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En causa Rit O-272-2017, Ruc 1740024029-9, caratulada PEREZ Y
OTROS CON SUBUS, del Juzgado de Letras del Trabajo de San Bernardo, sobre
cobro de prestaciones, con fecha veintiséis de octubre de dos mil diecisiete, se
dictó sentencia por la jueza titular doña Clara Rojo Silva, por medio de la cual se
acogió parcialmente la excepción opuesta por la demandada y se acogió
parcialmente la demanda deducida por don Juan Pablo Yovane Andrighetti,
abogado, en representación de: 1) don Rogelio Javier Orellana Vásquez; 2) don
Juan Antonio Iquilio Millanao; 3) doña Guacolda Victoria Ponce Mena; 4) don Luis
Pablo Mariangel Campino; 5) don Claudio Antonio Fernández Flores; 6) don
Cristián Enrique Mella Marín; 7) don Jorge Segundo Cabrera Cabrera; 8) don
Agustín Eduardo Ayala Salinas; 9) don Javier Andrés Durán Villagrán; 10) don
Patricio Arturo Barrueto Flores; 11) don Luis Alberto Errickson Gregoire; y, 12) don
Alexis José Pérez Moya, y se condenó a las demandada SUBUS CHILE S.A.,
representada legalmente por don Claudio Núñez Jiménez, a pagar las siguientes
prestaciones: 1) a don Rogelio Javier Orellana Vásquez, $238.784 por diferencia
de horas extraordinarias; 2) a don Juan Antonio Iquilio Millanao, $195.077 por
diferencia de horas extraordinarias; 3) a doña Guacolda Victoria Ponce Mena,
$119.176 por diferencia de horas extraordinarias; 4) a don Luis Pablo Mariangel
Campino, $119.073 por diferencia de horas extraordinarias; 5) a don Claudio
Antonio Fernández Flores, $296.416 por diferencia de horas extraordinarias. 6) a
don Cristián Enrique Mella Marín, $278.479 por diferencia de horas
extraordinarias; 7) a don Jorge Segundo Cabrera Cabrera, $194.204 por diferencia
de horas extraordinarias; 8) a don Agustín Eduardo Ayala Salinas, $208.244 por
diferencia de horas extraordinarias; 9) a don Javier Andrés Durán Villagrán,
$383.877, por diferencia de horas extraordinarias; 10) A don Patricio Arturo
Barrueto Flores, $251.305 por diferencia de horas extraordinarias; 11) a don Luis
Alberto Errickson Gregoire, $320.381 por diferencia de horas extraordinarias; y,
12) a don Alexis José Pérez Moya, $137.808 por diferencia de horas
extraordinarias, disponiéndose, además, que cada parte pague sus costas.
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invoca la prevista en el artículo 477 del Código del Trabajo, esto es, haber sido
dictada la sentencia con infracción de ley que influyó sustancialmente en lo
dispositivo del fallo.
En este sentido, sostiene la recurrente que, la sentenciadora habría
incurrido en una errada aplicación del artículo 42 letra a) del Código del Trabajo,
en aquella parte en que define lo que se entiende por sueldo o sueldo base como
“el estipendio obligatorio y fijo, en dinero, pagado por períodos iguales,
determinados en el contrato, que recibe el trabajador por la prestación de sus
servicios en una jornada ordinaria de trabajo (…); y, también, de las normas
legales sobre interpretación de los contratos contenidas en los artículos 1560,
1562, 1564 del Código Civil.
Respecto de la regla contenida en nuestra normativa laboral, la recurrente
argumenta que la sentenciadora habría errado al considerar el “bono conductor”
como un estipendio fijo, por cuanto el mismo se representaría mejor como una
remuneración de carácter variable, cuyo resultado mensual total puede no ser el
mismo en cada mes, pues su pago queda subordinado al acaecimiento de
determinados supuestos condicionantes que pueden ocurrir o no. El carácter
variable del citado bono, indica la recurrente, quedaría explícito de la sola lectura
del Convenio Colectivo suscrito entre el Sindicato y la empresa, y del que
participarían los demandantes, pues en su artículo cuarto se expresa que “el bono
conductor es un incentivo variable por cumplimiento de objetivos”. De hecho, para
la concurrente, el “carácter fijo del sueldo deriva de la circunstancia de que su
percepción está subordinada únicamente a la prestación de servicios en una
jornada ordinaria de trabajo, con prescindencia de otros componentes
relacionados con la productividad del trabajador” como serían aquellos que dan
origen al así llamado “bono conductor”.
En el mismo sentido, la recurrente argumenta que la errada interpretación
del artículo 42 del Código del Trabajo se funda en que la sentenciadora habría
desconocido el carácter no taxativo de la norma, lo que se verifica en el
encabezado de la misma, al prescribir que “[c]onstituyen remuneración, entre
otras, las siguientes”.
Ahora bien, respecto de la infracción de las leyes del Código Civil, la
recurrente funda su argumentación en relación a la interpretación correcta que la
sentenciadora debió realizar de la cláusula cuarta del convenio colectivo
reprochando la infracción al artículo 1560 del citado cuerpo normativo, pues, a su
juicio, conocida claramente la intención de los contratantes debía estarse a ella
más que a lo literal de las palabras. La intención detrás de esa cláusula, sostiene
la recurrente, fue siempre “pactar un incentivo por cumplimiento de objetivos
laborales”. En términos similares, la recurrente apoya su reclamación de nulidad,
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Pronunciado por la Segunda Sala de la C.A. de San Miguel integrada por los Ministros (as) Maria Carolina U.
Catepillan L., Dora Mondaca R. San miguel, ocho de marzo de dos mil dieciocho.
En San miguel, a ocho de marzo de dos mil dieciocho, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la
resolución precedente.
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