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Cómo aplicar la economía Keynesiana en un país en recesión

Antes de entender la economía Keynesiana, hay que entender primero quién era John
Maynard Keynes, nacido un 5 de junio de 1883 y muerto un 21 de abril de 1946. Keynes fue
un economista de nacionalidad británica, considerado como uno de los más influyentes del
siglo XX debido a que sus doctrinas tuvieron una fuerte repercusión en las teorías y políticas
económicas.

Se podría decir que la principal invención de su teoría estuvo en la reflexión de que el sistema
capitalista no está en la obligación de buscar el equilibrio del empleo, ni los factores
productivos, sino más bien la mano del estado está en la obligación de generar políticas
públicas orientadas a lograr el pleno empleo y la estabilidad de precios. “El principal
postulado de la teoría de Keynes es que la demanda agregada —la sumatoria del gasto de los
hogares, las empresas y el gobierno— es el motor más importante de una economía. Keynes
sostenía asimismo que el libre mercado carece de mecanismos de auto equilibrio que lleven
al pleno empleo” (Sarwat Jahan, 2014).

Keynes era la contra parte del marxismo, era un ferviente seguidor de las políticas del
capitalismo, podríamos decir que Keynes fue el Smith de su época; ya que como Adam Smith
luego de la revolución industrial contribuyó bastante a la caída del feudalismo para darle paso
a los inicios de la escuela de economía clásica, Keynes, por su parte, logró marcar un antes
y un después en la era de un capitalismo que se desarrollaba en plena década del 30.
“DURANTE la Gran Depresión de los años treinta, la teoría económica del momento no
pudo explicar las causas del grave derrumbe económico mundial ni tampoco brindar una
solución adecuada de políticas públicas para reactivar la producción y el empleo, Keynes
descalificó la idea entonces vigente de que el libre mercado automáticamente generaría pleno
empleo, es decir, que toda persona que buscara trabajo lo obtendría en tanto y en cuanto los
trabajadores flexibilizaran sus demandas salariales” (Sarwat Jahan, 2014).

El mundo pasaba por una terrible crisis, originada en Estados Unidos alrededor de 1929 y
que se extendió hasta principios de los 40. Dicha crisis fue la mayor y más importante
depresión económica de la historia moderna, Keynes, desarrollo dos de sus postulados más
importantes para superar el estado de deterioro en que se encontraba la economía. “El
primero, el macroeconómico, que contradice la idea de que los mercados se equilibran de
forma simultánea y automática. Keynes argumentó que existía una rigidez de precios en las
economías, especialmente en los contratos laborales, que hacía que dicho ajuste no se hiciera
automáticamente y que causaba que el desequilibrio se perpetuara” (Robert Skidelsky, 2009).
Keynes, en otras palabras, se refería a que era necesaria la intervención del Gobierno para
superar las fallas de los mercados y que la inversión pública es trascendental para reactivar
la demanda y por ende el crecimiento económico de un país, ósea, la inversión pública se
convierte en factor importante cuando la reducción en las tasas de interés no puede reactivar
la demanda privada.

“El segundo gran legado de Keynes es la noción de que los gobiernos pueden y deben
prevenir las depresiones económicas. La aceptación generalizada de este punto de vista se
puede ver en la diferencia entre la fuerte respuesta en la forma de políticas al colapso ocurrido
durante el período 2008-2009 y la reacción pasiva que se dio ante la Gran Depresión de 1929-
1932” (Robert Skidelsky, 2009), Ejemplos de este segundo postulado abundan en el mundo
actual: crisis económica argentina en 1998 y el actual fracaso del estado venezolano. En el
primero su gobierno ha puesto en práctica planes para la recuperación de la economía, que
aún, al día de hoy no se ha recuperado totalmente. El segundo afronta la crisis más profunda
de esta década en américa latina, mostrando un gobierno apático a las soluciones fiscales que
le permitan solventar su crisis. Por ejemplo Keynes argumentaba que una demanda general
inadecuada podría dar lugar a largos períodos de alto desempleo, es decir, el producto de
bienes y servicios de una economía es la suma de cuatro componentes: consumo, inversión,
compras del gobierno y exportaciones netas, entonces podríamos decir que al caer la
economía la incertidumbre a menudo rompe la confianza de los consumidores, que por miedo
a la inestabilidad del mercado, se abstienen de gastar, especialmente en lo que tiene que ver
con compras grandes como una casa o un carro, entonces esa reducción del gasto de consumo
puede llevar a las empresas a invertir menos, como respuesta al poco dinero que entra de la
venta de sus productos, es decir, los consumidores no compran debido a la crisis, al no
comprar las empresas no generan dinero por lo cual en respuesta a ello disminuyen salarios
y puestos de trabajo, lo que hace crecer la crisis al reducir el poder adquisitivo de las personas
que dejaran de consumir al no tener acceso al dinero, lo que conllevará a un círculo vicioso.
Keynes entonces plantea tres postulados para salir de la recesión:

1. En la demanda agregada influyen muchas decisiones económicas, tanto públicas


como privadas.
2. Los precios, y especialmente los salarios, responden lentamente a las variaciones de
la oferta y la demanda.
3. Las variaciones de la demanda agregada, ya sea previstas o no, tienen su mayor
impacto a corto plazo en el producto real y en el empleo.

“De esos tres principios por sí solos no se deduce ninguna fórmula en materia de políticas.
Lo que distingue a los keynesianos de otros economistas es su creencia en las políticas
intervencionistas para reducir la amplitud del ciclo económico, que colocan entre los más
importantes de todos los problemas económicos” (Sarwat Jahan, 2014), lo que indica que no
existe una fórmula mágica que permita a un país restaurar su economía de la noche a la
mañana, pero sí, existen unos indicios de cómo se debería realizar un proceso de análisis a
las políticas que se están desarrollando dentro del país para la recuperación de dicha
economía.

Es así como la economía planteada por Keynes estuvo presente en la teoría y la política
económica que se instauró en la post guerra de 1945 hasta aproximadamente inicios de 1970,
cuando el mundo afrontó la caída de muchas economías que se enfrentaban a altos índices de
inflación y un lento crecimiento de mercado; fue entonces donde la teoría Keynesiana perdió
parte de su uso al no encontrarse allí la solución a dicho problema. Sin embargo, en la caída
del mercado global del 2007 Keynes revivió en un debate académico, donde muchos
economistas volvieron a encontrar sus postulados viables para revivir parte de las economías
que se encontraban en crisis.

Referencias
Robert Skidelsky. (2009). El regreso de Keynes. Project Syndicate .

Sarwat Jahan, A. S. (2014). ¿Qué es la economía. VUELTA A LO ESENCIAL.

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