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Caso de la Conducta Antisocial en Adolescentes: Factores de Riesgo y de

Protección
“”
La presente investigación doctoral afirma la importancia de la creación de programas
preventivos específicos en los que se consideren todas las dimensiones que, como se ha
comprobado, explican en mayor o menor medida la conducta antisocial y el consumo de
drogas en la adolescencia.”

El incremento de la violencia (bullying, racismo, sexismo) en los adolescentes y jóvenes pone
de relieve la necesidad de analizar la conducta antisocial para obtener información útil de
cara al desarrollo de programas de prevención/intervención que fomenten las conductas
prosociales, de consideración por los demás, el respeto por las diferencias… e inhiban las
conductas discriminatorias, antisociales y violentas. Esta preocupación actual por la conducta
antisocial y violenta durante la infancia, la adolescencia y la juventud, que se encuentran en
primer plano de los medios de comunicación, está en la base de este estudio.”

La conducta antisocial se define como cualquier conducta que refleje una infracción a las
reglas o normas sociales y/o sea una acción contra los demás, una violación contra los
derechos de los demás. En este estudio se exploran conductas antisociales asociadas al
gamberrismo y a conductas de trasgresión de normas sociales en relación con la edad tales
como romper objetos de otras personas, de lugares públicos, golpear, pelearse o agredir a
personas, copiar en un examen, ensuciar las calles y las aceras rompiendo botellas o vertiendo
las basuras, molestar a personas desconocidas o hacer gamberradas en lugares públicos,
gastar bromas pesadas a la gente (quitarle la silla cuando se va a sentar…), decir palabras
fuertes, robar, responder mal a un adulto, negarse a realizar las tareas encomendadas (1).”

Por otro lado, la importancia constatada de variables como el tipo de actividades que realiza
el grupo de amigos señalaría la necesidad de aunar esfuerzos (desde la familia, la escuela, las
instituciones oficiales) para incitar a los adolescentes desde muy pequeños a considerar
alternativas saludables de ocio y tiempo libre que satisfagan sus necesidades personales
(búsqueda de situaciones novedosas, curiosidad) y que logren, en alguna medida, crear
fuentes distintas de gratificación, como puede ser a través de la participación en actividades
deportivas, culturales y pro sociales (2).”

Sin duda alguna, la investigación básica de la conducta antisocial y los resultados obtenidos
en los programas de prevención, derivados en parte, de los encontrados previamente en este
tipo de investigaciones, posibilitará en el futuro mejor comprensión de la compleja expresión
del comportamiento antisocial y el consumo de sustancias como dos manifestaciones de un
mismo “síndrome de conducta problemática”, producto de la interacción conjunta de una
serie de factores de riesgo subyacentes, requiriendo, por tanto, el desarrollo de programas de
intervención dirigidos hacia el estilo de vida desviado del adolescente como un todo y no
hacia conductas especificas e independientes (3).”

Desde el punto de vista técnico y/o metodológico, los resultados obtenidos en este estudio
nos han puesto sobre la pista de la importancia de diferentes factores de riesgo y de protección
sobre el inicio y mantenimiento de la conducta antisocial, pero sólo un estudio de carácter
longitudinal podría confirmar el poder causal de las mismas. De la misma forma, el poder
llevar a cabo un estudio de estas características nos ayudaría a conocer los efectos derivados
del proceso madurativo de los adolescentes, siendo imprescindible el contemplar el estudio
de estas conductas desde un enfoque evolutivo y determinar así los factores causales propios
de cada etapa y para cada conducta, cubriendo el ciclo desde la primera infancia hasta el
inicio de la etapa adulta. No obstante, faltaría desarrollar estudios de intervención controlados
experimentalmente para determinar definitivamente el estatus causal de los factores de riesgo
y, en base a esto, ajustar los programas a los diferentes grupos y según la edad (4).”
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. APA. Asociación Psiquiátrica Americana (1994). DSM-IV. Manual diagnóstico y


estadístico de los trastornos mentales. Barcelona, España

2. Masson.Bringas, C., Herrero, F., Cuesta, M. y Rodríguez, F. (2006). La conducta


antisocial en adolescentes no conflictivos: Adaptación del Inventario de Conductas
Antisociales (ICA). Revista Electrónica de Metodología Aplicada, 11(2), 1-10.

3. Fan, W., Cheung, F. M., Cheung, S. y Leung, K. (2008). Gender difference of


personality traits among Hong Kong secondary school students and their
developmental analyses. Acta Psychologica Sinica, 40(9), 1002-1012.

4. Garaigordobil, M. (2005). Conducta antisocial durante la adolescencia: Correlatos


socio-emocionales, predictores y diferencias de género. Behavioral
Psychology/Psicología Conductual, 13, 197-215.

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