Sie sind auf Seite 1von 19

USO EFECTIVO DEL AGUA EN EL

CONTROL Y LIQUIDACIÓN DE INCENDIOS FORESTALES

1. Uso efectivo del agua en el control y liquidación de los incendios forestales.


2. Las leyes físicas que actúan con el uso del recurso hídrico.
3. Proceso de cavitación.
4. Diferentes tipos de accesorios utilizados en un sistema hídrico con
motobombas.
5. Partes de una motobomba.
6. Pasos a seguir para el funcionamiento y operación de una motobomba.
7. Diferentes maneras de realizar el mantenimiento a una motobomba
8. Consideraciones a tener en cuenta en el uso de una motobomba.
9. Elementos que componen un sistema hídrico.
10. Normas de seguridad a tener en cuenta en el uso efectivo del agua
11. Como ensamblar un sistema hídrico mediante el uso de motobombas.

Definición de AGUA
Nombre común que se aplica al estado líquido del compuesto de Hidrógeno y oxígeno
H2O. En sus propiedades el agua es un líquido inodoro e insípido. Tiene un matiz azul,
que solo puede detectarse en capas de gran profundidad (a presión atm. 760 mm Hg), el
punto de congelación del agua es de 0°C y su punto de ebullición es de 100°C. El agua
alcanza su densidad máxima a una temperatura de 4°C y se expande al congelarse. El
agua es la única sustancia que existe a temperaturas ordinarias en los tres estados de la
materia, o sea, sólido, líquido y gaseoso.

El AGUA, un arma PRINCIPAL contra INCENDIOS


El Agua es el agente extintor más antiguo. Apaga por enfriamiento, absorbiendo calor del
fuego para evaporarse. La cantidad de calor que absorbe es muy grande. En general es
más eficaz si se emplea pulverizada, ya que se evapora más rápidamente, con lo que
absorbe más calor. El agua cuando se vaporiza aumenta su volumen 1600 veces.

Es especialmente eficaz para apagar fuegos de clase A (sólidos), ya que apaga y enfría
las brasas. Aunque no debe emplearse en fuegos de clase B, a no ser que esté
debidamente pulverizada, pues al ser más densa que la mayoría de los combustibles
líquidos, éstos sobrenadan.

Es conductora de electricidad, por lo que no debe emplearse donde pueda haber corriente
eléctrica, salvo que se emplee debidamente pulverizada, en tensiones bajas y respetando
las debidas distancias.

Los sistemas de agua son los más difundidos, por ser el agua el agente extintor más
económico.

Por eso, hay varias razones que convierten al agua en el arma principal:

 Gran capacidad para absorber calor


 Relativa abundancia
 Bajo costo
 Fácil transporte
 Manejo simple
El AGUA y el TRIANGULO del FUEGO
ABSORCIÓN de CALOR
Cuando el agua entra en contacto con materiales que tienen mayor temperatura, absorbe
calor, lo que significa que dichos materiales se enfrían.

La capacidad del agua para absorber calor (Vaporización y ebullición: Son los
procesos físicos en los que un líquido pasa a estado gaseoso. Si se realiza
cuando la temperatura de la totalidad del líquido iguala al punto de ebullición
del líquido a esa presión continuar calentándose el líquido, éste absorbe el
calor, pero sin aumentar la temperatura: el calor se emplea en la conversión
del agua en estado líquido en agua en estado gaseoso, hasta que la totalidad
de la masa pasa al estado gaseoso. En ese momento es posible aumentar la
temperatura del gas.) llega al máximo cuando el agua pasa del estado líquido al estado
gaseoso, es decir, cuando se convierte en vapor de agua. Este fenómeno se produce
cuando el agua alcanza los 100°C de temperatura.
Oxigeno – Calor - Combustible

Para facilitar la transformación del agua en vapor, se utilizan las neblinas. En efecto, al
estar el agua dividida en pequeñísimas partículas, absorbe el calor mucho más rápido.
Además, en muchos casos la neblina causará menos daños a los bienes que se desea
proteger.

AUMENTO de VOLUMEN
Hay otro fenómeno importante que se produce cuando el agua se convierte en vapor:
aumenta de volumen 1.700 veces. Esto significa que en una pieza de 5 x 4 x 2,5 metros
bastan unos 30 litros de agua convertidos en vapor para llenarla completamente (Esta es
una de las técnicas que usan por ejemplo nuestros Bomberos, (doctrina
europea) y por eso tienen autobombas con bombas de alta presión (hasta 80
bar) que pulverizan el agua, sin necesidad de utilizar grandes caudales. Por eso
los camiones autobombas solo tienen unos 1500 a 300 litros de agua; lo
suficiente para trabajar en un incendio hasta tanto se encuentren los hidrantes
para abastecerse de agua o llegue el camión cisterna y las “plumas” con
monitores, etc.).

Al aumentar de volumen, el vapor de agua desplaza el aire, y sabemos que normalmente


el fuego utiliza el oxígeno del aire para arder.

Aplicaciones Bomberiles:
Para apagar el fuego mediante el vapor de agua es imprescindible:

 Utilizar neblinas. Sólo así se generará suficiente vapor.


 Hacerlo en un espacio cerrado. En exteriores habrá corrientes de aire que
reemplazarán rápidamente el oxígeno desplazado.
Al tratar de apagar un fuego por enfriamiento, debemos considerar lo siguiente:

 El agua absorbe más calor al vaporizarse.


 Si aplicamos una cantidad de agua que no pueda absorber suficiente calor, sólo
estaremos malgastando el agua; en este caso, puede ser mejor que la utilicemos para
enfriar lo que no está ardiendo.
Al utilizar agua en un recinto cerrado recordemos que se formará una masa muy grande de
vapor de agua a elevada temperatura. Si estamos dentro de ese recinto, el vapor puede
causarnos graves quemaduras.

Pero, cómo más podemos utilizar el agua? Una de las formas es mezclándole aditivos o
soluciones; concentrados espumígenos, que permitirán lograr otros mecanismos de
extinción necesarios para combatir un incendio.

Aditivos y ESPUMAS

Mediante implementos especiales, es posible


mezclar el agua con sustancias químicas y aire para producir espuma. Al aplicar esta
espuma en la superficie de ciertos líquidos inflamables, se puede evitar el contacto entre
los gases que se están generando en el líquido y el oxígeno del aire (como sabemos, son
los gases y no el líquido inflamable el que arde). Además, el agua contenida en la espuma
absorbe calor.

Otra de las cosas que se puede lograr con estos compuestos, es hacer el agua “más
mojada”, ya que la solución lograda al ser aplicada sobre un fuego en combustibles
sólidos, rompe la tensión superficial de los materiales y penetra más profundamente en el
corazón del fuego, apagándolo más prontamente.

El AGUA tiene peso


Un cubo de 10 centímetros de lado contiene un litro de agua y pesa un kilo. Esto se
expresa diciendo que el agua tiene un peso específico de 1.

Muchos líquidos inflamables tienen un peso específico menor que 1; esto quiere decir que
son más livianos que el agua y por ende, van a flotar por encima de la misma, haciendo
prácticamente imposible extinguir el fuego; más bien extendiéndolo al acumularse los
líquidos.

Aplicaciones Bomberiles:
Un líquido inflamable más liviano que el agua que esté ardiendo no se apaga lanzándole
chorros de agua. Además, al hacerlo puede ser muy peligroso:

 El agua puede desparramar el líquido y extender el fuego


 Si el líquido está en un recipiente el agua se acumulará en el fondo y puede hacer que
el líquido inflamable rebose.
 Algunos líquidos que arden pueden tener reacciones químicas con el agua,
produciendo explosiones, gases o tóxicos.
La PRESIÓN del AGUA

El agua ejerce presión no solo sobre el fondo del recipiente que la contiene, sino también
sobre las paredes de ese recipiente.
La dirección actúa en:

 Todas las direcciones. La presión en cada punto no depende de la cantidad de agua


que tenga el recipiente, sino de la distancia que haya desde ese punto a la superficie
del agua, es decir, de la altura del agua. A esta altura se le denomina columna. Por
esta razón, la presión es independiente de la forma del recipiente que contenga el
líquido.
Una consecuencia muy importante de lo anterior es el llamado principio de los vasos
comunicantes. Si conectamos dos recipientes que contengan agua, el nivel del líquido en
ambos recipientes tratará de alcanzar la misma altura. Esto lo podemos explicar así:

 En el primer recipiente, la presión de la columna empuja el agua a través de la


comunicación y la hace subir en el segundo recipiente: cuando en este segundo
recipiente la altura de la columna sea igual a la columna del primero, la presión en
ambos se habrá igualado. Ninguna de las dos columnas podrá empujar el agua para
que suba en el otro recipiente.
Vasos comunicantes

Aplicaciones Bomberiles:

 En las ciudades se procura colocar los almacenamientos principales de agua en


lugares elevados. Por el principio de los vasos comunicantes, el agua trata de subir en
las llaves de las casas y también en los grifos, para formar una columna que pueda
equilibrar a la creada por los almacenamientos; de este modo se produce la presión
que tendrá el sistema de distribución de agua potable. Un complejo sistemas de
tanques auxiliares, bombas y válvulas que permite a las empresas en cargadas del
abastecimiento de agua tener control sobre esta presión.
 Si en la ciudad hay edificios cuya altura sea superior a las de los almacenamientos, el
agua no podrá subir hasta los pisos superiores. En este caso, se deberán emplear
bombas para empujar el agua hasta los pisos superiores.
La presión atmosférica
Sobre la superficie de nuestro planeta hay una capa de aire de muchos kilómetros de alto,
llamada atmósfera produce una presión muy grande derivada del peso del aire: es la
presión atmosférica. Esta presión no la sentimos porque estamos habituados a ella.

Cuando de un recipiente cerrado sacamos el aire, produciendo el vacío, se produce una


diferencia de presión entre el exterior y el interior. Si las paredes del recipiente no son muy
resistentes, esa presión aplastará el recipiente.

Aplicaciones Bomberiles:

 Lo anterior permite aplicar como sube el agua hacia la bomba cuando se desea
alimentar un carro de agua situada en un nivel más bajo.
 La bomba se conecta a una manguera gruesa, de paredes resistentes.
Presión ESTATICA, DINAMICA y RESIDUAL
Hay tres conceptos que debemos diferenciar:

 Presión estática
 Presión dinámica
 Presión residual
Presión Estática: Como se señaló antes, cuando el agua está en un recipiente, ejerce
presión sobre sus paredes, la que varía de acuerdo a la diferencia de altura entre el punto
en que se mida y la superficie del agua. A esa presión la llamamos presión estática.
Presión Dinámica: Al dar salida al agua por una abertura, ésta fluirá con cierta fuerza, que
llamaremos presión dinámica. En la práctica, esto significa que el agua saldrá con mayor
velocidad mientras más presión tenga.

El tamaño del orificio por el que sale el agua también afectará su velocidad, mientras
menor sea el orificio, mayor será su velocidad, pero también saldrá menos agua.

Por lo tanto, la velocidad con que el agua sale depende tanto de la presión como el
tamaño de la salida.
La velocidad es importante, porque afecta la distancia a la cual puede llegar el chorro de
agua.

Presión Residual: Cuando se permite que el agua salga por una abertura, la presión en el
recipiente disminuirá. Se llama presión residual la que queda en el recipiente mientras el
agua sale.
Con cada nueva abertura, disminuirá la presión disponible.

Aplicaciones Bomberiles:

 Al conectar demasiadas mangueras a la misma fuente, sólo se consigue que haya


menor presión en todas ellas, y esto puede significar que ninguna cumpla con su
función. Es mejor, entonces, que estén funcionando menos mangueras, pero cada una
con la presión adecuada.
 La distancia que alcanza un chorro de agua depende, como se dijo, de la presión
dinámica, la que a su vez se ve afectada por el tamaño del orificio de salida. Otro factor
que incluye es el ángulo con que se lanza el chorro. En un doctrinal de agua podremos
comprobar que para lograr la mayor distancia horizontal, el ángulo más apropiado es de
30°. Para lograr la mayor distancia vertical, el mejor ángulo es de 75°.
Las BOMBAS, la presión y el caudal
La función de las bombas es aumentar la presión.
Existen diversos tipos de bombas. Su operación requiere un cuidadoso estudio, siendo
fácil dañarlas por un manejo inadecuado. Por esta razón sólo deben ser utilizadas por
personas debidamente entrenadas.

Cada bomba tiene una capacidad máxima de caudal y presión, lo que determina el número
de salidas que se le pueden conectar. Tanto al comenzar a funcionar como al detenerse,
una bomba produce bruscas variaciones en la presión (El golpe de ariete o pulso de
Zhukowski (llamado así por el ingeniero ruso Nikolái Zhukovski) es, junto a la
cavitación, el principal causante de averías en tuberías e instalaciones
hidráulicas. El golpe de ariete se origina debido a que el fluido es ligeramente
elástico (aunque en diversas situaciones se puede considerar como un fluido no
compresible). En consecuencia, cuando se cierra bruscamente una válvula o un
grifo instalado en el extremo de una tubería de cierta longitud, las partículas de
fluido que se han detenido son empujadas por las que vienen inmediatamente
detrás y que siguen aún en movimiento. Esto origina una sobrepresión que se
desplaza por la tubería a una velocidad que puede superar la velocidad del
sonido en el fluido. Esta sobrepresión tiene dos efectos: comprime ligeramente
el fluido, reduciendo su volumen, y dilata ligeramente la tubería. Cuando todo
el fluido que circulaba en la tubería se ha detenido, cesa el impulso que la
comprimía y, por tanto, ésta tiende a expandirse. Por otro lado, la tubería que
se había ensanchado ligeramente tiende a retomar su dimensión normal.
Conjuntamente, estos efectos provocan otra onda de presión en el sentido
contrario. El fluido se desplaza en dirección contraria pero, al estar la válvula
cerrada, se produce una depresión con respecto a la presión normal de la
tubería. Al reducirse la presión, el fluido puede pasar a estado gaseoso
formando una burbuja mientras que la tubería se contrae. Al alcanzar el otro
extremo de la tubería, si la onda no se ve disipada, por ejemplo, en un depósito
a presión atmosférica, se reflejará siendo mitigada progresivamente por la
propia resistencia a la compresión del fluido y la dilatación de la tubería), lo que
hace necesario precauciones especiales para no dañar los equipos o lesionar a las
personas.
Si bien las bombas pueden aumentar la presión, no
pueden aumentar la cantidad de agua disponible. Si se intenta hacerlo, se puede dañar no
sólo la bomba, sino también el sistema de distribución de agua.

Lo mismo sucederá si se trata de aumentar la presión para compensar un número


excesivo de punteros (boquillas, pitones) para aplicar el agua contra incendios.
La cantidad de agua que pasa por una salida en un tiempo determinado es lo que se llama
caudal.

Aplicaciones Bomberiles:

 La adecuada utilización del agua disponible es una de las funciones principales de


quien está al mando de las operaciones en un incendio. Sus decisiones deben
considerar simultáneamente varios aspectos, relacionados con las características del
incendio, del abastecimiento de agua y del material disponible. Esto es complejo y
requiere conocimiento y experiencia.
 Por lo anterior no debemos lanzarnos ciegamente a un esfuerzo descoordinado por
conectar a gran velocidad el mayor número de mangueras y punteros posible. Lo
correcto es conectar rápido y bien, solo el material que se necesita.
 Para un trabajo verdaderamente profesional, la disciplina es fundamental.
La presión es PELIGROSA
El agua como proyectil:
A primera vista nos lanzan agua sólo nos mojaremos, y en ningún caso podríamos resultar
heridos por ella. Sin embargo, si el agua tiene suficiente velocidad, puede ser tan
destructiva como un proyectil sólido.

El golpe de ariete: Uno de los riegos más comunes es el cerrar bruscamente una salida
por la cual está circulando agua. Como el agua no se comprime fácilmente, chocará contra
la salida que se ha cerrado y rebotará desenvolviéndose como una onda con presión
mayor a la original. Mientras más brusco sea el cierre, mayor será la presión que se
origine. Esto puede romper los conductos y destruir las bombas.
Este efecto se conoce como golpe de ariete o
martillo hidráulico.

Igualmente peligroso es abrir bruscamente una salida. La pérdida súbita de presión


también puede afectar a las personas y los equipos.

Acción y Reacción: En la naturaleza, cada vez que se ejerce una fuerza en un sentido, se
genera otra fuerza en sentido contrario. Si empujamos con fuerza contra una pared, la
reacción hará que nuestro cuerpo se aleje de la pared. Si en un globo inflado dejamos
escapar el aire, la fuerza del aire saliendo será compensada por una fuerza que hará que
el globo vuele por el espacio. Este es el principio del avión de reacción.

Cuando el agua sale por una abertura, se genera una reacción en sentido opuesto,
proporcional a la presión dinámica con que el agua sale.

Aplicaciones Bomberiles:

 Si aplicamos un chorro directo a una persona podemos causarles graves heridas, en


especial podemos vaciarles los ojos y dejarlos ciegos.
 Un chorro directo mal utilizado podría derribar tabiques y murallas debilitadas,
causando inesperados derrumbes con graves consecuencias. También puede destruir
objetos y en este caso puede ser tan dañino como el propio fuego.
 La puesta en marcha o detención de las bombas implica que tanto quienes las están
operando como los brigadistas que actúan como “ataque” (los que están aplicando el
agua) reciban instrucciones coordinadas y oportunas.
No siempre el agua es buena, en algunos fuegos el agua es ineficaz o peligrosa. Por
ejemplo:

 Hay materias químicas que reaccionan con el agua causando explosiones o generando
vapores tóxicos.
 En los incendios forestales muchas veces el agua es ineficiente.
 En objetos electrificados el agua puede ser mortal.
 En un museo o biblioteca el agua puede ser tan dañina como el fuego.
CUÁNTA AGUA necesito para apagar un incendio?

Repasando mentalmente lo aprendido


durante años al lado del Inspector Albornoz en las múltiples instancias formando Brigadas
de Incendio, y más recientemente, realizando proyectos de asesoramiento para la
Dirección Nacional de Bomberos, lo cual obliga a visualizar los mismos globalmente, es lo
que me obligó a tratar el tema y contestar ante la pregunta: ¿qué se requiere para
determinar cuánta agua es necesaria para apagar un incendio?, y en definitiva, lo que me
lleva a escribir este artículo también, a modo de repaso personal y para inducir a quienes
saben más del asunto, puedan completar, disentir o ratificar los conceptos, que he
adquirido; o quienes aún están empezando, tener un punto de partida y motivación para
sus estudios.
Por ejemplo, la Dirección Nacional de Bomberos con el IT_05 “Tomas de agua y bocas de
incendio” tiene más o menos estandarizado los diferentes tipos de sistemas a ser
instalados en los edificios y áreas de riesgo. Más, era común te aconsejaran en los
edificios residenciales bocas de incendio con una capacidad de suministrar unos 150 a 180
lt/m a 4 Kg./cm2, y una reserva de incendio en ese caso mínima de 5.000 litros. En el
ámbito industrial, aumentaba a 300 lt/m y la reserva prácticamente al doble, ya que se
calculaba para unos 30 minutos de autonomía (tiempo adecuado para llamar a bomberos,
estos llegar y poder comenzar a actuar con su autobomba, buscar un hidrante o esperar el
camión cisterna).

Y en cierta manera, no estaba mal el criterio, porque haciendo un rápido prorrateo


básicamente con eso se cubría la mayoría de los escenarios y en el peor de los casos,
permitía controlar los procesos de propagación que eventualmente pudieran ocurrir.

El asunto álgido se presentaba obviamente en aquellos casos de alta carga de fuego, altos
riesgos de incendio, ubicación de las instalaciones, que al no tener los sistemas
dimensionados y no tener sistemas adecuados (p.ej. de rociadores), no haber brigadas de
incendio debidamente instruidas y entrenadas, que lleva a bomberos y propietarios desde
“el vamos”, saber en caso de tener un siniestro, se va a tener pérdidas enormes.

La cuestión, que con los nuevos instructivos, se introduce un nuevo concepto: el de Carga
de Fuego. Que podrá estar bien o mal, gustar o no, ser completo o parcial. Pero, según la
misma nos permite iniciar los cálculos y análisis de cada situación de manera diferente,
más profesional y de alguna manera, hasta más fácil al tener tablas rápidas que indican
que elementos hay que tener en cuenta e incluir.

La carga de fuego de los edificios y áreas de riesgo, incluido hasta los propios edificios
cuando éstos son combustibles (tal como se prevé con los núcleos habitacionales
transitorios); lo cual podemos definir como la cantidad total de calor capaz de desarrollar la
combustión completa de todos los materiales contenidos en un sector de incendio. Y con el
cual, el resultado obtenido, se puede establecer el comportamiento de los materiales
constructivos, resistencia de las estructuras, tipos de ventilación, sea ésta mecánica o
natural, y por último, al permitirnos calcular la capacidad extintora mínima necesaria a fin
de instalar en dicho lugar los equipos de lucha contra incendio que corresponda.

Hay por ahí una regla práctica, que para extinguir un incendio en 40 segundos, se requiere
aplicar una cantidad de agua tal en el primer instante, similar a la que si uno tuviera la
posibilidad de tomar el edificio o el área que se está quemando y la echáramos dentro de
un estanque, lo que me permitiría obviamente, apagarlo de inmediato.

Por eso, la doctrina empleada por los americanos, utiliza grandes camiones, pocos
bomberos con equipos automatizados, y muñéndose de toda el agua existente en los
hidrantes de la calle, los propios autobombas y con grandes punteros y/o monitores de
gran caudal para acometer los incendios y apagarlos inmediatamente.
Esa regla,
permite decir cuántos litros de agua deberíamos aplicar inmediatamente a un incendio de
determinadas proporciones (10 litros por minuto x m2). Por lo que me permite por ej. decir:
“si lo que se está quemando tiene una superficie de 10 metros de lado (100 m2) y una
altura de 10 metros, . . .10 x 10 x 10 = debería tener entonces capacidad de aplicar unos
1.000 litros por minuto. Que de aplicarse, en los primeros 40 segundos, como máximo,
podría extinguir ese incendio.

Este es el caudal crítico; por lo que me permite inferir, que de ser inferior, no apagará el
incendio; y si el caudal enviado es superior en un 50% al crítico, el incendio será
controlado en cinco segundos (5 seg.), momento en el que debe ser cortado el envío de
ese caudal para rematar con chorros más pequeños.

Por eso los bomberos cuando llegan a la escena, primero hacen un reconocimiento (por
varias razones), lo que sumado a los reportes que recibe a medida que va aproximándose
al lugar, le permite hacer una apreciación de situación rápida y establecer con su dotación
un plan de acción primario (táctica).

Y como decía. Al ver realmente en el lugar qué es lo que está sucediendo, más el
reconocimiento del área junto a su Salvamento 1 (S1) (siempre trabajar en pareja –
dotación mínima para el combate), ahí se determina que plan operativo y táctica se ha de
emplear para iniciar las acciones.
Por
ejemplo, si hay víctimas, se procederá a la búsqueda y rescate, mientras que los demás
integrantes de la dotación y hasta los propios brigadistas del lugar, realizarán tareas de
extensión de mangueras, apertura de válvulas; se continuará recorriendo el lugar y
alrededores, y aplicando el agua según las técnicas que determine el Jefe de Maniobra y/o
Salvamento/ Ataque 1, para realizar un ataque directo, o indirecto, enfriar el área y las vías
de aproximación, escaleras, para penetrar y realizar la búsqueda de las personas
perdidas, o proteger a quienes están evacuando el lugar con finas nieblas de manera de
enfriar los gases calientes y poder eventualmente hacer aperturas para eliminar los humos
y calor, . . . en fin. Muchísimas cosas que permitirán en definitiva dosificar el agua para
lograr extinguir el fuego, cortar la propagación y liquidarlo finalmente para hacer la
remoción de escombros y evacuación del agua.

Entonces, y volviendo al principio con


otro ejemplo, si tenemos que determinar cuánta agua se requiere rápidamente en una
nave de almacenamiento de materiales, con relativa carga de fuego, un riesgo de
propagación importante al ser ésta grande y no haber muros cortafuego, y donde los
sistemas de detección temprana por suerte son fiables, el tiempo de aprestamiento de la
brigada, conocimientos, entrenamiento y equipos de protección disponibles pueden estar
en tiempo aceptable actuando; más, la distancia de los servicios de bomberos públicos
desde su destacamento están a unos 10 o 15 minutos del lugar, y el tiempo que podría
insumirles prepararse para actuar es razonable. Todo eso, podría de alguna manera
decirnos qué tipo de esfuerzo en autoprotección deberíamos tener, hasta dónde podría
propagarse el fuego antes de comenzar el ataque de la segunda intervención (profesional),
así como saber que caudal de agua aplicar y si fue previsto inicialmente los equipos y
sistemas para actuar convenientemente.

Entonces, si la nave mide unos 20 metros por 15, y los techos alcanzan los 8 metros (un
galpón chico), y dentro están dispuestos palets con mercaderías (p.ej. de papel en
resmas), ocupando unos 66 metros cuadrados hasta unos 6 metros de altura (el número
obedece a 4 estanterías de 1.5 de profundidad, pasillos de 2 metros para el pasaje de
autoelevadores; 1 m de separación de la pared, etc.), tendríamos necesidad entonces, de
prever como mínimo un sistema hidráulico con una bomba de presurización que
suministrara: 396 lt/min a 4 Kg/cm2 mínimo, a fin de satisfacer la premisa inicial para poder
extinguir un incendio en los primeros 40 segundos.

Cómo es lógico, cuando se pergeña eso, también debe considerarse con cuantas bocas
de incendio abiertas voy a suministrar esa cantidad de agua, contraponerlo con la cantidad
de personas disponibles y asignadas a la brigada a efectos de dimensionar las cañerías,
bombas, acceso, cantidad de tramos de manguera, puntos de ataque, etc.

Otra cosa a tener en cuenta en estos temas, no solo para el planeamiento, el diseño y
construcción, sino para los propios brigadistas que realizan sus tareas de autoprotección,
es el agua disponible (inclusive la que podría ser posible acceder realizando otras
maniobras), así como la fiabilidad de los equipos para tenerla siempre y que no falle en el
peor momento, cuando se está dentro del local quemándose y donde se está intentando
extinguir, para poder determinar que tácticas deberíamos emplear.

Las bombas son buenas y están certificadas? las cañerías están protegidas? las bocas de
incendio son suficientes y están equipadas? tengo punteros profesionales? Las mangueras
están mantenidas y no se romperán o estarán pinchadas? los punteros funcionan?, . . en
definitiva, puedo arriesgarme o enviar a alguien que realice una tarea con seguridad?
Por ejemplo, considerando poder actuar tal
como se decía anteriormente, es posible que pueda extinguirse el fuego en tiempos
relativamente cortos. Pero, puede suceder que la situación en el momento haya cambiado
(por ejemplo, hubiera que realizar un rescate, no se tuvieran los equipos apropiados para
aproximarse al foco principal del siniestro por el elevado calor ambiental, humo o gases
tóxicos o cualquier otra variable) y el fuego se extienda, se vaya por las canalizaciones, se
oculte en otros espacios, la demora haya llevado el lugar a altas temperaturas y existan
gases calientes que hacen presumir un “flashover”; entonces seguramente deba realizarse
otro tipo de maniobras (no un ataque directo) y dosificarse el agua disponible hasta la
llegada de los bomberos profesionales para liquidar el siniestro.

Dicho de otra manera. Es posible que un retardo producido por cualquier situación, como
podría ser el tener que traer desde otro lugar y extender más cantidad de piezas de
manguera, haya alguna persona a rescatar en el lugar, o sencillamente proteger las vías
de evacuación o al personal interviniente, o sea necesario buscar el foco principal, etc. y
así tratar de preservar los pocos litros de agua disponible en reserva, todo o alguna de
esas razones pueden ser las que lleve al Jefe de Maniobra a tomar decisiones que
cambian lo originalmente planeado y/o deseado, y deba establecerse otras tácticas en el
Teatro de Operaciones, utilizar otras técnicas (ataques indirectos, enfriamientos, cortar la
propagación, etc. y variar quizás, los procedimientos de actuación pre-planeados).

Todas estas cosas, nos llevarían también, a determinar qué cantidad de agua de reserva
debería tener, qué tipo de equipamiento deberíamos pensar adquirir; y otras cosas que no
siempre tienen prioridad en la administración de una empresa y que en nuestro colectivo,
es un gasto superfluo.

Normalmente, como todas estas variables insumen tiempo y dinero en contraposición a la


meta que tenemos fijada y que usualmente no coincide con la seguridad, que cualquier
situación o problema que supere lo mínimo que siempre nos dictaminaba la autoridad
competente, como podía ser el tener alguna manguera de incendio, un extintor, etc. que
nos indicaban con “sellitos” en el plano, jamás nunca, nos iba a interesar poner otros
equipos que podrían darnos mejores prestaciones y mejorar nuestra ecuación beneficio vs.
costos.

Pero ahora, aparte de cumplir con las exigencias de Bomberos, nos debemos también al
cliente; “salvarle el dinero”. Por lo que pretendo decir es, que es necesario buscar los
problemas mayores para darles solución antes que nos agobie la realidad y esté
comprometida la vida o la empresa cuando ya es tarde. Y por eso, a veces amerita
disponer de un sistema automático de rociadores, o tener monitores de agua, equipos
generadores de espuma, ropa de protección personal, respiradores autónomos para hacer
una evacuación, o mantas ignífugas, herramientas manuales, un buen programa de
adiestramiento del personal constante y recurrente, etc. porque eso en definitiva será lo
que me permita minimizar las pérdidas ante un siniestro. Y eso, hay que recomendarlo,
sugerirlo, solicitarlo y discutirlo con el cliente y argumentarlo a la autoridad competente,
que seguramente no tendrá problemas siempre que se cumpla la premisa básica, de
proteger la integridad de las vidas humanas.

Qué significa eso? Muy sencillo, cuando pensamos que protegemos algo con muy pocas
cosas, lo que estamos haciendo en definitiva es impedir que los sistemas sean
verdaderamente eficaces y eficientes.

Por
ejemplo, podremos escatimar al instalar un sistema de detección y extinción de incendios
automático, evitando así liberar una suma de dinero importante. Pero, no sería de extrañar,
que al ocurrir un incendio, de no disponerse, ni poder confiar en un vigilante que de
repente está en el baño o se duerme; o que el personal disponible vaya a actuar
convenientemente, porque existe la posibilidad de que se asuste, deje la zona
desprotegida, o sencillamente que por falta de entrenamiento no aplique el agente extintor
sobre el fuego. Y sucede muy a menudo, que ni siquiera pueden conectar las mangueras
para lanzar agua, no saben dónde está el botón de alarma o pregunten que es esa
sirena???.

Y no le agregamos todavía el calor radiante que evidentemente va a existir en el lugar; la


concentración de humos negros que impiden la visión, desorienta, intoxican y dan por
tierra cualquier intento de extinguir un fuego y a veces hasta ocasiona pánico en las
personas que tienen que abandonar el sitio. Y ahí sí, el costo no les quepa dudas, que
será altísimo en vidas humanas, pérdida de materiales, operativa, pérdida de clientes,
imagen, y tal como dicen las estadísticas; seguramente en menos de dos años tenga que
cerrar definitivamente su negocio por haber quebrado.
Cada cosa de éstas naturalmente, nos obliga a mirar todo desde un punto de vista
operativo, integral. Y pensar cuál debería ser el perfil del brigadista, que tipo de instrucción
y entrenamiento debería darle, con que asiduidad, profundidad, y que tipo de prácticas
debería brindarle. Y por eso, me animo a decir qué importancia cobra ahora, todos los
documentos y memorias exigidas por la Dirección Nacional de Bomberos sobre cálculos y
certificaciones de los productos y sistemas. Ahora sí, va en serio!!!

Qué podemos esperar entonces, de la ocurrencia de un siniestro y cómo abordarlo?


Primeramente, alegrarnos que los nuevos Decreto 222/000 y 260/013 son promisorios
frente a lo que existía anteriormente; nos da un marco mucho mejor aunque el salto es
cuantitativo y cualitativo. Entonces, debemos tomar conciencia que los cambios son
positivos y que nos dará una mayor y mejor protección.

Además, si cada uno de nosotros lo


estudiáramos concienzudamente podríamos trabajar mejor en la prevención. Y eso no es
más que ahorrar divisas al país que pierde anualmente importantísimas sumas de dinero
que se queman, se pierden inexorablemente, que bien podrían prevenirse y dividir ese
dinero en todos quienes laboran en el rubro y permitiría mejorar la calidad de vida.

Hay que comenzar a hacer las cosas bien, o por lo menos, mejor. Son años de sacrificio
para construir algo y que de un momento a otro sea “pasto para las llamas”. Hay que
planificar. Hay que mirar a fondo, profundamente cada situación y buscarle solución.

Entonces, el diseño de algo nuevo o reciclajes, debería intentar ver como protejo a las
personas, cómo aseguro las salidas apropiadamente, en cantidad, distancia, ancho; si
están protegidas estructuralmente o por medio de sistemas de protección sobre la base de
agua, control de humos, etc. Si lo hago en forma automática o manual. Si solamente
considero al personal y lo equipo convenientemente o no. Todo aumentará o disminuirán
las chances de supervivencia y actuación. De que se preserven los activos o colapse el
edificio y se pierda todo.

Y después, comienza el cálculo y estimación de costos por cada uno, para saber
exactamente cual me reporta mayores beneficios al más bajo costo. Aunque todo a la
corta o a la larga, más o menos uno o el otro, terminan demostrando que los precios se
equilibran. Porque de repente con uno nos ahorramos algo al instalarlo, pero nos obliga a
gastar más durante el mantenimiento preventivo y/o correctivo; hablando siempre de que
el mismo esté 100% operativo los 365 días del año, de día y de noche (no solo para
cumplir con lo que pide bomberos, el temor cuando concurran a inspeccionar, y después lo
desactivo).

Das könnte Ihnen auch gefallen