Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Jesús insiste ante la Santa María Faustina y sus palabras debieran ser
objeto de nuestra reflexión. Con el rechazo de la Confesión muchos
hoy se juegan su propia eternidad.
Escribe: "Soy tres veces Santo y tengo horror del más pequeño
pecado. No puedo amar a un alma manchada de pecado; pero cuando
se arrepiente, mi generosidad no tiene límites para ella. Mi
Misericordia la abraza y la perdona. Persigo con mi Misericordia a los
pecadores por todos sus caminos y mi Corazón goza cuando ellos
vuelven a Mí. Olvido las amarguras con las cuales han saciado mi
Corazón y me alegro de su retorno. Di a los pecadores que ninguno
escapará a mis manos. Si huyen ante mi Corazón misericordioso,
caerán en las manos de mi justicia. Di a los pecadores que los espero
siempre, estoy a la escucha del latir de su corazón para saber cuándo
latirá para Mí. Escribe que les hablo con los remordimientos de con-
ciencia, con los fracasos y los sufrimientos, con las tormentas y los
rayos; hablo en la voz de la Iglesia y si hacen vanas todas mis gracias,
comienzo a enfadarme". (D. 90)
Fiel a las palabras de Jesús, la Santa María Faustina repite a las almas
lo que ella aprendió de Jesús y las experiencias que ella ha tenido:
He aquí tres palabras para un alma que desea sacar provecho de su
propia Confesión:
A veces veo las acechanzas que me son tendidas por almas que no
deberían hacer estas cosas. No me defiendo, sino confío más en Dios,
que ve mi interior y me doy cuenta que esas almas se enredan ellas
mismas en sus acechanzas, ¡Oh Dios, cuán justo y bueno eres!