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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS
CONTADURÍA PÚBLICA
2019
INTRODUCCIÓN
Las sociedades siempre están en busca de constante crecimiento y con el paso del tiempo van
creando estrategias que le permitan la sostenibilidad y la competitividad frente otras
organizaciones, La globalización y el gran avance de la tecnología han creado nuevos retos
para las sociedades en las cuales estas deben adaptarse a las necesidades del mercado y con
esto suena beneficioso para las organizaciones crear acuerdos contractuales que le permitan
seguir creciendo y aumentar la eficacia de las operaciones.
Los contratos de colaboración son acuerdos a los que llegan empresas con el fin de unir
esfuerzos y aportar diferentes recursos que puede ser técnicos o físicos con miras a prestar un
servicio, entre estos contratos se reconocen en Colombia los consorcios y las uniones
temporales, En términos generales, mediante los contratos de colaboración las partes aportan
bienes, servicios o dinero, aunando esfuerzos para un negocio específico en común, con el
propósito de repartirse y asumir los resultados (buenos o malos) de ese negocio, sin que haya
ánimo de permanencia mediante una sociedad.
La globalización ha traído con ella grandes cambios para las empresas que han hecho que estas
busquen nuevas estrategias para promover su crecimiento, con esto, la competitividad ha
aumentado y cada organización busca nuevas alternativas para ser eficaz y con ello lograr el
desarrollo adaptándose a las necesidades del mercado. Por lo anterior, surge la necesidad de
crear acuerdos empresariales en donde las empresas adquieren servicios de otras a cambio de
retribución que es acordada entre las partes, dichos acuerdos se realizan por medio de contratos
de colaboración y con este se aumentan las capacidades operativas de las empresas sin
renunciar a las independencias de sus actividades.
En este capítulo, se busca realizar una contextualización a lo que son los contratos en
colaboración, con esto, conoceremos que los principales aspectos que los conforman y se da
una mirada a nivel estratégico, legal, tributario, financiero y contable.
Contratos de colaboración
Según Superintendencia de Sociedades (2009) los contratos en colaboración son:
figuras en virtud de las cuales, varias personas naturales o jurídicas, unen sus esfuerzos,
conocimientos, capacidad técnica y científica para la gestión de intereses recíprocos y,
aunque parten de una base asociativa, no hay socios propiamente dichos, sino un
modelo de colaboración para la ejecución de uno o varios proyectos, pero cada uno de
los asociados conserva […] su independencia”. Los contratos de colaboración
empresarial son acuerdos a los que llegan empresas con el fin de unir esfuerzos y aportar
diferentes recursos que puede ser técnicos o físicos con miras a prestar un servicio, entre
estos contratos se reconocen en Colombia los consorcios y las uniones temporales,
principalmente.
Aspectos contables
Para los contratos en colaboración, de acuerdo con los lineamientos de la NIIF 11 y la sección
15 lo primero que debe definirse es si el contrato en cuestión responde a la figura de negocio
conjunto u operación conjunta y esto se sabrá dependiendo de las cláusulas del contrato. Para
los contratos que tengan las características mencionadas en los anteriores ítems, se estará ante
un acuerdo de operación conjunta, en el cual las partes que tienen control conjunto, tienen
derechos sobre los activos y obligaciones sobre los pasivos; en este tipo de contratos las partes
no reconocen su participación como una inversión (reconocimiento de negocios conjuntos) sino
que cada parte del contrato reconoce en sus estados financieros los pasivos, activos con los que
inicia el contrato y a su vez, los activos, pasivos, ingresos o gastos que se deriven del mismo a
lo largo de la ejecución de la labor. Al respecto cabe anotar que:
El artículo 18 del ET, modificado por el artículo 20 de la Ley 1819 de 2016, aborda los
lineamientos fiscales para los contratos de colaboración empresarial. Esta norma expresa que
del contrato de colaboración empresarial no se desprende la generación de una persona jurídica
contribuyente del impuesto de renta y complementario, más, las partes que celebran el contrato
sí serán contribuyentes.
Las partes del contrato deben declarar de forma independiente y de acuerdo con su
participación en los activos, pasivos, ingresos, costos y deducciones incurridos en la ejecución
del contrato, para esto cada parte del contrato deberá conservar un registro de las transacciones
que se efectúen desde el inicio del contrato.
Aspectos legales
Según Proyecto de Ley, conocida actualmente como Ley 222 de 1995 nos dice:
Mandante: Declara los ingresos y solicita los costos, deducciones, retenciones en la fuente e
impuestos descontables. Practica retención en la fuente sobre honorarios del mandatario.
Reembolsa gastos en que incurrió el mandatario.
Los consorcios y uniones temporales son dos tipos de contratos de colaboración los cuales les
permiten a las empresas crecer empresarialmente y unir refuerzos con el fin de generar una alta
competitividad y un buen rendimiento organizacional. En este capítulo definiremos que son los
consorcios y uniones temporales y de esta forma se analizarán estos dos tipos de contratos de
colaboración basados desde en el marco legal, tratamiento contable, tributario, estratégico y
comercial.
Marco Legal
El Decreto 2649 de 1993 por el cual se expiden los principios o normas de contabilidad
generalmente aceptados en Colombia, no se refiere específicamente al reconocimiento,
medición, clasificación, presentación y revelación de los hechos económicos y operaciones
realizadas a través de consorcios y uniones temporales, por lo tanto, es necesario recurrir a
otras normas legales y conceptos emitidos por diferentes autoridades que se han ocupado de
este tipo de operaciones. Al respecto esta Superintendencia ha considerado que el consorcio
empresarial y la unión temporal, son figuras en virtud de la cuales, varias personas naturales o
jurídicas, unen sus esfuerzos, conocimientos, capacidad técnica y científica para la gestión de
intereses comunes recíprocos, y aunque parte de una base asociativa no hay socios propiamente
dichos, sino un modelo de colaboración para la ejecución de uno o varios proyectos, pero cada
uno de los asociados conservando su independencia y asumiendo un grado de responsabilidad
solidaria en cumplimiento de las obligaciones contractuales.
Por su parte, el artículo 7o de la Ley 80 de 1993 por la cual se expidió el Estatuto General de
Contratación de la Administración Pública, definió los consorcios y las uniones temporales
para los efectos allí contenidos, así:
“Consorcio: Cuando dos o más personas en forma conjunta presentan una misma propuesta
para la adjudicación, celebración y ejecución de un contrato, respondiendo solidariamente por
todas y cada una de las obligaciones derivadas de la propuesta y del contrato. En consecuencia,
las actuaciones, hechos y omisiones que se presenten en desarrollo de la propuesta y del
contrato, afectarán a todos los miembros que lo conforman”.
“Unión Temporal: Cuando dos o más personas en forma conjunta presentan una misma
propuesta para la adjudicación, celebración y ejecución de un contrato, respondiendo
solidariamente por el cumplimiento total de la propuesta y del objeto contratado, pero las
sanciones por el incumplimiento de las obligaciones derivadas de la propuesta y del contrato
se impondrán de acuerdo con la participación en la ejecución de cada uno de los miembros de
la unión temporal”.
En cuanto a las uniones temporales, son consideradas un acuerdo entre partes que unen sus
esfuerzos y recursos para la celebración y ejecución de contratos, lo que hace que la existencia
de la figura sea temporal (mientras dure el contrato). En este caso las partes responden
solidariamente por el cumplimiento de la propuesta y del objeto contratado, pero no por las
sanciones que se deriven de su incumplimiento, las cuales se impondrán de acuerdo con la
responsabilidad o la participación de cada miembro de la unión temporal.
Clases de Acuerdos
Una operación conjunta es un acuerdo que implica el uso de activos y otros recursos de los
partícipes, destinados a realizar una actividad comercial o empresarial, como es el caso de
fabricar y vender productos. Cada uno de los partícipes utiliza sus propios bienes, tales como
propiedades, planta y equipo e inventarios. También asume sus propias obligaciones e incurre
en costos y gastos. El acuerdo contractual establece las bases sobre las cuales son distribuidos
entre los partícipes los ingresos de la operación y los costos y gastos incurridos en común.
Activos Conjuntos
Es un contrato de colaboración mediante el cual, cada uno de los partícipes tiene derechos sobre
los bienes adquiridos en común y, a menudo, tienen la propiedad conjunta. Cada participe
reconoce la parte convenida de los costos y gastos realizados para operar el activo y de los
beneficios económicos generados. Los partícipes podrían verse obligados, ya sea individual o
conjuntamente, a pagar las obligaciones y los gastos que se deriven del acuerdo de
colaboración.
Los derechos del participe sobre una parte del activo conjunto podrían ser demostrados, entre
otras situaciones, cuando:
Empresa conjunta
El Consejo Técnico de Contaduría Pública señala que un consorcio o unión temporal podría
cumplir los requisitos para ser clasificado como un negocio conjunto (un tipo de entidad
controlada conjuntamente) o de una operación conjunta. Las partes que estén obligadas por un
acuerdo contractual y que el acuerdo otorgue a dos o más de esas partes el control conjunto. Si
las condiciones contractuales y los juicios de la gerencia de la entidad permiten concluir que
existe control, en los términos establecidos en la NIIF 10 o la Sección 9 de la NIIF para
PYMES, la entidad deberá consolidar sus estados financieros.
Los consorcios y uniones temporales pueden asimilarse al concepto de Acuerdo Conjunto de
las normas internacionales de información financiera. Para que un acuerdo conjunto exista,
siempre se requerirá la existencia de un acuerdo contractual y la decisión de las partes de
compartir el control. Los acuerdos conjuntos según las normas aplicables para el grupo 1 (NIIF
11 acuerdos conjuntos) pueden adoptar la forma de Negocios Conjuntos u Operaciones
Conjuntas.
Los negocios conjuntos son acuerdos conjuntos mediante los cuales las partes que tienen
control conjunto tienen derecho a los activos netos del acuerdo (NIIF 11, p.14). En este caso
los partícipes del negocio conjunto deberán contabilizar los aportes realizados como una
inversión (NIIF 11, p. 24). Las operaciones conjuntas son acuerdos conjuntos mediante los
cuales las partes que tienen control conjunto tienen derecho a los activos y obligaciones con
respecto a los pasivos, relacionados con el acuerdo (NIIF 11, p. 15). En este caso los partícipes
no reconocen su participación como una inversión, sino que registran sus activos, pasivos,
ingresos o gastos o su parte de los activos, pasivos, ingresos o gastos mantenidos conjuntamente
(NIIF 11, 20).
En el caso del grupo 2, los principios para su contabilización están contenidos en la sección 15
de la NIIF para pymes, la cual forma parte del marco técnico del Decreto 3022 de 2013. En
este caso los negocios conjuntos son referidos como entidades controladas conjuntamente.
En consecuencia, para determinar si los acuerdos conjuntos representan un negocio conjunto o
una operación conjunta, la entidad deberá analizar los derechos y obligaciones que se derivan
del acuerdo.
Cada consorcio es autónomo para definir si lleva o no contabilidad y en caso de llevarla
organizarla de acuerdo con la estructura del Plan Único de Cuentas que le sea aplicable en
desarrollo de los hechos económicos realizados como consecuencia de la
ejecución del contrato, de tal forma que le permita el adecuado reconocimiento, medición,
registro, sistematización, valuación, causación, clasificación, revelación e interpretación de la
información contable. En concepto del Consejo Técnico es importante y conveniente llevar su
propia contabilidad. El registro de los hechos económicos se debe realizar teniendo en cuenta
los documentos originales que intervienen en la ejecución del contrato y que pueden ser de
orden interno o externo. Estos soportes deben estar debidamente fechados y autorizados por
quienes intervengan en ellos o los elaboren.
El consorcio o la unión temporal preparará, con base en los soportes, los comprobantes de
contabilidad, de acuerdo con los procedimientos y técnicas contables contenidas en el Decreto
2649 de 1993 y la clasificación del catálogo de cuentas establecido por el Decreto 2650 de
1993 y sus decretos modificatorios o el plan de cuentas aplicable dependiendo del sector a que
pertenezcan los miembros. En el evento que los asociados pertenezcan a diferentes actividades,
deberán hacerse las conversiones y equivalencias a que haya lugar.
Los registros en libros se deben efectuar en orden cronológico y de acuerdo con las operaciones
realizadas en un periodo no superior a un mes, estableciendo mensualmente el resumen de
todas las transacciones por cada cuenta débito y crédito, de tal forma que permita el
conocimiento y entendimiento de todos los movimientos realizados por el consorcio o la unión
temporal, según sea el caso. Los estados financieros deben ser elaborados con fundamento en
los libros de contabilidad en los cuales se hubieren asentado los comprobantes y se deben
indicar los procedimientos para conformar y diligenciar los libros de forma que garanticen su
autenticidad e integridad (Artículo 125 del Decreto No.2649 de 1993).
III. Aspectos tributarios
- Art. 18 (modificado por el artículo 61 de la Ley 223 de 1995): “Los Consorcios y las Uniones
Temporales no son contribuyentes del Impuesto sobre la Renta. Los miembros del Consorcio
o la Unión Temporal, deberán llevar en su contabilidad y declarar de manera independiente,
los ingresos, costos y deducciones que les correspondan, de acuerdo con su participación en
los ingresos, costos y deducciones del Consorcio o Unión Temporal”.
- Art. 368 (modificado por el artículo 115 de la Ley 488 de 1998): “…son agentes de retención
o de percepción, …los consorcios, …, las uniones temporales y las demás personas naturales
o jurídicas, sucesiones ilíquidas y sociedades de hecho, que por sus funciones intervengan en
actos u operaciones en los cuales deben, por expresa disposición legal, efectuar la retención o
percepción del tributo correspondiente”
- Art. 437 (adicionado por artículo 66 de la Ley 488 de 1998): “…los consorcios y uniones
temporales son responsables del impuesto a las ventas, cuando en forma directa sean ellos
quienes realicen actividades gravadas”.
El artículo 33 del Decreto Reglamentario 836 del 26 de marzo de 1991, con referencia a la
determinación de la renta gravable de los consorciados, expresó:
A partir del año gravable 1991, para determinar la renta gravable de los miembros del
consorcio, se podrá optar por una de las siguientes alternativas:
2. El consorcio contabilizará los ingresos, costos y deducciones que se deriven del respectivo
contrato, e informará la parte que le corresponda a los miembros del consorcio en dichos
valores, con el fin de que éstos los contabilicen e incorporen a su declaración de renta.
IV. Aspectos financieros, estratégicos y comerciales.
Son varias las razones las cuales llevan a que las personas o empresas decidan realizar un
negocio como el consorcio, ya que este tipo de contratos le aporta de cierta manera unas
ventajas a quienes lo realicen, varias de estas razones se puede categorizar financieramente, de
manera estratégica e ideas comerciales, entre otras. Por esto, se mencionaran a continuación
algunas ventajas tenidas en cuenta para proceder a formalizar un negocio o contrato como este:
Gráfico 2
BIBLIOGRAFÍA