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Desarrollo cognoscitivo: Según Piaget, el infante, hasta los 6 o 7 años, pasa por
los siguientes periodos de desarrollo de la inteligencia:
1. Periodo de inteligencia senso – motora: El infante se interesa en ejercitar sus
órganos sensoriales, sus movimientos y su lenguaje que le van permitiendo el ir
afrontando determinados problemas. Así, entre los 5 y 9 meses, el bebé moverá
su sonaja para escuchar el ruido.
2. Periodo de la inteligencia concreta:
A. Fase del pensamiento simbólico (2 – 4 años) Aquí el niño lleva a cabo
sus primeros tentativos relativamente desorganizados e inciertos de
tomar contacto con el mundo nuevo y desconocido de los símbolos.
Comienza la adquisición sistemática del lenguaje gracias a la aparición de
una función simbólica que se manifiesta también en los juegos
imaginativos. Por ejemplo, el niño que le regalaron una pelota grande y
de colores que está colocada como un adorno. Sus hermanos salen a jugar
(sin llevar la pelota de siempre, sucia y pequeña) y le dicen al niño que
traiga la pelota; él llevará la que está de adorno porque para él no hay
más pelota que la que le regalaron.
B. Fase del pensamiento intuitivo (4 – 7 años) Se basa en los datos
perceptivos. Así dos vasos llenos de la misma cantidad de bolitas, el niño
dirá que hay más en el vaso largo. En este periodo el desarrollo del niño
va consiguiendo estabilidad poco a poco, esto lo consigue creando una
estructura llamada agrupación. El niño comienza a razonar y a realizar
operaciones lógicas de modo concreto y sobre cosas manipulables.
Encuentra caminos diversos para llegar al mismo punto (sabe armar
rompecabezas).
En la infancia se produce el egocentrismo, es decir, todo gira entorno al "yo" del
infante y es incapaz de distinguir entre su propio punto de vista y el de los
demás. También en este periodo predomina el juego y la fantasía, por lo que el
infante gusta de cuentos, fábulas y leyendas. Mediante su exaltada fantasía dota
de vida a los objetos y se crea un mundo psicológico especial.
Desarrollo afectivo, sexual y social: Se distinguen tres fases:
Fase oral: El niño nace preparado a conservar la vida mamando, y mientras se
nutre tiene las primeras relaciones con los demás, creando de este modo un
nexo entre afecto y nutrición y entre necesidad de los otros y actividad oral. El
niño llevará – para experimentar y comunicar con los demás: todo a la boca,
(siente placer).
La relación oral incluye la comunicación a través del tacto, el olor, la posición
del cuerpo, el calor, los nexos visuales, el rostro de la madre, etc.
Esta etapa se supera, pero siempre nos quedan rezagos tales como mascar chicle, fumar,
llevar objetos a la boca.
Hay casos en que no se supera esta etapa, entonces tenemos el carácter oral
como el sujeto totalmente dependiente e inseguro.
La Adolescencia
Es la etapa en que el individuo deja de ser un niño, pero sin haber alcanzado
aún la madurez del adulto. Sin embargo, es un tránsito complicado y difícil que
normalmente debe superar para llegar a la edad adulta. Se considera que la
adolescencia se inicia aproximadamente a los 12 años promedio, en las mujeres
y a los 13 años en los varones. Este es el momento en que aparece el periodo de
la pubertad, que cambia al individuo con respecto a lo que hasta entonces era su
niñez.
En la adolescencia se distinguen dos etapas:
1) Pre-adolescencia (fenómeno de la pubertad)
2) Adolescencia propiamente dicha.
1. La Preadolescencia:
o Desarrollo físico: Se produce una intensa actividad hormonal. Se
inicia a los 11 o 12 años en las mujeres y a los 13 o 14 años en los varones.
En las mujeres aparece la primera menstruación y en los varones la
primera eyaculación; pero en ambos todavía sin aptitud para la
procreación. En ambos sexos aparece el vello púbico.
o Desarrollo tendencial:
o Desarrollo afectivo:
o Desarrollo social:
o Desarrollo sexual:
o Desarrollo social:
El ritmo del desarrollo intelectual en la infancia es muy alto. Un/una niño/a empieza a vivir siendo capaz de
aprender sobre el mundo sólo gracias a actividades básicas como succionar, agarrar, mirar y escuchar y, sin
embargo, a los dos años ya es capaz de anticipar acontecimientos futuros, deducir las causas de los
acontecimientos, experimentar con los objetos y simular. El desarrollo del lenguaje también es extraordinario:
para un/una niño/a pequeño/a, las principales formas de expresión son el llanto y las sonrisas. Sin embargo, a
los dos años el/la niño/a promedio podrá conversar con sencillez, pero con efectividad, con los demás.
La inteligencia no es un valor cerrado, se desarrolla desde el nacimiento y, en sus aspectos fundamentales, está
ligada a la evolución biopsicosocial del bebé desde el momento del nacimiento hasta una vez superada la
adolescencia. Una larga maduración psicofísica en la que las relaciones afectivas con el entorno familiar y social
definirán su capacidad de aprender, integrarse y cambiar el mundo que le rodea, es decir, su inteligencia.
Actualmente sabemos que los bebés vienen al mundo como aprendices activos capaces de prestar atención a lo
que les interesa. Reconocen caras, sonidos, voces, olores y tactos. Al cabo de unas semanas recuerdan
acontecimientos muy sencillos y reconocen y responden a las personas que les resultan familiares. Cada bebé
está genéticamente preprogramado para tratar de llamar la atención de los adultos y reaccionar a sus cuidados,
inteligencia es la capacidad de abstracción y de razonamiento; ambas con características propias del ser
El término cognición (o conocimiento) hace referencia a todos los procesos mentales de orden superior, a
través de los cuales los seres humanos intentan comprender, adaptarse y resolver los problemas de su entorno.
Existen modelos teóricos del desarrollo intelectual del niño/a, como el de Piaget o la teoría del “procesamiento
de la información”, pero todavía no hay un modelo global que permita establecer pautas coherentes de
información.
Para Piaget, la inteligencia infantil cuenta como fuente de conocimiento con la propia acción del niño/a y pasa
Subestadio 1 (0-1 mes). Corresponde a los diversos reflejos innatos del bebé, que están
determinados biológicamente y son respuestas a estímulos del entorno.
Subestadio 2 (1-4 meses). El/la niño/a desarrolla esquemas, es decir, aplica su conducta a objetos
y situaciones. El bebé conoce el mundo a través de las conductas de succionar, agarrar, mirar y manipular, las
cuales va aplicando a innumerables objetos. Estos esquemas van perfeccionándose con el desarrollo al tiempo
que se coordinan.
Subestadio 3 (4-8 meses). Los bebés se hacen más conscientes de la existencia de los objetos y de
las otras personas y empiezan a reconocer algunas de las características específicas de las cosas que les
rodean, especialmente de la manera en que responden los objetos a sus actuaciones sobre ellos.
Subestadio 4 (8-12 meses). El/la niño/a puede producir esquemas intencionales de acción. Percibe
algún objetivo interesante (juguete) y después se imagina cómo conseguirlo, quitando los obstáculos que le
separan de él., porque es capaz de separar ya medios y fines.
Subestadio 5 (12-18 meses). El bebé ya no se limita a reproducir soluciones que han tenido éxito,
sino que puede buscar soluciones completamente nuevas mediante un proceso activo de tanteo, a través del
cual aprende cosas sobre su mundo. Experimenta por el puro placer de experimentar creando diferentes
esquemas de acción y nuevos efectos.
Subestadio 6 (18-24 meses). Esta etapa supone un gran avance en el progreso intelectual porque,
por primera vez, el/la niño/a tiene capacidad de representación. De esta forma, el/la niño/a puede inventarse
nuevas formas de conseguir un objetivo sin tener que recurrir a experimentos físicos de ensayo y error.
Hay que recordar que el componente básico del aprendizaje del bebé es una relación afectuosa, segura y
protectora de con los padres y las madres. Los bebés aprenden mejor cuando se sienten cuidados y saben que
sus padres y madres están ahí para cuidarlos. Posiblemente, la actividad más importante que se puede realizar
para ayudar a los/las hijos/as a aprender, y para conseguir que el mundo le resulta atractivo sea hablarle,
Es importante tener en cuenta que no es necesario “sobreestimular” al bebé para que sea más competente,
más no es necesariamente mejor, ya que si se les exige demasiado se retraen: se duermen, apartan la mirada
El aprendizaje que realiza el/la niño de esta edad (sobre todo el primer año de vida) prepara el “escenario” para
los siguientes logros evolutivos. Hablarle y leerle le introduce en el lenguaje y la comunicación. Explorar los
colores, los sonidos y las texturas de su mundo es su primer juego y la base de la curiosidad que le será de
Desarrollo psicomotor
El desarrollo físico de los/as niños/as consiste en algo más que en aprender a andar. Hay dos divisiones
fundamentales del desarrollo motor: grueso y fino. El desarrollo motor grueso se refiere a las acciones de los
músculos más grandes del cuerpo, los que controlan los movimientos principales del tronco y las extremidades.
El desarrollo motor fino se refiere a las acciones de los músculos que controlan movimientos menores y más
Un recién nacido posee un repertorio limitado de habilidades motrices, muchas delas cuales no son voluntarias,
sino reflejas. Gira la cabeza, pero no la levanta, agita los brazos, pero sin propósito y nunca por debajo de la
línea central del pecho; patalea, pero los miembros no sostienen su peso.
El recién nacido no se mantiene en equilibrio cuando está sentado ni sostiene el tronco contra la gravedad.
Como carece de control voluntario de los esfínteres de la vejiga y los intestinos, orina y defeca voluntariamente
El desarrollo psicomotor se produce impulsado por la maduración biológica propia del proceso de crecimiento y
por la estimulación social que el/la niño/a recibe. Sin maduración física no hay progreso, pero sin estimulación
según una progresión que depende de la maduración de las fibras nerviosas, que desde el cerebro van a parar
a los diferentes músculos. En el primer trimestre alcanzan su madurez los músculos de la boca y de los ojos; en
el segundo serán los de la cabeza, cuello y espalda; en el tercero los del tronco, brazos y manos; en el cuarto
Las primeras habilidades motoras del niño/a no son, técnicamente hablando, habilidades sino reflejos, es decir,
respuestas involuntarias a estímulos concretos. El recién nacido tiene muchos reflejos. Algunos son esenciales
para mantener la vida, otros desaparecen completamente en los meses posteriores al nacimiento, y otros son la
Al final de los tres primeros meses de vida, el bebé ha aprendido varios movimientos voluntarios básicos. SI le
tumbamos boca abajo, levanta la cabeza y separa el pecho de la superficie con la que está en contacto,
sosteniéndose con los brazos. Cuando le tumbamos de espaldas, patalea o estira las piernas.
A los seis meses es capaz de darse la vuelta y pasar de estar boca arriba a estar boca abajo y viceversa. Un
mes más tarde, es capaz de mantenerse sentado solo. En esta mitad del segundo año muchos niños/as
comienzan a gatear. Otros/as no lo hacen y pasan directamente a dar los primeros pasos sobre el año de vida
aproximadamente. Las dos formas son variantes normales. A los dos años de edad la mayor parte de los/las
niños/as andan si problemas, corren y andan de puntillas. También es probable que den patadas a objetos
De acuerdo con la ley céfalo-caudal del control corporal, se controlan antes las partes del cuerpo que están más
próximas a la cabeza, extendiéndose luego el control hacia abajo; así el control de los músculos del cuello se
logra antes que el control de los músculos del tronco, y el control de los brazos es anterior al de las piernas. De
acuerdo con la ley próximo-distal del control corporal, se controlan antes las partes más próximas al eje
corporal que las más alejadas; así la articulación del codo se controla antes que la de la muñeca, que se
Cuadro 2. Desarrollo del control postural en los dos primeros años (Palacios y Mora,
1999):
Se sujeta de pie
apoyándose en algo, puede 7 meses 9-5 meses
ponerse de pie
Desarrollo lingüístico
Los bebés nacen preequipados para aprender el lenguaje. Los recién nacidos demuestran preferencia por oír
sonidos hablados en lugar de otros sonidos. Además, los bebés pequeños pueden distinguir entre muchos
sonidos diferentes del habla e, incluso, pueden diferenciar sonidos que las personas que hablan en su lengua
El aprendizaje del lenguaje es, en parte, el resultado de la interacción entre los padres, las madres y el/la
niño/a. El/la niño/a está predispuesto de forma innata para aprender el lenguaje.
comunican con ruidos y gestos y después cuando practican el balbuceo. Los bebés dicen algunas palabras al
final del primer año de edad y entienden más palabras de las que usan. A la edad de dos años, la mayoría de
los/las niños/as puede combinar dos palabras para construir una frase sencilla.
Desde el nacimiento y hasta los 2 años, el bebé se comunica básicamente mediante gestos. El paso del gesto a
la palabra se realiza a medida que el lenguaje verbal va perfeccionándose. Las primeras palabras suelen
acompañarse de gestos y éstos siguen siendo durante un tiempo una parte importante del sistema
comunicativo infantil.
Antes de que los bebés comiencen a hablar, comunican muchas cosas. Asimilan información del entorno y
expresan sus necesidades y placer lo mejor que saben. Actúan para fijar la atención de los adultos y provocar
respuestas positivas, lo cual tiene el objetivo de atraer la atención de los adultos, mantener una relación social
Cuando el/la niño/a empieza a etiquetar la realidad con palabras, los gestos comienzan a ser sustituidos y, sin
desaparecer, tienden a ocupar la función de apoyo al lenguaje verbal. Es fundamental que las madres y los
padres estimulen el desarrollo del lenguaje oral y no del gesto. De lo contrario, el bebé retrasa sus
verbalizaciones.
El lenguaje que el/la niño/a puede comprender hasta los 2 años es siempre más rico que el que es capaz de
utilizar. Del mismo modo que comprende los gestos antes de lograr imitarlos, conoce el significado de las
Los padres y las madres no deben caer en el error de dirigirse al niño/a utilizando las limitadas expresiones que
él/ella usa, sino hablarle con un lenguaje rico, con frases bien construidas y pronunciando correctamente. Si el
niño/a dice “Aita/ama ame ate”, se debe contestar “ahora te doy chocolate”.
Los/las niños/as difieren en la velocidad con la que aprenden vocabulario y en la forma de utilizar las palabras y
gestos simples por parte del niño/a, y su voluntad y aptitud para comunicarse, son más importantes que la
amplitud de su vocabulario.
Thomson, 1997)
Edad Logro
13-18
meses Desarrollo lento del vocabulario: hasta unas 50 palabras
21
Primera frase de dos palabras
meses
* Las edades que se indican en esta tabla se refieren a los valores normales. Muchos/as niños/as sanos e
inteligentes alcanzan estas etapas del desarrollo lingüístico antes o después de lo que se indica aquí.
Recordar:
Animar el juego vocal y los balbuceos desde los primeros meses de vida del bebé.
Recurrir a juguetes, láminas o cuentos para estimular la comunicación con el/la niño/a.
Escuchar los balbuceos del bebé y estar atentos a los esfuerzos de comunicación del niño/a.
Reforzar con gestos de aprobación, sonrisas y aplausos cada nueva expresión verbal del niño/a.
Contra cuentos a los/as niños/as desde muy pequeños/as, ya que les iniciará en el gusto por la
lectura. Utilizar gran variedad de expresiones y cambiar de ritmo y de entonación.
Facilitar al niño/a hojas grandes de papel y lápices o ceras de colores desde edad temprana para
estimular el dominio del trazo.
Los padres y las madres deben procurar estar tranquilos/as y relajados/as cuando estén con su hijo/a
y dejar a un lado la ira, angustia o mal humor.
Desarrollo socioemocional
En la mayoría de las culturas, los padres, las madres y los bebés están implicados durante un tiempo en una
estrecha relación simbiótica en la que el bebé es casi una extensión de la existencia de su padre y su madre.
Las emociones del recién nacido están arraigadas en las sensaciones corporales básicas. La felicidad es estar
caliente, saciado y alerta, que le cojan en brazos y oír que le cantan una melodía tranquilizadora. La infelicidad
tiene que ver, por el contrario, con tener hambre, estar cansado, tener frío, estar incómodo, sobresaltarse ante
un ruido fuerte o estar solo y que nadie responda. Las emociones de un/a niño/a muy pequeño adquieren
significado a partir de tales experiencias físicas y de las respuestas del padre o de la madre.
Con el paso del tiempo, al cogerle en brazos, el bebé sonríe, expresión que es un intento de respuesta social.
Cuando respondemos a una sonrisa con otra, la experiencia es totalmente placentera. Después de numerosos
Todas las clases de interacción social (la alimentación, el cambio de pañal, los abrazos...), llevan al niño/a a
vincularse emocionalmente con los adultos que hay en su vida. A los tres meses de edad aproximadamente, el
bebé distingue a los que son especiales del resto. Según transcurren las semanas, resulta más evidente a quién
A partir del primer año de vida se avecinan cambios importantes, ya que comienza a andar, a jugar y a hablar,
es decir se convierten en todos unos/as exploradores/as. Su exagerada curiosidad también se transfiere a las
personas. Hasta los trece meses es posible que se sientan confusos/as si ven a alguien tristes, ya que no
Necesidad de jugar.
Los vínculos afectivos son, por lo tanto, una necesidad en el desarrollo del niño/a recién nacido. Si esta
necesidad no es satisfecha, el/la niño/a, adolescente, joven o adulto sufrirá de “aislamiento o carencia
La relación especial que el/la niño/a establece con un número reducido de personas
denominada apego es un lazo afectivo que se forma entre él/ella mismo/a y cada una de esas personas, un
vínculo que le impulsa a buscar proximidad y contacto con ellas a lo largo del tiempo. “La característica más
sobresaliente es la tendencia a lograr y mantener un cierto grado de proximidad al objeto del apego que
permita tener un contacto físico en algunas circunstancias y a comunicarse a cierta distancia, en otras”
El apego tiene como último objetivo favorecer la supervivencia manteniendo próximos y en contacto a las crías
y a los progenitores (o quienes hagan su función), que son los que protegen y ofrecen cuidados durante la
infancia. Desde el punto de vista subjetivo, la función del apego es proporcionar seguridad emocional (Ortiz,
manifestaciones fundamentales:
3. Usar la figura de apego como base de seguridad desde la que se explora el mundo físico y social
Además de estas dos funciones centrales, pueden señalarse otras complementarias (López, 1992):
Ofrecer y regular la cantidad y calidad de estimulación que necesita un/una niño/a para su desarrollo
Las primeras respuestas de un bebé hacia la gente son indiscriminadas y no reflejan apego. Este estado
imparcial e indiscriminado de respuestas existe durante los dos primeros meses. Durante la próxima etapa del
apego, que dura desde los 2 hasta los 7 meses aproximadamente, los bebés empiezan a discriminar entre la
gente que les rodea. A los 8 meses, la mayoría de los bebés han desarrollado el vínculo que supone el apego.
mantenerse durante toda la vida. En base a como los individuos responden en relación a su figura de apego
cuando están ansiosos, Ainsworth, Blewar, Waters y Wall (1978), definieron los tres patrones más importantes
de apego y las condiciones familiares que los promueven. Posteriormente se añadió un cuarto patrón de apego.
Los tipos de apego son existiendo el apego seguro, el ansioso-ambivalente y el ansioso-evitativo y el ansioso
desorganizado. Para ello, elaboraron un instrumento denominado "situación extraña" , con el objetivo de
evaluar la manera en que los/las niños/as utilizaban a los adultos como fuente de seguridad, desde la cual
podían explorar su ambiente; también la forma en que reaccionaban ante la presencia de extraños, y en los
Apego seguro
Las personas con estilos de apego seguro, son capaces de usar a sus cuidadores como una base de seguridad
cuando están angustiados. Ellos/as tienen cuidadores que son sensibles a sus necesidades, por eso, tienen
confianza que sus figuras de apego estarán disponibles, que responderán y les ayudarán en la adversidad.
A un/a niño/a con apego seguro le trastorna menos que su padre y/o madre se marchen y los acoge con
alegría, con frecuencia invitándoles a participar en lo que ha estado haciendo mientras estaban ausentes.
Apego ansioso-ambivalente
Los sujetos ambivalentes son aquellos que buscan la proximidad de la figura primaria y al mismo tiempo se
resisten a ser tranquilizados por ella, mostrando agresión hacia la figura de apego. Responden a la separación
con angustia intensa y mezclan comportamientos de apego con expresiones de protesta, enfado y resistencia.
Son niños/as que apenas exploran el entorno en presencia de figura de apego. Se muestran preocupados por
saber dónde está su figura de apego y ello hace que no se alejen de ella. Cuando la figura de apego se va la
ansiedad ante la separación es muy intensa y cuando ésta regresa se muestra ambivalente: buscan su
proximidad pero al iniciar contactos son rechazados/as. Son difícilmente consolables tras la separación. Las
figuras de apego de este grupo se muestran sensibles y cálidas en algunas ocasiones y en otras insensibles.
Los niños con estilos de apego evitativo, muestran una aparente falta de interés y desapego a la presencia de
sus cuidadores durante períodos de angustia. Estos/as niños/as tienen poca confianza en que serán ayudados,
poseen inseguridad hacia los demás, miedo a la intimidad y prefieren mantenerse distanciados de los/las
otros/as.
Durante el juego no utilizan a la figura de apego como base para la exploración, no miran si está presente.
Cuando la figura de apego se va no muestran estar afectados por su marcha. Cuando vuelve, si la figura de
apego busca contacto el/la niño/a la rechaza. Este desapego recuerda al de niños/as con separaciones
dolorosas.
Apego ansioso-desorganizado
Recoge las características de los dos últimos. Los niños/as con un apego ansioso-desorganizado muestran una
mayor inseguridad. Tras la separación muestran conductas confusas y desorganizadas. Se observa en niños/as
que han sufrido de negligencia y maltratos físicos, que han experimentado ciclos de protección y también de