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I. Datos personales:
GREA : ...........................................................................................................
UGEL : ...........................................................................................................
I.E. : ................................................ Grado: ................. Sección: ............
Docente : ...........................................................................................................
Director : ...........................................................................................................
II. Fundamentación:
“Compartir nuestras cosas con los demás puede ser difícil en unas situaciones y
fácil en otras. Sin embargo, compartir puede ayudar y hacer sentir bien a otras
personas, y también puede hacernos sentir bien a nosotros mismos”.
Dialogan ¿Alguna vez alguien ha compartido algo con ustedes que los ha ayudado o
los ha puesto contentos? ¿Qué fue? ¿Alguna vez ustedes han compartido algo suyo con
alguien más? ¿Cómo se sintieron?
Escuchan con atención la historia “Mariposa, la generosa; Elefante, el que no
comparte; y León, el de la condición”.
MARIPOSA, LA GENEROSA
Dialogan en familia, sobre la importancia de compartir con las y los demás, elaborarán
un listado de materiales que estén dispuestos a compartir, así como con las personas que
los compartirán.
Escriben un compromiso para compartir con los compañeros y compañeras.
MI COMPROMISO
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TEMA N° 2
“Solidaridad: Ayudar a los demás”
Observan la ilustración sobre el valor de la “Solidaridad”
UN ALTO EN EL CAMINO
En un lejano país hubo una vez una época de gran pobreza, donde sólo algunos ricos podían
vivir sin problemas. Las caravanas de tres de aquellos ricos coincidieron durante su viaje, y
juntos llegaron a una aldea donde la pobreza era extrema. Era tal su situación, que provocó
distintas reacciones a cada uno de ellos, y todas muy intensas.
El primer rico no pudo soportar ver aquello, así que tomó todo el oro y las joyas que llevaba
en sus carros, que eran muchas, y los repartió sin quedarse nada, entre las gentes del
campo. A todos ellos deseó la mejor de las suertes, y partió.
El segundo rico, al ver su desesperada situación, paró con todos sus sirvientes, y
quedándose lo justo para llegar a su destino, entregó a aquellos hombres toda su comida y
bebida, pues veía que el dinero de poco les serviría. Se aseguró de que cada uno recibiera su
parte y tuviera comida para cierto tiempo, y se despidió.
El tercero, al ver aquella pobreza, aceleró y pasó de largo, sin siquiera detenerse. Los otros
ricos, mientras iban juntos por el camino, comentaban su poca decencia y su falta de
solidaridad. Menos mal que allí habían estado ellos para ayudar a aquellos pobres...
Pero tres días después, se cruzaron con el tercer rico, que viajaba ahora en la dirección
opuesta. Seguía caminando rápido, pero sus carros habían cambiado el oro y las mercancías
por aperos de labranza, herramientas y sacos de distintas semillas y grano, y se dirigía a
ayudar a luchar a la aldea contra la pobreza.
Y eso, que ocurrió hace tanto, seguimos viéndolo hoy. Hay gente generosa, aunque da sólo
para que se vea lo mucho que dan, y no quieren saber nada de quien lo recibe. Otros,
también generosos, tratan de ayudar realmente a quienes les rodean, pero sólo para sentirse
mejor por haber obrado bien. Y hay otros, los mejores, a quienes no les importa mucho lo
que piense el resto de generosos, ni dan de forma ostentosa, pero se preocupan de verdad
por mejorar la vida de aquellos a quienes ayudan, y dan mucho de algo que vale mucho más
que el dinero: su tiempo, su ilusión y sus vidas. ¡Aún estamos a tiempo de cambiar al grupo
bueno!
Responden preguntas relacionadas al cuento “Un alto en el camino” ¿De qué trata el
cuento?, ¿Cuántos ricos pasaron por aquel pueblo azotado por la pobreza?, ¿Qué les
dio el primer rico?, ¿Qué les dio el segundo rico?, ¿Qué hizo el tercer rico?,
En forma grupal responden:
¿Cuál de los tres ricos fue el más solidario?, ¿Por qué?
¿Qué es la solidaridad?
Comparten sus respuestas con los compañeros y compañeras del salón.
Realizan dibujos que representen el valor de la solidaridad y escriben pequeños textos
de este valor.
Dialogan ¿Quiénes son los personajes de la ilustración?, ¿Qué hace Jesús?, ¿Qué
nos enseña Jesús con la acción de lavar los pies de sus discípulos?, ¿Qué es la
humildad?, ¿Por qué Jesús nos enseña la humildad?, ¿Quiénes son humildes?
Escuchan con atención el cuento: “Tres monedas para enseñar la humidad”
Camila tenía todo lo que cualquier joven podía desear: belleza, fama, fortuna y dos
padres que la adoraban. Como hija única de un matrimonio mayor, había recibido todos
los mimos posibles. Aunque era una mujer de corazón noble, siempre había pensado que
se hallaba por encima de los demás, en especial de la gente sencilla que atendía las
innumerables tareas de su mansión, a quienes solía tratar con desprecio.
Aquella tarde era muy especial, pues se llevaría a cabo su petición de mano. Don Luis de
las Heras la amaba, aunque sufría al ver la forma en que maltrataba a la gente sencilla.
Así ocurrió durante la fiesta de ese día. “Este ponche es repugnante”, le dijo a la Mariana,
la cocinera, enfrente de los demás. “El sillón está lleno de polvo”, le gritó a Julia, la
recamarera. “Tú no estás invitado a la fiesta” informó a Marcos, el cochero, que se había
atrevido a entrar al gran salón a escuchar la música.
Don Luis observó todo esto con disgusto y cuando llegó el momento de la petición los
invitados, entre quienes se hallaban las personas más notables del Virreinato, quedaron
sorprendidos pues el novio hizo algo inesperado. “Te amo y te respeto Camila” —le dijo—.
Sin embargo, para que se realice nuestro matrimonio necesito que me regales una
corbata de seda que vi en el Parián. Sin ella, simplemente, no puede haber boda.” Camila
rompió a reír frente a todos. “¿Una corbata, querido? Las más caras cuestan apenas tres
monedas de plata y tú sabes que yo tengo cientos de ellas.” “Más despacio, Camila, —
repuso el novio— lo que te solicito es que la compres con una moneda que te dé Mariana,
otra que te dé Julia y una más que te dé Marcos y que se las pidas aquí frente a todos
nosotros”.
Los invitados, incluyendo a los padres de la novia, quedaron en silencio mientras Camila
derramaba un par de lágrimas que sabían a coraje y desesperación; sin embargo, su amor
por don Luis era más grande que su orgullo. “¡Que por favor vengan Mariana, Julia y
Marcos!” solicitó con un dulce tono de voz desacostumbrado en ella.
Los tres empleados de la casa entraron al salón atemorizados temiendo un nuevo regaño.
Camila les explicó la situación. “Ahora mi felicidad está en manos de ustedes —les dijo—,
¿no me dan una moneda, por favor?”. Mariana, Julia y Marcos sonrieron como si se
hubieran puesto de acuerdo y mientras sonreían buscaban en el fondo de sus bolsillos
aquellas monedas que significaban la felicidad de Camila.
Marcos y Julia le entregaron las suyas. Sin querer Mariana dejó caer la tercera en el suelo y
Camila se agachó para recogerla con dificultad por su elaborado vestido. “Gracias —les
dijo al incorporarse— ¿Aceptarían ustedes una invitación para la fiesta de mi boda?”. “Y
con respecto a ti, Luis —le dijo a su prometido— espero que aprendamos juntos muchas
cosas en nuestra vida de casados”.
No me gusta reconocer
cuando me equivoco,
Grito a las demás
personas si no me dan la
razón.
Colorean la frase.