CORPORACIÒN TANAI JAWA

COMEDORES COMUNITARIOS “UNIDOS POR UN BUEN CORAZÒN”

PLAN DE FORMACIÒN
FORMACIÓN EN DERECHOS Y CIUDADANÍA

GUIA GENERAL

Para la puesta en marcha del proceso formativo en Derechos y Ciudadanía,

partiendo de la propuesta presentada por la Secretaría de Integración Social,
se propone seguir la siguiente ruta temática. En ella se identifican tres módulos,
cada uno con cuatro temáticas seleccionadas de acuerdo a un criterio de
coherencia y unidad del núcleo temático al que hace referencia cada módulo.
Esta organización debe entenderse como un intento para dar respuesta a los
requerimientos presentados en el contrato dada la circunstancia de que la
Secretaria no ha entregado ni los contenidos ni su propuesta metodológica,
situación que debe ser claramente comunicada a la interventoría.

Cada una de las temáticas corresponde al desarrollo de un taller separado

cuya duración estimada es de 1 hora y diez minutos (70 minutos). Cada
módulo deberá desarrollarse en 4.5 horas (270 minutos) para un total de 13.5
horas (810 minutos) para el 40 % de los participantes del comedor. Es
importante tener en cuenta estos criterios para el conteo de minutos de
formación y para justificar ante interventoría el procedimiento realizado.

Los módulos y temáticas a desarrollar son:

MÓDULO UNO: MARCO CONCEPTUAL DE LOS DERECHOS

1. Introducción a los derechos

2. Porque trabajar un enfoque de derechos
3. Diferencia entre derecho y necesidad
4. Características de los derechos

MÓDULO DOS: DERECHOS HUMANOS Y PRINCIPIOS UNIVERSALES

1. Historia de los derechos

2. Clasificación de los derechos (DCP y DESC)
3. Derechos Civiles y Políticos (DCP)
3. Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC)

MÓDULO TRES: DERECHOS HUMANOS Y CONSTITUCIÓN NACIONAL

1. Obligación del Estado frente a los derechos

2. Clasificación de los derechos en la Constitución Nacional
3. Los DESC y la Constitución Nacional
4. El papel del Estado en la vigilancia de los DESC
ORIENTACIÓN TEÓRICA GENERAL

El desarrollo de la participación explicitada en el ejercicio de la ciudadanía

activa entendida desde la perspectiva de las capacidades básicas (Amartya
Sen, 1979), se presenta como una necesidad imprescindible para posibilitar el
ejercicio de los derechos fundamentales y con ellos el disfrute de una vida
plena.

Desde esta perspectiva, no sólo es necesario que el Estado sea el garante del
cumplimiento de los derechos fundamentales, sino que más allá, se gesten las
condiciones para que las personas desarrollen las capacidades básicas que les
permitan el goce de dichos derechos. Estas capacidades, siguiendo a Sen
(1979), son lo que una persona pueda ser o hacer con su vida para lograr la
satisfacción de sus necesidades básicas, entre ellas, su alimentación.

A partir de allí la formación en derechos como ejercicio de inclusión social debe

estar orientada a que las personas se hagan partícipes en su propio desarrollo
fortaleciendo la adquisición o la formación de las capacidades básicas que le
permitan el ejercicio pleno de sus derechos, es decir, que ellas desarrollen las
habilidades y destrezas requeridas para poder hacerse a las dotaciones
iniciales, entendidas como los bienes y recursos que conforman el patrimonio
personal, así como a los derechos sociales que se desprenden de la
configuración del Estado Social de Derecho. En ambos casos, el derecho se
entiende como la oportunidad real que tiene una persona en la sociedad de
obtener bienes y servicios, es decir, la posibilidad de disfrutar los bienes y
condiciones contemplados en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y sus desarrollos en la Constitución Nacional y la jurisprudencia que
procede de ella.

En contraposición, la vulneración de derechos debe entenderse como la

imposibilidad que tiene alguien para ejercer dicho disfrute, o en otras palabras,
la inexistencia o insuficiencia de capacidades básicas para garantizar el disfrute
de los derechos.

La conformación del país como Estado Social de Derecho a partir de la C.N.

define la configuración de un Estado que, de una parte, está regido por el
derecho expresado en la ley, en la libertad y el ejercicio de la ciudadanía y en la
división y regulación armónica de los poderes como forma de impedir el
ejercicio tirano del poder, y de la otra, por el reconocimiento del papel del
Estado como garante de los derechos sociales. Estos últimos se entienden a
partir del reconocimiento de los bienes de mérito, aquellos que los seres
humanos merecen en razón de su condición y que son por tanto, universales e
inalienables1. Dentro de estos bienes encontramos la alimentación, la salud, la
vivienda, los servicios públicos básicos, la educación, el empleo y la seguridad
social.

1
Su titularidad da a la persona la oportunidad real del desarrollo de sus capacidades
A partir de la Carta de Derechos Humanos de Primera, Segunda, Tercera y
Cuarta Generación encontramos el desarrollo de tales derechos en la
Constitución de 1991, presentados así:

 Derechos Civiles y Políticos: Aquellos relacionados con la protección de la

individualidad y el ejercicio de la ciudadanía (la vida, la integridad personal,
la libertad, la igualdad, la seguridad, la propiedad, la intimidad, la libre
circulación, la nacionalidad, la libertad de expresión y de pensamiento, entre
otros). Estos derechos tienen como fin limitar el poder del Estado sobre los
ciudadanos.

 Derechos Económicos: A la propiedad privada y colectiva, a la tierra, a la

propiedad intelectual, los derechos laborales.

 Derechos Sociales: Constituido por el derecho a la protección de la

integridad de la familia; la igualdad de derechos y oportunidades para
niñ@s y jóvenes, para las personas en discapacidad y los adultos mayores,
y de género; el derecho a la salud, a una vivienda digna y a la recreación.

 Derechos Culturales: El derecho a la educación, la autonomía universitaria,

la libertad de enseñanza, a la igualdad de oportunidades de acceso a la
cultura, el acceso a la ciencia, a la investigación y al conocimiento.

 Derechos colectivos y del Medio Ambiente: Derecho a la diferencia, a la

autodeterminación como nación, a la identidad, a la participación, a vivir en
un ambiente sano, a la paz, a un orden internacional justo y a vivir en un
ambiente sano.

El desarrollo de estos derechos o su restitución son la tarea a seguir desde la

formación para una ciudadanía activa.