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ntroducción
El diezmo es ofrendar la decima parte de nuestros ingresos económicos para el
sostenimiento de la obra de Dios en la iglesia local a la que pertenecemos.
La gran mayoría de las iglesias cristianas han enseñando el diezmo como algo
que Dios pide de su pueblo, basándose principalmente en Malaquías capitulo
3:10 “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y
probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las
ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que
sobreabunde.”
La Doctrina de la Prosperidad
La falsa doctrina de la prosperidad que surgió principalmente a partir de los
años 1970s ha penetrado a muchísimas iglesias, enseñando que Dios desea la
riqueza o la prosperidad financiera de todos sus hijos, usualmente la manera
de lograrla es “pactando con Dios a través del dinero que damos”,
generalmente en estas iglesias se enfatiza el dinero excesivamente y
constantemente. Es importante reafirmar que el propósito de la salvación de
Cristo no es que seamos prósperos financieramente, sino algo mucho mas
valioso, que tengamos reconciliación con Dios y que nuestro carácter sea
conformado al de Cristo (2 Corintios 5:17-18; Efesios 4:12-13).
La Motivación de Dar
Es muy importante saber que cuando damos para sostener la obra de Dios, la
motivación con la que damos es muy importante. El Señor Jesús dijo en Mateo
6:2-4 que no debemos dar para que la gente vea, o para recibir el
reconocimiento de otros, debemos dar de todo corazón motivados por el
agradecimiento a Dios por lo que ya nos ha dado, porque le amamos a El, y
anhelamos que su obra sea hecha, y es entonces cuando el Señor Jesús dice
que nuestro Padre celestial nos recompensará en publico (Mateo 6:4), esa
recompensa puede o no ser de provision financiera, pero es evidente que dar
con sinceridad y por amor hace que el Padre se alegre y desee bendecir a sus
hijos.
El tema del diezmo causa confusión cuando nos damos cuentas que se
mencionan diezmos para distintos propósitos,
b. Un diezmo para ir al templo una vez al año con la familia a adorar a Dios, y
comer en el templo (Deuteronomio 14:22-27).
c. Un diezmo cada tercer año para compartir comida con los extranjeros, los
huérfanos (niños abandonados o sin padres) y viudas pobres (Deuteronomio
14:22-27).
Entonces cada año había dos diezmos, uno destinado a los levitas, y otro para
sufragar los gastos de viajar al templo una vez al año, y uno que se daba solo
cada tres año para los pobres. Esto significa que el Israelita promedio daba el
23% de sus ingresos cada año. Como existían varias temporadas de cosechas,
trigo, cebada, higos, aceitunas, algodón, y varias temporadas de nacimiento de
crías de ganado, asumimos que el diezmo se traía varias veces en el año, no
solo una vez: de esta manera se mantenían alimentados los levitas y sacerdotes
para poder servir.
Es lo mismo que sucede en nuestro tiempo con los cristianos que practican el
diezmo, dan al recibir sus ingresos mensuales o quincenales, como diría el
Apóstol Pablo en 1ª de Corintios 16:2 “cada primer día de la semana cada uno
aparte algo según haya prosperado”, o como en la oración del rey David para
recolectar fondos para construir el templo dijo “de lo recibido de tu mano te
damos” (1 Crónicas 29:14).
Muchos de los ataques en contra del diezmo se basan en que buscan clarificar
a los cristianos que el diezmo no era dinero y que se podía comer y disfrutar.
Pero pensando que los demás cristianos son ignorantes en esto, ellos mismos
pecan con ignorancia también, pues si se trata de ser exactos con lo que la Ley
pedía, no era solamente el diezmo sino el 23% y además de esto los israelitas
ofrendaban a Dios en muchas otras ocasiones, las primicias de sus cultivos, el
primogénito de sus animales, y varias otras ofrendas voluntarias y obligatorias
ocasionales como ofrendas de paz o comunión, u ofrendas por el pecado y
holocaustos listados en el libro de Levítico. ¿Tienen los que hoy denuncian el
diezmo basados en estos argumentos el corazón de dar a Dios el 23% de sus
ingresos? ¿Son personas dadivosas y generosas que constantemente están
pensando en ayudar a avanzar con sus ingresos la obra de Dios o ayudar a los
pobres?
4. Las razones por las que Dios pidió El diezmo bajo la Ley siguen siendo
necesarias bajo el Nuevo Pacto en Cristo.
El diezmo era para los levitas y sacerdotes, para que aquellos que servían a
Dios pudieran dedicarse de tiempo completo al servicio a Dios y del pueblo.
Una pregunta importante para nuestro tiempo es ¿Existe hoy la misma
necesidad que existía en el tiempo Bíblico del tabernáculo de reunión y del
templo? ¿Existen hoy gastos financieros que las iglesias deben cubrir para
poder hacer posible la reunión de los creyentes para funcionar como iglesia?
La respuesta es un rotundo Si.
Desde luego que la iglesia no es un templo físico sino una reunion de personas
salvas que siguen a Jesucristo como su Señor y le sirven, sin embargo esas
personas deben reunirse en algún lugar y necesitan herramientas para hacer
posible la reunion de muchas personas. Desde luego que la remuneración
económica jamas debe ser la motivación de un siervo de Dios pero aquellos
que responden por gracia al llamado de Dios descubrirán que la obra de Dios
requiere horas y horas de servicio que requieren enfoque total. Es mi
convicción que aunque todos somos llamados a servir sin esperar nada a
cambio, las necesidades de la iglesia primera que vemos en el libro de Hechos
son distintas a la iglesia actual, es difícil reunirnos al aire libre sin un permiso,
sin equipo de sonido, se espera hoy que la iglesia provea actividades para los
niños y los jóvenes que causan gastos, tenemos el internet en donde la gente
escucha a todo tipo de predicadores muy preparados y esperan que sus
predicadores se preparen y dediquen tiempo para estudiar y servirles con sana
y buena instrucción bíblica. No es lo mismo administrar una iglesia en un
hogar o grupos de 10 a 30 que a una iglesia ya de 50 personas o a grupos de
100, 200, o iglesias de miles de personas.
Dice Números 18:21 “Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los
diezmos en Israel por heredad, a cambio por su ministerio, por cuanto ellos
sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.”
El principio es que aparten algo según hayan prosperado, o sea según Dios les
haya bendecido. ¿La pregunta es cuánto es eso? ¿Que porción de lo que
prosperamos es aceptable? ¿5%, 10%, 20%, 30%? Es allí donde el mandato de
Dios del diezmo bajo el Antiguo pacto arroja luz, es por eso que muchos
cristianos diezmamos por voluntad propia, porque aunque vivimos bajo el
tiempo del Nuevo Testamento, la decima parte fue algo que Dios mismo pidió,
es algo que no es mucho como para afectarnos en nuestros gastos de
sobrevivencia, pero que tampoco es poco como para no mostrar un esfuerzo
de amor que hace una diferencia en la obra de Dios. En realidad a Dios no le
damos 10%, el nos lo ha dado todo el 100% de lo que tenemos y la vida
misma que no tiene precio.
Independientemente de si el diezmo es o no para hoy, el Nuevo Testamento
bajo el cual estamos contiene muchos llamados a no poner la vista en las
riquezas y ha ser dadivosos.
Marcos 12:44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su
pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.
Jesús mostro que esa acción era buena, un ejemplo a seguir. La viuda era
pobre, y dio todo lo que tenia, no el 10% sin embargo el Señor Jesús elogio
esa acción como agradable ante los ojos de Dios. Cristo pudo haber dicho que
estaba mal, que el templo estaba sacándole el dinero a los pobres. Sin embargo
vio con agrado lo que hizo aquella viuda y precisamente vio con desagrado lo
que aquellos que argumentan contra el diezmo hacen “dar de lo que les sobra
y no sacrificialmente o con generosidad”.
En el asunto del diezmo olvidémonos si era un asestar bajo la Ley, el apóstol
Pablo dijo que es mas bienaventurado dar que recibir. Y bajo la gracia, el
campeón defensor de estar bajo la gracia dijo que el que siembra escasamente
escasamente segara y el que siembra abundantemente abundantemente segara.
Aunque no estamos bajo el pacto de Israel podemos afirmar sin temor a errar
que fue Dios mismo el que pidió a su pueblo la decima parte de sus
bendiciones, y que Dios se complacía en ello. Nunca podemos darle demás a
Dios que nos ha dado todo, como diría el rey David en 1 Crónicas 29:14 “Pero
¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecer[a] tan
generosamente todo esto? Porque de ti proceden todas las cosas, y de
lo recibido de tu mano te damos.” Todo lo que damos a la obra de Dios son
recursos que el nos ha dado. Dar es una acción voluntaria que es motivada por
una convicción personal de amor, de gratitud y de responsabilidad en sostener
la obra de Dios.
Observe lo que el apóstol Pablo les dijo a los Corintios sobre dar:
Observaciones:
No debemos dar para recibir de Dios mas, pero si existe una correlación en
donde Dios honra lo que de por amor generosamente, “el que siembra
generosamente, generosamente también segará”.
Debemos dar conforme hemos decidido en nuestro corazón.
No debemos dar con tristeza de dar ni por sentirnos obligados (por necesidad).
Es importante dar porque Dios se agrada mucho de eso, El ama al que da con
alegría y generosidad.
Aunque damos, Dios es poderoso para hacer que abunde en nosotros toda
bendición a fin de que tengamos lo que necesitamos, a fin de que abundemos
en la buena obra de seguir dando.
Dar es una forma tangible y real de mostrar nuestro amor, y fidelidad a Dios,
porque nos cuesta. Si no confías en Dios con tus finanzas no le has dado todo
tu corazón.
El diezmo y la ofrenda son importantes porque:
Por eso para una iglesia poder avanzar necesita de la fidelidad en dar a Dios
de sus miembros. Dios no necesita nuestro dinero, pero existen gastos que
sostener al hacer una buena labor en la obra de Dios. Las ofrendas sostienen y
avanzan la visión de la iglesia que tiene el propósito de alcanzar más personas
para Cristo y hacer discípulos de Él, Dios usa nuestros recursos para
transformar vidas y familias. Los recursos hacen posible tener un lugar para
reunirnos, pagar sueldos de gente que se dedica de tiempo completo para
llevar adelante la obra que la iglesia hace pues dedican 40 a 60 horas
semanales y tienen familias que sostener, cubre los gastos mensuales de
mantenimiento del edificio y mantenimiento de ministerios, así como hace
posible el apoyo de miles de misioneros alrededor del mundo.