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MARCO TEORICO

CAUDAL SOLIDO

El caudal sólido de un río está constituido por el material arrastrado por la corriente
de agua. El arrastre del material sólido se da en tres modalidades, en función de la
dimensión de las partículas, de la densidad de las mismas, y de la velocidad del
flujo.
 Transporte sólido en suspensión. Se trata en general de material
fino, arcilla, limo y arenas finas. Al bajar la velocidad de la corriente de agua,
disminuye su capacidad de arrastre y consecuentemente el material se
deposita en el fondo, formando bancos. Este tipo de transporte es el mayor
responsable de la colmatación de los embalses.
 Transporte sólido por saltación. Este movimiento de las partículas es
intermitente, y muy variable en función de variaciones localizadas de la
velocidad del agua. Este tipo de movimiento se da para partículas de arena
más gruesa.
 Transporte sólido por arrastre de fondo, es característico de flujos
torrenciales y el tamaño del material transportado puede llegar a grandes
dimensiones de rocas.
Cada sección de un río tiene una determinada capacidad de arrastre de material
sólido, que es función de la velocidad del agua, de su profundidad y de la geometría
de la sección. Si artificialmente se retira de la corriente el material sólido
transportado naturalmente por esta, por ejemplo introduciendo en el cauce del río
un embalse, aguas abajo del embalse el flujo se encuentra con una importante
capacidad erosiva.
ALGUNOS PROBLEMAS QUE INVOLUCRAN EL ESTUDIO DE TRANSPORTE
DE SOLIDOS:
 EROSION Y SEDIMENTACIÓN
 COLMATACION Y PURGA DE EMBALSES
 DESGASTE DE BOMBAS Y TURBINAS

¿QUE SON LOS SEDIMENTOS?


Los sedimentos son materiales sólidos acumulados sobre la superficie terrestre,
procedentes de fenómenos o procesos naturales y pueden ser transportados de
distintas formas por el flujo en una corriente (Julien, 2010).
El transporte de sedimentos en ríos se puede dar por rodamiento o deslizamiento,
a saltos por el fondo el flujo denominado “carga de fondo” y en suspensión es decir
soportado por la turbulencia dentro del flujo denominado “carga en suspensión”
(Apaclla, 2014).
El transporte de sedimentos ocurre desde la parte alta de la cuenca hasta la
desembocadura al mar, alterando la flora, fauna, geomorfología, calidad de agua,
actividades antrópicas e incluso la permanencia y período de vida útil de obras de
infraestructura hidráulica.
Las altas concentraciones de sedimentos en el norte del Perú son estaciónales y
ocurren con gran frecuencia durante eventos extremos El Niño (1982-83 y 1997-98)
cambiando la geomorfología y química de todo el ecosistema, así como ocasionar
daños a las infraestructuras existentes (Quincho, 2015).
TRANSPORTE DE SEDIMENTOS
El transporte de sedimentos por los ríos es un proceso continuo en la naturaleza,
prueba de esto es la migración de los ríos, la formación y destrucción de bordos e
islas, y los cambios de contorno en playas y costas. Estos procesos se originan
con el inicio de movimiento de los sedimentos, la entrada en suspensión, el
arrastre de fondo, lo que produce erosión, el transporte de sedimento, la deposición
de partículas, su compactación y consolidación, crea continuamente los paisajes y
modifica la forma de los ríos, a través del tiempo, su evolución se observa en
períodos largos de tiempo.
El conocimiento del transporte de sedimentos en un río es útil en problemas
tales como: La determinación de la cantidad de sedimentos que entran al vaso de
una presa, para diseñar el volumen o capacidad retención de sedimentos en una
presa. En un río navegable es importante determinar la frecuencia de dragado con
el fin de mantener el calado suficiente para la navegación de embarcaciones.
Cuando se construye una presa, aguas abajo suelen producirse erosiones
considerables durante un cierto tiempo. En algunos ríos debido a la extracción
excesiva de los sedimentos, los que se usan comúnmente para la construcción, se
pueden tener efectos adversos en la forma del cauce y el hábitat biológico en tramos
de río aguas abajo.
Los sedimentos transportados son los del fondo y las orillas del cauce
además de partículas muy finas procedentes de los terrenos de la cuenca. Las
partículas entran en movimiento tan pronto como el esfuerzo cortante aplicado en
el material del fondo exceda al esfuerzo cortante crítico o de inicio de movimiento.
Generalmente las partículas de limo y arcilla entran en suspensión, y las partículas
de arena y grava ruedan y se deslizan en una capa delgada cerca del fondo llamada
capa de fondo.
Los sedimentos tienen funciones esenciales en los ríos como son: el desarrollo
del cauce en sus cambios de forma (ancho, profundidad, formación de islas o
bancos de arena), sirven para minimizar la degradación del fondo ya que suplen el
sedimento en zonas erosionadas, en la formación de hábitats para un gran número
de organismos vivos, en el transporte de nutrientes. Algunos riesgos del transporte
de sedimentos son el cambio del ancho del cauce durante las avenidas, los
deslizamientos de materiales, y los flujos de lodos y escombros en las inundaciones.
La ingeniería de ríos se encarga de la restauración de los ríos, y su protección contra
inundaciones.
Los procesos que gobiernan el movimiento de los sedimentos en los ríos son
complejos y dependen de los siguientes factores: hidrológicos, hidráulicos,
geológicos, geográficos y biológicos. La descarga de agua, su velocidad, las
características de los materiales de las paredes y del fondo del cauce, la
disponibilidad de material para su transporte. Otros factores son: la duración e
intensidad de lluvia, la pendiente, el uso de suelo en la cuenca, la cobertura vegetal,
el tipo de suelo, las actividades humanas.
Los procesos de transporte de sedimentos en las montañas están sujetos a las
características de la producción de sedimento y a la capacidad de transporte del
cauce. Estos se originan por la erosión de pendientes sin vegetación, el
deslizamiento de las laderas, el flujo de lodos y escombros.
Los escurrimientos pueden mover una porción de sedimentos finos (arena a graba
y guijarros) anualmente, sin embargo el material más grueso puede durar mucho
tiempo sin moverse hasta que los escurrimientos sean suficientemente fuertes para
desplazar la mezcla de sedimentos.
Los grandes ríos transfieren sedimentos a través de miles de
kilómetros, desde su nacimiento generalmente en las zonas montañosas, hasta su
descarga al mar. Algunas veces atraviesan continentes, como es el caso de los ríos
Amazonas y Orinoco, proceden de las montañas de los Andes, cuyos sedimentos
son transportados por los ríos que atraviesan la parte norte de Sud América. Los
sedimentos pueden tardar cientos, a miles de años en su viaje hacia la
desembocadura. Del sedimento transportado a los océanos por los grandes ríos
que drenan los continentes, del orden de 80 a 90% corresponden a arena fina en
suspensión y entre el 10 a 20% a arena gruesa transportada en el fondo. En su
desembocadura se llegan a acumular grandes cantidades de sedimento en forma
de abanico o delta, algunos de los grandes deltas son: el delta del río Amazonas
con un área de 467,078 km2, el del Misisipi es con 28,568 km2, del Río Grijalva en
México es de 17,028 km2, la del río Nilo es de 12,512 km2.
ALGUNOS PROBLEMAS QUE INVOLUCRAN EL ESTUDIO DE TRANSPORTE
DE SOLIDOS:
 EROSION Y SEDIMENTACIÓN
 COLMATACION Y PURGA DE EMBALSES
 DESGASTE DE BOMBAS Y TURBINAS

METODOLOGÍA DE LOS AFOROS


La carga de sólidos transportada por los ríos está constituida por sólidos en
disolución, sólidos en suspensión y arrastres de fondo. Para estimar los dos
primeros componentes de la carga se utiliza una técnica común en la toma de
muestras en el cauce, diferenciándose únicamente en los análisis de laboratorio.
Estando relacionada la carga de sólidos transportados con los caudales líquidos
circulantes, resulta imprescindible la medida de estos últimos para poder obtener el
valor de los primeros.
Aforo directo de caudales líquidos
Se llama aforo directo al conjunto de operaciones realizadas en una sección
transversal del río, para calcular el caudal circulante por la misma en un momento
determinado.
Se procurará, si las condiciones de la estación de aforo lo permiten, registrar la
altura de la lámina de agua en el cauce.
Se obtienen así, pares de valores ("h", "Q") de niveles y caudales correspondientes
que, obtenidos para los distintos regímenes estacionales del río a lo largo del año,
definen la "curva de gasto" o de correspondencia entre niveles y caudales de la
sección de aforo. Cabe reseñar que en general estas curvas no son únicas para
cada estación y dependen de las características tanto del flujo como del material
transportado.
Para realizar el aforo se recurre al empleo de un molinete, que es un aparato de
precisión, con el que se mide la velocidad del agua en una serie de puntos de una
sección transversal de un cauce. Consta de un cuerpo principal portador de una
hélice y de un contador electrónico de revoluciones. Puede introducirse en el agua
sujeto a una barra graduada, o por medio de un cable lastrado que se suelta con un
torno desde un puente o pasarela.
Los molinetes se taran en canales que contienen agua sin circulación, avanzando
sujetos a un carro que se mueve con velocidad uniforme, pudiéndose variar la
misma a voluntad. La ecuación que gobierna el movimiento es lineal del tipo:
V = an + b
donde:
v = Velocidad de avance del molinete en m.s-1
n = Número de revoluciones por segundo
a, b = Coeficientes numéricos obtenidos experimentalmente en el canal de tarado.
En un cauce natural la velocidad se mide dejando el molinete fijo en un punto
durante T segundos y registrando las revoluciones N de la hélice mediante el
contador. La velocidad del flujo se obtiene mediante la expresión:

+b
El error de un molinete bien calibrado debe ser inferior al 2%.
Dado que la corriente presenta continuas variaciones debido tanto a las
irregularidades del fondo como de las orillas se procura medir la velocidad en varias
verticales y en varios puntos de cada vertical.
La distancia entre verticales se mide con cinta métrica y la profundidad con barra
graduada o con torno
Aforo de sólidos en suspensión
La medida de los sólidos en suspensión ha de realizarse con el apoyo de una
estación de aforo de caudales líquidos, si se quiere estimar el transporte de los
mismos de manera continua y siempre que exista una correlación aceptable entre
el caudal líquido y la concentración o carga de sólidos.
Para establecer la correspondencia entre la carga de sólidos en suspensión y el
caudal líquido Qs = f (Ql) de una estación de aforos, hay que determinar de la
manera indicada en el punto anterior el caudal líquido, y a partir de la muestra
obtenida con la turbisonda la concentración de sólidos para distintos valores de los
niveles alcanzados en el cauce.
Los muestreadores de sedimentos recomendados por el F.I.A.S.P., son cinco
modelos para sedimentos en suspensión (tres integradores en profundidad y dos
puntuales)
El muestreador integrador en profundidad recoge y acumula la muestra a medida
que se baja hacia el fondo del río y cuando es elevado hacia la superficie. Durante
el recorrido debe moverse a velocidad uniforme en cada sentido, pero no es
necesario que sea la misma en ambos.E muestreador consta de una pieza de
aluminio fundido, aerodinámica, que encierra parcialmente el recipiente recolector
de la muestra. Este último se ajusta contra una junta estanca, situada en la cavidad
delantera del muestreador, mediante un tirador o tensor regulado por un muelle que
está ensamblado en el extremo o cola del muestreador. La muestra se recoge a
través de la boquilla de entrada y se almacena dentro de la botella. El aire
desplazado de ésta, es expelido corriente abajo a través de la salida de aire
emplazada en el costado del cabezal del muestreador. Este último, incluido el
recipiente recolector, pesa 2 kg. Para suspenderlo se utiliza una varilla de vadeo
normalizada de las empleadas para aforar corrientes fluviales, u otro dispositivo
manual adecuado, que se enrosca en la parte superior del muestreador.

Cuando las corrientes fluviales no pueden vadearse pero tienen una profundidad
moderada (menor de 5 m) y la velocidad del flujo no supera los 2,4 m/s, se utiliza
un muestreador integrador en profundidad manejado con la ayuda de un cable y
torno.

Si la profundidad del río o la velocidad del flujo son superiores a los indicados
anteriormente, se deben utilizar muestreadores similares a este último pero con
mayores contrapesos.
Las verticales elegidas en cada sección transversal donde se efectúe el aforo deben
situarse equidistantes unas de otras.
El número de verticales requerido para hacer un aforo de sólidos depende del
caudal líquido, de las características de los materiales transportados y de la
exactitud que se desee en los resultados. Para determinar dicho número se requiere
emplear tanto procedimientos estadísticos como el tener gran experiencia de
campo. En la práctica se eligen las mismas verticales que las utilizadas en el aforo
de los caudales líquidos.
Para el muestreo de los sólidos en suspensión se requiere obtener en cada vertical
un volumen de muestra proporcional al caudal. Esto se consigue mediante el
empleo de boquillas debidamente calibradas.
La velocidad del flujo en la boquilla de entrada de la turbisonda debe ser similar a la
de la corriente en las inmediaciones, con un error admisible entre el 3 y el 5%.
Existen tres tamaños de boquilla eligiéndose el más indicado en cada caso en
función de la velocidad del agua en la sección de aforo.
Para cada aforo es necesario mantener el tamaño de la boquilla en el muestreador.
2.3 Trabajos de laboratorio
La muestra contenida en la botella situada en la turbisonda, pasa en el laboratorio
por las siguientes operaciones para determinar la concentración de sólidos en
suspensión:
1.- Se pesa la botella vacía.
2.- Se pesa el conjunto formado por la botella y la muestra en ella contenida.
3.- Se separan los sólidos en suspensión contenidos en la muestra de la botella
por medio de un filtro de 14 micras, utilizando en el proceso una bomba de vacío
para agilizar el trabajo. Previamente los filtros han sido desecados y pesados.
Cuando la concentración de la muestra es muy elevada las partículas pueden llegar
a colmatar el filtro teniendo que separarse los sólidos por el sistema de evaporación.
Esta operación se realiza aportando calor por medio de lámparas y posteriormente
introduciendo la cápsula en estufa a 105°C hasta peso constante.
4.- El resultado del filtrado se deseca en estufa a 105 °C durante un mínimo de
8 horas.
5.- La cápsula con los sólidos se enfría en desecador.
6.- Se pesa la muestra seca.
Conocido el volumen de la muestra y el peso de los sólidos en ella contenidos se
determina la concentración, C=P/V, en g/L, que representa la concentración media
en la vertical donde se tomó la muestra.
Normalmente, las muestras utilizadas para determinar los sólidos en disolución son
las sobrantes de la muestra total, recogida en la botella de la turbisonda, después
de efectuado el proceso de filtrado (filtro de 14 micras).
El método que se sigue para obtener los sólidos que se encuentran en disolución
es el de evaporación.
El residuo seco está formado generalmente por sales minerales, pudiendo también
contener pequeñas cantidades de materia orgánica.

El equipamiento del laboratorio imprescindible para la determinación de la


concentración de los sólidos disueltos constará de:
a) Cápsulas de porcelana
b) Baño maría
c) Estufa de desecación
El procedimiento empleado para el cálculo es el siguiente:
1.- Se tara la cápsula de porcelana vacía. Previamente se seca a 110ºC hasta
peso constante.
2.- Se evapora en "baño maría", un volumen de agua (muestra) exactamente
medido y contenido en la cápsula, hasta sequedad.
3.- Se introduce la cápsula en la estufa y se mantiene a 110ºC durante un
mínimo de cuatro horas.
4.- Se deja enfriar en desecador.
5.- Se pesa el conjunto seco (cápsula + residuo).
La concentración viene dada por:

siendo:
P' = Peso de la cápsula + residuo seco en mg
P = Peso de la cápsula vacía en mg
V = Volumen de agua evaporada en mL

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