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Este documento resume un caso legal presentado por varios demandantes contra la Comuna de Dique Chico. Los demandantes argumentan que una resolución de la comuna que establece zonas de protección ambiental es ilegítima porque excede la jurisdicción de la comuna y restringe sus derechos. El tribunal suspendió provisionalmente la resolución de la comuna y ordenó más inspecciones y presentación de informes por parte de los ministerios provinciales.
Originalbeschreibung:
Fallo .Prov de Córdoba
Originaltitel
Fischer c Comuna de Dique Chico Apelacion de La Actora (1)
Este documento resume un caso legal presentado por varios demandantes contra la Comuna de Dique Chico. Los demandantes argumentan que una resolución de la comuna que establece zonas de protección ambiental es ilegítima porque excede la jurisdicción de la comuna y restringe sus derechos. El tribunal suspendió provisionalmente la resolución de la comuna y ordenó más inspecciones y presentación de informes por parte de los ministerios provinciales.
Este documento resume un caso legal presentado por varios demandantes contra la Comuna de Dique Chico. Los demandantes argumentan que una resolución de la comuna que establece zonas de protección ambiental es ilegítima porque excede la jurisdicción de la comuna y restringe sus derechos. El tribunal suspendió provisionalmente la resolución de la comuna y ordenó más inspecciones y presentación de informes por parte de los ministerios provinciales.
c/ Comuna de Dique Chico - Amparo (Ley 4915) – Cuerpo de copias a los fines de la tramitación del recurso de apelación de la parte actora - Expte. N° 7264772”.
Excmo. Tribunal Superior:
I. VE corre vista a este Ministerio Público
en el trámite del recurso de apelación interpuesto por los actores, la Provincia de Córdoba y los terceros, en contra del Auto N° 109 de fecha 17/04/2018 (fs. 163/174 vta.) dictado por la Excma. Cámara en lo Contencioso Administrativo de Segunda Nominación de esta ciudad.
II. Antecedentes del caso
Los Sres. Diego Agustín Fischer, Rosa Estela Giovanni, Enzo Dalmasso, Erica Dalmasso, Leonardo D. Dalmasso, Pablo Dalmasso, Alejandro Dalmasso, Marta Masco, Teresa Dalmasso, Sergio Raúl Arzubi en carácter de socio gerente de San Ignacio SRL, María Eugenia Stuart France, Juan Ignacio Ruffino e Inés Emilia Sammartino Bustos, interpusieron acción de amparo en contra de la Comuna de Dique Chico. Fundan la acción invocando una conducta por parte de la demandada que en forma actual e inminente lesiona, restringe y altera con arbitrariedad e ilegalidad manifiesta derechos y garantías reconocidos por la Constitución Nacional y Provincial, así como los Tratados Internacionales de Derechos Humanos incorporados en el art. 75 inc. 22 de la CN. Manifiestan que la comuna se ha excedido en la competencia y potestad legislativa, invadiendo la jurisdicción de otros entes de gobierno municipales y provinciales afectando derechos de los amparistas. Detallan que la actuación lesiva, ilegítima y arbitraria de la comuna se concretó mediante el dictado de la Resolución N° 242/17 de fecha 09/11/2017, mediante la cual resolvió crear una zona de resguardo ambiental (ZRA1) en la que se prohíbe el uso de cualquier tipo de producto químico o biológico de uso agropecuario destinado a la pulverización y/o fumigación, o a la fertilización agrícola y/o forestal. Solicitan la declaración de inconstitucionalidad, nulidad e ineficacia de tal resolución porque la aplicación concreta de dicha norma lesiona o amenaza sus derechos, en tanto les impide desarrollar sus actividades dedicadas a la explotación agrícola en inmuebles rurales de su propiedad y/o arrendados, que se encuentran fuera de la jurisdicción de la comuna accionada pero que han quedado comprendidos dentro de la ZRA1. Detallan que la ilegitimidad y arbitrariedad manifiesta estaría dada porque tal disposición no se aplica sólo al ejido comunal donde tiene competencia, sino que la zona de resguardo ambiental 1 comprende 1000 metros a partir del límite exterior o más extremo de la planta urbana, y también abarca un radio de 1000 metros desde la Escuela Bernardo de Monteagudo, localidad de Bajo Chico N° 2, y el Jardín de Infantes Mariano Moreno Anexo, también de Bajo Chico, ambas totalmente ajenas a la comuna y fuera de su ejido territorial. Describen que también se impone una segunda zona de resguardo ambiental (ZRA2) de un radio de 500 metros a partir del límite de la ZRA1, en el cual se mantiene la prohibición anteriormente citada, a excepción de la aplicación terrestre de productos químicos o biológicos de uso agropecuario de las clases toxicológicas III y IV. Y que finalmente se establece una tercera zona de resguardo ambiental (ZRA3) de un radio de 2000 metros a partir del límite de la ZRA2, en la que se prohíbe la aplicación aérea de cualquier tipo de producto químico o biológico de uso agropecuario. Se quejan porque a partir de la Resolución N° 242/2017, la Comuna de Dique Chico instaura una zona de resguardo ambiental que en sus tres secciones, totaliza un radio de 3500 metros a partir del fin de su ejido comunal, a lo cual suma otro radio de 3500 metros desde los establecimientos educativos citados, todo ello sobre territorio bajo la jurisdicción de la Provincia de Córdoba y en parte de la Municipalidad de Anisacate. Que en añadidura, la disposición prohíbe dentro de la ZRA la limpieza de todo tipo de maquinarias y equipos utilizados para la aplicación de productos químicos o biológicos de uso agropecuario, así como el tránsito de maquinarias de aplicación de dichos productos que no se encuentren descargadas o perfectamente limpias, y el descarte de envases de cualquier elemento usado en fumigaciones o fertilizaciones. Denuncian que la resolución establece un organismo de aplicación, de control y sanciones a los infractores, consistentes en multas de hasta 50.000 litros de gasoil, secuestro de maquinaria por un plazo de hasta 6 meses y arresto por un máximo de 60 días. Que aquella es ilegítima y arbitraria porque la Comuna de Dique Chico está impedida de legislar sobre territorio sometido a jurisdicción provincial o de una municipalidad distinta, porque ello excede sus límites territoriales y materiales, por lo que carece de competencia y potestad legislativa. Sostienen que la normativa es inconstitucional por haberse dictado sin razonabilidad ni motivación que justifique esa decisión, sin argumentos técnicos o científicos que acrediten los supuestos efectos tóxicos de la actividad que pretenden regular. Refieren que la medida está en vigencia desde el 09/11/2017 por lo que ya se están produciendo afectaciones a sus derechos constitucionales. Dicen que en la zona donde se encuentran los inmuebles de los amparistas, todos fuera de la jurisdicción de la comuna, ya se cuenta con una regulación dictada por la Provincia de Córdoba, por medio de la Ley N° 9164 que regula la utilización y aplicación de productos fitosanitarios de uso agropecuario, la cual está vigente y no elimina la posibilidad de aplicar esos productos, sino que los regula sin impedir su aplicación. Como medida cautelar, solicitan que se ordene a la accionada la inmediata reposición de las cosas a su estado anterior y que se suspenda la vigencia y aplicación de la normativa en crisis, hasta que exista resolución definitiva. La cámara interviniente imprimió trámite a la acción y mediante Auto N° 654 del 27/12/2017 (fs. 633/649 de los autos principales) admitió la medida cautelar. En la resolución, ordenó la suspensión provisional y excepcional de la Resolución N° 242/2017 de la Comuna de Dique Chico por el plazo de 30 días hábiles judiciales. También requirió a los amparistas que en el plazo de 20 días hábiles judiciales elaboren un informe acerca de la metodología, procedimientos y maquinarias utilizadas en el tratamiento, la aplicación y disposición final de envases, restos o desechos de los productos químicos y biológicos de uso agropecuario y fitosanitarios, acompañando documentación acreditante, así como al Ministerio de Agricultura y Ganadería, que en el mismo plazo presente un informe circunstanciado y complementario al agregado a fs. 604/620 vta. de los autos principales, sobre cada uno de los procedimientos de inspección y fiscalización realizados en el marco de la Ley N° 9164 en la ZRA. Asimismo dispuso que en virtud de este conflicto se intensifiquen las acciones de inspección y fiscalización en la zona de referencia, que en el informe se explique si las ZRA y las prohibiciones establecidas en la resolución atacada son más restrictivas que las establecidas en la Ley N° 9164. Requirió al Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos, y al Ministerio de Salud que en el plazo de 20 días hábiles judiciales presenten un informe circunstanciado sobre las acciones que pudieran haberse llevado a cabo en la ZRA de la Comuna de Dique Chico, sobre daño ambiental y a la salud de la población de dicho centro urbano, por el uso de productos químicos o biológicos de uso agropecuario, sustancias fitosanitarias y por el tratamiento de residuos peligrosos, incluyendo estudios epidemiológicos. Luego del dictado de dicha resolución, la instancia continuó su curso y tras agotarse el plazo fijado para la duración de la cautelar, la parte actora solicitó la ampliación de esa medida hasta el dictado de la sentencia definitiva, a lo que se opuso la Comuna de Dique Chico, como los vecinos incorporados al proceso como terceros. Al resolver el pedido, el tribunal ordenó a los amparistas la suspensión provisional de toda actividad de aplicación y fumigación de productos fitosanitarios en el radio de 500 metros alrededor del límite externo a los establecimientos educativos Bernardo de Monteagudo y Jardín de Infantes Mariano Moreno. En el mismo resolutorio, ordenó la suspensión provisional y excepcional de la Resolución N° 242/2017 de la Comuna de Dique Chico hasta el dictado de la sentencia definitiva y el cumplimiento íntegro de la Ley N° 9164. A su vez dispuso que las aplicaciones y fumigaciones de productos fiscalizados por el Ministerio de Agricultura de la Provincia de Córdoba, más allá del radio establecido en el decisorio, se realicen fuera del horario escolar y con aviso a las autoridades de los establecimientos educativos; requirió a dicho Ministerio que intensifique los procedimientos de inspección y fiscalización realizados en la ZRA, así como al Ministerio de Salud de Córdoba, que presente ante el Tribunal un programa de estudio de campo clínico-epidémico-toxicológico relacionado con los habitantes de la Comuna de Dique Chico con especial consideración de niños, niñas y adolescentes que asisten a la escuela; estableció un plazo de 20 días para la presentación del programa de estudio de campo para ser controlado por dicho tribunal; finalmente, exhortó a las autoridades de la comuna demandada y a los terceros interesados para que brinden su máxima colaboración y cooperación con las autoridades del Ministerio de Salud de la Provincia para la realización de los estudios de campo pertinentes (Auto N° 109 del 17/04/2018, fs. 163/174 vta.). Para decidir así, el tribunal consideró la existencia de evidencia médica incorporada en la causa, relacionada a los resultados hallados en cuatro niños que asisten a las escuelas incluidas en la ZRA, que tienen niveles por encima del valor normal de las células micronucleadas. Posteriormente el 11/05/2018 se dictó el Auto N° 164 (fs. 1324/1325 vta. de los autos principales) donde se amplió la medida cautelar anterior y se ordenó al Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba que en el programa de estudio de campo clínico-epidemio-toxicológico ordenado en el resolutorio anterior, incluya a los niños que allí indica y a las personas mayores que habitan en las zonas aledañas a la Escuela Bernardo de Monteagudo Bajo Chico N° 2 y Jardín de Infantes Mariano Moreno, Anexo Bajo Chico (fs. 13/14 vta. del cuerpo de copias N° 7607680). En contra del Auto N° 109 del 17/04/2018 referido precedentemente, tanto los amparistas, como la Provincia de Córdoba y los vecinos comparecientes como terceros interpusieron recurso de apelación.
III. Expresión de agravios de los
amparistas En primer lugar, se quejan porque se ordenó a los apelantes la suspensión provisional de toda actividad de aplicación y fumigación de productos fitosanitarios en el radio de 500 metros alrededor del límite externo al establecimiento rural Bernardo de Monteagudo y al Jardín de Infantes Mariano Moreno, hasta el dictado de la sentencia. Ello, porque entienden que la decisión importa una intromisión del tribunal en funciones legislativas que tiene prohibidas. Critican que no se haya justificado con datos objetivos que las aplicaciones de las pulverizaciones alcancen a los establecimientos señalados. A su modo de ver, el tribunal otorgó extraordinaria relevancia a un estudio realizado de manera unilateral y sin control del resto de las partes del proceso y sólo sobre cuatro menores de edad, por lo que no puede considerarse representativo del universo de niños que asisten al establecimiento. Que además, no se sopesó con la información aportada por los amparistas de los habitantes que tratan los campos afectados, quienes no padecen síntomas o afecciones. Que además, los estudios en que se basa lo ordenado por el tribunal tienen información falsa, como ser que todos los días del año los niños están en contacto con productos fitosanitarios. Que además, no existe contaminación en el ambiente porque los propios habitantes de la comuna certifican que el agua que trasunta la zona se encuentra en perfecto estado de potabilidad, lo que corrobora la inexistencia de perjuicio para la población. Critican que las distancias dispuestas por el tribunal en las que le impide realizar aplicaciones son arbitrarias, porque las considera irrazonables e injustificadas; dice que en la Ley N° 9164 los productos están clasificados en categorías y que los productores de la zona programan la realización de tareas fuera del horario escolar. Se queja por el límite de 500 metros como zona de restricción, porque a su modo de ver está acreditado que la aplicación terrestre no alcanza los 3 o 6 metros. Como segundo agravio, se quejan porque a su entender, el tribunal se excedió en sus facultades y se arrogó funciones propias del órgano legislativo, ya que debía conceder o rechazar la cautelar sin ordenarles suspender las actividades en un radio unilateral y arbitrario. Dice que esa zona excede los límites fijados por la Ley N° 9164 por lo que el tribunal se constituyó en legislador creando una nueva zona de resguardo ambiental. En tercer lugar, se agravian porque se les ordenó realizar las aplicaciones y fumigaciones más allá del radio establecido fuera del horario escolar y con aviso a las autoridades de los establecimientos educativos. Critica que tal limitación no surge ni siquiera de la resolución comunal aquí latacada. Formula reserva del caso federal. Corridos los traslados de ley, la parte apelada contestó agravios y solicitó el rechazo del recurso. Seguidamente comparecen los terceros interesados a través de sus representantes y denuncian como hecho nuevo la aplicación ilegal por parte de uno de los amparistas, de fumigación terrestre empleando agrotóxicos, en pleno horario escolar y sin haber dado aviso a las autoridades de los establecimientos educativos. Luego contestan el traslado de la apelación y solicitan su rechazo. A su turno, contesta los agravios la representante legal de la Procuración del Tesoro de la Provincia, y manifiesta que su parte apeló la misma resolución aquí impugnada, denunciando la existencia de un conflicto externo de poderes suscitado entre las autoridades municipales y la Provincia (art. 165, inc. 1 “c”, CP). Ello así porque entiende que la Comuna a través de la resolución cuestionada se ha arrogado potestades que son de la Provincia. Por lo demás, adhiere parcialmente a los agravios de la parte actora, por cuanto considera que la regulación de dicha materia es de competencia provincial, que el tribunal sustituyó los criterios del legislador por su mera discrecionalidad, que es de escaso valor probatorio el estudio tenido en cuenta por los jueces para disponer la medida cautelar y que es una prueba unilateral, así como que la medida es arbitraria e injustificada por imponer una restricción de 500 metros que no coincide con la legislación provincial ni con las opiniones técnicas especializada en la materia. Solicita que se revoque el auto apelado y que se deje sin efecto la medida dispuesta por el tribunal. Formula reserva del caso federal. Finalmente hace lo propio la Sra. Asesora Letrada en lo Civil y Comercial del 10° Turno, contesta el traslado y adhiere a lo manifestado por los terceros interesados en representación de sus hijos menores de edad.
IV. Expresión de agravios de la
Provincia de Córdoba A fs. 15/25 del cuerpo de copias a los fines de la tramitación de la apelación de la Provincia de Córdoba y de los terceros interesados (Expte. N° 7607680), la Provincia demandada compareció y contestó el informe del art. 8, Ley N° 4915, expresó sus agravios y planteó la existencia de un conflicto externo de poderes suscitado entre ella y la Comuna de Dique Chico. En cuanto al recurso de apelación, se agravió por la suspensión provisional de toda actividad de aplicación y fumigación de productos fitosanitarios en el radio de 500 metros alrededor del límite externo al establecimiento rural Bernardo de Monteagudo y al Jardín de Infantes Mariano Moreno. Es decir, se agravia por la no suspensión de la Resolución N° 242/17 de la Comuna de Dique Chico en dicho radio. Dice que en la resolución apelada se omitió hacer una distinción en la clasificación toxicológica de los productos, ya que se prohibió la aplicación de todo producto sin valorar los criterios técnicos que tuvo en cuenta el legislador en el dictado de la Ley N° 9164, específicamente en los arts. 58 y 59 de acuerdo a la clasificación establecida por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y su forma de aplicación. A su modo de ver, el tribunal sustituyó discrecionalmente los criterios técnicos tenidos en miras por el legislador, sin contar ni explicitar en su fundamentación los argumentos técnicos para justificar su decisión. Entiende que resulta aconsejable que los tribunales no se aparten de los criterios técnicos especializados fijados por dicho organismo. Por otra parte, considera que la medida cautelar importa una convalidación parcial de la resolución comunal impugnada, lo que no puede ser admitido porque lo contrario importa convalidar un supuesto de gravedad institucional. Como segundo agravio, critica que el tribunal haya fundamentado la medida cautelar en base a los estudios médicos realizados de manera unilateral y sin control de las partes. Adhieren a los agravios de la parte actora sobre este punto (fs. 1315/1316). Dice que la incorporación se realizó sin garantizar el derecho de defensa, porque aunque el tribunal ordenó una sustanciación con noticia (fs. 892), ella no se efectivizó. Dice que esta es la primer oportunidad procesal en que se anoticia de la agregación del informe y lo impugna. Ofrece prueba documental e informativa y formula reserva del caso federal. Corridos los traslados de ley, la parte amparista contestó que nada tiene que manifestar al respecto. La Comuna de Dique Chico por su parte solicitó su rechazo. A su turno, los vecinos comparecientes en carácter de terceros interesados hicieron lo propio.
V. Expresión de agravios de los
terceros coadyuvantes En primer lugar, denuncian que los jueces al haber suspendido provisionalmente la fumigación hasta el radio de 500 metros de los mencionados establecimientos escolares, asumieron potestades legislativas violando el principio de división de poderes públicos. Dicen que la medida es irrazonable porque no surgen del decisorio los motivos por los cuales los jueces estimaron prudente, razonable y proporcionada la reducción de esa distancia a 500 mt. a los fines de proteger la salud e integridad de los adultos en general y de los niños en especial que concurren a la escuela y al jardín. Recuerda que la Resolución N° 242/17 de la Comuna de Dique Chico al crear la Zona de Resguardo Ambiental establece que el límite es de un radio de mil metros desde esas escuelas. A su entender, la medida da respuesta parcial a la situación pues protege a los niños que concurren a los establecimientos y durante el horario escolar, pero excluye a los niños que no asisten a esa escuela pero pueden transitarla eventualmente, así como a los habitantes adultos y niños de la localidad de Dique Chico. Consideran que se violó el principio de progresividad y no regresión en materia ambiental, consagrado en el art. 4 de la Ley General del Ambiente N° 25675. Señalan que frente a la existencia de evidencia médica que da cuenta de daños en las células microlucleares por encima de valores normales, en los niños que asisten a los establecimientos escolares de referencia, los jueces deberían haber dispuesto la prohibición de fumigar o rechazar la ampliación de la medida cautelar peticionada por los amparistas en función de la aplicación del principio precautorio, hasta tanto quien introduce los agrotóxicos al ambiente acredite su inocuidad. Por el mismo argumento recién referido, esgrimen violación a la Ley Provincial N° 7982 y a la Convención de los Derechos del Niño. Porque pese a haberse encontrado evidencia médica que pone de manifiesto cómo los agroquímicos impactan sobre la salud de los niños asistentes a los colegios ya referidos, ordenaron una restricción de un período colindante de sólo 500 metros. Dicen que como en el caso se encuentran involucrados intereses de menores, debe llamarse a intervenir al Ministerio Público. Seguidamente critican que la medida ordenada en el punto V del decisorio atacado (programa de estudio de campo clínico-epidemiológico-toxicológico) carece de certeza pues no surge cuál es su alcance, ya que no se permite determinar si es una medida probatoria de carácter pericial en los términos del art. 32 de la Ley N° 25675, un pedido de informe o una pericia oficial. Plantean la impugnación de la designación de la Dra. Nilda Gait por no haberles notificado de dicha circunstancia. Se fundan en una publicación realizada sobre un panel en la Jornada de Salud y Buenas Prácticas de Aplicación de Fitosanitarios, en donde afirmó que no hay evidencia de que el glifosato sea altamente peligroso (fs. 40 y sitio web allí indicado). Contrasta ello con otros estudios e investigaciones en los que se arribó a la conclusión de que el glifosato es probablemente cancerígeno para los seres humanos. Dicen que la referida profesional trabaja para el Poder Ejecutivo Provincial y se la convoca para que lleve adelante un programa de estudio de campo en un proceso en donde la provincia es parte. Solicitan el apartamiento de la Dra. Nilda Gait en el hecho por el que se la convica. Luego aducen violación a la garantía de presunción de legitimidad de los actos de gobierno, lo que tuvo lugar con el despacho favorable de la medida cautelar. Finalmente, critican que se han incumplido los presupuestos para la procedencia de las medidas cautelares contra la administración pública. En cuanto a la verosimilitud del derecho, sostienen que la comuna obró dentro del marco de su competencia material y territorial. Respecto al peligro en la demora, que de la resolución impugnada no emana ningún riesgo de que sobrevenga un daño inminente, con lo que la medida cautelar nunca debió haberse dictado. Que el auto impugnado no ponderó nada sobre el interés público comprometido. Ofrecen prueba y formulan reserva del caso federal. Corridos los traslados de ley, la parte amparista solicitó el rechazo del recurso. La Comuna de Dique Chico por su parte adhirió a la apelación de los vecinos comparecientes como terceros. Posteriormente, la parte recurrente solicitó la revocación del efecto con el cual fue concedido el recurso y pidió que se conceda con efecto suspensivo (fs. 152), planteo que fue rechazado por extemporáneo (fs. 174). VI. Aclaración preliminar Surge de las actuaciones realizadas por la Provincia de Córdoba que esa parte ha manifestado en reiteradas ocasiones que en el presente se configura un supuesto de conflicto externo de poderes, suscitado entre la Municipalidad de Dique Chico y la Provincia de Córdoba. Si bien el planteo fue reiterado en la oportunidad de expresar los agravios de su recurso, el tema ya fue resuelto mediante Auto N° 567 del 14/12/2018 dictado en los autos principales. En dicho resolutorio se decidió no hacer lugar al planteo formulado, dado que a entender del tribunal el planteo no revestía las características propias de un conflicto de poderes en los términos del art. 165 inc. 1, apartado “c” de la Constitución Provincial, atento que la contienda es entre particulares, las autoridades de la Comuna de Dique Chico y la Provincia de Córdoba, así como que la pretensión esgrimida es propia de un proceso de amparo. No obstante, en opinión de esta Fiscalía General, si bien la cuestión principal de la acción entablada debe ser ventilada en un proceso de amparo tal como se hizo, del estudio profundo de las constancias de la causa se vislumbra que subyace un conflicto externo de poderes, suscitado entre la Municipalidad de Dique Chico y la Provincia de Córdoba, quienes se disputan como propia la competencia para regular sobre materia referida al medioambiente y a la aplicación de productos químicos agropecuarios. Por lo tanto, se deja expuesto lo manifestado en los términos referidos.
VII. Análisis de los agravios
Examinada la materia recursiva, se considera adecuado tratar de manera conjunta las apelaciones interpuestas por los amparistas, la Provincia de Córdoba y los terceros interesados en contra del Auto N° 109 del 17/04/2018, por elementales cuestiones metodológicas. En cuanto a los agravios por lo ordenado como medida cautelar, esta Fiscalía General entiende que debe confirmarse lo resuelto por la cámara en el auto apelado. Se dan razones. En el planteo de autos se encuentran implicados aspectos vinculados a cuestiones de naturaleza ambiental, lo que involucra derechos de raigambre constitucional. Por la entidad de los derechos, el principio precautorio debe actuar como una de las directrices jurídicas fundamentales para resolver los conflictos que se suscitan cuando se invoca una lesión al ambiente. Las vías para efectivizar su protección están previstas en el ordenamiento provincial, en la Ley de Amparo N° 4915, y en la Ley de Política Ambiental N° 10208, en su artículo 71 y siguientes. Su tutela también se encuentra prevista en la legislación nacional, en el art. 30 de la Ley General del Ambiente n° 25.675. Este último cuerpo normativo rige en todo el territorio de la Nación y es de orden público. El amparo ambiental provincial, a diferencia del previsto en la ley nacional, fue concebido como una acción no sólo represiva sino también preventiva, y se dispone su procedencia ante cualquier tipo de contaminación o polución que afecte, altere o ponga en riesgo los recursos naturales, la salud y la calidad de vida humana y no humana, por causas de hechos u omisiones arbitrarias o ilegales que generen lesión, privación, perturbación o amenaza en el goce de intereses difusos y/o derechos colectivos en materia ambiental (art. 71). En materia ambiental, siempre debe tenerse como norte el principio de la prevención del daño. A ese fin, en el régimen provincial se ha dispuesto, entre otras cosas, una flexibilización del requisito de antijuridicidad y arbitrariedad manifiesta que rige en el amparo ordinario, mediante la posibilidad de solicitar medidas de urgencia en cualquier estado del proceso y aún con carácter de medida precautoria. La Ley Provincial de Política Ambiental N° 10208 es reglamentaria del art. 41 de la Constitución Nacional y complementa los presupuestos mínimos establecidos en la Ley General del Ambiente N° 25675 en el ámbito de la Provincia de Córdoba. Su aplicación también es de orden público. Por otra parte, en cumplimiento del derecho constitucional a un medioambiente sano, la Nación sancionó la Ley N° 24051 de Residuos Peligrosos. La Provincia de Córdoba de manera concordante, sancionó la Ley N° 9164 de productos químicos o biológicos para uso agropecuario. El objetivo de esta normativa es la protección de la salud humana, de los recursos naturales, de la producción agropecuaria y de los daños que pudieran ocasionarse por usos contrarios a los allí dispuestos. En su artículo 6, se establece que el organismo de aplicación publicará la nómina y clasificación ecotoxicológica completa de los productos allí detallados, inscriptos en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). De esa clasificación efectuada, en el capítulo XV referido a las prohibiciones, establece los límites y radios dentro de los cuales está prohibida la aplicación aérea (art. 58 y sgtes.). Ello fue reglamentado mediante Decreto N° 132/05, el que dispone que cuando el organismo de aplicación estimare desaconsejable el empleo de determinados productos químicos o biológicos de uso agropecuario por su alta toxicidad, prolongado efecto residual u otra causa que tornare peligroso su uso, gestionará ante el SENASA su exclusión de la nómina de productos autorizados, sin perjuicio de la adopción de medidas inmediatas. En referencia a la Ley Provincial N° 10208, el TSJ ha explicado en su jurisprudencia que la legislación ambiental vigente en la provincia persigue la modernización de los instrumentos de política y gestión ambiental, estableciendo la participación ciudadana en los diferentes procesos (art. 2) y destacando el carácter transversal de la gestión ambiental (art. 5, inc. “j”), por lo cual las cuestiones y problemas atinentes al ambiente deberán ser considerados y asumidos integral e intersectorialmente al más alto nivel. Que la norma detalla los instrumentos de política y gestión ambiental en la Provincia en su capítulo II, entre los cuales se encuentra la Evaluación de Impacto Ambiental a llevarse a cabo ante el Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos (art. 17). Es decir, que la legislación vigente ha previsto un proceso ambiental específico a los fines de la habilitación de todas aquellas políticas, proyectos, acciones o actividades que pudieran afectar el ambiente y la salud de la población, para lo cual se ha determinado una secuencia compleja de procedimientos administrativos bajo la supervisión y gestión de la respectiva autoridad de aplicación, la que encuadra dentro de la actividad administrativa del Estado y se encuentra sujeta a requisitos y condiciones ineludibles para su aprobación y autorización final (Cfr. TSJ, Sala Electoral, de Comp. Originaria y Asuntos Instit., “Gremo, María Teresa y otros c. Corp. Intercomunal para la Gestión Sustentab. de los Resid. del Área Metrop Cba. SA (CORMECOR SA) s/ amparo (ley 4915) - cuerpo de copias - recurso de apelación”, Resolución del 18/05/2017). En ese precedente, el Alto Cuerpo Provincial también destacó que si bien los jueces en el proceso ambiental están revestidos de vastas competencias para actuar oficiosamente y sin mayores requerimientos ni restricciones procesales, formales o temporales, la actividad judicial en estos procesos reviste carácter excepcional. Que por eso, aún en el caso del amparo ambiental, la actividad judicial siempre deberá estar presidida por la clara comprensión de las diferencias existentes entre el proceso ambiental que tiene lugar ante la autoridad de aplicación de la Administración pública, y el control judicial de juridicidad de los diferentes planteos emanados como consecuencia de tales actuaciones administrativas. Que el rol de los jueces debe estar supeditado siempre a garantizar la tutela judicial efectiva de quienes sientan amenazados o lesionados sus derechos constitucionales, pero con la adecuada prudencia y razonabilidad que impone considerar que su actuación en el marco del amparo (Ley N° 4915) o del amparo ambiental (LPA 10.208), deberá procurar no convertirse en un impedimento para la gestión de las políticas y funciones ambientales a cargo de la Administración provincial. En otras palabras, en materia de amparo ambiental, las reglas procesales se flexibilizan y deben ser interpretadas con amplitud de criterio, lo que conlleva una extensión en las funciones del juez. Ello, en función del principio precautorio consagrado en la Ley Nacional 25675, que dispone que cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente. No obstante, la actuación judicial no debe importar una intromisión en la esfera propia de otro poder, cuando éste se encuentra actuando en la órbita de sus atribuciones, más si a la fecha el procedimiento administrativo aún no ha concluido con el dictado de una resolución autorizando o denegando cualquier intervención sobre el bien objeto de amparo (Cfr. Cám. 8° CyCCba., “Fundación Vertientes de Saldan y Itris c. Municipalidad de Mendiolaza y otros s/ amparo” (Expte. Nº 2233925/36), C8ºCyCCba, Sentencia de fecha 08/04/14). A) Trasladando lo expuesto al caso de autos, en primer lugar hay que tener en cuenta que la suspensión de la Resolución N° 242/2017 dictada por la Comuna de Dique Chico, se encuentra fundamentada porque todas las medidas de resguardo y precaución que allí se toman a los fines de evitar un daño ambiental, concretamente por el uso de sustancia tóxicas, ya gozan de protección en el ámbito normativo nacional y provincial. Con lo cual, en principio y para la instancia de que se trata, no se justifica imponer un agravamiento de las restricciones que razonablemente contempla el ordenamiento normativo analizado precedentemente. Por otra parte, el art. 4 de la Ley General del Ambiente instaura el principio de congruencia entre las distintas normativas. En función de ello, la legislación provincial y municipal referida a lo ambiental deberá ser adecuada a los principios y normas fijadas en la Ley N° 25675. En caso de que así no fuere, ésta debe prevalecer sobre toda otra norma que se le oponga. Tal criterio encuentra respaldo en la postura asumida por el Tribunal Superior, quien sostuvo que el ejercicio de las potestades de regulación y fiscalización, propias del ejercicio de poder de policía de las comunas en materia de salubridad, tal ejercicio debe subordinarse al régimen jurídico vigente en el Estado Federal al cual no puede desconocer sin fundamentos científicos técnicos o locales. Ello así, porque el tema de los compuestos químicos de aplicación a la producción agropecuaria desborda los intereses locales de los municipios al involucrar cuestiones que interesan a toda la Nación, por lo cual el establecimiento de sus bases ha sido conferido al gobierno federal (Cfr. TSJ en autos “Chañar Bonito SA C/ Municipalidad de Mendiolaza – Amparo – Expte. N° 769041/36”, Sentencia N° 7 del 18/09/2007). Debe tenerse en cuenta específicamente la Ley N° 9164, que establece y justifica la imposición de distancias y radios dentro de los cuales está prohibida la aplicación de productos químicos fitosanitarios y su decreto reglamentario N° 132/05, que implementa un sistema para excluir de la nómina de productos autorizados, aquellos químicos o biológicos de uso agropecuario por su alta toxicidad, prolongado efecto residual u otra causa que tornare peligroso su uso. De ahí que hasta tanto no se demuestre que los agroquímicos que utilizan los amparistas deban quedar excluidos de la nómina de productos autorizados, deben respetarse la clasificación y las distancias allí establecidas. Con mayor razón si se tiene en cuenta que de las pruebas glosadas y valoradas en la decisión atacada surge lo siguiente: Que si los productos son aplicados bajo la dosis especificada en su hoja de seguridad, no producen un daño ambiental y están aprobados por SENASA (informe del Secretario de Ambiente y Cambio Climático del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos, fs. 951 del expediente principal). Que la resolución de Dique Chico impugnada involucra decisiones sobre zonas que están fuera del territorio de la comuna (informe del Director General de Fiscalización y Control del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia de Córdoba, fs. 953/955 vta. del principal). Que de las mediciones de deriva en aplicación terrestre con tarjetas hidrosensibles, sobre la cabecera lindante al camino público y la escuela, surgió que la aplicación no produjo deriva de producto fitosanitario por fuera del área de trabajo (informes agronómicos de fs. 965/944 y 985 del principal). Que se adjuntaron estudios de sangre de veinte habitantes, incluidos aplicadores de productos fitosanitarios y residentes de los campos agrícolas de Bajo Chico (fs. 1074/1084 del principal). Que según informe de la jefa del Departamento de Salud Ambiental del Ministerio de Salud, no se han registrado consultas sobre datos o síntomas y signos de exposición y/o intoxicación proveniente de la zona en cuestión (fs. 1142 del expediente principal). Que del informe de la Dirección General de Fiscalización y Control del Ministerio de Agricultura y Ganadería (fs. 1143/1148 del principal), surge el control efectuado por el cuerpo de inspectores en las aplicaciones de productos químicos o biológicos de uso agropecuario realizadas en la zona. De todo lo expuesto no surgen razones para agravar las restricciones impuestas en el ordenamiento nacional y provincial para el uso y aplicación de productos químicos agropecuarios. Por lo tanto, se comparte la decisión de la cámara de ordenar la suspensión provisoria de la Resolución N° 242/2017 de la Comuna de Dique Chico. B) Ahora bien, en cuanto a las demás medidas dispuestas en el auto ordenatorio de la cautelar, hay que decir que no se coincide con el temperamento vertido por las partes referido a que los jueces al resolver excedieron su competencia e incurrieron en una actividad legislativa propia de otra esfera de poder. Como ya se explicó anteriormente, cuando se está en el ámbito de la tutela preventiva, la necesidad de evitar la producción de un daño (especialmente ambiental, que es de incidencia colectiva) impone flexibilizar las reglas procesales, entre ellas el principio de congruencia, los poderes de actuación del juez y realizar interpretaciones con amplitud de criterio. Todo ello conlleva una extensión en las funciones del juez. Por otra parte, ello a su vez está avalado en función del principio precautorio consagrado en la Ley Nacional 25675, que dispone que cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente. El mismo espíritu impregnó la sanción de las normas referidas a la tutela inhibitoria o preventiva en el nuevo Código Civil y Comercial, codificación que fortaleció sistemáticamente el rol activista de los jueces y específicamente, en su artículo 1713, los dotó de vastas potestades a la hora de resolver acciones preventivas. Los magistrados ahora pueden disponer de oficio cualquier obligación de dar, hacer o no hacer, según corresponda, y ponderar el medio más idóneo para asegurar la eficacia en la obtención de la finalidad preventiva. Concretamente respecto a la medida de suspensión de la aplicación de productos fitosanitarios y fumigación en el radio de 500 metros alrededor del límite externo de los establecimientos rurales Bernardo de Monteagudo y Jardín de Infantes Mariano Moreno, se considera que los estudios médicos de genotoxicidad exhibidos, referidos a cuatro niños asistentes a los colegios de la zona que presentaron alteraciones en las células micronucleadas (fs. 868/879 vta., y fs. 880/888 del expediente principal), son elementos que a prima facie resultan suficientes para tener por configurado un peligro de daño a la salud y justificar la procedencia de la medida, provisoriamente. Ello así, porque proteger la salud es proteger el derecho a la vida, lo cual es un interés superior a la protección del derecho a la actividad agropecuaria que aducen los amparistas, máxime si es una restricción horaria y de sólo 500 metros. No puede aceptarse el argumento de que cuatro niños menores de edad no pueden considerarse representativos del universo de niños que asisten al establecimiento, porque si se encuentra probada la amenaza de daño aunque sea sobre uno solo de ellos, esa vida es muy valiosa, por lo tanto el sistema jurídico tiene que reaccionar y tomar todos las precauciones para evitar que el daño se consolide o propague. Por lo tanto, atento lo dispuesto expresamente en el artículo 4 de la Ley General del Ambiente N° 25675 y por imperativo legal del principio precautorio, ante la existencia de peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no puede ser un impedimento para la adopción de este tipo de medida. Máxime si los argumentos de los amparistas y de la Provincia para evitar la imposición de ese recaudo no demuestran que la medida les vaya a traer aparejado un perjuicio o agravio concreto en sus derechos, sino que tan sólo han invocado un exceso en las facultades judiciales y una irrazonabilidad en la medida por imponer distancias mayores a las contempladas en la Ley N° 9164. Por esas mismas razones es que se considera justificado el hecho de que el tribunal, al ordenar la restricción de aplicación de productos en las zonas adyacentes a los establecimientos educativos por un radio de 500 metros, no los haya clasificado teniendo en cuenta la distinción que efectúa la Ley N° 9164. Es que frente a un potencial riesgo serio de daño a la salud y más aun tratándose de niños, resulta razonable que hasta tanto se practiquen todas las pruebas y se cuente con mayores elementos de análisis, se paralice toda aplicación de agroquímicos en el radio determinado por el tribunal. Por otra parte, no es cierto que en el resolutorio apelado no se hayan explicitado los criterios técnicos tenidos en cuenta para justificar la decisión. De la lectura del auto apelado surge muy clara la ponderación de todas las pruebas y datos técnicos tenidos en cuenta por el tribunal, esto es informes del estudio de genotoxicidad (fs. 880/888 del principal), informe del Secretario de Ambiente y Cambio Climático del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos (fs. 951 del expediente principal), informe del Director General de Fiscalización y Control del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia de Córdoba (fs. 953/955 vta. del principal), informe técnico del Ing. Agr. Ricardo Weiss (fs. 965/944 del principal), mediciones de fs. 985 del principal, estudios de sangre de veinte habitantes (fs. 1074/1084 del principal), informe de la Dirección General de Fiscalización y Control del Ministerio de Agricultura y Ganadería (fs. 1143/1148 del principal), entre otras pruebas. Tampoco son de recibo aquellos agravios referidos a que los estudios médicos genotóxicos practicados a los niños se realizaron sin control de partes. Es propio de la naturaleza cautelar de la medida como la que se trata, su despacho inaudita parte, es decir sin oír a la contraria (art. 458 y art. 156 del CPCC). La norma encuentra justificación en la necesidad de garantizar la no frustración del interés que se quiere proteger con la medida. Y ello no importa una supresión del derecho de defensa ni de la bilateralidad, sino tan solo un diferimiento del contradictorio, ya que podrá ser discutido luego de cumplida la medida. Por otra parte, en cumplimiento del principio de bilateralidad la ley contempla el otorgamiento de contracautela por las costas, daños y perjuicios que la medida le pudiera causar a quien debe soportarla. Por todo lo dicho, no se observa en la cautelar ordenada un exceso en la competencia judicial ni mucho menos una intromisión en las facultades del Poder Legislativo. Antes bien, se considera que lo resuelto por los jueces resulta razonable y ajustado a derecho para el caso bajo análisis. Tampoco se acepta el argumento referido a que la medida que prohíbe la aplicación de agroquímicos en el radio de 500 metros alrededor de la escuela y del jardín de infantes implica una convalidación parcial de la resolución comunal impugnada. La jurisprudencia provincial ha sostenido en pronunciamientos similares (C3°CyCCba., Auto N° 273 del 13/09/2016 en “Peralta, Juan Manuel C/ Municipalidad de Córdoba – Amparo – Otras Causas de Remisión (Expte. N° 2886224/36)”; Auto N° 388 del 28/11/2014 en “Funes Horacio Guillermo c/ Municipalidad De Córdoba – Amparo -Recurso De Apelación - (Expte. N°2642059/36)” que esa tesis es cuando menos “discutible, porque lo dispuesto en una medida cautelar lo es sin perjuicio de aquello que en definitiva se decida en su momento procesal oportuno” (Sagües, Nestor P., “Derecho Procesal Constitucional – Acción de Amparo “, Ed. Astrea, 2009, pag. 505). En el caso concreto, es evidente que no es lo mismo ordenar la nulidad de la Resolución 242/17 dictada por Dique Chico y autorizar las fumigaciones y aplicaciones de agroquímicos en los términos de la normativa nacional y provincial en todo el territorio de Dique Chico –que es lo que los amparistas pretenden que se resuelva en la sentencia- que suspender provisoriamente la aplicación de tales productos en el radio de 500 metros adyacentes a solamente dos establecimientos educativos, mientras dure la sustanciación de esta causa. Ello, sin perjuicio de que pueda coincidir objetivamente en la fijación de un límite territorial de 500 metros. Pero además, si se tiene en cuenta que lo que aquí se busca es tutelar el derecho a la vida y a la salud de las personas y especialmente niños, este tipo de planteamientos formales se torna irrelevante. Es que se trata en el caso de una cautelar innovativa que, aunque en general sólo proceden con carácter excepcional, son especialmente admisibles en los casos en los que lo que se encuentra en juego es el derecho a la vida y a la salud, tal como lo resolvió la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa “Rodríguez, Karina V. c/ Estado Nacional y otros” (CSJN, 7/3/2006, Fallos 329:553). De lo contrario, dada la índole de los derechos en juego, podría generarse un daño de difícil o imposible reparación. En casos como el presente, negar la procedencia de una medida innovativa bajo pretexto de que coincide con el objeto de la acción es contrario a la naturaleza preventiva del amparo que surge del art. 43 CN y del art. 48 C. Pcial. Ahora bien, lo que sí se observa es que la medida cautelar dispuesta en los puntos I y II del auto apelado no contempla la fijación de un límite máximo, a partir del cual ya no deba regir la limitación allí ordenada (fumigación y aplicación a partir del radio de 500 metros de los establecimientos educativos, fuera del horario escolar y con aviso a sus autoridades). Por lo tanto, se solicita a VE que al momento de resolver tenga a bien establecer aquél límite máximo, a partir del cual la aplicación de químicos y fumigaciones pueda realizarse sin las restricciones ordenadas en el auto de la cautelar. De acuerdo a lo que es materia justiciable en este caso, se considera como razonable que sea fijado en los 1000 metros, según lo establecido en la zona de resguardo ambiental 1 en la resolución de Dique Chico cuestionada, lo que en concreto implica que la restricción ordenada en los puntos I y II del auto apelado regiría a partir del radio de 500 metros de los establecimientos educativos señalados y hasta los 1000 metros de distancia de dichas escuelas, fuera del cual la suspensión no debe regir. Analizando ahora la crítica de los terceros interesados de que debe darse participación al Ministerio Público, en verdad tal recaudo se encuentra satisfecho con la intervención en autos de la Sra. Asesora Letrada en lo Civil y Comercial del 10° Turno, quien comparece en representación de sus hijos menores de edad. Incluso, en esta instancia impugnativa, contestó los agravios de los recursos de apelación, y adhirió a los argumentos vertidos por los terceros, tanto en su propia apelación como al repeler el recurso de la actora y de la Provincia (fs. 618 del Expte. N° 7264772; fs. 227 del Expte. 7607680). Si la queja de los terceros es porque el tribunal tomó la decisión cautelar sin correrle traslado al Ministerio Público, en realidad ello está justificado porque como ya se explicó, la naturaleza de las medidas cautelares determinan que ellas sean ordenadas y cumplidas sin audiencia de las partes (art. 458 del CPCC). El agravio merece rechazo. En cuanto a la prueba ordenada en el punto V del resuelvo del Auto N° 109 atacado, referida a la elaboración de un programa de estudio de campo clínico-epidemio-toxicológico relacionado con los habitantes de la Comuna de Dique Chico, en verdad ello no puede constituir ningún agravio al recurrente. Independientemente de la naturaleza de la que goce tal prueba a practicarse, ya sea pericial, informativa o cualquier otra, su producción bajo la modalidad que sea no puede generar perjuicios. En todo caso, si los recurrentes consideran que ella podría resultar de algún modo insuficiente o inidónea, se recuerda que aunque se trate del ámbito de las medidas cautelares, rige el principio de libertad probatoria consagrado en el art. 200 del CPCC. Ello, pues los demás medios probatorios no se encuentran excluidos y pueden incorporarse al caso, con las limitaciones propias del trámite previsto para las medidas cautelares (Cfr. Ferrer Martínez, Rogelio (dir.), comentario al art. 457 en “Código Procesal Civil y Comercial de Córdoba”, Ed. Advocatus, Cba., t. I, p. 852). Con lo cual, nada impide a las partes ofrecer y practicar las pruebas que considere pertinente, más allá de las ordenadas por el tribunal. Finalmente, en cuanto a la impugnación de la designación de la Dra. Nilda Gait para el caso de que ella fuera designada para la realización del programa de estudio de campo clínico-epidemio-toxicológico previsto en el punto V del resuelvo del auto atacado, el agravio resulta inadmisible. Ello así, porque atento no haberse dispuesto ningún profesional en concreto para que lleve a cabo lo ordenado, sino tan sólo su realización a cargo del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba a través de los órganos de su dependencia, la crítica es una mera conjetura de los recurrentes. Es decir, se trata de un agravio hipotético y eventual, lo que no alcanza para configurar un agravio propiamente dicho. En definitiva, es opinión de la Fiscalía General que el recurso de apelación de los terceros interesados debe ser rechazado, y que los recursos interpuestos por los amparistas y la Provincia de Córdoba sean parcialmente admitidos, sólo en cuanto al establecimiento de un límite máximo de la restricción ordenada en los puntos I y II del auto apelado, a partir del cual la aplicación de químicos y fumigaciones pueda realizarse sin las restricciones ordenadas en el auto de la cautelar. Según se expuso precedentemente y de acuerdo a lo que es materia justiciable en este caso, se considera como razonable que el límite sea fijado en los 1000 metros de distancia de las escuelas, según lo establecido en la zona de resguardo ambiental 1 en la resolución de Dique Chico cuestionada. Ello en concreto implicaría que la restricción ordenada en los puntos I y II del auto apelado regiría a partir del radio de 500 metros de los establecimientos educativos señalados y hasta los 1000 metros de distancia de dichas escuelas, fuera del cual la suspensión no debe regir.