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EL ABORTO

El aborto (del latín abortus) es la interrupción y finalización prematura del


embarazo de forma natural o voluntaria, hecha antes que el feto pueda sobrevivir
fuera del útero. Un aborto que ocurre espontáneamente también se conoce como
aborto espontáneo. Cuando se toman medidas deliberadas para interrumpir un
embarazo, se llama aborto inducido. Se diferencia del parto prematuro o
pretérmino, pues en este último sobrevive el feto.
TIPOS DE ABORTO
Aborto espontáneo
El aborto espontáneo es un aborto no provocado intencionalmente. Es la muerte
no deseada y expulsión de un embrión o feto antes de las semanas 205 o 246 del
embarazo. Cuando la pérdida es posterior, ya se habla de muerte fetal. Al criterio
del tiempo gestacional, la Organización mundial de la Salud (OMS) añade como
criterio que debe pesar menos de 500 gramos. Sin embargo, este criterio ha de
ser interpretado con prudencia, ya que a veces un feto de menos de 500 g.
expulsado puede ser reanimado y sobrevivir. Si falleciera posteriormente, se
registra como muerte neonatal.Se distingue el aborto precoz, cuando tiene lugar
antes de las 12 semanas de gestación, y el aborto tardío, con 12 o más semanas.

Los factores que pueden producir aborto espontáneo son muy variados: genéticos
o cromosómicos del mismo feto, la exposición a toxinas ambientales, problemas
hormonales de la madre, y otros como el tabaquismo, la drogadicción o el
alcoholismo.
Entre los signos y síntomas se encuentran el sangrado vaginal, el lumbago, dolor
abdominal sordo, agudo o cólico o la presencia de coágulos que salen de la
vagina. Todos ellos deben ser valorados por un ginecólogo y muchas veces
requieren de atención inmediata. Ante los síntomas, existen diversas pruebas y
exámenes para verificar o prevenir este tipo de abortos, como son el ultrasonido
vaginal o abdominal que ayuda a examinar el desarrollo del embrión/feto, los
latidos cardíacos y la cantidad de su sangrado.
En caso de aborto, es fundamental para la salud de la mujer comprobar si queda
algún resto fetal o de tejido placentario en el útero. El producto expulsado debe ser
analizado para determinar si la causa del aborto espontáneo es tratable y
prevenirlo en el futuro.
Aborto inducido
El aborto inducido es la finalización del embarazo mediante la eliminación de un
embrión o feto antes de que pueda sobrevivir fuera del útero. Puede tratarse de un
aborto terapéutico cuando se realiza desde razones médicas, o de un aborto por
decisión personal (interrupción voluntaria del embarazo), cuando se realiza a
petición de la mujer embarazada.
A su vez, según la técnica empleada para inducir el aborto, se puede hablar de
aborto médico o de aborto con medicamentos y de aborto quirúrgico.
Dependiendo de los países, existen diversas legislaciones sobre el aborto
inducido, desde aquellas que lo permiten con pocas restricciones por considerarlo
como una ampliación de los derechos reproductivos hasta legislaciones que lo
prohíben por considerarlo una forma de homicidio.

Aborto terapéutico
El aborto terapéutico es la interrupción provocada del desarrollo vital del embrión o
feto (por lo que se trata de un aborto inducido), pero al que preceden razones
estrictamente médicas. Entre estos motivos cabe si la salud de la madre (física o
mental) se encuentra directamente comprometida con dicho embarazo o, en su
caso, si la vida de la madre corre riesgo.

Aborto indirecto
El aborto indirecto es cuando se produce la muerte del feto en una intervención
médica en que se deben cumplir dos condiciones:

 La intervención va destinada a salvar la vida de la madre embarazada en


situaciones en las que ésta corre peligro cierto.
 La viabilidad del feto es nula según los conocimientos que se poseen sobre
el caso o el trastorno.
No se equipara, pues, con el aborto terapéutico, ya que se produce en
intervenciones médicas distintas del aborto en sí mismo, siendo éste una
consecuencia derivada, no querida directamente, y por tanto, implica unas
consideraciones bioéticas muy diversas al aborto inducido. Se considera aborto
indirecto aún cuando el médico sabe que su intervención puede afectar al feto,
pero de no intervenir, o de esperar a que el feto sea viable fuera del útero, tanto la
madre como el feto resultarían muertos. Un claro ejemplo es el de la intervención
en un embarazo ectópico.
Bolivia amplía los casos de aborto legal
La nueva ley elimina la pena en el caso de estudiantes y mujeres con hijos,
discapacitados o mayores a su cargo, antes de la semana ocho de gestación
La Cámara de Diputados de Bolivia ha aprobado este viernes el artículo 153 de un
nuevo Código Penal que se está discutiendo en los últimos días y ha
despenalizado varios casos de aborto bajo diferentes supuestos. Al mismo tiempo,
la ley sigue considerando la interrupción del embarazo como un delito y
sancionándola con hasta tres años de prisión. Si el anterior Código Penal boliviano
no castigaba los abortos después de violación o cuando existía riesgo para la
salud de la mujer, el actual declara también exentos de pena los abortos que,
siendo practicados antes de las ocho semanas de embarazo, hayan sido decididos
por mujeres que sean estudiantes o que tengan niños, adultos mayores o
discapacitados a su cargo.

Por otra parte, el artículo establece que el aborto de las niñas y adolescentes no
recibirá sanción en ninguna etapa del embarazo, aunque siempre dentro de ciertas
condiciones que se determinarán en el desarrollo normativo.

La norma obliga también a los servicios públicos de salud a proveer de esta


intervención sanitaria a las mujeres que los soliciten y cumplan los requisitos ya
explicados, sin poder "alegar objeción de conciencia". Esta facultad se reconoce
únicamente de forma "individual" al personal médico y debe ser expresada con
anticipación. Además, no tiene validez en caso de riesgo de muerte para la madre.

La objeción de conciencia fue un importante tema del debate previo a la


aprobación de esta norma, ya que varias asociaciones médicas anunciaron que se
acogerían a ella para bloquear en la práctica la planeada ampliación de los casos
legales de aborto.

El Colegio de Médicos actuó en coordinación con los obispos católicos para


oponerse al proyecto de esta ley, que fue presentado por el oficialista Movimiento
al Socialismo. Aunque el Estado fue declarado laico en 2009 y los abortos
terapéuticos se permiten desde los años setenta, la influencia de las iglesias sobre
la población boliviana es muy fuerte.
Inicialmente, los parlamentarios defensores de la reforma quisieron suspender el
derecho de los médicos y salubristas a negarse a practicar interrupciones del
embarazo, pero esto se consideró contrario a los derechos constitucionales de
estos. Finalmente, la Cámara redactó el texto que fue aprobado y que permite la
objeción de conciencia, siempre que sea individual y no colectiva, y al mismo
tiempo obliga a los servicios de salud a formar centros con personal dispuesto a
hacer el trabajo que requieran las mujeres que se acojan a la ley.
Otro punto de discusión fue si incluir la pobreza como condición suficiente para
suspender la sanción del aborto o no. Los parlamentarios reformistas querían
hacerlo, pero el punto se prestó a los ataques de los penalizadores, que los
acusaron de usar el aborto como mecanismo de control de la natalidad.
Al final, el requisito de la condición socioeconómica fue eliminado, aunque se
mantiene implícito en la despenalización del aborto de las mujeres que tienen una
familia que mantener.

El debate de esta ley causó una fuerte polarización en la sociedad boliviana y es


improbable que hubiera pasado sin la mayoría que tiene el oficialismo en el
Congreso. Sin embargo, la cuestión también dividió a los seguidores del
presidente Evo Morales, quien no se pronunció sobre el tema, mientras que varios
parlamentarios de oposición respaldaron la enmienda, que el movimiento feminista
local considera "insuficiente", pero también "un paso adelante".
Ampliación de causales para el aborto en Bolivia: un poco menos presas, un
poco menos muertas.
Los avances en materia normativa por parte del MAS, como la ampliación de
causales para la realización de un aborto, es mezquinar los derechos de las
mujeres para avanzar a paso de hormiga.
El miércoles 6 de diciembre se aprobaron las nuevas causas para la realización
del aborto legal en Bolivia. Si bien antes la interrupción del embarazo era legal por
malformación del feto, riesgo de muerte de la mujer gestante o embarazo
producido por incesto o violación, se aprobaron tres variables nuevas que son: 1)
el tener a cargo personas adultas mayores, con discapacidad u otros menores
consanguíneos o no; 2) ser estudiante y 3) Ser niña o adolescente. La otra
variante en el artículo 157 es que ahora ya no es necesaria una notificación a la
policía, simplemente el llenado de un formulario en el centro de salud solicitando la
interrupción legal del embarazo por una de las causas mencionadas hasta la
semana 8 de la gestación.

Como respuesta a la ampliación de causales distintos grupos de derecha y


religiosos demostraron su absoluto repudio empezando actividades y protestas
para poder cambiar el Código Penal y evitar cualquier tipo de aborto. Iniciando así
la huelga de hambre en afán de “luchar por la vida hasta las últimas
consecuencias”. Algunas autoridades de oposición no tardaron en comentar al
respecto,
Es el caso de Arturo Murillo, senador de oposición, que reaccionó con frases de
incitación al odio y ultra conservadoras propias de los sectores más más
misóginos de la iglesia como: “apoyo a las mujeres que decidan con su vida,
quieren matarse que se maten, que se tiren del quinto piso, que se suiciden,
hagan lo que quieran con su vida pero no con una vida que nos les pertenece” o
“vamos a tener muchos niños que no van a llegar a ver la luz porque un puñado de
mujeres liberales se les ocurrió que había que matarlos antes de que salieran a la
vida”.

En Bolivia distintas investigaciones señalan que anualmente se llevan a cabo entre


40.000 a 80.000 abortos ilegales. Según un informe de la Ong IPAS Bolivia 115
mujeres al día acuden a centros de salud por complicaciones relacionadas a un
aborto mal realizado, llevando en datos oficiales a dos mujeres muertas a diario
por aborto inseguro. Es en este caso que la nueva extensión de las causales para
el aborto legal apoya a las niñas y adolescentes a la realización del aborto seguro
en centros de salud con un trámite mucho menos burocratizado y eficaz que
pueda garantizar la protección de la vida de la niña o adolescente intervenida.
Sin embargo, dentro de las nuevas causas para la realización del aborto legal no
se contempla a la condición de pobreza como causa, aunque en un principio sí fue
considerada. Significando que la penalización con uno a tres años de cárcel sigue
vigente para mujeres en situación de pobreza, obreras, trabajadoras, indígenas,
campesinas o amas de casa, quienes además de verse expuestas a situaciones
que vulneran su integridad a diario, llevan además la carga de la doble jornada de
trabajo y cuidado de la familia no reconocido.Es por esto que la ampliación de las
causas para la realización del aborto juega a mantener complacidos a diversos
sectores de la sociedad de forma parcial. Es el caso similar de la sentencia
076/2017 al intentar quitar todos los derechos civiles, sociales y políticos a las
personas trans, para finalmente aceptar su cambio de cédula pero negándoles el
matrimonio y la adopción. Tratando de otorgar “concesiones al pueblo” que en
realidad son derechos fundamentales innegociables, y no regalos sometidos a la
opinión de estados, iglesias, o grupos conservadores.

Es así que el festejo por ínfimos avances en materia normativa por parte del MAS,
como la ampliación de causales para la realización de un aborto, no son más que
migajas de simpatía por conveniencia política; avanzar a pasos de hormiga. Si
bien se puede reducir el número de complicaciones por el aborto insalubre, aún
existirán cientos de mujeres muertas por aborto clandestino y presas por decidir
sobre sus cuerpos y su propia vida.
Bolivia amplía las causales para el ejercicio del derecho a un aborto legal y
seguro
En Bolivia se está produciendo un avance importante en materia de Derechos de
las Mujeres, como el que se ha llevado a cabo hace unos meses en países como
Chile. Hace unos días, la Cámara de Diputados aprobó, tras meses de
discusiones, el nuevo Código Penal que pretende ampliar, en el ya más que
famoso y mencionado artículo 153, las causas que permiten abortar a las mujeres
bolivianas.
El artículo 153 no despenaliza el aborto, que es lo que numerosas organizaciones
y activistas que forman parte de la Campaña 28-Septiembre y el Pacto Nacional
por la Despenalización del Aborto quieren en Bolivia, pero amplía las causas en
que una mujer podrá acceder a un aborto legal y seguro. Esto es clave en un país
con una de las tasas más elevadas de mortalidad materna de toda América Latina
y Caribe, donde el aborto constituye la tercera causa, y donde se estima que cada
día aproximadamente 200 mujeres se practican un aborto en lugares clandestinos
(recordemos que Bolivia tiene 11 millones de habitantes actualmente).
Abortos que se realizan en condiciones de clandestinidad e inseguridad, en
habitaciones mal ventiladas, sucias, y en muchos casos practicados por personas
que carecen de la profesionalidad necesaria. Abortos que se llevan por delante
vidas de mujeres y dejan a otras muchas en situaciones de discapacidad. El
artículo 153 amplía las condiciones en que ya está permitido el aborto, que son
violación, incesto, estupro, y riesgo para la salud de la madre; e incorpora la
causal de malformaciones fetales incompatibles con la vida, reproducción asistida
no consentida por la mujer, y en los casos que la embarazada sea niña o
adolescente. En un país donde según el Fondo de Población de Naciones Unidas
se registraron 10 embarazos en adolescentes cada hora, muchos proyectos de
vida quedan truncados por maternidades no deseadas, muchas veces fruto de
violencia sexual.
Además, el 153 permite el aborto en el plazo de 8 semanas (plazo aún muy
limitado, pues muchas mujeres no son conscientes de estar embarazadas en este
período, ya que no todos los ciclos menstruales se ajustan como un reloj a los 28
días) en los casos en que la mujer sea estudiante o tenga a su cargo personas
adultas mayores, con discapacidad o menores. Son unas causales que han
generado amplia polémica en la sociedad boliviana, en parte por prejuicios, sobre
todo de tipo religioso y por la falta de una educación sexual integral adecuada,
pero que vienen a evitar muertes de mujeres, especialmente aquellas que menos
recursos tienen, que viven en zonas rurales lejos de una clínica y que en muchos
casos tienen rostro indígena.
Uno de los puntos fuertes de discusión ha sido la postura de los colectivos
médicos, defendida por el Colegio Médico de Bolivia, en torno al tema de la
objeción de conciencia. El artículo 153 remarca que la objeción de conciencia es
individual y no institucional, por lo que los servicios de salud públicos que velan
por el bien público deben asegurar que si uno de sus médicos se niega a realizar
un aborto, habrá otro dispuesto a realizarlo. Además existe un problema grave con
las prerrogativas que los médicos se adjudican a la hora de juzgar a las mujeres.
Sólo en el mes de agosto de este año, unas diez mujeres fueron encarceladas
supuestamente por haberse sometido a un aborto, denunciadas por personal
médico. Aunque no suelen cumplir la pena (que actualmente es de uno a tres
años) la penalización ya existente lanza a las mujeres a someterse a abortos en la
clandestinidad, al margen de los daños psicológicos que les causa.

Esta discusión sacude hoy en día a la sociedad boliviana y copa los medios. Pero
los abortos siguen realizándose, se los practican las mujeres aymaras, quechuas y
guaraníes (a veces mediante infusiones de hierbas) y las mujeres no indígenas de
las ciudades; se los practican las ateas y las católicas. Recientemente, Católicas
por el Derecho a Decidir ha realizado una Encuesta de Opinión entre población
católica en Bolivia, con el apoyo de Alianza por la Solidaridad, en la que se
preguntaba sobre qué debería hacer una mujer católica que decidió abortar. Poco
más del 19% decía que no tenía necesidad de confesarlo y el 53% decía que sólo
debía confesarse con Dios. Sin embargo la Iglesia Católica en Bolivia pregona
discursos sobre la obligación de encarcelar a las mujeres que aborten y sobre la
culpa social y divina que caerá sobre ellas.
Las feministas y activistas de derechos que trabajan en estos temas defienden
que el derecho al aborto es el que más fuertes reacciones provoca en cualquier
sociedad. Es la una de las luchas primeras que hay que enfrentar: la lucha por los
cuerpos, y suele ser la última a la que prestan atención los estados a la hora de
elaborar políticas públicas.
El pasado 28 de septiembre, casualmente o no, Día Mundial por la
despenalización del aborto, a pocas horas del cierre del día, organizaciones de
mujeres y activistas se fueron a dormir sabiendo que el Congreso de los Diputados
había aprobado el artículo 153 por mayoría. Ahora queda su aprobación en el
Senado, donde se ha empezado a discutir el Código Penal en detalle hace 2 días.
Un paso más de los muchos que quedan por dar para asegurar que los servicios
médicos y de justicia aplicarán la ley y que no revictimizarán ni denunciarán a la
policía a las mujeres que se hagan un aborto legal. Un paso que esperamos no
quede truncado por sentencias conservadoras como la reciente del Tribunal
Constitucional Plurinacional sobre la Ley 807 de Identidad de Género, que ha
despojado de sus derechos más fundamentales a la comunidad trans del país. Un
paso de los muchos más que quedarán para conseguir la despenalización total.
EL ABORTO
(INVESTIGACIÓN)

NOMBRE: Viviana Laura Bermudez Torrico.


CURSO: 4TO De Secundaria.
DOCENTE: Katya Mariscal Peredo.
COLEGIO: California American School.

Cbba-2019

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