Sie sind auf Seite 1von 213

1

Desde las torres de


la ambición y la soberbia

Isabel Ducca D.
2

RESUMEN DESCRIPTIVO
Se trata de una reflexión acerca del poder opresor. Como introducción se
establecen algunos rasgos fundamentales de la dominación desde el cuento El
traje nuevo del emperador. Parte de la configuración del héroe clásico con Teseo
y Agamenón como modelos sacrificiales de sus afectos. Un aspecto fundamental
de la construcción del héroe es el aislamiento y la negación del proceso anterior
a su victoria. La víctima que acepta el sacrificio es sacralizada junto a su
victimario. Se analiza cómo construye Maquiavelo, en El príncipe, la
consagración de la crueldad bajo la premisa de que tanto el consejero como el
príncipe son guiados por la divinidad. Al espíritu de la época se contraponen
dos respuestas de dos genios literarios Shakespeare y Cervantes, como
defensores de una alteridad interna dentro de Europa. Se estudia la metáfora del
oro como síntesis de lo que fue la respuesta de la alteridad externa: las víctimas
de la Conquista de América. Luego se desarrolla el momento actual con un
análisis de varios ensayistas; encabeza Henry Kissinger, como asesor de
Augusto Pinochet, para delinear algunos aspectos básicos de cómo tejen el
vestido del emperador global. La visión de los sacrificios humanos de
Occidente, desde el planteamiento de Franz Hinkelammert, se compara con una
lectura del Popol-Vuh. Culmina el trabajo con un cuestionamiento acerca de la
administración de lo sagrado.
3

Índice

INTRODUCCIÓN
El traje nuevo del emperador. ¿Un simple cuento infantil? 4
LA SACRALIZACIÓN DEL PODER 8
Sobre héroes y locas (Una reflexión desde la víctimización) 8
LA CONSAGRACIÓN DE LA CRUELDAD 26
Conquisto, luego existo… y luego sigo conquistando… 26
La maldad ajena, el espejo del poder 30
¿QUÉ SUCEDE EN PALACIO? 38
Los deberes del heredero 38
La conversión del rey 52
Un buen discípulo provoca desastres 66
LA BURLA AL PODER 76
La preñez de Sancho Panza 76
LOS QUE COMEN ORO 90
LOS TEJEDORES DEL EMPERADOR 108
El asesor de Augusto Pinochet 111
Un genuino retórico de la adulación 137
Los milagros de la tecnología 153
Una sinécdoque democrática 165
LA BONDAD DE TODO LO CREADO 182
LA ADMINISTRACIÓN DE LO SAGRADO 193
Bibliografía general 205
4

INTRODUCCIÓN

El traje nuevo del emperador. ¿Un simple cuento infantil?


Aunque el relato es antiguo y se encuentra en diferentes culturas, nos
detendremos en la versión de Christian Andersen de 1837. La fábula es simple:
frente a un emperador, cuyo único interés es lucir trajes nuevos y deslumbrantes,
se presentan un día dos granujas con el engaño de que son tejedores
profesionales y exclusivos pues son capaces de tejer una tela invisible para los
incapaces o los irremediablemente estúpidos. El monarca los contrata ya que le
permitirá discriminar a los ineficientes, a los tontos y exhibir un traje único.
Dilapida grandes cantidades de oro y plata en la empresa, los tejedores simulan
trabajar con bobinas y telares vacíos. Por curiosidad, envía diferentes emisarios
para ver cómo va el proyecto, todos ocultan el hecho de no ver nada en el telar
por miedo a los apelativos. Por el contrario, todos exaltan la belleza y el lujo de
la prenda, incluido el mandatario cuando asiste a una inspección. La farsa llega
a su punto culminante cuando el emperador desfila por las calles de su país
desnudo, aunque todo el mundo dice reconocer un traje nunca visto, un infante
grita que no lleva prenda alguna. Toda la gente reconoce y murmulla lo mismo
pero el rey continúa la pantomima hasta el final.
Construida la lógica del relato por la depuración de la literatura oral que
se va estructurando por generaciones, constituye una metáfora acerca del poder
con la capacidad de condensar mucha información. Nos interesa iniciar esta
reflexión acerca del poder de la dominación para disgregar algunos de sus
rasgos. El primer aspecto es que el poder opresor se interesa en sí mismo, sus
gustos, preferencias y apetitos son su sello por lo que se torna, necesariamente,
arbitrario por su egoísmo narcisista; las marcas del dominio deben expresarse
mediante una ritualidad física y material; diferenciarse de los semejantes es
requisito de su ejecución. El aspecto físico es una manifestación material de lo
que constituye una abstracción del resto de la humanidad, los poderosos nunca
son como los demás mortales. En este caso, se expresa en la acumulación del
vestuario, al extremo que, en ese reino, se decía que el rey, en lugar de estar en
el consejo, estaba en el vestuario. Por otra parte, no puede sobrevivir como tal si
no construye una imagen fascinante de sí mismo. Entre más aparatosa esa
imagen mejor porque debe seducir, cautivar, deslumbrar hechizar e hipnotizar
para aturdir el entendimiento humano y es, precisamente, lo que sucede en el
5

cuento de Andersen. Este encantamiento, además de seducir, establece un él o


ellos y nosotros, los excluidos; podemos desear ser como ellos, pero nada más;
sin embargo, el ansía de imitarlos es un aspecto sine qua non de la identidad de
los subyugados.
La metáfora del telar tiene doble significación pues conforme se va
tejiendo la tela invisible, se va hilvanando el engaño primero entre los más
cercanos al emperador para después envolver a toda la población. La
perpetuación de la mentira está por encima de la razón y el poder construye
siempre su propia racionalidad para justificar el engaño, la manipulación y la
extorsión. En el cuento, el reino entero participa de la simulación mediante el
secreto1.
El engaño no es tal pero se debe continuar con él porque existe una
amenaza. Se puede perder la identidad social pues de rebelar la verdad se le
condenaría como inútil o estúpido; la censura y el castigo social se imponen por
lo cual se estima el silencio general como cédula de identidad en todo el reino.
El poder opresor no solo genera silencio y sometimiento, también causa miedo
y aceptación de la manipulación con base en el temor. Para sobrevivir se acude
a la retórica de la adulación. Todos los consejeros del emperador alaban y
aplauden la destreza de los granujas para quedar bien con la jerarquía que, de
otra forma, los descalificaría y descartaría; asimismo ocurre con los súbditos.
No hay poder arbitrario y déspota que no construya su paralelo en corrupción, de
hecho los consejeros –autores intelectuales de la imagen real- quedaron
impunes; castigarlos sería admitir el montaje del sainete y, por lo tanto, el
emperador mostraría su humanidad completa, cosa que no puede permitirse

1
El secreto como eje fundamental del poder opresor queda muy bien puntualizado en el prólogo del libro
Secretos del Vaticano de San Pedro a Benedicto XVI, escribe José Manuel Vidal: Siguen siendo absolutamente
secretos los informes sobre los curas pederastras. Tanto es así que un periódico estadounidenses describió, no
hace mucho, un documento confidencial, redactado por las altas esferas vaticanas en los años sesenta, en el
que describe la política de silencio seguida por la Iglesia católica (sic) ante los casos de abusos sexuales
cometidos por los sacerdotes en todo el mundo. El documento, escrito en 1962 por Alfredo Ottaviani, el
entonces presidente del Santo Oficio, prescribe la excomunión para aquellos que hagan públicos dichos delitos.
Y secretos siguen siendo los numerosos informes que el Vaticano tiene en sus manos sobre la violación de
monjas africanas a manos fundamentalmente de sacerdotes nativos. (Frattini, 2005: 21.). Si bien el prólogo no
aporta referencias del periódico mencionado ni del documento citado, es un aspecto de la política de la Iglesia
Católica tan recurrente que se puede tomar como veraz. Lo que interesa es el secreto como arma de
perpetuación del poder. El paralelismo con el cuento de Andersen es evidente: por una parte, el delito no es el
abuso o la violación sexual de menores o de mujeres, el delito es hablar con la verdad y ventilar el acto
usurpador del respeto y la integridad física y emocional de la víctima; por otra parte, la Iglesia pretendía
continuar con su farsa de moralidad sagrada, pese a las denuncias urbi et orbe. Se ha desnudado como el
emperador pero el desfile continúa.
6

porque él debe estar por encima de todo el resto. El rey termina siendo cómplice
de la corrupción por el delito de los granujas y, encima, él la propicia al
establecer como prioridad de sus consejeros el traje, algo totalmente accesorio e
innecesario. Necesario solo para su ego y su ambición.
¿Por qué es un infante el que rompe con la hipócrita comedia? Se trata de
un habitante que, por su edad, no ha introyectado el miedo general y la retórica
de la adulación.
El relato nos deja con la burda actuación del soberano que continúa con
su falsedad, pero ignoramos qué le habrá pasado al único habitante que dijo la
verdad. Evidentemente, es una reivindicación de la sinceridad e inteligencia
infantil; sin embargo, cómo le fue, ¿le habrán exigido el aprendizaje de la
adulación o entraron todos al reino de la libertad?
El grado de síntesis de la metáfora en cuestión es tal que el soberano reina
sobre las conciencias de sus súbditos, frente a su arbitrariedad existen
únicamente dos opciones: la sumisión, visualizada en el relato como la
aceptación de la mentira y la propagación de la falsedad; o bien, la rebelión,
descartada por los adultos, pues no desean la muerte social por estupidez o
incapacidad.
La reflexión que sigue pretende ser un acercamiento a algunas de las
aristas de cómo el poder de la dominación se apropia de las subjetividades
sociales e individuales para perpetuarse. No se trata de un aporte teórico sino
más bien de la observación y análisis de ciertos relatos o personajes
fundamentales para Occidente; se recurre asimismo a las grandes lecciones que
sobre el poder nos deparan Shakespeare y Cervantes como voces que repudian el
espíritu de la época sintetizado por Maquiavelo. Como contraparte también a
Maquiavelo, se incluye el valor histórico y social de la metáfora del oro con que
se articula, para algunos autores, la conquista y la colonización de América.
Los deberes de la víctima para formar parte de la dominación se entrecruzan, a
veces, con las voces de quienes transitan el duro camino de denunciar o
rebelarse.
Con el afán de establecer continuidades entre lo que han dado en llamar
Modernidad y que, para ciertos pensadores, particularmente Franz
Hinkelammert, domina en nuestros días, se trabaja un apartado dedicado a los
nuevos consejeros de gobernantes, a los nuevos tejedores de ropajes imperiales
con que maquillan al poder destructivo para publicitarlo como representante
7

genuino de nuestras aspiraciones y necesidades. Se trata de una serie de ensayos


publicados en años recientes para articular el artificio de la mentira global.
La desesperanza reina en el cielo y en la tierra en la medida que los seres
humanos no nos reconozcamos como frutos de un mismo árbol, el Árbol de la
Vida, presente en una gran cantidad de culturas tanto de Asia, África, Europa y
América. Si nos concebimos como parte separada, distanciada de, por lo menos,
un ser vivo, nos concebimos fuera de nuestro principio cósmico y, por lo tanto,
corremos el riego de creer que podemos infringir daño sin que ese poder
destructor nos rasguñe siquiera.
Como habitante mesoamericana soy producto de una conquista y una
colonización que me desmembró y me desgajó de un Árbol de la Vida.
Encontrar las raíces no es fácil. Como parte de una búsqueda, apenas inicial, se
incluye una lectura personal del Popol Vuh. Para cerrar con un cuestionamiento
a la apropiación privada de lo sagrado para pensar en una visión pública del
mismo.
8

LA SACRALIZACIÓN DEL PODER

Sobre héroes y locas (Una reflexión desde la víctimización)

Un sitial de honor para la víctima, si se traiciona a sí misma.

Teseo: la configuración de un héroe. Teseo fue, según el Diccionario de


Antigüedades Griegas y Romanas, el rey mítico más importante de Atenas.
Pareciera que vivió una generación antes de la guerra de Troya. La etimología
de su nombre no está clara pero se le asocia con Poseidón y Apolo por lo que se
le atribuye un origen semidivino.
Se le considera, además, el libertador y padre de Atenas; alrededor de su
figura se construyó un arquetipo de buen mozo, valiente y creador de
importantes fiestas en la antigua polis griega. Nadie podía resistirse a esa
belleza masculina y victoriosa con que las artes lo inmortalizaron. El arquetipo
apela a un “caballero andante” dispuesto a combatir cualquier injusticia; no
pierde su sensible humanidad cuando obtiene el poder supremo pues anhela
instaurar el reino de la libertad y la justicia; aparece como protector de los
humildes y de los débiles; se declara vencedor entre los muertos; en síntesis,
afirma la grandeza de Atenas y asegura la independencia de su patria. Según el
mismo diccionario, es: … creación del genio ateniense, un espejo de su alma,
preparado y pulido por ella misma para autocontemplarse… (Daremberg, M.M.
y Saglio, EDM., s.f.:225-246).
El mito narra que Teseo, el hijo de Egeo, rey de Atenas, forma parte –por
voluntad propia- del tributo anual exigido por Minos, el rey de Creta, para el
Minotauro. Este último era el hijo de Pasifae, esposa de Minos, y de un toro.
Dicho tributo requería siete jóvenes mujeres y siete jóvenes varones atenienses;
Teseo se ofrece como voluntario para liberar a su patria de dicho tributo. Teseo
triunfa sobre el Minotauro gracias a Ariana. Esta joven, media hermana del
Minotauro, le enseña a Teseo cómo puede vencerlo, le entrega un hilo sin el cual
le sería imposible salir del laberinto donde vive escondido su medio hermano.
Teseo triunfante se lleva a Ariana con él. En algunas versiones, se plantea
9

como un secuestro que hace de la joven; en otras, se habla de un amor entre


Teseo y Ariana.
En la travesía hacia Atenas, arriban a la isla de Naxos, donde la joven es
abandonada por Teseo. Hay tradiciones que hablan de un desamparo, otras de
un olvido por parte de Teseo; las más ligadas a la tradición ateniense lo liberan
de responsabilidad pues debía cumplir un mandato de Dionisio, quien, en
sueños, le ordenó dejar a la joven en Naxos, pues el dios se había enamorado
de ella y la quería por esposa, lo cual se cumple ya que, en esa versión, Ariana
es inmortalizada como esposa de Dionisio.
A su arribo a Atenas sufre otro olvido; por la euforia de la victoria o por
el sufrimiento que le ocasionó la pérdida de Ariana, no cambia las velas negras
por velas blancas, como se lo había prometido a su padre. El rey ateniense,
antes de la partida, le había pedido a su hijo que llevara velas negras como
símbolo de su dolor; si su hijo triunfaba sobre el Minotauro, debía cambiar las
velas para que Egeo supiera antes de su llegada que regresaba con vida. Egeo,
al ver las negras, no resiste el dolor y se lanza al mar. De este dolor paterno
nace el nombre del mar Egeo.

Los olvidos de Teseo. Aunque la versión ateniense lo libera de culpa por


la desatención para con Ariana, nos interesa rescatar el olvido –voluntario o
involuntario- de la joven que deja todo por seguirle. Pues es coherente –incluso
con la versión ateniense- el hecho de que padeciera de olvidos, pues también
provoca el suicido de su padre.
El Teseo triunfante padece de olvidos afectivos. Sus dos lazos afectivos
más cercanos, en ese momento de la narración, son terriblemente descuidados
por él, casi se podría afirmar que desechados por él. Dichos lazos son, también,
de una u otra forma, compromisos y responsabilidades. Él debía de
responsabilizarse de la joven que lo ayudó y lo siguió; además, se debía a un
acuerdo con su progenitor.
Ariana no fue únicamente su enamorada, fue su guía, su aliada y su
salvadora. Teseo le debe su triunfo a Ariana. Sin su colaboración, no podría ser
héroe. Ella deja todo su mundo por seguirle pero después queda a merced de la
nada, de acuerdo con la versión del abandono. Por los olvidos que padeció
Teseo, logra obtener inmediatamente el poder en Atenas sin tener que esperar la
10

sucesión paterna y, por otra parte, no tiene espejo que le recordara que su triunfo
sobre el Minotauro se lo debía a alguien, y ese alguien era un personaje
femenino.
Los olvidos de Teseo rompen los dos espejos en los cuales su imagen se
podría ver disminuida. El de su padre le podría recordar que, apenas iniciaba el
ejercicio del reino, o bien, tendría que esperar por acceder al trono y el de la
mujer le recordaría su propia vulnerabilidad. Nos plantearía a un Teseo
necesitado de ayuda y colaboración, a un héroe que no se bastaba a sí mismo.
Pareciera, por lo tanto, que el arquetipo del héroe no puede mostrar
vulnerabilidad y humildad; el héroe debe mostrarse autosuficiente y orgulloso de
lo alcanzado por sí mismo.
Por otra parte, esa configuración de héroe aislado y traicionando –
voluntaria o involuntariamente- a sus afectos, lo desprende del proceso que
siguió para ser héroe. El héroe se construye en un proceso en el cual ha
requerido de ayuda para revestirse de valor y audacia pero aparece solo, aislado
e individualizado.
El arquetipo de justiciero se construye sobre una gran injusticia que,
aparentemente, la tradición ática soslaya.
¿Exigirá el ejercicio del poder la renuncia a tener espejos en los otros u
otras y a verse como vulnerable y aprendiz?
¿Exigirá el ejercicio del poder a encarnar la figura del héroe como
victorioso siempre y sin un proceso que lo construyó como tal?
¿Exigirá el ejercicio del poder transitar por un laberinto para llegar a la
victoria y transitar por otro laberinto distinto u opuesto para ejercerlo? En el
primero, el héroe requirió ayuda, se mostró vulnerable, accesible, cordial y
aprendiz en el proceso. En el segundo, Teseo negó el primero. Asume solo el
regreso, niega u olvida el proceso anterior para afirmarse como único e
invulnerable.
¿Exigirá el ejercicio del poder instrumentalizar a los seres humanos y, en
especial a los afectos? ¿Demandará también la renuncia a la compasión?
11

Los reproches de Ariana. Catulo, poeta romano del siglo I a C., recrea el
mito en el poema titulado Las bodas de Tetis y Peleo; aunque la temática del
poema es el amor y el olvido de las divinidades en su época, el monólogo de
Ariana es digno de conocerse porque aparece el prototipo de la engañada y
desolada. En este, la cretense reclama la traición:
“¿Así, pérfido, a mí alejada de los altares patrios,
pérfido Teseo, me has abandonado en una playa desierta?
¿Así te marchas olvidando el numen de los dioses y,
¡ay, sin memoria!, llevas a tu patria sacrílegos perjurios?
¿Nada pudo doblegar la decisión de tu cruel mente?
¿No tuviste presente ninguna compasión,
con la que tu pecho salvaje se apiadara de mí? (…)
No confíe ya ninguna mujer en los juramentos de los hombres,
ninguna espere que los hombres cumplan sus palabras…
(Catulo, trad. en 2003:.104-105)
Este reproche del personaje femenino se refiere exclusivamente a las
cualidades afectivas de Teseo, quien después del triunfo sobre el Minotauro se
endurece, incapaz de sentir compasión y agradecimiento. La traición del héroe
aparece alrededor del amor y se soslaya toda noción acerca del poder. Sin
embargo, es, como se ha dicho, el causante del suicidio de su padre. Lo
significativo para el desarrollo de este trabajo es, precisamente, su
irresponsabilidad “afectiva”, olvido o negación afectiva, con un correlato de
endurecimiento y abstracción del proceso que lo configuró.

Las mentiras de un héroe. Como se planteó, anteriormente, al arquetipo


ateniense se le libera de responsabilidad por los sufrimientos de Egeo y Ariana.
El dilema o la disyuntiva de escoger entre el amor y el poder, aparece también
en la Ifigenia en Aúlide de Eurípides. La tragedia sucede cuando las huestes
griegas esperan los vientos propicios para zarpar de Aúlide hacia Troya. Los
guerreros impacientes presionan a Agamenón para que asuma la partida. El rey
de reyes espera a su esposa, Clitemnestra, quien ha de llegar hasta el campo de
12

batalla acompañada de su hija Ifigenia, con el fin de ser sacrificada, tal y como
lo exige la diosa Artemisa, para que los vientos sean propicios de manera que la
flota guerrera pueda salir.
Tanto Ifigenia como su madre van al encuentro con Agamenón engañadas
por él, pues les ha hecho creer que logró un exitoso matrimonio para la hija, ya
que Aquiles, el héroe griego por antonomasia y, además, semidiós, aceptó
casarse con Ifigenia. Madre e hija acuden felices a la cita por tan venturoso
porvenir. Ambas son burladas y defraudadas por Agamenón, aunque la hija, al
final, acepta su inmolación por honor y gloria de la Hélade. La madre se
mantiene siempre adversa al sacrificio de su hija.
A pesar de que a Eurípides se le ha considerado un autor misógeno, las
figuras masculinas en este drama se desenvuelven con una ambición desmedida
por el poder, son seres, además, en quienes no se puede confiar; aunque no
hay, en la obra, un más allá de ese poder; se trata, en última instancia, de una
absolución de ese ejercicio.
Al inicio, Agamenón le narra, a un anciano de su confianza, la mentira
que, según este, Menelao le ha exigido para atraer a la madre y a la hija pues él
se negaba a tal “monstruosidad”. Le confiesa su ardid y escribe una tablilla
para enviarle a Clitemnestra un nuevo mensaje en el cual le revoca la orden
dada. Menelao, a su vez, intercepta al anciano, le roba el mensaje, se entera de
la nueva treta del rey de reyes. Ambos hermanos discuten el proceder de cada
uno; durante el enfrentamiento Menelao, le reprocha a Agamenón:
¿Te acuerdas de cuando te ufanabas por conseguir el mando
de los danaídas contra Ilío, algo que en apariencia no necesitabas
pero que tu voluntad anhelaba? ¡Qué humilde eras, estrechando
todas las diestras y manteniendo tus puertas siempre abiertas para
cualquier ciudadano que quisiera y dando audiencias a todos, uno
tras otro –hasta a quien no quería-, tratando de comprar con tu
comportamiento en el público mercado la honra que anhelabas! Mas
luego, cuando tuviste el mando en tus manos, cambiaste de conducta
y ya no eras el amigo de antes para tus amigos de antes: un hombre
inaccesible y raro de encontrar dentro de casa. (Eurípides, trad. en
2002: 49).
Eurípides nos presenta a un ambicioso que sabe jugar con la manipulación
para obtener lo que desea: el poder sobre la Hélade. Al igual que Teseo, se
13

muestra vulnerable y necesitado; después de obtenido el triunfo, ya no requiere


el apoyo y su rostro se refleja únicamente en las propias aguas de su éxito.
Antes de la victoria, el héroe se busca, se encuentra en los otros y otras; pasada
o lograda esta, se ubica como narciso solo en su propia imagen. Las cualidades
que le asigna Menelao: accesible – inaccesible, caracterizan a Teseo con
respecto a Ariana.
Los reproches de Menelao continúan describiendo esa ambición de poder,
así como su angustia al verse comandante de mil naves y no poder cumplir el
sueño de destruir Ilío. Aclara la actitud del personaje cuando, consultado el
sacerdote acerca del vaticinio de los dioses, Calcante le dice a Agamenón que
debe sacrificar a su hija, a lo cual accede por su propia voluntad:
… se alegró tu corazón y gozoso prometiste sacrificar a tu
hija y mandaste aviso a tu esposa por tu propia voluntad –y no por
la fuerza, no vengas ahora con eso- de que enviara aquí a tu hija, so
pretexto de casarla con Aquiles; mas luego modificaste tu
opinión… (Eurípides, 2002:50).
El poder es una red de mentiras en el drama de Eurípides, pues Agamenón no
solo le miente al anciano –haciéndole creer que Menelao lo obligó-, sino
también a la esposa, a la hija, al hermano pues le ocultó el cambio de opinión;
además, utiliza el nombre de Aquiles como un anzuelo eficaz para ambos
personajes femeninos, con lo cual demuestra su capacidad de manipulación.
Los embustes de Agamenón se explican en la obra como una pérdida de la
cordura.
Sin embargo, esta doble cara no la tiene únicamente el comandante en
jefe. Aquiles también aparece en el drama como un “héroe” en el que no se
puede confiar plenamente. La esposa de Agamenón descubre el doble plan
porque hay un encuentro fortuito entre ella y Aquiles. En este, Clitemnestra lo
saluda como futuro yerno, lo colma de halagos; Aquiles, a su vez, no entiende
de lo que se trata; el plan de Agamenón termina por desnudarse gracias a la
intervención de un anciano esclavo. Aquiles se indigna por la usurpación de su
nombre y promete defender a las dos mujeres frente a Agamenón; poco después,
su indignación va bajando de tono, hasta pedirle a Clitemnestra que actúe
primero tratando de disuadir a su esposo.
Después, cuando Ifigenia acepta el sacrificio, nuevamente Aquiles se
opone, le plantea que estará en el altar para impedir la inmolación. Al final del
14

drama, un mensajero le aclara a la madre sufriente lo acontecido: Aquiles ayudó


al sacerdote Calcante pues tomó agua para rociar con ella el altar, mientras
profería la invocación a la diosa y el deseo de la Hélade de vencer en Troya.
¿Por qué y para qué se sacrifica a la joven? Ifigenia misma lo pronuncia:
para honor y gloria de la Hélade. Una y otra vez, en el transcurso del drama,
Agamenón, como máxima autoridad, como comandante en jefe del ejército
aqueo, se debate entre el amor a la hija o el poder. Como se vio anteriormente,
su mismo hermano lo tilda de ambicioso, dispuesto a sacrificar a su hija, capaz
de engañar a la hija, a la esposa, a Aquiles para lograr el objetivo: los vientos
propicios para ir a conquistar Troya.
¿En qué consiste la dualidad del rey de reyes?: se debate entre su amor
paterno y el sacrificio de su hija para lograr la partida. Dualidad que, a su vez,
absuelve al poder de la dominación de cualquier responsabilidad pues
Agamenón encarna dos facetas en ese drama, es victimario y víctima al mismo
tiempo. Como se ha desarrollado hasta aquí es victimario de sus afectos
femeninos: Clitemnestra e Ifigenia. A ambas les miente, las utiliza, las
manipula y deben girar alrededor de su voluntad. Se alegran o sufren de
acuerdo con sus planes.
Ese rol de victimario se justifica porque él aparece como una víctima de
los dioses y sus designios sobre los seres humanos, del ejército aqueo que
presiona por salir hacia Ilío, de la multitud que espera de él la conducción.
Incluso, el drama inicia con un personaje poderoso que hace confidencias, se
autocompadece y envidia a un esclavo anciano:
Agamenón: Te envidio, viejo, envidio al hombre que completa
una vida sin riesgos, desconocido y sin fama; a los que tienen
honores los envidio menos.
Anciano: En eso reside, sin embargo, lo bello de la vida.
Agamenón: Pero esa belleza es engañosa y los honores son
agradables, pero el que los tiene sufre: unas veces los asuntos de los
dioses no van bien y dan al traste con la vida, otras la destrozan las
opiniones de los hombres múltiples y hostiles. (Eurípides, 2002:38).
Más adelante, cuando Menelao y él discuten acerca de la conveniencia
del sacrificio, Agamenón se presenta como víctima de los sacerdotes, pues La
raza de los adivinos es toda ella una desgracia ambiciosa de honores. Es decir,
15

debe complacer a quienes también compiten por los honores. Ahí no acaban las
“desdichas” del comandante en jefe, también debe defenderse de quienes, como
Odiseo, acechan constantemente por verlo equivocarse para enardecer a las
huestes contra él. Agamenón enfrenta una competencia y una presión feroces.
Menelao: No hay nada en lo que Odiseo pueda perjudicarnos a
ti y a mí.
Agamenón: Él es siempre ladino y está con la multitud.
Menelao: Está dominado por la ambición, un terrible defecto.
(Eurípides, 2002:56).
Los engaños y atropellos hacia su familia quedan justificados y minimizados
porque él sufre los horrores del destino y de los dioses, la competencia y la
deslealtad de los aliados. El sacrificio de Ifigenia y el dolor de la madre quedan
invisibilizados por la tortura en que vive el comandante en jefe.2
La dialéctica victimario-víctima, encarnada en el personaje Agamenón,
recorre la obra para establecer y justificar el sacrificio de Ifigenia. Agamenón
no toma la decisión, son los dioses y él la obedece, pues de lo contrario pierde lo
que ha obtenido: el máximo poder de la Grecia antigua; además, recibiría el
castigo por atreverse a desobedecer los mandatos divinos.
Evidentemente, el final feliz y el premio que recibe Ifigenia de los dioses
es una forma de abalar esa noción de poder sobre los otros; el poder de la
dominación convierte en víctima a quien lo detenta para autojustificarse y
autoabsolverse.3
La victimización de Agamenón en la mitología griega es aún más
elocuente. Según el mito, él debía sacrificar a su hija como muestra de la
obediencia a los dioses. Ese comandante en jefe que triunfa en Troya, aparece
en la Odisea, en el Hades, narrando la desdicha de haber contado con una mala
mujer, la contraparte de Penélope, pues le narra a Odiseo cómo murió a manos

2
Esta reflexión sobre el héroe se nutre del amplio y profundo análisis del sacrificio de Ifigenia realizado por
Franz Hinkelammert en Sacrificios humanos y sociedad occidental. San José: Departamento Ecuménico de
Investigaciones DEI. (1991). Advierte sobre la victimización de Agamenón: Tampoco para Esquilo, Agamenón
es un criminal, sino un héroe trágico que no tiene otra salida que transformarse en carnicero y verdugo. (…) En
todo el desarrollo posterior de la visión del sacrificio de Ifigenia, Agamenón sigue siendo esta figura trágica que
por fuerza tenía que sacrificarla, p.13.
3
Estamos frente a la expresión del fetichismo, entendido como la conciencia que se desliga de sus propias
condiciones de existencia y crea fuerzas superiores que manifiestan y justifican su enajenación.
16

de su propia esposa. En la trilogía de Esquilo, se retoma el asesinato de


Agamenón ejecutado por Clitemnestra el mismo día de su retorno al hogar. La
victimización de Agamenón adquiere tal magnitud que permite justificar el
despojo de la feminidad como dadora de vida, pues es el padre el que engendra.
Apolo y Atenea absuelven a Orestes del crimen materno, pues la madre es solo
depositaria de la semilla que en ella siembra el varón. De esta forma, la
victimización del victimario posibilita afirmar categóricamente la ley del varón,
o sea la ley patriarcal, y el sacrificio humano.
Por el momento, hemos visto dos personajes de la mitología griega que se
configuran como héroes, en esa construcción del heroísmo requieren del
concurso de sus afectos más íntimos y, al mismo tiempo, los sacrifican. Al final,
el héroe se basta a sí mismo, muestra esplendorosamente su poder como un
personaje superdotado.
En ambos mitos, el de Teseo y el de Agamenón, las verdaderas víctimas
Ariana e Ifigenia aparecen premiadas por los dioses; son sacralizadas. El
premio del sacrificio es recibir el honor de los dioses. De esta manera, el
sacrificio se presenta como válido y modelo ejemplar. Siempre habrá algo o a
alguien que sacrificar para recibir el favor y el beneplácito de los dioses.

Cuando la víctima es sacralizada. El mito de Agamenón y el sacrificio de


Ifigenia han sido ampliamente analizados por Franz Hinkelammert para
establecer su crítica a Occidente como sociedad que perpetúa sacrificios que no
dejan huella y ni siquiera se nombran como sacrificios. Si no hay sacrificios, no
existen las víctimas. A la víctima se le niega la identidad, no existe como tal.
Dicho pensador aborda este mito de Agamenón como fundante para Occidente
por contraposición al mito de Abraham que se niega a sacrificar a su hijo Isaac,
con lo cual abre el camino de la libertad de rebelarse contra toda ley despótica,
sea divina o humana, que atente contra la vida de los seres humanos e incluso de
la naturaleza.
Siguiendo este eje de su elaboración, vamos a detenernos en Ifigenia y
Clitemnestra para esbozar algunos de los rasgos de la invisibilización de las
víctimas. Estas no se asumen como víctimas; son sacralizadas y visibilizadas, si
se someten al poder de la dominación.
17

En La maldición que pesa sobre la ley dicho autor aborda nuevamente el


mito de Ifigenia para establecer una relación entre las locuras actuales y ciertas
historias de locuras. La sensatez la encarna Agamenón:
El texto deja claro lo que también entendía el público: era loca
Ifigenia, Agamenón era el sensato. Toda la máquina de guerra
estaba movilizada, no quedaba razonablemente otra salida que la
muerte de Ifigenia en el altar de sacrificio. Y brillaban las riquezas
de Troya y su brillo se veía desde lejos. (Hinkelammert, 2010:29).
El dolor, la dignidad y los derechos de la víctima no forman parte del
mito. En la trilogía de Esquilo, en el Agamenón –la obra dramáticamente más
importante de la trilogía-, el coro hace la siguiente alusión al sacrificio de
Ifigenia:
- Y sus ruegos, sus súplicas de “Padre”,
sus años virginales…
para nada contaron para aquellos
capitanes sedientos de combate.
Tras la plegaria, el padre
hace señal a sus ministros,
que con todas sus fuerzas la incorporen
postrada como está entre sus ropajes,
y que encima del ara la coloquen,
con el rostro inclinado hacia la tierra
como una cabritilla;
que con una mordaza
sobre su hermosa boca,
impidan que dé gritos
de maldición sobre su propia casa,
18

con la fuerza y el mudo ardor de un freno.


Y en tanto iba virtiendo
azafranados tintes,
desde sus ojos iba despidiendo
dardos de compasión
contra quien la inmolaba. (Esquilo, trad. en 1983: 238-9).
La fuerza dramática de esta descripción reside fundamentalmente en un
presente histórico, compuesto por un presente y un pretérito imperfecto de
indicativo. Esa sintaxis permite a quien lee o escucha el parlamento asistir
como testigo a la inmolación de Ifigenia. Tan fuerte es la contemporaneidad del
sacrificio con el momento de la lectura que la orden dada por Agamenón está en
presente de indicativo; por otra parte, el personaje femenino se encuentra –
también el verbo la describe en presente de indicativo- postrada. No hay
ninguna forma verbal que se refiera a una acción totalmente acabada. Así como
Franz Hinkelammert afirma que no ha encontrado en Occidente ningún autor
que detenga a Agamenón, se podría considerar que ese tiempo verbal se
convierte en un constante y simbólico sacrificio.
Tal y como lo plantea dicho autor, se le visibiliza como una loca a la que
varios ministros deben sujetar y amordazar. Dentro de esta alusión, el rasgo más
determinante es la mordaza, la víctima debe guardar silencio. Su dolor, su
desesperación no deben ser escuchados. Su palabra no debe ser conocida. Este
autor, que le ha dedicado tanta atención a este sacrificio, nos advierte una y otra
vez que los sacrificios humanos en Occidente no dejan huella, su sangre es
invisibilizada, es decir su dolor. En esta descripción de Esquilo, la sangre corre,
pero también es invisibilizada, porque el personaje que ha luchado con todas sus
fuerzas, al punto de requerir varios varones para su mordaza, llega a la
compasión4 por su padre.

4
La Editorial Cátedra ofrece calidad en sus traducciones, por lo que difícilmente la palabra compasión
no venga de la versión original. Por otra parte, los diccionarios coinciden en el hecho de asignarle a la compasión
la capacidad de percibir y comprender el sufrimiento de la otra persona, así como el deseo de aliviar, disminuir o
eliminar su sufrimiento.
19

Ifigenia abandona su desesperación para dejar de percibirse a sí misma y


asumir el sufrimiento de su padre como propio. Ese es el punto culminante de la
víctimización, dejar de sentirse a sí misma, para deplorar y comprender al
opresor. Por esa razón, la víctima no se reconoce como tal ni se reconoce en sus
iguales. Debe sentir el dolor de su opresor, quien sufre por tener que hacerlo.
Esta visibilización del sacrificio de Ifigenia posee doble sentido para la
coherencia global de la trilogía. En una primera instancia, explica el porqué su
madre, Clitemnestra, le guarda odio a Agamenón al punto de asesinarlo en la
bañera el día de su retorno de Troya. Y, como lo ha puntualizado
Hinkelammert, remplaza a Ifigenia en el juego de las locuras. Sin embargo,
posee otro rasgo simbólico, permite contrastar la maldad de Clitemnestra, pues
su hija, que fue la víctima, comprende al padre, mientras que la madre urde y se
vanagloria de la maldad y el caos que ha generado en el palacio de Agamenón.
Al inicio, el vigía anuncia el triunfo sobre Troya porque llega la antorcha
anunciando el regreso de las huestes griegas. La luz, como leit-motiv, recorre el
territorio y el propio coro la alaba como la llegada del orden al palacio, donde la
mujer ha impuesto el caos con el destierro de Orestes, la esclavitud de Electra y
el dominio otorgado a Egisto, su amante. De esa forma, la inmolación y esa
mirada compasiva de Ifigenia permiten juzgar, como lo hace el Coro, a la madre
que no fue capaz de comprender el sufrimiento y el sacrificio de Agamenón. El
Coro dialoga con Clitemnestra como su primer juez:
¿Qué mala hierba, mujer,
nutrida por la tierra, qué ponzoña
sacada del mar bebiste
para atreverte a cargar
sobre ti este sacrificio
despreciando la maldición de un pueblo?
Pero serás una mujer sin patria,
odio implacable de tu propia tierra. (…)
20

Altanero es tu espíritu, y hablaste


palabras insensatas.
Con tu crimen, no hay duda,
tu mente ha enloquecido.
Lo proclaman tus ojos
inyectados de sangre.
En paga de tu crimen
sin amigos y sola
tú tendrás que pagar golpe por golpe.(…)
¿Por qué no caerá sobre nosotros
con paso apresurado, y sin dolores,
sin clavarme en el lecho,
un destino fatal que trae sueño eterno
puesto que ha sucumbido
nuestro buen protector,
que por una mujer tanto ha sufrido? (Esquilo, 1983: 296-298).
La grandilocuencia del Coro para enaltecer a Agamenón y maldecir a
Clitemnestra permite ubicar el valor de la ley patriarcal, que, como se apuntó al
inicio, es el sentido de la trilogía. El varón es el dador de la vida, la mujer solo
es recipiente que recibe la semilla, por eso es perdonado Orestes y las Erinias
cambian su rol, de ser vengadoras de los delitos de sangre pasan a ser guardianas
del hogar; una grandilocuente metáfora del poder patriarcal, las diosas
vengadoras de los delitos de sangre, calladas y sumisas dentro del hogar.
La insensatez y la locura de Clitemnestra se llaman así porque ha
enfrentado al Coro y le reclama no haber pedido el destierro de Agamenón
cuando sacrificó a la hija. La soberbia, la altanería y la urgencia de cobrar la
21

pérdida de su hija son los rasgos de la locura. ¡Que la víctima pida igualdad de
condiciones!, es orgullo, prepotencia e irracionalidad. La cordura es aceptar el
sacrificio y someterse a la ley patriarcal.
El asesinato de Agamenón es sinónimo de muerte colectiva: el coro de
ancianos, que no pudieron ir a la guerra por su edad, desea la muerte a vivir sin
su protector. ¡Un protector que los abandonó diez años! En el caso de la muerte
de Agamenón, sí se nombra el sacrificio y el crimen. En el de Ifigenia ni es
crimen ni es sacrificio, es deber que le causa desesperación al inmolador como
lo reflejan los ojos de la víctima. ¡Otra gran metáfora de la dominación: en la
mirada de la víctima solo se refleja el dolor del victimario de tener que cumplir
con el deber o con la ley! La mirada de la víctima se anula, ya no puede reflejar
su interioridad o su subjetividad, expresa una subjetividad ajena que no le
pertenece; la víctima es enajenada de su propia emotividad. Es el espejo donde
se refleja el sufrimiento del opresor por cumplir la tarea de someter, explotar o
matar, jamás su placer por el poder o sus ganancias. Pero, como toda imagen de
espejo, es inversa a la realidad.
El asesinato de Agamenón es obra de la perversidad porque es una
venganza que no ha sido divina, pese a que Clitemnestra invoca a las Erinias,
diosas vengadoras de los delitos de sangre. Es la afirmación de la religión
olímpica frente a los vestigios de religión ctónica.
De acuerdo con este mito, la víctima se pierde en el olvido de su
desesperación y el silencio, si acepta la inmolación, a la cual puede ser
incorporada mediante la violencia física como Ifigenia. La locura le espera si,
por el contrario, se niega a la opresión o reclama una igualdad y una
reciprocidad en el trato y escuchará el juicio de sus detractores por no someterse
a la injusticia. El aislamiento social es lo mínimo que le espera. La amenaza
del Coro para Clitemnestra es el destierro. Pero, la justicia que proclama el
Coro para Clitemnestra es …tendrás que pagar golpe por golpe…; por esa
razón, Orestes, su hijo, la asesina. Clitemnestra es condenada por la ley que ella
misma aplicó, le dio muerte al asesino de su hija. Pero su castigo debe ser total
porque no reconoció el sufrimiento del victimario. Clitemnestra no fue
comprensiva ni compasiva como su hija sacrificada. Clitemnestra es castigada
para toda la “eternidad occidental”, Ifigenia es sacralizada.
La salvación patriarcal de Ifigenia está en esa mirada que le lanza a su
victimario. Cuando deja de sentir su rebeldía o su desesperación para
22

comprender y compadecerse de su padre, Ifigenia abre la puerta para ocupar un


sitio de honor en el poder de la Hélade y con satisfacción por su sacrificio.
El mito, como modelo ejemplar en la Grecia antigua, se mantiene aunque
los autores cambien, pues ninguno lo cuestiona ni pone en duda o en crisis el
modelo de dominación implícito. Hay una continuidad en ese sentido entre
Esquilo y Eurípides. Esquilo retoma el sacrificio de Ifigenia como un dato para
la lógica de las acciones y contrastarla, como se vio, con Clitemnestra.
Eurípides, en Ifigenia en Aúlide como se apuntó al inicio, toma el mito cuando
el ejército espera para partir hacia Troya; si bien Ifigenia se niega al inicio a ser
inmolada, cambia de parecer porque la vida de un solo hombre vale la de mil
mujeres. Esa equivalencia la establece el propio personaje para enaltecer,
justificar su propio sacrificio pues su vida no puede ponerse por encima de todo
ese ejército. Ifigenia en Eurípides sufre una conversión, se hace gloria del
ejército aqueo y de la Hélade; es la heroína a quien la Hélade le deberá la
victoria sobre Troya.
Para Hinkelammert este es el juego de la sabiduría y la locura:
Ifigenia se había vuelto loca. Sin embargo, es de hecho la
gran sabia en este baile de la muerte. Ella es la razonable, no
Agamenón, que sufre la sabiduría de este mundo, para usar las
palabras de Pablo. (Hinkelammert, 2010: 29-30).
Se refiere a la rebeldía de Ifigenia en Esquilo. En Eurípides ha entrado “en
razón”, mejor dicho en razón patriarcal y se une al ejército. No es ella misma,
deja, nuevamente, de sentirse para comprender al poder opresivo que la niega
como víctima y como ser humano, pero al comprender las razones de ese poder
y hacerlas suyas, se convierte en una personaje femenino con dos facetas
fundamentales: es patriarcal, sumisa, capaz de justificar esa sumisión por encima
de su propia vida; al mismo tiempo, se mide con los parámetros de la gloria y la
legitimidad guerrera. ¡Es una guerrera más en defensa del poder que la oprime y
la niega!
… este no debe pelear con todos los argivos por culpa de una mujer.
Es preferible que vea la luz un solo hombre que mil mujeres.
(Eurípides, 2010: 92).
La indignación de Hinkelammert por esta conversión patriarcal de
Ifigenia, se expresa así:
23

Se nota que el texto está escrito o inventado por un hombre.


Estoy convencido de que jamás ninguna mujer inventaría una
barbaridad así. (Hinkelammert, 2010: 30).
En realidad, Ifigenia es modelo ejemplar de vaciamiento femenino. Al
inicio percibe con su propia subjetividad de ser humano con derecho a vivir y
soñar su vida; después se abandona para asumirse por los sufrimientos de quien
la oprime, para culminar en heroína y reconocerse en un sitial de honor, porque
el abandono de sí misma la sacraliza, la convierte en modelo ejemplar. Los
dioses la sacralizan.
Artemisa la salva y la lleva como sacerdotisa a Taúride. Esa es la
continuidad que le da Eurípides en la tragedia Ifigenia en Tauris. En dicha
tragedia, hay una crítica al sacrificio humano como un rito antiguo. Se trata de
una orden de Artemisa a cumplir: cualquier griego que llegue a esos territorios
debe ser inmolado. Ifigenia cumple ahora el rito y ella, al igual que Agamenón,
está obligada a la obediencia a la diosa y al rey Toas, gobernante de los tauros.
El sacrificio que realizan los tauros de los griegos resulta ser antiguo y criticado
porque en Grecia ya no existe. El mismo autor que consagra a Ifigenia como
guerrera a quien la Hélade le debe la gloria, critica el sacrificio cuando es contra
los griegos.5
Ifigenia con su compasión al inmolador abrió la puerta del “templo-
poder”, se coloca en un sitial de honor: ella comparte ahora la gloria de
sacrificar en nombre y por obediencia a la ley divina y la ley humana. Ella de
tanta comprensión se convirtió en un Agamenón; la razón patriarcal hizo de sí
un ser despiadado por obediencia. En esta tragedia de Eurípides, hay un final
feliz porque Orestes e Ifigenia se encuentran, se reconocen como hermanos,
urden una trama para engañar a Toas, con el fin de liberar a la estatua de la diosa
Artemisa que había sido robada. Ifigenia se niega al sacrificio de Orestes y le
pide su liberación:
Llévame a Argos, que es mi patria. Sácame de esta bárbara
tierra, en donde yo no quiero seguir matando extranjeros. (Eurípides,
1980: 302).

5
El propio Franz Hinkelammert señala la semejanza en las historias de locuras antiguas y contemporáneas.
Las guerras imperiales del siglo XX, sobre todo de parte de los Estados Unidos, llevan la misma lógica. La guerra
del poder opresor es sacralizada, la del oponente es satanizada. También, Noam Chomsky ha analizado esta
lógica con detalles minuciosos y bien documentados.
24

El sacrificio es bárbaro si lo ejecutan los que no son griegos. Incluso en el


diálogo de reconocimiento entre Orestes e Ifigenia, Clitemnestra es aludida
como la malvada e Ifigenia se identifica, nuevamente, con su padre:
Ores. –Dejó a Electra, su hija única.
Ifig. -¿No más? ¿No se habla de otra hija inmolada?
Ores. -¡Nadie habla, sino de que ella fue sacrificada! No goza
ya del sol.
Ifig. – ¡Ella infeliz e infeliz su padre que la mató!
Ores. –Sin causa, por la causa de una malvada hembra pereció.
(Eurípides, 1980:299).
Este diálogo es elocuente en cuanto a la negación de la víctima. Para
Orestes, Agamenón tuvo una única hija; por otra parte, no se habla de Ifigenia,
dejó de existir. Ifigenia misma se define, aunque alude a una tercera persona
porque aún no se han reconocido como hermanos, como igual a su padre porque
ambos sufrieron. La víctima se iguala con el victimario en el dolor y el pesar.
Evidentemente, esta es una máxima del poder de la dominación, el sufrimiento
del victimario debe borrar el dolor y la desesperación de la víctima. Este es un
juego de poder perverso. Otra elocuente metáfora de la opresión: el
sufrimiento del opresor es tan monumental que arrasa, opaca y borra el de la
víctima,6 se trata de un tsunami que borra y aniquila el dolor de la víctima. El
sufrimiento los lleva a una igualdad en la cual Ifigenia es una “sacrificadora”
por obediencia.

6
A raíz de la invasión de Israel a Gaza durante el año 2014, unos diputados del partido Frente Amplio
presentaron, en la Asamblea Legislativa de Costa Rica, una moción para hacer un minuto de silencio por la
muerte de palestinos. El estruendo que armaron los y las diputadas neoliberales y proclives a Israel fue
descomunal. El argumento principal se refería a las víctimas de Israel y al sufrimiento de los israelitas. Por
supuesto, en medio de aquel estruendo ningún diputado del Partido Liberación Nacional aludió a sus reuniones
con el embajador israelí en Costa Rica; tampoco ni se imaginaron escuchar a los o las voceras de la solidaridad
con Palestina en el país. Importunaron y bloquearon la iniciativa con el argumento del sufrimiento israelí.
Evidentemente, en Israel también hay bajas y sufrimiento. Pero no se puede comparar ni igualar la
desesperación del victimario con la de la víctima. Cuando cae la bolsa en Nueva York, lloran los capitalistas
pero ese llanto no se puede igualar con los estómagos vacíos y las enfermedades físicas, mentales y
espirituales de la infancia en América Latina y África, por ejemplo

.
25

El fragmento citado es una síntesis de los rasgos que hemos venido


estableciendo, pues Orestes elude el tema del sacrificio de Ifigenia y pasa a la
muerte de su padre cuyo fin no tiene otra explicación que la maldad de una
mujer. No hay ninguna relación entre los dos hechos.
El laberinto de la víctima no tiene otra salida desde el poder de la
dominación, pues ella no existe como tal; por lo tanto, su identidad está en la
obediencia y en un sitial de honor como sacrificada/sacrificadora.
De ambos personajes míticos, Teseo y Agamenón, rescataremos
fundamentalmente el sacrificio simbólico de sus afectos. El héroe se configura
como apto para el poder, la gloria y el éxito de la conquista cuando olvida,
sacrifica o evade la responsabilidad o la integridad “afectiva”. Desde el
momento en que el héroe es capaz de sacrificar u olvidar sus responsabilidades
afectivas para con sus seres más cercanos como son sus hijos, sus padres o sus
mujeres, de él se puede esperar cualquier “terrorismo de Estado”. El amor filial
cede su lugar para que la hija sea un instrumento más del acceso al poder. Esta
metáfora es la expresión literaria de un proceso complejo de
abstracción/desagregación del opresor del resto de la humanidad.
26

LA CONSAGRACIÓN DE LA CRUELDAD

…Si bien no pudo hacer Papa a quien deseaba, al menos pudo hacer que
no fuese quien él no quería.
Maquiavelo.

Conquisto, luego existo… y luego sigo conquistando…


Si quieres conquistar el poder, mantenerlo y preservarlo, debes seguir los
siguientes mandamientos:
1. Serás virtuoso y sabio siempre que sepas obtener y conservar el poder.
2. No dudes nunca en extinguir la línea de sucesión de tu oponente.
3. La conquista de un territorio debe ser del costo más bajo posible. Para
mantener el nuevo territorio, lo mejor es establecer colonias.
4. Quitar a algunos para dar a tus cercanos es fácil y rentable pues
aquellos quedan pobres y dispersos; te aseguras una lección para
otros, pues se quedarán quietos por miedo a que les suceda lo mismo.
5. A los hombres se los debe lisonjear o extinguir; se vengan de los
agravios ligeros, de los graves no pueden. (Maquiavelo, trad. en 2003:
28-29).
6. Los agravios los debes medir por la magnitud de la venganza. Es decir,
debes hacer aquellos agravios en los cuales no tengas temor de la
venganza.
7. El poder es el parámetro para medir la envidia humana. Los menos
poderosos envidian a los más poderosos. Por eso debes ganarte a los
más débiles para aplastar a los más fuertes.
8. La guerra no se debe diferir ni evitar porque fortalece a los otros.
9. Adquirir territorios es lo más natural y lo más deseable, siempre que lo
hagan aquellos que pueden lograrlo. Lo censurable es que lo realicen
quienes no pueden y lo hacen de cualquier modo.
10. Si necesitas de algún poderoso para convertirte en poderoso, vas a la
ruina, porque dependerás de la fuerza o de la habilidad de quien te
ayudó; ambas son sospechosas: la habilidad y la fuerza.
11. Para conservar el poder, debes saber cuándo y cómo destruir seres
humanos, ciudades, países, etc.
27

12. Destruir la memoria de aquellos a quienes sometes es el método más


eficaz para conservar tu poder.
13. Si tomas una república, ten en cuenta que hay más vida, más odio, más
deseo de venganza, no las deja vivir la memoria de las antiguas
libertades; por lo tanto, la vía más segura es extinguirla.
14. La larga paz ablanda y afemina.
15.Todos los profetas desarmados van a la ruina; los armados vencen.
16. A los pueblos que no creen, se les puede hacer creer por la fuerza.
17. La cortesía del poder debe saber disimular sus intenciones, no se debe
escatimar en cortesía: dinero, vestidos, joyas, toda clase de regalos para
tener a tus enemigos en tus manos, sea para exterminarlos u otro
propósito.
18. Recuerda siempre encargar el trabajo más sucio y más cruel a un
hombre de tu confianza para que te pacifique y aplaque cualquier
región; sin embargo, una vez logrado tu objetivo, no te olvides de un
escarnio público -puedes exhibirlo descuartizado- para que sea culpa
suya la crueldad y no tuya.
19. No escatimes en ofrecer espectáculos feroces a los pueblos que quieras
dominar pues quedan por un tiempo estupefactos.
20. Para sostener tu poder, puedes encontrar en César Borgia un claro
ejemplo de cómo asegurarse de enemigos, ganarse amigos, vencer o
por fuerza o por fraude, hacerse amar y temer por los pueblos,(…)
exterminar a aquellos que te deben o te pueden ofender, (…) ser severo
y grato, magnánimo y liberal, exterminar a la milicia infiel,(…)
mantener las amistades de los reyes y príncipes de modo que te tengan
que beneficiar con gracia u ofender con consideración…(Maquiavelo,
2003: 49).
21. Acompañar tus crímenes con virtud de ánimo y de cuerpo, puede
llevarte al poder y mantenerte en él.
22. Para mantenerte en el poder, debes saber distinguir entre crueldades
mal usadas o bien usadas. Las unas te acercan o te otorgan poder, las
otras te lo quitan.
23. Los actos ofensivos deben hacerse de una sola vez, para que ofendan
menos; los actos beneficiosos poco a poco, para que se prolongue su
valor.
24. Debes tener siempre presente que el peor pecado de un Estado
poderoso es no contar con sus propias armas, pues solo con ellas se
hacen progresos grandísimos.
28

25. La sabiduría afirma que no hay nada tan frágil e inestable como la
fama de un poder que no se sustenta en su propia fuerza.
26. El único arte de interés para el poderoso es el arte de la guerra.
27. El poderoso desarmado se hace despreciable.
28. El poderoso en tiempos de paz debe entrenarse para la guerra, sea con
ejercicios de cacería, sea con ejercicios mentales como el estudio de la
historia, para saber cómo cosecharon sus victorias aquellos hombres
virtuosos y sabios.
29. El vicio y la virtud del poderoso dependen si lo llevan a la ruina o al
prestigio.
30. La generosidad del poderoso se mide por la capacidad de dar lo que es
de otros, porque dar lo propio sí le hace daño.
31. Para hacer grandes cosas, es necesario saber incumplir las promesas y
enredar con astucia la mente de los seres humanos.
32. El poderoso debe saber utilizar bien tanto a la bestia, la ferocidad y la
astucia, y como a lo humano que hay en él.
33. El poderoso debe ser un gran simulador y un disimulador.
34. La simpleza de los hombres y sus necesidades los llevan a creer
fácilmente en los engaños.
35. El poderoso no necesita tener todas las cualidades, pero requiere
simular poseerlas, porque tenerlas y practicarlas siempre es dañino
mientras que parecer guardarlas es útil.
36. Parecer piadoso, fiel, humano, íntegro y religioso es útil; siempre y
cuando sepas ser todo lo contrario cuando lo requieras.
37. Para mantener el poder, debes estar dispuesto a actuar contra la fe, la
caridad, la humanidad y la religión.
38. Mientras puedas, no debes apartarte del bien; pero debes usar el mal, si
es indispensable.
39. Debes parecer todo piedad, todo fe, todo integridad, todo humanidad,
todo religión, porque todos te verán mas muy pocos sabrán quién eres
en realidad.
40. Desprecio se merece un poderoso cuando es voluble, ligero,
afeminado, pusilánime, e irresoluto.
41. Para reinar sobre los sometidos, no hay mejor medicina que fomentar
las discordias entre ellos.
42. El poderoso debe, cuando pueda, estimular alguna enemistad pues al
vencerla, consigue mayor grandeza.
29

43. La excelente reputación del poderoso depende de lo extraordinario de


su actuar en la vida civil, para bien o para mal.
44. El poderoso depende de sí mismo y de su virtud.
45. El poder te otorga gloria y riquezas.
30

La maldad ajena, el espejo del poder


Quien se deja guiar por la lectura de El príncipe de Nicolás Maquiavelo a
una noción del poder, se sumerge en una oscura imagen acerca de los seres
humanos. El autor intenta hacernos creer que los seres humanos somos
interesados, apegados más a lo material que a los afectos, malos por naturaleza,
cobardes e hipócritas:
La naturaleza de los hombres consiste en obligarse tanto por
los beneficios que se hacen como por los que se reciben.
… porque un hombre que quiera hacer en todos los puntos
profesión de bueno, va a la ruina entre tantos que no son buenos.
Porque de los hombres se puede decir en general esto: que
siendo ingratos, volubles, simuladores y disimuladores, huidizos de
los peligros, ávidos de ganancias, y mientras les haces el bien, son
todos tuyos (…) cuando la necesidad está lejos, pero cuando ella se
te adueña, se rebelan.
Y cuando incluso necesitase proceder contra la vida de alguno,
hacerlo cuando haya una justificación conveniente y una excusa
manifiesta, pero, sobre todo, abstenerse de los bienes de los otros,
porque los hombres olvidan más rápido la muerte del padre que la
pérdida del patrimonio.
Y si los hombres fuesen todos buenos, este precepto no sería
útil; pero porque son malos y no te guardan su palabra, tú tampoco
tienes que guardársela. (Maquiavelo, 2003: 60, 82, 88, 89, 92).
Esta concepción de ser humano es la base sobre la que se erige la moral y
el deber del príncipe-gobernante. Dado que la maldad es la principal
característica de los seres humanos, no importa el trato ni la calidad de las
acciones para con ellos pues una especie de esa índole solo merece ser tratada
como epidemia. No es casual que el símil de la medicina y la enfermedad
aparezca en su obra. Coherente con esa noción de ser humano es el bisturí que
abre y sana la herida para quitar la infección. Por otra parte, no hay
remordimiento ni culpa pues la maldad no merece consideración alguna; por el
contrario, debe ser tratada con frialdad, estudiada en sus pormenores y detalles
para adelantarse siempre a descifrar sus intenciones con el fin de detenerla,
como hace el médico con la tisis, así lo afirma el autor.
31

Es muy significativo el hecho de que el emisor no se identifica con ese


género humano. Siempre se refiere a una otredad, los hombres son, hay una
tercera persona plural que señala a esos otros: los malos. Esa otredad se
diferencia siempre de quien detenta el poder, el príncipe, y de quien aconseja
para dar una lección magistral a este último de cómo alcanzar y preservar el
poder. Entonces el género humano se compone del conjunto de los malos e
hipócritas y de dos seres superiores que los deben exterminar, si se oponen a sus
designios. Este dúo, maestro-consejero (asesor escuchamos en nuestros días) y
príncipe se abstraen del género humano. Pero, ¿qué son si ya no pertenecen al
género humano?
Son poseedores del conocimiento y este debe estar al servicio del poder de
la dominación; esta, la dominación, diferencia entre unos y otros. Esta es la
trampa mortal en que la estructura de la dominación –en este caso vía
Maquiavelo- nos sumerge. Una focalización desde el poder de la opresión que
se proyecta a lo largo y ancho del mundo para ofrecernos dos únicas
posibilidades: “destruís o te destruyen”, “matás o te matan”, “robás o te roban”,
“conquistás o te conquistan”. Este enfoque lleva a un agujero negro, al vértigo
espiritual, a la náusea de la destrucción. Este poder convierte el terreno que
pisa en un campo de batalla. No es casual, tampoco, que uno de sus modelos
ejemplares haya sido César Borgia, el otro su padre, el Papa Alejandro VI.
Si los seres humanos olvidamos más rápidamente al progenitor que a la
pérdida del patrimonio, es porque –desde el poder de la dominación- nos mueve
más lo material que lo afectivo, recuérdese al respecto al rey de reyes griego. El
poder aparece como el medio para lograr la acumulación. El instrumento se
sacraliza para consagrar el resultado.
Aparentemente, hay una estructura tan fuerte como las riquezas que
brillan, es la consagración del poder. Esta sacralización unge a los escogidos, en
este caso el príncipe y su consejero, de bondad y todas sus acciones, aun las más
crueles son necesarias frente a la higiene que requiere la epidemia. Hay una
investidura simbólica alrededor del poder. Por esa razón, para el príncipe es
trascendental aprender a conservarlo, a protegerlo una vez conquistado. La
obsesión del poder es su conservación, la obsesión de la riqueza es su
acumulación. ¿Cómo conservar el poder una vez adquirido? Es uno de los
problemas que el maestro quiere resolverle a su discípulo. Se trata de una
tensión que se mantiene vigente. Hay, implícita, también, una espiritualidad del
poder. El maestro muestra a su discípulo la revelación acerca del poder.
32

Para conservar el poder, se requiere, una vez más, establecer una otredad,
diferenciarse de ella y concebirla como enemiga. En estos escondrijos, aparece
otro callejón sin salida; los otros, los hombres, son amigos o enemigos y como
son volubles e hipócritas, nunca se sabe cuándo son amigos o enemigos y, por lo
tanto, hay que estar en guardia siempre. La imagen que se construye acerca del
poder opresor se asemeja a una “casa de sustos”, pero el público espectador,
participante, el que debe estar bajo la égida de dicho poder, nunca es inocente,
por eso quienes administran la “casa de sustos” van armados siempre para
prever cualquier asalto. Es la paranoia del poder que requiere del terror para
preservar la opresión.
Un estado de alerta agudo es el síndrome de quien detenta el poder. 7 Esa
paranoia por conservar el poder convierte a cualquier ser humano en oponente y
enemigo potencial o real y lo más importante es que detrás de ese estado de
alerta hay un ser que detenta el poder, pero que tiene miedo de todos y de todo.
Hay una seguridad que otorga el triunfo, la victoria o el éxito pero esta es
efímera porque la envidia mueve a los seres humanos, lo cual socava la
seguridad y estabilidad de quien posee el poder. Es la estructura de la
dominación que marca sus reglas para ser acatadas, tal y como Agamenón
obedeció los designios de los dioses.
La dominación fabrica constantemente enemigos para perpetuarse y
asegurar su modelo. La jerarquía para la acumulación de la riqueza y la
conservación del poder requiere construir enemigos por doquier. El estado de
vigilia controla cualquier síntoma porque puede ser indicio de guerra pues nos
advierte Maquiavelo:

7
Como se ha planteado desde el inicio, estamos describiendo el poder de la dominación. Hay estados de alerta
de personas o países que les ha salvado la vida o protegido en más de una ocasión. En la historia de América
Latina, habría que aportar más de un ejemplo; sin embargo, el caso más contundente es Cuba y Fidel Castro.
En la entrevista con Ignacio Ramonet, leemos: “De noviembre de 1961, después de Playa Girón, a enero de
1963, o sea en catorce meses, hubo un total de 5. 780 acciones terroristas contra Cuba, y de ellas 717 ataques
serios contra nuestros equipos industriales. (…) Bajo la presidencia de Nixon, en 1971, se introdujo en Cuba –
según una fuente de la CIA, mediante un contenedor- el virus de la fiebre porcina. Y tuvimos que sacrificar más
de medio millón de cerdos. (…) Y hubo peor que eso: el virus de tipo II del dengue, que produce fiebres
hemorrágicas mortales para el ser humano. Eso fue en 1961, y más de trescientas cincuenta mil personas
resultaron contaminadas, murieron 158 personas, de ellas 101 niños…” (Ramonet, 2006: 230-231).
Fidel Castro, en dicha entrevista, se refiere escuetamente a los atentados contra su vida. Ignacio Ramonet cita
en las fuentes consultadas a: José Ramón Fernández y José Pérez Fernández, La guerra de EE.UU. contra Cuba.
La invasión de Playa Girón. 638 planes para asesinar a Fidel Castro. 40 años de agresiones, Editorial Política, La
Habana, 2001. (Ramonet, 2006: 631).
33

O hacen esto por pusilanimidad y defecto natural de ánimo;


entonces tú debes servirte de ellos, máxime si son de buen consejo,
porque en la prosperidad te honrarán, y no tendrás, en la adversidad,
que temerles; pero cuando no se obligan a propósito o por causa de
ambición, es señal de que piensan más en ellos que en ti; y de éstos
debe el príncipe cuidarse, y temerles como si fuesen enemigos
declarados, porque siempre, en la adversidad, ayudarán para enviarlo
a la ruina. (Maquiavelo, 2003: 57).
Nuevamente, el modelo ejemplar de gobernante se refleja en las aguas de
su propio triunfo y su identidad no tiene más referente que su individualidad.
Sin embargo, en este caso, el maestro-asesor es indispensable. Es el intelectual
que se asume como guarda-espaldas del poder. Se trata de una jerarquía vertical
y autoritaria que debe luchar compulsivamente por mantenerse en la cúspide de
una pirámide; debe advertir y desechar cualquier movimiento cerca; el resto de
los seres humanos, envidiosos y malos, se mueve por el deseo de llegar a esa
cúspide. La superioridad moral del príncipe y de su consejero les permite
convertir a los otros, siempre malos y envidiosos, en objetos de sus acciones e
interés. Es la racionalidad medio fin a la que tanta atención le ha prestado
Hinkelammert.
Esa generalización moral sobre el género humano le posibilita al opresor
diferenciar a los elegidos del resto. La generalización le permite ocultarse; sin
embargo, la máscara se hace transparente en sus acciones pues estas siempre
se dirigen hacia la acumulación de lo material y la conservación del poder.
Esos ejes estructuran su razón de ser y su sentido. La imagen de los otros
refleja su propia identidad invertida.
Esa otredad moral establecida por Maquiavelo corresponde con la que
Tsvetan Todorov define como una otredad interior dentro de una sociedad; en
este caso, los poderosos y deseosos de acumular riquezas y los pobres o los
competidores por el poder. En La Conquista de América, dicho autor desarrolla
lo que él llama una otredad exterior a la sociedad. Los otros son los habitantes
originarios de América, también, entre los múltiples juicios de que fueron
objeto, aparece como dominante la superioridad moral de los europeos pues los
sacraliza el “Dios” verdadero y la religión auténtica.
Las tácticas utilizadas por Hernán Cortés recuerdan los consejos de
Maquiavelo al príncipe, fundamentalmente las que se relacionan con el parecer:
34

parecer débil cuando se es fuerte, parecer fuerte cuando se es débil; o, la forma


de manipular el lenguaje y las creencias de los originarios para lograr su
objetivo: el sometimiento y la dominación. Al respecto apunta Todorov:
Esa conducta de Cortés hace pensar irresistiblemente en la
enseñanza casi contemporánea de Maquiavelo. Evidentemente no se
trata de una influencia directa, sino más bien del espíritu de una
época que se manifiesta tanto en los escritos de uno como en los
actos del otro; por lo demás, el rey “católico” Fernando, cuyo
ejemplo no podía ser desconocido para Cortés, es citado por
Maquiavelo como modelo de “nuevo príncipe”. (…) Más
generalmente, en el mundo de Maquiavelo y en el de Cortés, el
discurso no es determinado por el objeto que describe, ni por su
conformidad a una tradición, sino que se construye únicamente en
función de la meta que quiere alcanzar. (Todorov, 2005: 127).
La meta es dominar, oprimir, ejercer la autoridad jerárquica y vertical. El
mundo a los pies de su señoría, llámese su señoría el rey o la reina, el gobernante
o la presidente. Es el punto culminante de la diferenciación con respecto al
género humano. Es la negación de la igualdad y diversidad humanas dentro de
una misma sociedad, o bien, con respecto a una externa. Pero, en el fondo, tal
como lo expresa el mismo autor, es el narcisismo que se busca en su propia
imagen para declararse único:
Estas dos figuras elementales de la experiencia de la alteridad
descansan ambas en el egocentrismo, de la identificación de los
propios valores con los valores en general, del propio yo con el
universo, en la convicción de que el mundo es uno. (Todorov, 2005:
50).
Esa convicción de que “el mundo es uno” es precisamente la Modernidad. No
es Todorov el único en formular que la conquista y colonización de Abya Yala –
para usar el nombre descolonizado- inauguran la modernidad. Enrique Dussel
en 1492: El encubrimiento del Otro. Hacia el origen del mito de la
Modernidad sintetiza su planteamiento de la siguiente forma:
La Modernidad se originó en las ciudades europeas
medievales, libres, centros de enorme creatividad. Pero “nació”
cuando Europa pudo confrontarse con el “Otro” y controlarlo,
vencerlo, violentarlo; cuando pudo definirse como un “ego”
35

descubridor, conquistador, colonizador de la Alteridad constitutiva


de la misma Modernidad. De todas maneras, ese Otro no fue “des-
cubierto” como Otro, sino que fue “en-cubierto” como “lo Mismo”
que Europa ya era desde siempre. (Dussel, 1994: 8).
El encubrimiento al que alude Dussel es precisamente el ocultamiento de
la víctima. La víctima no existe si el Otro es un interno a la sociedad o si se
trata de un externo a la misma. La opresión debe sacralizarse a sí misma. En
última instancia, Maquiavelo le asigna al príncipe-gobernante el mismo rol del
mito griego a Agamenón. Agamenón era víctima del poder divino, los dioses le
mandaban sacrificar a su hija. El príncipe-gobernante es, potencialmente,
víctima de la envidia y la maldad del género humano. Antes de ser víctima debe
ser victimario de cualquier ardid o sospecha que se trame a su alrededor.
Esa potencial víctima de la envidia está acompañada por “Deus” por los
siglos de los siglos, el mismo Maquiavelo en el capítulo Exhortación a
apoderarse de Italia y liberarla de los bárbaros bendice en nombre de la
divinidad cualquier acto:
Y no se ve al presente de cual ella pueda esperarlo que de
vuestra ilustre casa, la que con su fortuna y virtud, favorecida por
Dios y por la Iglesia de la que ahora es príncipe, pueda hacerse
cabeza de esta redención. (…)… no obstante, fueron hombres y tuvo
cada uno de ellos menos ocasión que la presente, porque su empresa
no fue más justa que esta, ni más fácil, ni fue de ellos Dios más
amigo que de vos. Aquí hay una gran justicia “pues es justa la guerra
para quienes es necesaria, y pías las armas cuando ninguna esperanza
hay a no ser en ellas”. (…) Además de esto, aquí se ven cosas
extraordinarias, sin parangón, dirigidas por Dios: el mar se ha
abierto, una nube os ha descubierto el camino, la piedra ha
derramado agua, aquí ha llovido maná, toda cosa ha concurrido a
vuestra grandeza. El resto debéis hacerlo vos, Dios no quiere
hacerlo todo, para no quitarnos el libre arbitrio y la parte de aquella
gloria que nos toca. (Maquiavelo, 2003: 120).
El maestro-consejero se ha investido a sí mismo de poder conocer y
descifrar a la divinidad. ¿Hay diferencia entre Calcante y Maquiavelo? El
sacerdote griego interpretaba los vaticinios divinos, Maquiavelo también.
Incluso, este último, sabe diferenciar a quién protege el divino proceder; no solo
36

eso sino que es capaz –como médium en trance- de percibir las manifestaciones
divinas y poder descifrar los indicios para convertir al príncipe-gobernante en un
“Moisés moderno”. Es el demiurgo que bendice y glorifica al opresor. Al final
de esta cita, aparece una primera persona plural, un nosotros, del cual el emisor
forma parte. Se ha consagrado el dúo maestro-príncipe como élite intelectual y
moral que debe y puede conducir a los pueblos o castigarlos.
Si a cualquier mortal se le ocurre consagrarse a sí mismo y definirse
como capaz de interpretar los designios divinos, la institucionalidad oficial –
religiosa o política – lo declaran enfermo mental por haber perdido la razón. La
lógica y la racionalidad oficiales no permiten que el libre albedrío llegue hasta
ese extremo. El libre albedrío de los y las anónimos –las Nadie les llamaba
Eduardo Galeano – debe contentarse con ser seguidores, subalternos, obedientes,
sumisos y, sobre todo, oprimidos.
En la consagración del dominador radica su exclusividad:
El dominador se siente como Dios, negando a todos los otros
serlo. (Hinkelammert, 2005: 429).
Nos advierte Hinkelammert. De esa diferenciación, surge su derecho a convertir
a los Otros seres humanos en objetos de conquista, destrucción, esclavitud,
consumo, etc. Es su superioridad moral la que posibilita justificar y construir el
conocimiento para el ejercicio de la crueldad, pues es el medio para purificar a
la víctima de su propia maldad. Según Dussel, con la conquista de América se
define el Yo-conquistador, el cual es la proto-historia de la constitución del ego
cogito. 8

8
Miguel Matraj en el artículo Un nuevo mecanismo de defensa: fabulación-convicción
caracteriza a la personalidad sociópata o perversa de la siguiente manera: fuertemente manipulador,
logra instrumentalizar a los seres cercanos aún a los más estrechos, cruel, vengativo, impone la
mentira como ejercicio sádico de poder; la imagen del triunfo supera como valor cualquier idea de
justicia; debe ser más poderoso, más listo y más peligroso que los demás; sabe conquistar
adhesiones y admiraciones; muy hábil para detectar en los otros el miedo y la sumisión; oscila entre
el regalo y la amenaza; se visualiza como modelo a seguir; ofrece apoyos y brinda lealtades a quienes
considera exitosos; la práctica del poder constituye la fuente principal de su narcisismo. Y sintetiza:
Pero yo le agregaría un elemento constituyente: lo que Pichón Riviere llamó la cosificación
del vínculo. Para el perverso, el objeto exterior es una cosa, un ente cuyos pensamientos y
sentimientos, cuyos devenires y consecuencias, nada importan. Los objetos exteriores están a su
servicio, a la manera de los objetos desechables. Están para la satisfacción de sus necesidades
37

Esa sacralización del poder se refiere, en el caso de Maquiavelo, a dos de


los Médici, uno encabeza Florencia y el otro la Iglesia Católica. El poder
político y el religioso deben conducirse según la preceptiva que ha sintetizado y
explicado el autor pero que resume y expresa, como lo apuntó Todorov, el
espíritu de la época; y anticipa, según Franz Hinkelammert, al capitalismo. Se
trata de un sistema institucional en el cual estamos inscritos y percibimos sus
efectos o sus manifestaciones empíricas y podemos nombrarlo pero su
estructura matricial nos pasa desapercibida e inaccesible en muchos casos y a la
cual acudimos metafísicamente como si se tratara de divinidades. Son las leyes
de un sistema económico, político, religioso e incluso afectivo, pues
instituciones como la familia o el matrimonio forman parte del mismo, que nos
convoca y posibilita la “vida”, pero que, al mismo tiempo, nos la niegan pues
está atravesado por las mismas condiciones históricas que se nos devuelven en la
forma de dioses terrestres falsos.
Estas leyes de dominación y absolutismo dictadas por los dioses del poder
y del dinero, alabadas, excelentemente, por Maquiavelo, fueron inspiración de
dos genios literarios de la época: William Shakespeare y Miguel de Cervantes,
para enfrentarlas o burlarse de ellas. El primero nos abre las puertas selladas
del palacio para permitirnos entrar y conocer lo que ahí sucede. El segundo nos
cuenta por medio de un loco fantasioso cómo debe ser un buen gobernante.

psicológicas. (Matraj, 1998: párr. 28).) ¿No está la historia occidental llena de sociópatas consagrados
y venerados?
38

¿QUÉ SUCEDE EN PALACIO?

Corazón, no pierdas tu naturaleza,


y jamás permitas que albergue en mi pecho
de Nerón el alma sanguinaria.
Shakespeare.
Los deberes del heredero
William Shakespeare nos invita a ser partícipes de un juego de espejos. El
cuento de hadas se agotó. El joven heredero ya no sale del castillo para ir a
pasar las pruebas con qué afirmar su masculinidad, valor e hidalguía. No
vemos a un héroe capaz de afrontar cualquier desafío, con tal de rescatar a la
princesa de su cautiverio para reanudar la promesa de que en palacio reina el
orden cósmico y todos son felices hasta la eternidad.
En el reino, impera el caos. El príncipe vive en una prisión emocional
pues no es libre de escoger su propio destino; además, su morada y el país
completo los percibe como un auténtico presidio. El heredero se debate entre
ser un pusilánime que se acobarda frente a la corrupción o cumplir cabalmente
con el mandato ético de defender su honra y la de su memoria. Pareciera que el
mundo de los adultos se derrumba a consecuencia de la ambición, la traición, el
egoísmo y el servilismo. Recae sobre el joven príncipe el mandato de revelar lo
que se oculta, enfrentar al traidor y restituir el orden. ¿Quién no dudaría, quién
no entraría en crisis existencial si, además de descubrir que su tío asesinó a su
padre y su madre es cómplice potencial del asesino, debe enfrentarlos y hacer
justicia por su propia mano? Las ambivalencias de Hamlet son las dudas de
cualquier víctima de la opresión y de cualquier joven que se ve obligado a
suspender la búsqueda del amor para emprender el duro camino del deber.
Hamlet se debate entre el placer y el deber.
Incluso el entorno afectivo que le rodea está impregnado de una doble
cara y de ambivalencia: ¿Emocionalmente, en medio de qué clima se encuentra,
un duelo o una boda, un entierro o una fiesta? ¿Para qué se prepara?, ¿para
festejar o para condolerse? ¿Cómo se puede participar afectivamente al mismo
tiempo o de la pérdida del padre y del matrimonio de la madre?, si ambos el rey
39

y la reina se asumían como una pareja amorosa. El medio se presenta hostil


sentimentalmente para Hamlet desde el inicio, pues las presiones ejercidas sobre
los jóvenes inauguran el drama.
Hay un mandato del nuevo rey –padre ahora, tío hasta hace poco- de que
Hamlet concluya su período de duelo, pues tanto él como la reina han llegado a
una visión tan equilibrada que han logrado recordar al difunto sin olvidarse de sí
mismos; lo cual esperan que haga el joven. La madre lo insta a cambiar sus
trajes y a dejar de buscar a su padre en el polvo. El personaje cuestionado
responde con su primera defensa emocional, pues diferencia entre el parecer y
el ser. Su duelo no consiste únicamente en los trajes, estos pueden ser una
apariencia, lo que siente no puede aparentarlo. El joven heredero opta desde el
inicio por el ser, por la autenticidad.
El padre-tío-rey asume una nueva réplica. Lo califica de insensato y
rebelde porque no ha sido capaz de superar el duelo de su padre. Lo “normal”
es la aceptación de la muerte de los progenitores. La regla del olvido se impone
sobre la del recuerdo; aunque, únicamente, hayan pasado dos meses del deceso,
como lo advierte Hamlet en uno de sus soliloquios, después de haber aceptado,
aparentemente, la orden del olvido. Al mes de muerto su padre, su madre se
unió en matrimonio con el tío. La primera obligación del príncipe es reprimir
su dolor por la muerte de un padre y rey ejemplar. Frente a lo cual manifiesta:
¡Rómpete corazón,
que ahora debo refrenar mi lengua! (Shakespeare, trad. en
1988: 39).
La prohibición de su luto y la obligatoriedad del silencio son las primeras
reglas de la nueva convivencia. El olvido debe imperar, aunque el joven no
haya procesado aún el dolor de la ausencia paterna. Este duelo con que abre la
obra es doble, pues Hamlet también pierde a la madre y, aunque físicamente es
la misma, la que él había conocido también murió. En lo afectivo, estamos
frente a la presencia de un doble luto; podría ser triple, pero Hamlet diferenciaba
claramente a su tío con respecto a su padre. La opresión sobre sus emociones y
sentimientos es su primera gran tarea para continuar formando parte de ese
espacio. Sin embargo, Hamlet, a diferencia de los modelos ejemplares griegos,
Teseo y Agamenón, no olvida sus afectos.
40

De esta forma, se inicia una contraposición entre el joven y los adultos.


El mundo de los adultos se rige por el parecer. El mundo de los jóvenes por el
ser. El adultocentrismo9 se manifiesta en varios momentos, generalmente con el
joven príncipe y, en menor medida, con Ofelia. La obra inicia con una visión
adultocéntrica del ser joven. A Hamlet, como se vio, se le ordena acabar con su
duelo, reprimir sus sentimientos y guardar silencio acerca de su situación. A
Ofelia, se le insta a cuidar su honra por sobre sus apetencias e inclinaciones
hacia el príncipe. Su hermano, Laertes cumple el rol de padre-hermano mayor,
le recuerda la imposibilidad de un matrimonio con el príncipe por razones de
Estado. A su vez, Laertes es víctima de la desconfianza de su padre, quien envía
un “espía” a París para indagar cómo se comporta su hijo. De esta manera, el
drama nos ubica en la transición de los jóvenes hacia la vida madura, cuando
tienen que asumir el rol de adultos. De alguna manera, todos heredan un caos;
pero, sobre Hamlet recae, esencialmente, la tarea de ordenar ese caos.
Además de la ambivalencia sentimental que domina en el palacio entre el
duelo y el festejo, surge otra. El rey y la reina lo “instan” al olvido y a la
superación del duelo, pero “el fantasma” de su padre lo llama a la memoria, al
conocimiento de lo oculto en los juegos del poder, y a la venganza. Dos
modelos de masculinidad se presentan como antagónicos para el joven príncipe.
¿Cuál debe seguir? El pillo, hermano fratricida, doble usurpador pues sube al
trono sobre la base del asesinato; además, adquiere a la viuda de su hermano
bajo el engaño y la traición. O, el modelo de rey ejemplar, honrado, valiente y
buen padre. Dos extremos y ambos mantienen resonancia en su psique pues
uno simboliza el presente, es represivo, como se vio, hasta puede llegar al uso
de la fuerza y la violencia; el otro representa el pasado, ya digno de superarse,
según los códigos vigentes y, asimismo, puede debilitarse porque solo existe
para Hamlet. La duda y el desconcierto lo llevan a pensar en el suicido.
La tarea es descomunal para cualquier joven. El príncipe no tiene que
abandonar el palacio paterno para demostrar su valor frente al ogro o al dragón.

9
Según Helio Gallardo, el adultocentrismo es un ejercicio de dominio basado en una categoría social en la cual
se mezcla la capacidad económica con la de edad: La familia es expresión de la sociedad y por ello podemos
sospechar que la sociedad moderna también es adultocéntrica. Quizás en ella la ideología más extendida sería
la de la experiencia adulta manifestada como imperio tecnocrático. En menor medida, científico. Un
tecnócrata nunca es niño o joven porque sabe hacer cosas que llevan a ganar dinero. Puede tener 17 años, pero
es adulto. Su adultez consiste en hacer buenos negocios. Por eso ejerce/irradia poder. (…) La condición de
adulto en la sociedad se resuelve por la capacidad de dominar, hacer daño y quedar impune. (Gallardo, 2014:
135-137). Para el caso que nos ocupa, se trata precisamente del rechazo de Hamlet a convertirse en ese
modelo de adulto.
41

El ente que lo puede devorar lo tiene en su propio hogar. Evidentemente, el


mandato del padre se asemeja al mandato de Orestes10, la venganza del padre;
sin embargo, el fantasma deja por fuera la venganza de la madre. Para el
heredero, la situación es absolutamente complicada a nivel externo e interno. Su
afirmación de la identidad, así como su entrada en la vida adulta se debaten
entre el amor o el deber, en medio de un entorno en que peligra su vida, pues si
su tío fue capaz de liquidar a su padre, no dudará en acabar también con él,
como se demuestra en el transcurso del drama.
De un lenguaje amorosamente honorable hacia Ofelia pasa a un lenguaje
evasivo para ocultar sus inclinaciones por razones de Estado, cuando opta por su
responsabilidad filial como heredero. A su vez, Laertes y su padre, convencen a
Ofelia de la imposibilidad de que cumpla sus promesas pues:
Por eso si te dice que te ama
sería prudente creerle en la medida
en que pueda cumplir lo que promete
pues siempre habrá de oír
la imperativa voz de Dinamarca. (Shakespeare, 1988: 43-44).
La voz de Dinamarca le reserva diferentes mandatos y los deberá acatar,
si desea sobrevivir, aunque dicha obediencia sea por momentos aparente.
¿Cómo logra conciliar esos mandatos antagónicos? En eso, reside su
ambivalencia; sin embargo, el joven construye, sabiamente, su propio
equilibrio entre el ser y el parecer. Parece desquiciado, pero es prudente y
sensato pues sabe enfrentar ese mundo corrupto y cínico. La locura simulada es
la estrategia esgrimida como arma eficaz. A lo largo del drama, vemos el
proceso de su transformación, las fases por las que pasa mientras toma el valor
para revelar lo oculto y enfrentar la situación. El proceso de edificación de su
propia estrategia está permeado por la duda, el miedo de no estar a la altura de
las circunstancias, la culpabilización y la comparación con los otros. Frente al
poder destructivo, cualquiera duda, teme y se muestra inseguro de no estar en
capacidad de sobrevivir y combatirlo.
En el espejo de un actor, revela su propia impotencia y se culpabiliza:
10
Cómo se verá más adelante, el mito de Orestes no es un sustrato global para esta tragedia, es el mito de
Caín.
42

¡Soy un cobarde? ¡Quién me llama vil?,


¿me abofetea o me arranca las barbas arrojándolas
contra el rostro?, ¿me tuerce la nariz
y me empuja un mentís por la garganta
hasta el fondo de los pulmones? ¡Quién
me hace esto? ¡Por la sangre!, deberé soportarlo
pues ha de ser que tengo hígado de paloma
o me falta la hiel que hace sentir amarga
la opresión, pues si no ya habría cebado
a cuanto cuervo vuela por estas tierras con
las tripas de ese esclavo.
¡Villano sanguinario y lujurioso,
despiadado traidor y pérfido villano!
¡Oh!, ¡venganza! ¡Pero qué asno soy!
es el colmo que el hijo
de un padre asesinado, a quien cielo e infierno
a la venganza impulsan, desahogue su pecho
con palabras, como una prostituta,
y maldiga como una cocinera o fregona,
¡Qué asco! ¡Puah! ¡A trabajar cerebro! (Shakespeare, 1988:
78).
Esa incertidumbre que lo atormenta constantemente sobre su disposición
o su incapacidad para decidir qué camino tomar, permite medir la magnitud de
la contienda que deberá dar por lo cruel y desigual de la batalla, pues no cuenta
más que consigo mismo. Está en medio de la delación y el servilismo, tal y
como lo hace ver una y otra vez frente a Polonio y sus dos “amigos”; en
43

realidad, todos al servicio del rey. Se reitera, en sus monólogos, la situación de


opresión y la disyuntiva de ceder frente al poder y subyugarse o enfrentar las
fuerzas destructivas. La afirmación de la masculinidad se resuelve al optar por
la inteligencia como estrategia, en lugar del lamento femenino al que repudia.
-Ser o no ser: ese es el dilema:
si es más noble a la luz de la razón
padecer las pedradas y flechazos
de la afrentosa suerte, o empuñar las armas
contra un mar de aflicciones
y terminar con ellas combatiéndolas. (Shakespeare, 1988: 82).
La disyuntiva es entre padecer o combatir; es decir, asumir el papel pasivo
y sumiso de la víctima o enfrentar con valentía la defensa frente al ultraje y
luchar. Después de una reflexión en la cual se equipara el sueño con la muerte,
porque es una forma de obtener alivio, de lograr un sedante frente al dolor,
empieza a forjar su temple. El misterio de la muerte y la incapacidad para
afirmar qué visiones se podrían obtener después de acabada nuestra corporeidad,
hace que los seres humanos ahuyentemos el deseo de evitar el dolor y la
opresión mediante el suicidio, por eso:
Y esta es la reflexión
que a la desgracia da tan larga vida;
pues si no ¿quién querría tolerar
los latigazos y burlas del tiempo,
la opresión del tirano, la afrenta del soberbio,
de un amor desairado las congojas,
las rémoras legales, la insolencia
del alto funcionario y los vejámenes
que el virtuoso recibe paciente del indigno,
cuando él mismo podría darse el descanso
44

con un simple puñal? (Shakespeare, 1988: 82).


El miedo a la muerte y a lo desconocido hace que soportemos cualquiera o
todas esas opresiones. Pero, el drama quedaría en ese monólogo y en su
indecisión, si el personaje no enfrentara el reto del combate. Pese a que su único
apoyo es su amigo Horacio, Hamlet opta por defender valores éticos; es una
isla en medio de un océano de corrupción. Por eso, su estrategia debe estar
fundada en su inteligencia. Así lo decide, enfrentará al rey con dos trampas
muy sutiles y eficaces en cuanto a la confusión que generan en todos: la locura y
la ficción. El arte, la representación del asesinato por la compañía de actores se
convierte en un espejo.11 La trampa le permitirá medir si la acusación de
asesinato tiene fundamento.
La inteligencia de Hamlet se manifiesta en su capacidad para cuestionar
todo, hasta sí mismo, pues el espectro puede ser una falsedad más del demonio
para engañar su mente melancólica. Esa muestra de equilibrio y sensatez
proviene de una mente reflexiva. El ímpetu juvenil cede frente a la necesidad
de medir cautelosamente cada paso pues quiere evitar a toda costa su propia
condena por liquidar a un inocente. Sus acciones se piensan, no saca las
conclusiones sin pruebas y tiene la humildad de pedirle ayuda a Horacio para
que, a la hora de la representación dramática, observe cautelosamente el rostro
del rey; después confronta sus observaciones con las de su amigo, pues puede
que sus cavilaciones sobre el rey sean más sucias que la fragua de Vulcano.
El “desquiciado”, para quienes lo rodean, sobre todo para el poder,
ahonda en sus propias actitudes y medita su proceder, aunque lleve puesta la
máscara de la locura. Sus sarcasmos con sus juegos de palabras invierten la
lógica y subvierten el orden con la irreverencia y la burla; como lo comprueba
Polonio, la suya es una locura con método. En la doble cara del personaje, se
plantea, implícitamente, una respuesta dual frente al poder destructor: el
enfrentamiento y su combate por una parte; por la otra, la burla e irreverencia
por sus rituales de conservación, tal como lo hace cuando ridiculiza,
reiterativamente, el servilismo, sobre todo de Polonio.

11
En torno a las reflexiones del personaje acerca del arte dramático, hay toda una propuesta de William
Shakespeare sobre la función social del drama y del arte. Pero, este no es un tema pertinente en relación con
el espíritu ´maquiavélico de la época. Evidentemente, confirma el sentido de que el dramaturgo escribe y
representa como respuesta a ese espíritu, al cual le contrapone personajes, situaciones y consecuencias del
mismo. El entorno de sus dramas es de corrupción y frenesí por el poder y las riquezas mal habidas.
45

En el fondo, hay una dialéctica en la relación víctima-victimario. La


víctima, para poder enfrentar al victimario, debe, a su vez, jugar el papel de
obediencia y sumisión mientras prepara la batalla y el enfrentamiento. Esa
representación del asesinato pone en evidencia a Hamlet pues lo desnuda como
enemigo frente al rey. Este último prepara su defensa, manda a Rosencratz y
Guildenstern a redoblar su vigilancia e inicia los preparativos para enviarlo a
Inglaterra pues Le desconfío y no sería prudente permitir que ande suelta la
locura; redobla las medidas para conservar y proteger su poder. Mientras tanto,
Hamlet medita nuevamente acerca de los límites de la venganza, antes de
enfrentar a su propia madre, quien actúa como aliada de un asesino, sin saberlo.
La víctima corre el riesgo de convertirse en victimario a la hora de sentar justicia
y vengar el deshonor:
Corazón, no pierdas tu naturaleza,
y jamás permitas que albergue en mi pecho
de Nerón el alma sanguinaria. Déjame
llegar a ser cruel, pero no inhumano;
que sean mis palabras puñales para ella,
sin usar el mío. Que mi alma y mi lengua
se porten hipócritas; que increpen sus vicios,
pero que no sellen con actos sus juicios. (Shakespeare,
1988:99).
Las batallas también se dan en su psique. Tiene una información que
ningún otro posee, encima puede ver detrás de las apariencias. Asumirse como
víctima requiere construir una nueva identidad, pero no puede mostrarse como
tal. Sigue siendo el príncipe heredero en medio de un torbellino de intereses y
peligros; no sólo está en riesgo su vida, sino que está amenazada su integridad
psíquica y moral pues podría desbocarse en la crueldad y el ansía de venganza.
Lo que significaría convertirse, a su vez, en victimario. ¿Cuál es el límite de la
defensa frente a la opresión sin tener que convertirse en un ser igual al que se
combate?, parece que nos interroga Shakespeare por medio de este personaje tan
complejo. El personaje se preocupa de no convertirse por su propia indignación
en un “Nerón”.
46

Dentro de esta red de relaciones tan complicadas entre el victimario y la


víctima, Hamlet se cuida también de que su venganza y su afán de justicia no
transformen al victimario en una víctima. Es uno de sus dilemas. Cuando lo
observa rezando, se debate:
Yo podría hacerlo ya, ahora que reza.
Y ahora lo haré. Pero así se va al cielo
¿y quedo así vengado? Esto habría que pensarlo.
Un villano asesina a mi padre y por eso,
yo, su único hijo,
a ese mismo villano al cielo envío.
Sería recompensa y no venganza. (…)
¡Puedo entonces vengarme eliminándolo
mientras él purga su alma y está listo
para el tránsito? ¡No!
Alto, espada, permíteme
usarte en un momento más funesto… (Shakespeare, 1988:
102).
El esfuerzo psíquico y emocional en que se encuentra el personaje es
monumental porque enfrenta la entrada a la vida adulta sin ningún modelo
positivo, solo cuenta con la memoria de su padre, pues a su alrededor no quedó
afecto que sea sincero, salvo su amigo Horacio; no posee apoyo afectivo sino
que todo su entorno está contaminado por la fuerza del poder destructivo de su
rey-tío-padre: Polonio, no deja de merodear y espiar, igual sus antiguos
amigos, hasta su propia madre puede ser enemiga potencial. Hamlet carece de
un modelo femenino en qué apoyarse. Pues, aunque la enfrenta y la madre, por
momentos parece conmovida y deseosa de protegerlo, no cumple a cabalidad su
rol de protectora.
Hamlet cuenta únicamente consigo mismo, con su inteligencia. Su
destreza para la actuación y representar a la locura es el único camino para su
47

sobrevivencia. Así como el victimario, en este caso el rey, aparenta un amor


que no siente, la víctima, Hamlet, simula una locura que no es real. Frente a un
poder que es de dos o más caras, la estrategia para combatirlo debe ser también
dual mientras se acumula la fuerza para poder desenmascararlo. El deber
impuesto por el fantasma, o por la memoria de su padre, es el eje o el referente
con que puede entrar a su vida adulta sin convertirse en un servil, un hipócrita o
un traidor como son quienes le rodean. Solo le resta honrar la memoria de su
padre como móvil positivo, como eje estructurador de su vida; ese es el único
móvil, la balsa con que evitar el hundimiento. Lucha por él y vive; o, se
resigna, se calla y muere en vida. El príncipe víctima se niega al olvido,
conjurando una vez más las máximas de Maquiavelo.
La integridad moral de la víctima que se levanta frente al tirano y a la
opresión, convierte al joven príncipe en modelo ejemplar frente a ese mundo
palaciego decadente. La muerte injustificada y accidental de Polonio, pues
Hamlet creyó que se trataba del rey, le permite hacer una reflexión que
constituye una auténtica respuesta a la apología de la crueldad de la sensibilidad
dominante representada por Maquiavelo; cuando se dirige a su madre:
Cuando anheles que el cielo te bendiga
yo te vendré a rogar tu bendición.
En cuanto a este Señor, me arrepiento. Fue el cielo
quien deseó castigarnos
-a mí con él y al infeliz conmigo-
volviéndome su azote y su emisario.
Veré dónde lo arrumbo. Yo respondo
por su muerte. De nuevo, buenas noches.
Debo ser cruel tan solo para ser bondadoso,
así comienza el mal, después será horroroso. (Shakespeare,
1988: 109).
La cautela a la hora de hacer justicia está presente en varios momentos
durante el drama; es una de las profundas reflexiones de Hamlet pues teme
convertirse en un Nerón, repele la crueldad como camino a la bondad porque es
48

una de las formas con que la maldad aparenta ser lo que no es. Sus monólogos
son las preguntas y respuestas de una psique que transita por una senda en la
cual cualquier paso en falso la puede llevar a la pérdida de control y al
desequilibrio, o sea a la hybris. El combate, también, adquiere, por lo menos,
dos facetas ya que debe enfrentar al poder opresivo y se debe preparar a sí
mismo para no perder el sentido moral de su lucha. En esta personalidad tan
convulsa, Shakespeare nos contrapone otro valor frente a los disvalores
dominantes de su época. Hamlet cuestiona la conquista de un territorio que,
según el Capitán de Fortimbrás, no tiene ningún valor, por lo cual concluye el
joven:
Estos son los abscesos
de la paz y de las excesivas riquezas,
que revientan por dentro sin mostrar
la causa de la muerte del enfermo. (Shakespeare, 1988: 117).
Maquiavelo, por su parte, le ha recomendado al Príncipe que, en época de
paz, solo debe pensar en la guerra, ejercitarse en el estudio de la geografía, de la
historia de los grandes conquistadores e incluso practicar la cacería. La
enseñanza maquiavélica se convierte en la mente del joven en un verdadero mal
social. La contraposición de valores sociales y humanitarios no termina ahí. La
lucha hay que darla por el honor, no por la riqueza ni el poder:
Contemplad este ejército, tan cuantioso y costoso,
que manda un delicado y joven príncipe,
cuyo espíritu henchido de divina ambición
del invisible porvenir se burla,
exponiendo a lo que es mortal y frágil
a todos los caprichos del destino,
en peligro y la muerte
hasta por una cáscara de huevo.
En verdad que ser grande no consiste
49

en alterarse con un gran motivo,


sino en luchar por una simple paja
si el honor está en juego. (Shakespeare, 1988: 118).
El valor con que se mide la bondad de la lucha no debe ser nunca un
motivo material como la riqueza o la ambición por el poder y el éxito. El único
móvil decoroso y noble es el honor; hoy diríamos la dignidad humana. En la
contraposición de esos dos jóvenes príncipes, Hamlet y Fortimbrás, nos plantea
el dramaturgo su modelo de luchador. Dicha contraposición se convierte, a su
vez, en un espejo que permite analizar las cualidades de una acción beligerante.
Hay un combatiente que va a la batalla, por el fin, la ambición. Existe otro
que va al enfrentamiento por un valor, la honra. El resultado de esta otra lid
engrandece siempre, sin importar el resultado. De hecho, la tragedia no tiene un
final feliz. El protagonista muere pero el epitafio que le dedica Shakespeare es:
¡Ahora estalla un noble corazón!
El personaje de Hamlet ha mostrado sensibilidad e integridad moral
durante el drama para evidenciar la traición, la ambición y el servilismo de los
otros personajes –a excepción de Ofelia, Laertes y Horacio-. La riqueza mal
habida, la ambición, el servilismo y la mentira componen el tejido del poder
corrupto. A dicho poder se le opone el espejo de la integridad moral del joven
príncipe, con el fin de contrarrestar lo que gana y pierde cada cual en la disputa.
Sin embargo, hay otro espejo y más global que nos depara el drama
cuando Hamlet dialoga con el sepulturero. La muerte nos permite imaginarnos
el futuro, lo que resta de la corporeidad y de la identidad; es la laguna donde
podemos miramos todos, no solo narciso, para ver y comprender el sinsentido
del poder, la riqueza, la vanidad y la ambición. Antes de que aparezcan Hamlet
y Horacio, el diálogo entre los sepultureros banaliza y corroe con herrumbre
sarcástica todas las diferencias sociales pues no se puede discriminar entre las
calaveras y es imposible a simple vista saber a quién perteneció. Cuando el
príncipe entabla la conversación con el sepulturero, la mofa, la banalización de
lo superfluo y la ridiculización de los rituales del poder adquiere su mejor
expresión pues la calavera que era de un noble, un cortesano o un abogado:
-Y ahora le pertenece a la noble Doña Gusana y está
desquijarada y resquebrajada por la pala de un sepulturero. He aquí
50

una espléndida revolución, si sólo tuviéramos perspicacia para


observarla. (…)
- Ahí va otra. ¿No podría ser esta la de un abogado? ¿Dónde
estarán ahora sus sutilezas y sofismas, sus protocolos y artimañas?
¿Cómo permite a este rudo rufián aporrear su mollera con su sucia
azada sin acusarlo de agresión? ¡Hum! O tal vez fue en su tiempo un
gran acaparador de tierras, con sus escrituras, sus garantías, su doble
contabilidad y sus gananciales. ¿Es esta para él la multa por sus
multas, la expropiación por sus expropiaciones, tener su lindo cráneo
lleno de linda tierra? ¿No bastaría una pareja de sus contratos para
cubrir a lo largo y a lo ancho el hueco que ahora ocupa? Todos sus
títulos de propiedad apenas cabrían en esa fosa y su heredero
tampoco ha de tener más. ¿No? (Shakespeare, 1988: 137-138).
En ese mismo diálogo, hay una alusión explícita de parte de Hamlet al
primer asesinato, el de Caín:
-Esa calavera tuvo lengua y algún día pudo cantar. ¡Cómo la
arroja ese pillastre, cual si fuese la quijada con que cometió Caín el
primer asesinato! Y esa otra podría ser la de un político, que intentó
embaucar al mismo Dios y de quien este asno ahora se aprovecha,
¿no es cierto? (Shakespeare, 1988: 137).
El príncipe recuerda en sus sarcasmos el crimen de Caín e inmediatamente
alude al caso de un político capaz de mentirle a Dios. Dos hipérboles míticas:
¿cómo hubiera llegado el medio usado por Caín hasta Dinamarca?, ¿cómo
hubiera engañado un político a Dios si es omnisciente? La magnitud de la
hipérbole permite ver la grandeza virtuosa de la muerte, hasta esos extremos de
ambición y traición por el poder, llegan a ser polvo. Entonces, ¿de qué vale el
poder?, ¿para qué sirve? Esta alusión al asesinato de Caín es la segunda en el
drama. La primera la hace el rey en un soliloquio después de la representación
de su delito fratricida. En esta, alude indirectamente:
¡Fétido es mi delito, hasta los cielos hiede!
Sobre los fratricidas recae la primera
y más antigua de las maldiciones. (Shakespeare, 1988: 100-
101).
51

La vanidad y la ambición por el poder son capaces de llevar a los seres


humanos a uno de los peores asesinatos, el crimen contra el hermano. ¿Por qué
Shakespeare desarrolla en una de sus mejores tragedias el retorno de Caín?
¿Serán los depositarios del poder corrupto los descendientes de Caín? Si se
tiene la crueldad para ser capaz de liquidar al hermano, ¿no estará en capacidad
ese poder de matar a cualquier ser humano?
Al respecto, vale la pena recordar lo que Franz Hinkelammert apunta con
respecto al mito de Caín:
Siendo Caín el fundador de las civilizaciones, es el fundador
de toda dominación. Caín es el padre de los señores del poder, y
estos señores les hacen pagar a todos los que se les enfrentan, siete
veces y hasta setenta y siete veces. La marca de Caín es el poder de
la dominación, sus armas superiores. Esta marca la tienen en la
mano, cuando hacen caer el peso de las armas sobre dominados y
levantados. El propio poder de la dominación es la marca de Caín, la
marca del asesino de sus hermanos. (HInkelammert, 2005: 435).
Hamlet es una víctima más de los señores del poder, de los Caínes
maquiavélicos, pero su integridad e inteligencia lo convierten en prototipo de
luchador para enfrentar el poder, no para ejercerlo, pues muere y su móvil es
moral, nunca lo movió ni la ambición ni la soberbia; para ese otro desempeño
está perfecto Fortimbrás. Este arquetipo se contrapone, en una primera
instancia, al maquiavélico, pues el modelo de príncipe heredero se opone en
sensibilidad e inteligencia al italiano. Representa una masculinidad diferente
pues se centra en sus sentimientos y no corresponde a una inteligencia
depredadora sino reparadora, capaz de sentir miedo y dudar de sí mismo, pero,
sobre todo, antepone el valor de una acción ética a cualquier móvil personal.
También, alude de alguna manera a un modelo opuesto al de Teseo y
Agamenón. El tributo más sublime que se le hace es reconocer su sensibilidad
pues la nobleza es una virtud “del corazón”.
52

La conversión del rey


Perfecta excusa para el libertino;
cargarle su lascivia a alguna estrella.
Shakespeare

El juego de las inversiones y la denuncia del espíritu maquiavélico de la época


continúan en una de sus tragedias más nombradas. Ahora es al viejo rey a quien
le corresponde salir del palacio para aventurarse con lo cual accederá al
conocimiento de la otra cara del poder. El viejo rey sabe muy bien cómo ejercer
el mando, la autoridad, administrar o repartir bienes, incluso cómo ser arbitrario
y déspota pero no distingue la verdad de la mentira, no diferencia entre el afecto
sincero y la adulación. Como buen representante del poder se deja guiar por el
parecer. Tanto el rey Lear como Glóster deben pagar un precio muy alto para
llegar a distinguir entre el afecto sincero de la simulación. Ambos se dejan guiar
por la falsedad de los hijos. En realidad, pareciera que la moraleja, o una de sus
tantas moralejas, es lo que les sucede a los progenitores cuando sus hijos aplican
las enseñanzas de Maquiavelo. Dos de las hijas de Lear como uno de los hijos
de Glóster son representantes genuinos de esa mentalidad. En este drama, los
alumnos del italiano se dirigen contra los ancianos, antes nos había mostrado la
vulnerabilidad de la juventud.
La escena inicial es decisiva para caracterizar el ejercicio del poder. Lear
convoca a su familia –hijas y yernos- porque decidió repartir el reino entre sus
descendientes. Como buen jerarca autoritario, establece rivalidad y competencia
entre las hijas, pues la que demuestre más amor, se llevará la mejor parte. El
amor se cuantifica, se recompensa su magnificencia. En realidad, se trata de
una competencia de oratoria por ver quién articula la mejor retórica de la
adulación. Lear la requiere, como buen déspota. Inician las dos hijas casadas,
logrando convencer a su padre del gran amor que sienten por él. Una lo ama
más que a su libertad, a sus ojos, tanto como a su propia vida, la salud, la
belleza o la gracia. La segunda también pasa la prueba pues afirma ir más allá
que su hermana, porque se siente enemiga de cualquier otro goce que no sea el
amor a su majestad. Llega el turno a la tercera, Cordelia, aún soltera,
53

pretendida por dos príncipes; no obtiene herencia porque, aunque el rey le ofrece
un botín más cuantioso por ser su preferida, no logra articular un discurso acorde
a la palabrería hipócrita. El rey la presiona durante dos momentos pues espera
obtener de ella el clímax de la adulación:
Lear …¿qué diréis para merecer un tercio
aún más opulento que el de vuestras hermanas?
Cord. Nada, Majestad.
Lear ¿Nada?
Cord. Nada.
Lear De nada saldrá nada. Hablad de nuevo.
Cord. Desdichada de mí que no consigo
alzar mi corazón hasta mi boca.
Yo os amo, Majestad, de acuerdo a mis deberes
ni más ni menos.
Lear ¿Cómo,
cómo Cordelia? Enmendad la respuesta
podrías arruinar vuestra fortuna.
Cord. Mi buen Señor, la vida me donasteis,
me habéis criado y querido y os correspondo en todo:
os obedezco, os amo y me esmero en honraros.
¿Por qué tienen esposos mis hermanas
si os aman como dicen? (Shakespeare, trad. en 1983: 9).
Termina su intervención asegurando que cuando tome esposo, este
recibiría la mitad de su amor, pues lo compartiría con su padre. Lo ama pero no
expresa idolatría como lo hicieron las otras, sobre todo Regan. La respuesta
parca y honesta de su hija Cordelia rompe el código de la exhaltación. Esta
ruptura de las reglas de la zalamería y la mentira con que el poder se sabe
54

regodear desarman a Lear, quien interpreta las palabras de su hija como un acto
de soberbia. Ser franca y honesta en cuanto a sus sentimientos constituye un
acto de dureza; el rey responde con el despotismo, la desconoce y la
deshereda. Reparte entre las otras dos el reino, él conserva únicamente cien
caballeros y retendrá tan solo el nombre y los honores que a un Rey le
corresponden.
Frente al destierro y despojo con que castiga a su hija Cordelia, un
caballero de la corte, Kent, leal servidor del rey, lo enfrenta; además, le solicita
en nombre de una vida a su servicio que recapacite con el fin de enmendar su
error. Otro acto de soberbia para el rey quien no reconoce ni su desacierto ni el
afecto que tanto Cordelia como Kent le muestran al expresarle sinceramente su
criterio. También es desterrado; como pago por su lealtad no lo manda a
liquidar pero le advierte:
¡Escúchame, traidor,
por vuestros votos de obediencia, escúchame!
Por intentar que mi decreto anule
lo que jamás haré,
y por interferir con tu soberbia
entre nuestra sentencia y poderío
-ni mi naturaleza ni mi rango
podrían tolerarlo-
y de nuevo en el goce del poder,
te daré tu salario, en cinco días procúrate
con qué enfrentar los rigores del mundo
y al sexto le darás tu odiosa espalda
a nuestro Reino; y si aún rondara
al décimo, tu cuerpo mis dominios,
será el día de tu muerte. (Shakespeare, 1983:6).
55

En ese frenesí de poderío, pues posee la facultad de decidir sobre el futuro de


cada una de sus hijas y sobre sus sentimientos, ya que puede, supuestamente,
valorar y aquilatar lo más íntimo de la conciencia de cada una, exhibe su
capacidad de tomar o quitar la vida de los otros seres humanos. Renuncia, en
esa embriaguez, a sus afectos más leales y seguros: Cordelia y Kent.
La tragedia inicia con una hybris del rey, la ceguera psíquica incapaz de
medir las consecuencias de sus actos; dicho estado psíquico desencadenaba en
la antigüedad griega el castigo de los dioses para establecer el límite de lo
humano; en su caso, desatará otras fuerzas. Lear está ciego de poder, no
distingue, como se dijo, la verdad de la mentira, la integridad y honestidad del
simulacro. En los dramas que establece el poder, el ciego se deja guiar por el
parecer. La transparencia, la dignidad y la humildad de quienes se acercan para
procurar su bien, solo pueden interpretarse como traiciones, actos de vanidad y
arrogancia. Es la paranoia del poder. La integridad y la dignidad de estos
personajes honestos develan los principios oscuros del despotismo. El poder
autoritario solo puede relacionarse con el servilismo y la adulación. Incluso
llega a reprocharle a su hija haber nacido, pues nada le costaba a ella
complacerlo. La limitación de su hija por carecer de las dotes oratorias para
intervenir en la competencia afectiva, las asume como un capricho suyo para
desairarlo.
Su venganza contra Cordelia lo lleva a un último acto de humillación,
llama a los dos príncipes que la cortejaban para comunicarles que no es más su
hija y que los deja libres de compromiso, pues ella no tiene rango ni dote. El
príncipe de Borgoña la rechaza porque la considera ya sin valor alguno; por el
contrario, el de Francia la aprecia más pues no ofendió en nada a su padre y su
carencia la torna un ser más estimable. Lear la cede sin su gracia, su amor o
bendición.
Esta primera escena cierra con un diálogo entre Goneril y Regan las dos
hijas que se encargarán del rey, se turnarán un mes cada una. Ambas deciden
unirse, alarmadas por la conducta que ha manifestado contra Kent y Cordelia.
Este primer conflicto del drama parece poseer un desenlace: Cordelia es
desconocida y las otras hijas cuidarán del padre. Esta resolución, sin embargo,
no es definitiva. En realidad, se inaugura el drama de Lear: antes era el rey-
padre; ahora empieza con su nuevo rol padre-antiguo rey, mas él tardará en
darse cuenta.
56

Otro conflicto surge en el drama, también guarda relación con el vínculo


filial. Glóster, uno de los caballeros de Lear, posee dos hijos Edgar –hijo
legítimo- y Edmundo –hijo ilegítimo, pero reconocido-. Edmundo encarna el
personaje arribista, interesando, capaz de traicionar hasta a su padre para
obtener los favores de los duques y sus esposas, las hijas de Lear. Edmundo
urde una trama para hacerle creer a su padre, que Edgar quiere asesinarlo para
obtener pronto la herencia y el título nobiliario. De nuevo, un representante del
poder, aunque no sea el rey, es incapaz de advertir el doble juego de la traición,
la mentira y la impostura; se deja llevar por los engaños de su hijo, para
decretar la muerte de su otro hijo. Este último huye, se hace pasar por un
mendigo loco. Encontramos en esta obra otro joven que se hace pasar por
desquiciado para salvar la vida frente al poder.
Este conflicto complementa el de Lear con sus hijas. Nos muestra cómo
la ambición y la vanidad son los móviles del personaje que busca el ascenso al
poder. Por otra parte, desarrolla varios paralelismos: Lear y Glóster, como
padres que se dejan guiar por el parecer; Edgar y Kent, quienes deben
disfrazarse para sobrevivir y permanecer cerca del reino; Edmundo y las hijas
de Lear, auténticos representantes del espíritu maquiavélico, a quienes solo los
guía su ambición y codicia; encarnan una mentalidad pragmática y cínica que
no se detiene frente a nada por satisfacer su mezquindad y egoísmo. En la
escena segunda, se da un diálogo entre Edmundo y su padre, en el cual
contrastan sus visiones; este diálogo posibilita también visualizar el clima
social que domina el momento. Para Glóster, unos eclipses del sol y la luna son
los causantes de la alteración del orden y el caos presente puesto que:
Se enfría el amor, se agrieta la amistad
y los hermanos se dividen; surgen
motines en los burgos, en los campos discordias,
traición en los palacios,
y los lazos carnales entre padres e hijos
despedazados saltan. (Shakespeare, 1983:12).
Edgar, su otro hijo, falsamente acusado, cumple, para él, la predicción, y
no se alarma pues viene de presenciar la forma cómo el Rey también ha
violentado la ley natural al ponerse contra su hija más querida. Edmundo,
57

sabe muy bien la inocencia de su hermano con lo que logra abusar de la


ingenuidad de ambos –hermano y padre-, responde indignado:
¡Ah estupenda locura de los hombres!:
cuando nuestra fortuna sufre mengua
por nuestra propia culpa
acusamos al sol y a las estrellas,
como si acaso fuésemos malvados
por compulsión celeste, pícaros o falsarios
por influencias astrales, ladrones o traidores
por prestar obediencia a los planetas.
Perfecta excusa para el libertino;
cargarle su lascivia a alguna estrella. (Shakespeare, 1983:13).
Esta argumentación tan clara posee como propósito reafirmar la acusación
contra su propio hermano pues no deja posibilidades para que el padre pudiera
sentir compasión porque las fuerzas de la naturaleza actuaron en su hijo para la
“maldad”. Sin embargo, también descarta en la óptica de Shakespeare, la
opción de que se piense en los designios del destino. En este parlamento de un
cínico, el dramaturgo descarta la existencia de los dioses; nos plantea que los
seres humanos deben responder de sus actos.12 Hay un énfasis en la realidad y
la voluntad humana actuando en ella o sobre ella. Evidentemente, nos quiere
mostrar la hondura de la conciencia del cinismo pues el personaje sabe muy bien
por qué procede como lo hace. Posee la capacidad para medir e indagar el
móvil de sus actuaciones por eso puede lanzarse a la conquista de las
voluntades ajenas para acceder al poder. Esta capacidad para apropiarse de las
mentes de los allegados revela uno de los ejercicios claves para la conquista, su
pragmatismo político se transparenta en un pequeño soliloquio con que culmina
el diálogo sostenido primero con su progenitor y después con su hermano:
Crédulo padre y bondadoso hermano
tan incapaz de hacerle daño a nadie
que de nadie es capaz de sospechar

12
Se trata de una crítica a lo que, en el fetichismo de la mercancía o del capital, se llama los dioses falsos
terrestres. Son aquellos dioses que se crean en la conciencia para responsabilizarlos de aquellas acciones de
cuyas consecuencias los seres humanos no queremos responsabilizarnos.
58

y cuya ingenuidad tanto ayuda a mi intriga.


Está trazado el plan ya que no fue la cuna
que la astucia estas tierras me adjudique
y que el buen fin los medios justifique. (Shakespeare,
1983:14).
Encarna a un ambicioso, consciente del mal, lo lleva a cabo. En las dos
primeras escenas, Shakespeare da una radiografía del personaje capaz de llegar
a la arbitrariedad y al despotismo en el uso del poder, así como del codicioso
que va en su búsqueda. La inteligencia humana puesta al servicio del poder para
nutrir la vanidad, la soberbia, el egoísmo y la codicia.13 Obviamente, Lear no
codicia ya nada puesto que se ha despojado de los problemas de administración
y opta por el título. Estos dos conflictos mueven la acción dramática para
enfrentar la lealtad y la transparencia con la hipocresía y la traición. Se trata de
un baile de disfraces que dio inicio con la mascarada del amor filial. La fuerza
dramática reside en la forma cómo van cayendo las caretas para dejar ver el
rostro de la ingratitud o el de la fidelidad, el del respetuoso amor filial o el de la
perversidad. Quien aparenta ser algo termina por revelar el contrario de lo que
ha simulado.
El proceso de desnudez más significativo es el de Lear. Se trata de
observar aquí cómo se cae el antifaz del rey, para dar paso al rostro anciano y
humano de Lear. El rey ha abandonado el ejercicio del poder, como se vio
anteriormente, conserva a su servicio cien caballeros y pasará un mes en el
castillo de cada una de las hijas. Su convivencia con Goneril entra en crisis
desde un inicio. Ella se enfada porque Lear golpeó a su gentilhombre, se queja
de su altanería y de los modales de sus caballeros. Decide no hablarle, usa la
descortesía e incluso da la orden de que sus sirvientes lo traten con descuido y
negligencia; de esa manera, espera cansarlo para que emprenda pronto su viaje
hacia la residencia de su hermana, con la cual se ha puesto de acuerdo en no
dejarse dominar por un viejo ocioso que aún pretende tener la autoridad de que
se despojó. La hija trasluce sus valores en esta expresión: el rey no se deshizo
de su autoridad sino de sus pertenencias, él lo aclaró quería conservar el nombre
y los honores. Sin embargo, la hija ya obtuvo lo que deseaba, el reino, ahora el
viejo ocioso no es ni rey ni padre digno de consideración y respeto. En la
posesión de los bienes reside la autoridad. ¡Cuánto tienes, cuánto vales! La
ritualidad del poder ha caído para desnudar al anciano y vulnerable padre.
Lear se indigna como corresponde a su rol y provoca una escena de
atropello al mayordomo de Goneril por insolente. Las escaramuzas se suceden

13
Nuevamente, el autor nos enfrenta a la contraposición entre la inteligencia depredadora y su opuesto.
59

y Kent, quien ha entrado disfrazado al servicio del rey para cuidarlo, enfrenta el
irrespeto del mayordomo, la disputa llega al clímax que buscaba Goneril para
iniciar una pugna por despojar el rey de sus cien caballeros; reducir su séquito le
aseguraría el poder sobre el anciano. El irrespeto de los sirvientes se repite; se
establece claramente que al rey se le respetaba, al ser humano no. En este
momento, se da la presencia escénica del Bufón, quien es el único personaje
que le puede hablar al rey con la verdad; se va constituyendo durante la trama
en el principio de realidad. El Bufón va, paulatinamente, con sus burlas al rey,
enfrentándolo a su nueva identidad. Lear se cree rey todavía, se comporta como
tal, con altanería y despotismo pero el bufón, ni nombre tiene porque su papel
es el de un don nadie que debe hacer reír; poco a poco, se va convirtiendo en un
espejo que le devuelve su nueva imagen, tanto a él, como a Kent disfrazado por
servir a un desvalido:
Buf. … Por empeñarte en servir a un caído en
desgracia, quien desafía los ventarrones suele constiparse.
Anda, ponte mi gorro. Este otro fulano desterró a dos hijas y
contra su voluntad, bendijo a la tercera. Si lo seguís, debes usar mi
gorro. ¿Verdad, tío? ¡Ah, quién tuviera dos gorros y dos hijas.
Lear Muchacho, ¿para qué?
Buf. Si les regalo todo al menos me quedarían los gorros.
Aquí tienes el mío; pídele el otro a tus hijas.
Lear ¡Cuidado con el látigo!
Buf. La verdad es un mastín al que hay que encerrar en la
perrera y azotarlo, mientras Doña Sabuesa, la empingorotada, se
sienta pestilente junto al hogar.
Lear Pestilente es el dardo que me lanzas. (Shakespeare,
1983:18).
Cómo enfrenta el rey Lear una nueva identidad a los ochenta años es lo
que convierte esta pieza en una tragedia tan impactante como las antiguas. El
nuevo aprendizaje le cuesta porque no quiere o no puede aceptar la realidad, sus
hijas no lo aman y, por si fuera poco, ya no es rey. Su hija Goneril y su esposo
intentan someterlo a nuevas reglas de convivencia: debe reducir su séquito y
comportarse como un niño obediente. La ira de Lear estalla y maldice el vientre
de Goneril. Inicia su arrepentimiento por lo hecho, pues él mismo se ha
reducido a la nada, le quedan cincuenta caballeros y ninguna autoridad.
60

Después de las maldiciones, decide probar suerte con su otra hija para lo cual
envía a Kent para que la alerte sobre la injusticia que ha recaído sobre él.
Sus hijas están de acuerdo en todo. Regan, junto con su esposo, abandona
su palacio y se refugia en el de Glóster para no atender al rey. Ella es testigo de
un nuevo altercado entre Kent y el gentilhombre de Goneril, lo cual le depara la
excusa perfecta para desairar a su padre, enviando a Kent al cepo, redunda en
una gran afrenta al rey ya que uno de sus caballeros es castigado como si fuera
un delincuente común.
Una y otra vez, el Bufón acude con sus burlas para guiarlo a la aceptación
de su nueva situación, uno de los momentos más asombrosos es cuando le
reclama:
Buf. Tío, si tú fueras mi bufón, yo te azotaría por volverte
tan viejo antes de tiempo.
Lear ¿Qué me quieres decir?
Buf. Que no deberías haber llegado a viejo antes que a sabio.
Lear ¡Oh cielos, loco no! ¡Dulces cielos no dejéis que
enloquezca! (Shakespeare, 1983:25).
El Bufón establece con lucidez nuevamente el hilo del equilibrio; un
anciano debe resguardar su integridad y acceder a una capacidad de dominio tal
que no se dejaría llevar por los impulsos como la juventud, tal como lo hizo el
rey, al creer, ingenuamente, que ser rey era una cuestión de “naturaleza” y no
de posesiones y administración de territorios. Esta desacralización del poder
realizada por el sirviente, conmociona a tal punto al personaje que empieza a
intuir que está a punto o perdió la cordura. Los fundamentos de la identidad que
poseía hasta ese momento se borraron. Presuroso acude a un lazo afectivo del
cual asirse. El otro hilo también se deshilacha, en común acuerdo con su
hermana. Lo reciben una cadena de irrespetos en su “nueva residencia”: se
encuentra a Kent en el cepo, tanto su hija Regan como su marido están fuera de
su propio palacio y no pueden hospedarlo hasta que se cumpla el mes que debía
estar en la otra morada.
Se inicia un forcejeo entre Lear y sus hijas. Lear intenta conservar su
identidad y su autoridad. Su hija Regan insiste en que acepte las nuevas
condiciones impuestas por Goneril y su marido; además, le ordena pedirle
perdón, pues su comportamiento fue abusivo y ofensivo. Lear pasa de la ira a la
indignación, pero, lentamente, va perdiendo terreno. Regan acepta hospedarlo
antes del período convenido pero establece nuevas condiciones, debe reducir su
séquito a veinte y cinco caballeros. En la disputa, conforme van percibiendo su
61

debilidad, bajan el número hasta llegar a ninguno pues no los requiere ya que
ambas cuentan con su propio séquito, como se lo hace notar Goneril, quien
también se ha hecho presente en el castillo de Glóster. Lear va descubriendo el
rostro de las malvadas y su sangre fría. Llega al punto de suplicarle primero a
Regan y después a Goneril. En esa contienda, por delimitar la autoridad de Lear
y por conservar las hijas un dominio total sobre su voluntad, Lear no solo
percibe el rostro de la crueldad, sino que empieza a distinguir entre las
necesidades humanas y lo superfluo. Conforme su propia máscara va
deslizándose, surge una primera reflexión acerca de la necesidad, como réplica
al argumento de que él no requiere ningún caballero:
¡Oh, no razonéis la necesidad:
hasta los infelices pordioseros
en las cosas más pobres son superfluos
impedidle a la naturaleza
tener más de lo que necesita
y la vida del hombre sería tan vulgar
como la de una bestia. Tú que eres una dama,
¿para qué eres suntuosa solo para abrigarte
si la naturaleza no requiere
tantos lujos superfluos que escasamente abrigan?
Mi real necesidad ahora es la paciencia… (Shakespeare,
1983:42-43).
El rey continúa en una plegaria pidiéndoles a los dioses que le aclaren de
dónde viene la maldad de las hijas; si sus males se originan en su voluntad
divina, les pide ira santa para no resignarse a aceptar semejante humillación, en
un paroxismo amenaza con una venganza tal que el orbe completo se enterará.
El enfrentamiento llega a su punto culminante, ya no hay relación posible entre
las hijas y Lear, a menos que el rey pierda todo resabio de dignidad. Queda a
merced de sí mismo, del Bufón y de Kent. Ardiendo en cólera, según las
palabras de Glóster, el anciano abandona el palacio sin rumbo, despojado de
todo su reino, pero con su integridad moral pues no se dejó humillar de sus hijas
como un siervo.
Inicia la tormenta. Se establece un nuevo paralelismo en el drama, entre
la tormenta y la crisis de identidad del viejo de ochenta años abandonado a su
62

suerte. La interna lo vuelve inmune a la tempestad externa ya que desafía una


noche en que hasta los lobos y los leones buscan refugio. En pleno bosque,
deambulan el Bufón y Lear; la desolación y el abandono retumban en sus
conciencias como resuenan los truenos de la tormenta. La metáfora de la
tormenta nos acerca al caos interno de un monarca que ha perdido todo, no solo
su reino, sino todos sus afectos, queda a la intemperie emocional y físicamente.
Mientras Kent busca un refugio para Lear, este y su Bufón prosiguen
hermanándose, pues ambos no son más que seres necesitados de amparo, calor y
protección. Dentro de su mente sufriente, Lear no diferencia entre la potente
crueldad de sus hijas y la energía desatada de las fuerzas naturales:
Lear Y sin embargo sois serviles mensajeros
al haberos aliado con mis pérfidas hijas ,
descargando las furias del combate
de las protervas nubes, sobre una cabeza
tan vieja y blanca como esta.
¡Oh detestable suerte!
Buf. Tener una vivienda
para meter en ella la cabeza
es mejor que tener los sesos de oro. (Shakespeare, 1983:46).
En un juego de tragicomedia, el Bufón hace chanzas acerca de la suerte de
ambos, mientras Lear va desatando sus emociones que están al límite de la
capacidad humana para sentir y razonar al mismo tiempo. La vehemencia del
sufrimiento va ganando cada vez más espacio a la razón, pero se acerca
lentamente a la sabiduría y a una nueva sensibilidad:
Temblad, temblad malvados
que bajo falsos velos y apariencias
atentasteis en contra de la vida del hombre
y vosotros cobardes solapados
desgarrad vuestras máscaras y aullad
pidiéndole perdón a estos terribles
sagrados mensajeros. Yo soy un hombre en contra
63

de quien pecaron más de lo que él pecó. (Shakespeare,


1983:48).
Kent, después de tratar inútilmente de suavizar a las hijas, llega para
conducirlo a guarecerse en una cabaña. Lear decide ir al refugio y, en medio de
su dolor, una dulzura asoma a su ánimo, también una visión nueva sobre la
vida:
Lear Ya pierdo la razón. (Al Bufón)
Muchacho, ven acá. ¿Cómo estás? ¿Tienes frío?
Yo también tengo frío. ¿Dónde está esa cabaña?
Es raro el mecanismo de la necesidad
que puede convertir el barro en oro.
¡Bienvenida, cabaña!
¡Pobre loco y pillastre, hay en mi corazón
un pedazo que aún por ti se apena! (Shakespeare, 1983:49).
El rey y su bufón, el amo y el sirviente, el noble y el plebeyo, el que lo
tuvo todo y el que nunca tuvo más que su ingenio para divertir, hermanados por
el reino de la necesidad. Todos los valores del mundo conocido para Lear
dislocados, incluso para el propio sirviente, pues ya no tiene al noble consigo
ni al poderoso y rico, acompaña a un desvalido, a un ser más débil que él por su
ancianidad y porque no sabe moverse en ese mundo de los necesitados. De la
opulencia a la miseria, la igualdad de los seres humanos en su total desnudez sin
máscaras ni disfraces; en ese momento supremo de la creatividad de
Shakespeare, el bufón comparte una revelación:
Y ahora contaré una profecía:
Cuando el cura practique lo que reza
y no bautice el vino el viñatero,
y en modas no aconseje el noble al sastre
y en vez de brujas quemen putañeros,
cuando fallen los jueces con justicia
y no sean pobres ni los pordioseros,
ni vivan los chismosos de su lengua,
64

ni engorde con sus robos el ratero


y construyan iglesias las rameras
y su oro cuente al sol el usurero,
en el Reino de Albión
habrá tal confusión
que todos al marchar
sus pies tendrán que usar. (Shakespeare, 1983:49).
En el peor y más doloroso momento para ambos, cuando han tocado el
hueco oscuro y laberíntico de la desesperanza, el bufón lanza su profecía, la
inspiración divina con que enfrentar el caos generado por la crueldad, el
egocentrismo y el cinismo.
Inmediatamente, después de esta escena, hay un diálogo entre Glóster y
Edmundo, en el cual el padre se queja del comportamiento inhumano de las hijas
de Lear que le impidieron socorrerlo en su propio castillo bajo amenaza si las
desobedeciese. Edmundo le sigue la corriente, entonces Glóster le hace la
confidencia de la conspiración que se prepara desde Francia, ya desembarcó su
ejército para defender y restaurar el orden. Edmundo hace todo lo contrario de
lo que le demanda su padre, se dirige hacia los duques para delatarlo y venderlo
como un traidor. A cambio, se decreta un castigo para Glóster a quien le vacían
sus dos ojos, debe huir ciego y empieza su peregrinar. Edmundo adquiere su
castillo y su título. Los dos hilos del conflicto filial, los hijos contra los padres
para usurpar el poder, se van uniendo. Esta traición filial es la imagen más
grandilocuente del apetito ambicioso y codicioso, es la compulsión y la obsesión
que no se detiene ante nada. El poder y la riqueza como fetiches. Mientras las
hijas y sus yernos se enrumban con bríos hacia la crueldad, Lear inicia su
conversión. Antes de refugiarse en la cabaña, solicita que lo dejen solo:
Lear … (Al Bufón) entra tú de primero,
muchacho desvalido y sin hogar. Entra el Bufón
a la cabaña. (A Kent) Entra tú.
Yo rezaré, después iré a dormir.
¡Oh pobres y desnudos desgraciados!
dondequiera que estéis soportando los golpes
de esta cruel tempestad,
65

¿cómo os protegeréis, la cabeza sin techo,


con el vientre vacío y vestidos de andrajos
agujereados y raídos,
de momentos como este?
¡Cuán poco hasta hoy me he preocupado de esto!
Bébete, Pompa, esta medicina,
exponte a sentir lo que los pobres sienten
para que puedas derramar sobre ellos
lo superfluo y mostrar más justos a los cielos. (Shakespeare,
1983:51).
El rey sin corona y sin reino adquiere una nueva identidad, ya no está
basada en lo superfluo. Se ha despojado emocionalmente de su trono para
acceder a una nueva fe. Es la fe que se basa en la compasión humana. Es una
nueva creencia que no requiere de dioses porque su plegaria no va dirigida a
ninguna divinidad. Su rezo consiste en pensar en los que sufren el abandono
social, la única personificación y vocativo de su oración es ¡Pompa! La
invocación está dirigida a toda su vida anterior mediatizada por la opulencia, el
lujo, la fastuosidad y el derroche. De la hybris inicial, del despotismo,
emprendió el viaje hacia la necesidad humana y tanto su corazón como su
mente entraron en el caos porque su razón de ser, el poder, se había
resquebrajado en mil pedazos, ahora en la compasión encuentra su nueva
identidad: la razón humana no puede olvidarse de los otros sin perderse a sí
misma. El poder no puede conocerse a sí mismo, necesita de los otros, los más
vulnerables y desamparados, para reconocer su verdadero rostro de ingratitud,
crueldad o indiferencia. Incluso su conversión es de tal magnitud que puede
llegar a mostrar más justos a los cielos. ¡La justicia divina depende de la justicia
humana!, si el poder humano es justo, son justos los cielos.
El rey Lear ha pasado del reino del poder absoluto al reino de las
necesidades humanas.
66

Un buen discípulo provoca desastres

Comienzo a hastiarme hasta del sol y ansío


ver a nuestro planeta derrumbarse.
Shakespeare.

Parece que, en Macbeth, Shakespeare nos ofrece las diferentes facetas de ese
ser humano poderoso concebido en El Príncipe. Por un lado, el personaje
ambicioso está caracterizado como si hubiese seguido el manual indicado por
Maquiavelo. Por otra parte, la complejidad del drama busca aleccionarnos
acerca del desastre que acarrea semejante enseñanza y elección de poder, pues
al mostrarnos de lo que es capaz la ambición, se exaltan sus consecuencias. La
psicología del personaje se estructura como si fuera el modelo de lo que
Maquiavelo ha presentado: capaz de servirse de quien sea para obtener el poder,
falso, servil, hipócrita y adulador frente al rey para medir sus pasos e indagar
cuál es el momento para deshacerse de él. En la exposición del italiano, la
racionalidad de la deshumanización –maestro y príncipe, como se vio, no se
asumen como el resto de los mortales- se concibe, se define y se justifica como
algo natural y bendecido por “Dios”, mientras que en Macbeth, la
desarticulación del género humano o su enajenación, llevan a la locura, al
abismo y a la muerte.
La tarea asignada por Maquiavelo la ejecutan Macbeth y su consorte, el
dúo –tirano y consejera-. Oraremos por Vos como ermitaños, le dice lady
Macbeth, durante el recibimiento al rey, cuando lo acoge como huésped; las
oraciones van orientadas precisamente para ejecutar su muerte. No solo
simulan fidelidad, también preparan el llanto post-ejecución del asesinato,
cumplen con el precepto del maestro italiano de llevar el cinismo a su punto
culminante pues son conscientes de lo que hacen y cómo deben parecer lo que
no son. Macbeth, poco antes del regicidio, afirma:
En esta incertidumbre
tendremos que lavar nuestros elogios
en los riachuelos de la adulación
67

y hacer de nuestros rostros, disfrazándolos,


las máscaras de nuestros corazones. (Shakespeare, trad. en
1986: 99).
No podía faltar en estos buenos discípulos la obsesión por conservar el poder a
cualquier precio. Por esa razón, llega a reinar un verdadero estado de pánico.
Justo antes del asesinato de la esposa de Macduff y de todos sus hijos, esta
aclara el clima de perversión que domina:
Aunque ahora recuerdo que vivo en este mundo
en donde hacer el mal a menudo es laudable
y hacer el bien a veces
se considera una locura peligrosa. (Shakespeare, 1986:124).
La tragedia adquiere su verdadera dimensión cuando presenciamos las
consecuencias del homicidio; pues, como toda tragedia, expresa el límite
humano, la frontera que el ser humano no debe cruzar sin caer en el abismo de la
nada y del sin sentido existencial. El castigo no viene de los dioses, tal y como
acontecía en la antigüedad. Ellos, los ambiciosos, han triunfado al poner en
práctica los buenos consejos, pero el desastre los envuelve y en la magnitud de
la devastación se encuentra la genialidad de Shakespeare y, también, su
actualidad.
La primera consecuencia de la obsesión por el poder se manifiesta
cuando observamos cómo el personaje se escinde internamente como correlato
de su enajenación del resto de los humanos, presenciamos su desintegración
interna:
Macbeth- (Aparte)
¡Príncipe de Cumberland!
Nuevo peldaño en que tropezaré
a menos que lo salte, ya que me corta el paso.
Estrellas, ocultad vuestro fulgor,
que la luz no revele mis designios
68

lóbregos y profundos y que el ojo


no vea a la mano actuar. (Shakespeare, 1986:59).
Las dos metonimias implican que la conciencia se escinde de la acción; ambas
representadas por los dos sentidos fundamentales: la vista para el conocimiento,
la conciencia y el reconocimiento; la mano para la ejecución. Esa escisión del
tirano configura, en el drama, el vacío al que conduce la obsesión por el poder.
La oscuridad invocada como ocultamiento de su verdadera intencionalidad no se
refiere únicamente a la materialidad de la luz; significa, también, el sentido
mítico. Las fuerzas de la oscuridad acompañan estos deseos y el juego de las
brujas es, al mismo tiempo, una referencia a estas fuerzas, pero, también, su
burla, porque las canciones y los personajes, tal y como se dan, representan un
jolgorio irónico sobre todo cuando se trata del menjunje que está bullendo en la
olla; de manera que no hay más brujería que los deseos fatídicos de esa
ambición; en el fondo, es la proyección de la psique del personaje, pues él así las
llama al final del Acto IV. Se trata de su segundo encuentro con las Brujas en
donde se presentan tres apariciones que le confirman sus propósitos y sus
designios, cierra esa escena con:¡Y basta ya de alucinaciones! Llévame donde
estén los mensajeros.
Pese a que Macbeth se nos muestra como un cínico consciente de que va a
cometer un crimen contra un ser bondadoso, el personaje adquiere destino
trágico por el desenlace y la justicia que se realiza en su contra. Pero, sobre
todo, porque su conflicto no se limita a su fin. En realidad, es un desastre
psíquico e inicia justo después del regicidio. ¡No fueron felices para siempre el
rey y la reina!, como lo esperaban. La escena en que se deciden a la acción,
culmina con un:
Macbeth. – Resuelto estoy y todas mis fibras tensaré
para esta horrible acción. Y vámonos ahora,
a burlarnos del mundo con un semblante en paz,
que un rostro falso oculte un corazón falaz. (Shakespeare,
1986:70).
Esta exclamación de triunfo y júbilo (estallido de adrenalina, diríamos
ahora) por la capacidad de burlarse del mundo con un semblante plácido,
desaparece apenas se comete el crimen. Es interesante observar cómo ambos
69

cómplices –Macbeth y Lady Macbeth- se han autoengañado acerca de su propio


proceso, pues pocos momentos antes de que su consorte lleve a cabo todo el
plan urdido, el estado de ansiedad lleva a lady Macbeth a creer que, ejecutado
el plan, vendrá la calma pues El intento y no el acto nos perdería. Y, es
precisamente todo lo contrario, el acto fue lo que los perdió porque apenas
concluye la misión, Macbeth dice:
-Creí oír una voz que me gritaba:
“¡No podrás dormir más! ¡Macbeth ya mató al Sueño!,
El inocente Sueño, el Sueño que devana
la enrollada madeja de las preocupaciones,
la muerte cotidiana de la vida,
baño de los trabajos pesarosos,
bálsamo de las mentes laceradas,
gran manjar sustancioso,
del festín de la vida principal alimento. (Shakespeare,
1986:77).
Macbeth se adueña del poder e inmediatamente sufre un exilio de sí
mismo. Cruza una frontera psíquica, pasa a vivir en el país donde no existe el
descanso, no hay olvido para las preocupaciones, no se alivia la ansiedad, no
hay medicina ni remedio posible para su mal y padecerá, según Shakespeare, de
la peor de las hambres: la de la paz interior. Macbeth se pierde en una nueva
identidad en la que no puede ni quiere reconocerse, la de un asesino. La
venganza, el rencor y el odio están representados por las maléficas consejeras de
Macbeth.
La traición al rey es, al mismo tiempo, el quiebre de su integridad.
Macbeth ha liquidado su integridad y su apetito creerá saciarse con el baño de
sangre con el que va asegurando su poder. Por su lado, lady Macbeth, frente a
esta primera alucinación de su marido, considera una debilidad de su parte e
inicia así su propia obsesión. Manda a su marido a lavarse las manos, un acto
físico que borre las huellas, les traería a ambos la paz. Pero, lo que la sabiduría
de Shakespeare le pregunta al asesino y nos pregunta todavía hoy es: ¿qué o
70

quién limpia la mancha de la conciencia? La respuesta sigue pendiente pues


lady Macbeth deambula por el palacio en busca de esa limpieza, sus propias
alucinaciones de sonámbula la delatan pues busca, incansablemente, cómo
limpiar la sangre de sus manos, una sangre que nadie ve, pero que chorrea para
ella desde los confines de su desasosiego. Su mente solo encuentra reposo en la
muerte.
Ambos pensaron lograr su sueño alcanzando “el círculo de oro”, pero se
perdieron a sí mismos. Así, pues, hay un gran reclamo al espíritu de la época de
parte de Shakespeare quien nos alerta del frenesí de la ambición y del poder.
Ambos cómplices deambulan por el palacio llevando a rastras los fantasmas de
su conciencia. Incluso se manifiestan el uno al otro el desasosiego, la
intranquilidad, la soledad, acompañada por sus íntimas divagaciones, la zozobra
y el terror en que viven, temiendo ser descubiertos y perder el poder. A la
obsesión por alcanzar el poder, le sucede la obsesión por conservarlo, tal como
indicara Maquiavelo sin señalar sus secuelas psíquicas y sociales. El triunfo
alcanzado se esfumó, duró justo lo que alcanzó la adrenalina en subir. La
metáfora círculo de oro se convierte en círculo de locura.
En el Acto III, escena cuarta, lo que ha sido la subjetividad íntima del
poderoso se desnuda en el banquete frente a sus invitados nobles. El festín es
interrumpido por el asesino, contratado por el propio Macbeth para liquidar a
Bancuo, con el fin de anunciarle que ya cumplió con el contrato. Este hecho,
parece inverosímil, en el sentido que se rompe todo protocolo y cómo un sicario
se otorga el permiso de interrumpir una comida de nobles y llamar al mismo rey.
Por inverosímil que parezca, nos permite ver a lo que lleva la obsesión y la
pérdida de compostura del personaje real. Esta incapacidad para guardar las
reglas del protocolo es el preludio de lo que va a acontecer instantes después.
Macbeth ve sentarse en el asiento vacío al invitado ausente por haber sido
ejecutado. En ese momento, su psique deja de distinguir entre la realidad y la
imaginación. El fantasma de su psique, pues solo él lo ve, se adueña del
espacio y del acto oficial. Incluso Macbeth dialoga con él y le reclama:
… Tiempo hubo
en que un hombre moría al saltarle los sesos
y ese era el fin, mas ahora regresan
con veinte heridas, todas mortales en el cráneo
71

y nos arrojan de nuestros asientos.


Todo esto es más insólito
que el crimen mismo. (Shakespeare, 1986:106).
William Shakespeare nos plantea una nueva noción del poder, ya que,
poco antes de esa expresión, el rey establece un contraste entre la antigüedad y
su momento. Hubo épocas en que se realizaron crímenes espantosos antes de
que los códigos benévolos humanizaran las comunidades y, aún después de
dicha humanización, se continuó con semejante práctica pero nunca antes las
víctimas salieron de la tumba del olvido. Esta afirmación del personaje, en
medio de su alucinación, nos sitúa en un marco cualitativamente diferente: la
víctima se reincorpora; hay una conciencia de la existencia de ella. Las víctimas
que, para Maquiavelo, no existen; saldrán de sus tumbas a reclamar justicia,
según Shakespeare. Los efectos de nuestros actos regresan a nosotros mismos,
nos advierte el dramaturgo. Tanto es el daño causado a sí mismos que viven en
el temor constante pero, además, no hay cura, como lo afirma el médico que
atiende a lady Macbeth:
Macbeth. -¡Pues cúrala! ¿No puedes aliviar
un alma enferma, sacar de su memoria
un dolor enraizado, borrar de su cerebro
las angustias impresas y con un dulce antídoto,
que haga olvidar, aligerar su pecho
de toda esa materia peligrosa
que el corazón le oprime?
Médico. –En esos casos
el paciente ha de hallar su propia droga. (Shakespeare,
1986:144).
No hay medicina que cure el alma que ha destruido y se ha destruido. Tan
radical es la afirmación en la tragedia que lady Macbeth llega a la desesperación
del suicidio como única salida. Por su parte, el marido acaba en la más absoluta
soledad y sin un sentido para su vida.
72

Dichos efectos no solo aparecen en la psiquis enferma del malhechor,


surgen en la vida social. La muerte de inocentes sin siquiera poder acusarlos de
cómplices –como es el caso de la esposa de Macduff y sus hijos- deja visualizar
el grado de deterioro de las relaciones humanas. Por eso, no es casual que antes
de su muerte, ella crea en la traición de su esposo pues pensaba que había,
aparentemente, huido como un cobarde sin darle explicaciones ni a ella ni a los
hijos. Frente a este aparente abandono, este personaje manifiesta incluso la
mercantilización de los seres humanos, por medio de un juego irónico entre ella
y un hijo acerca de la posibilidad de comprar y vender esposos. Este juego
reafirma lo que ya, anteriormente, Macbeth ha declarado.
La mercantilización de las relaciones humanas en esa tiranía tiene otro
antecedente; no se trata de un juego irónico. Macbeth, cuando urde el plan de
matar a Bancuo, dialoga con los dos hombres contratados para llevarlo a cabo y
compara el valor de la virilidad con un catálogo de perros, donde aparecen los
precios según las cualidades “naturales” de cada uno; concluye con la
afirmación de que lo mismo sucede con los seres humanos. De hecho, el
contratar asesinos es una manera más de afirmar que la vida de los seres
humanos posee valor monetario. La sospecha, la intriga, la delación y el miedo
al tirano es el clima que genera un gobernante delincuente.
La pérdida de la cordura general, el desequilibrio externo del reino va
consumándose conforme se va desarrollando el de los reyes. La expresión más
subjetiva del desastre es la de la psicología del poder. No se puede llevar a la
práctica el diseño de Maquiavelo sin caer en la desintegración de la
personalidad y a cada crimen le sucede otro y otro. La obsesión y la
compulsación que desata el poder como fetiche, es decir como un falso dios.
Los otros desastres guardan relación con el resto de crímenes, las vidas
que mutiló, las familias que destrozó, el sufrimiento que ocasionó y el terror que
sembró en todo el reino pues él mismo se jacta de tener un espía en cada casa:
No hay ni uno solo de ellos
en cuya casa yo no tenga al menos
un criado a mi servicio. (Shakespeare, 1986:109).
Los justicieros de Macbeth se refieren a él como tirano y en la escena
sexta del Acto III dos nobles dialogan con ironía y doble sentido para
73

representar el grado de cuidado y la autocensura que imperaba para no


exponerse demasiado. El propio Macbeth manifiesta abiertamente:
… porque ya estoy resuelto
a conocer lo peor aún por los peores medios.
Todo debe rendirse a mi interés.
Tanto he avanzado ya por el pantano
de la sangre, que regresar sería
tan fastidioso como continuar. (Shakespeare, 1986:109).
La expresión conocer lo peor por los peores medios constituye la síntesis de la
inteligencia depredadora.
Impuso un terrorismo de Estado. Las puertas del palacio se abrieron para
mostrarnos como el discípulo de Maquiavelo convirtió el palacio y el reino en
un infierno. El paralelismo entre el palacio de Macbeth y el infierno nos lo
expresa otra escena lúdica, la del portero. Muy al estilo de Shakespeare, un
juego de palabras con un doble sentido, nos presenta el entorno moral en que se
desenvuelve el drama pues Macbeth no es el único criminal. Desfilan también
un granjero que acaparó alimentos, un tramposo, traidor en nombre de Dios, un
sastre inglés y ladrón; el mismo portero nos aclara que hay gente de esa índole
en todas las profesiones. Concluye la secuencia, diciendo que no puede ser el
infierno porque ahí –se refiere al castillo de Macbeth- hace mucho frío.
La riqueza y complejidad del drama está en que nos muestra lo que
Maquiavelo no ve u oculta, pues él se integra a la estructura de dominación. Él
piensa la estructura para que la ponga a funcionar el príncipe. En cambio,
Shakespeare retrata la estructura desde su inversión y desde la subjetividad que
encarna pues los seres humanos no podemos desarticularnos del resto de la
humanidad sin despojarnos de una parte preciosa de nosotros mismos. Ambos
–rey y reina-, ya que lady Macbeth hace el rol de consejera o asesora de su
esposo, se perdieron en un torbellino de poder pues su gran preocupación es que
el crimen se descubra, no su ejecución. Por lo tanto, priorizan, tal y como lo
predica el italiano, en el parecer. Hay un soliloquio de Macbeth, antes de
ejecutar el asesinato, en el que contrasta su ambición –único móvil suyo- con la
bondad de Duncan y valora lo que la Piedad, personificada en un recién nacido o
74

en un querubín, haría frente a la inocencia del rey. El problema no es el delito


es no saber aparentar lo contrario y ser descubierto. El cinismo y la obsesión
por el poder anulan y aniquilan cualquier preocupación ética.
El desastre total del reino y su perdición se da porque priva el deseo
individual sobre el bienestar general. El egocentrismo que habíamos
visualizado con Todorov se convierte en el eje central del caos. Tal y como lo
afirma lady Macbeth frente a las dudas de su consorte:
…¿Te atemoriza ser
en actos y valor el mismo que en deseos? (Shakespeare,
1986:67).
La inversión sobre la que se sustenta la tragedia de Macbeth es que la
necesidad fue desplazada por el deseo. Macbeth no requería ser rey para vivir
bien; deseaba ser rey y lo fue a costa de su psique, de la ética y de la paz,
individual y colectiva.
El reino donde gobierna el deseo, en lugar de la necesidad, va hacia el
abismo. ¿Sería esa una metáfora premonitoria de William Shakespeare? Con
respecto a las metáforas premonitorias, ese reino del deseo egocentrista
convierte a la naturaleza en un caos, si lo requiere para lograr sus fines. Así lo
exclama Macbeth frente a las Brujas y las tres apariciones, con tal de que
cumplan su deseo de saber su porvenir, está dispuesto a generar el caos total en
los vientos, el mar, la naturaleza, las instituciones –representadas por
campanarios y palacios-; su carencia de límites y sensatez, lo lleva a exclamar:
…aunque se agosten tiernas las espigas,(…)
el tesoro de todas las semillas
de la naturaleza se confunda revuelto,
y el caos se espante de sus propios actos,
contestad mis preguntas. (Shakespeare, 1986:115).
Esta apuesta por la destrucción total se ubica en el momento en el cual el
personaje pleno de ansiedad consulta el oráculo para indagar si se mantendrá en
el poder o será destronado, pero no es el único momento en que su poder
75

destructivo es capaz de abrazar a la naturaleza, incluso hay un pasaje antes de


aprestarse a la última batalla en que grita:
Comienzo a hastiarme hasta del sol y ansío
ver a nuestro planeta derrumbarse. (Shakespeare, 1986:149).
¿No es esta la apuesta que juega el sistema capitalista global con respecto
a la Madre Tierra?14 Macbeth anticipa el “ecocidio” que estamos viviendo en
pleno siglo XXI. ¿Hasta cuándo los y las victimarias de la naturaleza y de
millones de seres humanos privados de todo derecho seguirán viéndose en el
espejo de su propia ambición? Por supuesto, según la visión shakespereana, el
victimario no puede ni quiere reconocerse en su verdadera identidad, pues
dejaría de recibir la recompensa por sus crímenes.15

14
Cualquier proceso de acusación contra Monsanto u otras de las transnacionales acerca de la propiedad de
las semillas y el cultivo de los transgénicos guarda correspondencia con este deseo de Macbeth.
15
La gran diferencia entre el Macbeth del drama ficticio y los históricos, es que estos últimos encubren su
intencionalidad bajo el discurso de liberar a algún pueblo de una tiranía, el monstruo comunista, o el monstruo
terrorista. Pero, sus efectos coinciden con los desatados por el Macbeth ficticio. Noam Chomsky señala
refiriéndose a las consecuencias de la guerra fría en Vietnam: Informando de una visita a Vietnam, Ngo Vinh
Long escribe que en una provincia central hubieron de ser retiradas siete millones de bombas antipersonal y de
granadas M-79 a fin de acondicionar nuevamente los campos. En otra provincia hay un millón de bombas y
granadas que siguen dentro de la tierra, sin explotar, y más de tres mil personas han resultado muertas desde
1975. Una tercera provincia está enormemente “desforestada por el bombardeo y cañoneo”. La destrucción de
árboles y vegetación ha provocado inundaciones y vientos ardientes que arrojan arena dentro de los arrozales.
“Gran parte de la tierra del centro de Vietnam ha sido destruida por defoliantes químicos, bombas y agua
salada que invadió los arrozales a raíz de la destrucción por las fuerzas norteamericanas de los diques
marítimos y del ensanchamiento de muchos ríos para permitir el paso de las cañoneras”. (Chomsky, 1984: 40).
Se trata de un minúsculo ejemplo pero la destrucción abarcó todo el territorio.
76

LA BURLA AL PODER

-Señor, replicó Sancho: yo imagino que es bueno mandar, aunque sea a un hato
de ganado.
Cervantes.
La preñez de Sancho
Cuando Don Quijote, en tono magistral, va a darle los consejos a Sancho para
gobernar de la mejor manera la ínsula asignada por los duques, el narrador nos
aclara la actitud del discípulo:
Atentísimamente le escuchaba Sancho y procuraba conservar
en la memoria sus consejos, como quien pensaba guardarlos, y salir
por ellos a buen parto de la preñez de su gobierno. (Cervantes, 1967:
754).
Otro genio de la época crea una crítica a partir de una inversión. Encontramos,
una vez más, el dúo maestro-discípulo, gobernante-consejero; sin embargo, se
trata del desquiciado caballero andante y su crédulo e ignorante escudero. No
asume el tono trágico de William Shakespeare para alertarnos de las graves
consecuencias del poder fetichizado que se abstrae de los seres humanos y se
convierte en un nuevo dios que decide sobre la vida y la muerte de estos.
Cervantes toma el sendero de la burla y la irreverencia total, pues quien va a
gobernar es el personaje que ha demostrado a lo largo de la narración ser
crédulo, ingenuo e ignorante. El más desvalido y el más bajo desde la óptica de
los duques. Ese eslabón más débil, escoge Cervantes para burlarse del poder.
Esa primera actitud nos anuncia el celo que pondrá Sancho en los asuntos
de su gobierno. Al final de la aventura, el narrador no duda en darnos el sentido
del pasaje para aclarar la estrategia de la lectura:
Cada día se ven nuevas cosas en el mundo: las burlas se
vuelven en veras y los burladores se hallan burlados. (Cervantes,
1967: 799)
Existen, en este relato dos estrategias que se enfrentan y se contraponen. Por
una parte, los duques construyen o continúan con el montaje que han traído
desde el encuentro con Don Quijote y Sancho, ya que los consideran juguetes
77

para su diversión, se comportan como niños que requieren entretenimiento y los


dos personajes se transforman en sus marionetas; por otro lado, el narrador
desmonta y destruye el artilugio por la sensatez y sabiduría con que el personaje
popular responde a cada chanza.
Los señores le otorgan a Sancho la posibilidad de cumplir un sueño, como
si fuera la lotería, el pobre siempre sueña con cambiar su situación y ascender.
La promesa del ascenso al poder, ser otro, dejar de ser el excluido, el
menospreciado y adquirir una nueva identidad. La promesa juega aquí un papel
fundamental como aspecto determinante del imaginario popular. Sancho ha
soñado a la largo de toda la narración con ser gobernador de una ínsula y bajo
esa ilusión ha acompañado a su amo en todos los sinsabores por los que les ha
tocado transitar, tan es así que Don Quijote le resalta el hecho de que la fortuna
le ha cumplido su sueño antes que a él.
La ínsula es inexistente y solo habita en la imaginación de los dos
personajes, tan es así que los duques ni siquiera se toman la molestia de fingir un
viaje como el que antecede a este episodio, el viaje al espacio montados en
Clavileño. A unas pocas leguas de camino, Sancho entra en la ínsula Barataria.
El nombre, evidentemente, es una metáfora más de la burla y la jocosidad. La
exposición pública del menosprecio a Sancho llega a niveles hiperbólicos pues
una gran parte de la población está al tanto del engaño; según el narrador, se
trata de un poblado de mil habitantes. Es como si Sancho fuera un fenómeno al
que hay que exhibir para entretenimiento de los súbditos. En realidad, desde la
óptica de los duques, como dueños absolutos del poder, se podría tratar de un
escarmiento público al populacho que pretende poseer las capacidades de la
nobleza. Se trata de un juego más del poder que se divierte a costa de los sueños
y necesidades del ser humano, de cualquier ser humano.
El desprecio y el irrespeto a Sancho se magnifica pues los cómplices de
los duques son, a su vez, sirvientes, súbditos o subalternos; los iguales en escala
social no se reconocen en la humildad y simplicidad del crédulo nuevo
gobernador. Las mofas, como se apuntó al inicio, constituyen una estrategia
del poder para engañar con la distracción del cumplimiento de la promesa, el
anhelo hecho realidad. 16 La estrategia de los duques incluye el ritual de la

16
Se trata de una necesidad del imaginario popular, el ansía de cambio del menospreciado, de los vulnerables
que pretenden satisfacer sus carencias con el “sueño que se hace realidad”. En Costa Rica, la lotería nacional
establece varias campañas publicitarias durante el año con el leit-motiv del sueño hecho realidad,
fundamentalmente para la Navidad. Un canal de televisión juega con el “Sueño navideño” de los sectores más
78

consagración del poder.17 Lo recibe el pueblo entero, doblan las campanas por
él, lo conducen a la iglesia, ejecutan ridículas ceremonias, le entregan las llaves
del pueblo y lo declaran gobernador perpetuo. Lo sacan de la iglesia y lo
sientan en la silla del juzgado, como si se tratase de un objeto; es, en verdad, un
objeto de gozo, burla y sarcasmo. Una vez culminado el ritual, continúan las
diferentes bromas, cuya finalidad es poner en aprietos a la nueva autoridad con
el fin de ridiculizar la escasa inteligencia y la magna ignorancia de Sancho.
Además de las chanzas para ridiculizarlo, juegan con el hambre del desvalido.
Como si se tratara de una metáfora actual18, se le ofrecen al hambriento de
Sancho las más rica gama de sabores y olores culinarios pero que no lo dejan,
bajo excusas médicas y de cuido de su entendimiento, probar bocado. El poder
jugando una vez más con las necesidades del pobre: el hambre. El sujeto
humano convertido en objeto, en este caso de burla para entretenimiento de los
duques.
El final de esta trama se precipita por mandato de los duques quienes han
enviado una carta a Sancho para advertirle la amenaza de una invasión. Se
presenta, una vez más, el abanico de sentidos con que la narración nos permite
reír y reflexionar al mismo tiempo. Como parte de la tomadura de pelo, los
duques le comunican a Sancho el peligro de unos infiltrados, de la existencia de
unos enemigos del duque y de la ínsula que pueden poner en riesgo hasta su
vida. El ingenuo se muestra un tanto escéptico e incrédulo porque replica con
una orden al mayordomo que le ha leído la misiva:
Lo que ahora se ha de hacer, y ha de ser luego, es meter en un
calabozo al doctor Recio, porque si alguno me ha de matar ha de ser
empobrecidos y carenciales. Ganan audiencia, satisfacen la doble moral del empresariado y “hacen feliz” a una
familia. En la televisión, también, el arquetipo del sueño realizado presenta otras variantes: “Bailando por un
sueño”, “Dancing with the stars”, -¡con nombre en inglés, para hacerlo más rimbombante!-, cuyo sentido
social es idéntico. El sedante y el alivio social a un caso particular opera subliminalmente para toda la
audiencia.
17
En los inicios de la televisión costarricense, hubo un programa infantil “Chungalandia”, cuyo promotor se
hacía llamar Chungaleta. El programa en cuestión cumplía con el rol mencionado. Participaban los infantes en
diferentes concursos de canto, baile, recitación, etc. y quien más recibía aplausos era declarado o declarada
reina o rey de Chungalandia por ese día. Había un ritual de coronación, con desfile, cetro, corona, capa y
música. El rey o la reina recibían una bolsa de regalos, el conductor Chungaleta iba enumerando las marcas y
las empresas promotoras de los regalos. El libre mercado hacía sus primeras incursiones en la televisión
infantil con un doble ritual del poder: la coronación y el rey o reina del consumo. Todos los niños de ese
entonces deseábamos la bolsa de regalos.
18
La vitrina de la tienda que se ofrece “democráticamente” a toda la feligresía del consumo para el despertar
del apetito y del deseo, pero que selecciona cuidadosamente a quién o a quiénes se les permite la satisfacción
y la adquisición, de acuerdo con la capacidad económica. Desear podemos todos y todas democráticamente,
comprar es otro cuento.
79

él, y de muerte adminícula y pésima, como es la del hambre.


(Cervantes, 1967: 782)
Aunque, posteriormente, continúa con el sentido de la farsa de los nobles,
esta orden permite preguntarse hasta qué punto Sancho les ha creído tan
inocentemente a los duques, pues aquí se precipita y aprovecha la coyuntura
para deshacerse y vengarse del doctor Recio. Hay otros momentos en que
Sancho da indicios de no ser tan crédulo: al inicio de la farsa, cuando encuentra
parecido el mayordomo con la condesa Trifaldi; en la farsa del labrador
negociante, Sancho disfruta de las descripciones que este realiza de su hijo y de
la belleza de su nuera, todos los indicios van hilvanándose para hacerle
concluir al lector que el ingenuo está creyendo la historia; al final, sorprende a
todos con la cólera e indignación que le produce este embuste, al extremo que el
maestresala le hace señas al labrador para que huya antes de la paliza que el
gobernador está dispuesto a propinarle.
Otra situación semejante: después de la golpiza, cuando decide poner fin a
su gobierno, frente a la petición del doctor Recio de que reconsidere la decisión,
responde que él no está para estas burlas por dos veces. Este distanciamiento de
Sancho Panza de su propio papel impuesto por los duques posibilita ver la
intencionalidad de la ironía y el sarcasmo cervantino con respecto al poder. El
mismo narrador está ejecutando su rol de burlarse del poder, pues no solo
desmonta, como se analizará más adelante, el naipe de los duques, sino que se
ríe de lo que hemos llamado la paranoia del poder. En la imaginación de los
nobles, no podía darse otro final que no fuera el de la invasión enemiga.
Con los montajes que hacen estos nobles en contra de Don Quijote y
Sancho Panza, se demuestra su insensibilidad, los otros internos dentro de su
reino –el loco y el pobre ignorante- solo pueden existir para tratarlos como
objeto de burla y ridiculización, como muñecos con qué llenar su ocio. La
sensibilidad de quien posee todo y lo domina todo. El otro solo tiene un lugar
en la dinámica de la dominación: ser objeto de algo, en este caso de burla. El
propio duque al inicio de este episodio le da a entender a Sancho su noción de
poder, así como el placer que de este se entresaca, pues afirma:
-Si una vez lo probáis, Sancho, dijo el duque comeros heis las
manos tras el gobierno, por ser dulcísima cosa el mandar y ser
obedecido. (Cervantes, 1967: 751).
80

Desde la nobleza, el poder se concibe desde una verticalidad en la cual


solo cabe una autoridad que ordena y un subalterno que obedece. La definición
tan, aparentemente, restrictiva es, en realidad, una síntesis de todo lo que ha
formulado Maquiavelo: mandar para obtener de riquezas, territorios, recursos
estratégicos, obedecer para acatar el despojo y aceptar la sumisión o morir.
¿Hasta qué punto la golpiza propinada a Sancho no cumple también con la
lógica misma del poder dominante que golpea y castiga al disidente?, pues
Sancho, con sus respuestas, podría llegar a ridiculizar a quien lo ridiculizó.
Sin embargo, el sentido global del episodio gira sobre todo en la sátira
cervantina al poder desde el eslabón más bajo de la estratificación social. Esos
otros internos –el loco y el ignorante- desafían con sus respuestas particulares el
poder. La estrategia narrativa para desarticular la racionalidad de los duques -
mandar y ser obedecido-, en este caso jugar con los seres humanos como si
fueran títeres, se expresa en dos momentos diferentes. El primero es el
componente teórico, Don Quijote diserta acerca del poder en dos ocasiones:
cuando le da los consejos a su escudero y cuando le escribe una carta. La voz
narrativa interviene, también aquí, para señalar los códigos de lectura:
Pero, como muchas veces en el progreso desta grande historia
queda dicho, solamente disparaba en tocándoles en la caballería, y en
los demás discursos mostraba tener claro y desenfadado
entendimiento de manera que a cada paso desacreditaban sus obras
su juicio, y su juicio sus obras; pero en esta destos segundos
documentos que dio a Sancho mostró tener gran donaire, y puso su
discreción y su locura en un levantado punto. (Cervantes, 1967:
754).
Quedan así establecidos el buen sentido y la racionalidad de los consejos
de Don Quijote. Aunque la carta es cronológicamente hablando posterior,
iniciamos con ella. En la misiva, reitera algunos de los consejos que le había
planteado pero destacan principios humanistas como la preocupación por los
más vulnerables pues no hay cosa que más fatigue el corazón de los pobres que
el hambre y la carestía. Con respecto a las leyes, considera que su abundancia
no es adecuada; si se hacen, deben cumplirse pues de nada sirven, si quien la
promulgó no tuvo el coraje de aplicarlas. Le indica visitar las cárceles para
consolar a los presos, las plazas para atemorizar a los carniceros y a las
vendedoras por la especulación con los precios. Le recomienda que se cuide de
ser mujeriego, codicioso o glotón, pues cualquiera de las debilidades o las tres
81

lo perderían. La sagacidad demostrada por Don Quijote con respecto a estas


tres conductas transparenta una cualidad fundamental de un buen gobernante: el
equilibrio en el manejo de su voluntad. También, le sugiere ser agradecido pues
la ingratitud es una manifestación de la soberbia. En fin, en dicha carta, el
caballero cuida del buen nombre de su escudero, tal y como ya lo había hecho
antes de su partida.
Su intervención más elaborada es la que sirve como despedida, antes de
la partida de Sancho. Esta reunión inicia agradeciendo a la Divina Providencia
por el hecho que su escudero reciba primero que él los favores de la fortuna y
cumpla así su sueño sin haber realizado merecimiento alguno. Se despoja de
todo sentido egoísta, priva la alegría por el bien ajeno. Posteriormente,
puntualiza sus mandamientos de cómo impartir justicia en dos aspectos
esenciales: los adornos del alma y los adornos del cuerpo. Entre las
recomendaciones dadas, se encuentran las siguientes:
a- para obtener sabiduría, debe temer a Dios y si es sabio no se
equivocará en nada;
b- debe emprender el conocimiento más difícil que existe, el
conocimiento de sí mismo, para evitar la soberbia de olvidar su
origen pues es más preciado ser un humilde virtuoso que un
pecador soberbio; si centra su vida en la virtud no tendrá que
envidiar a los nobles su linaje porque la sangre se hereda, pero la
virtud se adquiere, esta vale lo que la sangre no;
c- no deberá avergonzarse de su linaje; por lo tanto, debe acoger
con amabilidad a cualquiera de sus parientes que lo visite en su
ínsula;
d- si se lleva a su mujer, pues no debe vivir mucho tiempo solo,
deberá quitarle su rudeza natural;
e- deberá encontrar un punto de equilibrio para descubrir la verdad
entre las promesas y las dádivas del rico, como por entre los
sollozos e importunidades del pobre;
f- la compasión debe estar presente a la hora de castigar al
delincuente;
g- si va a relativizar la justicia debe hacerlo con misericordia, no
con ánimo de dar;
h- cuando le toque juzgar a un enemigo, deberá apartar de su mente
las injurias recibidas y centrarse en la verdad de los hechos;
82

i- frente a una mujer hermosa, no deberá dejarse llevar por sus


llantos y suspiros sino en la sustancia de lo que solicita;
j- el buen trato para con quien recibe castigo, no le suma otro
suplicio;
k- el delincuente no es más que un representante de nuestra
naturaleza humana, por lo que merece misericordia pues es más
brillante esta, como atributo divino, que la justicia.

El resto de máximas las propone como si trataran únicamente acerca del


cuerpo, pero no es así. La preocupación de Don Quijote es preparar lo mejor
que puede a su discípulo para el buen comportamiento; le sugiere la limpieza, el
corte de uñas, el tipo de comida, la mesura en el comer y el beber, etc.; está
pendiente siempre de la equidad; por ejemplo, atiende minucias como el traje de
los criados, debe proporcionárselas de buen ver y provecho, pero sin lujos para
que si ha de vestir tres criados, con el mismo gasto vista también tres pobres. La
búsqueda del equilibrio es una constante en su discurso, con respecto a la
mesura en la ingesta del vino, afirma:

Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado


ni guarda secreto ni cumple palabra. (Cervantes, 1967: 755).

Dos advertencias implícitas en la del vino, la indiscreción y la falsedad e


hipocresía no deben ser parte del gobernador, la palabra y el acto se deben
corresponder. Esta recomendación, tan sintética, engloba, también, la
coherencia que debe mantener quien gobierna pues tan censurable es manifestar
lo que no debe como usar su palabra en vano. La mente lúcida no le permitirá
expresar lo indebido.

En la clase magistral de Don Quijote no podía faltar el humor y la ironía,


el alumno peca en demasía con respecto a su capacidad de respuesta pues no
logra alcanzar las alturas de la elocuencia de su caballero, pero, entre regaño y
consejo, el maestro prepara hasta los modales de su escudero. En dos ocasiones,
Sancho argumenta soltando refranes como si se trata de una retahíla. La
paciencia de Don Quijote se desborda con dos reprimendas solemnes por la
manía de hilvanar refranes en lugar de argumentar. Sancho acepta la primera,
pero, en la segunda censura, se nos muestra un personaje que anuncia lo que será
de ahí en adelante:
83

¿A qué diablos se pudre de que yo me sirva de mi hacienda,


que ninguna otra tengo, ni otro caudal alguno, sino refranes y más
refranes? Y ahora se me ofrecen cuatro que venían aquí
pintiparados, o como peras en tabaque pero no los diré, porque al
buen callar llaman Sancho. (Cervantes, 1967: 757).

El caballero arremete con una nueva sermoneada pero le solicita esos


refranes, al terminar de escucharlo da por finalizada su preparación y resignado
lo encomienda a Dios porque él se sentirá responsable del desbarajuste que hará
en la ínsula. Sancho responde con vehemencia que no está para irse de
gobernador porque si Don Quijote considera que no sirve, él prefiere irse como
Sancho al cielo que como gobernador al infierno, además replica, entre otras,
que:

… y más, que mientras se duerme, todos son iguales, los


grandes y los menores, los pobres y los ricos… (Cervantes, 1967:
757).

Sorprende a su interlocutor y al lector la capacidad de respuesta del


humilde escudero desde su integridad moral, pues antepone el criterio de su amo
a su propio egoísmo. Don Quijote, asombrado por la elocuente respuesta de
Sancho, le contesta que quien ha dado semejante argumento está preparado para
gobernar cualquier ínsula, lo despide asegurándole el éxito si sus intenciones y
deseos son siempre buenos a ojos del cielo. Se vislumbra así la integridad
moral de Sancho Panza que será la que lo destaque en su nueva misión. Esa es
la estrategia cervantina: colocar la integridad moral de Sancho como parámetro
para la burla al poder.

Los problemas planteados al “ignorante” escudero constituyen verdaderas


pruebas de identidad. La primera de ellas se ubica cuando el duque le solicita
irse porque los insulares lo esperan con impaciencia. Sancho, en lugar de
expresar la euforia por “tocar el cielo con las manos”, como esperaba el señor,
da, quizás, la primera sorpresa porque:

-Después que bajé del cielo y después que desde su alta


cumbre miré a la tierra y la vi tan pequeña, se templó en parte en mí
la gana que tenía tan grande de ser gobernador; porque ¿qué
grandeza es mandar en un grano de mostaza o qué dignidad o
84

imperio el gobernar a media docena de hombres tamaños como


avellanas, que a mi parecer no había más en toda la tierra? Si vuesa
señoría fuese servido de darme una tantica parte del cielo, aunque no
fuese más de media legua, la tomaría de mejor gana que la mayor
ínsula del mundo. (Cervantes, 1967: 750).

El hilo de la narración nos ha aclarado que no ha hecho ningún viaje ni ha


visto más cielo que el de su cerebro a oscuras porque le vendaron los ojos
mientras montaba sobre Clavileño. También, nos ha alertado acerca de la
complicidad entre el caballero y su escudero porque ese capítulo, el de
Clavileño, cierra con la sentencia de don Quijote cuando le dice que le cree todo
lo que ha visto en el cielo, si él, a su vez, le cree todo lo que observó en la cueva
de Montesinos. Por lo tanto, Sancho sabe que miente y enfrenta al duque con
un espejo para que observe su propia impotencia humana: otorgarle una
propiedad del cielo, pero no solo humilla al duque sino que relativiza el poder
que este posee, pues gobierna sobre la milésima parte, o menos aún, de un
grano de mostaza. ¡Sarcasmo o insolencia igual no se había visto ni oído! No
hay que olvidar que poco después en la narración Sancho afirma, como defensa,
que cuando duermen todos son iguales.

La medida del Cosmos y del infinito es el parámetro que usa Cervantes


para valorar el poder del duque o cualquier otro poder. La personalidad del
humilde escudero pasa la primera prueba se iguala ante el duque, quien no tiene
más respuesta que aclararle que sobre el cielo no tiene injerencia, solo Dios.
Asume, como se apuntó al comienzo del análisis, la medida de su poder: el
placer de mandar y ser obedecido; el egocentrismo es la pauta para el uso del
gobierno, no hay más interés que su satisfacción ególatra, tras la cual va
cualquiera después de saborearlo porque …comeros heis las manos tras el
gobierno. Se están midiendo en la broma cervantina dos egos: el noble y “el
populacho”.

Ante la respuesta del poderoso, Sancho acepta porque al fin y al cabo


quiere saber eso, arremete con una nueva ironía:

-Señor, replicó Sancho: yo imagino que es bueno mandar,


aunque sea a un hato de ganado. (Cervantes, 1967: 751).
85

Las respuestas de este humilde personaje continúan en el mismo sentido,


el nuevo cargo no le rasgará su identidad. Frente a la advertencia del duque en
el sentido de que esa misma tarde le tendrán que acomodar el traje y su nueva
vestimenta, Sancho alega que lo vistan como quieran pues de todas formas
seguirá siendo Sancho Panza. Lo mismo sucede cuando el duque le explica que
lo vestirán parte de letrado y parte de capitán puesto que requerirá de las armas
y de las letras, él, sencillamente, responde que de letras no conoce pero le basta
con tener a Dios presente.

El énfasis de Cervantes es, precisamente, mostrarnos cómo su personaje


pasa por el nuevo cargo sin que este le altere y le alimente el egocentrismo,
porque, antepone una ética o una moral. Ya, en ejercicio, detiene el uso de las
reverencias:

-Pues advertid, hermano, dijo Sancho, que yo no tengo don, ni


en todo mi linaje le ha habido: Sancho Panza me llaman a secas, y
Sancho se llamó mi padre, y Sancho mi agüelo, y todos fueron
Panzas sin añadiduras de dones ni donas; y yo imagino que en esta
ínsula debe haber más dones que piedras; pero basta, Dios me
entiende, y podrá ser que si el gobierno me dura cuatro días, yo
escardaré estos dones… (Cervantes, 1967: 769).

En ese mismo pasaje, el nuevo gobernador, como parte del rito antiguo de
iniciación, debería responder una pregunta difícil e intrincada para que el
pueblo valore el ingenio de su nueva autoridad y se alegre o entristezca por su
llegada. Sancho admite el examen pero saca su egocentrismo del asunto pues
afirma que responderá lo mejor que él sepa, se alegre o no se alegre el pueblo.
Es decir, su “imagen” de gobernante –como diríamos actualmente- lo tiene sin
cuidado pues sus propósitos ya se los había aclarado su maestro y son otros.

Por otra parte, cuando se presenta un labrador para consultarle acerca de


un asunto urgente –se trata de su primer ejercicio en el cargo-, este personaje se
arrodilla frente a la autoridad para besarle la mano, Sancho no solo le ordena
levantarse sino que también le niega la mano, después pasa, inmediatamente, a
atender la inquietud del labrador. Si el mismo personaje no hubiera planteado
en un capítulo anterior la igualdad de los seres humanos, estos rechazos a la
magnificación de la jerarquía podrían tener otro significado, pero la lógica de la
relatividad del poder marca el sentido.
86

Además de que su ego no se alimenta con el cargo, Sancho sorprende a


los pobladores, a los duques y al mismo don Quijote con la sabiduría con que
resuelve las bromas que le juegan y hasta el suceso que no estaba previsto en el
guion elaborado. Frente a cada actuación de este personaje, no falta quien se
admire y el narrador a lo largo de la aventura reitera el deslumbramiento
suscitado. El primer momento de la fascinación se da cuando don Quijote le
admite que está más que preparado para cualquier ínsula; después, al duque no
le queda más que alabarlo cuando arremete con su burla al poder; en el ejercicio
del nuevo oficio, el narrador nos va conduciendo para formar parte de esta
exaltación de la sabiduría “sanchezca”:

Si la sentencia pasada de la bolsa del ganadero movió a


admiración a los circunstantes (…)
Quedaron todos admirados y tuvieron a su gobernador por un
nuevo Salomón. (…)
Finalmente, el un viejo corrido y el otro pagado se fueron y
los presentes quedaron admirados y el que escribía las palabras,
hechos y movimientos de Sancho, no acababa de determinarse si le
tendría y pondría por tonto o por discreto. (…)
Y los circunstantes quedaron admirados de nuevo de los
juicios y sentencias de su nuevo gobernador.(…)
Todos los que conocían a Sancho Panza se admiraban
oyéndole hablar tan elegantemente; y no sabían a qué atribuirlo, sino
a que los oficios y cargos graves o adoban o entorpecen los
entendimientos. (Cervantes, 1967: 770, 773, 774, 779).

La lucidez mostrada por el “vil” escudero no proviene del cargo sino de


su integridad y su entereza, como se vislumbró desde su nombramiento. La
virtud se adquiere y la nobleza se hereda, la primera es una cualidad que surge
del conocimiento de sí mismo, lo que guarda relación con la aceptación de su
rango y su linaje, tal y como se lo había explicado don Quijote, mientras que la
nobleza no es más que otra manifestación del poder, por lo cual se cuestiona
nuevamente como absoluto. Sancho está aplicando el conocimiento impartido
87

por su caballero. 19 En esa disposición para bajar al poder de su pedestal –que no


es más que una operación de “desfetichización”-, el gobernador expresa una
sensibilidad en la que la comprensión, el respeto y el cuido a los seres humanos
priva por sobre todo lo demás, como es el caso de los dos hermanos que habían
salido de su casa durante la noche, su comprensión se antepone a cualquier
juicio, menosprecio o castigo. Lo mismo sucede con el mozo que le toma el
pelo cuando le discute que lo puede mandar a la cárcel pero no puede hacerlo
dormir en ella. Dentro de esa broma con doble sentido, encontramos el
implícito: el poder no puede doblegar la voluntad humana, ese es su límite. Aún
el poder absoluto no puede llegar a la voluntad humana. Sancho comprende el
alcance de la maniobra, por eso deja ir al joven, advirtiéndole eso sí que no se
acostumbre a burlarse así de la justicia.
La actuación del simple escudero es alabada en diversos momentos por
el narrador, aunque sea en tono jocoso. Una de las más significativas se
presenta cuando finaliza su rol. Sin saber que lo esperaba esa noche, la guasa
más cruel de las que le fueron montadas, esa tarde deja su legado en forma de
ordenanzas:
En resolución, él ordenó cosas tan buenas, que hasta hoy se
guardan en aquel lugar, y se nombran: “las constituciones del gran
gobernador Sancho Panza”. (Cervantes, 1967:816).
Aunque el sentido lúdico y farsesco no desaparece, es interesante
detenerse en lo que trató de ordenar Sancho en aquel pueblo. Una de las
preocupaciones más importantes fue el control de precios, se enfrasca en la
especulación con el vino y su calidad, también en la del calzado, los salarios de
los criados que andaban sueltos por el camino del interese. Atendió cuestiones
de la moral pública, creó un alguacil de pobres para que los evaluara y
dictaminara que no eran fingidos pero que no los persiguiera.
Como premio a su dedicación, recibe la paliza durante la noche, con la
que el mayordomo y otros pobladores le fingen una invasión; la cual constituye
lo más grotesco, grosero y cruel de toda la farsa montada en su contra. Después
de este incidente tan burdo, Sancho decide dejar la ínsula, solo encuentra
consuelo en su compañero de viaje. Llega hasta donde se encuentra su asno, le

19
Los preceptos del maestro guiaron al discípulo y en una de las bromas más agudas y perspicaces, la del
puente y la verdad, trataron de enredar su inteligencia pero salió airoso poniendo en práctica el consejo de
don Quijote y el mismo Sancho lo exalta, cuando el mayordomo le elogia la sentencia.
88

da un beso en la frente, se abraza a él y desde el dolor del personaje, Cervantes


lanza un dardo envenenado contra el poder:
-Venid vos acá, compañero mío, y amigo mío, y conllevador
de mis trabajos y miserias; cuando yo me avenía con vos y no tenía
otros pensamientos que los que me daban los cuidados de remendar
vuestros aparejos y de sustentar vuestro corpezuelo, dichosas eran
mis horas, mis días y mis años, pero, después que os dejé, y me subí
a las torres de la ambición y la soberbia, se me han entrado por el
alma adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosiegos.
(Cervantes, 1967:826).
Las torres de la ambición y la soberbia, aunque Sancho las establece como
si fuera una autocrítica, no pueden referirse al personaje, pues este sale de su
trabajo tan pobre como entró. No recibe ninguna recompensa por su dedicación,
antes bien lo hacen pasar hambre. Si examinamos su actuación, como seguidor
de don Quijote, no hay en su caminar de gobernador ningún acto de soberbia ni
ambición, no pensó en ordenanzas que lo favorecieran. En medio de su discurso
plañidero de despedida, reitera lo pobre que entró y lo paupérrimo que salió, al
revés de los otros gobernadores.
Cuando rescatan a Sancho y su rucio de la gruta o cueva en la que habían
caído, un estudiante observador del suceso, advierte que así debían salir todos
los malos gobernadores: muerto de hambre, descolorido y sin blanca. Al
escucharlo Sancho, le contesta y aclara que él puede quedar por tonto en eso de
gobernar una ínsula, pero no como ladrón.
En última instancia, esa salida de Sancho de la ínsula y el rescate de la
gruta constituyen la metáfora del antihéroe. Sin embargo, desde el antihéroe es
posible visualizar la serie metafórica con que Cervantes construye su visión del
poder: el héroe o el noble se sube a las torres de la ambición y la soberbia para
alimentar el placer de ordenar y ser obedecido. Se consagra a sí mismo, tal y
como lo hace Maquiavelo, como superior moral o intelectualmente, pues
bendecido por Dios, se siente como tal, pero en el fondo no es más que otro
mortal pues duerme igual a todos los demás seres humanos. Recordemos que
Shakespeare nos había igualado en la necesidad y en la muerte. Cervantes
escoge el sueño.
¿Pero qué es la Madre Tierra en el infinito sino un grano de mostaza? ¿Y
qué somos sus habitantes frente a la magnitud del Cosmos? El poder no es más
89

que una expresión más del egocentrismo, sino está al servicio de los seres más
desvalidos, nos advierte Cervantes mientras nos reímos.20

20
Una crítica al poder desde el humor resulta muy coherente desde la visión de Bajtin. El estudioso ruso
consideró que la risa quedó fuera de las esferas oficiales en Europa. Cf. Bajtin, M. Teoría estética de la novela.
Recuperado de: https://bondideapuntes.files.wordpress.com/2017/08/bajtc3adn-mijac3adl-1989-las-formas-
del-tiempo-y-del-cronotoppo-en-la-novela-en-teorc3ada-y-estc3a9tica-de-la-novela-seleccic3b3n-buenos-
aires-siglo-xxi.pdf
90

LOS QUE COMEN ORO

¡Vos sos el medio!


Grafiti callejero.
A la víctima le ofrecen un cielo donde permanecerá con sus victimarios
para toda la eternidad. ¿Qué clase de cielo es ese, sino un infierno y un perpetuo
suplicio?

Al inicio de esta exposición, se plantearon, para el caso de Ifigenia en la


mitología griega, dos aspectos fundamentales de la víctima: su conversión y su
sacralización. Cuando la víctima guarda silencio y acepta la sumisión como
identidad, se le otorga un sitial de honor con lo cual puede llegar hasta
convertirse en una victimaria, máximo galardón otorgado por el poder de la
dominación. La sensibilidad maquiavélica domina la Modernidad y sistematiza
lo que la estructura de la dominación venía practicando de una u otra manera.
Aunque el apotegma “el fin justifica los medios” no fue emitido por el pensador
italiano, evidentemente, se entresaca de su pensamiento. La expresión que da
lugar a semejante afirmación se presenta como una de las tantas
recomendaciones:
… y en las acciones de todos los hombres, y máxime de los
príncipes, donde no hay tribunal al cual recurrir, se atiende al fin.
Trate, pues, un príncipe de vencer y mantener el Estado, y los
medios serán siempre juzgados honorables… (Maquiavelo, 2003:
93).
El fin no solo justifica los medios, sino que les asigna “honorabilidad”; es
decir, el resultado permite evaluar positivamente los medios usados para
lograrlo. Hay una dependencia del estatus social o ético de los medios con
respecto al producto. Podría pensarse en una interdependencia, pues el éxito
depende de los medios utilizados para llegar a él; sin embargo, al destacar el
valor totalitario del fin, se anula dicha interdependencia; el valor ético de los
medios depende únicamente del objetivo. Por eso, Agamenón es una víctima de
Clitemnestra y no a la inversa. Tanto Clitemnestra como Ifigenia, para el caso
91

griego, constituyen medios, tal como lo hace ver Apolo durante el juicio a
Orestes:
Del hijo no es la madre engendradora,
es nodriza tan sólo de la siembra,
que en ella se sembró. Quien la fecunda
ése es engendrador. Ella, tan solo
-cual puede tierra extraña para extraños-
conserva el brote, a menos que los dioses
la ajen. Y daré más argumentos:
Puede haber padre que sin que exista madre,
y muy cerca tenemos un testigo,
la propia hija de Zeus21, rey del Olimpo. (Esquilo, 1983: 407).
La locura patriarcal se desborda en esa afirmación de Apolo. Esa es una
sentencia que solo puede pronunciar un varón que no haya tenido contacto
alguno con una mujer en gestación y durante los primeros años de vida de la
criatura humana. Anular de esta forma todo el cambio y proceso de embarazo 22,
el momento del alumbramiento con toda la labor de parto y después de este.
No puede más que catalogarse de disparates de una mente social demente y
ajena de toda realidad natural. Pero este es el pensamiento con el que se
convierte a la Madre Tierra en un objeto de explotación. Ariana, Clitemnestra e
Ifigenia son objetos, son los medios para lograr el fin; en ambos héroes, el fin es
el poder y como lo dice el mismo Hinkelammert las riquezas de Troya brillaban
a lo lejos.
La víctima tiene dos alternativas: la identidad pasiva que le asigna el
poder de la dominación; esa identidad se construye sobre la base de la sumisión,
21
Se trata de Atenea, quien preside el juicio y determina con su voto la inocencia de Orestes. Hay dos
versiones del nacimiento de Atenea: una afirma que nació de la cabeza de Zeus y la otra la hace brotar de su
rodilla.
22
Aunque la maternidad es un constructo social y cultural, no hay forma de negar el estado de gravidez y el
parto con todo su proceso. Históricamente, eran las mismas mujeres las encargadas de ayudar en el
nacimiento de la criatura humana. En Grecia antigua, incluso los infantes pasaban con las mujeres en el
gineceo hasta su edad escolar.
92

el silencio y la negación de su propia subjetividad para asumir la subjetividad


de quien la oprime, debe enajenarse de sí misma. O bien, opta por enfrentarse al
poder opresor, sentirse a sí misma y visualizar su propio rostro de dolor y el
rostro cruel de quien la utiliza. Aquí empiezan los problemas pues la víctima
desnuda al opresor pues no se fija, como este, en el resultado ni en el objetivo
alcanzado. La víctima focaliza su mirada en el medio utilizado, que es su
propia persona. En cambio, el opresor solo puede o solo desea mirar hacia el
resultado: la acumulación de riqueza, la apropiación y conservación del poder o
ambos. Son dos focalizaciones opuestas y antagónicas.
La mirada de la víctima, si se dirige hacia la introspección, enjuicia al
opresor pues deja de sentirlo y lo percibe desde los efectos físicos, mentales o
espirituales que causan en su propio ecosistema la instrumentalización de que
fue objeto. El espejo moral egocéntrico que el opresor ha creado para
autocontemplarse se resquebraja y, solo, podría admitir una nueva identidad que
la víctima le reflejaría.
Macbeth no podía aceptar la identidad de asesino, su espiral de violencia y
locura permiten visualizar la forma cómo se identifica a sí mismo con la
conservación del poder. Hamlet desnuda al tío-padre-rey cuya frente está
marcada con la señal de Caín. Lear puede asimilar su “Pompa” cuando obtiene
la medicina de convertirse en un ser desvalido y necesitado como quienes sufren
opresión. Sancho gobierna sobre un átomo de un grano de mostaza y para
realizarlo se sube a las “torres de la ambición y la soberbia”. Esos otros internos
rompen un espejo pero el narcisismo de la dominación eurocéntrica y capitalista
podía recomponerse dentro de sus propios límites.
La palabra que no quería escuchar y tampoco podía, porque le exigía
reestructurar toda su lógica es la de aquellos externos que constituyeron el
medio, el objeto del cual extraer la riqueza para construirse en modelo de
civilización. Esos otros externos fueron instrumentalizados de múltiples formas
que destacados estudios han puntualizado; sin embargo, nos detendremos en la
manera cómo llamaron y bautizaron esas maneras de dominio y explotación que
eran desconocidas para nuestras culturas hasta entonces.23

23
Acerca de la Modernidad y sus inicios, plantea Enrique Dussel: 1492 es la fecha de su nacimiento, del origen
de la "experiencia" del ego europeo de constituir a los Otros sujetos y pueblos como objetos, instrumentos, que
se los puede usar y controlar para sus propios fines europeizadores, civilizatorios, modernizadores. (Dussel,
1994: 104).
93

Según Silvia Rivera, en Ch’ixinakax utxiwa Una reflexión sobre


prácticas y discursos descolonizadores, (Rivera, 2010), la metáfora del oro es
eje central de la interpretación realizada por quienes sufrieron en su cuerpo, así
como en toda su cosmogonía, la conquista y la colonización. El oro aparece
citado una y otra vez desde los primeros escritos de Colón. Hay una ansía del
metal y de las piedras preciosas para justificar su empresa. Hernán Cortés le
escribe al rey dándole cuentas de la pacificación, apropiación de tierras y oro.

Bartolomé de Las Casas es prolijo en sus descripciones de maltratos y


crueldades. Según su crónica, en 1511, Diego Velázquez parte a poblar la isla
de Cuba. En esa narración, destaca el papel de Hatuey, quien había huido con
toda su gente de los conquistadores españoles para establecerse en otro lugar
más resguardado. Al saber de la presencia española en su nueva morada, se
dirige a sus coterráneos y establece, según Las Casas, el siguiente diálogo:

…¿Vosotros sabéis por qué todas estas persecuciones nos


causan o por qué fin lo hacen?”. Respondieron todos: “Hácenlo
porque son crueles y malos”. Respondió el señor: “Yo os diré por
qué lo hacen, y esto es, porque tienen un Señor a quien mucho
quieren y aman, y esto yo os demostraré”. Tenía luego allí
encubierta una cestilla hecha de palma, que en su lengua llamaban
haba, llena, o parte de ella, con oro, y dice: “Veis aquí su Señor a
quien sirven y quieren mucho, y por lo que andan; por haber este
Señor nos angustian, por éste nos persiguen, por éste nos han
muerto nuestros padres y hermanos, y toda nuestra gente, y nuestros
vecinos, y de todos nuestros bienes nos han privado, y por éste nos
buscan y nos maltratan, y porque, como habéis oído ya, quieren
pasar acá y no pretenden otra cosa sino buscar este Señor, y por
buscarlo y sacarlo han de trabajar de nos perseguir y fatigar, como lo
han hecho en nuestra tierra de antes, por eso hagámosle fiesta y
bailes, porque cuando vengan les diga o les mande que no nos hagan
mal”. (Las Casas, 1990: 22).

El cronista continúa su relato y ofrece algunos detalles del baile


emprendido en honor del Señor. Después de terminada la danza al amanecer, se
dirige Hatuey nuevamente a los habitantes originarios y los previene acerca del
peligro de guardar ese Señor cerca de ellos, pues así lo guardasen en sus tripas,
se las sacarían para obtenerlo, por lo que se acuerda echarlo al agua en señal de
protección. La estrategia falla, Diego Velázquez arriba hasta ese lugar. De
sobra es conocida la manera de invadir, saquear, perseguir indígenas por los
montes y matar. Hatuey no logra escapar al poderío español, es descubierto y
sentenciado a morir en la hoguera. Estando amarrado al palo previo a la quema,
se acerca un fraile con el fin de convertirlo para que muriese cristiano y
94

bautizado, es decir para salvarle el alma. Hatuey pregunta por qué ha de


hacerse cristiano, si son malos, a lo que el sacerdote le responde que es el único
camino para irse al cielo. De nuevo, le cuestiona si al cielo van cristianos, a lo
que obtiene la afirmación de que se dirigen aquellos que han sido buenos.
Concluye, según Las Casas, negándose a la conversión con tal de no encontrarse
más con los cristianos. Reitera el cronista la posición de Hatuey:

¿Qué otra cosa fue decir que no quería ir al cielo, pues allá
iban cristianos, sino argüir que no podía ser buen lugar pues a tan
malos hombres se les daba por eterna morada? (Las Casas, 1990:
24).

Evidentemente, todo el discurso de Las Casas se estructura como una


denuncia para conmover al rey y al poder acerca de lo que acontece en las
tierras “descubiertas”. Por lo tanto, la anécdota narrada podría interpretarse
como una más para persuadir sobre la crueldad utilizada y la inocencia del
indígena. En el peor de los casos, haciendo eco de las voces afines a la leyenda
negra que surgió, supuestamente, alrededor de España, se podría admitir que
fuera “ficción” pues la cuenta tal y como si él hubiera sido un testigo de los
acontecimientos, elemento que no deja de ser también discursivo. Como
narración, está pensada como un episodio cuya trama incluye las secuencias
completas de acción interesante, complicación y resolución. Incluso, se puede
visualizar cómo Hatuey y su gente emprenden un éxodo para escapar de la
vejación y el ultraje, cuya resolución final es catastrófica para ellos. El relato
está tan bien sistematizado con sus secuencias que podría prestarse para un
guion cinematográfico o una puesta en escena dramática. El involucramiento
como testigo presencial de quien lee, se logra por un presente de indicativo de
algunas acciones y diálogos. En síntesis, hay una fuerza emotiva para conmover
en favor de las víctimas.

Realizado este distanciamiento de la persuasión discursiva, nos interesa


detenernos en la mirada de Hatuey sobre los conquistadores. La acusación por
idólatras con que se justificó la conquista y la evangelización, la lanza también
el habitante originario contra sus opresores: su idolatría es el oro. Su
focalización se centra en la ambición, en la búsqueda desesperada de su señor.
Lo único que los diferenciaría sería el objeto de idolatría, los originarios a sus
dioses, los españoles el oro. Y, como si se tratara de un sarcasmo histórico, le
danzan para que los proteja de sus seguidores, pero el oro no tiene oídos para
este tipo de plegarias.

La conversión de la víctima no se realiza pues rechaza el sitial de honor.


Nuevamente, la víctima invierte las coordenadas pues el ofrecimiento tan
apreciado no es tal pues tendría que continuar en presencia de esos criminales
95

para el resto de la eternidad. Si hubiera sido pensada como una burla y una
ironía, no podría haberse ideado mejor. A la víctima le ofrecen un cielo donde
permanecerá con sus victimarios y los de toda su gente. ¿Qué clase de cielo es
ese, sino un infierno y un perpetuo suplicio? ¡El cielo de los evangelizadores
estaba plagado de seres malvados! Los dioses de los evangelizadores no podían
crear un más allá que no estuviera plagado de sus propias coordenadas, esa es la
percepción de una mente lúcida que no se ha dejado engañar pues no se ha
detenido en el discurso sino se ha centrado en los resultados devastadores y
genocidas. Por otra parte, la conversión liberaría al victimario de toda culpa.
Salvando el alma de los “infieles”, se lava la culpa de toda la conquista y la
colonización. En este caso, no hubo purificación del victimario pues la víctima
no acepta el chantaje espiritual. Hatuey enjuicia y condena a sus verdugos.
Desde su lógica, no podría ser diferente un cielo o una eternidad a lo que le
ofrecieron en vida.

La mirada de este indígena podría estar, como se vio, mediatizada por el


discurso de Las Casas. En la Visión de los vencidos, (León de Portilla, 1972),
Miguel León de Portilla recupera la voz de las víctimas o de testigos
presenciales de la conquista de México y Tenochtitlan. Entresacado del Códice
Florentino, los informantes de Sahagún relatan el hambre de oro de Hernán
Cortés y los suyos, frente a los presentes enviados por Motecuhzoma:

Les dieron a los españoles banderas de oro, banderas de pluma


de quetzal, y collares de oro. Y cuando los hubieran dado esto, se les
puso risueña la cara, se alegraron mucho (los españoles), estaban
deleitándose. Como si fueran monos levantaban el oro, como que se
sentaban en ademán de gusto, como que se les renovaba y se les
iluminaba el corazón.

Como que cierto es que eso anhelan con gran sed. Se les
ensancha el cuerpo por eso, tienen hambre furiosa de eso. Como
unos puercos hambrientos ansían el oro.24

Y las banderas de oro las arrebatan ansiosos, las agitan a un


lado y a otro, las ven de una parte y de otra. Están como quien
habla lengua salvaje: todo lo que dicen, en lengua salvaje es. (León
de Portilla, 1972: 74).

La mirada de Hatuey se centra en la idolatría. Frente al oro, los


conquistadores se comportan como siervos frente al amo. Sólo a él obedecen; se
trata de la sujeción a la ley de la acumulación. En la cita de los informantes de

24
El traductor anota lo siguiente: “Puercos: el texto náhuatl dice pizome, “puercos de la tierra”.
96

Sahagún, no hay una propuesta categórica en cuanto a la identidad de los


conquistadores. Dos afirmaciones encabezan el texto, la dádiva y el efecto de
esta en su ánimo: la reciben con alegría; sin embargo, el resto se enuncia como
una posibilidad, el símil domina la caracterización de los españoles frente al oro,
semejan un mono por el júbilo y las piruetas realizadas, un puerco por la
ansiedad con que lo reciben. Evidentemente, es una comparación
descalificadora pues son incapaces de apreciar el valor simbólico de la dádiva,
ni siquiera guardan compostura y, diplomáticamente, había que esperar a que
finalizara el acto oficial para el festejo del tesoro encontrado. Se centran en las
banderas de oro. Por último, hay, aparentemente25, incomprensión de tal
comportamiento. No poseen códigos para interpretar esa conducta frente al oro,
por esa razón se alude a la lengua salvaje, es decir desconocida. Pero lo
imposible de descodificar no es el lenguaje articulado sino el lenguaje gestual y
las actuaciones. Hay una incomunicación acerca de los valores asignados en la
cultura que ofrece y en la cultura que recibe; esta última discrimina el resto en
favor del oro; no logra percibir el gesto de dádiva, la generosidad.

Después, cuando los españoles entran a Tenochtitlan, la capacidad de


lectura va ampliándose gracias a sus actuaciones con respecto al oro como frente
a los demás objetos. El interés por el oro priva sobre cualquier otro objeto.
Narran los informantes que, una vez instalados los españoles, asedian a
Motecuhzoma acerca de recursos y reservas de la ciudad: las insignias guerreras,
los escudos; mucho les rebuscaban y mucho le requerían el oro. El azteca, como
respuesta, los conduce26 al lugar del tesoro. Una vez ahí, aparece una tercera
persona plural que encabeza una impersonal, no se sabe a ciencia cierta
quiénes son los que sacan los objetos preciosos, se presume que los españoles,
se focaliza el detalle:

Todos los artefactos tejidos de plumas, tales como travesaños


de plumas de quetzal, escudos finos, discos de oro, los collares de
los ídolos, las lunetas de la nariz, hechas de oro, las grebas de oro,
las ajorcas de oro, las diademas de oro. (León de Portilla, 1972: 99).

Pero, sobre lo que no cabe ninguna duda es qué realizaron los españoles con
los objetos. Desprenden el oro de todas las piezas, hicieron una gran bola de oro
y dieron fuego, encendieron, prendieron llama a todo lo que restaba por valioso
que fuera. Al final, el oro queda reducido a barras. La búsqueda no termina
25
El análisis realizado se centra, como se ha visto, en el texto y en una traducción. Desconociendo la cultura y
la lengua náhuatl, se plantean posibilidades de interpretación, como frente a cualquier otro discurso.
26
La descripción del lenguaje gestual se hace presente una vez más pues dice: Lo rodeaban, se apretaban a él.
Él iba en medio, iba delante de ellos. Lo van apretando, lo van llevando en cerco.( León de Portilla, Miguel.
(1972). Visión de los vencidos. La Habana: Casa de las Américas, p.99). No queda claro si Motecuhzoma toma
la iniciativa de conducirlos o lo obligan a hacerlo. Por la descripción anterior, se podría inferir que es obligado y
altamente vigilado.
97

ahí, el texto indica cómo se dedican a hurgar y a rebuscar por todo lado,
apropiándose de cuanto consideraban valioso. La siguiente ilustración del
códice refuerza lo descrito acerca de la fundición. Un primer momento es la
dádiva, el segundo la fundición.
98

El relato continúa para describir la manera cómo es saqueado el recinto


donde se guardaban las pertenencias de Motecuhzoma, llamado Totocalco.
Destacan de esta acción, la comparación con bestezuelas por el modo de llevarlo
a cabo y la alegría que los embargaba.

Las diferentes crónicas reunidas en la antología se refieren reiteradamente


a las búsquedas del oro. La obligación de darlo e incluso las requisas realizadas
en los caminos para hurgar en los cuerpos de quienes huían espantados para
saber si portaban el oro escondido. Hay alusiones a la indagación incesante de
Hernán Cortés acerca del oro que perdieron los españoles en el canal de los
toltecas cuando tuvieron que salir huyendo. Una muestra elocuente del rastreo
es:
A estos cinco hizo descender el capitán Hernando Cortés. Los
ataron y los llevaron a Coyoacan. Tan sólo Panitizin no fue atado.
Allá en Coyoacan fueron encerrados, fueron conservados
prisioneros. Allá se les quemaron los pies. Además a los sacerdotes
Cuauhcóhuatl y Cohuayhuitl, Tecohuentzin y Tetlanmécalt se les
inquirió acerca del oro que se había perdido en el Canal de los
Toltecas (cuando huyeron los españoles por la Calzada de Tacuba,
perseguidos por los mejicas). Se les preguntó por el oro que había
sido reunido en el palacio, en forma de ocho barras y que había
quedado al cuidado de Ocuitécatl, que era mayordomo real. (León de
Portilla, 1972: 184).

En la Visión de los vencidos, se contraponen el dolor colectivo por la


pérdida de su mundo de parte de los mexicas, y la indiferencia y crueldad
frente a la destrucción causada con que los españoles encabezados por Cortés
emprendieron la gesta. La diferencia adquiere un tono verdaderamente
dramático, si se comparan las dos desesperaciones. Son dos angustias
realmente antagónicas. Unos deploran el mundo que perdieron. Los otros se
afligen por el oro. Ese duelo colectivo de los aztecas adquiere también
manifestación poética. La expresión de asombro, estupor, sufrimiento y dolor
por la destrucción de su mundo recorre un poema pero constituye, al mismo
tiempo, una crónica del duelo personal y social. Citando a Ángel Ma. Garibay,
Miguel León de Portilla sitúa los siguientes versos en el año de 1524:

En los caminos yacen dardos rotos,


los cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros.

Gusanos pululan por calles y plazas,


y en las paredes están salpicados los sesos.
99

Rojas están las aguas, están como teñidas,


y cuando las bebimos,
es como si bebiéramos agua de salitre.
Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe,
y era nuestra herencia una red de agujeros.
Con los escudos fue su resguardo,
pero ni con escudos puede ser sostenida su soledad.27 (León de
Portilla, 1972:23).

La desolación recorre el poema, tan es así que los seres humanos no


aparecen. Están descuartizados: las cabelleras desperdigadas, ni siquiera se
nombran las cabezas, la destrucción llega a un nivel en que hasta los cabellos
se separan de sus cabezas; lo más difícil de destruir los cráneos, también fueron
triturados pues los sesos salpicaron las paredes. La profundidad del dolor y la
pérdida es tal que desaparecieron completamente los cuerpos. Estas
metonimias nombran “la cosa por el todo”, como es su definición; sin embargo,
designan la desaparición física por exterminio, el aplastamiento de los cuerpos.
Por otra parte, lo que queda visible, lo que no fue totalmente triturado son
aspectos muy frágiles del cuerpo: el cabello y la masa encefálica. ¿Dónde fue a
dar el resto?

De los cuerpos pasamos a las moradas, también fueron deshechas y


pierden también su cabeza, quedan destechadas28, la presencia de la vida sólo
aparece como huella impresa en los muros y tinta en el agua. La sangre, fluido
vital vertido, lo inundó todo. Sin vivienda y sin alimento, pues el agua está
contaminada. La vida en su totalidad quedó aniquilada, restan únicamente
trazos de lo que fue, todo aparece en fragmentos. Vivienda por cultura, cabeza y
cabellos por cuerpos y vida. La desesperación es colectiva, pues la voz que se
presenta es en primera persona plural. El pegarle a una pared siempre se da
porque se espera una respuesta, se reitera la ruina porque responde el vacío, una
pared que es una red de agujeros, una metáfora más que elocuente para designar
lo que no se sostiene en pie, heredan el derrumbe de lo que fue, evoca también el
27
Miguel León Portilla en El reverso de la conquista ofrece una versión de este poema con algunas variantes: y
están las paredes manchadas de sesos / Rojas están las aguas, cual si las hubieran teñido,/ y si las bebíamos,
eran agua de salitre. / Golpeábamos los muros de adobe en nuestra ansiedad / y nos quedaba por herencia una
red de agujeros. / En los escudos estuvo nuestro resguardo, / pero los escudos no detienen la desolación. (León
de Portilla, 1980: 21).
28
Según Silvia Rivera, para el mundo andino, la pérdida de la cabeza, el corte de cabello o el destechado de una
casa constituyen símbolos de una enemistad irreconciliable pues representan una afrenta terrible; es el grado
máximo del agravio. Ella considera dicha metáfora como un juicio moral y político sobre la devastación de que
fueron víctimas. (Rivera, 2010: 31-32). No nos es posible confirmar si para el mundo mexica representaba lo
mismo. La coincidencia es total para ser simple parecido.
El historiador costarricense Ricardo Fernández Guardia alude también al corte de cabellos como una agresión
irreparable en el simbolismo indígena de esta zona.
100

combate con armas de fuego. Las armas inician y cierran el poema; los dardos
sustituyen a las seres humanos combatientes, el verbo yacer ubica la
personificación de esas armas derrotadas; esos escudos, al cierre, dejan de
cumplir su misión porque no fueron creados para proteger de la desolación; no
hubo escudo que protegiera de esa derrota, en la cual solo queda el silencio, la
ausencia de diálogo y compañía. La desaparición de lo que fue, lo conocido,
lo vivido y amado. Esos escudos no protegen de la desesperación. El trauma de
la conquista, como lo califica Miguel León de Portilla, no encuentra consuelo.
¿Lo habrá encontrado alguna vez?

La búsqueda del oro recorre el tiempo y el espacio. En los testimonios


mayas, vuelve a aparecer como móvil de los conquistadores, en la mayoría de
los casos sin ningún nivel metafórico; es la amenaza abierta y directa: el oro o la
vida. En el relato sobre la conquista de los zutujiles, se narra la llegada de Pedro
de Alvarado, llamado Tunatiuh, a Yximchée en 1524, su demanda del preciado
elemento:

Quería que le dieran montones de metal, sus vasijas y coronas.


Y como no se las trajesen inmediatamente, Tunatiuh se enojó con los
reyes y les dijo: “¿Por qué no me habeís traído el metal? Si no traéis
con vosotros todo el dinero de las tribus, os quemaré y os ahorcaré...
les dijo a los Señores.
En seguida los sentenció Tunatiuh a pagar mil doscientos
pesos de oro. Los reyes trataron de obtener una rebaja y se echaron a
llorar, pero Tunatiuh no consintió y les dijo: “Conseguid el metal y
traedlo dentro de cinco días. ¡Ay de vosotros si no lo traéis! ¡Yo
conozco mi corazón!” Así les dijo a los Señores. (León de Portilla,
1980: 104).

La amenaza se hizo realidad en más de una ocasión pese a haber


entregado el tributo. Lo que más interesa de este testimonio es la aseveración de
Alvarado acerca de su propio corazón. Independientemente, si estas palabras
fueron pronunciadas o no, revelan la mirada de la víctima. Se trata de un
corazón que late por el oro; su sensibilidad, sus sentimientos se mueven por la
acumulación. Es la víctima que visualiza la sensibilidad de quien la oprime; es,
nuevamente, el medio, el instrumento que no se convierte y no justifica la
opresión. Su corazón era capaz de todo por el oro, como lo demuestra la historia
de la conquista y la colonia una y otra vez.29 ¿Conocerían estos autores anónimos
de la matanza que ostentaba ya en su currículum dicho señor?
29
En la misma narración, se lee, poco después, acerca de ese mismo corazón: Durante este año se
impusieron terribles tributos. Se tributó oro a Tunatiuh; se le tributaron cuatrocientos hombres y
cuatrocientas mujeres para ir a lavar oro. Toda la gente extraía el oro. (León de Portilla, 1980: 108).
101

Volviendo con la metáfora, el historiador costarricense Ricardo


Fernández G. sitúa, entre 1541 y 1544, una hazaña no solo triunfal sino de un
gran sarcasmo de parte de la resistencia indígena. En uno de los varios intentos
fallidos de conquistar el territorio de Costa Rica, se da un enfrentamiento entre
los españoles comandados por Diego Gutiérrez, quien es el primero en morir, y
unos habitantes originarios. De los cuarenta soldados pereció la mitad y dos
esclavos negros. El resto escapó por los montes; algunos retomaron la ruta
recorrida y:

En su retirada fueron a dar contra un grupo de veinticinco


caciques y principales, armados de lanzas, que no llevaban pinturas 30
y tenían un manto puesto sobre el hombro. Rompieron los fugitivos
por entre estos señores y a poco correr encontraron al P. Francisco
Bajo, quien en unión de dos soldados había huido desde el comienzo
del combate. Dos horas después toparon a Alonso de Pisa que venía
con un socorro de veinticinco hombres. Enterándole estaban del
desastre y muerte de su tío, cuando de pronto se vieron rodeados por
más de cien indios, portadores de espadas, rodelas y ballestas,
trofeos de su victoria, que se pusieron a bailar de alegría, gritándoles
algunos en lengua castellana:”¡Toma oro, cristiano! ¡Toma oro!”;
pero no se atrevieron a atacarlos al ver el refuerzo de Alonso de Pisa.
(Fernández, 1975: 73).

La imagen del oro dio más de una fantasía y ensueño entre los
conquistadores. De hecho el bautizo de Costa Rica, sustituyendo el nombre de
Veragua se debe a la obsesión primero de Cristóbal Colón y, después, de sus
descendientes por la abundancia del material en este territorio.

Silvia Rivera considera que el oro propició no solo una caracterización


metafórica sino que, también, incluyó una gama de estereotipos con que el
mundo indígena asimiló o trató de explicar esa extrema alteridad que se
presentaba a sus ojos:

La visión de la radical alteridad española ante los ojos


indígenas se plasma en otro dibujo, que pertenece a la serie de la
Conquista. El adelantado Candia, que según Waman Puma se habría
entrevistado con el Inka,1 sostiene el siguiente diálogo:
Wayna Qhapaq: “¿kay quritachu mikhunki? (¿Este oro
comes?).
Candia: “Este oro comemos”. (Rivera, 2010:28).

30
Según este historiador, los colores de la guerra eran el negro y el rojo.
102

La imagen pertenece al apartado Las primeras noticias de Guayna Capac


Ynga de la llegada de los españoles, (Guaman Poma, 1615: 371), el texto que le
sigue plantea el entorno explicativo para la imagen:

Y preguntó al español qué es lo que comía; rresponde en


lengua de español y por señas que le apuntaua que comía oro y plata.
Y acinab dio mucho oro en polbo y plata y baxillas de oro. Con todo
ello le mandó tornar otra ues con el chasque al puerto de Sancta.
Quando llegó, dizen que el compañero se abía muerto y ancí se fue
103

este dicho Candía a España con su oro y plata y rrequiesas. (Guaman


Poma, 1615: 372).

Tanto la versión digital del texto de Guaman Poma como Silvia Rivera aclaran
que dicho encuentro no tuvo lugar entre esos personajes. El encuentro entre los
personajes históricos, lo narra el Inca Garcilazo de la Vega, (Garcilazo de la
Vega, 2009), la abundancia de oro y plata también se hace presente en una cita
en la cual transcribe la crónica de Pedro de Cieza, este último nombra el templo
del Sol en Túmpiz y sus depósitos llenos de cosas preciadas, también se refiere
al gran número de plateros:

… que hacían cántaros de oro y plata, con otras muchas


maneras de joyas, así para el servicio y ornamento del templo que
ellos tenían por sacrosanto, como para el servicio del mismo Inga, y
para chapar las planchas de este metal por las paredes de los templos
y palacios… (Garcilazo de la Vega, 2009: 53).

El Inca Garcilazo, a su vez, cuenta que, reconocido Candia como hijo del
Sol por su hazaña con el tigre y el león, le mostraron el templo del Sol, cuyas
paredes estaban forradas con tablones de oro, así como las riquezas contenidas
en este. Lo llevaron a la casa real para que conociera cómo vivían sus hermanos
incas, va enumerando lo enseñado: la vajilla, los enseres de cocina, los tapices,
pone énfasis en que todo eso estaba hecho de oro y plata. Si se va a plantear la
presencia del estereotipo alrededor de la abundancia de oro y plata, es un
estereotipo y una fantasía que involucra a los conquistadores. Siguiendo el
análisis de Silvia Rivera sobre el trabajo valioso de Guaman Poma en cuanto
permite visualizar ejes de un pensamiento descolonizador, en otro momento,
ella resalta el valor metafórico e interpretativo del material por sobre el
historiográfico. Más que dedicarse a estudiar sus reglas de veracidad, se
detiene en lo verosímil del texto. Si retomamos este último rasgo del material,
nos parece que alrededor de los comedores de oro hay que ir más allá de un
mensaje estereotipado.

La socióloga enfatiza, como se apuntó, en la gama de estereotipos sobre


un reino pleno de oro y plata. Si la metáfora “el que come oro” reduce la
identidad del español, también podría ampliar la visión de ese conquistador. Se
trata de un diálogo, en el cual ambos son iguales jerárquicamente pues están a la
misma altura y se miran a los ojos. El inca establece un diálogo e indaga acerca
del alimento, es decir acerca de una necesidad vital. Podría interpretarse que el
inca se interesa sobre qué necesita. El español responde con dos lenguajes: el
articulado y el gestual; refuerza su respuesta con el gesto indicando lo que desea.
En la imagen, se perciben diferentes objetos que, aparentemente, no todos serían
de oro y plata. ¿Habría en la muestra alguna presencia de alimentos y el español
104

discriminó en favor del oro? Por otra parte, el conquistador responde en primera
persona plural, un colectivo que prefiere el oro al alimento. Desde nuestra
perspectiva, la imagen y el texto que la acompañan nos muestra un estado
superlativo del ansía de los conquistadores: su obsesión por el oro está por
encima del alimento. El conquistador escoge entre una gama de objetos
ofrecidos por el anfitrión. La imagen focaliza la libertad para escoger.

Si nos detenemos en la visión de la conquista, Guaman Poma reitera el


tema de la codicia. Cuando relata la salida y el viaje de Francisco Pizarro y
Diego de Almagro de España para emprender la conquista del Perú, señala:

Todo Castilla ubo grandes alborotos; era de día y de noche


entre sueños. Todo decía: “Yndias, yndias, oro, plata, oro, plata del
Pirú.” Hasta los múcicos cantauan el rromanse “Yndias, oro,
plata.” (…)

Que ci la rreyna le dejara uenir, me parese que todo Castilla se


beniera con tan rrica nueua deseada oro y plata, que la gente andaua
bestido todo de oro y plata, y todo el suelo lo que pizauan era todo
oro y plata macizo, que como piedra amontonauan oro y plata. Aún
hasta agora dura aquel deseo de oro y plata y se matan los españoles
y desuella a los pobres de los yndios.(…)

Y procuraron traer otros rregalos y rropa blanca pero de


hazienda pobre. No quicieron traer nada, cino armas y escopetas con
la codicia de oro, plata, oro y plata yndias, a las Yndias, Pirú. (…)
Y no quicieron descansar ningún día en los puertos. Cada
día no se hazía nada, cino todo era pensar en oro y plata y
rriquiesas de las Yndias del Pirú. Estauan como un hombre
desesperado, tonto, loco, perdidos el juycio con la codicia de oro y
plata. A ueses no comía con el pensamiento de oro y plata. A ueses
tenía gran fiesta, pareciendo que todo oro y plata tenía dentro de las
manos. A cido como un gato casero quando tiene al rratón dentro
de las uñas, entonces se huelga. Y ci no, cienpre azecha y trauaja y
todo su cuydado y pensamiento se le ua allí hasta coxello; no para y
cienpre buelbe allí.
Ací fue los primeros hombres; no temió la muerte con el
enterés de oro y plata. Peor son los desta uida, los españoles
corregidores, padres, comenderos. Con la codicia del oro y plata se
uan al ynfierno. (Guaman Poma, 1615: 372, 374).
La cita es extensa; sin embargo, permite explicar la imagen acerca de la
inversión entre el alimento y el oro. La víctima, desde su subjetividad
105

doliente, invierte la lógica del opresor. La conquista se alimentó de oro. El


conquistador en la iconografía de Poma personifica la conquista, el dibujo es el
primero del capítulo de la conquista, por lo tanto, puede interpretarse como una
síntesis que va ampliándose con el desarrollo del mismo. Incluso, la referencia
a Castilla, más que un estereotipo está dando la sensibilidad dominante de
aquel momento histórico. No solo era Castilla, toda Europa pensaba en el oro
y las riquezas del Nuevo Mundo. La imagen señala implícitamente al proceso.
El conquistador constituye una personificación y una metonimia al mismo
tiempo. ¿De qué otra forma se hizo presente el proceso de dominio y
avasallamiento sino fue mediante la presencia y la acción del conquistador?
Guaman Poma está narrando una historia desde las destrezas que posee.
Su propia creatividad y sensibilidad de víctima. Las referencias históricas
apuntan en su trabajo siempre hacia el calendario mediante las referencias a los
años de papado y reinado. Prolonga el dominio de la codicia hasta sus días,
cuando alude a la matanza entre los mismos españoles y al desuelle de indios.
Dos elementos fundamentales de dicho proceso histórico: la competencia y la
brutalidad entre los mismos españoles y el exterminio indígena por
explotación.
El párrafo más extenso pretende describir la locura y la obsesión del
dominador. Lo compara con la pérdida del juicio. Percibe un desequilibrio en
la conducta del opresor: sueña, respira, sufre o se alegra por el oro; sin
embargo, como en el caso mexica, no pronuncia un juicio categórico, usa el
símil, parece un juicio perdido. Una última comparación, la del gato con el
ratón, alude a una relación infatigable alrededor del objeto deseado, no existe
otro motivo para vivir. La descripción psicológica de ese conquistador no se
agota con la comparación, pues reconoce que por su búsqueda no le temieron a
nada. La obsesión los hizo arriesgados y valientes, daban la vida por el oro.
Por otra parte, no es gratuita la referencia a lo que traían. Se focaliza en
los regalos. Priorizaron en traer armamento para lograr combatir por el oro, en
lugar de traer presentes valiosos, trajeron “hacienda pobre”. Esta alusión a los
regalos permite visualizar una vez más su codicia; hay una comparación
implícita entre lo que ofrecieron los habitantes originarios y lo que portaban los
conquistadores. En todos los relatos, aún de los conquistadores, se resalta la
capacidad indígena para la dádiva, ofrecen lo mejor que tienen; sus regalos
forman parte de su mundo sagrado; los conquistadores respondieron siempre
con baratijas, -así llamadas por ellos mismos o por los historiadores-, armas,
despojo y matanzas.
Cierra con la alusión a su presente, para dar un juicio categórico sobre
corregidores, padres y comenderos. ¡Esos perdieron la posibilidad de
salvación! Pues la codicia es el camino hacia el infierno. Un juicio ético al
igual que el de Hatuey.
106

La mirada de la víctima que no acepta la conversión, que no se


desconecta de sí misma es una radiografía de la sensibilidad opresora. No es
casual que se hable del corazón, como en el caso de Pedro Alvarado.
La obsesión y la falta de juicio se revelan en otros testimonios, por
ejemplo en la Historia General de la Indias de Francisco López de Gómara,
hay una anécdota en la cual el buen juicio del indígena retrata la locura del
conquistador. Incluso, el juicio del propio historiador equipara el oro con el
alimento:

Escogió ciento y treinta españoles, y llevando consigo a


Colmenares, fue a Coiba a buscar de comer para todos, y oro
también, que sin él no tenían placer.

Panquiaco, hijo mayor de Comagre, dio a Balboa setenta


esclavos hechos a su manera, para servir los españoles, y cuatro mil
onzas de oro en joyas y piezas primamente labradas. Él juntó aquel
oro con lo que antes tenía, fundiólo y, sacando el quinto del rey,
repartiólo entre los soldados. Pesando las suertes a la puerta de
palacio, riñeron unos españoles sobre la partición: Panquiaco
entonces dio una puñada en el peso, derramó por el suelo el oro de
las balanzas y dijo: «Si yo supiera, cristianos, que sobre mi oro
habíades de reñir, no vos lo diera, ca soy amigo de toda paz y
concordia. Maravíllome de vuestra ceguera y locura, que deshacéis
las joyas bien labradas por hacer de ellas palillos, y que siendo tan
amigos riñáis por cosa vil y poca. Más os valiera estar en vuestra
tierra, que tan lejos de aquí está, si hay tan sabia y pulida gente como
afirmáis, que no venir a reñir en la ajena, donde vivimos contentos
los groseros y bárbaros hombres que llamáis. Mas empero, si tanta
gana de oro tenéis, que desasoguéis y aun matéis los que lo tienen,
yo os mostraré una tierra donde os hartéis de ello». (López de
Gómara, 1999:.89).

Esta cita es de un cronista repudiado por Bartolomé de Las Casas y Bernal


Díaz del Castillo por su glorificación de Hernán Cortés. La crítica a Vasco
Núñez de Balboa no es personal pues generaliza el gusto por el oro. En la
réplica de Panquiaco, se manifiesta, una vez más, la incapacidad para valorar la
dádiva de los indígenas. No eran capaces de apreciar ni lo sagrado ni la belleza.
La fundición del oro que vimos en La voz de los vencidos se repite en este
episodio, ya que los españoles no valoran el valor estético o moral del regalo y
lo transforman frente a los habitantes originarios. Implícitamente, se compara
asimismo las dos sensibilidades: la que ofrece lo mejor y la que destruye lo que
toca.
107

Más que un estereotipo acerca de los conquistadores, el icono de Guaman


Poma y su texto introductorio es una alegoría acerca de un proceso histórico que
significó un etnocidio. ¿No será la de Guaman Poma otra metáfora
premonitoria? ¿No estaría la inteligencia inca en capacidad de enunciar un
presagio como el de William Shakespeare en Macbeth?31 Se abría un nuevo
mundo, y una nueva cosmovisión se imponía en la que el oro era más
importante que el alimento y, por supuesto, que los seres humanos. ¿No estaría
Guaman Poma aclarando el sentido global de la inteligencia depredadora?

31
¿La preferencia del oro, del oro negro o cualquier otro recurso por sobre la vida humana, la naturaleza y los
seres vivos no está a la orden del día? El ex presidente Óscar Arias Sánchez, Premio Nobel de la Paz, promotor,
durante su gestión 2006-2010, de un programa Paz con la Naturaleza, declaró, por decreto ejecutivo, de
interés público y conveniencia nacional un proyecto de minería a cielo abierto de Industrias Infinito S.A., con
lixiviación de cianuro, cuya ejecución implicaba una serie de riesgos para los habitantes de la zona y el
ambiente. La industria minera, basada en el decreto ejecutivo, inició la tala del bosque durante un fin de
semana, sacrificando una especie protegida por ley como es el almendro amarillo, alimento de las lapas verdes
que habitan la zona. La empresa pretendía la tala de 262 hectáreas de bosque en una zona montañosa con un
permiso para excavar hasta 80 metros de profundidad con uso de explosivos. La resistencia ciudadana paró el
proyecto, ahora Costa Rica enfrenta una demanda internacional por proteger a la Madre Tierra y a los seres
vivos.
108

LOS TEJEDORES DEL EMPERADOR32

Las democracias de seguridad mercantil son sacrificadas cotidianamente,


pero resucitan un día cada cuatro años.

Macbeth ha arrastrado consigo el genocidio y durante el siglo XXI ha llegado al


“ecocidio” que nos anunció Shakespeare; sin embargo, sus víctimas no existen,
algunas han sido convertidas o han aceptado al dios mercado mediante el ritual
del consumo, del dinero fácil o la obsesión por la opulencia, otras son
invisibilizadas por exterminio, tortura, hambre, enfermedad y demás efectos
desastrosos de la locura y frenesí con que la inteligencia depredadora lucha por
la apropiación del planeta. Occidente se lava las manos, su culpa y
responsabilidad desaparecen de la cartografía e historia oficiales. No solo existe
una historia oficial, contamos con una cartografía oficial, donde los desastres se
borran o los seres vivos no cuentan porque viven sobre o en medio de recursos
naturales que se pueden convertir en ganancia. Los rituales de los sacrificios
humanos se multiplican de acuerdo con la lógica de la acumulación y la
mercantilización. Retomamos a Franz Hinkelammert y la lógica sacrificial:

La historia de Occidente pasa de un genocidio a otro.


Colonialismo, racismo, trabajo forzado en todas sus formas,
inclusive por esclavitud, aniquilamiento de pueblos y países
enteros, destrucción de culturas, exterminios, torturas y
desaparecimientos en masa, están omnipresentes en la historia de
Occidente. (…) La historia de Occidente es una larga secuencia de
sacrificios humanos, que parecen ser lo contrario de lo que son.
Parecen ser castigos merecidos por el irrespeto a los derechos
humanos de parte de todos los otros. El Occidente tiene una torre
alta, desde la cual mira a todo el mundo para intervenir ahí donde se
violen los derechos humanos. Interviene con fuerza, con crueldad
infinita, en contra de todos aquellos que los violan. En las
intervenciones que el Occidente hace desde esta torre, se violan los
derechos humanos como jamás han sido violados. Se hacen guerras
que jamás se han hecho; se usan armas que no se conocía. (sic) El
resultado de estas intervenciones es siempre, y sin variación, la
apropiación de las riquezas y los bienes, lo mismo que de la fuerza
de trabajo, de los pueblos intervenidos. (Hinkelammert, 1991:
97.98).

32
En este apartado, nos detendremos en una serie de ensayos publicados recientemente con los cuales se
quiere ofrecer una imagen de la dominación estadounidense como si fuera la salvadora de la humanidad.
109

¿Cómo hacen los Caínes sempiternos para presentarse siempre como


modelos ejemplares?33 Hemos establecido algunos ejes sobre los cuales se
sustentan esos modelos. Se trata de un acercamiento, las aristas de la
dominación siempre se desvanecen o se ensombrecen. La estrategia de la
intervención posee, al menos, dos complejidades. El lanzamiento de la campaña
de difamación con la cual se convierte a la víctima en monstruo, no es nueva;
además, se ha ido aquilatando, pues así como hay atesoramiento de riqueza, hay
acumulación y depuración del conocimiento para adueñarse de la mente y el
cuerpo social. El Tribunal de la Santa Inquisición constituye en sí misma una
enciclopedia de pautas y procesos, no solo en el campo ideológico sino también
jurídico. Durante la intervención, entra en juego todo el andamiaje y técnica
militar, pasada la operación de avasallamiento, procede otra etapa para descartar
el acceso a la información pues el silenciamiento de las víctimas es fundamental
para la limpieza occidental.

Evidentemente, en nuestros días los medios comerciales de comunicación


juegan un rol esencial pues son los encargados de dominar el escenario público
y resaltar las voces de autoridad escogidas para ensalzar, ocultar, encubrir,
tergiversar, omitir y seleccionar la información dirigida al gran público. Los
asesores de imagen son fundamentales durante las campañas electorales, así
como para justificar y legitimar las guerras de exterminio. El poder
construye su propia vestidura para el desfile de los héroes y heroínas. Lo que se
ve es lo que se permite observar, el secreto se mantiene para perpetuarse y
diferenciarse del resto. Los proscenios públicos muestran un espectáculo que
irradie luz y sabiduría. Pensar en un Agamenón occidental que sorbe, cual
Drácula, la sangre de sus víctimas solo puede imaginarse en una ficción
macabra o de sarcasmo duro, un personaje político siempre acude al mito del
salvador, beatífico, iluminado y escogido por alguna deidad; se autoconsagra o
lo consagran, por ejemplo:

… esta revolución nacional exige al frente de ella la figura,


no del “líder” del partido democrático, ni de un jefe de Gobierno, ni
siquiera la del dictador vulgar y conocido, sino la figura de un
Caudillo, es decir, el jefe carismático (don gratuito que Dios
concede con abundancia a una criatura), el hombre señalado por el
dedo de la Providencia, que escapa de los límites de la ciencia
política para entrar en la del “héroe sobrenatural” o en el de
superhombre. (…) El caudillaje es reverencia ante lo superior y
surge por mandato de Dios reflejado en el suceder histórico, y por
lo tanto el Caudillo nace solo, erguido sobre sus propios
merecimientos, y cuando llega este momento es indiscutido e
33
Tomamos la metáfora del poeta español Luis Cernuda del poema Un español habla de su tierra, dice así un
fragmento: Ellos, los vencedores /Caínes sempiternos, /De todo me arrancaron./Me dejan el destierro.
110

indiscutible. Se le acepta como Caudillo por la luz de su espada


para vencer, por la claridad de sus decisiones para juzgar, por la
agudeza de su mirada para mandar y señalar rumbos, y el Destino
dio a España este hombre excepcional en el más doloroso de todos
los trances. (Arroyo, 2015:176).34

La sociedad pasa por el dolor de parto pero el escogido nace, cual Atenea,
de algún dios. El acontecer histórico existe, únicamente, para que esa
magnificencia se revele; sin embargo, no debe mostrarse en todo su resplandor;
como las deidades griegas, solo puede enseñar parte de su maravilloso ser
porque el entendimiento humano nunca está a su nivel. El proceso de
abstracción está muy bien establecido en la cita: su excepcionalidad no posee
correlato en un líder de partido, un jefe de gobierno, menos en un vulgar
dictador. Recibe un don gratuito, no requiere pasar por las pruebas del asceta o
el místico para recibir la bendición divina, lo cual lo exime de culpa y
responsabilidad social o histórica. Su superioridad es de origen divino.

No es una descripción realizada en la Grecia clásica. Esta caracterización


se ubica en el siglo XX; pero es similar a Teseo, el caudillo se construye a sí
mismo. La comparación implícita con el arcángel de la luz Miguel, considerado
el jefe de los ejércitos de Dios, encargado de frustrar a Satanás, lo sacraliza y
exime de responsabilidad frente a los otros que siempre son inferiores. Su
misión es tan especial que no se puede aquilatar en nuestras mentes históricas y,
posiblemente, “pecadoras”. Por otra parte, el aislamiento social del ungido
posibilita construir el misterio y el secreto, lugares metafísicos donde ninguna
ciencia vale; la aceptación del ungido es por mandato de la fe, se asume
emocionalmente, descartando la racionalidad. Se erige, discursivamente, una
indeterminación: no existen orígenes sociales, variables históricas,
condicionamientos, causalidades ni procesos. Es un “ángel” en un cuerpo
humano y merece reverencia como una divinidad. ¡El “ángel” se llamó
Francisco Franco!

El caso está cargado de hipérboles pero nos permite introducir el tema de


la desaparición, por construcción ideológico discursiva, de las determinaciones
sociales e históricas en la textualidad de los asesores del poder. Son maestros en
el arte de disipar del escenario público el acontecer histórico y borrar los
efectos de la inteligencia depredadora sobre el resto de la humanidad. Helio
Gallardo llama operadores ideológicos a los procesos mediante los cuales se
niega, se encubre, se omite, se tergiversa, se manipula la realidad invirtiéndola
para montar un discurso social que presente como defensores de derechos
humanos a los violadores precisamente de dichos derechos. Con respecto a

34
Se trata de una cita que Arroyo reproduce de un hagiógrafo de Franco, data de 1942.
111

cómo establecer las determinaciones de un proceso, un discurso o una acción,


plantea:

Las acciones humanas no resultan nunca absolutamente


verdaderas ni falsas. Esto no las hace relativas. Las acciones
humanas resultan funcionales o disfuncionales.
La funcionalidad o disfuncionalidad de una acción humana se
sigue de su inscripción en un proyecto de sentido o sentidos.(…)
Aunque los actos aislados no existen, pueden parecerlo. Esos
actos que aparecen como “aislados”, por unilaterales, por ejemplo,
no ayudan a la lógica ni a la espiritualidad del emprendimiento
colectivo. (Gallardo, 2014: 161).

La espiritualidad y la lógica de la dominación siempre asume y difunde el


acto como aislado de sus concatenaciones y realizado por un héroe o heroína
con características excepcionales. El héroe, el presidente, la reina de belleza, el
rey, la reina se desligan de las cadenas de hechos y procesos que los anteceden
y los justifican en tal o cual sentido. Precisamente, la lógica de los sacrificios
humanos desprende de su verdadera intencionalidad, o sea de su auténtica
funcionalidad, los procesos y las decisiones que lleva a cabo. ¡El bien de la
humanidad o de la naturaleza sustituye el efecto desastroso que tendrá sobre la
misma! Los intelectuales especialistas en desaparecer la funcionalidad sistémica
se presentan, a su vez, como originales y, en muchas ocasiones, como
personalidades desligadas de los entornos del poder. Un ejemplo elocuente de
este proceso lo constituyen los galardones como los premios nobeles, de
literatura, de medicina, ciencia o economía; el condecorado se muestra en el
escenario mundial como un benefactor de la humanidad completa sin “cadenas”
sociales con las cuales interpretar su articulación con el poder opresor.
Empezaremos con un laureado Premio Nobel de la Paz.

El asesor de Augusto Pinochet

Se supone, así lo cree la comunidad internacional, que un Premio Nobel de la


Paz es un defensor de los derechos humanos y un negociador capaz de colaborar
por la distensión de los conflictos mundiales. El honor lo legitima como un
pacifista o activista de la construcción de la familia humana. Quien nos ocupa
recibió dicha distinción en 1973, por su “contribución” a la pacificación en
Vietnam. Noam Chomsky rastrea las huellas de lo que fueron las actuaciones
de dicho galardonado con el objetivo de confrontar sus memorias, concebidas,
por la oficialidad, como un documento valioso de la historia de los Estados
Unidos:
112

Veamos ahora qué hay de la “paz” de Kissinger. Según su


versión, el masivo bombardeo de Vietnam del Norte en 1972 obligó
a Hanoi a aceptar en octubre un plan de paz aun (sic) más favorable
a los Estados Unidos que “los términos que nosotros mismos
habíamos propuesto durante dos años”. Pero tras las elecciones
presidenciales de noviembre Hanoi se negó a negociar, con su típica
insolencia, de modo que los Estados Unidos hubieron de llevar a
cabo los bombardeos de Navidad para obligarle a aceptar los
términos estadounidenses en enero. Como siempre, Kissinger
prescinde hábilmente de la documentación disponible, tal como los
textos de los acuerdos de octubre y enero, o los análisis públicos de
los mismos hechos en la época. (Chomsky, 1984:172).

El analista puntualiza, después, las omisiones del discurso de Kissinger


para destacar la tergiversación de la información y ensombrecer el papel de los
Estados Unidos en el boicot de los Acuerdos de Ginebra de 1954, con el fin de
proteger a sus amigos y anular la posibilidad de que el Frente de Liberación
Nacional del Sur pudiera formar parte del gobierno de Vietnam del Sur, con lo
que se hubiese constituido una zona neutral con Laos y Camboya y lograr así
una política exterior independiente y soberana. Proceso inicial para una
reunificación del Sur por etapas que llevaría a una posterior reunificación con el
Norte. Si la potencia hubiera trabajado a partir de esos acuerdos, hubiese
abandonado la posibilidad de imponer el poder de sus aliados en Vietnam del
Sur; lo que equivalía a ceder y perder su prepotencia. Quienes realmente
estaban dando largas a las negociaciones eran los Estados Unidos y no Hanoi
como afirma Kissinger en sus memorias. Chomsky detalla las maniobras
televisivas del entonces asesor de Seguridad Nacional para hacer creer que el
tratado de paz estaba a punto de alcanzarse, mientras en la práctica tanto él
como el presidente Nixon protegían al gobierno de la República de Vietnam del
Sur como único.35

35
En ese mismo sentido, se lee: Archivos desclasificados soviéticos y estadounidenses dan
cuenta de la participación de Kissinger en los bombardeos sobre Laos y Camboya para cortar
las vías de suministro del ejército norvietnamita. Se calcula que en ambos países murieron
centenares de miles de civiles y se lanzaron millones de toneladas de bombas. (s.a., 2016:
párr. 8-9). Recuperado de:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160212_polemico_legado_henry_kissinger_con
troversia_eeuu_bm

Para quien se interese en el análisis de Noam Chomsky acerca de las memorias de Henry
Kissinger puede consultar su libro La segunda guerra fría.
113

El secretismo ha sido fundamental para las actuaciones de esta figura


pública, quien, en el mismo año en que recibía el Premio Nobel de la Paz,
encendía campos de exterminio en diferentes latitudes del mundo. En 1973, el
gobierno de Viet Nam pasó a la ofensiva con el apoyo de los Estados Unidos, lo
que se traía abajo los acuerdos de París que le valieron el premio. En ese mismo
año, estaba implicado en el golpe de Estado a Salvador Allende en Chile,
ocurrido el 11 de septiembre de 1973. Peter Kornbluh, (Kombluh, 2004), a
partir de los documentos desclasificados por el gobierno de Bill Clinton en lo
que atañe a los vínculos de la CIA con el régimen de Augusto Pinochet,
establece el trabajo tras bambalinas de Kissinger en el Cono Sur. Lo
caracteriza como el primer funcionario estadounidense pinocheteado por las
demandas emprendidas en su contra. Lo cual significa que es perseguido de un
lugar a otro por la posibilidad de llevarlo a procesos legales.

Un resumen sucinto de ese asedio nos recuerda aquella escena de Macbeth


en la cual en medio del festejo aparece el asesinado a hablarle exclusivamente a
su conciencia. La diferencia es que a este Macbeth del siglo XX, las víctimas no
le hablan a su conciencia, es una conciencia sorda a la otredad. Se trata de una
conciencia como la de narciso incapaz de contemplar otra imagen. Pero, para su
desdicha, su imagen pública se rasgó en el año 2001 pues, de vez en cuando, las
víctimas se reincorporan de la tumba del olvido para iniciar el nuevo milenio
con memoria social.

En el mes de mayo 2001, de negocios en París, un abogado francés le


hizo llegar una citación para que testificara acerca de las desapariciones de
ciudadanos franceses después del golpe de Estado; (Kissinger no dudó en salir
corriendo del país). Junio de 2001, el juez chileno Juan Guzmán quien atendía
varios casos de demanda contra Kissinger, le hizo llegar una larga lista de
preguntas, en particular sobre el caso Horman; evidentemente, pasaron meses
sin recibir respuesta, el juez consideró que se podía tratar de desacato al tribunal.
Agosto del mismo año, un magistrado federal de Argentina pidió a los Estados
Unidos colaboración para interrogar al ex secretario de Estado acerca de su
conocimiento sobre la operación Cóndor; en septiembre, fue demandado por la
familia Schneider por el asesinato del general René Schneider. En febrero del
2002, no viajó a Sao Paulo y no pudo recibir un galardón brasileño significativo
de parte del entonces presidente Fernando Cardoso porque el anuncio de su
visita había suscitado protestas callejeras, además corría el riesgo de ser
convocado a declarar sobre la injerencia de Estados Unidos y Brasil en la
operación Cóndor.

El conocimiento público de la documentación sobre el golpe de Estado a


Salvador Allende hizo que los medios de comunicación revisaran la política del
gobierno estadounidense y el trabajo desempeñado por el antiguo secretario de
114

Estado. Según escribe Kornbluh, cuando Kissinger publicó sus memorias, no


pudo sustraerse al interrogatorio:

¿Por qué no probó a decirle: “Está usted violando los


derechos humanos, matando a (sic) gente. Déjelo ya”, quisieron
saber en NewsHour. Él se mantuvo impertérrito y respondió a la
entrevistadora Elizabeth Farnsworth: “Los derechos humanos no
eran entonces una cuestión internacional en el mismo grado en que
lo son ahora”. Cualquier razonamiento que implicase que
Washington tenía que reparar algún entuerto, añadió, “está dando
por sentado que nuestra política fue inmoral o algo peor, y eso no
puedo aceptarlo”. (Kombluh, 2004: 325).

Henry Kissinger, según esa cita, se considera como la encarnación de una


moral intachable. Nada ni nadie lo puede cuestionar ni siquiera las víctimas de
los genocidios. ¿Quién habrá hecho las estadísticas de cuántos muertos carga a
la espalda? Las voces de quienes lo cuestionan siguen silenciadas y
desconocidas, el conocimiento y la academia se alejan cada vez más del drama
humano para festejar y limpiar el horror de los crímenes. Sin embargo, cada
cierto tiempo, las víctimas encuentran un vocero. El caso de Juan Guzmán es
determinante para establecer su identidad social e histórica, la que nos interesa.
En una entrevista concedida a El País en Madrid, se refiere a la supuesta
enfermedad mental de Augusto Pinochet, con la cual deseaban eximirlo de la
causa penal, ahí aclara:

Hay unas enfermedades mentales que son las psicopatías.


Los psicópatas son aparentemente normales. La historia nos ha
demostrado que hay personajes como Hitler, Stalin, que son
psicópatas. La jurisprudencia, de acuerdo con la psiquiatría, no les
excluye de la responsabilidad penal. Ven al prójimo con menos
amor, y esa es la gran psicopatía: la frialdad, el desamor. Son
movidos por lo que les apetece o creen que les engrandece. En el
caso de Pinochet, estoy convencido de que hoy no se arrepiente de
uno solo de los crímenes, porque se siente llamado por el destino o
por Dios para la misión de librar a Chile del comunismo. Y morirá
con esa creencia. Yo creo que posiblemente, cuando muera, va
sentir que no tiene con quién confesarse. (Arroyo, 2005: párr. 22).

La entrevista culmina con la respuesta a la pregunta de si hubiera habido que


enjuiciar al exsecretario de Estado y cierra con: Kissinger merece el mismo
juicio que Pinochet.
115

¿Quién o quiénes habrán analizado la relación entre los psicópatas y


sociópatas y su relación con la moral? Su sacralización merece atención. Pero
volvamos al caso estadounidense. En el mismo año, 2001, el 19 de octubre el
periódico español El País publica una petición suscrita por José Saramago,
Carlos Castilla del Pino y otros, solicitando a la Comisión de Premio Nobel que
se le retirara el galardón por crímenes de lesa humanidad. Hubo un entorno
social y cultural que cuestionó, enjuició seriamente el proceder del ex
secretario de Estado durante ese año de 2001, la citación de una jueza francesa
se difundió en los principales medios informativos franceses y el libro del
inglés Christopher Hitchens Los crímenes del señor Kissinger fue editado
simultáneamente en inglés y francés, el cual recibió difusión en Europa y se le
dedicaron notas y reseñas periodísticas, por ejemplo en Le Monde Diplomatique
se lee:
La carrera diplomática del hombre que logró el premio Nobel
de la Paz en 1973 estuvo realmente marcada por el culto a la
violencia y al secretismo. No existe ninguna duda sobre su
responsabilidad directa en la prolongación de la guerra de Viet Nam
(injustificada desde un punto de vista estratégico) así como de su
extensión a Laos y Camboya ni en las campañas de asesinatos y
destrucción de la democracia en Chile, Chipre, Grecia y
Bangladesh, tampoco en lo que concierne a su complicidad en el
genocidio de Timor-Oriental. (Warde, 2001: 29).

Sin embargo, la labor del lavado de sangre de las manos de los


victimarios es consistente y permanente en Occidente. La maquinaria de guerra
no puede detenerse porque se paralizaría la salud del capital. Para perpetuar el
dolor y el silenciamiento de las víctimas, sigue escapando, o bien las causas se
han desestimado porque el asesor de Pinochet viaja por el mundo invitado a dar
conferencias y recibe aplausos por sus publicaciones. En el año 2014, la
edición de su nuevo libro Orden Mundial (Kissinger, 2016) fue recibido por un
corifeo mediático para alabarlo y situarlo en un pedestal de sabiduría. Según
Walter Isaacson del Time y Jacob Heilburn de The National Interest:

El libro de Kissinger es un fascinante e instructivo recorrido


global por la búsqueda de la armonía. La clave del realismo en las
relaciones internacionales de Kissinger, y el tema de este libro
magistral, es que esa humildad es importante no solo para las
personas, sino también para los países, incluido Estados Unidos.

Kissinger demuestra por qué sigue siendo un asesor tan


respetado tanto por presidentes estadounidenses como por líderes
internacionales. Orden Mundial es una guía para perplejos, un
manifiesto para repensar el papel de Estados Unidos y del mundo.
116

La visión de Kissinger podría contribuir a crear una era más


tranquila que la que tenemos ahora mismo. (Isaacson y Heilburn,
2016: párr. 8-9).

Los elogios de figuras como Hillary Clinton podrían extenderse. Lo


significativo es que su imagen se restablece, se le asignan valores como
transparencia, capaz de iluminar el futuro del mundo en este incierto panorama
con virtudes como equilibrio y humildad; solo faltan que lo declaren líder
espiritual del mundo. Se trata, evidentemente, de una sensibilidad dominante
para justificar el sembradío de la muerte.36

Su trabajo constituye un excelente modelo, se podría afirmar


paradigmático de los operadores ideológicos planteados por Helio Gallardo, a
los que se suma una simplificación sin decoro de lo reseñado, así como una
reducción de los procesos a un esquematismo absoluto para establecer un
panorama histórico que satisfaga sus ansias. Una muestra puede ser su proceder
con un tema fundamental para la historia: las revoluciones, particularmente la
Revolución francesa. El señor Kissinger, desde la torre más elevada del ego
occidental, se concibe a sí mismo como un juez de la historia humana. Lanza el
siguiente axioma: Cuanto menos esperadas, más desestabilizadoras son las
revoluciones. (Kissinger, 2016: 52). Seguidamente, introduce la Revolución
francesa, como ejemplo de lo afirmado, generadora, además, de un orden
nacional y mundial completamente diferente del sistema westafaliano, del cual
él es un seguidor y abanderado. Según su “docto juicio”, la Revolución francesa
revivió –quizás superó- las exaltaciones de la guerra de los Treinta Años, con la
diferencia de que cambió el sentido religioso por una cruzada secular.
Constituye un ejemplo de cómo un cambio interno en un país reconfigura el
equilibrio internacional más que una agresión externa, lo cual fue una lección
retomada por las sublevaciones del siglo XX.

Continúa con otra generalización acerca de las revoluciones: Las


revoluciones hacen erupción cuando una variedad de resentimientos, con
frecuencia diferentes, confluyen para asaltar a un régimen incauto (Kissinger,
2016: 52). Continúa caracterizando a las revoluciones, al plantear que una

36
En el año 2016, Francois Hollande, presidente de Francia por el Partido Socialista, le hizo un reconocimiento
público a Henry Kissinger en el cual alabó su trabajo por la paz en Viet Nam, lo declaró amigo de Francia; le
agradeció además una lección acerca de las relaciones internacionales para iluminar el camino a seguir. El
homenaje se realizó en medio de la recepción de un premio para Hollande de parte de una organización
estadounidense con ciertas inclinaciones sionistas.. ¿Qué diría Charles de Gaulle, quien nunca fue un socialista
pero mantuvo a los Estados Unidos a raya? Ver:
https://www.google.com/search?source=hp&ei=igxUWpXyFMvjmAH484D4DA&q=Hollande+y+Kissinger&oq=H
ollande+y+Kissinger&gs_l=psy-ab.12...2131.8769.0.11224.20.19.0.1.1.0.280.2161.0j13j1.14.0....0...1c.1.64.psy-
ab..5.13.1881...0j0i131k1j0i10k1j0i22i30k1j33i21k1j33i160k1.0.bs2DOepiHY8
117

coalición amplia implica, necesariamente, una ruptura total de la autoridad


existente. Por lo tanto, habrá una relación proporcional entre la aniquilación de
los parámetros por la transformación revolucionaria y la dosis de violencia
requerida para restaurar el principio de orden sin el cual la sociedad se
desintegraría. Lo que nos lleva a otra de sus conclusiones: Los reinados de
terror no son un accidente son inherentes al alcance de la revolución. (Kissinger,
2016: 52).

Su recorrido por el proceso francés oculta y elude aspectos esenciales del


mismo: el rol de la revolución industrial, la crisis del modelo monárquico y la
lucha por la igualdad de los seres humanos. Su sapiencia resalta el origen
aristocrático de la mayoría de sus integrantes o de la alta burguesía para darle
cuerpo a los principios de la Ilustración porque el orden humano no era obra del
plan divino y no debía regirse por los grandes intereses dinásticos del siglo
XVIII. Pasa después a establecer un cordón umbilical entre los movimientos
totalitarios del siglo XX y los pensadores de la Revolución francesa pues
concebían como eje de la historia la operación no adulterada de la voluntad
popular, definida por dichos filósofos como incapaz de aceptar una limitación
intrínseca o constitucional y eran estos filósofos quienes se adjudicaban el
privilegio de determinarla. Esta voluntad popular erigida por el pensamiento
revolucionario francés contrasta, en su imaginario que más parece alucinación
histórica, con la concepción de gobierno de la mayoría dominante en Inglaterra
y de los controles y equilibrios establecidos en la constitución de los Estados
Unidos.37 La disquisición sobre el concepto de voluntad popular le permite
definirla como una abstracción en la cual no solo las personas sino que
comunidades enteras son indivisibles por lo que deben acatar la uniformidad de
pensamiento y acción frente a quienes se autoproclaman sus portavoces, al cual
dicen representar.

El autor define el pensamiento de la Ilustración sin siquiera una cita o una


reseña que valide. Pero, dentro de su “magno conocimiento” del mismo, puede
establecer una línea directa entre esa abstracción llamada voluntad popular y su
padrino intelectual, del mismo nos explica:

37
Al respecto es importante recordar un punto que parece evidente, históricamente hablando, pero que el
señor Kissinger obvia para poder desvirtuar la Revolución francesa y resaltar el origen divino de los Estados
Unidos como se verá más adelante. Afirma Antonio Osuna F.: No es fácil determinar si las ideas jurídicas
presentes en la declaración de los derechos humanos de la independencia americana son hijas del
iusnaturalismo racionalista continental o son una floración de constitucionalismo inglés del siglo XVII. Parece lo
más probable que en la segunda mitad del siglo XVIII ambas corrientes de pensamiento ya habían confluido en
una serie de ideas, como la concepción pactista, el individualismo racionalista y los derechos subjetivos innatos,
que son las verdaderamente presentes en aquel momento. Los teóricos americanos de ese momento conocen y
citan el pensamiento de Coke y Harrington y, principalmente, de Locke, pero también está difundido el
pensamiento de Montesquieu, de Burlamaqui y de Pufendorf, a través de su continuador Juan Wise (1652-1725)
y de Mayhew (1720-1766). (Osuna, 2001: 61).
118

…Jean Jacques Rousseau formuló este postulado universal en


una serie de escritos cuya erudición y atractivo velaron sus extensas
implicaciones. Conduciendo paso a paso a los lectores a través de
una disección “racional” de la sociedad humana, Rousseau condenó
todas las instituciones existentes –propiedad privada, religión,
clases sociales, autoridad gubernamental, sociedad civil- por
ilusorias y fraudulentas. Serían reemplazadas por una nueva “regla
de administración del orden social”. El pueblo se sometería
totalmente a ella, con una obediencia que ningún monarca por
derecho divino habría imaginado jamás, excepto el zar ruso, cuyo
pueblo –fuera de la nobleza y las comunidades que poblaban las
duras fronteras más allá de los Urales- tenía estatus de siervos.
Estas teorías prefiguraron el moderno régimen totalitario, donde la
voluntad popular ratifica decisiones que ya han sido anunciadas
mediante la puesta en escena de manifestaciones masivas.
(Kissinger, 2016: 53).

Esta síntesis representa una diminuta muestra de su habilidad para


tergiversar, manipular, reducir procesos complejos, dinámicos y contradictorios
a su visión particular pero que impregna el “espíritu” de la dominación imperial.
La imagen que realiza de la Revolución francesa se destaca por desligarla de
gran parte de su historicidad, de sus propias condiciones y contradicciones.
¿Para quiénes fue inesperada la revolución? Un acto como la toma de La
Bastilla pudo haber sido sorpresivo por la irrupción del pueblo como
participante, pero el proceso se venía gestando como mínimo desde 1751 cuando
se inicia la publicación de La Enciclopedia, cuyas producciones, aunque fueron
prohibidas, siguieron siendo editadas y difundidas. La evasión de la causalidad
que le da origen se soslaya con el paralelismo entre esta y la Guerra de los
Treinta Años, reduciéndola casi a un asunto de fanatismo secular. Por otra
parte, afirma con toda intencionalidad que tomó por sorpresa a un régimen
ingenuo. ¿No era ese régimen sin malicia y fácil de engañar el que había sido
depurado por siglos para alcanzar y lograr la dominación de pueblos y territorios
dentro y fuera de Europa? Al asignarle la ingenuidad al antiguo régimen, como
característica fundamental, lo sitúa en un plano de inocencia casi pueril, muy
próximo al rol de víctima. Quitarle peso histórico a su responsabilidad, le
permite magnificar la violencia de la Revolución francesa para establecer ese
paralelismo entre esta y los totalitarismos del siglo XX.

El aporte fundamental de la Revolución francesa en el campo de los


derechos se oculta para generar una metáfora a imagen y semejanza suya.
¿Cuánto le debía el genocida Augusto Pinochet a la Revolución francesa?, pues
si de totalitarismos se trata, su amigo chileno es un buen ejemplo. Uno de los
119

mecanismos de la dinámica de la dominación es el uso constante de la


proyección. Proyecta en la víctima toda la intencionalidad que la asiste y la
define. Por otra parte, su labor en América del Sur es un excelente modelo
ejemplar de cómo implantar el totalitarismo sangriento en una sociedad.
Reduce, por otra parte, todo el pensamiento de la Ilustración al aporte de
Rousseau, ¿y el resto? La banalización del pensamiento tanto de Rousseau
como del resto de los enciclopedistas permite darse una idea de la “profundidad”
del autor. El filósofo, citado anteriormente, Helio Gallardo, plantea la noción de
“conocimiento” epidérmico, para referirse a la superficialidad de quienes se
dedican a lo que Christian Anderson nos señaló, implícitamente, como la
retórica de la adulación, en este caso del sistema capitalista como un todo. De
ahí las lisonjas y los beneficios que alcanza un publicista como Henry
Kisssinger.

Dentro del mecanismo de la proyección ya señalado, habría que incluir la


intencionalidad emocional, el propósito de la dominación siempre es emocional,
es el deseo de codicia, la ambición, el ansia desmedida por la acumulación y la
exhibición fastuosa de la riqueza, del poder sobre los otros o del conocimiento
puesto al servicio de esa maquinaria “macbethiana”. En el análisis que nos
ocupa, el señor Kissinger se permite afirmar que son los resentimientos lo que
mueven las revoluciones. El resentimiento es un mecanismo puramente
emocional; además de menospreciar las revoluciones, se les da un carácter
puramente emocional con lo cual se oculta la causa fundamental de toda
revolución popular, sobre todo, si se parte de la francesa, se trata de las
necesidades humanas. Se soslaya su carácter humanitario y universal pues
planteó la reivindicación de las necesidades de todos los seres humanos, línea
que alcanza su máxima expresión en la Declaración de los Derechos Humanos
en el siglo XX. Y, es a partir de esta causalidad esencial que el pensamiento
revolucionario construye su propio aporte en términos teóricos, literarios y
culturales en general para el avance de toda la humanidad. Puede incluir
expresiones de resentimiento como un aspecto de la movilización de quienes
han sido excluidos y negados en sus necesidades más básicas. Pero desconocer
el aspecto humanitario de las revoluciones populares lo único que expresa es la
alienación, el extrañamiento, la desintegración de la elite del poder opresor del
resto de la seres humanos.

En Maquiavelo, lo establecimos como la abstracción del resto de la


humanidad que es malvada frente al príncipe y su consejero que han sido
escogidos por la divinidad. En el caso del señor Kissinger, su perorata sobre las
revoluciones nos posibilita visualizar como él puede satisfacer sus necesidades,
inclusive la del egocentrismo, al cobrar 18.000 euros la hora por sus
conferencias, o miles de dólares por asesorar programas y gobiernos; sin
embargo, el resto de los seres humanos, sobre todo de la periferia, son
120

reducidos a simples resentidos porque luchan por hacer cumplir los Derechos
Humanos.

El desprecio al otro, sobre todo al más vulnerable, es una forma que


adquiere este extrañamiento de la élite. Los señores de la dominación se
autoasignan el derecho a decidir sobre la vida y la muerte del resto de la
humanidad, en nombre del orden que debe regir porque de lo contrario se
destruiría toda la sociedad. Por una parte, se abstraen del resto de la humanidad,
se conciben diferentes, especiales y escogidos. Pero, cuando se trata de un
peligro que amenace sus privilegios y su codicia, entonces el orden que
sustentan para sí mismos y su grupo se convierte, mediante una generalización,
en la sociedad completa, en ese instante sí forman parte de la sociedad. El
fetichismo de la abstracción se multiplica al infinito, así prosiguen creando
abstracciones para focalizar sus actuaciones fuera del escenario real e histórico
en el cual se inscriben, verdaderamente, el del hambre, la guerra y el irrespeto a
los derechos humanos. El único orden que se subvierte con una revolución
popular es el orden de la dominación, el único orden que se aniquilaría sería el
que permite a Caín seguir matando a Abel impunemente. A eso le llama
totalitarismo heredado de Rousseau.

El autor continúa su recorrido por la Revolución francesa con énfasis en


la ola de terror que instauró. Pero, interesa sobre todo su trabajo en torno a la
imagen de los Estados Unidos. Como se pudo leer anteriormente, para él, los
principios de controles y equilibrios inscritos en la Constitución de los Estados
Unidos difiere de la noción de voluntad popular emanada del proceso francés;
como ni siquiera reconoce la huella de Montesquieu en el concepto de
equilibrio y control del poder, puede desligar a los Estados Unidos de esa
contaminación totalitaria. En determinados pasajes, hace referencias
ocasionales a su país, sobre todo cuando se trata del equilibrio de poder mundial.
Para comprender el rol que le asigna a los Estados Unidos es requisito visualizar
su noción de la historia, particularmente durante el siglo XX, pre y post
Segunda Guerra Mundial, después de hacer un brevísimo recorrido por la figura
de Hitler, plantea:

La naturaleza de estos desafíos no fue algo exclusivo de la


década de 1930. En cada época la humanidad produce individuos
demoniacos y seductoras ideas de represión. La tarea del estadista
es prevenir su llegada al poder y mantener un orden internacional
capaz de disuadirlos (sic) si es que llegan. La mezcla tóxica de
pacifismo fácil, desequilibrio geopolítico y desunión aliada tras los
años de entreguerras dio carta blanca a tales fuerzas. (Kissinger,
2016: 94).
121

La historia humana se reduce a la presencia del demonio que seduce o se


apodera de individuos para encarnar ideas de represión. ¿Habrán pasado esos
siglos después de la Inquisición y Maquiavelo? De nuevo el maniqueísmo, del
ángel contra el demonio. Si se sitúa al otro como un demonio, quien lo realiza
se concibe angelicalmente. La abstracción se apodera del otro pero de quien
realiza el proceso también. El ritual del poder opresor teje vestimentas: las
alitas para consagrar las actuaciones particulares, los cachitos para aquellas que
no se comprenden o no se desean asimilar.38 En última instancia, se trata de
negar las condiciones y las concatenaciones. El fetichismo también opera para la
conciencia de los señores y señoras de la dominación.

La prepotencia del señor Kissinger le permite definir la historia, lo


acontecido en Europa entre guerras y la labor del estadista con tres oraciones.
Evidentemente, al establecer el deber del estadista, está sacralizando su labor,
impedir que los poseídos, lleguen al poder, y si llegan, se trata de esbozar un
orden internacional con las agallas para desanimarlos.39 Los implícitos acerca de
la necesidad de recurrir a la violencia40 para instaurar el orden son un continuum
en su pensamiento. Pero se trata de una violencia angelical para derrotar a los
endemoniados. Por eso, no es de extrañar que no admita cuestionamiento
alguno en cuanto a la calidad moral de su política.

El señor Kissinger no es un estudioso de la historia humana o de la


historia europea, se trata de juez moral que puede, según él, aquilatar en un
párrafo lo acontecido en Europa durante la primera mitad del siglo pasado:

38
Los cachitos o las alitas son intercambiables según los intereses, llamados principios por los ideólogos del
Pentágono de los Estados Unidos. Noam Chomsky hace una reseña de cómo acogieron con muy buenos ojos
los principios estadounidenses al fascismo. El embajador describió la imposición del fascismo en Italia en 1922
como la excelente y joven revolución. Avanzada la década de 1930, Benito Mussolini fue caracterizado como
admirable caballero italiano según Franklin Delano Roosevelt, quien, acota el autor, reivindicó para sí,
falsamente, la autoría de la constitución impuesta en Haití. Las acciones fascistas fueron vistas con muy
buenos ojos porque ponían freno a la amenaza de una segunda Rusia, según palabras del Departamento de
Estado, por esa razón Hitler recibió ayuda moderada. El mismo Departamento de Estado asumía al fascismo
como armonizable con los intereses de EE.UU., lo explicaba como una autodefensa natural de la clase media y
rica ante una masa insatisfecha que se orientaba hacia la izquierda. Transcribe el autor la cita de un
documento donde se afirma: ha de triunfar, ya que de otro modo las masas, con el apoyo en esta ocasión de
unas clases medias desilusionadas, una vez más girarán hacia la izquierda. En 1936, al abandonar su rol de
embajador en Moscú, William Bullitt consideraba que únicamente la Alemania nazi podía detener el avance del
bolchevismo en Europa. Además, cita a Christopher Simpson, quien establece la ganancia de las empresas
estadounidenses con la producción bélica alemana, un aumento de un 48.5 por ciento entre 1929 y 1940.
(Chomsky, 1994: 37). Repensando Camelot. John F. Kennedy, la Guerra de Vietnam y la cultura política de
EE.UU. Madrid: Libertarias/Prodhufi, p. 37.
39
Si quisiera destacar la excepcionalidad de Hitler no habría realizado la generalización acerca de la humanidad.
40
En ocasiones, son explícitos, alrededor de las revoluciones, como se vio, plantea: Pero cuanto más
arrasador sea el cambio, más violencia se necesitará para reponer la autoridad sin la cual la sociedad
se desintegraría. (Kissinger, 2014:52).
122

Europa había creado un orden internacional a partir de


trescientos años de conflicto. Lo tiró a la basura porque sus líderes
no comprendieron las consecuencias de su entrada en la Primera
Guerra Mundial y aunque comprendían las consecuencias de otra
conflagración, retrocedieron ante las implicaciones de actuar de
manera preventiva. El colapso del orden internacional fue
esencialmente una historia de abdicación, incluso de suicidio.
Habiendo abandonado los principios del acuerdo westfaliano y
renuente a utilizar la fuerza requerida para vindicar su proclamada
alternativa moral. Europa fue ahora consumida por otra guerra que,
al finalizar, trajo consigo una vez más la necesidad de reformular
el orden europeo. (Kissinger, 2016: 94).

En última instancia, se trató de un asunto de voluntad y carencia de inteligencia.


Los líderes europeos no contaron con su sapiencia y por esa razón no utilizaron
el vigor requerido ni supieron entender lo que sucedía. Una vez más la moral
justifica cualquier atropello. Como se puede observar el eje fundamental de los
conflictos bélicos queda absolutamente ignorado y silenciado. La crisis del
colonialismo europeo no se vislumbra por ningún lado. De asumirlo tendría que
haber aludido a las contradicciones internas en Europa y a la lucha contra el
colonialismo. Había un problema de reparto en la cartografía oficial y una
irrupción de los movimientos populares que se inscribían con sus propias luchas
y reivindicaciones dentro de los países europeos. Tampoco se detiene a
observar los cambios en la cartografía oficial antes y después de cada guerra.
El ajedrez del poder termina reduciéndose a una cuestión de carácter y de
voluntades individuales.41 Al desaparecer, por obra de magia ideológica, las
concatenaciones históricas, el poder se reduce a un problema de
individualidades más o menos inteligentes, previsoras y pujantes frente a los
endemoniados. Se trata de la misma matriz con que los inquisidores asumieron
la historia.

Como su hilo conductor, con el cual desarrolla un recorrido por la


historia europea, es el principio westfaliano, recurre a él para ver su
desaparición en los territorios que le dieron origen. Busca, por lo tanto, desde
ese principio cómo recomponer el orden. Ya que ningún país europeo tenía la

41
A manera de sátira, el señor Kissinger y sus acólitos se conciben como depositarios de un
conocimiento universal; sin embargo, parecen ignorar hasta las bases de datos más elementales de
la Internet. Por ejemplo, el Rincón del Vago, una página web española para responder fácil y
rápidamente las tareas escolares de los jóvenes, contiene una explicación esquemática de la crisis
del colonialismo europeo como causa fundamental de las dos guerras europeas. (s.a., s.f.) Ver:
https://html.rincondelvago.com/colonialismo_primera-y-segunda-guerra-mundial.html
123

posibilidad de impulsar un proyecto por sí mismo, reconoce la labor del alemán


Konrad Adenauer, el francés Robert Schuman y el italiano Alcide de Gasperi 42
en la creación de un nuevo orden europeo, gracias a que habían sido socializados
en una Europa anterior a la primera guerra, contaban con raíces que les
permitieron sustentar en los peores momentos esas nociones para concebirlo.
Después de realizar un recorrido por los aspectos fundamentales de lo que fue
concibiéndose como la Unión Europea, destaca el papel de los Estados Unidos
para la economía europea con el programa de ayuda a Grecia y a Turquía de
1947, el Plan Marshall de 1948 y, por supuesto, su rol en la Alianza del
Atlántico Norte:

El orden internacional durante la primera etapa de la Guerra


Fría fue, en efecto, bipolar, con la acción dirigida de la alianza
occidental esencialmente por Estados Unidos como socio principal
y guía. Lo que el gobierno estadounidense entendía por alianza no
era muchos países actuando coherentemente para preservar el
equilibrio, sino Estados Unidos como director general de una
empresa conjunta. (Kissinger, 2016: 97).

Una manera de eludir, ocultar y tergiversar la historia del colonialismo y del


neocolonialismo es llamar a los Estados Unidos como director general de una
empresa conjunta. Detengámonos en dos casos fundamentales para ese director
general durante los años de la postguerra europea. Por una parte, lo sucedido en
Grecia en 1947 es comparable a la labor “humanitaria” en Viet Nam, la
comparación la estableció Adlai Stevenson, embajador ante la ONU bajo los
gobiernos de Kennedy y Johnson. En ese momento, dijo que estaban
defendiendo en Viet Nam a un pueblo libre de una “agresión interna”. Según
Noam Chomsky, la labor “humanitaria” en Grecia en 1947 se destacó porque:

…lograron demoler la resistencia antinazi y el sistema político y


restaurar el orden anterior, que incluía a destacados colaboradores
de los nazis, con un coste de unas 160.000 vidas y docenas de miles
de víctimas de las cámaras de tortura, y un legado de destrucción
que aún queda por superar (junto con enormes beneficios para las
empresas estadounidenses). Unas premisas similares son adoptadas
de manera rutinaria por los apologistas de la violencia estatal…
(Chomsky, 1994: 69).

El otro caso paradigmático es el de la Italia en 1947. El Partido


Comunista contaba con gran acogida popular por su participación en la lucha
antifascista y contra los ocupantes nazis, poseía, además, muchas posibilidades

42
Los tres destacaron en sus países por estar en contra de los movimientos populares.
124

de ganar las elecciones en 1948. Lo cual constituía un peligro mayor aún que la
revolución rusa porque sería la primera vez de un triunfo comunista y su ascenso
al poder por medios legales, lo cual produciría un efecto en el resto de países.
Evidentemente, se trataba de un peligro para el plan de hegemonía
estadounidense, atentaba contra sus “principios” de libertad y la de los países
que luchaban contra la amenaza soviética, lema utilizado como excusa para
socavar la organización popular en Europa Occidental, el Mediterráneo y el
Oriente Medio:

En pocas palabras, Italia podía convertirse en un “virus que


contagia a los demás”. EE.UU. planificó una intervención militar
para el caso que no pudiera controlar las elecciones por otros
medios. Una combinación de fuerza, amenazas, control de unos
alimentos desesperadamente necesarios y otras medidas lograron
superar el peligro de una elección libre. Los considerables
esfuerzos de EE.UU. por derrocar la democracia italiana
continuaron al menos hasta mediados de la década de 1970.
(Chomsky, 1993: 60).

El plan estadounidense para los italianos no terminó ahí; en su retórica,


estabilizar un país no pasa únicamente por frenar la subversión. En este caso
europeo, implicó la reducción de la población peligrosa propiciando la
migración. Citando a la historiadora Sallie Pisani, Chomsky reseña dicho
proyecto de migración, calificado por los estadounidenses como delicado y, por
lo tanto, oculto para los italianos. Dentro del plan Marshall, se contempló la
reconstrucción de la marina mercante italiana para duplicar su capacidad de
transporte de personas cada año; reciclar a los italianos para que fueran más
aceptables para los terceros países; una encuesta para ubicar los lugares más
propicios para la recepción de los viajeros pues Estados Unidos no deseaba más
italianos. El destino final fue Suramérica, el primer país fue Brasil, recibió
ayuda, en 1950, a cambio de recibirlos. El director de la empresa pensaba en
todo, particularmente, si se trataba de eliminar cualquier posibilidad de
movimientos de izquierda que lucharan por la justicia social y la independencia.

Con una alabanza al jefe de semejante actividad, abre su trabajo el señor


Kissinger. Se trata de Harry S. Truman, a quien visitó y entrevistó en 1961. Le
preguntó qué era lo que más le complacía de su administración, a lo cual
respondió:

Que derrotamos por completo a nuestros enemigos y luego


los trajimos de vuelta a la comunidad de las naciones. Me gustaría
pensar que solo Estados Unidos es capaz de algo así. (Kissinger,
2016:13).
125

Continúa la caracterización de Truman, a quien visualiza consciente del poderío


de su gobierno pero lo que más le llenaba de orgullo eran los valores humanos y
democráticos que lo movían. Este expresidente deseaba ser recordado más por
las conciliaciones que por sus victorias. Recordar algunos aspectos de esos
valores tan democráticos y humanos de Truman, no hace daño. Un listado
archiconocido y presente en cualquier página web destaca: el uso de bombas
atómicas en Hiroshima y Nagasaki en 1945, además de la muerte de unas
140.000 personas en Hiroshima y unas 80.000 en Nagasaki, los efectos
devastadores, física y moralmente, persisten hasta el día de hoy; promulgó la
Ley de Seguridad Nacional de 1947, reorganizó las fuerzas militares, creó la
Fuerza Aérea, creó la Agencia Internacional de Inteligencia (CIA) y el Consejo
Nacional de Seguridad; formuló el ya nombrado Plan Marshall y la doctrina de
la Guerra Fría; apoyó la creación del Estado de Israel como parte de sus cálculos
electorales para obtener los votos de los sionistas estadounidenses; partidario y
propulsor de la OTAN; esas son algunas, apenas, de sus virtudes democráticas.

Además de la guerra de Corea en la cual involucró a las Naciones Unidas,


cuyas fuerzas fueron, por primera vez, a un conflicto bélico sin consultar al
Congreso de su país, inició la presencia estadounidense en Viet Nam. A él se
debe el mito de las amenazas a la seguridad, empezó con la amenaza soviética,
de la cual nos advierte Noam Chomsky, citando a Samuel Huntington:

…Samuel Huntington, en su texto American Politics, observa


que el poder debe ser invisible si quiere ser eficaz. “Los arquitectos
del poder en Estados Unidos, deben crear una fuerza que se debe
sentir pero no ver. El poder se mantiene fuerte cuando se mantiene
en la oscuridad; expuesto a la luz del sol comienza a evaporarse”.
Ilustró esta tesis en el mismo año (1981)43 mientras explicaba la
función de la “amenaza soviética”: “Es posible que hay que vender
(la intervención u otra acción militar) de tal modo que se cree la
falsa impresión de que se está luchando contra la Unión Soviética.
Es lo que Estados Unidos viene haciendo desde la doctrina
Truman”. (Chomsky, 2003: 157).

Por otra parte, es interesante saber lo que el humanista Truman se


condolía de las víctimas internas de la amenazante fiera:

Debería insistirse en que los sobrecogedores crímenes de


Stalin no preocupaban ni a Truman ni a los demás altos
43
Durante la década de 1980, la amenaza soviética fue el fetiche malvado con que se justificó y se financió la
Guerra de Baja Intensidad en Centroamérica. Ahora, los fetiches diabólicos los encarnan Cuba, como siempre,
aunque en menor grado y Venezuela, en altísimo grado, a partir de la revolución bolivariana.
126

funcionarios. Truman apreciaba y admiraba a Stalin, y sentía que


podría mantener tratos con él en tanto en cuanto EE.UU. se saliera
con la suya en el 85 por ciento de los casos. Esta opinión era
compartida por otras personalidades destacadas. Al igual que para
con todo un ejército de otros asesinos y torturadores de menor
cuantía, el crimen inaceptable es el de la desobediencia…
(Chomsky, 1983: 39).

El genio depredador del señor Truman le dio, a los Estados Unidos, más
de un aporte para deshumanizar las relaciones internacionales y destruir los
lazos de solidaridad y justicia social en el planeta. Por algo, el señor Kissinger
inaugura el recorrido hacia un orden mundial con su invocación, tal como
invocaban los aedas antiguos a las musas. Cada artista tiene su musa, cada
cineasta también. A su musa inspiradora, Kissinger dedica el primer párrafo de
su libro y el segundo a sus sucesores. Todos han seguido o asumido alguna
parte de su retórica. Se trata de eludir los hechos y los procesos históricos con el
término elocuencia. El autor pretende situar a quien lee dentro de una burbuja
ideológica bien entrado el siglo XXI. La contribución de los Estados Unidos a
la humanidad sirve como muestra:

Y durante la mayor parte de este período la comunidad


de naciones que Estados Unidos aspiraba a defender reflejó el
consenso: un orden de estados cooperativos en expansión
inexorable que observara reglas y normas comunes, adoptara
sistemas económicos liberales, renunciara a la conquista territorial,
respetara la soberanía nacional y abrazara sistemas de gobiernos
participativos y democráticos. Los presidentes estadounidenses de
ambos partidos han continuado instando a otros gobiernos, a
menudo con suma vehemencia y elocuencia, a esforzarse en la
preservación y la ampliación de los derechos humanos. En muchas
instancias, la defensa de estos valores por parte de Estados Unidos y
sus aliados ha dado como resultado importantes cambios para la
condición humana. (Kissinger, 2016:13).

Examinar dos próceres de la “humanidad”, dos connotados expresidentes


de alto valor destructivo para Centroamérica y representantes de ambos partidos,
puede ser suficiente material ilustrativo para comprender la inversión que
subyace a esa visión. Uno es Jimmy Carter, quien basó toda su oratoria, antes y
después, de su mandato en la defensa de los derechos humanos. El doble
discurso estuvo presente en la estrategia de su administración para
Centroamérica. Su gobierno coincide con el auge de la lucha revolucionaria en
esta región, a partir del derrocamiento del genocida Anastacio Somoza Debayle
en Nicaragua en 1979 y el ascenso al poder del Frente Sandinista de Liberación;
127

también se presentó la ampliación y el recrudecimiento de los movimientos


populares en El Salvador y Guatemala, donde las oligarquías con sus respectivos
ejércitos asesinos han contado con el apoyo económico, político y militar de los
Estados Unidos. La lucha de estos pueblos se ha basado históricamente en las
reivindicaciones más elementales para una vida medianamente digna, a saber
contar con trabajo, vivienda, salud y alimento, todo en una expresión básica y
rudimentaria, pero hasta la satisfacción más austera de las necesidades básicas se
les ha negado. A raíz del asesinato del arzobispo de San Salvador Óscar
Arnulfo Romero el 24 de marzo de 1980, el entonces presidente responde con un
cable no confidencial a su embajada el 26 de marzo:

El presidente condena enérgicamente el trágico asesinato del


arzobispo Óscar A. Romero… Es un acto repugnante y excesivo. El
arzobispo Romero hablaba por los pobres de El Salvador, cuyas
voces habían sido ignoradas por demasiado tiempo… El terrorismo
no puede silenciar el mensaje de compasión del arzobispo … (Silva,
2015: párr.21).

Pero, si se repasa un año atrás, como lo hace Silva, resulta que, en octubre
de 1979, los informes del entonces embajador estadounidense en ese país,
plantean detalladamente las homilías de Óscar Arnulfo Romero y la forma
cómo este responsabilizaba a las Fuerzas Armadas de los asesinatos a la
población civil indefensa, en su mayoría campesinos. El golpe de Estado contra
el coronel Romero esperanzó a algunos sectores sobre la posibilidad de un
cambio. Este cambio no se produjo porque la vieja guardia militar se hizo del
control de las fuerzas militares con el apoyo de los sectores económicos más
reaccionarios y de los Estados Unidos. Apunta Silva que, pese a las denuncias
realizadas por la oposición política salvadoreña, Monseñor Romero y
congresistas demócratas estadounidenses, la administración Carter continuó
sustentando al ejército y a las sucesivas juntas de gobierno. Continúa afirmando
que, poco antes del asesinato, el arzobispo Romero era una figura incómoda para
la política exterior de Carter pues ponía todo el apoyo político en la junta de
gobierno.

Por otra parte, hace un recuento pormenorizado de los cables del


embajador a la administración estadounidense donde se informaba
continuamente de las homilías de Romero y sus peticiones a Washington para
que detuviera el apoyo a unas fuerzas que violaban continuamente los derechos
humanos. Además de sus intervenciones públicas, Monseñor Romero envió
una carta en febrero de 1980 a Jimmy Carter donde le solicitaba directamente
que dejara de enviar ayuda a un ejército represor y asesino, por lo demás
informaba del carácter cómplice de la junta de gobierno. La respuesta fue
suscrita por el secretario de Estado, Cyrus Vance, en la cual Estados Unidos
128

confirmaba su apoyo a la junta de gobierno e invocaba el peligro de una guerra


civil provocada por las posiciones extremas; lo cual permitía definir a la junta
con una posición moderada, situación que nunca existió. Los documentos
desclasificados, analizados por Silva Ávalos, describen los entretelones
diplomáticos de Washington para que el Vaticano interviniera moderando a
Romero. Mandato que Juan Pablo II siguió pero que no detuvo a Monseñor
Romero en su lucha. Lo cierto es que como anota Vidal, no hubo forma de
detener a la administración Carter en su apuesta por el régimen represor y
asesino:

A esas alturas, en Washington, ya algunos congresistas del


ala más liberal del partido demócrata empezaban a proponer que
Carter redujera a la mitad la ayuda militar que otorgaba a El
Salvador debido a las constantes denuncias de violaciones a los
derechos humanos de los salvadoreños por parte de los militares de
la junta.

Esas iniciativas no prosperaron, según confirma hoy James


McGovern, representante por Massachusetts y en aquellos años
asistente legislativo de Joseph Moakley, uno de los que propuso el
recorte de fondos. No prosperaron ni siquiera después de la muerte
del arzobispo. “Todavía recuerdo que me di cuenta del asesinato y
creía que este terrible crimen resultaría en la finalización de la
ayuda de Estados Unidos a un gobierno y un Ejército que perseguía
a los defensores de la justicia social y que no tenía respeto alguno
por los derechos humanos. Es triste, pero no fue así”, dice
McGovern. (Silva, 2015: párr.42-43).

Si se desea ampliar la “defensa” de los derechos humanos por parte del


gobierno de Jimmy Carter, hay que referirse a Noam Chomsky quien aclara
cómo, finalizando el año de 1978, dicho gobierno se afanaba en la militarización
de la economía, lo que se afianzó con la crisis de los rehenes y la invasión rusa a
Afganistán, dichos sucesos ayudaron a superar el síndrome de Vietnam para
asumir una actitud más agresiva y dispuesta a la confrontación. Lo que recibió
críticas en Europa, Chomsky reproduce dos calificativos puestos por el
Manchester Guardian: histeria norteamericana, mientras Norteamérica siga tan
ebria de militarismo tonante. Para terminar de aclarar el camino de la “defensa”
humanitaria de dicha administración:

En el caso de Nicaragua, el gobierno de Carter había apoyado


a Somoza prácticamente hasta el final; de hecho, el mensaje de
Carter de apoyo a Somoza en medio de las matanzas sobre las que
se erigía su presidencia puede haber sido un factor que precipitara
129

la insurrección, del mismo modo que los comentarios adulatorios de


Carter44 acerca del Sha en Teherán, parecen haber servido de
estímulo a la revolución al poner en evidencia la profunda
hipocresía sobre la retórica de los derechos humanos. (Chomsky,
1984: 28).

Jimmy Carter del partido demócrata le allana el camino a Ronald Reagan


del partido republicano en cuanto a la militarización de la economía. Este
último constituye una herencia de exterminio, brutalidad y crueldad para
nuestros países. Quienes no sufrimos directamente la guerra y la persecución,
podemos recordar la zozobra y la angustia acerca de cuál sería el destino
inmediato de nuestra región, si continuaría la intervención militar solapada o se
daría abiertamente la intervención, pero cuándo sucedería y, sobre todo, cuándo
se acabaría el baño de sangre. Para los analistas, la estrategia de Ronald Reagan
en Centroamérica fue una vez más un campo de batalla de los Estados Unidos
en contra de la Unión Soviética. Helio Gallardo puntualiza que la superioridad
estadounidense afectada por la coyuntura económica, entre otros factores, situó
en esta región su apuesta por recomponer su hegemonía. Dicha política tuvo dos
fases fundamentales: la primera se centró en El Salvador, Guatemala y
Nicaragua con una fuerte intromisión militar con la cual se esperaba un triunfo
rápido y total sobre los movimientos populares en sus respectivas expresiones
armadas y civiles, esta comprendió de 1981 a 1983. La segunda fue planteada
como Guerra de Baja Intensidad frente al fracaso de la primera, con esta se
concibió el área como una única zona de guerra y le fue dada a cada región o
país una función específica para cumplir con el gran objetivo de liquidar el
sujeto popular, entiéndase a los sectores conscientes, con capacidad de
movilización, y enfrentamiento para imaginar y construir una sociedad
alternativa. Gallardo escribía en 1989:

Hemos indicado, asimismo, que uno de los objetivos


estratégicos de la administración Reagan es humanamente
imposible: la liquidación de la memoria histórica de los pueblos
centroamericanos, o sea el hecho cultural de la revolución popular
centroamericana.45 Sin embargo, la administración Reagan ha tenido
44
En otro de sus libros Chomsky amplía la información acerca de Carter y lo acontecido en Irán: Ya en 1979,
después de la salida del Sha, el general estadounidense Huyer, quien entonces estuvo a la cabeza del comando
de la OTAN, fue a Irán para orquestar un golpe militar. El presidente Carter lo había mandado allá con la misión
de encontrar algunos generales que pudieran realizar el golpe, antes de que Khomeini tomara el poder. Pero en
ese entonces el golpe no fue posible, debido a que toda la población hubiera estado en contra de los golpistas.
Por eso no se realizó. La derecha aquí en Estados Unidos, gente como Brzezinstki, Kirpatrick, etcétera, han
estado lamentando esto durante años que perdimos nuestra oportunidad porque no llevamos a cabo un golpe
militar en aquella ocasión. Chomsky, Noam y Dieterich, Heinz. (1998). Hablemos de terrorismo. Tafalla:
Editorial Txalaparta, p.95.
45
Subrayado en el original.
130

éxito internamente en EUA al consolidar políticamente su tesis de


que no es permisible en la región un gobierno popular que posea
relaciones estrechas con Cuba y la URSS. El efecto general de esta
consolidación interna es que las posiciones básicas de la
administración Reagan hacia América Central se prolongarán como
línea política del gobierno de EUA cualesquiera sean los resultados
presidenciales de 1988. (Gallardo, 1989: 230).

La crueldad con que los ejércitos centroamericanos, financiados y


asesorados por los Estados Unidos, torturaron y masacraron a miles de seres
humanos puede conocerse en toda una literatura épica y testimonial de la época,
sobresale el testimonio de Rigoberta Menchú y las homilías, ya citadas, de Óscar
Arnulfo Romero. Evidentemente, el objetivo logrado se prolonga con la
anatematización que se ha realizado de la revolución bolivariana y los procesos
en el Cono Sur. Aunque Gallardo puntualiza los ejes fundamentales, la
descripción de lo que implicó en cada país esta función guerrera da para un
compendio de la historia reciente centroamericana, imposible de presentar en
este espacio. Sin embargo, no se puede soslayar la presencia y el aumento del
narcotráfico en Centroamérica como uno de los efectos del paso del actor
mediocre de Hollywood por la Casa Blanca. En Costa Rica, fue establecido el
nexo entre el narcotráfico y la guerra de la Contra, como se conoció a las fuerzas
financiadas por Estados Unidos que combatían para derrocar al gobierno del
Frente Sandinista en Nicaragua.

Para Mercedes Muñoz, (Muñoz, 1999), hubo un aumento del narcotráfico


a partir de la presencia fronteriza en Costa Rica de dos gobiernos que
Washington consideraba enemigos suyos porque tanto el gobierno sandinista
como el del general Noriega en Panamá se inscribían dentro de la patología del
poder estadounidense en la amenaza “castro-comunista”. El gobierno
estadounidense subordinó su lucha contra el narcotráfico a sus intereses
geopolíticos de manera que dio impulso a la contrainsurgencia y mantuvo una
posición ambivalente con respecto al narcotráfico pues no solo dejó pasar ciertos
delitos sino que incluso propició el negocio de las drogas. La analista alude a
publicaciones del New York Times entre 1981 y 1988 en las que el periódico da
a conocer que muchos de los colaboradores de seguridad de la CIA se
involucraban con el narcotráfico en el extranjero. Cita, particularmente, a
Richard Gregorie, quien era Fiscal General para drogas en Miami hasta 1989,
cuando aludió a oficiales y pilotos informantes de la CIA en Centroamérica
relacionados con el tráfico de armas y drogas.

Realiza, en su artículo, una descripción detallada de las actuaciones del


mercenario estadounidense John Hull, el enlace entre la CIA, la Contra y el
narcotráfico. El supuesto finquero en la frontera norte de Costa Rica controló la
131

recepción de las armas para la Contra y el envío de drogas para Miami. Según
ella, dejó una secuela de delitos absolutamente impune. Reproduce el
testimonio de dos narcotraficantes, George Morales y Blandón, ratificando el
poder de Hull; con el primero se comprueba el uso de la pista de aterrizaje para
las actividades referidas y el segundo afirmó que si se deseaba algo ilegal en este
país había que hablar con John Hull. El cartel de Medellín lo acusó de haberse
adueñado de 530 kilos de cocaína y haber desaparecido al piloto que los llevó.

Esta es una pequeña muestra de los entretelones de la estrategia de


seguridad de la administración Reagan, un botón mínimo de toda la actividad
clandestina entre trasiego de armas, drogas y personas. Hubo otro ejemplar más
distinguido, se trata del embajador estadounidense Lewis Tambs. Proveniente de
Colombia, donde estuvo a punto de ser declarado non grato por sus
apreciaciones acerca de la narco guerrilla, calificativo extraído de su
prepotencia; mientras se inspiraba para crear la nueva categoría con que
demonizar más a las fuerzas insurgentes colombianas, fue quien boicoteó las
negociaciones entre los carteles de la droga y el gobierno colombiano. Gabriel
García Márquez46 publicó un reportaje acerca de este proceso y explica sobre
Tambs:

En efecto, trasladado a la Embajada de Costa Rica, fue un


protagonista distinguido del Irangate y ayudó al coronel North a
construir un aeropuerto clandestino para la contra. Y aún más, con
dineros del narcotráfico. (García, 1990: 12).

Coincidimos con Mercedes Muños al plantear que: Así las cosas, guerra
de baja intensidad (GBI), incremento exponencial del narcotráfico y soberanía
restringida son elementos convergentes hacia mediados de la década de los 80.
(Muñoz, 1999: 36).

Por otra parte, la herencia del gobierno de Reagan en Honduras se


perpetúa hasta el día de hoy por sus secuelas de militarización total de la
sociedad. Honduras fue “bendecida” por dicha administración con la base
militar Soto Cano, desde donde operaba la Contra, también el nombre de Oliver

46
Para que se tenga una idea de lo que boicoteó la administración Reagan, declaró García Márquez: La primera
tentativa de diálogo que trascendió al público fue en mayo de 1984, cuando Pablo Escobar Gaviria, jefe del
cartel de Medellín, hizo contacto con Alfonso López Michelsen en un hotel de Panamá para que le transmitiera
una propuesta formal al presidente Belisario Betancourt, en nombre de todos los grupos colombianos de
traficantes de droga- Prometían retirarse del negocio, desmantelar sus bases de procesamiento y
comercialización de la cocaína, repatriar sus capitales inmensos e invertirlos en la industria y el comercio
nacionales con todas las de la ley, y aun compartir con el Estado la dura carga de la deuda externa. A cambio
de todo eso no aspiraban siquiera una amnistía. Solo querían que se les juzgara en Colombia, sin aplicarles el
tratado de extradición con Estados Unidos, que empezaba a activarse en esos días después de varios años de
sopor. (García, 1990: 12).
132

North se asocia, evidentemente, a todo este despliegue de fuerza y ocupación,


las grupos paramilitares se entrenaban y se entrenan actualmente en esa base,
ligada directamente al Pentágono y la CIA. Todo el sabotaje a las cosechas,
amedrentamiento de la población y destrucción de la política social del
gobierno sandinista se ejecutaba y consolidaba desde el territorio hondureño.
Por otra parte, Helio Gallardo (Gallardo, 2012: 25) recuerda que el territorio
hondureño ha sido utilizado en dos momentos cruciales para la hegemonía
estadounidense en Centroamérica. El primero fue en 1954, cuando desde ese
país sale la fuerza armada, financiada por Estados Unidos, para derrocar el
gobierno democrático de Guatemala de Jacobo Arbenz porque pretendía una
reforma agraria. El otro es al que nos hemos referido para destruir el proceso
revolucionario en Nicaragua. Un acercamiento puntual a la presencia militar
estadounidense en Honduras durante la década dice:

El despliegue inicial de tropas estadounidenses en territorio


hondureño fue de 1,600 militares de las Fuerzas Armadas de los
Estados Unidos (U.S. Army) y más 270 instructores de las Fuerzas
Especiales que darían entrenamiento en operaciones antisubversivas
a las fuerzas salvadoreñas, hondureñas y guatemaltecas en el Centro
Regional de Entrenamiento Militar (CREM) en Puerto Castilla, a 20
kilómetros al norte de Trujillo. Entre 1983 y 1984, 5,000 militares
estadounidenses formarían parte de un amplio entrenamiento militar
conjunto y maniobras navales combinadas con el desplazamiento de
buques de guerra estadounidenses en la costa caribeña. En Mayo de
1985, se despliegan 7,000 tropas estadounidenses y 5,000 soldados
de las Fuerzas Armadas de Honduras en la costa norte con la
llegada de 39 buques de guerra y anfibios de la Fuerza Naval
estadounidense. (Alvarado, 2015: párr.13).

Nombrar no es sinónimo de describir y menos de vivir lo que una


ocupación de ese tipo trae consigo en términos de ruptura de las formas
cotidianas de la sociabilidad tradicional de nuestros pueblos, de la solidaridad y
el deterioro de la calidad de vida. En algún momento, aún los sectores más
tradicionales de la sociedad hondureña planteaban las secuelas de enfermedades
venéreas en las poblaciones empobrecidas y prostituidas por la presencia de
dichos militares. En 1989, el informe del Comité Kerry estableció el nexo entre
la guerra contra Nicaragua y los traficantes de droga, estos últimos daban dinero,
armas y equipo para poder introducir la cocaína a los Estados Unidos; para ese
comité, el Departamento de Estado estaba involucrado en dichas actividades.

La militarización de la sociedad hondureña, y latinoamericana en general,


se mantiene y se ha intensificado con la supuesta guerra contra el narcotráfico.
El golpe de Estado a Manuel Zelaya en 2009 guardó relación con el
133

cuestionamiento suyo a las bases militares, su acercamiento al gobierno


venezolano para un contrato petrolero, su incorporación al ALBA y su crítica a
la guerra contra el narcotráfico como ineficaz. Según un documento revelado
por Wikileaks, el embajador estadounidense en Honduras alertaba sobre la
consabida amenaza, representada por este gobernante. Alrededor del golpe
estuvo involucrado John Dimitri Negroponte, quien había sido embajador en
Honduras en el período de Reagan, a quien repudiaron las organizaciones
populares por la creación de los escuadrones de la muerte y desapariciones
forzadas con que incrementó el terrorismo de Estado en Honduras.47

El control de los Estados Unidos sobre Honduras se mantiene tal y cual lo


incrementó Reagan y sus soldados. El asesinato de Berta Cáceres, la
coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras, estuvo asociada,
para la prensa internacional a sus luchas contra la privatización de territorio
sagrado para la población lempa, su denuncia de la violación de los derechos
humanos, la represión contra el movimiento popular incentivada después del
golpe del 2009 y de los planes de los Estados Unidos por incrementar su
presencia militar en Honduras, la prensa alternativa reprodujo, a raíz de su
muerte, sus palabras del 2013:

En 2013, cuando el Gobierno de EE.UU. planeaba instalar la


mayor base militar de toda América Latina en Honduras, Cáceres
denunció la iniciativa. En sus declaraciones la activista señaló que
las instalaciones serían "un proyecto de dominación y colonización
con el propósito de saquear los recursos de los bienes comunes de la
naturaleza en la nación centroamericana".

Cáceres alertó aquel mismo año a RT sobre la creación de


esa base estadounidense en su país: "EE.UU. tiene previsto instalar
una enorme base en una plataforma marítima. Nosotros hemos
denunciado que esta base también amenaza a los pueblos hermanos.
EE.UU, hay que recordar, siempre ha usado a Honduras como una
plataforma para invadir a otros pueblos hermanos, como sucedió en
los años 80 contra Nicaragua. Esta vez podría ser Venezuela". (s.a.,
2016: párr. 8-9).

En el año 2017, al calor del fraude electoral vivido en Honduras, tanto el


candidato de la oposición Salvador Nasralla (s.a., 2017) como Manuel Zelaya,
dirigente de Alianza de Oposición, expresaron indignación por la forma en que
el gobierno de los Estados Unidos reconoció y felicitó a Juan Orlando
Hernández, quien fue, en realidad, promotor del fraude. Ambas figuras

47
Para quien se interese en profundizar el tema, puede consultar el reportaje ya citado de Fred Alvarado.
134

afirman que se trata de una maniobra más del Departamento de Estado para
continuar manteniendo en el poder delincuentes a su servicio.

El amo colonizador sigue sembrando terror y bañando en sangre los


espacios donde suele andar. Mientras sus publicitas o sus consejeros diseñan el
ropaje con que asistir a los rituales en los que se festeja y se consagra por el
heroísmo de la destrucción. Henry Kissinger despliega un conjunto de
alabanzas a Ronald Reagan y lo pondera como un presidente que estuvo
absolutamente a tono con su momento histórico, para él, lo sitúa en el fin de la
Guerra Fría. Frente al estancamiento económico de la Unión Soviética y su
desaparición paulatina, Reagan logró acoplar las fuerzas ocultas, en ocasiones
opuestas, de los Estados Unidos su idealismo, su resiliencia, su creatividad y
vitalidad económica para vencer al enemigo soviético. Resalta toda la labor de
Reagan para devolverle a los Estados Unidos su sitial de honor, bendecida por
Dios sobre la base del poder y la legitimidad. Retoma, con euforia, -realismo en
sus palabras- la metáfora de la ciudad resplandeciente para afirmar que fue un
hecho consumado pues, a diferencia de Nixon con quien encuentra paralelismo,
tuvo la determinación y el coraje para vencer. Se regodea en las alabanzas y en
una fiebre admirativa por su genio a la hora de concebir la diplomacia frente a la
Unión Soviética.

Evidentemente, todos estos elogios hacia Ronald Reagan están dirigidos


también a sí mismo, pues el autor que nos ocupa, trabajó cerca del presidente,
aunque anteriormente habían tenido ciertos desencuentros en la vida partidaria
de los republicanos. En julio de 1983, lo nombró presidente de la comisión que
definió los intereses de ese país en Centroamérica, cuyo producto fue conocido
como el Informe Kissinger para Centroamérica, en el cual se establece lo que
fue la estrategia a la que nos hemos referido y situó la región como parte del
juego de ajedrez donde los peones dependíamos del juego oeste-este tal y como
lo habían imaginado las fantasías de los anticomunistas. Cuando dicho
documento se presentó en 1984, se trajo abajo y aplastó la posibilidad de una
visión diferente pensada y trabajada por los cancilleres del Istmo, en la cual se
priorizada en la negociación, la desmilitarización de la zona y el reconocimiento
de la injusticia social como causa de los movimientos populares; se buscaba una
solución negociada y sobre la base del pluralismo para establecer verdaderos
procesos democráticos, la labor fue conocida como el grupo de Contadora. El
Informe Kissinger formuló lo opuesto para sustentar la ayuda militar y la
intervención. Posiblemente, el logro de la comisión lo catapultó para el
nombramiento como miembro de la Junta Asesora de Inteligencia Extranjera del
Presidente en 1984.

No es de extrañar, por lo tanto, los elogios al triunfador pues detrás estaba


una vez más su capacidad para ensañarse contra los pueblos indefensos que
135

luchaban por los derechos humanos. Los capítulos 7 y 8 de su Orden Mundial


están consagrados por entero a exaltar a los Estados Unidos, lo títulos ya de por
sí indican la intencionalidad: Actuar por toda la humanidad – Estados Unidos y
su concepto de orden, Estados Unidos –Una potencia ambivalente. Para el juez
chileno Juan Guzmán, se trata como Pinochet de un psicópata que también debe
ir a juicio; para las miles de víctimas de su paso por el mundo, se trata de un
genocida. En términos del análisis ideológico de su discurso, se trata de un
mitómano, lo cual adquiere sentido y correspondencia con el perfil delineado
por el juez chileno pues según la definición, el mitómano falsea y niega la
realidad porque generalmente padece de un delirio de grandeza, el juez
planteaba la necesidad que tienen los psicópatas de engrandecerse y su
incapacidad para amar a los seres humanos48. Esos dos capítulos son un
compendio de mitos, en el sentido de falseamiento de la realidad histórica, sobre
el poder y los objetivos de los Estados Unidos. Una diminuta muestra de la
distorsión de la historia para cerrar:

Los doce presidentes de posguerra han reivindicado


apasionadamente el papel excepcional de Estados Unidos en el
mundo. Todos han postulado con carácter de axioma, que el país
está embarcado en una desinteresada lucha por la resolución de los
conflictos y la igualdad de todas las naciones, cuya medida de éxito
definitivo será la paz mundial y la armonía universal. (Kissinger,
2016: 239).

Mientras Estados Unidos aprende las lecciones de sus guerras


del siglo XXI, es importante recordar que ninguna otra gran
potencia ha infundido a sus esfuerzos estratégicos aspiraciones tan
profundamente sentidas hacia el progreso humano. Hay algo
especial en una nación que proclama como sus objetivos básicos no
solo castigar a sus enemigos, sino mejorar la vida de su pueblo, que
ha buscado la victoria no en el dominio, sino en compartir los frutos
de la libertad. Estados Unidos no será fiel a sí mismo si abandona
este idealismo esencial. (Kissinger, 2016:329).

El país al que se refiere se personifica y adquiere rasgos de líder


espiritual. En otro momento, le asigna grados de introspección pues a raíz de su
triunfo en la Guerra Fría cuestionó su alma con un esfuerzo tan hondo y sentido
que no tiene comparación en la historia. Se trata de la encarnación del caballero
andante al que lo mueve el ideal únicamente. Sin embargo, este caballero,
salvador de la humanidad, no tiene igual, es único. Es el paradigma del
48
Korblunh plantea: La indiferencia de Kissinger ante las atrocidades cada vez mayores de Pinochet consternó
al público… (Korbunh, 2004: 19).
136

salvador, lo cual nos lleva necesariamente al complejo mesiánico. Se trata de


un nuevo mesías, de hecho a lo largo del escrito hace referencias a los primeros
colonizadores y su mito de elegidos. No solo el explotado vive la alienación y la
enajenación de su conciencia de las condiciones históricas que lo mantienen y lo
encadenan, el fetichismo del poder genera, como se afirmó anteriormente,
cadenas de abstracción para poder falsear la realidad, encubrir sus prácticas
genocidas centrándose, discursivamente, en una intencionalidad bondadosa para
desviar cualquier focalización de sus verdaderos resultados.
137

Un genuino retórico de la adulación

Pareciera que Moisés Naím no adolece de las dudas y crisis como las que
padeció Hamlet, porque su rol en la sociedad está bien establecido. En la
motivación inicial de su ensayo El Fin del Poder, (Naím, 2013) se presenta
orgulloso de sí mismo y de su lugar en el mundo. Esa introducción permite
acceder a su imagen deseada y publicitada. Sobre su persona, señala que, en
febrero de 1989, a los treinta y seis años, fue nombrado como ministro de
Fomento en Venezuela. A pesar de haber obtenido una victoria electoral
arrolladora, el programa de reformas económicas encontró una fuerte oposición
callejera. Aunque él lo concebía como una gran esperanza de un futuro más
próspero, equitativo y estable, las protestas callejeras lo rechazaron porque lo
consideraron violento y como motor de más desigualdad y pobreza. En el
movimiento callejero, se dieron saqueos y disturbios. El emisor confiesa que
tardó años en asimilar la lección pues debía aprender la enorme brecha existente
entre la percepción de un poder y la realidad de lo que puede hacerse. Como
uno de los principales ministros del área económica, poseía un enorme poder;
pero, en la práctica, su capacidad para emplear recursos, de movilizar personas
y organizaciones para lograr el proceso planteado era reducida. Para él, el poder
había cambiado. ¿Habría algún grado de frustración en aquel ministro que
concebía tan positivo el proyecto económico?

¿Habrá compensado la posible frustración con los otros datos que brinda
acerca de su persona? Comunica, en la misma introducción, que participa desde
1990 en las reuniones del Foro Económico Mundial en Davos,49 donde se ubican
muchas de las personas más poderosas del mundo, enumera en paréntesis a
empresarios, jefes de gobierno, figuras de la política, medios de comunicación,
organizaciones no gubernamentales, ciencia, religión, cultura y demás. También
ha tenido la fortuna de presenciar e intervenir en los encuentros de poder más
distinguidos del mundo como la Conferencia Bildelberg, la reunión anual de los
magnates de los medios,50 el espectáculo Sun Valley, o las asambleas anuales del
Fondo Monetario Internacional. En los diálogos, con lo más selecto del mundo,
ha podido ratificar sus propias ideas; ellos le han confirmado que los poderosos
tienen cada vez más limitaciones para ejercer el poder que sin duda poseen. A
49
Según Raúl Zibechi, en el recién pasado Foro de Davos; por los cuatro días de encuentros y conferencias y el
acceso a las sesiones privadas pagaron 245 mil dólares. ( Zibechi, 2018: párr. 2).
50
En el mismo artículo Zibechi afirma: Ahora, el 1 por ciento enarbola una estrategia que consiste en reducir la
población del planeta a la mitad, como señalan algunos estudiosos del Club de Bilderberg, otro espacio de los
más ricos (goo.gl/C2mcdS). Es cierto que son especulaciones más o menos fundadas, porque el 1 por ciento no
se arriesga a publicitar sus intenciones, como no lo hacen cada vez que deciden emprender un genocidio contra
los sectores populares. ( Zibechi, 2018: párr.9).
138

sus cuestionamientos siempre se da la misma conclusión: el poder es cada vez


más débil, más transitorio, más limitado. Establece, inmediatamente, un
explícito y un implícito acerca del poder lo evidente e innegable es: hay mucha
gente e instituciones con un inmenso poder; lo menos manifiesto es que este se
debilita cada vez más y, por lo tanto, es más fugaz.

En ese prólogo, se ha presentado como un elemento de la élite mundial,


dialoga con ellos, ¿forma parte de ellos?, interviene, es decir es escuchado por
ese grupo selecto y, por lo tanto, sabe del poder, lo vive y es testigo o conocedor
de los avatares de dicho sector privilegiado. Cuando de hacer alarde de los foros
a los que asiste, no duda en plantear los puntos de referencia: las reuniones de
los poderosos. En cambio, no especifica ciertas coordenadas históricas cuando
cita el fracaso de su plan como ministro; queda en la ambigüedad, la falta de
referencias y la generalidad. En su corta exposición, hay dos indeterminaciones
muy elocuentes; en la retórica del discurso, dichos ocultamientos ideológicos se
manifiestan como elipsis. La primera se refiere a Venezuela en 1989. Se trata
del conocido Caracazo51, un nombre usado por doquier para apelar a esos
disturbios durante el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez pero que el
emisor elude; una descripción general del mismo, dice:

El 27 de febrero de 1989, una gran protesta popular en contra


de las medidas neoliberales del gobierno de Carlos Andrés Pérez
(CAP), que significaban mayor pobreza y miseria para el pueblo
venezolano, terminó cuando miles de hombres y mujeres fueron
asesinados por la represión militar y policial, enlutando a muchas
familias.(…)

Por desesperación, el pueblo se lanzó a las calles para


protestar ante tales medidas y CAP, reunido en Consejo de
Ministros, ordenó a la Guardia Nacional y al Ejército reprimir los
disturbios. (s.a., 2011: párr. 1 y 8).

Retomando la definición que Naím da del poder, se podría afirmar que el


mandatario y su equipo deseaban que los venezolanos aceptaran ciertas
condiciones de vida, como las medidas fueron rechazadas, hubo que dar una
lección: matar a algunos. Dado que cualquier página de Internet puede falsear la
información y difamar al gobierno de Carlos Andrés Pérez como neoliberal y,
además, como represor y causante de una masacre. Ya que el emisor es
economista, vale confrontar con un análisis para ofrecer algunas coordenadas
de la economía venezolana de ese momento. Según José Honorio
51
Se puede consultar un reportaje sobre el Caracazo en:
https://www.youtube.com/watch?v=jzLvacdAN30&app=desktop
139

Martínez,i(Mártinez, 2008) de la Universidad Nacional Autónoma de México,


hubo una crisis que se venía incubando por los siguientes factores: altísima
deuda externa de seis mil millones de dólares en 1975 a 31 mil millones en
1978; la baja de los precios del petróleo -28.9 dólares el barril en 1973 a 10.9
dólares en 1982-; el petróleo representaba el 72% de los ingresos estatales. A
eso se debe sumar, además, la fuga de 5 mil millones de dólares durante el
primer semestre de 1983, con consecuencias en el empleo y la inversión.

Martínez realiza un bosquejo de lo que fue la década de los años ochenta


en Venezuela. Apunta dos aspectos centrales de esa crisis. La deuda externa
privada fue aliviada con un tipo de cambio preferencial, para citar un ejemplo:
en 1983, el cambio oficial estaba en 7.0 bolívares por dólar, el cambio
preferencial era de 4.3 bolívares por dólar. Junto a esa benevolencia para con el
capital, se agregan la altísima protección arancelaria y el disfrute de una
infraestructura pública sin costo alguno. Sumas cuantiosas de los recursos
públicos fueron transferidas al sector privado. El costo de la crisis lo pagaron
los sectores más empobrecidos pues vieron debilitarse el Estado de bienestar
social, fundamentalmente el área de salud y educación.

En el drama, repetido por toda América Latina durante esa misma


década, no podía faltar el protagonista principal: el Fondo Monetario
Internacional. Este “recomendó” su recetario52 para paliar la crisis, la
liberalización de los precios, la supresión de subsidios, la contracción del gasto
público, la congelación de salarios, el alza en los precios de los combustibles y
el incremento de los impuestos fiscales. Un pequeño detalle indica cómo la
irían pasando los sectores más empobrecidos pues, en los últimos meses de
1988, el costo de la vida había subido en un 28%. Este bosquejo del entorno en
el cual el proyecto del señor Naím, pletórico de esperanza y justicia para el
futuro, es atacado, no queda completo sin una caracterización del gabinete al
cual pertenecía y de lo ocurrido entre el 27 y el 28 de febrero:

El presidente Pérez conformó un gabinete en el que las


carteras estratégicas para el desenvolvimiento de la política

52
Martínez, citando a su vez a otro autor, se refiere así al neoliberalismo: De acuerdo con Cueva, la
génesis histórica del neoliberalismo está asociada a una de las crisis de sobreacumulación del
capitalismo en los setenta. Hacia esos años había un exceso de capital en los bancos, dicho capital
sobrante “no se canaliza hacia la inversión directa (productiva) porque la recesión restringe el tamaño
del mercado, contrayendo la “demanda solvente” –y nadie invierte en producir si no hay quien
compre- lo cual, crea, mientras no ocurran determinados cambios estructurales, una tendencia a la
“inversión” indirecta, es decir, a la conversión del capital sobreacumulado en su forma perversa de
capital a interés”. (Martínez, 2008: 87).
140

económica fueron ocupadas por distinguidos profesionales


provenientes del Instituto Económico Superior de Administración
(IESA), espacio académico desde el cual se difundieron todas las
virtudes del neoliberalismo, entre ellos: Pedro Tinoco (presidente
del Banco Central de Venezuela), Egleé Iturbe (ministra de
hacienda), Miguel Rodríguez (ministro de Cordiplan), Gerver
Torres (Fondo de Inversiones de Venezuela) y Moíses Náim
(ministro de fomento). La tecnocracia venezolana, los IESA-boys,
fue proyectada como el asiento fundamental de la nueva
institucionalización y como el encauzamiento definitivo en una
senda de crecimiento económico. (Mártinez, 2008:88).

La flor y nata internacional, de la cual se ufana Naím de formar parte, posee


correlatos locales. El autor no se define en ningún momento como neoliberal,
¿habrá cierto pudor por aquello de los asesinatos y desapariciones que los
neoliberales han dejado aquí y allá?

Por otro lado, hay que focalizar algunos aspectos de lo sucedido en los
conflictos callejeros. No hubo una organización política que condujera el
proceso hacia un planteamiento y unos objetivos claros. Fue un estallido por el
malestar acumulado y por las medidas tan coercitivas del nuevo gobierno. El
compromiso con el FMI contenía la reducción del gasto público y los niveles
salariales, liberalización cambiaria y monetaria, eliminación progresiva de
aranceles a las importaciones, liberalización de precios de todos los productos
con excepción de 18 pertenecientes a la canasta básica, incremento de las tarifas
de los servicios públicos (teléfono, agua, electricidad y gas), alza de los precios
de productos derivados del petróleo, con una primera alza del 100% en el precio
de la gasolina y un aumento del 30% en las tarifas del transporte público. Frente
a esas medidas, por la aplicación del primer aumento de las tarifas de transporte
público, la gente de los barrios más pobres se lanzó a la calle a saquear y
protestar.

La respuesta del gobierno fue contundente, se estableció un estado de


sitio, las Fuerzas Armadas desplegaron el Plan Ávila diseñado para reprimir las
protestas populares que habían iniciado el 27 de febrero. El plan fue ejecutado
el 28 de febrero a partir de las cuatro de la tarde, mismo día en que el presidente
había firmado una carta de intenciones con el FMI para llevar a cabo las
medidas propuestas por el organismo internacional. Las Fuerzas Armadas
tomaron la ciudad de Caracas durante treinta y seis horas; durante las cuales,
causaron muertes, heridos y desaparecidos. Como suele suceder, las cifras
oficiales no concuerdan con las de los periodistas nacionales y extranjeros. El
ejecutivo, después de muchas evasivas, admitió 327 muertos y miles de heridos.
Sin embargo, la prensa nacional y extranjera estimó en más de 1.500 víctimas
141

sin vida. Según Martínez, un informe de la División de Inteligencia Militar


(DIM), consultado por él, planteó la existencia de 2.227 muertes por armas de
fuego. De acuerdo con otra fuente citada por Martínez, hubo personas que
murieron desangradas en la calle porque el ejército o la policía bloquearon el
traslado de heridos a los hospitales; casos que fallecieron o resultaron heridas
en sus viviendas a manos del ejército o la policía; a otras se les permitió correr,
aunque estuvieran heridas, para luego aplicarles la ley de fuga.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos en su sentencia del 11 de


noviembre de 1999 estableció entre otras muchas obligaciones del Estado
venezolano:
…realizar una investigación a fin de identificar, procesar y
sancionar disciplinaria, administrativa y penalmente a los
responsables del entierro ilegal de cadáveres en las fosas comunes
del sector La Peste del Cementerio General del Sur; continuar con
el proceso de exhumación de cadáveres paralizado desde 1991;
identificar los 65 cadáveres restantes; determinar mediante
necropcias las causas de la muerte e informar a las respectivas
familias para que les den sepultura… (Corte Interamericana de
Derechos Humanos, 1999: 3).

El informe de la Corte establece 65 cadáveres no identificados, fueron 44


familias las que presentaron su demanda a la Corte, por lo que se calcula en un
mínimo 109 personas desaparecidas en fosas comunes. La segunda
administración de Carlos Andrés Pérez inició su gestión manchada de sangre
pobre de las barriadas más desesperadas de Caracas. La presencia de Naím
como ministro de Fomento llegó a septiembre de 1990, es decir que se mantuvo
en el gabinete durante la masacre.

La otra referencia vaga aludida en su introducción es cuando afirma que


existen muchas personas e instituciones con un enorme poder. Unos indicadores
sintácticos fundamentales podrían haber orientado a los lectores: ¿quién o
quiénes es mucha gente?, ¿cuáles instituciones?, ¿dónde?, ¿cuándo ejercen ese
poder?, ¿cómo lo ejercen, pública o privadamente?, ¿hacia quién o quiénes se
practica dicho poder? No hay mayor interés en especificar sobre ese tema
porque desmontaría su propia hipótesis. En un extenso y ampuloso recorrido por
una exhaustiva información y plagado de referencias con el cual darle
legitimidad a su labor de anular determinaciones sociales, políticas o
económicas, Moisés Naím trata de convencer de la transformación del poder,
por la irrupción de una gran cantidad y variedad de micropoderes. Esta
irrupción de lo micro aparece como algo novedoso y cambiante por lo que el
poder ya no es ni será lo que era; se ha convertido en algo más fluido. El poder
142

se ha ido degradando al extremo de que podría presentarse una situación


anárquica y caótica.53

Su concepción del poder se refiere a la capacidad de determinados grupos


o seres humanos para impedir o lograr que otras personas realicen una acción.
En esta primera aproximación al poder, hay implícita la voluntad de dominio
pues se aborta o se consigue que otros procedan de acuerdo con una dirección
externa; en ningún momento, se visualiza el poder socializado como consenso,
negociación, diálogo y construcción de práctica colectiva. Su interés acerca del
tema recuerda a Maquiavelo:

Mi enfoque es práctico. El propósito es entender qué hace


falta para adquirir poder, conservarlo y perderlo. Para eso es
necesario partir de una definición, de modo que aquí va una. El
poder es la capacidad de dirigir o impedir las acciones actuales o
futuras de otros grupos o individuos. O, dicho de otra forma, el
poder es aquello con lo que logramos que otros tengan conductas
que, de otro modo, no habrían adoptado. (Naím, 2013: 38).

Una vez más, las ambigüedades nutren su discurso pero, si se visualizan


los procesos inherentes, se puede llegar a la matriz. El autor se refiere a una
pregunta fundamental cuál es la primera carencia que se satisface para acceder al
poder; segundo cómo mantenerlo vigente; tercero cuándo y cómo se vuelve al
estado primario: su ausencia. Sin embargo, es imposible subsanar la duda si no
se sabe con qué se llena el vacío o para qué. El objetivo lo delimita al final: se
trata de que otros tengan comportamientos, que solo bajo ese método que él
busca o conoce, acogen o aceptan como propio algo que les es extraño. La
forma en cómo lo enuncia recuerda el conductismo y el método de Pavlov. No
hay que ir demasiado lejos para saber que el autor se refiere a la voluntad de
dominio de unos seres humanos sobre otros. Por más difuso y ambiguo que sea
su discurso, está haciendo eco de los señores de la dominación. Por lo tanto,
aunque él no lo diga, por ocultamiento ideológico, concibe un único horizonte

53
Valga un apunte para visualizar la dimensión actual de lo que Naím llama fluidez del poder:
El resultado ha sido niveles sin precedente de desigualdad global que, lejos de disminuirse, se han disparado a
un ritmo asombroso desde 2008. De acuerdo con la agencia pro-desarrollo Oxfam, el uno por ciento de la
humanidad controla más de la mitad de la riqueza del mundo y el 20 por ciento más rico posee el 94.5 por
ciento de esa riqueza, mientras el restante 80 por ciento tiene que conformarse con tan solo el 5.5 por
ciento. Dada esta extrema concentración de la riqueza, el mercado global no puede absorber la producción de
la economía global. La Gran Recesión de 2008 marcó el inicio de una nueva crisis estructural de sobre-
acumulación. Las corporaciones están inundadas de efectivo pero no tienen oportunidades de invertir ese
efectivo rentablemente. Las ganancias corporativas se dispararon a raíz de la crisis del 2008 y han llegado a
niveles casi record al mismo tiempo que los niveles de inversión corporativa han disminuido. (Robinson, 2017:
párr. 8).
143

del poder, el poder de la dominación. Tal y como lo efectuaron en Caracas el


presidente y su gabinete en 1989.

¿Qué tipo de conductas son aquellas que los seres humanos aceptamos
solo mediante el ejercicio de un poder? Tan sencillo como el abecedario del
poder, aquel dirigido contra nosotros mismos. La opresión, la dominación y el ir
contra nuestras necesidades, deseos y subjetividad. Poco después, pretende salir
de las generalidades y plantear algo concreto: el poder desempaña una función
social. Por lo que el poder es algo más que la dominación o la relación de
vencedores y vencidos, también ordena y estructura comunidades, sociedades,
mercados y el mundo. De manera que fragmenta el poder en dos componentes
fundamentales: el dominio y su capacidad organizativa para los grupos
humanos. Resulta que la función social se convierte en el “alma del poder”
pues, sin esa gran cualidad social, nos devoraríamos unos a otros. Por supuesto,
dicho pensamiento no es original, él lo reseña. Su concepto de poder y ser
humano se nutre de Hobbes:

Como el ansia de poder es primitiva, afirmaba, se deduce que


los seres humanos son intrínsecamente conflictivos y competitivos.
Si se les dejase que expresaran su naturaleza sin la presencia de un
poder que les inhiba y les dirija, lucharían entre sí hasta que no
quedara nada por lo que luchar. Pero si obedecieran a un “poder
común”, podrían orientar sus esfuerzos a construir la sociedad en
vez de destruirla. (Naím, 2013: 40).

Al igual que Maquiavelo, el emisor se desintegra del resto de seres humanos.


Construye un ellos, en tercera persona plural del indicativo, para caracterizar
esa ansia innata por el poder. Hay pues, a partir de Hobbes - quien lo explicó
muy bien - dos facetas separadas del poder: el deseo de destruirnos entre
nosotros, los humanos, y el que nos limita la conducta para no llegar hasta la
guerra. No hay relación entre uno y otro, el deseo de destruir no se construye
socialmente. Esta fragmentación desliga de toda determinación el deseo y cómo
se satisface, lo determinado socialmente es la limitante. De este argumento,
resulta el implícito según el cual quien es más competitivo impone su propia
noción de comunidad, mercado, organización, mundo etc. Naím concibe dos
únicas posibilidades: dirigir para que los otros realicen lo que no desean o
impedir que busquen otro horizonte de poder.

El artificio ideológico de Naím es que puede desligarse de esa mucha


gente que posee cantidades enormes de poder con el fin de centrarse en los
micropoderes que encuentra aquí y allá. Esos micropoderes en cuestión
aparecen en ámbitos como la guerra de Iraq o Afganistán, la filantropía, las
empresas y negocios, las iglesias, la geopolítica, etc., cómo no interesa
144

establecer las condiciones bajo las cuales se generan esos micropoderes, si es


que realmente existen, se engloban todos en la misma categoría vacía de
concatenaciones; si se retomaran las condiciones en que emergen, aclararía su
dimensión histórica real en cuanto a la correlación de fuerzas; con su
“sapiencia” no se puede delimitar hasta dónde han llegado esos micropoderes y
con respecto a qué, pues si no interesa detener o limitar el poder de la
dominación no están en contradicción con la lógica de las relaciones de
opresión, que de por sí, para Naím, siguiendo a Hobbes son innatas, siempre
habrá quién o quiénes quieran dominarnos. Lo más determinante de esos
micropoderes sería visualizar cuánto cuestionan la lógica dominante o cuánto
respaldan la espiral de violencia sistémica.

Poner en entredicho la lógica de la acumulación de capital y, con ella,


las consecuencias desastrosas para los seres humanos, la Madre Tierra y el
futuro de la misma humanidad, no es una preocupación de este “pensador”. No
es casual, forma parte de su lógica de la dominación, que cuando aborda el tema
de la geopolítica se pregunte: ¿De quién será el mundo? ¡El mundo tiene que
ser propiedad de alguien! El “homo propietarius” como punto culminante de la
evolución.

Aunque su argumentación trata de convencer de que surgen, también en


este ámbito, los micropoderes; y, además, están resquebrajando el ajedrez
mundial y que, en lugar de buscar una nación hegemónica -o un grupo de
naciones- para dominar y ordenar el mundo, se deben inventar formas
completamente distintas de coordinación internacional. Dado que deja sin
concreciones estas nuevas formas de coordinación internacional, el único
soporte para el lector es su amplia descripción de lo que ha sido o es ese reparto
del mundo, dentro de su propia noción de actualidad. En realidad, su sostén y,
por lo tanto, el apoyo para quien lee son los modelos maniqueos, a veces
sutilmente edulcorados o, en otros pasajes, abiertamente proselitistas. Las
alusiones a China, ciertos países, organizaciones disidentes, terroristas,
Venezuela, Chávez, Bolivia y Ecuador entran en la categoría negativa. Estados
Unidos principalmente, la OTAN protagonizan el estrellato de la bondad,
aunque con algunos lunarcitos pequeños para no falsear totalmente la historia y
asegurarse alguna audiencia con más sentido histórico, aunque no demasiado.
He aquí una muestra de las tantas:

El hecho de que Estados Unidos consiguiera dar al mundo un


periodo de estabilidad gracias a su poder hegemónico contribuyó a
desvelar dos nuevas tendencias que influyeron sobre el uso y los
límites del poder en el sistema internacional. Una fue el “poder
blando”, la idea de que el poder de un Estado podía expresarse y
reforzarse a través de su cultura, sus valores y sus ideas. La otra
145

fue la extraordinaria proliferación de organizaciones, tratados, leyes


internacionales y convenios a los que se fueron adhiriendo cada vez
más países en la segunda mitad del siglo XX. (…)

El poder blando tenía unos antecedentes más crudos en el


imperialismo, ya fuera el romano, el británico o el francés la misión
civilisatrice que pretendía adoctrinar a los súbditos coloniales sobre
las glorias de la civilización occidental recurriendo a la seducción
del lucro y la pompa o la creación de estructuras educativas,
sociales y culturales. (Naím, 2013: 204-205).

Los implícitos abundan en tan pocas líneas; los falseamientos históricos


también. Por una parte, Estados Unidos no es ni fue un imperio, ni su población
de origen europeo colonizó los territorios de los habitantes originarios. Los
imperios con lecciones de poder blando están en el pasado. El coloso actual
ilumina las relaciones internacionales con su cultura, sus valores y sus ideas.
Será, posiblemente, la cultura del consumismo, la comida chatarra, el ideario
del gran cine comercial estilo John Wayne, Mel Gibson, Sylvester Stallone o
Steven Seagal o Disney World, por una parte. La otra es la proliferación de una
legalidad para asumir las relaciones entre naciones. Caben algunas preguntas
que a partir de ciertas elipsis discursivas que, como ya se dijo, apuntan
directamente a los ocultamientos ideológicos. Como una pequeña muestra de
ellos, apuntamos: ¿Cómo Estados Unidos no es imperio, entonces cómo se le
llama a su poder hegemónico? ¿Toda esa ofrenda de estabilidad para el mundo
de parte de los Estados Unidos fue otorgada únicamente por medio de la
diplomacia de los tratados y las leyes?

Una distorsión histórica de este calibre solo puede comprenderse si se


trata de una publicidad negociada de antemano; el problema es que este tipo de
textos se presentan como conocimiento, aporte intelectual, se llegan a utilizar
como libros de texto en universidades. Por lo menos, cuando se está frente a la
televisión la pauta comercial se avisa como tal; durante las campañas políticas,
tanto en la televisión como en la prensa, se advierte de antemano: campo
pagado. En esta propaganda disfrazada de aporte intelectual, la mayoría de los
lectores queda abiertamente desamparada, si no cuenta con la posibilidad y la
práctica de contrarrestar la información. Una vez más se podrían escribir
tratados acerca de lo que ha sido la “bondad internacional” de los Estados
Unidos. Una breve mención puntual del sinnúmero que aporta Noam
Chomsky:

La doctrina Acheson fue invocada posteriormente por la


administración Reagan, del otro lado del espectro político, cuando
rechazó la jurisdicción de la Corte Mundial sobre su ataque contra
146

Nicaragua, desatendió la orden del tribunal de poner fin a sus


actividades criminales y vetó luego dos resoluciones del Consejo de
Seguridad que ratificaban el fallo de la Corte y hacían un llamado a
todos los países para que acataran el derecho internacional. El
asesor jurídico del Departamento de Estado, Abraham Sofaer,
explicó que “no se puede contar con que la mayor parte del mundo
comparta nuestro criterio” y que “esta misma mayoría se opone con
frecuencia en importantes temas internacionales”. Por lo tanto,
debemos “reservarnos el poder de decidir” qué asuntos “caen
dentro de la jurisdicción interna de Estados Unidos”; en este caso,
las acciones que la Corte condenó como “uso ilegítimo de la
fuerza” contra Nicaragua; en términos profanos, terrorismo
internacional. (Chomsky, 2008: 29-30).

Noam Chomsky ha explicado anteriormente en qué consiste la doctrina


Acheson. Data de 1963, cuando Dean Acheson, respetado y venerable
estadista liberal, planteó el eje de la estrategia imperial consistente en prevenir
cualquier reto al “poder, posición y prestigio de los Estados Unidos”. Fue
enunciada para justificar la campaña terrorista internacional de Washington
contra Cuba, empeñada en un cambio de régimen. Considera, este analista, que
esas maniobras fueron una de las causas principales de la crisis de los misiles; la
cual había puesto al mundo al borde de una guerra nuclear unos meses antes;
además, apunta que la campaña continuó después de la crisis de los misiles.
Acheson planteó, según este autor, a la Asociación Estadounidense de Derecho
Internacional que cuando Estados Unidos responde a una amenaza a su “poder,
posición y prestigio”, de ello no se desprenden “cuestiones legales”. El film
que Naím nos quiere ocultar, podría llamarse el imperio contrataca fuera de la
ley internacional. Dicha doctrina es un anticipo claro y contundente de la
Estrategia de Seguridad Nacional del 2002 formulada por personas como Dick
Cheney o Donald Rumsfeld.

Aunque la estrategia contra Cuba no obtuvo el éxito esperado, pues Fidel


Castro continuó en el poder; evidentemente lograron triunfos paulatinos en el
deterioro y acoso constante al proceso social. Sin embargo, la frustración por el
fracaso en Cuba, se subsanó con el triunfo del golpe de Estado en Brasil en
1964, con el cual se inauguraron los regímenes de seguridad nacional, cuya
constante fue la represión, el terrorismo de Estado, impulsado y apoyado por los
Estados Unidos, con la actuación estelar de Augusto Pinochet y José Rafael
Videla, por ejemplo. Evidentemente, la libertad tan pregonada por el
imperialismo estadounidense se tradujo en todos estos casos en inversión,
privatización de lo público y buenos negocios para las corporaciones. La lista
de casos puede continuar hasta el cansancio con la pasarela de genocidas que
sirvieron a los “buenos” propósitos de los Estados Unidos. Estos modelos de
147

asesinos en serie delegados en América Latina pasaron por la formación


“académico-militar” estadounidense, primero en la Escuela de las Américas en
Panamá y después en For Benning en Georgia.54

Su obsesión, aparentemente, consiste en suavizar la imagen y proyección


de los Estados Unidos así como la de los organismos internacionales con el fin
de otorgarles credibilidad por la destrucción desatada a nivel global. Siguiendo
con su premisa de que el poder de los otrora grupos dominantes, se ha vuelto
más fluido e imposible de retener por el efecto de los micropoderes, continúa
con el falseamiento de los entornos históricos. En un apartado llamado,
eufemísticamente, El deterioro de la diplomacia económica, la imprecisión
discursiva se hace presente para evadir la realidad histórica. Nos da una gran
lección cuando afirma que, al lado de las alianzas militares, las grandes
potencias han hecho uso de incentivos económicos para que ciertos países
apoyen sus intereses. El método puede ser blando o duro, en sus disimulos opta
por directo (ayuda bilateral, préstamos, subsidios o acuerdos preferenciales) o
punitivo55 (barreras, boicots, embargos o sanciones), no cita ningún caso en
particular. Según Naím, la eficacia del método se ha debilitado, aunque
permanece vigente, esa fragilidad se manifiesta de dos formas.

Debido a la integración de la economía mundial, la dependencia que


pudiera poseer cualquier país –no da ejemplos específicos- de los suministros,
los clientes y la financiación de otro país concreto es mucho menor. Es decir, si
la dependencia ha disminuido, lógicamente la independencia ha aumentado.
Esta nueva faceta en las relaciones internacionales –imaginada por su deseo de
embellecer al emperador- se hace acompañar de otro proceso. El objetivo,
buscado por Estados Unidos formulado en el “consenso de Washington”, así
como de otros países ricos, y exigido por el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional como requisito para otorgar los préstamos, era la
desaparición de las barreras arancelarias y la apertura de los mercados. Naím
descubre una paradoja en esa relación impositiva pues tuvo un efecto contrario,
la fuerza de Estados Unidos y de otras potencias coloniales como Gran Bretaña
y Francia se ha atenuado en los países en los que antes poseían influencia.
Aparentemente, lo que este maquillista del poder está añorando es el

54
Para un listado no exhaustivo pero representativo puede accederse a un sitio web tan “neutral” como
Wikipedia y leer Graduados más conocidos. Junto al graduado se puede apreciar algunas de las lecciones
aprendidas en los manuales de tortura o similares:
https://es.wikipedia.org/wiki/Instituto_del_Hemisferio_Occidental_para_la_Cooperaci%C3%B3n_en_Segurida
d
55
Como nuestro interés se centra en establecer lo que afea el traje del emperador y descartar lo que lo
embellece, remitimos a Naomi Klein en su trabajo La doctrina del shock (Klein, 2007) para conocer lo que
fueron los métodos de la “diplomacia económica”. Por ejemplo, en Chile, junto con el golpe de Estado y la
represión en 1973, se impusieron las políticas neoliberales contenidas en un documento que se dio en llamar El
ladrillo; la metáfora habla por sí sola.
148

absolutismo de la dominación colonial. Como su andamiaje ideológico se


sustenta de la vaguedad y la generalización vacía, vale detenerse en un caso
concreto. México enfrenta, después de veinte años de haber firmado un tratado
de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, una renegociación del mismo.
¿Cómo está México veinte años después? Una descripción escueta brindada por
Martín Esparza ofrece el siguiente panorama:

El campo dejó de ser un productor de granos básicos para


convertirse en un expulsor de mano de obra; organizaciones
agrarias, incluida la oficial CNC, admiten que uno de los efectos
más negativos de la puesta en marcha del TLCAN, fue la pérdida de
más de 2 millones de empleos en el agro. Cifra acrecentada al paso
de los años hasta calcularse en 5 millones de agricultores que
debieron emigrar a Estados Unidos o dedicarse a otra actividad para
no morir de hambre.
Pero además de la pérdida de fuentes de empleo en el agro,
el tratado condujo a México a aniquilar su soberanía alimentaria.
Tan sólo en 2015 y 2016 el país importó de Estados Unidos 17 mil
700 millones de dólares en productos agroalimentarios. Cabe citar
que el 47 por ciento de los alimentos que consumimos no es
producido por nuestros agricultores, como el caso del 80 por ciento
del arroz, el 40 por ciento del trigo y el 50 por ciento de la soya.
De hecho, para cubrir nuestro consumo interno de maíz
importamos anualmente de Estados Unidos unas 12 millones de
toneladas del grano. Está demostrado que el acuerdo encareció los
productos de la canasta básica. El Consejo Nacional de Evaluación
de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informa en este
sentido que de los 55.3 millones de mexicanos en pobreza, 28
millones presentan carencia alimentaria. (Esparza, 2017: 5,6,7).
Si se invierte el espejo donde se contemplan los señores de la dominación,
lo que Naím llama “independencia” es neocolonialismo en su estado más
inhumano: 28 millones de mexicanos poseen deficiencia nutritiva56. En solo un
país esa cifra, cuál será el total que abarque los “beneficiados” de los tratados
de libre comercio. Esparza compara datos de los salarios básicos de los tres
países integrantes del TLCAN: para el 2014, según la Oficina de Estadística
Laboral estadounidense, un obrero ganaba 7.25 dólares la hora, lo que equivalía
a 58 dólares por una labor de ocho horas; en pesos mejicanos, al cambio de

56
Una pequeña aproximación al drama, Costa Rica tiene menos de cinco millones de habitantes, si asumimos
una cifra cerrada, cinco millones, resulta que cinco veces y media la población de Costa Rica tiene carencia
alimentaria, lo cual significa que está desnutrida y pasa hambre.
149

2017, se convertían en 1102 pesos mejicanos; por su parte, en Canadá era de


9.95 dólares canadienses por hora, al día daba 79.6 dólares, al cambio mejicano
actual se traduce en 1119 pesos. El salario mínimo diario mejicano de 2017 es
de 80 pesos. ¿Cuánto poder tendrán esos 28 millones de mejicanos que ni
siquiera pueden satisfacer la necesidad primaria para vivir? El ejemplo de un
solo país.

Pese a los esfuerzos encomiables por vestir al emperador, tal y como


sucede en el cuento de Andersen, él va asomando su desnudez. En este caso, el
propagandista –aparentemente a sueldo del imperio- va dejando caer las
piedrecitas con que reconstruir el camino de su omisiones y ocultamientos. Los
estereotipos burdos y simples de los abanderados del libre comercio se hacen
presentes para ensalzar en un caso la privatización, en otros para acusar al
Estado de bienestar social. Sus destrezas para simplificar y esquematizar
superficialmente los procesos sociales son encomiables; en una sección,
llamada Cómo el mundo se volvíó weberiano, en la cual desarrolla los costes de
transacción de las grandes organizaciones burocráticas sean estas privadas o no.
Se permite plantear lo siguiente:

Vale la pena advertir que hasta bien entrada la década de


1980 muchos gobiernos tenían la tentación de “integrarse”
verticalmente y poseer y gestionar líneas aéreas, altos hornos,
fábricas de cemento o bancos. La búsqueda de eficacia y
autonomía de muchos gobiernos enmascaraba otros motivos como
la creación de empleos en el sector público y las oportunidades para
el clientelismo, la corrupción, el desarrollo regional, etcétera.
(Naím, 2013:77).

Una dinámica social, política, económica que cubre, por lo menos, siglo y
medio de historia, cuyo detonante principal, pero no el único, fue la revolución
rusa de 1917 con el reconocimiento de los derechos de los proletarios y
desamparados por su aporte en la producción, como continuidad de los
movimientos de emancipación humana en sus diferentes formas, se reduce a una
tentación de algunos gobiernos. La tentación no señala en ningún momento
hacia la noción de proceso, lo anula y se convierte en un acto del deseo
particular por algo que puede ser muy atrayente pero, también, inconveniente.
Así, ciertos gobiernos se movieron por voluntad propia no para satisfacer
demandas y justicia formuladas por movimientos que exigieron mejor calidad de
vida, sino para “integrarse” verticalmente. ¿Adónde se querían integrar? El
lector debe suponer que a la jerarquía vertical de la dominación.

El Estado de bienestar social, al cual está haciendo referencia aunque, a


todas luces, trata de convertir en un ente abstracto y anónimo mediante el
150

término gobiernos, se opaca y se diluye en todas sus facetas positivas para


acusarlo de doble intencionalidad perversa como si la creación de empleos en el
sector público, la lucha por el desarrollo regional fueran equivalentes al
clientelismo y a la corrupción. Su institucionalidad, la del Estado de bienestar
social, fue una expresión compleja de las tensiones entre capital y fuerza de
trabajo, bajo condiciones en las cuales la atención de las necesidades sociales se
daba mediante una burocracia pública en áreas fundamentales como la
educación, la salud, los servicios básicos como agua, electricidad, telefonía,
vivienda popular, atención a la infancia.

Valores tan determinantes como fueron la respuesta de la social


democracia y del socialismo a la satisfacción de las necesidades humanas se
anula en su potencial humanitario y altruista, se invierte y se le acusa de lo que
realmente ha sucedido con el neoliberalismo: la perversión de la
institucionalidad estatal para la corrupción y el clientelismo. Cualquier
recorrido por América Latina desde la década del ochenta hasta el día de hoy,
reseñará casos de corrupción y enriquecimiento ilícito por todo el territorio. De
nuevo una pasarela de modelos acabados de gangsters pueden desfilar, luciendo
con orgullo las cualidades de ese tipo de delincuente: persona que obtiene su
beneficio por medio de la violencia, la coacción y el soborno. Cuando el autor
está empeñado en demostrar que el poder se ha debilitado, cita las palabras del
brasileño respetado ex presidente, padre del reciente éxito económico de su país
Fernando Henrique Cardoso. Del cual se lee, en la prensa reciente, su exitoso
papel:

En este sentido, el exdirector de Petrobras habría reconocido


el pago de un cuantioso soborno al gobierno de Fernando Henrique
Cardoso por parte de la petrolera argentina Pérez Companc
(PECOM) a cambio de su adquisición: "La venta de la Pérez
Companc incluyó un soborno al gobierno de Cardoso de 100
millones de dólares, conforme las informaciones de los directores
de Pérez Companc y de Oscar Vicente, principal operador de Carlos
Menem". (s.a., 2017: párr. 3).

Los brasileños le deben a su valioso representante entre otros beneficios:


un incremento del déficit público por las políticas de endeudamiento con la
empresa privada y los organismos internacionales; el papel fundamental en la
economía lo tuvo el capital financiero, por lo que la banca privada fue la gran
ganadora del período; mermó el presupuesto en educación y salud; hubo pérdida
de los derechos de los trabajadores y se introdujo una política de flexibilización
laboral; este es apenas la punta de un iceberg neoliberal. La pasarela de los
gángsters puede continuar con Fernando Collor de Mello, Carlos Andrés Pérez,
Carlos Salinas de Gortari, Abdalá Bucaram, Alberto Fujimori, Carlos Menem,
151

Arnoldo Alemán, Mireya Moscoso, Miguel Ángel Rodríguez, Rafael Ángel


Calderón Fournier, José Ma. Figueres, Laura Chinchilla para citar únicamente
algunos nombres de los neoliberales que han adornado con sus mafiosas
presencias las sedes del poder.

No es de extrañar, por tanto, que, con una visión tan dislocada de lo que
fue el Estado de bienestar social tanto en Europa como en América Latina, su
visión de la historia de los procesos revolucionarios se reduzca a nombrar la
democracia griega -sin apellido y sin señas históricas como debería de ser, es
decir como la democracia esclavista, de varones y ciudadanos libres que fue- y
la Revolución francesa, a la cual le debemos, según el autor y un historiador
citado, toda la institucionalidad política que poseemos. Cita estos procesos
pues se aproxima una revolucionaria oleada de innovaciones políticas e
institucionales positivas. Apunta, además, que, después de la Segunda Guerra
Mundial, se vivió también una oleada de innovaciones políticas para evitar otro
conflicto de esa magnitud, dentro de las cuales destaca al Banco Mundial y al
Fondo Monetario Internacional. La elipsis por la cual desaparece de la historia
la revolución de 1917 se debe, posiblemente, a que dentro de su universo elitista
y manipulador de la voluntad ajena, dicha revolución entra en la categoría
negativa por su reconocimiento del papel protagónico de la clase trabajadora en
el proceso productivo.

Sus elipsis tan elocuentes dejan de lado algo tan fundamental como fue
el aporte de la revolución francesa en su Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano de 1789; dentro de la justificación de la declaratoria,
se argumenta que el olvido o el menosprecio de esos derechos constituyen las
únicas causas de las desgracias públicas y la corrupción de los Gobiernos. En
esa declaración de 1789, pareciera que se anticipan, al mejor estilo de
Shakespeare, pues es como si se estuviera refiriendo a los gobiernos
neoliberales. Otra elipsis esconde el aporte fundamental de la recién creada
Naciones Unidas en 1948, como fue la Declaración Universal de los Derechos
Humanos; en cuyo preámbulo, se destaca la dignidad intrínseca y de los
derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana.
Esta declaración presume y desea en esa introducción que esos derechos sean
protegidos por un régimen de Derecho para que los seres humanos, no nos
veamos llamados al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la
opresión.

Como se puede constatar sus elipsis no son casuales, son premeditadas


pues desde que nos da la definición de poder está justificando la tiranía y la
opresión. Bajo mil subterfugios ideológicos pretende convencer a los lectores
de las bondades del libre comercio y de la competencia urbi et orbe, pero el traje
del emperador se ha rasgado y manchado de demasiada sangre. Evidentemente,
152

el traje es reparado, lavado e higiénicamente desinfectado cotidianamente por


ilustres “pensadores” como él que acuden a la democracia formal, según
algunos; Franz Hinkelammert la llama de baja intensidad, para maquillar los
destrozos de los seres humanos y de la Madre Tierra. En un apéndice final,
argumenta acerca de la relación entre democracia y poder político con sus
orientaciones fundamentales después de la posguerra; su motivación es
puramente cuantitativa; pretende dar una lección para medir la evolución de la
democracia y la dictadura. En esa lección magistral de cálculo democrático, no
hay mención de la calidad de vida de la familia humana dentro de esas fronteras
tan democráticas ni se vislumbra algún grado de satisfacción de necesidades
básicas de la población y construcción de una noción del bienestar social desde
los sectores más golpeados y sacrificados. ¡Otra elipsis, pero si son
democráticas como él, valen!
153

Los milagros de la tecnología

La soberbia del poder, para usar el calificativo cervantino, considera, a quienes


nos encontramos en las bases de la jerarquía vertical, poco inteligentes, frente a
lo cual se asumen, dentro de su propia concepción de humanidad, como
protectores de nuestra limitación, congénita para muchos, por lo que deben
iluminarnos con su conocimiento y sabiduría. No perciben o no quieren saber,
tal y como sucede en el cuento de Andersen, que la imposición del silencio no
impide pensar, observar y sacar conclusiones como la de que el rey anda
desnudo. Por otra parte, también como enseñanza de Sancho Panza, el poder no
doblega siempre la voluntad humana. Hay fronteras para el poder, aunque este
sea incapaz de percibirlas para seguir ejerciendo la dominación. Tal parece ser
el olvido o prepotencia de los autores de El futuro digital.
Julian Assange, (Assange, 2013) en su crítica al libro de Eric Schmidt y
Jared Cohen, los llama los magos del imperialismo tecnocrático. Para él, se
trata de una más de las tantas formas de la dominación global. Considera que el
trabajo se estructura con la implícita intencionalidad de ofrecer una perspectiva
geopolítica de lo que debería ser la política estadounidense. Reafirma esta
visión con una referencia a las voces de autoridad que presentan el libro.
Assange se refiere específicamente a Henry Kissinger, Tony Blair y Michael
Hayden, ex director de la CIA.
Valga apuntar que, en esa lista, por lo menos en la traducción al español,
faltan Madeleine Albrigt, ex Secretaria de Estado de los Estados Unidos; Robert
B. Zoellick, ex presidente del World Bank Group; General Brent Scowcroft, ex
asesor de Seguridad Nacional; Mohamed El Erian, presidente del Consejo de
Desarrollo Global de Obama. Si se tratara de visualizar la trascendencia de cada
una de estas figuras, su curriculum político mostraría detalles amplificados de su
huella de dominio, bélico en casi todos los casos, dentro de los Estados Unidos
y fuera; sin embargo, desborda los límites de esta reflexión.
El objetivo implícito de la publicación de Schmidt y Cohen lo desarrolla
Assange en 2014, en Cuando Google encontró a Wikileads:
En realidad, el libro era una fusión simplista de la ideología
del “fin de la historia” de Fukuyama –pasada de moda desde los
años 90- con una mayor velocidad de telefonía móvil, plagada de
154

doctrinas obsoletas de Washington D.C., ortodoxias del


departamento de Estado y serviles adulaciones a Henry Kissinger.
Su nivel intelectual era muy pobre, incluso degenerado, lo cual no
parece encajar con el perfil de Schmidt, el agudo e ingenioso
hombre que había estado en mi sala de estar. Sin embargo, a
medida que iba leyendo comencé a ver que el libro no era un
intento serio de predecir el futuro, sino una amorosa serenata
dedicada por Google a los círculos oficiales de Washington.
Google floreciente, superpotencia digital, se estaba ofreciendo a
Washington para ser visionario geopolítico. (Assange, 2014: 61).
Es, en esta perspectiva, que la exposición interesa. Se plantea como un recetario
de lo que hay por hacer, si se quiere expandir la armonía universal sobre el
globo terráqueo, gracias, fundamentalmente, al poder curativo de la telefonía
móvil. Se muestra como una gran sesión de consejos para los señores y señoras
de la dominación. En una apretada síntesis, Assange apunta su banalidad, la
carga de estereotipos del amo blanco occidental, quien va a liberar a los
“pueblos” oprimidos por las autocracias con un nuevo fetiche: la tecnología.
Coincidiendo con Julian Assange en esos elementos primordiales, y dado
que la tesis principal, en este apartado, es que la función de los nuevos
consejeros es ocultar las determinaciones históricas, económicas o políticas
para borrar la sangre que la política de los Estados Unidos y principales
potencias occidentales chorrea por doquier, vale la pena detenerse en esta
fantasía digital. La estructura de la exposición es bastante simple pese a su
volumen. Más que una argumentación, se trata de un relato en el que nos
regalan las aventuras posibles del nuevo héroe: la telefonía móvil. La
superficialidad que luce es un gran anzuelo para que sea una lectura accesible al
gran público.
El universo ideológico se presenta inserto en un maniqueísmo desde un
inicio pues Internet se caracteriza como un espacio donde priva la anarquía, lo
que lo convierte en algo potencialmente diabólico pues carece de control. Se
trata del más grande ámbito de desgobierno del mundo. Tal parece que, para
dichos autores, la libertad de comunicación puede llegar a la maldad; el no
controlar lo que hacen con el poder al alcance de los dedos tantos millones de
seres humanos puede convertirse en un serio problema. La idea fundamental
es que el ser propietario de un teléfono móvil, si es inteligente -el teléfono, no
el ser humano- le otorga poder a cualquiera. El poder no se conceptualiza; más
155

bien, queda difuso pues así el adoctrinamiento acerca de las bondades del
teléfono inteligente puede exagerarse o fabularse. ¿Cómo es que el poder está al
alcance de los dedos de tantos seres humanos? Quien lee, imaginará a su libre
albedrío. Quizás los dedos lo lleven a navegar por las maravillas de la
publicidad digital, para desear o para comprar; ya eso es otro aspecto que no
cabe en la imaginativa historia que narran.
El maniqueísmo se reitera poco después cuando se advierte que el mundo
se divide entre dos espacios que se complementan, se repelen o se contradicen
entre sí: el mundo físico y el virtual. El espacio virtual se deifica, de no ser así,
no podrían revelarse los milagros. Cuando se visualiza esa deificación,
significa que se desprende de las condiciones materiales que le dan origen y se
convierte en una fuerza con su propia capacidad de crear un orbe aparte. Los
teléfonos no solo son inteligentes sino omnipresentes. El alcance de la
conectividad en el espacio virtual de forma ágil y rápida con variedad de
dispositivos para llevarlo a cabo, permite relacionarse con personas más allá de
las fronteras, la lengua o la cultura, para compartir ideas, establecer relaciones –
se reitera en el mismo párrafo- y hacer negocios. Esa ventura se opone al
mundo físico donde hay que:
… lidiar con la geografía, el carácter aleatorio de nuestro
nacimiento (algunos nacen como gente rica en países ricos, la
mayoría como gente pobre en países pobres), la mala suerte y los
lados bueno y malo de la naturaleza humana. En este libro
pretendemos demostrar las formas en que el mundo virtual puede
hacer mejor, peor o simplemente diferente el mundo físico.
(Schmidt, y Cohen, 2014: 20-21).
El párrafo continúa reiterando la complementariedad de esos dos mundos.
Evidentemente, el mundo físico puede mejorar si el virtual está en manos de los
buenos; empeorar por los del otro bando.
Inmediatamente, se retoma el tópico de la transferencia de poder pues el
aporte más impactante de las tecnologías de la comunicación es que colaboran a
reubicar la concentración de poder pues la alejan de los Estados e instituciones
para otorgársela a los individuos. El hecho de adquirir información y nuevos
canales de comunicación aporta, por sí mismo, nuevas oportunidades de
participar, de mantener el poder y de dirigir el curso de nuestra propia vida. Es
tal el poder de la conectividad que representa para muchas personas la primera
156

experiencia de fortalecimiento de sus vidas, lo cual les posibilita ser escuchados,


atendidos y tomados en serio. Gracias a un dispositivo portátil que se lleva en el
bolsillo:
…los gobiernos autoritarios se encontrarán con que su
población recién conectada es más difícil de controlar, reprimir e
influir, mientras que los estados (sic) democráticos se verán
forzados a incluir muchas voces (individuos, organizaciones y
compañías) en sus asuntos. (Schmidt, y Cohen, 2014: 21).
La importancia y el impacto de la conectividad global es tal que le ofrece
a los usuarios la posibilidad de poseer múltiples identidades tanto en lo físico
como en lo virtual; por otra parte, las identidades virtuales reemplazarán a las
otras, pues las huellas de todo lo que hacen digitalmente quedarán
permanentemente guardadas. El esfuerzo por convencer de que el mundo
virtual es el más importante, es fundamental para poder ilusionarse con los
espejismos de la telefonía móvil. El milagro consiste en que lo virtual reina
sobre lo físico. La creación humana se desprende de sus progenitores y regresa
en forma de ente “metafísico”.
Nuestra comunicación digital influenciará la personalidad de otras
personas.57 Esta mutua influencia exige que se den nuevas formas de
responsabilidad colectiva. Esta responsabilidad colectiva se traduce,
paulatinamente, en diferentes maneras de control ciudadano, tal y como lo
desarrollan a lo largo del libro, a partir de ejemplos de lo ya existente. Con
respecto al control ciudadano, no vale la pena desligarse de la realidad física,
pues los Estados ya han dado suficientes muestras de cómo vigilar
adecuadamente Internet.
Los autores, sin ningún atisbo de autocensura, cuentan cómo se
conocieron en el Bagdad de la reconstrucción, lo que les permitió entrar en
relación con más facilidad pues discutían las formas bajo las cuales la tecnología
ayudaría en la restauración. Se sorprendieron no solo de su encuentro, sino del
poder de la telefonía móvil, pues en aquel país diezmado por la guerra -seis
años de guerra, señalan- se observaban teléfonos móviles; sobresalían los
teléfonos mientras carecían de agua, comida o electricidad; incluso apuntan que
57
A lo largo de la exposición, los autores conciben y aprecian la comunicación digital como si se tratara del
primer lenguaje de la humanidad. Muchos de los atributos asignados al intercambio de mensajes digitales han
sido característicos de toda comunicación humana; así lo han pensado diferentes culturas o autores desde el
inicio de la reflexión humana acerca de la comunicación.
157

la basura no se había recogido en años, con una población a la que nadie le


proporcionaba seguridad; resaltaba en medio de aquella situación sin aparente
futuro el hecho de que los iraquíes poseían y apreciaban la tecnología, además
ya sabían su potencial para mejorar sus vidas así como el rumbo de su país.
Sin lugar a dudas, la “hierofanía” se hizo presente pues ellos mismos
habían apuntado anteriormente que la paranoia totalitaria de Saddam Hussein no
había permitido ese tipo de telefonía. Sin mayor experiencia con respecto a su
manejo, pues Hussein la reprimió, en muy poco tiempo tanto las esferas del
poder como la ciudadanía podían medir la trascendencia para la transformación
de sus vidas. Los magos del imperialismo tecnocrático, pese a que se refieren
en una nota al pie de página a Naomi Klein58 y a su libro acerca del capitalismo
del desastre, no se tomaron la molestia de leerla para ver la causa del milagro en
Bagdad. Esta investigadora establece una conectividad cualitativa y éticamente
diferente pues ella enlaza la destrucción de Iraq con los intereses del libre
mercado.59 La guerra se convirtió, según la investigadora, en el gran negocio de
unas cuantas compañías.
El modelo impuesto en Iraq lo describe: se destruye para acabar con
cualquier atisbo de Estado, empresa, industria, funciones, identidad, memoria,
cultura o historia iraquíes. En palabras de Klein, el producto es:
Irak en manos de Bremen fue la conclusión lógica
de la teoría de la Escuela de Chicago: un sector público60
reducido al mínimo número de empleados, en su mayoría
contratados, viviendo en una ciudad-Estado creada por
Halliburton y ocupados en firmar leyes benévolas con las
empresas (redactadas por KPMG) y en entregar fajos de dinero
a contratistas occidentales protegidos por soldados
58
Es economista y periodista; analiza la hoja de ruta de los neoliberales en todo el mundo, parte desde la
década de 1960, cuando empiezan a formarse en las universidades estadounidenses. Dedica extensa
investigación a lo sucedido en Iraq con la ocupación.
59
Antes de analizar lo sucedido en Iraq. La autora se dedica a investigar el modelo corporativista de George
Bush como estrategia de gobierno. El trío formado por: el gobernador de Texas y futuro presidente, cuya
misión principal fue distribuir entre las empresas privadas las funciones del gobierno local; Dick Cheney, como
poderoso empresario de Halliburton, apoderándose por medio de dicha empresa de la infraestructura de
guerra en el extranjero; y Ronald Rumsfeld controlando las patentes de medicamentos de posibles y futuras
epidemias, le posibilita esbozar lo que fue el impulso del estado corporativista que se terminó de edificar en
Estados Unidos después del 11/9.
60
Aproximadamente Bremen despidió a 500.000 empleados del Estado con el pretexto de limpiarlo de los
leales a Saddam.
158

mercenarios (escudados, a su vez, en una inmunidad legal


total). A su alrededor, gente furiosa cada vez más volcada en
el fundamentalismo religioso porque es la única fuente de
poder en un Estado hueco. Como el gangsterismo de Rusia y
el amiguismo de Bush, el Irak contemporáneo es una creación
de la cruzada que lleva cincuenta años privatizando el mundo.
En lugar de ser repudiado por sus creadores, merece ser visto
como la encarnación más pura hasta la fecha de la ideología
que le ha dado vida. (Klein, 2007: 471).
Ese modelo “perfecto”, cuyo símbolo fue la Zona Verde en Bagdad,
donde en medio de la destrucción y el dolor se erigió un espacio aislado que
recordara a la sociedad occidental, no pudo implantarse sin la terapia de shock
que, para el caso iraquí, implicó una primera invasión y los años de las
sanciones económicas anglo-estadounidenses. Sin embargo, la población iraquí
recibió dosis aún más fuertes de horror. La autora detalla la campaña de terror
de que fueron víctimas los iraquíes.
Anuncios de la estrategia días antes. Se mostraron los instrumentos del
terror. Se les avisó lo que se iba a realizar. Como parte de esa escuela, se les
mostró –aunque no se llegó a utilizar- la madre de todas las bombas.
Fueron minuciosamente bombardeados o privados los sentidos,
particularmente el oído y la vista, mediante el asilamiento sensorial. Por
ejemplo, la percepción de la ciudad fue literalmente cortada, pues se bombardeó
y fue consumido por las llamas el Ministerio de Comunicaciones, lo mismo
sucedió con cuatro centrales de teléfono. La destrucción de las centrales llegó a
sumar un número doce hasta que el 2 de abril quedó un teléfono operando en
todo Bagdad. Lo mismo con las emisoras de radio y los canales de televisión.
Para la población, psicológicamente hablando, lo peor del ataque aéreo fue la
destrucción del servicio telefónico. Se dio una combinación de escucha y
alteración pues oían y sentían caer bombas por todas partes pero no sabían ni
podían ubicar qué daño o a quiénes estaba afectando realmente. Aterrorizados
no podían saber quién estaba bien o mal o calmar a sus seres queridos en el
extranjero
La pérdida de la vista fue también paralizante pues sin que se notara
un cambio en la frecuencia de los bombardeos, la ciudad quedó a oscuras.
Cinco millones de seres humanos fueron sumidos en una noche “pavorosa y
159

eterna”, el día 3 de abril. Atrapados en sus casas no podían ni hablar ni saber


qué sucedía ni ver. Para Klein, toda la ciudad estaba encadenada y
encapuchada, como si estuviera en un interrogatorio de la CIA.
La ciudad fue desnudada al igual que al interrogado se le despoja de
su ropa o de los objetos que le recuerdan quién es, cuáles son sus valores y
creencias. Los iraquíes vieron cómo su ciudad fue destruida; lo que no fue
destruido, fue saqueado. Llegaban los camiones, cargaban la historia de la
civilización y no podían saber para dónde o qué iba a ser de los objetos sagrados
de los museos, templos, bibliotecas. La memoria fue borrada. Había que crear
una tabula rasa:
Resulta difícil de creer, pero de nuevo ese era más o
menos el plan de Washington para Irak: sembrar el shock y el
terror en todo el país, destruir sus infraestructuras, permanecer
de brazos cruzados mientras su cultura y su historia eran
víctimas del pillaje, para arreglarlo después con
abastecimiento ilimitado de electrodomésticos baratos y
comida basura importada. En Irak, este ciclo de borrar una
cultura para sustituirla por otra no fue teórico; todo se
desarrolló en cuestión de semanas. (Klein, 2007: 477).
A medida que la población iraquí fue perdiendo las esperanzas de
poder incidir en el proceso de reconstrucción, participación democrática, toma
de decisiones por lo que reaccionó repudiando las medidas y las imposiciones,
fueron administradas otras dosis de terapia de shock.
Algún ángel protector de las compañías telefónicas destruyó el
Ministerio de Comunicaciones, doce centrales telefónicas y dejó un solo un
teléfono operando en todo Bagdad. La revelación del sagrado mandamiento del
libre comercio se cumplía: primero destruís, después vendés.
Quizás por esa misma razón los guardianes de la conectividad
universal no se cuestionan por el origen de la guerra o las formas de detenerla.
Por el contrario, se detienen ampliamente en advertir en el peligro que la
maldad humana, en forma de terroristas, se adueñe de Internet por lo que habrá
también que pensar en las sofisticadas presencias del terrorismo digital, para lo
cual ofrecen soluciones tecnológicas de diversos tipos. La sabiduría de estos
protectores de la “paz mundial” les permite ofrecer soluciones por doquier,
cuando se refieren a los procesos post-conflicto, aleccionan:
160

Cuando los gobiernos intentan crear incentivos para que


los excombatientes devuelvan sus AK-4761, descubren que la
posibilidad de tener un teléfono inteligente puede ser más que
suficiente para empezar. Los antiguos combatientes necesitan una
compensación, un estatus y un objetivo. Si se les hace entender que
un teléfono inteligente representa no sólo una oportunidad para
comunicarse sino también una forma de recibir beneficios y pagos,
el teléfono se convierte en una inversión que merece la pena
cambiar por un arma. (Schmidt, y Cohen, 2014: 309).
Planteamientos banales, una homogeneización de los procesos
históricos, la anulación de la vida y situaciones concretas de los seres humanos
es una de las maneras en que se manifiesta el irrespeto hacia los otros.
Cualquier conflicto humano, de guerra, de liberación popular o de lucha por la
dignidad humana se iguala sin ninguna contemplación. La información se
tergiversa, se manipula y se invierte la realidad histórica para conformar dos
bandos, los que están con el terrorismo, el totalitarismo y quienes se alinean en
torno a la democracia.
Se podría realizar una lista exhaustiva de entornos en los que se
eliminan las condiciones económicas, políticas e históricas, pero no cabe como
objetivo hacer un resumen del trabajo; sin embargo, se describirán algunos de
esos. Por ejemplo, las FARC de Colombia se nombran como organización
terrorista, también HAMAS de Palestina; ambas aparecen en la misma
clasificación que Osama bin Laden. El hecho de que no se sitúen en el mismo
capítulo no atenúa el calificativo. Por otra parte, no desperdician la
oportunidad de lanzar acusaciones implícitas o muy sutiles a gobiernos como
Venezuela o Bolivia, una manera de desprestigiar a gobiernos que se han
enfrentado y opuesto abiertamente a las políticas de Washington. Una única
vez nombran a Venezuela, cuando tratan el tema de la protección de identidad
de los periodistas, ponen el país como ejemplo durante un proceso electoral:
Dentro del país los reporteros solo se conocen mediante
este código único, lo usan para entregar artículos e interactuar con
sus fuentes y editores locales. Como resultado, si (sic) por ejemplo
(sic) un periodista informa de una irregularidad en Venezuela
(como muchos hicieron durante las elecciones presidenciales de

61
¿Será simple casualidad que se nombre un arma de producción rusa?
161

octubre de 2012, aunque no de manera anónima), los encargados de


hacer el trabajo sucio del presidente no tuvieron forma de saber a
quién dirigirse porque no podían acceder a la información del
reportero, ni nadie con quién trata el reportero sabe quién es.
(Schmidt, y Cohen, 2014:78).
El tópico no guarda ninguna relación con elecciones y menos en
Venezuela, se ubica en torno a las formas de resguardar información mediante
claves y demás usos de Internet; sin embargo, un comercial contra Venezuela
abre un camino en Washington. Parodiando a Assange, se podría, irónicamente,
plantear: Cuando Google no encontró a Google, escribió esa acusación, ya que
existen múltiples páginas en Internet acerca de esas elecciones; las
declaraciones de Jimmy Carter, compatriota de los autores, niegan
rotundamente esa afirmación, por ejemplo, dos páginas escogidas al azar,
afirman lo mismo:
"De las 92 elecciones que hemos observado, diría que el
proceso electoral en Venezuela es el mejor del mundo". Así se
expresaba en septiembre de 2012 el expresidente de Estados
Unidos Jimmy Carter, quien añadía que el sistema de su propio
país era mucho peor.
La Fundación Carter ha escrutado el desarrollo político en
el país latinoamericano desde la llegada de Chávez al poder. En
su último informe, publicado tras las presidenciales del 7 de
octubre, la Fundación destacaba que "el sistema de voto es el
componente más fuerte del proceso electoral del país".
La misión de observación de la Unión Europea que
participó en los comicios de 2005 también constató que el
mecanismo de voto era "probablemente el más avanzado del
mundo" y, en general, salvaguardaba el secreto y la limpieza de
los resultados. (Charte, 2013: párr. 5,6,7). 62

62
En el mismo sentido, puede consultarse: https://actualidad.rt.com/actualidad/view/54145-jimmy-
carter-sistema-electoral-venezolano-mejor-mundo

O bien, para quien se interese por el informe completo en inglés:


https://www.cartercenter.org/resources/pdfs/news/peace_publications/election_reports/venezuela
-2012-election-study-mission-final-rpt.pdf
162

¿Cuántos lectores se detendrán a dudar de la acusación?, la


mayoría reforzará lo que la campaña mediática occidental en contra de
Venezuela ha montado, confirmará la imagen que, subliminalmente, ya le
han construido acerca de ese país y sus gobernantes. Cabe una última
inquietud: ¿Cuándo admitiría la prepotencia de los Estados Unidos de
América que opositores, como lo es Jimmy Carter de la revolución
bolivariana, observen y den a conocer una evaluación del proceso electoral
estadounidense? Las declaraciones de Carter sobre su democrático país,
dicen:
Asimismo, Carter subrayó que en general las elecciones en
Latinoamérica han mejorado de una manera considerable durante
las décadas pasadas. Sin embargo, en Estados Unidos notó un
proceso regresivo: mientras que los candidatos de la mayoría de los
países sudamericanos dependen exclusivamente del dinero público
para financiar su campaña, los candidatos estadounidenses reciben
también contribuciones privadas, lo que estimula la corrupción.
Aunque la financiación pública sigue siendo una opción para
los candidatos de EE.UU., los candidatos de los dos partidos
políticos más importantes del país han optado por recaudar más
fondos a través de donaciones privadas. "Tenemos uno de los
peores procesos electorales en el mundo, debido a la afluencia
excesiva de dinero privado", dijo Carter. (Samad, 2012: párr. 2,3).
Si se tratara de llenar de contenido social e histórico la cantidad de
generalidades vacías que estos autores se permiten esbozar a lo largo de su
exposición, había que escribir una enciclopedia. Sin embargo, no hay que pasar
por alto el contenido moral de las intervenciones de los Estados Unidos.
Cuando los autores se refieren a las zonas de conflicto y los problemas
que en ese entorno se generan, ilustran con el efecto CNN, el caso de Somalia.
En 1992-1993, el público estadounidense empujó, literalmente, a George Bush
a enviar fuerzas militares cuando en la televisión pasaron imágenes de somalíes
muertos de hambre y desesperados. Después llegaron vídeos de muerte de
Rangers del Ejército, de dos soldados de la coalición y de un soldado
estadounidense arrastrado por las calles, hubo que retirar las fuerzas militares de
Estados Unidos. La referencia a Somalia se ubica en un pie de página, el
entorno textual se refiere a los conflictos multinacionales, en particular a la
163

problemática de los Estados fallidos y la manera, evidentemente, como la


telefonía móvil puede transformar. La cita al pie de página puede, también
subliminalmente, convertirse en publicidad para los Estados Unidos, en
particular al desprestigiado George W. Bush padre.
El relato se reitera una y otra vez hasta el infinito, siempre es una fuerza
moral humanitaria que los obliga a invadir e intervenir. Para los analistas, en
1993, fueron desplazados 30.000 marines, esa ocupación la inicia George Bush
y la continua Bill Clinton, las fuerzas fueron retiradas porque la resistencia
somalí derribó dos helicópteros Black Hawk y perecieron dieciocho soldados
estadounidenses. Según el periódico La Jornada, la excusa esgrimida por los
Estados Unidos en la ONU fue la anarquía reinante en Somalia desde su
consolidación en 1960. La ONU aprobó la intervención presionada por los
Estados Unidos. En el 2002, siendo presidente George Bush II, ataca, entre
otras naciones a Somalia, con drones poniendo en riesgo a la población civil, en
ese caso no cuenta con la aprobación de la Naciones Unidas. En el año 2010, el
Premio Nobel de la Paz prepara una nueva intervención en Somalia.
¿Por qué tanta ayuda humanitaria en Somalia? La respuesta es
geopolítica:
…el control geoestratégico de una de las zonas políticamente
más valiosas de todo el planeta. Recordemos que la costa del norte
de Somalia abraza la desembocadura del Mar Rojo, esto es, el
protegido sendero marítimo de los petroleros y el principal cauce
del transporte mundial de crudo. (Rubio, 2010: párr. 5).
Hacerse útil al poder, como en el cuento Andersen, implica que hay que
deslumbrar al rey para poder ser contratado. Eric Schmidt y Jared Cohen
aprendieron la lección muy bien. Los modelos negativos casi siempre los nutren
los chinos o los rusos; los Estados Unidos aparecen víctimas de esos orientales
en una guerra empresarial; los malos del wérsten siempre son los terroristas,
aunque algunos hayan sido concebidos “made in usa”, como el consabido
Osama bin Ladem y, por supuesto, en el film el vaquero más formidable para
emprender la guerra cibernética del futuro es el país que le dio origen a John
Wayne y a Ronald Reagan.
El esquema fundamental en términos de la comunicación sigue siendo la
promesa del paraíso terrenal, en este caso por medio de la telefonía digital, pero
se cierne el horizonte una amenaza espantosa, la guerra cibernética con los
164

terroristas; sin embargo, hay siempre la posibilidad de escoger un happy end


eterno si aceptamos que el gigante Tio Sam, ahora tecnológico, nos puede
salvar, y Superman, con un teléfono inteligente, nos haga felices pues, como
siempre, acude a nuestro rescate y no nos abandona. La banalización del
pensamiento y los procesos puede contagiar al mundo con los espejitos
multicolores –al mejor estilo de los conquistadores españoles- siempre y cuando
nos olvidemos de las necesidades básicas, para que el capital engorde sus
ganancias, mientras en Somalia, o donde sea, mueran de inanición pero con un
teléfono móvil en la mano. La doble dinámica la sintetiza Helio Gallardo:
La mundialización en curso, abierta en la década de los
setentas del siglo recién pasado tiene un rostro atractivo: su
descanso en el frenesí del cambio tecnológico, en especial de las
comunicaciones, le otorga un aire de fiesta. Por primera vez en la
historia de la humanidad, es factible, incluso para quienes tengan
ingresos menguados, existir imaginariamente en el mundo todo
aunque no sea ciudadano efectivo en parte alguna. El rostro
seductor esconde una lógica brutal por unilateral: la de la
acumulación de capital con predominio del gran capital financiero
en detrimento de la fuerza de trabajo mayoritaria y de la capacidad
del planeta para sostener la vida. (Gallardo, 2014: 26). 63

63
Una excelente radiografía del rol de la tecnología digital para los procesos de acumulación de capital y
control social de la población lo ofrece William Robinson en el artículo ya citado.
165

Una sinécdoque democrática64

Dick Morris, autor estadounidense, asesor de Bill Clinton durante veinte años; a
quien se le atribuye la estrategia con la cual el ex presidente logró sus éxitos
políticos; caracterizado por la revista Time como El ciudadano más influyente
de Estados Unidos… un genio, Georges Bush también se benefició de su
estrategia con eficacia,65 se otorga a sí mismo “la creatividad” de haber
concebido El nuevo príncipe, según el subtítulo, se trata de Maquiavelo
actualizado para el siglo XXI. No interesa comprobar cuánta “maquiavelez”
contiene su trabajo. Se incluye por dos aspectos fundamentales: se trata de una
declaración abierta de ser discípulo del maestro italiano, lo cual, según Antonio
Gramsci, no ocurría en su tiempo, pues:
Se suele decir que las normas de Maquiavelo para la
actividad política “se aplican, mas no se dicen”. Los grandes
políticos –se dice- comienzan por maldecir a Maquiavelo, por
declararse antimaquiavélicos, precisamente para poder aplicar las
normas santamente”. (Gramsci, 1980: 17).
Y el otro porque concibe la lucha por el poder como sinónimo de lucha
electoral. La democracia se realiza en el proceso electoral, el éxito o el fracaso
se refieren siempre a la imagen de una administración, fundamentalmente la
presidencial.
Este tipo de ideólogos se conciben a sí mismos como más allá de las
ideologías porque sus técnicas no se refieren a la derecha o a la izquierda,
construyen imagen positiva de los o las candidatas para lograr el triunfo
electoral. La batalla se resuelve en el conteo de los votos. Según su visión, los
votantes han adquirido un poder que los políticos han perdido por la aparición
de la nueva tecnología. En el futuro, con la proliferación de canales de
televisión, las radios con programas de debates políticos o desde las
computadoras, se consolidarán pequeñas ciudades en funcionamiento, donde los
votantes se reunirán y decidirán más que los políticos. El poder de los votantes

64
La sinécdoque es una figura retórica mediante la cual se amplía, modifica o se acota un término. La
explicación más común se refiere a nombrar una parte como si fuese el todo o el todo como si fuese una parte.
Aquí interesa mostrar cómo la democracia como proceso de construcción constante se restringe al proceso
electoral.
65
Se reseña la presentación de la solapa de su libro editado en español por Editorial el Ateneo.
166

procede de la cantidad de información con que cuentan actualmente pues son


fanáticos de la información (cita, para 1999 -fecha de la primera edición-, a
CNN, Fox New Channel, CNBC, CFN, MSNBC y C-SPANTV); dicho poder
es tal que:
Quieren pensar por sí mismos y no se compran las opiniones
prefabricadas y predecibles de ideólogos de derecha o de izquierda.
(Morris, 2012: 25).
Al igual que los técnicos, los hombres de negocios se encuentran fuera de
cualquier ideología, su campo de acción es el pragmatismo:
Los hombres de negocios que responden a cada nueva
situación con ideas prácticas y específicas, que no están
obstaculizadas por construcciones ideológicas, dominan cada vez
más el proceso político. (Morris, 2012: 25-26). 66
Su propuesta consiste en visualizar un elector informado de hechos
porque una buena cantidad de hechos sustituye la urgencia y la necesidad de
confiar en las ideas o las ideologías, por lo cual estas últimas constituyen una
guía obsoleta frente a un político, también sin ideología, que responde a cada
situación específica como lo hacen los hombres de negocios y un técnico que
construye una imagen apetecible del político. Este triángulo tan “original e
innovador” procede del esquema más elemental de la comunicación el emisor –
mensaje – el receptor, o el de emisor – canal – receptor; de esta forma se
resuelve en el votante – asesor de imagen – candidato. El proceso social se ha
esfumado como por arte de magia. La ideología ha sido remplazada por la
confianza en sí mismo del votante pues este no pretende conceder su rol directo
en la delimitación de las políticas a ninguna organización o persona; cabe
preguntarse en cuál mundo de Disney es que el votante o el ciudadano común
delimita políticas.
El artificio de ubicarse y colocar a los votantes fuera de las ideologías, es
burdo, manipulador y denota suprema ignorancia pues toda acción social está
enmarcada en un proceso histórico y, por más simple que esta sea, se nutre de
una focalización e interpretación de la misma, pues sin un complejo desarrollo

66
Evidentemente, lo que apelan política es politiquería dentro de la mercantilización de las relaciones sociales.
El libre mercado, la ley de la oferta y la demanda rigen la vida social; Morris quien afirma no estar alineado a
ninguna ideología, es un fiel representante de la ideología del éxito, que es parte sustancial de la deificación del
libre mercado.
167

de significación, la acción no tendría validez o lugar social. Si se piensa en las


contiendas electorales, no puede sesgarse las actuaciones de los marcos
ideológicos. Solo en la imaginación de los publicistas y los directores de la
manipulación de la mente social, es que la dinámica del poder puede darse sin
ideología; sería como afirmar que se daría sin pensamiento. El reduccionismo y
la simplificación tienen relación con un enfoque conductista de la sociedad
humana.
Uno de los componentes fundamentales de este juego mediático es la
exaltación del poder del elector pues a más importancia del voto, más relevancia
de la campaña. De esta forma, según el autor, las campañas constituyen el
momento de ayudar al electorado a crecer intelectualmente. No se requiere ser
demasiado inteligente para saber que dicha exaltación vuelve imprescindible el
rol de los asesores en mercadeo político. Morris va elaborando la estrategia para
construir una campaña con el fin de obtener el triunfo o la capacidad para
asimilar las derrotas coyunturales y reponerse. Se trata de una guía práctica, un
recetario pues siempre establece pautas a seguir de acuerdo con las variables que
suelen presentarse en las contiendas electorales, quien lo sigue al pie de la letra
puede emular los éxitos de Bill Clinton, este se convierte en modelo de
superación de obstáculos y, por lo tanto, de triunfador. Las prescripciones a
seguir son del tipo: Cómo domar a sus consultores políticos (sic), Debates, cómo
dominar el diálogo (sic), Los usos de la derrota, Cómo sobrevivir a un escándalo
(sic), entre otros.
En ese mundo armonioso, con votantes bien informados, asesores de
mercadeo y políticos que logran posicionar los temas que más interesan a esos
electores, donde, además, han desaparecido los estorbosos ideólogos, nos
encontramos los modelos de democracia y de ciudadanía:
Por fin, si tenemos la bendición de una constante prosperidad
y un verdadero crecimiento del ingreso dentro de nuestra nación, la
generosidad y espiritualidad ecuménica del pueblo norteamericano
determinarán cada vez más que Estados Unidos juegue un papel
global mayor para luchar contra la pobreza y ayudar a la gente del
Tercer Mundo. La ayuda extranjera ha tenido mala fama porque los
gobiernos a los cuales va tienen mala fama. Pero si bien la ayuda
extranjera tiene cada vez más peor fama, las contribuciones
caritativas norteamericanas han subido en la década del noventa,
superando en mucho los modestos niveles de aumento de los
168

igualmente prósperos años ochenta. Nos estamos convirtiendo en


una nación de filántropos. El sufrimiento de África, Asia y
América Latina le preocupa cada vez más al pueblo norteamericano
y se convertirá en un factor importante de nuestra política interna.
(Morris, 2012:337).
Todos deberíamos alegrarnos y desear la prosperidad de EE.UU. pues
hay una relación proporcional: entre más rentas posea su población más bondad
tendrá para con el mundo. La bondad, la caridad y la filantropía de ese país se
desborda en preocupación acerca del sufrimiento del resto del mundo. ¿Por qué
sufrirán África, Asia y América Latina? Posiblemente, por contar con
gobiernos de mala fama que convierten la ayuda proveniente de la generosidad
estadounidense en mala fama. El reduccionismo histórico del proceso
económico mediante el cual se ha exportado el capital sobreacumulado como
capital a interés, es decir como usura, se disfraza en una cuestión moral, buenos
y malos; por supuesto en el maniqueísmo estadounidense, ellos siempre son los
buenos; la matriz del wéstern con que se desvaneció la masacre de los habitantes
originarios y la expropiación de su territorio, se transfiere sin ningún tipo de
problema a la actualidad.
Uno de los rasgos de cierto tipo de discurso de parte de los señores de
la dominación es la puerilidad;67 conciben un lector analfabeta con nula
capacidad de análisis político acerca de los Estados Unidos y el resto del mundo,
crédulo en sus palabras y opiniones como si no existiera ningún contraste entre
lo que piensan y lo que la realidad incluye en su diversa complejidad. La
historia humana del siglo XX y esta parte del XXI puede dar cuenta de esa
“piadosa filantropía”. Detengámonos por un momento durante la alabada
administración de Bill Clinton tan paradigmática para el autor. Noam
Chomsky, en una de las tantas reseñas de lo que han significado las
“bendiciones” imperiales, destaca lo sucedido en Sudán durante el año 1998 –
mismo año en que se destapa el escándalo del ex presidente con Mónica
Lewinsky- :
…como el ataque con misiles de Clinton contra la planta
farmaceútica de Al Shifa en Sudán en 1998, que condujo a “decenas

67
Aunque no se le llamó pueril, en el texto De Odiseo a Obama, masculinidad hegemónica y relaciones
asimétricas se analizó el discurso de Georges Bush acerca de la invasión a Iraq y uno de los rasgos es la extrema
simplificación de los planteamientos, parecido al relato de las historietas de los superhéroes. También la
banalización de las ideas en este autor hace pensar en un relato para infantes.
169

de miles” de muertos, según los únicos estimativos confiables con


que contamos, los cuales coinciden con la evaluación inmediata de
Human Rights Watch y con informes posteriores de observadores
especializados. Cualquier delito mucho más pequeño desataría un
furor si el objetivo fuera Estados Unidos, Israel u otra víctima
respetable, y una retaliación cuya proporción es difícil imaginar y
que por añadidura sería aplaudida como un dechado de guerra justa.
El principio de proporcionalidad supone que Sudán tenía todo el
derecho a emplear el terrorismo en gran escala como retaliación,
con mayor razón si adoptamos lo opinión más radical de que el
ataque con misiles de Clinton tuvo “consecuencias atroces para la
economía y la sociedad de Sudán”, de tal manera que el crimen fue
mucho mayor que los S-11, ciertamente atroces pero que no
acarrearon tamañas consecuencias. (Chomsky, 2008: 280).
Chomsky amplía la información acerca de las consecuencias desastrosas
para Sudán con lo cual se evalúa la humanidad de dicha administración. Una de
sus fuentes es una carta enviada por Kenneth Roth, director ejecutivo de Human
Rights Watch, al presidente Clinton el 15 de septiembre de 1998, publicada en la
página web de dicha organización, en la cual advertía que el ataque dañaba la
ayuda a más de 2.4 millones68 de seres humanos en peligro de inanición; además,
había obligado a abandonar el socorro en lugares donde fallecían cotidianamente
decenas de personas. De acuerdo con la prensa internacional,69 el ataque se
manejó con absoluto secreto, en su preparación intervino un pequeño y selecto
grupo; por otra parte, no había pruebas de que en la fábrica se produjeran armas
químicas, las explicaciones oficiales se mostraron con poco fundamento. El
diario argentino aporta, además, otros aspectos de la información sesgada que
motivó al gobierno estadounidense y resultó ser falsa. El mismo periódico
realiza una escueta alusión relacionando el ataque con el escándalo sexual.
Posiblemente, la sociedad estadounidense estaba tan sacudida por un “suceso
tan insólito” como lo era la infidelidad de un “macho” prototípico, que no pudo
advertir el sufrimiento de la población en Sudán. El 17 de agosto Bill Clinton
debía declarar ante el Gran Jurado y el 20 sacudió Sudán.

68
Para dar una comparación, el daño habría llegado a la mitad de la población costarricense.
69
Citamos por ejemplo un diario tan conservador como El Clarín de Buenos Aires., considerado, también,
proclive a los intereses estadounidenses. Recuperado de: http://www.clarin.com/ediciones-anteriores/ee-uu-
bombardeo-sudan-evidencias-firmes_0_SJCliebJ8hx.html
170

La doble moral y la sacralización de los sacrificios humanos en Occidente


se visualizan de forma contundente y arquetípica en este caso. Hay dos manchas
en este proceso, una de semen en un vestido azul que Lewinsky guardó, el cual
aportó y mostró como prueba en la Corte durante el juicio para desmentir al ex
presidente acerca de su relación con la pasante. La otra de sangre derramada de
víctimas inocentes, pues el supuesto culpable, a quien se deseaba liquidar era a
Osama bin Landen, quedó ileso y no fue atacado. Pero el dolor, la salud, la
vida de las víctimas, sus sueños y sus familiares no cuentan. Esa sangre se borra
y no queda mancha porque el dios del capital está más allá de lo humano. Él
siempre encarna la bondad, si es estadounidense. Para eso, están los
publicistas para desaparecer, como arte de magia, las consecuencias de la
“filantropía imperial”. Bill Clinton fue juzgado por un acto sexual “ilegítimo”,
según la pasante; lo cual es absolutamente justo; sin embargo, ¿qué tribunal lo
juzgó por el genocidio?
Otro ejemplo, de los múltiples que ofrece, del artificio de la
indeterminación lo brinda al referirse a Ronald Reagan. El tópico es el estilo
discursivo de gobernantes y candidatos, compara entre sí a Richard Nixon,
Ronald Reagan y los candidatos Gary Hart y Walter Mondale; refiriéndose a
estos dos últimos afirma:
No solo sus puntos de vista eran demasiado liberales, su
estilo era demasiado agresivo y activista para adecuarse al pacífico
período de mediados de los ochenta. (Morris, 2012:96).
¿Para quiénes habrá sido pacífico dicho período de Ronald Reagan en la
presidencia de los Estados Unidos? Se alude, una vez más, a la información
aportada por Noam Chomsky sobre Centroamérica para reafirmar algunas
rasgaduras de esa paz, como ya se señaló en el apartado acerca de Kissinger.
Chomsky cita a un periodista Allman, quien realizó un reportaje en El Salvador,
en la década de 1980, el cual afirma:
Incluso en los buenos viejos días de política franca, de enter
cordiale entre Washington y Batista, Trujillo y papá Doc y todos los
demás, habría sido difícil un caso de presidente norteamericano que
respaldara tan resueltamente a un régimen que tortura (sic) tan
desvergonzadamente a los campesinos, castrara a titulados
universitarios, despanzurrara niños pequeños, violara monjas y
171

matara a tiros a un arzobispo mientras este celebraba misa.


(Chomsky, 1984: 64).
Ya se reseñó la forma en que el poder imperial, en su paranoia, no podía
ni puede concebir, como ocurre hoy con Venezuela y el Cono Sur, que, en el
patio trasero, se nos ocurriera vivir con dignidad y un mínimo de cumplimiento
de los derechos humanos para toda la población. Las masacres de indígenas en
Guatemala con las aldeas de tierra arrasada, bajo, una vez más, la estrategia
estadounidense; las bases militares en Honduras para acuerpar y entrenar a la
Contra nicaragüense; la compra del territorio costarricense para tener un
respaldo “democrático” y un territorio para operaciones clandestinas; así como
el sufrimiento de todas sus víctimas, cubren de infamia no solo nuestra historia
sino también, y sobre todo, la de los Estados Unidos.
Como conclusión de su trabajo, Morris advierte que, aunque sus
especulaciones resultasen falsas, en lo que no cabe duda es que el siglo XXI
traerá otros temas; sin embargo, lo que no sufrirá alteraciones es el consenso
internacional estructurado alrededor de las democracias de libre mercado y
derechos humanos. No descarta la posibilidad de polarizaciones en el nuevo
siglo dado que las soluciones a los nuevos temas provengan de extremos
distintos del espectro político; sin embargo, la democracia –leáse la de libre
mercado- se destacará por resolver los problemas de nuestro futuro.
En esa cita anterior, es uno de los pocos momentos en que se refiere a
problemas, aunque sea de forma tan general. A lo largo de todo su
planteamiento, el término tema –el traductor no buscó ni siquiera sinónimos en
español- se reitera una y otra vez para referirse a la agenda social de los
candidatos a algún puesto público o a la agenda por planificar y estructurar
como parte del trabajo de una administración local o nacional. El vocablo tema
evade y encubre, al mismo tiempo, la problemática social y la conflictividad
inherente a ella por la tensión presente en cualquier relación o grupo humano.
Asume una agenda de temas en lugar de una agenda de conflictos o problemas,
el uso del término permite escabullirse constantemente de la realidad y sus
múltiples determinaciones en la vida humana.
La estructura textual es una aglomeración y compilación de lemas y
consignas con las cuales convencer al destinatario, imaginado muy precario
intelectualmente como ya se apuntó, de las bondades de su democracia y, sobre
todo, cómo debe comportarse quien gobierna para obtener una imagen positiva.
172

Si quien lee esta reflexión considera que se está exagerando al plantear el afán
de especular sobre la base de lo indeterminado, de la vaguedad o generalidades
vacías, podría dar una lectura a este tipo de trabajos pues es la tónica de los
publicistas del Pentágono. Sin pudor de ningún tipo, considera pertinente
referirse a dos décadas muy significativas de su país como la rabia de los setenta
y el egoísmo de los ochenta. Pueda que ambas actitudes o emociones existieran
en la vida social durante dichas décadas pero, una vez más, el reduccionismo
permite visualizar cierta alergia patológica a asumir el proceso social e histórico
en su complejidad.
Nuevamente, acudimos a Noam Chomsky para explicar por qué este tipo
de asesor o técnico publicista tiene tanto apogeo. Para él, su país constituye una
sociedad totalmente despolitizada, no existe una política partidaria como existe
en una democracia aceptable. Según su visión con respecto a la década del
ochenta, el 50% de la población, que corresponde a la gente más pobre, no votó;
no votó porque no se sentía representada ya que no existe un partido, como se
encuentra en Europa, con base trabajadora y con tendencia socialista o
comunista, es decir que defienda y represente los intereses de la clase
trabajadora. Hay un único partido que es el partido de la propiedad, el cual tiene
dos facciones la demócrata y la republicana que pueden definirse
adecuadamente como grupos de inversionistas que se juntan en un esfuerzo por
controlar el Estado. La elección se debate entre dos grupos privilegiados de
capitalistas.
Este entorno convierte el proceso de las elecciones como un asunto de
mercado. Al referirse, Chomsky, a la relección de Ronald Reagan, establece
una separación tajante entre el show de la campaña y la toma de decisiones, pues
la mayoría de las personas que votaron por Reagan –obtuvo un 60%- no
avalaban su política, estaban más bien en contra, pero la campaña mediática fue
tan superficial como si la corbata de un candidato era la adecuada o no. Por lo
tanto, concluye:
Se puede decir que la gente que se decidió a votar por
Reagan –no por sus políticas- reflejaba hasta cierto grado el sistema
político estadounidense, es decir, reconocía que las decisiones
relevantes son tomadas en otro lugar, reconocieron que las
elecciones eran, en buena medida, un show, parte del sistema de
indoctrinación de la población que la hace sentirse libre y con
173

participación en los procesos de decisión, ya que les permite cada


cuatro años “apretar un botón”. (Chomsky y Dieterich, 1998: 59).
El lugar del voto y del votante durante los procesos electorales requiere
atención. Por supuesto, los rasgos fundamentales están delimitados por ese
análisis, pero, en términos de la psicología social y la legitimación del sistema,
el asunto merece reflexión pues, por lo menos en América Latina, el mercado
del voto ha adquirido fuerte preponderancia. Dick Morris se convirtió en
consejero internacional y asesoró a Fernando de la Rúa en Argentina, Jorge
Battle en Uruguay y Vicente Fox en México. Por otra parte, prologa la tercera y
cuarta edición de Marketing político de Gustavo Martínez P., quien escribe
acerca de campañas, los medios y las estrategias electorales. Además de
considerársele una personalidad intelectual, pues, en el 2004, estuvo entre los
“10 jóvenes más sobresalientes de Argentina”; en el 2007, era decano de la
Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social de la
Universidad del Salvador en Buenos Aires en la que diseñó y dirigía –en 2007-
la primera maestría en Marketing Político de América Latina.70 Como se puede
observar, el mercadeo político ha adquirido estatuto de conocimiento
académico.
Estas exaltadas autoridades del mercadeo político se conciben
continuadores de los sofistas como precursores del debate público; además, ya
se encuentra “marketing” político en El arte de la retórica de Aristóteles pues
persuadir e indagar cómo piensa y siente el destinatario constituye el arte mayor
de la política desde Aristóteles, Demóstenes y Cicerón con la diferencias que, en
el presente, el mercadeo se nutre de estudios, observaciones, estrategias y
tácticas. Soslaya o desconoce que la retórica antigua exigía de reglas y uso del
lenguaje que no se reducía a la cruda manipulación como se da actualmente.
Por otra parte, también omite las fuertes críticas en la antigüedad a la demagogia
y sus secuaces. Se reconocen como legítimos herederos de Maquiavelo, quien
no intentó juicio moral alguno, lo consideran autor de una técnica del poder al
servicio de honestos y villanos por igual. Como el mundo se divide en honestos
y villanos, el presentador del prólogo a la primera y segunda edición advierte a
quienes constituyen el bando de los honestos:
La técnica de evaluar, planificar y persuadir en el mercado
electoral de las democracias está expuesta en estas páginas. A quien

70
De nuevo, se reproducen los rasgos más sobresalientes de la caracterización ofrecida por la edición.
174

no esté dispuesto a engañar ni a fingir, deberá saber dos cosas:


primero, que el Marketing Político también es indispensable cuando
se lucha por el poder político en aras del bien común; segundo, que
aun quien se haya prohibido la utilización incorrecta del arma
poderosa que Martínez Pandiani describe en estas páginas, deberá
estar atento a la posibilidad de que alguno de sus rivales no sienta
igual inhibición. No basta con ser paloma. Hay que saber cómo
operan las serpientes, para derrotarlas en su propio terreno.
(Mártinez, 2007: 11).
La advertencia convierte en indispensable la consabida técnica para el
mercado electoral. Por una parte, está al servicio de quienes requieren mentir y
aparentar, es decir quienes necesitan encubrir y ocultar verdaderas
intencionalidades; lo ocupan también quienes luchan por el bien común; y, por
último, quienes se han prohibido su acceso deberán acudir también para saber
defenderse con el arma poderosa. Concebir el arma como una técnica evade y
oculta el problema ético de fondo y es porqué se concibe como disciplina o
área del conocimiento. Desde su perspectiva, la ética es un problema que no
concierne a la técnica; el medio se desprende de sus efectos, con lo cual se
limpia de responsabilidad y determinaciones el acto o el proceso en sí. Por otra
parte, hay que detenerse en la imagen de la bondad y la maldad, personificadas
en la paloma y la serpiente. Dos símbolos muy occidentales para la inocencia y
la culpabilidad.
El sistema siempre es circular y se muerde la cola como en la canción de
Silvio Rodríguez. Las relaciones de opresión tan ocultadas, manipuladas y
tergiversadas en el sistema capitalista expresadas socialmente por relaciones
asimétricas se hacen presentes por la imagen. La asimetría del débil frente a un
polo dominante, la paloma indefensa con respecto al poder letal del veneno de la
serpiente, regresa aquí para alertarnos de que el polo dominante es capaz de
destruir a su oponente. Para su lógica, el conocimiento puesto al servicio de la
destrucción sigue siendo neutral porque la lucha es democrática y electoral,
aunque se inyecte veneno en las conciencias.
Aunque Martínez elabora una argumentación más ilustrativa que Morris,
aclara componentes fundamentales del proceso, recorre varias campañas
electorales de la Argentina, es evidente que se trata de establecer las pautas para
adormecer las conciencias y despertar emotividades; la lógica del espectáculo,
inherente a la televisión, ha trascendido y ocupa un papel preponderante en las
175

campañas ya que la elección obedece a una imagen, verosímil71 y personal del


candidato y no a su filiación partidaria o pensamiento político, pues la decisión
última se realiza en las mentes y emociones de los votantes, por lo que:
Así como el corazón de la campaña es el candidato, el
corazón del candidato es su imagen. En consecuencia, la imagen del
candidato debe constituir el centro mismo de la campaña.
(Mártinez, 2007: 143).
Por ese sendero, el espectáculo puede tomar cualquier rumbo con tal de
mantener la atención y concentrarse en la imagen del candidato que más
audiencia gane.
En una exposición bastante descriptiva va explorando las técnicas del
mercadeo publicitario que han sido adaptadas al mercadeo electoral, como es el
caso de la investigación del voto, con sus respectivos y particulares estudios de
segmentación del electorado con el fin de delimitar la situación competitiva del
mercado electoral, para producir un mensaje con formato audiovisual atractivo
que, recurriendo a apelaciones emocionales oriente la voluntad del votante a
favor del candidato. En algunos apartados, dedica algunos momentos al pudor
político para advertir que la publicidad atractiva no debe desplazar el debate de
las ideas.
El interés de esta exposición sobre el mercadeo electoral es reflexionar
acerca de la importancia del voto. ¿Cómo un acto individual que no toma más
que un o unos minutos se ha convertido en un acto tan fundamental para el
sistema? Uno de los ejes fundantes o matrices de cualquier sistema de
dominación es ocultar su dinámica pues de lo contrario no puede ejercer el
poder para la opresión. Por lo tanto, hay que empezar por caracterizar eso que
llaman democracia. Como se apuntó para el caso griego, cuando Naím la
aludió, se debe aclarar con señas de identidad completa: democracia ateniense,
patriarcal, esclavista, de ciudadanos libres, sin mujeres, niños y extranjeros; las
exclusiones también tienen una historia.
Por el momento, se especifican algunos rasgos de la democracia en
América Latina. Es obligatorio determinar si es antes o después de las
dictaduras de seguridad nacional, pues como bien lo advierten diferentes
71
Para el análisis literario, es fundamental distinguir el componente verosímil de la ficción; se trata de un relato
que se estructura para parecer como la verdad. Habría que exigir que en la vida social y las campañas no se
construya la narrativa con la verosimilitud sino con las reglas de la veracidad. Son dos perspectivas diferentes.
176

autores, los regímenes de facto impuestos en el Cono Sur prepararon el terreno


para imponer las medidas neoliberales que, de otra manera, no hubieran podido
implantarse. Por lo tanto, el proceso de construcción de la hoy reinante
democracia de libre mercado surgió de un parto doloroso y sangriento, cuyos
padres políticos, como Kissinger y Pinochet que encabezan este apartado entre
muchos otros, y economistas como Friedman y la escuela de Chicago, lograron
borrar huellas y conexiones entre sí al punto que el acusado perenne es Augusto
Pinochet -cuyos méritos para tal juicio histórico son amplios y conocidos-. La
desaparición de las conexiones entre terrorismo de Estado y neoliberalismo es
uno de los ejes de la investigación de Naomi Klein. Ella aclara la forma en que
la responsabilidad de los economistas en el genocidio perpetrado durante las
dictaduras de seguridad nacional se purifica gracias, fundamentalmente, al
Premio Nobel de Economía otorgado a Milton Friedman.
La lucha por los derechos humanos de organizaciones como Amnistía
Internacional, también recibe un Nobel, pero de la Paz, desarticula sin querer el
atropello a los derechos humanos de la economía neoliberal. La recién parida a
punta de dolor, represión y muerte surge como alternativa a la dictadura. La
convocatoria a elecciones moviliza al Cono Sur en aras de la libertad. El voto
se convierte en ese contexto en un acto de libertad democrática –restringida-
pero volvía el sabor a la libertad después del hambre y sufrimiento pasado. Un
alivio aunque fuera parcial.
La búsqueda de las determinaciones y los orígenes ha planteado serias
reflexiones para indagar cómo se legitima lo ilegítimo, o cómo se acepta
socialmente una democracia restringida, llamada así por Franz Hinkelammert.
Yamandú Acosta identifica a los nuevos procesos como democracias de
seguridad mercantil, estableciendo así un cordón umbilical para visualizar la
línea de continuidad, su perspectiva es que dichas democracias pasaron por la
mediación de las dictaduras de seguridad nacional en la medida en que:

Las “Dictaduras de Seguridad Nacional” promovieron una


transformación de las subjetividades por el ejercicio del terrorismo
de Estado, práctica que procuraron legitimar al presentarse como
democracias en estado de excepción, democracias que se
encontraban amenazadas por sus enemigos -internos y externos- y
que eran retiradas de escena por las FFAA para protegerlas de los
mismos y reinstalarlas una vez que las amenazas hubieran sido
eliminadas.
177

Las FFAA que violaron las instituciones democráticas desde


sus fundamentos constitucionales, no violaban la Constitución ni la
democracia, sino que las defendían al sustraerlas del escenario en el
que se encontraban amenazadas, por lo que no eran un poder
ilegítimo, sino el poder soberano, dado que la soberanía había
tenido que migrar del pueblo en estado de indefensión frente a los
enemigos de la democracia, a las FFAA… (Hinkelammert (editor),
2017: 216).

Para usar la metáfora de Andersen, los genocidas se tejieron un traje de


defensores de la democracia. En un famoso discurso, Augusto Pinochet se
consagra a sí mismo como padre de los chilenos y se da un sitial de honor junto
a los padres fundadores de la nación. Interesa destacar esa transformación de las
subjetividades sobre la base del terror. El miedo aísla, silencia, impone y por la
represión exige ser vivido en la individualidad, el miedo constituye una prisión
colectiva pero en celdas apartadas. Los testimonios son claros en establecer el
aislamiento y el silencio por el pánico a la delación. Evidentemente, se están
esbozando lineamientos generales que la resistencia humana siempre rompe.
Esa subjetividad a la que se refiere Acosta sienta bases para una subjetividad
democráticamente coartada para la democracia neoliberal.
El énfasis se puso en la libertad electoral, lo cual propició una transición
en lo político, sin alterar el proyecto económico pues los programas de ajuste
estructural siguieron su camino, allanado casi siempre por los actores políticos
que se decían democráticos. El proyecto del capital transnacional continuó a
golpe de tambor y pudo consolidar la integración de estas sociedades al
totalitarismo del mercado, proclamado siempre como libre. Si comprendemos
que, en estos procesos, lo formal no se nutre del contenido sino que sucede a la
inversa –niega lo que afirma-, podemos asumir que, así como la democracia se
ha vaciado de cualquier participación ciudadana con contenido humano,
reivindicativo, alternativo y polémico, los derechos humanos con que se suele
definir, es una envoltura llena de aire y no muy sano. La desaparición de los
derechos humanos se ha realizado, según Franz Hinkelammert, porque:
La estrategia de globalización –realizada a través (sic) de los
ajustes estructurales- ha borrado los derechos humanos de la vida
humana, dejando sin efecto los logros pasados en esta materia –
derechos de la vida, salud, educación, alimentación, vivienda- y
178

haciendo imposible volver a recuperarlos. Derrotada, la burocracia


pública, la burocracia privada asumió el poder en nombre de los
derechos humanos reducidos al derecho de propiedad privada, que
es ya el único reconocido. En esta situación es marginado el estatus
fundacional del ciudadano. (…) Clientes se puede tener
mundialmente, pero no hay ciudadanos del mundo. La actual
exclusión de la población es el resultado de la imposición de la
burocracia privada sobre la burocracia pública: la ciudadanía ha
perdido su significado. Y como los derechos humanos del ser
humano específico –sus derechos emancipatorios- fueron
declarados a partir de la ciudadanía, ya han perdido su vigencia.
(Hinkelammert, 2015: 54).
La guerra económica se lanzó precisamente contra aquellas instituciones –
burocracia pública- que posibilitaron algún grado de satisfacción de las
necesidades humanas básicas para importantes sectores de la población. La
historia de los últimos años de estos pueblos latinoamericanos se centra en la
conservación de la vida humana durante las dictaduras y en la lucha contra la
privatización del agua, la salud pública, la educación pública y demás
oportunidades de satisfacer necesidades humanas básicas. La filmografía
latinoamericana se inscribe y ha ido testimoniando –dentro de sus coartadas
posibilidades- esas batallas.
El sistema, cualquier sistema de dominación por más injusto y atroz que
sea, requiere legitimarse dentro de la subjetividad humana. Aunque Sancho
Panza nos advierte que la voluntad humana puede ser el último reducto sin
quebrantarse, nuestra historia depara múltiples procedimientos para atraer la
voluntad, distraerla y, sobre todo, fragmentarla por enajenación, es decir por
desagregación de sus propias condiciones de existencia para asumir la voz del
opresor, como si se tratara de una voz propia. No es casual que Martínez
aclare y advierta, al mismo tiempo, que la lucha electoral no se lleva a cabo ni
en las televisiones ni en las vallas publicitarias, sino que se ubica en las mentes y
las emociones de los votantes. El acto del voto convoca como el acto de
consumir, ambos nos identifican como parte de esta sociedad capitalista y ambos
han sido paulatinamente incorporados como rituales sagrados para exacerbación
de los individuos no de las personas como seres integrales.
Tanto Yamandú Acosta como Carlos Asselborn reflexionan y plantean – a
partir del pensamiento de Hinkelammert- que la democratización es un proceso
179

en construcción constante y se realiza en la medida que pongamos en


cuestionamiento, detengamos o eliminemos aquellas condiciones e
instituciones mediante las cuales se legitima la desigualdad y las relaciones
asimétricas tanto en lo económico, lo político, lo social, el género y lo étnico.
Para Asselborn ese proceso pasa por una desfetichización de las instituciones
que legitiman la democracia. En ese sentido, apunta que los procesos de
democratización de las relaciones humanas en la vida cotidiana se ven
clausurados afectivamente en nombre de la “misma democracia”. Él expone
que uno de los componentes de este cierre es la noción de temporalidad porque
se organiza alrededor de la producción y el consumo. Más que una clausura se
trata de un secuestro. Otro de los factores es lo jurídico, en nombre de la
democracia se reprime y se condenan las luchas populares por la emancipación
tanto de los seres humanos como de la naturaleza.
Muy a pesar del pensamiento crítico y usando una metáfora popular, se
puede afirmar que nuestros pueblos se resbalan cada cuatro años en una cáscara
de banano, el lugar de la afectividad, ahí donde anidan las emociones sigue
cultivado por una retórica que –aunque demagógica- apela, convoca y consagra
como un acto de pureza democrática el voto. Asselborn (Asselborn, 2017) cita
y analiza el discurso de Macri, lo reseña literalmente:
Entonces, ¿puedo ganar las elecciones presidenciales? […]
La respuesta no está en mí. La respuesta es: si los argentinos creen
que no estamos condenados a ser un país frustrado, postergado,
deprimido, enfrentado entre hermanos, malignamente cíclico, y si
en cambio creen que podemos ser un país vigoroso, productivo,
inteligente y feliz; las condiciones estarán dadas de inmediato.
Ganar las elecciones no es como a veces se cree un asunto de
partidos, ni de aparatos, ni de punteros que manejen la calle, ni de
acuerdos entre opuestos, ni de historia, no es un asunto de llenar
actos con gente que llega en micros, ni de agitar banderas con cañas
de bambú, ni de hablar a los gritos en contra de nadie. Es un asunto
mucho más hondo, más individual, más íntimo, se trata de despertar
la confianza en el corazón de las personas para que nos elijan con
su voto silencioso. Las personas sumadas somos imparables. […]El
voto, ese poder inmenso que cabe en una mano, no necesita
antecedentes para cambiarlo todo. […]Sí, claro que puedo ser
presidente si esa es la voluntad de los argentinos (Macri, 2015).
(Hinkelammert (editor), 2017:144-145).
180

La cita condensa la legitimación de lo ilegítimo en tanto recorre el cuerpo


social para anular su potencial de praxis emancipatoria en un colectivo que
constituya un nosotros con capacidad de discernimiento acerca de su pasado, su
presente y su futuro en tensión constante con sus propias necesidades como
sujeto encarnado en la historia. La conversión de la víctima se realiza, según
Carlos Asselborn, en la intimidad, en la subjetividad particular para trastocar
cualquier posibilidad de la comunicación fraternal de las verdaderas víctimas.
Dicho llamado a la “participación” electoral es expresión, también, de la
anulación del cambio, apelando al mismo, pero fundiéndolo en una adecuación y
absoluto conformismo a lo dado. Señala una promesa implícita en el llamado al
voto:
Ese cambio profetizado exige transformar los corazones:
volverlos impotentes ante el afuera amenazante. Se trata de una
larga procesión individual interior que permite mudar de actitud. Se
trata de una conversión personal, nunca de una praxis colectiva:
Dejar atrás las visiones antagónicas y violentas, buscar el amanecer
de la armonía social, soñar con un futuro donde al fin poder
descansar y poner “los pies en remojo” luego de una larga travesía
repleta de obstáculos. (Hinkelammert (editor), 2017:144).

Aunque Asselborn no se refiere a Ifigenia, podemos encontrar los ejes


fundamentales que se apuntaron al inicio del trabajo con respecto a Agamenón
y su hija. La llamada al sacrificio humano se lleva a cabo cuando el opresor se
desvanece y reaparece como un ser vulnerable y dependiendo de la víctima para
su salvación –que nunca es personal, siempre es en nombre de la colectividad-.
La Hélade completa dependía de Ifigenia. Se le responsabiliza,
individualmente, del futuro colectivo, el mismo que se niega en las acciones y la
sensibilidad del opresor; por lo tanto se percibe –muy implícito- el sentimiento
de culpa. Los argentinos debían escoger entre la salud social y la enfermedad
social, pero la elección era absolutamente individual. Macri o quien le escribió
el discurso es un ideólogo porque reconoce muy bien el valor del silencio.
El silencio social es esencial para las democracias formales, por esa razón
descarta todo el proceso anterior de encuentros ciudadanos, al mejor estilo de los
publicistas del pentágono que abogan por la “ciudadanía” facebook o Internet.
Ese cuerpo social se requiere fragmentado, aislado, mudo, conforme con una
181

imagen; al igual que el consumidor que nunca revisa los ingredientes nutritivos
de los alimentos que compra. Ese cuerpo social no debe asistir a los encuentros
con otros cuerpos que sienten, se atraen o se repelen, gritan, lloran o suspiran
encima de alguien con quien pueden identificarse y hasta llegar a amarlo o
sentirlo en sus carencias o satisfacciones tan humanas como él o ella misma.
Ese cuerpo social se fragmenta en átomos que pueden sentir, se les da el
derecho, no se les amputa, pero frente a imágenes como en la mejor oferta
porno, o en la “ciudadanía” Facebook, sentir frente a la imagen digital. Mas, si
no participan el país entero se hunde; engaño o ficción, pero verosímil porque
llega a la confianza y al corazón. Ese día tengo el PODER en mi mano, me lo
dijo Macri. Me lo dicen todos los corifeos de la tragedia humana del siglo XXI.
Lo cual vuelve el acto del sacrificio en un proceso muy complejo porque
es acusación y expiación al mismo tiempo.72 La única manera de no quedar
como persona acusada social, política o religiosamente es aceptando el
sacrificio. Cuando se acepta el mandato/súplica del opresor, se le ofrece un sitial
de honor a cambio. Evidentemente, el sitial de honor es la parte más subliminal
del proceso, pero reconforta en la intimidad pues se contribuyó a salvar al país.
Por un día, como Sancho Panza sube a las torres del poder y, algunos, pero eso
no se dice, queda en secreto, a las torres de la ambición. ¡Acumulación
originaria de capital con las arcas públicas! El premio bien vale varios disfraces
de suplicantes de votos.
La víctima se reconforta interiormente colaboró, puso su granito de arena,
para la resurrección de la democracia, sacrificada todos los días y con ese acto
expía la culpa que le implantó el opresor.

72
En Costa Rica, los procesos electorales son, evidentemente, procesos de legitimación social muy
contundentes en el tanto han calado en el imaginario social. Uno de los mitos que pregonaba la ex presidenta
Laura Chinchilla era el de la democracia centenaria de América, lo cual es una mentira absoluta pues hubo un
golpe de Estado en 1917 y una guerra civil en 1948. Sin embargo, durante las elecciones, en la feria del
agricultor, las conversaciones informales culpabilizan a quienes apostamos por el abstencionismo y nos acusan
de traidores a la patria. La democracia, tan deteriorada y venida a menos, se salva el día de las elecciones; es
el día de la resurrección electoral.
182

“LA BONDAD DE TODO LO CREADO” 73

Y así lo harán todos los hombres, porque no deben envanecerse por el


poder ni la riqueza.
Popol Vuh.

Las comillas abren este apartado para dar paso a la lectura del Popol Vuh, libro
sagrado de los mayas, etnia mesoamericana, habitante fundamentalmente de
Guatemala. Es un acercamiento personal que no pretende, en ningún momento,
considerarse como una interpretación desde la teología maya. Se retoma el
génesis hasta el logro de los seres humanos de maíz. Se trata de un análisis con
el objetivo de contrarrestar el principio sacrificial de la historia occidental. La
Conquista y colonización de América se justificó por la idolatría de “dioses
falsos” frente al dios verdadero que portaban los europeos y por la presencia de
los sacrificios humanos en dichas etnias. Para eliminar dichos sacrificios,
sagrados para dichas culturas, se llevó a cabo un genocidio. El maniqueísmo
occidental siempre ha establecido una división tajante entre la bondad auto
consagrada de los señores de la dominación y la maldad inherente de la
alteridad, externa o interna, como se ha visto a lo largo de la exposición. El
laberinto occidental no tiene salida porque se muerde la cola perennemente,
pues debe ir a matar un monstruo de doble naturaleza; doble naturaleza que
representa y simboliza siempre un aspecto de la complejidad de los seres
humanos y de sus creaciones. Pero el monstruo vuelve y seguirá resurgiendo
porque los seres humanos no podemos eliminar nuestra complejidad ni nuestra
corporeidad, con ella todas nuestras carencias, apetitos, necesidades y pulsiones
por buscar un camino para satisfacerlas.
Un sendero alternativo puede ser dejar atrás nuestra prepotencia y
empezar a aprender lo que nos negaron y silenciaron. La alteridad interna de la
Conquista y la Colonia tenía un conocimiento, una cultura y una sabiduría que
puede ofrecer una salida al maniqueísmo de los Caínes sempiternos. ¿Cómo
dejar de percibir la realidad y el mundo que nos rodea dicotómicamente? El solo
73
Dado que se trata de una narración poco difundida, antes de realizar el análisis, se reseñan los
acontecimientos fundamentales de la historia, para poder establecer una interpretación sin dejar grandes
vacíos de comprensión del texto.
183

hecho de visualizar su cultura como una posibilidad para ayudarnos a percibir


las diferencias como valiosas, dejar el menosprecio y la anulación total de la
alteridad, si no se admiten las pautas de la cultura hegemónica, constituye de
por sí un avance en dicha superación.
Según el Popol Vuh74 el principio rector de la creación es la bondad; esta
cualidad de la totalidad recibe atención de las divinidades mayas y, desde ella,
se concibe la alegre satisfacción de los seres humanos:
…como fue dicho por el Creador y el Formador, la madre y
el padre de la vida, de todo lo creado, el que da la respiración y el
pensamiento, la que da a luz a los hijos, el que vela por la felicidad
de los pueblos, la felicidad del linaje humano, el sabio, el que
medita en la bondad de todo lo que existe en el cielo, en la tierra,
en los lagos y el mar. (Popol Vuh, 1997: 26).
La reflexión es una cualidad inherente del Creador y el Formador y,
precisamente, su pensamiento se detiene en un principio que abarca toda la
creación; no queda un afuera, la referencia incluye el cielo, la tierra, los lagos y
el mar; la totalidad, compuesta por cuatro espacios, está impregnada de bondad.
Desde ese eje rector del cosmos, el Creador-Formador cuida, atisba y vigila la
felicidad de los humanos y de los pueblos. Es decir, como idea o sentido de la
vida se coloca la felicidad colectiva; la funcionalidad del mismo Creador-
Formador está pensada en esa misma dirección. Cuando se da en el relato, esta
fundamentación, los seres humanos no han surgido ni siquiera ha aparecido
toda esa geografía enumerada, surgirá poco después. De manera que la bondad
es la esencia de la vida.
Este primer rasgo es primordial para nuestra lectura, pues sin dicho
elemento no se puede construir la coherencia global que pretende otorgarle este
análisis. El texto se presenta, aparentemente, como una continuidad sin pies ni
cabeza de una serie de relatos, algunos interpretados por el mismo traductor
como mera fantasía. Dentro de la lógica implícita, no se trata de una narración
fantástica, per se, y sin ninguna significación. Todos los relatos coinciden en un
final de amanecer cósmico por la aparición del Sol y la Luna; después, de
dicho surgimiento, logran, al fin, formar a los seres humanos de maíz; tras

74
La versión con la que se ha trabajado es la de Adrián Recinos. Los problemas de interpretación y traducción
de un texto del cual no se conoció, por destrucción, una versión original, son muchos y variados. Nos atenemos
a esta versión que ha circulado durante mucho tiempo como parte de la cosmogonía maya.
184

muchos intentos, fracasos, aprendizajes y procesos de consulta para ir


mejorando cada obra pues todas fracasan porque no son capaces de honrar a los
creadores y formadores. Las divinidades mayas esperan de sus criaturas que las
invoquen, recuerden y alaben.
Uno de los aspectos más deslumbrantes de esta mitología es que se trata
de un génesis durante el cual los dioses se buscan, se encuentran, dialogan, se
equivocan, buscan ayuda, consejo de los más acianos y sabios. Además, todo
el Cosmos sufre un proceso de depuración antes de que surjan los seres humanos
de maíz. Como relato, el texto es muy complejo pues, como ya se planteó, se
presenta como una amalgama de historias, aparentemente, sin conexión unas con
otras; sin embargo, el hilo conductor es la llegada de ese amanecer y de la
criatura humana:
¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No
habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que
exista la criatura humana, el hombre formado. (Popol Vuh,
1997:30).
Las diversas etapas experimentadas por estos dioses en su búsqueda, se
articulan entre sí por el deseo de encontrar a la criatura que los nombre y los
evoque, de forma que van desechando o asignando funciones diferentes al darse
cuenta que no alcanzan su cometido. Por ejemplo, los animales no pudieron
cumplir la misión para la cual fueron ideados. Se les pidió que llamaran a sus
creadores y progenitores pero no fue así; por eso, se les otorgó, como destino,
que sus carnes fueran trituradas pero se les conservó el sitio otorgado a cada
uno. Lo mismo aconteció con los seres de tierra y los muñecos de madera. Estos
últimos se parecían al hombre, hablaban como el ser humano y poblaron la
superficie de la tierra. No tenían alma ni entendimiento, no se acordaban de su
Creador, de su Formador: Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso
cayeron en desgracia. Fueron destruidos por un diluvio, una resina abundante
cayó del cielo. Fueron convertidos en monos por su crueldad para con todos los
seres, tanto animales como enseres domésticos. Hay una revuelta general en
contra de estos, precisamente, por su crueldad; es el gran reproche que se les
hace, hasta las ollas entran en este reclamo. Se inicia de esta manera, lo que, en
este análisis, se considera primordial para comprender esta creación: el maltrato
y la crueldad pertenecen al mundo todavía en oscuridad, por lo que el cosmos va
limpiándose para el amanecer primordial. Los primeros disvalores, la crueldad,
el maltrato y el desagradecimiento, contradicen ese principio unificador.
185

En la narración, se suspende la creación del ser humano, para contar una


serie de episodios que constituyen enseñanzas para disipar aquellas conductas
destructoras de la armonía. Aunque los seres humanos no han aparecido, se
empiezan a dar algunos deberes sustanciales. El Corazón del Cielo había
ordenado ejecutar a Vucub-Caquix, falso sol por su orgullo y porque su única
ambición era engrandecerse y dominar. Luego se prosigue a contar la lección
dada al hijo de Vucub-Caquix, llamado Zipacná; se le descarta porque no está
bien lo que ha hecho levantando él solo el palo. En este pasaje, se prioriza la
labor colectiva pues Zipacná desecha, aparentemente, la colaboración de los 400
muchachos. Él quería demostrar su poderío. El otro hijo fue Cabracán, quien
también debió desaparecer porque hubo una nueva revelación de Huracán,
Chipi-Caculhá y Raxa-Caculhá porque no está bien lo que hace sobre la tierra,
exaltando su gloria, su grandeza y su poder y no debe ser así. La misión de
vencer tanto a este hijo como a su padre fue ejecutada por Hunahpú e
Ixbalanqué. El narrador nombra a estos seres negativos como los tres soberbios
y, cuando Hunahpú e Ixbalanqué reciben la segunda orden, oponen la presencia
de estos tres como una afrenta y una injusticia a la paz que es la esencia del
Corazón del Cielo. La discordia, el delirio de grandeza y el poder, usado en
provecho propio, se perciben como una ofensa a la paz.
Luego se relata el encuentro y combate de Hun Hunahpú Vucub-Hunahpú
con los señores de Xibalbá75 por el juego de pelota. El reclamo fundamental de
estos señores para los jugadores, es que ya no les tienen miedo ni los respetan
pues hacen ruido sobre sus cabezas cuando se recrean.76 Los señores de Xibalbá
están caracterizados como aquellos que enferman a los seres humanos. Los
males son descritos en sus consecuencias físicas sobre los seres humanos:
derrame de sangre; hinchazón, pus y palidez; enflaquecimiento extremo; el
asalto y muerte en los caminos; muerte súbita en los caminos por vómito de
sangre. Por otra parte, desean, para ellos, los instrumentos de juego. Los
convocados deben ir a enfrentar una serie de peligros y pruebas, puestos por
estos señores, pero son derrotados. Decretan su muerte para ocultar su memoria.
Una vez descabezados mandan colocar la cabeza Hun Hunahpú en un
árbol; dicho árbol, que nunca había dados frutos, se llena de jícaros y recibe el
nombre del héroe. Los jueces supremos de Xibalbá, Hun-Camé y Vucub-Camé,
se admiran del acontecimiento, consideran que la naturaleza de dicho árbol era
75
En otras versiones del relato, se les denomina los Señores de la Muerte.
76
Cabe aclarar que los señores de Xibalbá pertenecen al inframundo, colocado, según los mayas, en los
barrancos o cuevas subterráneas.
186

maravillosa por lo que establecen una prohibición sobre dicho árbol. Nadie
podía tocarlo ni acercarse al árbol de jícaro, aunque ellos no percibían la cabeza
del héroe por entre las jícaras.
La historia del árbol llega a los oídos de una muchacha, llamada Ixquic,
despierta su admiración y curiosidad:
-¿Por qué no he de ir a ver ese árbol que cuentan?, (sic)
exclamó la joven. Ciertamente, deben ser sabrosos los frutos de que
oigo hablar.(sic) A continuación (sic) se puso en camino ella sola y
llegó al pie del árbol que estaba sembrado en Puchal-Chab. (Popol
Vuh, 1997:75).
Asombrada por la cantidad de frutos, se pregunta de qué clase son y sobre el
peligro de cortar uno, duda si producen la muerte. Frente a lo cual, el árbol
responde y establece un diálogo con ella. El árbol le explica que todos los frutos
no son más que calaveras e indaga acerca de si su deseo de tomar se mantiene.
Ella responde afirmativamente. La cabeza de Hun-Hunhpú le solicita extender
la mano derecha, ella acepta, procede al gesto; en ese momento, la calavera
lanza un sorbo de saliva sobre su mano y cuando ella vuelve a ver su mano
derecha, la saliva había desaparecido. A continuación, la calavera le rebela el
sentido de su gesto:
-En mi saliva y mi baba te he dado mi descendencia (dijo la
voz en el árbol). Ahora mi cabeza ya no tiene nada encima, no es
más que una calavera despojada de la carne. Así es la cabeza de los
grandes príncipes, la carne es lo único que les da una hermosa
apariencia. Y cuando mueren espántanse los hombres a causa de
los huesos. Así es también la naturaleza de los hijos, que son como
la saliva y la baba, ya sean hijos de un Señor, de un hombre sabio o
de un orador. Su condición no desaparece cuando se van, sino se
hereda, no se extingue ni desaparece la imagen del Señor, del
hombre sabio o del orador, sino que la dejan a sus hijas y a los hijos
que engendran. Esto mismo he hecho yo contigo. Sube, pues, a la
superficie de la tierra, que no morirás. (Popol Vuh, 1997:76).
El narrador reitera que, lo hecho por Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú, se debe a
un mandato de las tres deidades citadas anteriormente.
187

Ixquic retorna a su casa y a los seis meses su padre nota su gravidez. Su


padre se reúne con los jueces supremos de Xibalbá, Hun-Camé y Vucub-Camé,
para comunicarles la deshonra de su hija. Estos le advierten que la obligue a
declarar la verdad y, si se niega, la deberá sacrificar. Su padre obedece,
pregunta e Ixquic responde con la verdad, no conoce varón y no tiene hijo. El
padre la acusa de ramera y llama a los búhos –mensajeros de Xibalbá- para que
la sacrifiquen y le muestren el corazón en una jícara. Los cuatro mensajeros (y
ella) emprenden el viaje para el sacrificio, cuando llegan al lugar, Ixquic les
indica:
-No es posible que me matéis, ¡oh mensajeros!, porque no es
una deshonra lo que llevo en el vientre, sino que se engendró solo
cuando fui a admirar la cabeza de Hun-Hunahpú que estaba en
Puchal-Chab. Así, pues, no debéis sacrificarme, ¡oh mensajeros!,
(sic) dijo la joven, dirigiéndose a ellos. (Popol Vuh, 1997:77).
Los búhos le replican, preocupados por cómo cumplir la orden, pues deben
volver con el corazón en la jícara. Indagan qué hacer y cómo sustituir el
corazón, pues no desean matarla. La respuesta de Ixquic es todavía más
enfática:
-Muy bien, pero este corazón no les pertenece a ellos.
Tampoco debe ser aquí vuestra morada, ni debéis tolerar que
os obliguen a matar a los hombres. (…) Tampoco puede ser que
este corazón sea quemado ante ellos. (Popol Vuh, 1997:77).
El rol determinante de Ixquic para instaurar un rechazo al sacrificio,
continúa al ordenar sustituir el corazón por la savia de un árbol. Esta se va
coagulando en la jícara hasta formar algo semejante. El desempeño de Ixquic
influencia hasta al árbol del cual extraen la savia pues mientras el árbol
resplandecía por obra de la muchacha. Llamábase Árbol rojo de grana, (desde
entonces) tomó el nombre de Árbol de la Sangre. Les repite a los búhos que,
después de consumar el mandato de los jueces, suban a la tierra porque serán
amados y tendrán lo que les pertenece. El episodio cierra con la promesa de ir a
servirle a ella en la tierra y de que continúe su camino. Los señores jueces
aceptan el falso corazón como verdadero. De esta forma, se establece una
primera derrota a los Señores de Xibalbá sobre la base de la astucia, el simulacro
y el engaño. El narrador lo realza: Así fueron vencidos los Señores de Xibalbá.
Por la doncella fueron engañados todos. Además, libera a sus mensajeros de
188

Xibalbá de su servidumbre. Cuando los búhos le ofrecen servirle, ella no lo ha


solicitado.
Las pruebas, para Ixquic, no han terminado, debe ir a conocer la madre de
Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú, quien, a su vez, ejecuta el rol de abuela-madre
de los hijos de Hun-Hunahpú (Hunbatz y Hunchouén). La vieja la evita, la
rechaza y termina aceptándola bajo los insultos de deshonesta y embustera por
decir que lleva en su vientre hijos de los muertos. Le ordena la primera prueba:
ir a traer la comida. Cuando llega al lugar indicado, solo existía una planta de
maíz, y la orden consistía en llevar una red de maíz. Para salir de la afrenta,
llama a Ixtoch, Ixcanil. Ixcacau77 para que la ayuden. También exhorta a
Chabal, el guardián de la comida. Los pelos de las mazorcas los coloca en la red
hasta llenarla; los animales del campo acuden en su ayuda para transportar la
red. Cuando la abuela contempla la red llena, se sorprende y decide ir a ver la
milpa porque teme que Ixquic haya acabado con ella. Encuentra la única planta
que existía y la ausencia de la red. Esta cosecha de maíz le da la prueba
suficiente de que Ixquic es verdaderamente la madre de su descendencia y que
tendrá hijos sabios.
A Ixquic le toca parir sola en el campo. Así nacen Hunahpú e
Ixbalanqué,78 quienes son rechazados por la abuela y sus medios hermanos. Se
quejan de su llanto nocturno; la abuela manda botarlos fuera de la casa. Son
colocados sobre un hormiguero y durmieron plácidamente; después los colocan
sobre unas espinas porque Hunbatz y Hunchouén les tenían envidia. A
Hunahpú e Ixbalanqué les corresponde, como primera batalla, liquidarlos. Bajo
el engaño y la astucia, hacen que Hunbatz y Hunchouén suban a un árbol por el
deseo de cazar pájaros pero el árbol se hincha y no pueden bajar. Se
metamorfosean en monos. El narrador, nuevamente, aclara que se volvieron
monos porque se ensoberbecieron y maltrataron a sus hermanos. El narrador ha
sido prolijo, desde el inicio de este episodio, en la descripción de las grandes
cualidades y talento artístico de los convertidos en monos. A pesar de que
fueron músicos y cantores e hicieron también grandes cosas cuando vivían con
la abuela y con su madre, tuvieron que recibir su merecido.

77
Según una nota de Resinos, siguiendo a Brasseur, son deidades, de la lluvia, de las mieses y del cacao
respectivamente.
78
El texto, como ya se planteó no es cronológico, ambos ya habían participado en la lucha contra los tres
soberbios, episodio narrado antes de su nacimiento.
189

Las hazañas de Hunahpú e Ixbalanqué siguen con el deber de sembrar la


milpa para darse a conocer frente a su abuela y su madre. Cuando van al
sembradío, los instrumentos por sí solos hicieron toda la labor de talar la
montaña, cortar zarzas y espinas, cavar la tierra mientras ellos descansaban; por
un acuerdo con la tórtola que vigilaba desde la cima de un árbol, ellos sabrían
por su silbido que la abuela se aproximaba con la comida y entonces simularían
trabajar. Así transcurrió el primer día de trabajo. Al llegar al segundo día al
campo de labranza, todo lo realizado, por los instrumentos de trabajo, se había
deshecho. Los hermanos suponen que fue obra de todos los animales. Se repite
la operación y deciden regresar durante la noche para sorprender a quienes les
borraban la labranza. Efectivamente, todos los animales del monte se habían
congregado para dar la orden de rehacer la naturaleza. El último en llegar fue un
ratón y los hermanos lo atrapan para matarlo pero este les advierte:
-Yo no debo morir a vuestras manos. Y vuestro oficio
tampoco es el de sembrar milpa. (Popol Vuh, 1997:93).
Sorprendidos por la revelación del animalito averiguan acerca del sentido de sus
palabras. El bichito les explica su ascendencia y cómo la abuela guarda ocultos
los implementos del juego de pelota de sus padres por miedo a que sus nietos
perezcan a manos de los señores de Xibalbá. Con engaños y sutilezas
convencen a la abuela y la madre de salir de la casa, para que el ratón les
muestre los elementos del juego.
Luego de superar esa etapa, asumen los nuevos desafíos, al igual que sus
ancestros, pero estos vencen a los señores de Xibalbá definitivamente. El factor
principal para la derrota es el uso de la astucia, el engaño, el simulacro y la
ayuda de una serie de animales, sin los cuales no habrían logrado el cometido.
Pese a que no fueron derrotados, acuden a dos sabios porque saben, de
antemano, que morirán a manos de los señores de Xibalbá por lo cual desean
montar una nueva estrategia de astucia. Conocen, de antemano, que serán
sacrificados en una hoguera, solicitan ayuda a dos sabios para que los señores de
Xibalbá muelan sus huesos y los depositen en el agua. Así se realiza, se
asientan en el fondo, de ahí resurgen como nuevos muchachos, con su rostro
anterior. Retornan como magos, disfrazados, frente a los dominadores, juegan
simulacros de transformación de la materia, de metamorfosis de sí mismos y de
retorno a su propia apariencia; son capaces de quemar una morada y volver a
instaurarla como nueva. Ese portento atrae y engaña a los dominadores que se
arriesgan, apuestan a que jueguen así con ellos. Al final, todos desaparecen
190

por muerte de ese tipo. De Xibalbá, quienes quedaron, suplican misericordia,


entonces Hunahpú e Ixbalanqué decretan:
-Puesto que ya no existe vuestro gran poder ni vuestra
estirpe, y tampoco merecéis misericordia, será rebajada la condición
de vuestra sangre. No será para vosotros el juego de pelota.
Solamente os ocuparéis de hacer cacharros, apastes y piedras de
moler maíz. Sólo los hijos de las malezas hablarán con vosotros.
Los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados no os pertenecerán y
se alejarán de vuestra presencia. Los pecadores, los malos, los
tristes, los desventurados, los que se entregan al vicio, esos son los
que os acogerán. Ya no os apoderaréis repentinamente de los
hombres… (Popol Vuh, 1997:127).
El narrador prosigue con la caracterización para establecer la naturaleza
del poder que poseían, pues no era mucho, solo les gustaba hacer el mal, no
tenían la condición de dioses, eran falsos de corazón, envidiosos y tiranos.
Concluida esta etapa, se encaminan a reconocer a sus progenitores y honrar su
memoria. Dictan una nueva sentencia y es que los nombres de sus padres, los
primeros combatientes, serán adorados por los esclarecidos. La lucha cósmica
cierra con el ascenso de ambos al cielo:
Luego subieron en medio de la luz y al instante se elevaron al
cielo. Al uno le tocó el sol y al otro la luna. Entonces se iluminó la
bóveda del cielo y la luz de la tierra. Y ellos moran en el cielo.
Entonces subieron también los cuatrocientos muchachos a
quienes mató Zicpaná, y así se volvieron compañeros de aquéllos y
se convirtieron en estrellas del cielo. (Popol Vuh, 1997:78).
A partir de este momento, los Creadores y Formadores, Tepeu y
Gucumatz, consideran que se debe finalizar el amanecer con la aparición de la
humanidad. Entran de nuevo en consejo para reflexionar y discutir con cuál
material formarían a los seres humanos que deberán nutrirlos y sustentarlos,
entiéndase honrarlos, nombrarlos y acordarse de ellos. Una vez más, son los
animales los que les proporcionan ayuda para establecer el componente. El gato
del monte, el coyote, la cotorra y el cuervo les dieron a conocer la mazorca
blanca y la mazorca amarilla, así como el lugar dónde las encontrarían:
191

Había alimentos de todas clases, alimentos pequeños y


grandes, plantas pequeñas y plantas grandes. Los animales
enseñaron el camino. Y moliendo entonces las mazorcas amarillas
y las mazorcas blancas hizo Ixmucané nueve bebidas y de este
alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon los
músculos y el vigor del hombre. Esto hicieron los Progenitores,
Tepeu y Gucumatz, así llamados.
A continuación entraron en pláticas acerca de la creación y la
formación de nuestra primera madre y padre. (Popol Vuh,
1997:132-133).
A los dioses mayas no les fue fácil la creación de los seres que no los
olvidarían. La memoria es parte esencial de estos seres pues fuimos generados
para recordar e invocar. Por otra parte, el proceso corresponde más a una
búsqueda que a un producto pensado de antemano y fabricado tal cual. Estos
dioses nos enseñan el valor del diálogo, la reflexión, la petición de consejo, la
escucha y el involucramiento de todo el cosmos. Aun los componentes más
minúsculos, como es el caso del ratón en la revelación del verdadero rol de
Hunahpú e Ixbalanqué y del escondite de los aperos del juego de pelota. En
otro episodio, cuando los señores de Xibalbá los mandan a llamar, la abuela está
sola y se llena de miedo porque sabe que ese fue el inicio de la trampa de sus
hijos, duda y no sabe cómo hacerles llegar la noticia. Un piojo le salta a la falda,
esta le explica el apuro, el piojo accede a ayudarla y se fue contoneándose; se
establece una cadena alimenticia en este pasaje, pero de colaboración: el sapo se
traga al piojo para que llegue más rápido, la culebra al sapo, el gavilán a la
culebra, de manera que la noticia literalmente vuele; después todos salen de la
panza del animal respectivo, excepto el piojo que se quedó escondido en la boca
del sapo; a este último le toca dar el mensaje. La creación completa colabora en
la lucha por la vida. ¡Una bella, entretenida y risueña metáfora acerca del valor
de la creación colectiva! Se trata también una estética de la jerarquía para el
buen logro.
La inteligencia se llena no solo de sabiduría con el diálogo, la reflexión y
la petición de consejo de parte de las divinidades sino que a ella acude la magia
como forma del arte del simulacro con que enredar las mentes soberbias,
orgullosas, envidiosas, egoístas e individualistas como los señores de Xibalbá.
Estos últimos adolecen y carecen de lo que la sabiduría sagrada desborda. No
tienen ni creatividad ni capacidad de juego, no llaman a los jugadores de pelota
192

para aprender el juego sino para apropiarse de los implementos y liquidar a los
jugadores. El afán de destrucción se hace presente por envidia y soberbia. Al
final, estos pueden acceder a ciertos seres humanos pero como un mal menor y
no se les otorga el poder total de destrucción. La lucha contra los soberbios da
como resultado la claridad y el amanecer.
Nuevamente, se presenta ante los seres humanos la disyuntiva de ser con
el conjunto de la creación o deshumanizarnos como efecto de no reconocernos
como parte de ese todo llamado Cosmos. Al contrario de Maquiavelo y
“sociedad limitada de accionistas”, la desagregación, el extrañamiento de los
seres humanos no conduce a la sacralización. Lleva a una deshumanización
pues la metáfora de la conversión en monos de los muñecos de madera y de
Hunbatz y Hunchouén; unos porque no tenían memoria sagrada y los otros por
padecer de envidia. Desde esta perspectiva, se podría argumentar que, aunque la
envidia, la soberbia, el individualismo y el afán de dominar existe, pues hay
seres humanos que lo acogen, no pueden sacralizarse o santificarse pues, en
realidad, se están degradando a sí mismos, están bajando de condición. Los
seres humanos participamos de la bondad cósmica en la medida en que
participemos colectivamente en la reflexión para la felicidad de todos los
pueblos.
¿Cuántos amaneceres tendremos que forjar los seres humanos siguiendo el
sendero de los dioses mayas a base de discusión, reflexión, diálogo, petición de
consejo y escucha para desalojar la codicia y la soberbia del poder?
193

LA ADMINISTRACIÓN DE LO SAGRADO

Lo que quiero, lo anhelo en la tierra.


Canto nahua.
Para la lógica de los sacrificios humanos, la conversión de la víctima consiste en
que ella se desagregue de su propia subjetividad; se le exige dejar de sentirse a sí
misma para asumir el dolor o el deber de su victimario porque de lo contrario
es culpabilizada; se le pide o se le obliga a responsabilizarse de su agresor. Las
identidades se vuelven dobles pues quien infringe el daño se presenta como
víctima y la verdadera agredida es cruel e inhumana si no acepta la inmolación.
La dialéctica de la opresión se nos torna cada vez más compleja si la
focalizamos desde los múltiples discursos que entran en juego, pues tanto el
victimario como la víctima deben cumplir roles complicados. De una u otra
forma, las relaciones de poder, implícitas en dicha dinámica, convierten el
ajedrez en un tablero de varias dimensiones. Por una parte, Agamenón se asume
como marioneta del destino y de los dioses, pero Ifigenia acepta el honor de ser
sacrificada en nombre de la Hélade.
En este sentido, habría que ir más allá del mito fundante y escudriñar si la
víctima siempre recibe un sitial honorífico, aunque sea simbólicamente. Durante
la Conquista, el lugar premiado era salvar su alma, a lo que, como vimos, más
de un indígena se negó. La mujer agredida se siente responsable de la
perpetuación de la sagrada familia; cada vez menos, pero la decisión de dejar el
vínculo con el agresor la convertía en la desalmada que no era capaz de
comprender los esfuerzos de este por restaurar el orden. La honra era o es ser el
sostén afectivo de la institución. Por otra parte, alrededor de los textos de final
del siglo XX y principios del XXI analizados, se pudo comprobar cómo hay un
sitial de “honor” para los micropoderes y los votantes. La resurrección de las
democracias el día de las elecciones, convierte el voto en un esplendoroso
momento de los “consumidores”, otrora ciudadanos, que creen decidir el futuro
y neoliberales, como Macri, quien no escucha a los movimientos sociales y ha
incentivado la criminalización de la protesta social en Argentina con algunas
desapariciones, se visten el ropaje, a la manera más antigua, de suplicantes,
pero, ahora, de votos.
194

Uno de los componentes esenciales para que el o la inmolada se


comprometa con su verdugo es la sacralización que el poder opresor encarna.
Calcante fue esencial para mediar entre los dioses y Agamenón. Maquiavelo se
sacraliza a sí mismo como intérprete de la voluntad divina y ensalza a la
jerarquía del poder político y religioso. Todo el genocidio de la Conquista de
América se realizó en nombre de un dios verdadero. Henry Kissinger se asume
como intachable moralmente y, con él, toda la política de los Estados Unidos;
asimismo, para este psicópata genocida, Hitler no es un ser humano, se trata de
una encarnación periódica del demonio. Internet es potencialmente diabólico.
El poder se sataniza o se angeliza de acuerdo con los intereses en juego. Y, por
lo tanto, la víctima va degradándose como si fuese un personaje del Infierno de
Dante; puede alcanzar el honor de estar a la derecha de su victimario o purgar
sus culpas en el infierno que este cree para ella. Tal como George Bush lo
diseñó para Iraq bajo una revelación divina. El maniqueísmo se hace presente
para desalojar la relación opresiva del proceso social y asumirla como un
decreto metafísico.
Antes de la Revolución francesa, bastante repudiada por los publicistas
del Pentágono, como se vio anteriormente, la relación entre poder político y
poder religioso se amalgamaba a la perfección pues la monarquía era escogencia
divina. Sin embargo, por qué el maniqueísmo entre lo diabólico y lo angelical,
tan característico de la historia occidental, se expresa con tanta naturalidad a
inicios del siglo XXI. Evidentemente, uno de los aspectos para esa
manifestación maniquea es la necesidad de los opresores de evadir todo control;
sacralizarse es inmunizarse a los cuestionamientos, sobre todo en un momento
histórico en el cual los Derechos Humanos deberían privar sobre cualquier
proceso histórico para establecer un límite a la destructividad y a la guerra.
Como lo advierte Kissinger en la respuesta a la prensa acerca del
cuestionamiento a su complicidad como Secretario de Estado, los Derechos
Humanos no eran tema de agenda en las décadas de 1980 y 1990 como lo son
ahora. Sobra la aclaración, por conocida, pero se requiere llamar la atención
acerca de esa respuesta pues constituye una elipsis discursiva y un ocultamiento
ideológico, uno de tantos: los Derechos Humanos siempre estuvieron en la
agenda de los movimientos populares. En Chile, tal como lo demuestra Naomi
Klein, fue primordial en la lucha contra el régimen. ¡No constituían parte de su
agenda particular!
195

Sin embargo, ahora, todos los autores revisados en el apartado Los


tejedores del emperador afirman defender, representar la democracia de libre
mercado y los Derechos Humanos. Como se leyó en la cita de Hinkelammert,
los Caínes van vestidos de defensores de los Derechos Humanos para poder
atropellarlos cotidianamente. La espiritualidad de la cual participan los hace
ungidos de algún ser supremo que los elige como los nuevos castigadores de los
seres diabólicos del presente. De una u otra forma, desprestigiar la Revolución
francesa es una manera más de desarticular el pensamiento revolucionario para
perpetuar y mantener el fetichismo del poder, sin el cual el Estado corporativo
de las grandes transnacionales, principalmente estadounidenses, no podrían
continuar con su proyecto de globalización depredadora y capitalista. Aunque la
sociedad civil se resiste, los fundamentalismos sueñan con un nuevo reinado
donde las víctimas acepten la condición de ser siervas y siervos. El retorno a
una lectura literal, rígida y acomodaticia de la Biblia, sobre todo del Antiguo
Testamento, está a la orden del día para consolidar la visión de un dios déspota,
patriarcal y amante de la prosperidad que solo el libre mercado puede ofrecer.
El mito no se ha ido de nuestro imaginario cotidiano. Ha mudado de
vestimentas, pero vuelve en términos de los ideales de una sociedad consumista,
individualista donde la competencia y la eficiencia son los ejes de la
acumulación de bienes. Bien puede tratarse de una acumulación simbólica de
bienes como la de una empleada doméstica que afirma tener cincuenta blusas,
del mismo tipo, en cincuenta colores. Bien puede tratarse de la acumulación
primaria de capital, como lo han hecho, a lo largo y ancho de América Latina,
los mafiosos que han privatizado los servicios públicos o mediante el saqueo del
erario público; los escándalos de robo y corrupción han sido la tónica de los
gobiernos neoliberales. También se puede soñar con el dios que ha realizado
otra elección para que sus discípulos, autonombrados apóstoles y profetas,
llenen sus arcas de diezmos; no se trata de otra manera de acumulación
originaria de capital, es la bendición divina que llueve monedas. Como lo
afirma Hinkelammert:
Eso se llama fe. No se trata de un pretexto, sino que es fe
realísima. Si tienes mucho oro, tienes asegurado el paraíso. De
igual manera, los agentes de la globalización están convencidos de
que aportan a la libertad, porque libertad es negocio. No es que
alguien que tiene intereses desnudos manipule estas creencias. Los
actores operan con esta fe. Bush es un creyente fundamentalista, y
196

no es un engañado o un engañador: esa es su fe. Él cree que Dios


quiere eso y tiene todo el tiempo confirmada su fe por el hecho de
que en su cuenta bancaria ingresa cada vez más dinero, lo que
comprueba que Dios está con él y que hace un servicio a la
humanidad. No hay un cínico detrás que manipule su creencia.
Todos tienen estas creencias, la estrategia es metafísica: realizar la
voluntad de Dios hoy y realizar la estrategia de globalización es lo
mismo, no hay diferencia, ellos mismos hacen la estrategia de
ganancias, calculan y saben que están cumpliendo la voluntad de
Dios. (Hinkelammert, 2012: 93-94).
Pareciera que esa cita es de un determinismo absoluto pues, frente a un
convencimiento mediante la fe tan totalitario, no hay salida aparente. Sin
embargo, hay que recordar que el autor ha revisado, estudiado y ampliado la
teoría del fetichismo en Marx en Las armas ideológicas de la muerte; en dicha
obra, recorre el análisis marxista del valor de uso y valor de cambio en relación
con la mercancía, el dinero y el capital para establecer las raíces de la
conciencia alienada con el fin de establecer la lógica de la dominación en su
complejidad terrenal y celestial, pues en la base de toda conciencia enajenada
está la inversión como mecanismo fundante ya que la mercancía al desagregarse
del entramado económico, social, político e histórico que le ha dado origen,
regresa a la conciencia del trabajador como un ente ajeno que le determina la
vida como si se tratara de un ser celestial que le marca el destino para sufrir o
simplemente asumirse como, sin plena conciencia del porqué, un simple
oferente de fuerza de trabajo y no una persona humana con dignidad, integridad,
necesidades corporales y espirituales.
Esa fe ciega en el dios de la libertad de hacer negocios ha sido también
estudiada en relación con el mito de la mano invisible y la manera cómo se hace
presente en las pretensiones del libre mercado. Los Caínes sempiternos no se
ven como tales porque al igual que Macbeth tendrían que asumirse como
asesinos, genocidas, etnocidas y demás consecuencias fatales. La otra cara de la
dominación queda oculta porque si la asumieran, no tendrían los beneficios. El
resultado, el fin último está sacralizado por aquellos dioses que regresan a su
conciencia en forma de mandatos celestiales, aunque tenga origen absolutamente
profano y económico. Las víctimas son el medio, para llegar a tocar a algún
dios con las manos. La conciencia del dominador debe necesariamente negar la
realidad e invertirla; van a crear el cielo en la tierra pero producen un infierno.
197

De Las armas ideológicas de la muerte, el autor ha pasado a plantear la


búsqueda de una espiritualidad de la liberación. El poder opresor construye y se
justifica desde una espiritualidad de muerte y destrucción, aunque se haya
sacralizado en la antigüedad y se continúe sacralizando. Esta se sintetiza en el
lema: Yo soy si te derroto a ti. Pero, además, el despojado, como se ha visto en
la lógica sacrificial, debe conmoverse y prestarse a un chantaje afectivo,
emocional y espiritual porque en la derrota, en la renuncia a sí mismo, está su
salvación y la expiación de una culpa.
Siguiendo a Hinkelammert, la espiritualidad para la liberación no puede
partir de una metafísica; debe partir de las necesidades de la vida de los seres
humanos. Se debe focalizar en la vida después del nacimiento de la persona y
antes de su muerte. Dos principios son básicos para una espiritualidad de este
tipo: el Estado de derecho porque es la institución que puede asegurar el
cumplimiento de los Derechos Humanos mediante la justicia social, la
intervención estatal en las relaciones mercantiles para establecer pesos, límites
y, sobre todo, regulaciones a la codicia y la ambición desenfrenadas. El otro
principio es la dignidad humana como eje fundante de toda lógica, sensibilidad
social y espiritualidad. Lo que atenta contra la dignidad humana de una sola
persona, atenta contra la dignidad de toda la humanidad. El ser humano solo se
construye en el encuentro con los otros convertidos en nosotros. La separación
entre aquellos, los otros y los demás solo puede seguir proporcionando la
desintegración.
Sin embargo, la espiritualidad para la vida debe tener en cuenta la gran
limitación humana, presente siempre en toda construcción de sociabilidad. Los
seres humanos vivimos y sobrevivimos únicamente mediante la creación de
cultura y en sociedad, para lo cual requerimos de la institucionalidad, simple o
compleja, pero sin la cual no podemos asumir la reproducción de la vida. Por lo
tanto, toda organización ha sido concebida para llenar alguna o algunas
necesidades sociales pero contiene, en sí misma, la marca de la muerte por el
hecho de ser un ente abstracto, desligado de la relación primaria con la urgencia
de satisfacer la necesidad. La marca de la muerte no es otra cosa que la
mediación o las mediaciones organizacionales que se articulan entre sí para
representar y, al mismo tiempo, ocultar la necesidad original. El fetichismo es
un proceso inherente a toda institucionalidad y los seres humanos debemos
aprender a vivir en un proceso constante de búsqueda, diálogo y reflexión, como
198

los dioses mayas, para recordarle a la institucionalidad la satisfacción del


requerimiento vital, su fin primario y último al mismo tiempo.
Es una dialéctica que se expresa, también, en el juego de la
visibilización/invisibilización. La seguridad social concebida y creada para el
área de la salud, muestra esta dialéctica de vida/muerte cotidianamente en sus
dimensiones más primarias y más complejas. En la Caja Costarricense de
Seguro Social, las listas de espera para atender operaciones o exámenes
complejos y especializados entraña esta lógica: el o la paciente requiere la
atención para poder seguir viviendo, pero la burocracia y sus actuales problemas
le dictan sentencia de muerte o agonía mientras espera su turno; sobre todo, hay
una tendencia de la burocracia pública a favorecer la burocracia privada; la
urgencia del paciente lo lleva a ir a la medicina privada. Esa lógica se puede
expresar en algo tan fundamental como las vacunas. Estas fueron concebidas
como un adelanto para la salud y el bienestar de la humanidad completa; sin
embargo, en este momento, hay una lucha por el mercado de las vacunas en
manos de las compañías transnacionales que han sido capaces hasta de inventar
virus o propagarlos para subir la demanda de las vacunas. Por otra parte, en
Europa hay una lucha de los usuarios para impedir que el Estado los obligue a
usar vacunas altamente tóxicas, contaminadas de aluminio por ejemplo. El
Estado, cuyo fin primordial es proteger a los seres humanos en algo tan esencial
como lo es la salud, los manda y les exige envenenarse o envenenar a sus hijos
con vacunas producidas por las grandes marcas para engrosar sus capitales. El
fetichismo del capital se hace visible en el área de la salud; los señores de la
muerte se encuentran por encima de la vida de los seres humanos.
La guerra que la burocracia privada, léase medidas del FMI y del Banco
Mundial exigidas a los Estados, ha emprendido contra la burocracia pública está
marcada por la lógica de la muerte de los seres humanos para que viva rebosante
y lleno de salud el capital. En el hambre, la miseria, la enfermedad, la negación
de los seres humanos descansa la salud, la codicia sin freno, la acumulación
desenfrenada del capital. Esta tensión entre la institucionalidad para la vida y la
institucionalidad para la muerte marca, como sello original, la vida en la
sociedad humana ahora y en el futuro. Hinkelammert lo asume así:
Eso tiene que venir porque la institucionalización es parte del
límite de la condición humana. Tú no puedes organizar la
convivencia, garantizar la satisfacción de las necesidades humanas
sin institucionalizar. Pero hay una tendencia implícita de la
199

institucionalización a borrar al sujeto, y tú tienes que reencontrarlo


frente a este proceso de institucionalización; yo creo que eso es el
núcleo de la historia humana. (Fernández y Silnik, 2012: 82).
El sujeto, con sus necesidades, se pierde en la lógica de los sacrificios
para ser un medio de satisfacción del ente burocrático, puede ser en la
institucionalidad de la guerra santa como en la conquista de América; en la
institucionalidad del libre mercado, donde el sujeto es objeto de manipulación
para llenar ansias de consumo bajo las ofertas del mundo paradisiaco de las
mercancías que ofrecen ser feliz con el auto último modelo o con la última
operación estética para convertirse en una Barbie o un Kent: la máxima
expresión del fetichismo de la mercancía es la guerra de los seres humanos en
contra de su propia anatomía para llegar a ser idénticos a un objeto de
fabricación industrial pero que en su mente “alienada” es la puerta de la
felicidad y el ideal soñado porque Barbie nunca envejece y siempre está
sonriendo. ¡La sonrisa de la muerte!
El sujeto se extravía en la lógica sacrificial porque pasa a ser objeto, un
instrumento más, aunque no se percate del fenómeno que sucede en su
conciencia porque el mundo de las apariencias subvierte toda razón humana y
principio de vida. La espiritualidad de la vida exige detenerse en lo que está
sucediendo en América Latina con los fundamentalismos religiosos y su
estrategia de asumir y convertirse en actores políticos para el control del Estado
y de la institucionalidad pública desde una visión cristiana fanática para
implantar una teocracia. En Costa Rica, recientemente, se dio la confrontación
para la segunda ronda electoral, para la elección del presidente de la República,
entre un representante de la oficialidad costarricense con una formación
académica y un respeto elemental a la institucionalidad pública del país, como
rescate de la herencia lograda por varias generaciones y un pastor cantante con
escasa formación académica y teológica, pero fiel representante de un
fundamentalismo cristiano asociado a la teología de la prosperidad. Interesa
destacar algunos de los ejes del planteamiento del candidato religioso para
visualizar precisamente esa conversión del sujeto en objeto e instrumento de
beneficios y ganancias.
El eje esencial del discurso giró alrededor del maniqueísmo, al mejor
estilo medieval, entre lo satánico y lo angelical. El demonio se hace presente
para anular la presencia y pertinencia de las necesidades de grupos específicos
de la población que cuestionan o ponen en entredicho la moral dominante que es
200

patriarcal, misógena, capitalista, hetereosexual y profundamente monológica.


Una de las características identitarias de este tipo de fundamentalismo religioso
es la incapacidad para la escucha, el disenso, el diálogo y la concertación de
acuerdos. En un vídeo que hizo circular ampliamente, el candidato Fabricio
Alvarado dio su concepción de Estado:
Usted estará pensando que no se debe mezclar la política con
las cosas de Dios… Déjeme darle un texto bíblico que está en Isaías
capítulo 33, verso 22: “Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro
legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará”.
Permítame desglosárselo: Jehová es nuestro juez, ¿dónde están los
jueces?, en el Poder Judicial. Jehová es nuestro legislador, ¿dónde
están los legisladores, en el Poder Legislativo. Jehová es nuestro
rey, ¿qué es un rey?, la figura de un presidente, ¿dónde está el
presidente?, en el Poder Ejecutivo. Cierra este bíblico diciendo: “Él
mismo nos salvará”. La salvación que Costa Rica necesita es meter
a Dios en el Gobierno, es que usted tome en cuenta los principios y
valores que están en la Biblia, que Dios estableció para sus hijos a
la hora de votar. Por favor, vote con principios y valores.
(Alvarado, 2018).
La intervención del ex candidato surgió frente a la crítica constante en
las redes sociales de que no mezclara la política con la religión. Un analista
(Arroyo, 2018) replica el argumento planteando que se trata de una falacia de
autoridad, ubica lo inconstitucional del argumento y establece la manipulación
de la información al pasar del siglo VIII a.C. a la división de poderes de un
Gobierno republicano en plena modernidad. Evidentemente, se trata de una
exacerbación del pensamiento absolutista mediante el cual, quien plantea dicha
visión del Estado, está sacralizándose porque el dios que está detrás de todos los
poderes es el que el emisor concibe y, al mejor estilo de Maquiavelo, se concibe
intérprete escogido por ese dios para revelar la voluntad divina a quienes lo
obedezcan fielmente pues son los pasivos y sumisos, quienes son premiados con
la hierofanía, y castigar a los desobedientes que no acatan la voluntad divina
encarnada en este caso en el candidato. Escoge un camino muy corto para
afirmar el Estado soy yo.
El texto plantea, además, la salvación de Costa Rica; de no ser elegido,
Costa Rica optaba por la condenación. Parte de la salvación del país, pasaba por
salirse de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuya sede es en
201

nuestro territorio para no acatar su resolución en lo referente a la unión legal de


las parejas LGBTI. El argumento falaz, ahistórico, manipulador se expresa,
sintácticamente hablando, en un imperativo para exacerbar el miedo de los
oyentes y, al mismo tiempo, la seguridad de que hay un remedio salvador para
dicho terror. Del maniqueísmo se requiere ubicar la inversión para poder
establecer el fetichismo como estructura básica de este pensamiento.
El pastor se presenta como solución y salvación, en este caso de un país
completo frente a una sociedad que debe enfrentar la diversidad de preferencia
sexual y el cuestionamiento a la moral oficial que desconoce, niega y oculta las
necesidades de determinados sectores. La pérdida de dicha moral, acarrearía el
caos, anunciado, por estos fundamentalistas, con una metáfora bíblica,
estaríamos muy cerca del castigo divino como Sodoma y Gomorra. Está en
juego un sistema patriarcal que dicta una masculinidad depredadora y una
feminidad subalterna y sumisa. Esta masculinidad es cuestionada desde las
diversas visiones de la sexualidad, la pareja y una visión no nuclear de la
familia. El patriarca exige sacrificar, negar y ocultar las necesidades de esos
otros y otras para perpetuarse pues su estructura de poder es la que realmente
entra en caos con esas otras vivencias. Proyecta su crisis de poder a la sociedad
completa como condena moral y se reasume, interna y externamente, como el
restaurador del orden. Es la misma estructura de la argumentación de George
Bush frente a Iraq. Es la tendencia constante a impedir que surja el sujeto en
búsqueda de su plenitud. De hecho, circuló en redes, otro vídeo en el cual
narraba, con gran arrogancia y vanidad, la forma en cómo conoció a su esposa;
él se definió en el vídeo como guapo y a ella se refirió como sierva; además, en
esa y otras intervenciones, lo que resaltó siempre de su compañera, fue el
aspecto físico, en algún momento con cierta morbosidad.
La afirmación de un Estado teocrático es el ideal político de la teología de
la prosperidad, en la cual los pastores, autoungidos como nuevos apóstoles y
profetas, ubican como eje principal de la prédica la urgencia de recolectar los
diezmos para interceder frente a Dios con el fin de lograr los milagros. En dicha
teología, la gracia de Dios, adquiere valor mercantil y se rige por la ley de la
oferta y la demanda. Rony Chaves, otro pastor, padre espiritual de Fabricio
Alvarado, expresó en un vídeo con gran alarde de triunfador la forma en que
había dado un golpe de Estado en su iglesia: disolvió el consejo, descartó a
quienes lo molestaban porque no pensaban como él y estableció en lugar de la
democracia una teocracia. En un vídeo de una presentación de Rony Chaves en
202

Salta Argentina, se lee al fondo como lema de la actividad general: GENTE


TRANSFORMADA CONQUISTAR Y POSEER. (Chaves, 2014). 79 Este lema
podría sintetizar la Conquista de América o de cualquier otro territorio pero
también al Estado corporativo. Las grandes corporaciones, sobre todo las
estadounidenses, borran las fronteras, los estados nación y han puesto la
institucionalidad pública al servicio de sus intereses. Un estado gendarme de las
grandes transnacionales solo puede manifestarse, celestialmente, mediante un
dios déspota patriarcal, capitalista, emprendedor, homofóbico para corresponder
al totalitarismo del libre comercio. Quienes nos hunden en la desgracia, se
asumen y los creemos, si no tenemos conciencia de nuestra dignidad y de
nuestros derechos, como los verdaderos salvadores.
El teólogo Nicolás Panotto (Panotto, 2018) considera falaz la teocracia
pues se trata de un discurso que establece el poder divino como eje motor de la
institucionalidad en un contexto donde privan las reglas de la democracia. Por
otra parte, se plantea el dominio de Dios en todas las esferas de la vida social,
pero con una visión de Dios del Antiguo Testamento aplicado mecánicamente al
Nuevo Testamento. Esta prédica de la teología de la prosperidad adquiere
relevancia y fuerza en un contexto de abandono del Estado de sus funciones
principales, el avasallamiento social que esto produce, se llena con el consuelo
de un padre divino que alivia y promete salvación y riqueza, puesto que no los
quiere pobres.
Establece dos premisas básicas acerca de lo político. Por una parte,
crítica, retomando el análisis del feminismo, la dicotomía entre lo público y lo
privado. Como la clase política se mueve en el espacio de lo público, nunca ha
incorporado una serie de aspectos de la vida social que se restringen a las esferas
de lo privado. Un ejemplo elocuente es la educación de la infancia, los patrones
incorporados son sociales pero cuando el Estado plantea acciones institucionales
que ingresan en ese ámbito, las acciones con que se suele defender el espacio
“privado” de la familia, son eminentemente políticas. La paradoja es que para
conservar la moral dominante, en manos siempre de agentes privados, se recurre
al activismo y a la movilización política. Existe una visión muy restringida de
79
Para una muestra de la prédica teológica de la bienaventuranza de las finanzas y las riquezas, se
puede consultar CÓMO VENCER LA POBREZA Y PROSPERAR APÓSTOL RONY CHAVES ABUNDANCIA
FINANZAS DEL REINO en: https://www.youtube.com/watch?v=d4rV9NPEvkM
203

lo político, se le suele restringir a los partidos, una clase política o a los procesos
electorales. Se ha invisibilizado la dimensión política de toda acción social.
Desde su perspectiva, se debe ampliar e incorporar la complejidad inherente a
dicha dimensión política pues la construcción de la vida cotidiana no obedece a
la elección de categorías abstractas; por el contrario, las personas elaboran sus
criterios sobre la base de temas coyunturales. La construcción del sentido
político de la existencia pasa por las dinámicas de relaciones e interacción
sociales, la Internet, el meme; la política tiene una dimensión afectiva, gestual,
corporal, simbólica relacional. Para enfrentar, la avalancha de los
fundamentalismos religiosos deslinda dos prioridades: la afirmación del Estado
laico con una revisión total de la injerencia de la Iglesia Católica u otras
designaciones en la institucionalidad pública para hacer efectiva esa separación
que está enunciada en casi todas las constituciones pero que, en la práctica, no
existe ni cultural ni económicamente. El logro de un Estado realmente laico
eliminaría de raíz ese legado colonial. La otra prioridad es hacer efectiva la
incorporación de lo religioso a la vida pública ya que se trata de un agente
central, entre otros, para constituir procesos identitarios. Asumir lo religioso
como un tema de la agenda pública no pasa por asumir como tópico de la
enseñanza sino como un componente de la vida social y visualizarlo en toda sus
expresiones plurales y diversas. Se trata de democratizar la visión de la teología
y dejarle ese aire de conocimiento especializado. Siempre que hay un encuentro
sobre Dios, se hace teología; concibe, por lo tanto, una participación
democrática para comprometerse con la dimensión política de los encuentros
sobre Dios. Eliminar la creencia de que la revelación de Dios se da únicamente
mediante la inspiración de determinados líderes a los que hay que obedecer; se
trata de anular y suprimir la visión escénica de la relación con Dios.
Esta dinámica enunciada por Panotto llega a una raíz que se podría
denominar como la apropiación privada de la relación con Dios. Si en los
orígenes de la diferenciación y jerarquía entre los seres humanos se encuentra la
división social de funciones y del trabajo, el sacerdote o el médium que se
comunica con la divinidad inicia un proceso de acumulación primaria de
prestigio, poder y jerarquía. Sería verdaderamente una revolución dentro del
ámbito de lo simbólico. El sentido podría ser: Yo puedo hablar de Dios desde
mis experiencias de vida; no requiero intermediarios para hablar con Dios. Sin
embargo, la necesidad de los seres humanos no es la religión o las religiones.
204

La necesidad es la de encontrar un camino espiritual. Dentro del


budismo, por ejemplo, existe la explicación de que Buda no dejó nada escrito
para eliminar la figura del Maestro pues no hay camino, cada ser humano debe
construir su propia búsqueda. Por otra parte, en los inicios del budismo existía
la práctica de que si el discípulo superaba al maestro en una argumentación, el
maestro debía constituirse en discípulo de quien lo había superado.
Precisamente, porque Panotto aludió a un diálogo en círculo para cancelar la
escenificación pastoral o sacerdotal, es que sustituir el concepto de lo religioso
por lo sagrado puede ser más inclusivo; pues el sentimiento religioso implica un
ligamen con lo divino y una apuesta por la trascendencia; lo que genera con
demasiada frecuencia el dogma como artículo de fe, no de encuentro para el
diálogo. En el mismo sentido, se presentan dificultades con el diálogo
teológico pues, generalmente, se tiende a creer y confundir que se trata de una
discusión acerca de lo divino, con posiciones desde el dogma. Por otra parte, los
no creyentes pueden sentirse excluidos de la convocatoria o, bien, ser
efectivamente discriminados.
Si la espiritualidad de la liberación se concentra en el aquí y el ahora, la
noción de lo sagrado puede tornarse eje de una apuesta por la vida y por el
planeta, precisamente lo sagrado es la Vida y sus requerimientos para
perpetuarse; categoría que no entra en contradicción con todas aquellas culturas
–incluidas religiones- que han visto el alimento como algo sagrado; lo mismo se
puede enunciar para las semillas y toda la Naturaleza como fuente de Vida. Se
trata de una espiritualidad que elimine las mediaciones para aprender a
comunicarnos con libertad, históricamente hablando, con nuestra propia
corporeidad, con nuestra propia fuente de vida. En ese sentido, Ixquic, la maya
que se negó al sacrificio, y derrotó a los señores de Xibalbá, se convierte en un
símbolo de lucha para quienes combatimos contra aquellos engranajes de poder
y corrupción que pretenden adueñarse de la subjetividad y la voluntad humana.
Pues ella no hizo caso de los mandatos y, además, no requirió de ninguna
mediación o intermediación para acercarse a lo sagrado. Como ella, podemos
aprender a decir:
… este corazón no les pertenece a ellos.
Tampoco debe ser aquí vuestra morada, ni debéis tolerar que
os obliguen a matar a los hombres. (…) Tampoco puede ser que
este corazón sea quemado ante ellos. (Popol Vuh, 1997:77).
205

Bibliografía general

Alvarado, F. (2015, Junio 11). La conjura del derrocamiento de Zelaya: la


sombra del Comando Sur. En Debate. Recuperado de:
http://www.revistadebate.net/el-proceso-de-remilitarizacion-estadounidense-y-
el-fracaso-de-la-guerra-contra-las-drogas/

Andersen, H. C. El traje nuevo del emperador. Recuperado de:


http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/CuentosMas/Emperador.pdf
Arroyo, F. (2005, Noviembre 20). Henry Kissinger merece el mismo juicio que
Pinochet. El País digital. Recuperado de:
https://elpais.com/diario/2005/11/20/domingo/1132462354_850215.html

Arroyo, J. (2018, Marzo 27). ¿Qué está en juego? Un salto al vacío. En


Semanario Universidad. Recuperado de:
https://semanariouniversidad.com/pais/un-salto-al-vacio/

Arroyo, L. (2015). El poder político en escena. Barcelona: RBA.

Assange, J. (2014). Cuando Google encontró a Wikileads. Buenos Aires:


Capital Intelectual.

(2013, Junio 1). La Banalidad del No Seas Malo. New York Times Digital.
Recuperado de: http://hispaleaks.blogspot.com/2013/06/critica-de-assange-en-
new-york-times-al.html

Casa del libro. (2016). Presentación del libro Orden Mundial. Recuperado de:
https://www.casadellibro.com/ebook-orden-mundial-
ebook/9788499926339/2748511

Catulo. (2003). Poesías. España: Alianza Editorial – Clásicos de Grecia y


Roma. Traducción de Antonio Rámirez de Verger.

Cervantes, M. de. (1967). Don Quijote de La Mancha. Ediciones Castilla S. A.

Charte, M. (2013, Abril 13). Venezuela: Un sistema electoral limpio, una


campaña desigual. En www.rtve .es.noticias. Recuperado de:
http://www.rtve.es/noticias/20130413/venezuela-sistema-electoral-limpio-
campana-desigual/636923.shtml

Chomsky, N. (1984). La segunda Guerra fría. Barcelona: Editorial Crítica.


206

(1993). Año 501 La conquista continúa. Madrid: Libertarias/Prodhufi.

(1994). Repensando Camelot. John F. Kennedy, la Guerra de Vietnam y la


cultura política de EE.UU. Madrid: Libertarias/Prodhufi.

Chomsky, N. y Dieterich, H. (1998). Hablemos de terrorismo. Tafalla:


Editorial Txalaparta.

(2003). El beneficio es lo que cuenta – Neoliberalismo y orden global.


Barcelona: CRÍTICA.

(2008). Hegemonía o supervivencia. El dominio mundial de EE.UU. Bogotá:


Grupo Editorial Norma S.A..

Corte Interamericana de Derechos Humanos. (1999). Caso del Caracazo Vs.


Venezuela - Sentencia de 11 de noviembre de 1999. Recuperado de:
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/Seriec_58_esp.pdf

Daremberg et Saglio. (s.f.) Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines.


Recuperado de:
http://dagr.univtlse2.fr/sdx/dagr/images/t5_p1_jpg_hq/t5_p1_dagr_page_249_i
mage_0001.jpg
Delfino. cr (2018). Alvarado, F. (2018). Cumpliendo nuestros sueños.
Alvarado, F. (Vídeo). Recuperado de:
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=1869150163095717&id=2449458
18849501&refsrc=https%3A%2F%2Fm.facebook.com%2Flogin%2Fdevice-
based%2Fpassword%2F%3Fref%3D104&ref=104&_rdr

Dussel, E. (1994). 1492: El encubrimiento del Otro. La Paz: Plural Editores.


Tomado de:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/otros/20111218114130/1942.pdf

Esparza, M. (2017, Julio 9). El TLCAN: 23 años de saldos negativos. En


CONTRALÍNEA.com.mx
Recuperado de: http://www.contralinea.com.mx/archivo-
revista/index.php/2017/07/09/el-tlcan-23-anos-de-saldos-negativos-al-pais/

Esquilo. (1983). Tragedias completas. Madrid: Editorial Cátedra. Traducción de


Joisé Alsina C.
207

Eurípides. (1980). Las diecinueve tragedias, Ifigenia en Tauris. México D.F..


Traducción de Ángel Ma. Garibay K.

(2002). Ifigenia en Aúlide, Electra, Orestes. España: Alianza Editorial.


Traducción de Luis A. Macía A.

Fernández, E. y Silnik, G. (2012). Teología profana y pensamiento crítico.


Conversaciones con Franz Hinkelammert. Buenos Aires: CLACSO.

Fernández G., R. (1975). El descubrimiento y la conquista. Reseña histórica


de Talamanca. San José: Editorial Costa Rica.

Frattini, E. (2005). Secretos vaticanos de San Pedro a Benedico XVI. Madrid:


EDAF.

Gallardo, H. (1989). Actores y procesos políticos latinoamericanos. San José:


DEI.

(2012). Golpe de Estado y aparatos clericales. San José: Editorial Arlekín.

(2014). América Latina Economía libidinal, religiosidades. San José: Editorial


Germinal.

García, G. (1990, Enero 12). ¿Qué pasa en Colombia? En Semanario


Universidad.

Gramsci, A. (1980). Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y el Estado


moderno. Madrid: Ediciones Nueva Visión. Recuperado de:
https://kmarx.files.wordpress.com/2012/04/gramsci-notas-sobre-maquiavelo-
polc3adtica-y-estado-moderno.pdf

Guaman Poma. (1615). Nueva crónica y buen gobierno. Recuperado de:


http://www.kb.dk/permalink/2006/poma/371/es/text/?open=id3087888

Hinkelammert, F. (1991). Sacrificios humanos y sociedad occidental. Lucifer y


la bestia. San José: DEI.

(2005). El sujeto y la ley. Heredia: EUNA.

(2010). La maldición que pesa sobre la ley. San José: Editorial Arlekín.
208

(2012). Lo indispensable es inútil. Hacia una espiritualidad de la liberación.


San José: Editorial Arlekín.

(2015). Solidaridad o suicidio colectivo. San José: Editorial Arlekín.

Hinkelammert. F. (Editor). (2017). La religión neoliberal del mercado y los


Derechos Humanos. San José: Editorial Arlekín.

Inca Garcilazo de la Vega. (2009). Historia General del Perú. Lima: SCG.
Recuperado de: http://shemer.mslib.huji.ac.il/lib/W/ebooks/001531298.pdf

Jiménez, D. (2011, Junio 15). El “criminal” de guerra con suerte. En El


Mundo. Recuperado de:
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/15/internacional/1308118564.html
Kissinger, H. (2016). Orden Mundial. Barcelona: DEBATE.
Klein, N. (2007). La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre.
Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica S.A.

Kornbluh, P. (2004). Pinochet: los archivos secretos. Barcelona: Crítica.

León-Portilla, M. (1972). Visión de los vencidos. La Habana: Casa de las


Américas.

(1980). El reverso de la conquista. México D.F.: Editorial Joaquín Mortiz.

López de Gómara, F. (1999). Historia General de las Indias. Alicante: Biblioteca


Virtual Miguel de Cervantes. Recuperado de:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/0258840088801442863226
8/p0000002.htm#I_45_

Maquiavelo, Nicolás. (2003) El Príncipe. Buenos Aires: Editorial Biblios.


Traducción de Antonio Tursi.

Matus, E. (1990). Literatura hispanoamericana de la conquista y la colonia.


Antología, Tomo I. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
209

Matraj, M. (1998). Un nuevo mecanismo de defensa: fabulación-convicción. En


Subjetividad y Cultura, 34. Recuperado de:
http://subjetividadycultura.org.mx/un-nuevo-mecanismo-de-defensa-fabulacion-
conviccion/)
Martínez, G. (2007). Marketing Político. Buenos Aires: Ugerman Editor.
Martínez, J. H. (2008). Causas e interpretaciones del Caracazo. HAOL, Núm.
16 (Primavera, 2008), 85-92. Recuperado de:
file:///C:/Users/User/Downloads/DialnetCausasEInterpretacionesDelCaracazo-
2719251%20(1).pdf
Morris, Dick. (2912). El nuevo príncipe. Buenos Aires: Editorial El Ateneo.
Muñoz, M. (1999). Narcotráfico, Democracia y Soberanía Nacional en Costa
Rica. En Anuario de Estudios Centroamericanos, Universidad de Costa Rica ,
25(2): 33-47. Recuperado de: file:///C:/Users/User/Downloads/Dialnet-
NarcotraficoDemocraciaYSoberaniaNacionalEnCostaRic-5075960%20(2).pdf

Naím, M. (2013). El fin del poder. Buenos Aires: DEBATE.

Osuna F., A. (2001). Teoría de los Derechos Humanos. Madrid: Editorial San
Esteban.

Panotto, N. (2018). La falacia de la teocracia. Conferencia ofrecida en la


Universidad Bíblica Latinoamericana. Recuperado de:
https://www.facebook.com/UBLuniversidad/videos/1282744205158869/
Ramonet, I. (2006). Fidel Castro, biografía a dos voces. México D.F., Debate.

Rivera C., S. (2010). Ch’ixinakax utxiwa Una reflexión sobre prácticas y


discursos descolonizadores. Buenos Aires: Tinta Limón.

Robinson, W. (2017). ¿La próxima crisis económica? Capitalismo Digital y


Estado Policiaco Global. En América Latina en movimiento. Recuperado de:
https://www.alainet.org/es/articulo/189343

Rubio Ll., A. (2010) . Un afroamericano contra África, Obama invadirá


Somalia. En Rebelión. Recuperado de:
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=102021
s.a. (1997). Popol-Vuh (Las antiguas historias del Quiché). Traducción,
introducción y notas de Adrián Recinos. San José: EDUCA.
210

s.a. (2016, Febrero, 13). El polémico legado de Henry Kissinger que sigue
causando controversia en EE.UU. En BBC Mundo. Recuperado de:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160212_polemico_legado_henry_
kissinger_controversia_eeuu_bm

s.a.(2016, Marzo 3). Matan a Berta Cáceres, activista que se opuso a las bases
militares de EE.UU. en Latinoamérica. En RT. Recuperado de:
https://actualidad.rt.com/actualidad/201129-asesinar-lider-indigena-honduras

s.a. (2017, Diciembre 22). Nasralla respaldo de EEUU al fraude electoral en


Honduras. En HISPANTV. Recuperado de:
http://www.hispantv.com/noticias/honduras/363409/salvador-nasralla-eeuu-
fraude-electoral-hernandez

s.a. (2011, Febrero 27). 27 de Febrero de 1989 La masacre de un pueblo. En


La Revista digital del ALBA. Recuperado de:
http://www.patriagrande.com.ve/paises/venezuela/27-de-febrero-de-1989-la-
masacre-de-un-pueblo-fotos-videos/

s.a. (2017, Julio 15). Los sobornos en Petrobras se remontan al gobierno de


Fernando Henrique Cardoso. Recuperado de:
https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201601121055613014-sobornos-
Petrobras-Fernando-Henrique-Cardoso/

s.a. (2001, Octubre 28). Somalia: el fracaso de una intervención de EU.


Recuperado de: http://www.jornada.unam.mx/2001/10/28/009n1mun.html
Samad, J. (2012, Septiembre 20). Jimmy CarteJimmy Carter: "El sistema
electoral venezolano es el mejor del mundo". En RT.
Recuperado de: https://actualidad.rt.com/actualidad/view/54145-jimmy-carter-
sistema-electoral-venezolano-mejor-mundo

Sanjuán, A. (2007, Julio 1). Somalia: La aventura africana de George W. Bush.


En Corriente Marxista Internacional. Recuperado de:
https://www.elmilitante.org/frica-principal-170/frica-principal-171/3998-
somalia-la-aventura-africana-de-george-w-bush.html

Shakespeare, W. (1983). El Rey Lear. San José: Editorial Universidad Estatal a


Distancia (EUNED). Traducción de Joaquín Gutiérrez M.
211

(1986). Macbeth. México D.F.: Editores Mejicanos Unidos, Traducción de


Joaquín Gutiérrez M.

(1988). Hamlet. México D.F.: Editores Mejicanos Unidos, Traducción de


Joaquín Gutiérrez M.

Schmidt, E. y Cohen, J. (2014). El futuro digital. Madrid: Ediciones ANAYA


MULTIMEDIA.
Silva, H. (2015, 23 de mayo). La complicada relación de Estados Unidos con
Monseñor. Revista Fatum. Recuperado de: http://revistafactum.com/la-
complicada-relacion-de-estados-unidos-con-monsenor/

Todorov, T. (2005). La Conquista De América. Buenos Aires: Siglo XXI.

Warde, I. (2001, Octubre). Los crímenes de guerra de M. Henry Kissinger. En


Le Monde Diplomatique. Recuperado de: https://www.monde-
diplomatique.fr/2001/10/WARDE/7946

Zibechi, R. (2018, Febrero 2). La estrategia del 1% y la nuestra. En La Jornada


digital. Recuperado de:
http://www.jornada.unam/opinion/019a1pol.mx/2018/02/02

Ilustraciones
Sancho abrazando al burro. Doré, Gustavo. Ilustraciones de Don Quijote.
Los españoles funden los presentes de oro. (Códice Florentino). Reproducido
por León-Portilla, M. (1972). Visión de los vencidos. La Habana: Casa de las
Américas.

Dibujo 147. El Ynga pregunta al español qué come. El español responde: “Este
oro comemos”. Guaman Poma. (1615). Nueva crónica y buen gobierno.
Recuperado de:
http://www.kb.dk/permalink/2006/poma/371/es/text/?open=id3087888

Das könnte Ihnen auch gefallen