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CAUDAL SOLIDO
El caudal sólido de un río está constituido por el material arrastrado por la corriente
de agua. El arrastre del material sólido se da en tres modalidades, en función de la
dimensión de las partículas, de la densidad de las mismas, y de la velocidad del
flujo.
Transporte sólido en suspensión. Se trata en general de material
fino, arcilla, limo y arenas finas. Al bajar la velocidad de la corriente de agua,
disminuye su capacidad de arrastre y consecuentemente el material se
deposita en el fondo, formando bancos. Este tipo de transporte es el mayor
responsable de la colmatación de los embalses.
Transporte sólido por saltación. Este movimiento de las partículas es
intermitente, y muy variable en función de variaciones localizadas de la
velocidad del agua. Este tipo de movimiento se da para partículas de arena
más gruesa.
Transporte sólido por arrastre de fondo, es característico de flujos
torrenciales y el tamaño del material transportado puede llegar a grandes
dimensiones de rocas.
Cada sección de un río tiene una determinada capacidad de arrastre de material
sólido, que es función de la velocidad del agua, de su profundidad y de la geometría
de la sección. Si artificialmente se retira de la corriente el material sólido
transportado naturalmente por esta, por ejemplo introduciendo en el cauce del río
un embalse, aguas abajo del embalse el flujo se encuentra con una importante
capacidad erosiva.
ALGUNOS PROBLEMAS QUE INVOLUCRAN EL ESTUDIO DE TRANSPORTE
DE SOLIDOS:
EROSION Y SEDIMENTACIÓN
COLMATACION Y PURGA DE EMBALSES
DESGASTE DE BOMBAS Y TURBINAS
+b
El error de un molinete bien calibrado debe ser inferior al 2%.
Dado que la corriente presenta continuas variaciones debido tanto a las
irregularidades del fondo como de las orillas se procura medir la velocidad en varias
verticales y en varios puntos de cada vertical.
La distancia entre verticales se mide con cinta métrica y la profundidad con barra
graduada o con torno
Aforo de sólidos en suspensión
La medida de los sólidos en suspensión ha de realizarse con el apoyo de una
estación de aforo de caudales líquidos, si se quiere estimar el transporte de los
mismos de manera continua y siempre que exista una correlación aceptable entre
el caudal líquido y la concentración o carga de sólidos.
Para establecer la correspondencia entre la carga de sólidos en suspensión y el
caudal líquido Qs = f (Ql) de una estación de aforos, hay que determinar de la
manera indicada en el punto anterior el caudal líquido, y a partir de la muestra
obtenida con la turbisonda la concentración de sólidos para distintos valores de los
niveles alcanzados en el cauce.
Los muestreadores de sedimentos recomendados por el F.I.A.S.P., son cinco
modelos para sedimentos en suspensión (tres integradores en profundidad y dos
puntuales)
El muestreador integrador en profundidad recoge y acumula la muestra a medida
que se baja hacia el fondo del río y cuando es elevado hacia la superficie. Durante
el recorrido debe moverse a velocidad uniforme en cada sentido, pero no es
necesario que sea la misma en ambos.E muestreador consta de una pieza de
aluminio fundido, aerodinámica, que encierra parcialmente el recipiente recolector
de la muestra. Este último se ajusta contra una junta estanca, situada en la cavidad
delantera del muestreador, mediante un tirador o tensor regulado por un muelle que
está ensamblado en el extremo o cola del muestreador. La muestra se recoge a
través de la boquilla de entrada y se almacena dentro de la botella. El aire
desplazado de ésta, es expelido corriente abajo a través de la salida de aire
emplazada en el costado del cabezal del muestreador. Este último, incluido el
recipiente recolector, pesa 2 kg. Para suspenderlo se utiliza una varilla de vadeo
normalizada de las empleadas para aforar corrientes fluviales, u otro dispositivo
manual adecuado, que se enrosca en la parte superior del muestreador.
Cuando las corrientes fluviales no pueden vadearse pero tienen una profundidad
moderada (menor de 5 m) y la velocidad del flujo no supera los 2,4 m/s, se utiliza
un muestreador integrador en profundidad manejado con la ayuda de un cable y
torno.
Si la profundidad del río o la velocidad del flujo son superiores a los indicados
anteriormente, se deben utilizar muestreadores similares a este último pero con
mayores contrapesos.
Las verticales elegidas en cada sección transversal donde se efectúe el aforo deben
situarse equidistantes unas de otras.
El número de verticales requerido para hacer un aforo de sólidos depende del
caudal líquido, de las características de los materiales transportados y de la
exactitud que se desee en los resultados. Para determinar dicho número se requiere
emplear tanto procedimientos estadísticos como el tener gran experiencia de
campo. En la práctica se eligen las mismas verticales que las utilizadas en el aforo
de los caudales líquidos.
Para el muestreo de los sólidos en suspensión se requiere obtener en cada vertical
un volumen de muestra proporcional al caudal. Esto se consigue mediante el
empleo de boquillas debidamente calibradas.
La velocidad del flujo en la boquilla de entrada de la turbisonda debe ser similar a la
de la corriente en las inmediaciones, con un error admisible entre el 3 y el 5%.
Existen tres tamaños de boquilla eligiéndose el más indicado en cada caso en
función de la velocidad del agua en la sección de aforo.
Para cada aforo es necesario mantener el tamaño de la boquilla en el muestreador.
2.3 Trabajos de laboratorio
La muestra contenida en la botella situada en la turbisonda, pasa en el laboratorio
por las siguientes operaciones para determinar la concentración de sólidos en
suspensión:
1.- Se pesa la botella vacía.
2.- Se pesa el conjunto formado por la botella y la muestra en ella contenida.
3.- Se separan los sólidos en suspensión contenidos en la muestra de la botella
por medio de un filtro de 14 micras, utilizando en el proceso una bomba de vacío
para agilizar el trabajo. Previamente los filtros han sido desecados y pesados.
Cuando la concentración de la muestra es muy elevada las partículas pueden llegar
a colmatar el filtro teniendo que separarse los sólidos por el sistema de evaporación.
Esta operación se realiza aportando calor por medio de lámparas y posteriormente
introduciendo la cápsula en estufa a 105°C hasta peso constante.
4.- El resultado del filtrado se deseca en estufa a 105 °C durante un mínimo de
8 horas.
5.- La cápsula con los sólidos se enfría en desecador.
6.- Se pesa la muestra seca.
Conocido el volumen de la muestra y el peso de los sólidos en ella contenidos se
determina la concentración, C=P/V, en g/L, que representa la concentración media
en la vertical donde se tomó la muestra.
Normalmente, las muestras utilizadas para determinar los sólidos en disolución son
las sobrantes de la muestra total, recogida en la botella de la turbisonda, después
de efectuado el proceso de filtrado (filtro de 14 micras).
El método que se sigue para obtener los sólidos que se encuentran en disolución
es el de evaporación.
El residuo seco está formado generalmente por sales minerales, pudiendo también
contener pequeñas cantidades de materia orgánica.
siendo:
P' = Peso de la cápsula + residuo seco en mg
P = Peso de la cápsula vacía en mg
V = Volumen de agua evaporada en mL