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Venezuela sufre un franco retroceso en todos los indicadores sociales y

calidad de vida medidos en el Informe de Desarrollo Humano 2016,


publicado este martes por el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), con las últimas cifras oficiales disponibles antes de que
colapsara la economía.

L os índices de esta encuesta mundial, que se basa en reportes


oficiales de los países miembros del sistema de las Naciones Unidas,
ilustran el deterioro que viven los venezolanos día a día, recogidos en
forma de estadísticas internacionales.

Venezuela perdió posiciones en el ranking global del Indice de


Desarrollo Humano (IDH) y muestra cifras peores que muchos otros
países comparables en salud, educación y condiciones de vida, según
se desprende de un análisis del reporte.

Los datos de desnutrición infantil, niños sin cobertura de vacunas,


asesinatos, mortalidad materna y seguridad son de antes que
surgiera en las calles de Venezuela el fenómeno del hambre, con
familias enteras comiendo en la basura. Son anteriores a la escasez
crónica de medicinas que ha llevado a la muerte a centenares de
pacientes no tanto por una enfermedad sino por la falta de
medicinas; anteriores al quiebre masivo de empresas y al derrumbe
de las importaciones y del ingreso petrolero por habitante.

Estas estadísticas sociales en retroceso también son anteriores al


surgimiento de la hiperinflación que desde 2016 ha pulverizado el
valor del salario y del ingreso general de las familias venezolanas.

Para 2015 el informe reporta un aumento superior a seis veces en los


precios, respecto a la base de 2010.

Las dramáticas caídas recogen datos de 2014 y 2015, reportados por


organismos del gobierno antes que se agudizara lo que los expertos
califican como la peor situación económica y social de la Venezuela
contemporánea.
Según la PNUD, este índice compuesto mide los avances
promedio en tres dimensiones básicas del desarrollo
humano: una vida larga y saludable, conocimiento y un
decente estándar de vida.
Entre los años de 2010 al 2015 el indicador había crecido a una tasa
promedio anual de 0,29%, casi la mitad del 0,58% que creció entre
1990 y 2000.

Entre 2000 y 2010 había avanzado 1,18% anual en promedio.

En los últimos años de esa década, Venezuela comenzó a vivir un


nuevo auge de altos precios del petróleo que volvieron a alimentar la
noción de que este era un país rico. Acciones populistas y reparto de
una piñata que en realidad no existía dieron al traste con la
posibilidad de ahorrar fondos para la previsible época de las vacas
flacas.

Aunque Venezuela está en el grupo de países con desarrollo humano


alto, sólo supera en la región a México, Brasil, Perú, Ecuador y
Colombia en su posición en el ranking promedio. Ocupa el lugar 71,
empatada con Turquía entre las 188 naciones estudiadas y con dos
posiciones menos que en el resultado del año pasado, que a su vez
traía los datos de 2014.

Venezuela sale un poco mejor en la foto del índice


compuesto gracias principalmente a su ingreso per cápita
traído por el petróleo -que se mantuvo fuerte en 2014 y
2015- . Pero en los indicadores disgregados está peor.
Entre 2010 y 2015 perdió cuatro posiciones en el ranking global.

Algunos indicadores son particularmente dramáticos: en homicidios


por cada 100.000 habitantes, con 62 casos, ocupa otra vez el tercer
lugar en todo el mundo apenas superada por Honduras, con 74 y El
Salvador, con 64,2.
Con tan solo 22% de respuestas positivas, Venezuela es también en
todo el mundo el país donde la gente se siente menos segura
individualmente.

El Salvador, con todo y su cadena de muertes, el 36% dijo sentirse


seguro.

En Honduras, que encabeza el podio mundial de asesinatos, el 44%


se siente seguro, según este dato obtenido de una encuesta global de
la firma Gallup, incorporada al informe.

En Venezuela también sólo el 22% dice que confía en el sistema


judicial y el 20% en el gobierno nacional. Ambas cifras están entre la
lista de las cinco más bajas entre todos los 188 países.

La expectativa de vida al nacer en Venezuela, con 78,6 años para las


mujeres y 70,4 para los hombres, está peor que México, una nación
populosa y con complejos problemas sociales históricos, que tiene
79,4 y 74,6 años, respectivamente.

Brasil, con un territorio de desarrollo dispar de 8,5 millones de


kilómetros cuadrados y más de 200 millones de habitantes, tiene
78,5 y 71 años, respectivamente.

La tasa de mortalidad maternal relacionada a problemas del


embarazo por cada 100 mil nacidos vivos de Venezuela es de 95
mujeres fallecidas, lo que duplica a la de El Salvador e Iraq y está por
encima de Guatemala (88).

La tasa de nacimientos de niños de madres adolescentes (entre 15 y


19 años de edad) en Venezuela es de las más altas entre los países de
ingreso alto y se equipara a las de países de ingreso medio.

Son 79,4 por cada 1.000 nacimientos, tasa solo superada en América
por República Dominicana (97,9); Nicaragua, con 88,8 y Guyana
(88).

Venezuela no es un buen país para criar. El porcentaje de


bebés de un año sin inmunización es de 12% y el de
malnutrición de moderada a severa es 13,4%, cifras muy
por encima de las de México y Colombia, por ejemplo.

Entre los primeros 108 países del informe, Venezuela es la que tiene
más muertes debido a la malaria por cada 100.000 personas, con 2,2
casos, cifra comparable a la de Sur Africa.

Con una inversión en salud de apenas el 1,5% del PIB (suma total de
riqueza genera por una economía en un año) este bastión del
supuesto socialismo es uno de los países del mundo con más bajo
gasto en este este renglón.

Le siguen en tan lamentable indicador entre los primeros 147 países


del ranking mundial Azerbaiyán (1,2%), Indonesia (1,1%) Timor del
Este (1,3%), Laos, Bangladesh (0,9% y 0,8%, respectivamente, y
Camboya (1,3%) y Myanmar (1.%) y Pakistán (0,9%).

La lista de 188 países está encabezada por Noruega, donde se vive


mejor en todo el mundo, seguida por Australia, Suiza, Alemania,
Dinamarca, Singapur, Países Bajos, Irlanda, Islandia y Canadá,
empatada con EE.UU, en los 10 primeros puestos de la clasificación,
informó esta entidad de la ONU.

Entre los países latinoamericanos Chile tiene la mejor posición, con


el número 38, seguido de Argentina, en el puesto 45. Ambos forman
parte de los Estados con un desarrollo alto.

Venezuela ocupa este año el lugar 71, empatada con Turquía y un


punto por encima de Sri Lanka.

Pese a la copiosa propaganda difundida nacionalmente e


internacionalmente por el chavismo, que usa su hegemonía
comunicacional para reafirmar supuestos logros sociales, la verdad
es que el retroceso es evidente en todos los indicadores cuantificados
por este documento de referencia mundial.

Entre 2010 y 2015 Venezuela registra un retroceso de cuatro puntos


en el ranking.
En el mismo período Chile y Uruguay, por ejemplo, avanzaron dos
lugares y Cuba perdió -12.

En el año 2013 Venezuela tenía un Indice de Desarrollo Humano de


0,771 puntos y en 2012 era de 0,770, el más alto de la historia,
alcanzado en medio de un auge del gasto público impulsado por los
precios del petróleo, también los más altos de la historia en términos
nominales.

Según explica el PNDU, el IDH “se creó para hacer hincapié en que
la ampliación de las oportunidades de las personas debería ser el
criterio más importante para evaluar los resultados en materia de
desarrollo. El crecimiento económico es un medio que contribuye a
ese proceso, pero no es un objetivo en sí mismo”.

“El IDH mide el progreso conseguido por un país en tres


dimensiones básicas del desarrollo humano: disfrutar de una vida
larga y saludable, acceso a educación y nivel de vida digno”.

Toma en cuenta estos indicadores: Salud: medida según la esperanza


de vida al nacer; Educación: medida por la escolaridad promedio y la
escolaridad esperada; Nivel de vida: Ingreso Nacional Bruto per
cápita.

“El IDH se calcula, en la medida de lo posible, sobre la base de datos


de las principales entidades nacionales y organismos internacionales
de estadísticas y de otras fuentes confiables disponibles cuando se
redacta el Informe”.
Cultura Organizacional en Venezuela

Gerencia de Recursos Humanosen Gerencia de Recursos Humanos 9 febrero, 2016 980 Words

Por: Abg. Maivis Jimenez

Lcda. Josailyn Navarro

Abg. Pedro Salas


Las organizaciones en la actualidad no se preocupan simplemente por tener mayor rentabilidad,
sino como lograr la misma de forma eficiente, es decir, con el menor uso de recursos y en el
menor tiempo posible, anudado a esto, es necesario agregar que para la búsqueda de esta
eficiencia es importante que la gente que participa en la organización este acorde con el ambiente
laboral en el que se desempeña, ya que la clave de una gestión acertada está en ese capital
humano que mueve toda organización.

Se vive en un ambiente en total cambio de políticas económicas y de avances tecnológicos, por lo


cual se debe siempre estar abiertos a los cambios ya que esto trae consigo un mayor aprendizaje.
Para comprender lo que el cambio significa es importante mencionar a Pérez (1998), quien señala
que:

“Para entender más concretamente lo que significa un cambio de paradigma, vale la pena
acercarse a ver la transformación que les toca vivir a los gerentes de hoy en su proceso de
modernización”

Es así, como se tiene en cuenta que se está expuesto a los términos en boga: globalización,
apertura, competitividad y sociedad del conocimiento.

Pero, una cosa es entender su sentido y sus implicaciones, y otra, es vivirlas en concreto, día a día,
frente a la nueva dinámica de la competencia y dentro de la empresa, donde el cambio abarca
todos los aspectos, disuelve todas las rutinas, cuestiona todos los hábitos y revoluciona cada uno
de los tradicionales criterios de decisión.

Cultura Organizacional en Venezuela Cultura Organizacional

Por tanto, un entorno caracterizado por turbulencias, en donde las variables macroeconómicas
tienen significativas incidencias que amenazan con la supervivencia de las empresas, se hace
necesario que las organizaciones obtengan los resultados trazados de manera positiva y a su vez,
lograr un buen clima organizacional.

Para Davis (1993), la cultura “es la conducta convencional de una sociedad, e influye en todas sus
acciones a pesar de que rara vez esta realidad penetra en sus pensamientos conscientes” (s/n). El
autor considera que la gente asume con facilidad su cultura, además, que ésta le da seguridad y
una posición en cualquier entorno donde se encuentre.
Según Romero (1996), la cultura organizacional

“es un conjunto de creencias desarrolladas por una organización en su proceso de interacción


interna y adaptación externa, compartida por sus miembros, manifestada y trasmitida a través de
diferentes expresiones: valores, ritos, normas, expectativas, actitudes, ceremonias, códigos de
conducta, símbolos identificatorios e incluso formas arquitectónicas”. (s/n)

De acuerdo a Mora (1987), esta es el:

“conjunto de percepciones puestas de manifiesto por sus miembros, tanto directivos como
administradores y operativos, y por sus clientes y relacionados, sobre una variedad de
características organizacionales que les afectan y que modifican el ambiente general en que
interactúan”. (s/n)

Tanto las políticas, normas, reglas, estructuras, planes y procedimientos dentro la organización se
convierten en factores reguladores de la conducta, así como el comportamiento individual de sus
miembros mediante el cual, se incorporan preconcepciones, ideas y necesidades al ambiente
general de trabajo, todo esto origina el clima de la organización que es muy determinante en el
comportamiento organizacional y que desde luego, la gerencia y su equipo deben vigilar,
alimentar y cuidar armoniosamente.

Es por ello que puede señalarse a la cultura organizacional como un conjunto de valores,
necesidades expectativas, creencias, políticas y normas aceptadas y practicadas por ellas.
Distingue varios niveles de cultura, a) supuestos básicos; b) valores o ideologías; c) artefactos
(jergas, historias, rituales y decoración) d; prácticas. Los artefactos y las prácticas expresan los
valores e ideologías gerenciales. Llegando a afirmar que al cultivarse una cultura en la organización
sustentada por sus valores, se persigue que todos los integrantes desarrollen una identificación
con los propósitos estratégicos de la organización y desplieguen conductas direccionadas a ser
autocontroladas. Es decir, una cultura es el modo particular de hacer las cosas en un entorno
específico.

Cultura-1Una de las importancias de la cultura organizacional, es que esta puede llegar a facilitar o
dificultar los cambios, es por ello, que es de gran importancia medirla con periodicidad, también
se puede mencionar que esta es la fuente invisible donde la visión adquiere su guía de acción. La
cultura en la organización se ve afectada por las violentas transformaciones que vive el mundo
laboral, y Venezuela no es la excepción. No obstante, un determinado ambiente de trabajo tiene
características que le hacen permanente e invariable, siempre que sean las mismas en diversas
organizaciones.
El estudio del clima organizacional se fundamenta en variables, que permiten determinar el grado
de eficiencia de fenómenos concretos que se presentan en el ambiente de trabajo. Como alcance
básico estará el detectar la armonía, satisfacción en el ambiente de trabajo y para ello hay que
evaluarlo, teniendo un conocimiento sobre el nivel de eficiencia con que se logran sus metas y
obviamente, el tipo y calidad de los mecanismos interactivos de sus miembros. De allí, que los
empleados sientan que el clima es favorable cuando están haciendo algo útil que les proporciona
un sentido de valor personal.

El Contador Público cuenta con todas las incumbencias legales para desempeñarse
en la profesión independientecomo asesor de empresas en materia contable o para
la emisión de dictámenes que sirvan a fines judiciales, administrativos o
estén destinados a hacer fe pública de acuerdo a los alcances propios de su título.
También podrá trabajar en empresas o grandes estudios, con plena capacidad
para integrar equipos directivos, aportando la visión propia de la profesión para la
toma de decisiones sobre aspectos estratégicos, financieros, impositivos, contables y
de control de la organización.

La FCE te da la posibilidad de orientar tu título en dos áreas: Auditoría e Impuestos o


Finanzas.

Esta orientación se da durante el cuarto año, eligiendo tres materias optativas.

Toda empresa necesita un contador. Así de simple. Este profesional es el


encargado de gestionar la información financiera y comercial de una
organización. El contador sabe cuánto dinero entra a la empresa, cuánto
dinero sale, cuánto se debería gastar, cuánto se debe pagar en tributos,
cuándo están en problemas, en fin. En otras palabras, el contador lleva las
cuentas. Por ello resulta un personaje vital. De hecho, no se limita solo a
mantener un registro casi mecánico de cifras azules y rojas, pues se dedica
también a realizar análisis que van más allá de los fríos números. Su
conocimiento lo pone en una posición tan privilegiada como crítica: en
teoría, está capacitado para elaborar una interpretación que permita,
digamos, que la empresa sea más rentable, óptima y competitiva en el
mercado.

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