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Para ello desarrolló un método que le permitía, de forma rápida y sencilla, valorar la viabilidad del recién nacido.
El test de Apgar se publicó por primera vez en el número de julio-agosto de 1953 de la revista Current
Reasearches in Anesthesia and Analgesia con el título «A Proposal for a New Method of Evaluation of the
Newborn Infant.» – la elegancia y sencillez del estudio acrecientan la admiración de quien lo lee – y enseguida
empezó a utilizarse en todas las maternidades.
El test de Apgar redujo la mortalidad neonatal y asentó las bases de la neonatología moderna. En palabras de
la propia Apgar, lo que pretendía con su método era una clasificación simple y clara del estado de los recién
nacidos para poder comparar los resultados de las distintas prácticas obstétricas, de las pautas analgésicas y
de la resucitación del recién nacido.
Virginia Apgar, que murió en 1974, sigue prestando «su mirada» a todos los niños que nacen en cualquier
maternidad del mundo. Su método es muy sencillo y es lo primero que aprende un residente de
pediatría cuando empieza a atender a recién nacidos en la sala de partos.
En la década de los 30 del siglo XX, en EEUU la mayoría de partos eran hospitalarios. A pesar de ello, la
mortalidad infantil era superior a la de Europa, donde el parto tenía lugar sobre todo en casa. La Dra. Apgar se
dio cuenta de que la mayoría de niños morían por falta de oxígeno (anoxia) y detectó que esto era
fundamentalmente debido a 3 situaciones: la anestesia materna (que sedaba también al niño), la falta de
formación del médico que atendía al recién nacido (a menudo un residente novato) y la ausencia de
consenso sobre lo «normal» en el recién nacido.
Conocer el estado del feto antes del nacimiento era muy difícil, no existían los monitores fetales, pero en el
momento de nacer los problemas eran evidentes a la simple observación clínica. Y esta obviedad interesaba
mucho a Apgar que consiguió que los residentes de anestesia de su hospital, el Presbyterian de Nueva York,
empezaran a hacer rotaciones obligatorias en obstetricia. A los niños que no respiraban, que estaban pálidos,
que tenían bradicardia, que no estaban activos, se les aplicaban las técnicas de resucitación cardiopulmonar
adecuadas (RCP).
En una ocasión, un residente preguntó a Apgar: «¿cómo podemos hacer una valoración rápida de la situación
del recién nacido?». Apgar cogió un trozo de papel y le respondió: «Fácil, hazlo así, valora estos parámetros:
1. frecuencia cardíaca, 2. respiración, 3. tono muscular o actividad, 4. reflejo de respuesta a la estimulación, 5.
color.»
La Dra. Apgar, pasó todo un año desarrollando un sistema de puntuación que le permitiera no sólo determinar
la necesidad de aplicar maniobras de RCP, sino también establecer una base de comparación y discusión de
los procedimientos obstétricos, tipos de anestesia materna y los resultados de la resucitación.
Los estudios que realizaron Apgar y sus colegas sirvieron de base para conocer mejor la fisiología del recién
nacido y muchos aspectos del metabolismo materno-fetal desconocidos en su tiempo. El uso de su método se
generalizó en todo el mundo y ha permitido mejorar enormemente la supervivencia y salud de los recién
nacidos.
Aplicación del test de Apgar
Actualmente, todos los recién nacidos se valoran por el método de Apgar. El procedimiento habitual incluye una
valoración al primer minuto después de nacer y una segunda valoración a los 5 minutos. En ambos
momentos se valoran los cinco parámetros explicados más arriba y según sean se da una puntuación entre 0
y 2 a cada uno de ellos, después se suma el total de puntos.
La puntuación total que puede recibir un niño está entre 0 y 10. Puesto que se valora 2 veces, las puntuaciones
del minuto 1 y de los 5 minutos se escriben separadas por un guión, por ejemplo así: Apgar 9-10.
En el minuto 1
La mayoría de niños tienen una puntuación de 7 a 9, que indica un buen estado de salud y no precisan
maniobras de RCP.
Es muy raro que tengan un Apgar de 10, ya que al nacer prácticamente todos tenemos los pies y las manos
azuladas, esto es normal y se puntúa como 1.
Si puntúa por debajo de 7, necesita atención médica inmediata, cuanto menor sea la puntuación, mayor será la
ayuda que precise. Por debajo de 5 indica gravedad importante, y necesita maniobras de RCP avanzadas.
En el minuto 5
Los pediatras que asisten partos, están bien entrenados para actuar. Cuando hay una puntuación baja en el
minuto 1, la adecuada aplicación de maniobras de RCP hará subir la puntuación a los 5 minutos hasta
normalizarse o casi. Esto suele indicar que la capacidad de recuperación del recién nacido es buena y que se
trata de un bebé vigoroso o que ha sufrido poco.
Muy raramente puede darse el caso contrario, que el bebé tenga una buena puntuación en el minuto 1 y que
se deprima rápidamente de modo que en el minuto 5 la puntuación sea baja. Esto indica mal estado de salud,
de causas muy diversas, requiere actuación inmediata con maniobras de RCP y traslado a la UCI neonatal.
En 1961, el Dr. Joseph Butterfield de la Universidad de Colorado en Denver escribió a Apgar explicándole que
uno de sus residentes había creado una regla nemotécnica haciendo un acrónimo con las letras de su
apellido para recordar los parámetros a valorar:
Causas
La toxoplasmosis se encuentra en los seres humanos a nivel mundial y en muchas especies de animales y de
aves. El parásito también vive en los gatos.
La infección en humanos puede provenir de:
Transfusiones de sangre o trasplante de órganos sólidos
Manejo de los excrementos de gato
Ingerir tierra contaminada
Comer carne cruda o mal cocida (de cordero, cerdo o res)
La toxoplasmosis también afecta a las personas que tienen sistemas inmunitarios debilitados.
La infección también se puede pasar de una madre infectada a su bebé a través de la placenta. Esto ocasiona
toxoplasmosis congénita.
Síntomas
Síntomas ha sido extendido.
Puede no haber síntomas. Si los hay, suelen aparecer alrededor de 1 a 2 semanas después de entrar en
contacto con el parásito. La enfermedad puede afectar el cerebro, el pulmón, el corazón, los ojos o el hígado.
Los síntomas en gente con sistemas inmunitarios por lo demás saludables pueden incluir:
Inflamación de los ganglios linfáticos en cabeza y cuello
Dolor de cabeza
Fiebre
Enfermedad leve semejante a la mononucleosis
Dolor muscular
Dolor de garganta
Los síntomas en personas con un sistema inmunitario debilitado pueden incluir:
Confusión
Fiebre
Dolor de cabeza
Visión borrosa debido a inflamación de la retina
Convulsiones
Pruebas y exámenes
Pruebas y exámenes ha sido extendido.
El proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico. Los exámenes que se pueden hacer
incluyen:
Examen de sangre ara toxoplasmosis
Tomografía computarizada de la cabeza
Resonancia magnética de la cabeza
Examen con lámpara de hendidura de los ojos
Biopsia del cerebro
Tratamiento
Tratamiento ha sido extendido.
La gente que no presente síntomas generalmente no necesita tratamiento.
Los medicamentos para tratar la infección incluyen antipalúdicos y antibióticos. La gente con SIDA debe
continuar el tratamiento en tanto el sistema inmunitario esté débil, con el fin de prevenir la reactivación de la
enfermedad.
Prevención
Prevención ha sido extendido.
Recomendaciones para prevenir esta afección:
Evitar el consumo de carnes mal cocidas.
Lavarse las manos después de manipular carne cruda.
Proteger las áreas de juegos infantiles de excrementos de perros y gatos.
Lavarse muy bien las manos después de estar en contacto con el suelo posiblemente
contaminado con heces de animales.
Las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunitarios debilitados deben tomar las
siguientes precauciones:
No limpiar las cajas de desechos de gatos
No tocar nada que pueda contener heces de gato
No tocar nada que pudiera estar contaminado por insectos, como cucarachas y moscas que
hayan estado expuestas a las heces de los gatos
Las mujeres embarazadas y las personas con VIH/SIDA deben hacerse un examen para detectar
toxoplasmosis. Se puede hacer un examen de sangre.
En algunos casos, se puede dar medicamento para prevenir la toxoplasmosis.
Un examen de sangre puede determinar si una persona ha sido infectada con el virus. La mayoría
de las personas con CMV no necesita tratamiento. Si tiene un sistema inmunitario debilitado, el
médico puede recetarle una medicina antiviral. Las buenas prácticas de higiene, incluyendo lavarse
las manos correctamente, pueden evitar infecciones.
Diagnóstico y exámenes
Examen de sangre para CMV (citomegalovirus)
La rubéola se contagia cuando una persona tose o estornuda. La gente que no presenta síntomas
también puede contagiarla. No hay tratamiento, por lo tanto, lo mejor es prevenirla con la vacuna. En
Estados Unidos, ésta se llama MMR que es una vacuna combinada para el sarampión, paperas y
rubéola.
Meningitis
Es una infección de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal. La cubierta se llama
meningitis.
Causas
Las causas más comunes de meningitis son las infecciones virales. Estas infecciones generalmente
mejoran sin tratamiento. Sin embargo, las infecciones meningíticas bacterianas son extremadamente
graves. Pueden provocar la muerte o daño cerebral, incluso con tratamiento.
La meningitis también puede ser causada por:
Irritación química
Alergias a medicamentos
Hongos
Parásitos
Tumores
Muchos otros tipos de virus pueden causar meningitis:
Enterovirus: estos son virus que también pueden causar enfermedades intestinales.
Virus del herpes: son el mismo virus que puede causar el herpes labial y el herpes genital. Sin
embargo, las personas con herpes labial o genital no están en mayor riesgo de desarrollar meningitis
herpética.
Los virus que causan paperas y VIH.
Virus del Nilo Occidental: este virus se disemina por medio de las picaduras de mosquitos y se ha
convertido en una causa importante de meningitis viral en la mayor parte de los Estados Unidos.
Síntomas
Tratamiento
Se usan antibióticos para tratar la meningitis bacteriana. Los antibióticos no tratan la meningitis viral. Pero los
medicamentos antivirales pueden administrarse a aquellos con meningitis herpética.
Otros tratamientos incluirán:
Líquidos intravenosos (IV)
Medicamentos para tratar síntomas, como el edema cerebral, el shock y las convulsiones