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La comunidad del Valle de Javé decidió emprender una acción colectiva para evitar la
construcción de la represa en sus tierras. Esa acción colectiva se trataba de demostrar que Javé
tenía importancia histórica por la historia de sus aborígenes, para esto decidieron plasmar sus
memorias, escribir la historia del Valle. De forma tal, esta forma expresiva que apropio la
comunidad para no perder sus tierras, estos repertorios simbólicos, los cuales representan una
expresión testimonial de sus demandas históricas son válidos en la medida que estos repertorios
pertenecen a las experiencias dela comunidad que van hacer pasmados en un libro para que los
saberes del pueblo sean perdurables en el tiempo. Por tanto, la oralidad del pueblo de Javé es válida
puesto que su propósito es descubrir y producir significados. De la misma forma, su validez está
sujeta también a que contó con la participación activa de la comunidad del Valle en la producción
y reproducción de conocimiento, el pueblo estuvo allí, fue parte activa del mismo.
La resistencia escogida por la comunidad del Valle de Javé era viable en la medida que se
escribiría la historia a partir de las memorias de los miembros de la comunidad, escuchando a la
comunidad porque el pueblo no olvida. En el libro quedarían plasmadas las expresiones y
actuaciones de la comunidad gracias a la participación de la comunidad en la producción y
reproducción de este conocimiento y en su transmisión.
La memoria tiene gran importancia simbólica puesto que sostiene los ordenamientos
sociales dado que la producción de la memoria de los testimonios y de las formas propias, de
rendir versiones del pasado de la comunidad (Sánchez, 2016).
Para muchos, como Antonio Biá, los acontecimientos del pueblo no tenían ningún
significado, ninguna importancia histórica, para él, la historia de los aborígenes no constituía un
patrimonio histórico del pueblo de Javé. Por el contrario, para la mayoría de la comunidad sus
memorias sobre la historia de los aborígenes le daban valor histórico a Javé, era su historia, su
cultura y tradición indígena, era símbolo de su identidad colectiva, de su autoestima. Esta acción
colectiva del Valle de Javé subraya la importancia de la memoria. Lo que se observa en la
película es que los testimonios de los otros son impulsados a reconstruir nuestros recuerdos. Se
presenta aquí una mezcla de memoria individual, memoria colectiva y memoria histórica. En los
testimonio de la comunidad no hay homogéneidad y uniformidad, sino que se incluyen los
espacios de la experiencia. En la película se observan memorias heterogéneas y diversas puesto
que reposan sobre supuestos diversos acerca de cómo se fundó el Valle de Javé. El propósito de
estos repertorios era preservar las memorias sobre la historia del pueblo. Antonio Biá no
entendió esto y pensó que eran historias sin sentido, sin valor, no entendió que así se construye la
experiencia colectiva histórica.
De la memoria colectiva del pueblo de Javé se desarrolló la memoria histórica. Hay una
relación entre los recuerdos, relatos, experiencias e historia del pueblo de Javé. Cada miembro de
la comunidad narra la historia desde su propia experiencia, es su memoria individual relatada, a
partir de los saberes de su medio, como memoria colectiva. En la película se observa que se
utiliza la memoria individual y colectiva como fuente primaria para hacer historia en cierto dado
que la comunidad de Javé y sus acontecimientos presentaban escasas fuentes documentales
escritas.
Finalmente, en la película se muestra que los territorios con patrimonio cultural son los
que merecen protección en cuanto a iniciativas de desarrollo ya que deben ser preservados. El
debate que surge dentro de la comunidad de Javé es que para algunos en su pueblo no hay nada
que revista importancia, que tenga valor histórico susceptible de ser preservado, por ejemplo,
Antonio Biá dice que “no van a detener el progreso por un pueblo ignorante”. En cambio, para
otros si lo hay, su legado histórico y cultura tiene un gran valor que debe ser preservado y
protegido, era su tradición y su identidad social e histórica. De igual forma, para la constructora
de la represa tampoco había nada en Javé que revistiera importancia histórica. Para ellos la
historia, la identidad del pueblo, su tradición no tenía valor.
Este proyecto de desarrollo no tuvo en cuenta que en Javé había una identidad local
consolidada. El uso del territorio por parte de la constructora no tuvo en cuenta las necesidades
de la comunidad, se ignoraron las dinámicas urbanas locales, no se tuvo en cuenta la
interrelación de los procesos sociales, culturales y económicos. La gestión integral del territorio
radica en la necesidad de la protección de la diversidad y riqueza étnica, cultural y natural, así
como en el fortalecimiento de la participación social, cosa que no ocurrió en Javé.
En ese sentido, es primordial que el sistema cultural prevalezca sobre las acciones
tendientes a consolidar una visión transdisciplinaria y holística del territorio y genere las
condiciones para realizar una gestión certera y responsable del desarrollo territorial. Es
imprescindible fortalecer el rol del sistema cultural en el desarrollo de la región, en la definición
de alternativas apropiadas de uso y ocupación del territorio, ajustadas a las políticas y estrategias
de desarrollo territorial (Mosquera, s.f).
Las fuentes orales son válidas y viables para investigación histórica más para el caso de
una comunidad como la del Valle de Javé que por varias razones sólo contaban con este recurso
como único mecanismo para transmitir sus conocimientos, tradiciones y saberes, por lo que éstas
se erigen en única fuente posible para reconstruir su pasado.
El desarrollo de una localidad debe guiarse por la apropiación conciente del territorio a
partir de la toma de conciencia del espacio como lugar habitado de manera potencial y emergente
por la memoria de la comunidad y por las manifestaciones reales presentes en el territorio.
Bibliografía