para veraz sino por aquello que calla. Al igual
el maestro y que ese mandato sea volun- que muchos intelectuales de incansable
tariamente obedecido, es, sin lugar a du- fama pero escasa rigurosidad científica,
das, la base ideológica del capitalismo Klein considera al capital como una crea-
comercial pre-industrial, admite el pro- ción azarosa del destino, que en la mo-
fesor Castel. En esta época, la ganancia dernidad actúa soslayando la libertad in-
ya no está con quien produce sino con dividual de las personas. Su tratamiento
quien comercia. El liberalismo no pudo sobre el caso ruso, argentino o chileno
ser posible antes del siglo XVIII por va- dista de ser real, además de los groseros
rios motivos, entre los más importantes se errores de concepto.
encuentran: la idea de acceder al trabajo Recordemos, Klein dice que la
libre sin las ataduras de los gremios, la U.R.S.S cae por la introducción del libre
afluencia de más capital que trascendía mercado la cual sólo fue posible gracias a
los límites feudales, la caridad celosa la doctrina del desastre. En este punto,
sede su espacio a la formación de una toda acción del mercado es anti-de-
nueva clase: el proletariado. De esta ma- mocrática por antonomasia y coercitiva.
nera, la afluencia de capital acelera el Si observamos los postulados weberianos
proceso de individualización en donde las sobre el capitalismo y las cadenas racio-
antiguas instituciones se ven incapaces nales veremos que tanto el industrialis-
de proteger a los individuos generando mo capitalista como el socialista tienen
un estadio irreversible de fragmentación mismo origen: mega-urbanización, pro-
social. La percepción (inflación) moderna ducción industrial pesada y control racio-
de los riesgos se corresponde con una nal de los efectos.
tendencia de «liberalización» de la eco- Asimismo, la relación de la CIA (com-
nomía asociada a un aumento en las vul- pañía de inteligencia americana) con los
nerabilidades del trabajador. Las anti- golpes de estado latinoamericanos lleva a
guas instituciones de caridad comenzaron un discurso unívoco en donde no se ana-
a verse como escollos para el progreso y lizan con claridad las causas reales del
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grandes, fuertes, poderosas, corruptas, ser el flujo del capital y su alta movilidad.
malignas e incontrolables que hablan de La ilusión o el poder de la ideología no
una situación previa de sumisión. El pa- radican tanto en lo que se dice o se per-
ranoico o «manía persecutoria», necesita, mite ver, sino precisamente en aquello
estar sometido y comprender el mundo que se silencia pero sigue soslayadamen-
que lo rodea. Su complejidad lo asusta, y te tan presente en nuestra vida que no ati-
la conspiración le da sustento a su vida, y namos a notar. Las criticas de los jóvenes
orden al caos. El terrorismo como filo- a los ideales de ilustración no solo serían
sofía no desaparece con el estado derecho infundados sino recubiertos de una gran
sino que muy bien puede mantenerse so- duda, la paradoja, explica Eagleton es que
lapado por años; incluso en la vida de- los jóvenes disidentes que piensan saber-
mocrática. El pensamiento paranoide es lo todo sobre Foucault, realmente no
incorregible y toda evidencia contraria es piensan lo que creen que piensan. De esta
llevada para reconfirmar el postulado ini- forma, en el posmodernismo se puede ha-
cial, hecho por el cual algunos especia- blar de todo y a la vez de nada. Se puede
listas sugieren que dar a estos actores re- tocar el tema de la cultura humana pero
presentación política es una forma de no de la naturaleza humana, de género
mitigar los efectos más negativos de la pero no de clase, de postcolonialismo
clandestinidad. La persecución (en todas pero no de burguesía. El posmodernismo
sus formas) sólo alimenta la fuerza del ha desafiado y puesto al descubierto a la
espíritu paranoide y sienta las bases para mayoría de las instituciones de forma que
el advenimiento del terrorismo. El espíri- si todas las convenciones son arbitrarias,
tu «del terror» no es monopolio de un las prácticas sociales deben estar circuns-
grupo sino que nutre tanto a políticos o criptas a cierto individualismo. Lo mate-
gobernantes, como a intelectuales, em- rial ha dado lugar a la hegemonía del di-
presarios, religiosos, escritores, etc. Si- nero y del signo por el cual se crea más
guiendo este razonamiento, Klein sugiere dinero dando rienda suelta a los placeres
erróneamente que la doctrina del shock y el determinismo reduccionista del li-
fue originalmente acuñada en las dicta- bertinaje (Eagleton, 2004). «El poder del
duras latinoamericanas de los 70, pro- capital es ahora tan terriblemente fami-
ducto de las enseñanzas de la CIA como liar, tan sublimemente omnipotente y om-
mecanismo de control político y econó- nipresente que incluso vastos sectores de
mico. Mas su tratamiento sobre le idea la izquierda han logrado naturalizarlo,
democrático vuelve a ser imparcial. Ma- tomándolo por garantizado como una es-
yor representación republicana no implica tructura tan inconmovible que es como
mayor democracia, y aún si así fuere, la si apenas tuvieran coraje para hablar de
democracia moderna parece no ser la so- él» (Eagleton, 2004: 47). El mercado
lución a la escalada de violencia sino el mueve una fuerza anti-elitista que nivela
brazo del capital. Como bien hemos ex- toda distinción bajo un uso de igual je-
plicado en el siguiente trabajo, la demo- rarquía abstracto como el dinero cuya
cracia anglosajona, el libre mercado, el significancia se encuentra vinculada al
capital y sus efectos sobre la percepción valor de cambio.
humana son producto del mismo proceso. Por último y no por ello menos im-
A propósito, T. Eagleton llama la aten- portante, Klein desconoce realmente
ción sobre el cinismo de ciertos intelec- como se ha forjado el ideal democrático
tuales que atacan la superficialidad del ya que no tiene una formación helénica
posmodernismo, (efectos del capital) pero fuerte. En efecto, cómo bien explica el
sin reparar en sus raíces o causas princi- profesor C. Castoriadis (2006), la demo-
pales (el liberalismo democrático), como cracia ha sido, como la geometría o mis-
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arraigan los deseos de movilidad social y el libro termine apuntando agendas para
profesionalidad o, con mayor precisión, la el futuro.
movilidad a través de la profesionaliza- Es un libro hecho de la forma del ob-
ción. Es cierto que la capacidad para esta jeto, de lo que se observa, en consciente
movilidad —dejando a un lado la vía vi- asunción del principio de Heisenberg,
caria de la misma—es menor y más tardía conformándose un discurso fragmentario
para las mujeres, hasta que la estructura sobre los discursos fragmentarios de las
económica y productiva permite una ma- mujeres. Metadiscurso fragmentario —y
yor extensión de esa clase media y que, no digo esquizofrénico—sobre discursos
primero unas pocas y después muchas mu- fragmentarios. Tal vez una fragmenta-
jeres fueran sujetos con nombre propio en ción, una ausencia de unidad, que es la
los dispositivos de selección, como son los energía de la autora para seguir escri-
estudios universitarios. Parafraseando al biendo sobre el mismo objeto, para se-
Marx del 18 Brumario de Luis Bonaparte: guir escudriñando, recogiendo aquí y allá.
las mujeres hacen su propia historia, pero Es una de las ventajas de la fragmenta-
no la hacen a su propio arbitrio, bajo cir- ción tomada como un puzzle, cuando se
cunstancias elegidas por ellas mismas. busca la unidad. Pero, ésta es solo mi lec-
Texto, el de Marx, que también decía, en tura de un libro que admite varias lecturas
su primer capítulo, apenas el segundo pá- —desde la unidad—y múltiples micro-
rrafo: la tradición de todas las generacio- lecturas, a través de los continuos flash,
nes muertas oprime como una pesadilla el esquemas, addendas, apuntes, codas o
cerebro de los vivos. Está bien el recono- pinceladas impresionistas,… desde la
cimiento de las pioneras; pero las mujeres fragmentación.
de hoy tal vez estén en otra historia, en
otras historias. Por ello, es pertinente que Javier Callejo (UNED)
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