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Cabeza:
Parte superior del cuerpo humano, donde se encuentran algunos órganos más
importantes de los sentidos y el cerebro.
Las Escrituras nos muestran que Dios ha diseñado al hombre para ser cabeza y a
la mujer para ser ayuda idónea y esto nos lleva a complementarnos el uno con el
otro. Ahora bien, dada la realidad en la que vivimos, no siempre cada miembro de
la relación vive conforme a su diseño. En ocasiones las esposas no cumplen con
su rol de ayuda idónea, ni el esposo ejerce su papel de líder en el hogar.
Hoy en día es la falta de liderazgo de parte del esposo, uno de los problemas más
grandes que muchas familias enfrenta. Muchos hombres no crecieron con un buen
modelo de liderazgo masculino en el hogar.
Muchos esposos simplemente son holgazanes y prefieren cederle la autoridad en
el hogar a sus esposas. Se rinden porque sus esposas desafían su autoridad en el
hogar y les recuerdan las malas decisiones que ellos tomaron en el pasado.
Algunos esposos son manipulados por sus esposas por medio de lágrimas.
Un padre y una madre que se deja gobernar por el E.S. es alguien que tomara
decisiones correctas para su familia, es alguien que pondrá en práctica la palabra
de Dios, que disciplinara y castigara cuando sea necesario y que consultara cada
decisión al Señor. Orar continuamente para que Dios le dé la sabiduría para
afirmar el llamado al liderazgo del esposo, para que muestre áreas de pecado en
su vida que pudieran estar siendo de obstáculo en que él cumpla su rol, y para
que el Señor le transforme en las áreas en las que él necesita serlo. Vive
conforme al llamado de la Palabra de orar sin cesar. No es simplista el decirte que
el amor y respeto por la Palabra producirán en la esposa un amor y respeto por su
esposo.
Cuando se presenta una situación en la que el esposo quiere hacer una cosa y tú
otra, expresa tu opinión pero no entres en contiendas. Puede que tu decisión o
forma de hacer algo te parezca la más acertada (y habrán situaciones donde
quizás lo sea) pero necesitas dejar que tu esposo ejerza el liderazgo que Dios le
ha dado y confiar en que Dios tiene el control. Como nos recuerda el apóstol, el
amor “…No se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en
cuenta el mal recibido”, 1 Corintios 13:5.
5.- Respétalo
Una de las cosas que más anima a un esposo es sentir que su esposa lo respeta.
Pídele a Dios que te dé un corazón que obedezca al llamado de respetar a tu
marido y que te ayude a mostrárselo a través de tus palabras y acciones.
6.- Sométete
Como saber si nuestras familias cuentan con una cabeza que la guie. Nos
haremos las siguientes preguntas:
¿Tiene Jesucristo prioridad en tu vida? ¿Es Él tu primer amor (Apocalipsis 2:4-5)?
¿Te entregas a diario a la palabra de Dios y a la oración para guiar a tu familia en
la verdad? ¿Eres un hombre que practica lo que predica? Así es como comienza y
se mantiene el liderazgo verdadero. Si tu corazón no está anclado en la veracidad
de la palabra de Dios, te dejarás llevar por tus sentimientos, tus emociones o la
opinión de los demás. Tengamos en cuenta los siguientes puntos:
1.- Dirige con amor. El liderazgo del esposo en el hogar debe estar firmemente
arraigado en el amor. ¿Por qué? Porque el amor es la clave que debe gobernar
todo lo que dices y haces. (1 Corintios 16:13-14).
2. Dirige con iniciativa. El amor te motivará, antes que nada, a ser un iniciador.
La iniciativa está al centro del liderazgo verdadero. Un líder no espera a que otros
le den ideas, él incita y toma el primer paso. (1 Juan 4:19).
3. Dirige con tu ejemplo. El amor te ayudará a dirigir con tu ejemplo. Jesús sabía
que Su ejemplo era esencial y reconoció este hecho cuando les dijo a los
discípulos, “les he dado ejemplo, para que como Yo les he hecho, también
ustedes lo hagan” (Juan 13:15).
4. Dirige en el mando. ¿Te das cuenta de que como esposo, eres el gerente de
tu familia? Esto no significa que tú lo haces todo en la familia, sino que debes
asegurarte de que todo se hace. (1 Timoteo 3:5).
8. Dirige con tu servicio. Otro aspecto muy importante del liderazgo es el ser
siervo del hogar. Puede que estés pensando, ¿Por qué debo ser siervo si soy
cabeza de mi hogar? Vuelvo a repetir, mira a Jesús, ¡tú ejemplo principal! Él
demostró una y otra vez que no le molestaba ensuciarse las manos para servir a
los demás. Después de todo, les lavó los pies a los discípulos, y ¡habrán estado
muy sucios después de caminar por toda Judea! Observa lo que dijo Jesús luego
de lavarles los pies, “Pues si Yo, el Señor y el Maestro, les lavé los pies, ustedes
también deben lavarse los pies unos a otros.