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De anima, es el texto hoy llamado psicológico de Aristóteles, en el cual el filósofo

parte por un supuesto fundamental, este es, el alma existe, ahora bien, en lo que
respecta a las características la ψυχή aristotélica se separa de las ideas de su
maestro, puesto que no hay inmortalidad ni reminiscencia, sino más bien se trata de
un principio vivificante y cognoscitivo, no obstante perecedero. Ahora bien, dicho
esto mi tesis estará enfocada, específicamente en la frase “el alma es en cierta
medida todas las cosas”, de ahí es posible desprender una serie de interrogantes,
¿Cómo el alma puede asir todas las cosas?, ¿es acaso una potencialidad ilimitada?,
¿Qué antecedentes históricos podemos encontrar de esta idea?, ¿En qué medida
es todas las cosas? En efecto, podemos desprender más elementos de esta
afirmación que en primera instancia parece sencilla y nos hace sentido, pero que si
nos sumergimos podría ser una fuente de riqueza filosófica. ¿Qué es lo que
realmente quiso decir Aristóteles con esta afirmación? Un punto de partida pudiese
ser el tema del movimiento, puesto que en el cap. Tercero del libro I De anima:
“Tenemos que examinar, en primer lugar, lo concerniente al movimiento, pues tal
vez no solo es falso que la sustancia del alma es tal como sostienen los que
argumentan que ella es lo que se mueve a sí mismo o lo que puede mover, sino que
es una de las imposibilidades que ella tenga movimiento.” (405b 31-35)

La cuestión es si el alma puede mover sin que esta misma esté en movimiento, así
como el primer motor inmóvil es el ente inmóvil, eterno y perfecto que mueve todo
lo demás, Aristóteles utiliza una analogía para dar cuenta de este tipo de
movimiento, del amado y el amante, es decir, cómo el movimiento emerge desde
fuera, así también el alma es capaz de esta forma o por algún elemento sensible
(ej. El hambre).
Entonces, más adelante en el capitulo dice que, aquello que está en movimiento
puede estar de dos formas, ora por si mismo, ora por otro, hay que examinar si alma
se mueve por si misma y si participa del movimiento. Aquí el estagirita refuta la idea
platónica del alma (Fedón y Fedro), y distingue entre cuatro tipos de movimientos;
traslación, alteración, decrecimiento y crecimiento, además se debe considerar si
se trata de un movimiento accidental o por naturaleza. Para el filósofo el movimiento
del alma es un movimiento sustancial, pues se mueve a sí misma, la complejidad
suscita en que si el alma se mueve a si misma, ¿con respecto a cual de los cuatro
tipos de movimiento?, pues cualquiera de ellos implica que el alma es un cuerpo
con magnitud, pero el cuerpo es puesto en movimiento por el alma, y dice Aristóteles
“de manera que el alma cambiara en relación con el cuerpo”, surge otra pregunta
¿si el movimiento que mueve al cuerpo es un movimiento locativo, entonces el alma
cambiará en partes o toda?. Luego, afirma que no es posible que el alma sea una
magnitud, sino que el intelecto carece de partes, es uno y continuo (407ª 8)

Dicho esto, podemos encontrar más dificultades a las que se enfrenta el estagirita,
no obstante, lo importante aquí es dar cuenta de la relación que existe entre el
movimiento como principio, en el caso del alma, se trata de un principio vivificante,
es decir, solo en un tipo de entidad, y a su vez, en qué medida se relaciona con el
principio cognoscitivo.

A su vez, la temática del movimiento posee en sí misma una serie de elementos


que se ubican en el libro la Física. Es sabido que su célebre definición esta en la
Física, libro III, capítulo primero ἡ τοῦ δινάμει ὂντος ἐντελέχεια, ᾗ τοιοὓτον, κίνεσίς
ἐστιν, “el acto de lo que es en potencia, en cuanto tal”. Podemos observar que esta
definición podría presentarnos algunas dificultades, la mayoría de los traductores
suelen traducir entelecheia por acto, sin embargo, podría ser actualidad, proceso o
actualización. Sin embargo, no pretendo hacer una investigación acerca de las
problemáticas de dicha traducción, sino más bien el vínculo que se podría
establecer de la definición del movimiento, en consideración posterior a la teoría del
alma aristotélica .

Ahora bien, es posible suponer que la compresión de la sustancia sensible pasa por
la comprensión del movimiento[1], es decir, no solo porque sea una cualidad en ella,
sino también porque de cierta manera constituye su realidad. Por otra parte, J.
Rivera en De asombros y nostalgias, recoge la célebre definición y concluye que
Aristóteles llega al concepto de acto por dos vías, una mas cercano a su maestro,
en relación con el εῐδος, en cuanto que el acto es perfección cuando ha logrado su
forma (esencia) por medio de la visión, sin embargo, lo que vemos, no lo hacemos
necesariamente con el órgano sensorial, lo hacemos también con el alma como las
ideas, y a su vez, Rivera menciona la perfección que hay en los seres vivos al estar
en energeia, y esta idea nos conduce a la concepción del acto como entelecheia,
ósea, lo acabado o determinado. El clásico ejemplo es la semilla en acto y la
potencialidad de ser un árbol, su perfección estaría dada en la medida que cumple
el acto de ser árbol. Por otra parte, esta el acto en cuanto energeia, Rivera dice acto
inmanente, actividades como el pensar, el ver, pues su estar en obra no se busca
fuera de sí.
En la Física, libro IV Aristóteles menciona que, para que el movimiento sea posible
se requiere del vacío
“Además, los que sostienen la existencia del vacío admiten también la existencia
del lugar, ya que el vacío seria un lugar desprovisto de cuerpo. Así, por estas
razones, se ha supuesto que el lugar es algo distinto de los cuerpos y que todo
cuerpo sensible está en un lugar” (2º8b 27-32)

Entonces, para el estagirita todo movimiento se da, por una parte, en un topos, no
obstante, no se trata de que haya un lugar propio de cada entidad, sino mas bien
cada una posee una dýnamis tou paschein. Además, para que el movimiento sea
posible requiere de la dimensión temporal, dice en el libro IV, cap. 14 “Es evidente
que todo cambio y toda cosa movida son en el tiempo” (222b 30) y plantea la
cuestión de si el tiempo está en relación con el alma, ¿existiría o no el tiempo si no
existiese el alma? Se pregunta, esta pregunta nos recuerda a la clásica pregunta de
si un árbol que se cae en medio del bosque, no habiendo quién lo oiga, ¿hace ruido?
El filósofo hace la analogía con los números, puesto que si no hubiese alguien que
enumere no podría haber números, si el número es lo numero o numerable, y
concluye
Si nada que no sea el alma, o la inteligencia del alma, puede numerar por
naturaleza, resulta imposible la existencia del tiempo sin la existencia del alma, a
menos que sea aquello que cuando existe el tiempo existe[2] (223ª25 y ss)

La última afirmación de este fragmento es de difícil traducción para la comprensión


de lo que quiso decir Aristóteles, si consideramos que el hecho de que el tiempo no
exista sin el alma, puesto que la física actual podría responder de manera más
actualizada a esta problemática. Sin embargo, se trata de la perspectiva del tiempo
en relación al hombre, no estamos considerando el tiempo en sentido absoluto, por
lo tanto, habría que examinar si en toda la obra aristotélica pensó el tiempo en este
sentido y no otro.

[1]
Cft. Claudia Carbonell, Movimiento y forma en Aristóteles, ed. U. de Navarra, 2007, p.96. La autora
considera que dentro del corpus la definición del movimiento es uno de los lugares más difíciles y centrales,
no solo para la Física, sino también para las discusiones metafísicas y psicológicas.
[2]
ἀλλ' ἥ τοῦτο ὅ ποτε ὅν ἔστιν ὁ χρόνος, una alternativa de traducción puede ser: “A menos que el tiempo
sea esto: aquello que es en algún momento”. La interpretación de esta traducción queda abierta a más
posibilidades.

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