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Aunque en los últimos 8 años ha bajado la tasa de suicidio, pasó de 5.22 en 1998 a 3.

84 en 2013, ha
aumentado en menores de edad y adulto mayor. En mayo del presente año se le acaba el plazo al
Ministerio de Salud y Protección Social para ajustar y expedir, mediante acto administrativo, la Política
Nacional de Salud Mental, acorde con los cambios normativos y el perfil epidemiológico del país.
Hace dos años, la reconocida escritora colombiana Piedad Bonett reveló lo que fue para ella una
verdadera pesadilla: el suicidio de su hijo. El joven tomó la decisión de acabar con su vida tras soportar
una larga enfermedad mental. En el libro Lo que no tiene nombre, uno de los más leídos en 2013,
Bonett buscó mostrar al país el drama de las familias que tienen entre sus miembros a uno que padece
de un trastorno mental. Una situación de por sí difícil que se torna insoportable por la poca o ninguna
atención que reciben los pacientes, los altos costos de los medicamentos y tratamientos, la escasez de
profesionales capacitados para atenderlos y la estigmatización de la sociedad.
El caso de Daniel, como se llamaba el hijo de la escritora, fue emblemático. Como también lo fue el de
Sergio Urrego, el joven estudiante que aparentemente no soportó el acoso del que fue víctima cuando
descubrieron en el colegio que era homosexual y por ello terminó quitándose la vida. O el de Juan David
Arango, el periodista paisa que a comienzos del 2015 decidió no existir más.
Estos jóvenes son casos que evidencian el estado de salud mental de los colombianos. Según el Estudio
Nacional de Salud Mental - Colombia 2003, la última investigación que tiene el país sobre este tema,
uno de cada 14 colombianos ha presentado trastornos sicológicos en los últimos 30 días; los más
frecuentes son los de ansiedad (19,3 por ciento), trastornos de estado de ánimo (15 por ciento) y el uso
de sustancias psicoactivas (10,6 por ciento).
De acuerdo con el estudio, el 40 por ciento de los colombianos ha presentado al menos un trastorno
mental en algún momento de su vida y apenas uno de cada diez pacientes con este diagnóstico ha
recibido atención psiquiátrica.
"Por regiones se encontró que la prevalencia de cualquier trastorno 'alguna vez en la vida', la región
Bogotá, D.C es la que presenta la prevalencia más elevada: 46.7% en contraste con 40.1% que fue la
prevalencia de cualquier trastorno para todo el país", señala el estudio que se llevó a cabo cuando
Colombia participó en la Encuesta Mundial sobre Salud Mental (EMSM), liderada por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y la Universidad de Harvard. (Ver: Estudio Nacional de Salud Mental, 2003)
Cabe anotar que el segundo Estudio Nacional de Salud Mental se encuentra actualmente en desarrollo,
y con él se espera tener a disposición información mucho más actualizada que dé cuenta de la situación.
Además, cerca del 11.5 por ciento de la población colombiana ha sufrido de manera directa la guerra, y,
como señaló en 2013 la revista Semana: "Colombia tiene 5.5 millones de víctimas (...)Salvo las que
Alemania heredó de su pasado nazi, ningún otro país en el mundo ha reconocido una cantidad
semejante".
Tales cifras revelan un desafío para el país: además de reparar a las víctimas y ser justo con ellas, debe
atender su salud mental. "No tenemos el conocimiento para esto. Sabemos qué es estrés postraumático,
farmacodependencia, depresión, pero no estamos preparados para escuchar las historias que llegan de
la guerra. Uno no alcanza a imaginar lo que se vive en el interior del conflicto armado", cuenta Lina
González, reputada psiquiatra, exdirectora de la Clínica de la Paz y hoy consultora de la Fundación
Saldarriaga Concha.
González participó en las mesas técnicas que se convocaron para elaborar el proyecto de ley de salud
mental, que dio vida a la Ley 1616 del 21 de enero de 2013. Esta norma, que aspira a mejorar las
condiciones mentales de los colombianos, no ha sido reglamentada y podría desconocer los dramas que
afrontan los pacientes en zonas rurales del país, donde más sangrienta y desmesurada es la guerra.
Como señaló varias veces su ponente, Alba Luz Pinilla, "Bogotá está 2.600 metros más cerca de las
estrellas, pero más lejos de la realidad".
En efecto, en la capital se concentra el 52 por ciento de los psiquiatras del país y el porcentaje restante
se divide en proporciones similares en las grandes ciudades.
Avances en política pública
Cuando se divulgó la Encuesta de Salud Mental en 2003, el Gobierno aseguró que una de las prioridades
en salud pública, definidas en el Plan estratégico 2002-2006, tenía que ver "con el análisis de la carga de
los trastornos mentales y el desarrollo de una política nacional de salud mental de la población
colombiana".
La encuesta sería una guía para el análisis, el seguimiento y la evaluación de las acciones que se debían
desarrollar en el país para atender semejante problema, que podía ser catalogado de salud pública por
el impacto que tenía y los costos que generaba.Pero el sistema dejó pasar una década para retomar la
situación con el Decreto 1616 de 2013, que incluye un cronograma de reglamentación el cual debía
completarse en el 2014, pero aún no se ha logrado. (Ver: Ley de Salud Mental)
Es más, el artículo 31 de la Ley señala que en mayo del presente año el Ministerio de Salud y Protección
Social debe "ajustar y expedir mediante acto administrativo la Política Nacional de Salud Mental acorde
con los cambios normativos y el perfil epidemiológico actual del país".
La política, que da continuidad a la ley, "deberá ser formulada e implementada bajo un enfoque de
derechos, intersectorial, corresponsable y equitativo, en articulación con las demás políticas públicas
vigentes incluyendo entre otros elementos: la atención integral mediante la promoción de la salud
mental, la prevención de los problemas en salud mental individuales y colectivos, así como los
trastornos mentales mediante la detección, la remisión oportuna, el seguimiento, el tratamiento
integral y la rehabilitación psicosocial y continua en la comunidad con apoyo directo de los entes de
salud locales".
Colombia cuenta con una Política Nacional de Salud Mental, en la que se establecieron objetivos,
estrategias y metas que propendían por el bienestar psicológico de los colombianos, la cual fue
adoptada mediante la Resolución 2358 de 1998 del Ministerio de Salud, como lo recuerda el
Documento Propuesta de Ajuste de la Política Nacional de Salud Mental para Colombia 2014. Este
documento fue desarrollado en el Marco del Componente de Salud Mental y Consumo de Sustancias
Psicoactivas del Convenio de Cooperación Técnica 310/13 entre el Ministerio de Salud y Protección
Social y la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS),fue presentado en julio de 2014 (Ver:
Propuesta Plan Nacional de Salud Mental).
"El conocimiento sobre salud mental y sus problemas se ha expandido. Existen nuevos desarrollos y
evidencias sobre la eficacia de las intervenciones (Organización Mundial de la Salud OMS, 2001). Los
trastornos mentales se pueden prevenir y también se pueden modificar las maneras en las que la
sociedad los entiende. Además de la disponibilidad de nuevos medicamentos, las investigaciones
demuestran que las terapias psicológicas funcionan (Duncan, Miller, Wampold, & Hubble, 2010). La
inversión en salud mental se recupera con creces, puesto que se traduce en más oportunidades, más
desarrollo, y mejor convivencia entre ciudadanos", señala el documento.
Esto es de suma importancia si se tiene en cuenta que "aún pequeños problemas de salud mental
pueden afectar las actividades cotidianas, en una medida tal, que los individuos no pueden funcionar
como quisieran o como se espera dentro de la familia y la comunidad. En el mundo, aproximadamente
450 millones de personas padecen de un trastorno mental o del comportamiento, pero solo una
pequeña minoría recibe el tratamiento más elemental", como sostiene el Estudio de Salud Mental 2003.
Según los indicadores que ha estado recopilando Así Vamos en Salud desde 1998, cuando se expidió la
Política de Salud Mental, la tasa de suicidio y lesiones auto inflingidas por cada 100.000 habitantes ha
ido disminuyendo. Pasó de 5.22 a 3.84 en 2013, pero sigue siendo sin ser suficiente (Ver: Tasa de
Mortalidad por suicidio).
"La salud mental es un tema delicado, un problema. En casi todos los grupos etarios está la carga de
salud mental, entonces desde muy pequeños se está padeciendo la enfermedad y no tenemos claridad
de una política de prevención ni de rehabilitación. En general, la angustia, la depresión y el excesivo
estrés afectan a la población y no se está detectando a tiempo. Hay debilidades en la atención, como lo
demuestra el incremento en los suicidios en menores de edad y en adulto mayor. Se han hecho
esfuerzos, pero hay que avanzar", señaló el doctor Augusto Galán, director de Así Vamos en Salud, a
Señal Colombia.
Descargar Estudio Nacional de Salud Mental
Descargar Documento Propuesta Plan Nacional de Salud Ment

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