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La Infancia

Es la etapa comprendida entre el nacimiento y los seis o siete años.


Desarrollo físico y motor: El neonato pesa normalmente entre 2.5 a 3 kgs y tiene
una estatura promedio de 0.50 m. Tiene una cabeza desproporcionada en
relación con su cuerpo y duerme la mayor parte del tiempo. Pero no es un ser
completamente pasivo ya que gradualmente va reaccionando a la variedad e
intensidad de los estímulos de su nuevo ambiente.
o Aparecen los primeros actos reflejos:

i. Succión del pecho materno


ii. Contracción pupilar.
iii. Reacción ante sonidos fuertes y ante diversos sabores.

o Realiza movimientos espontáneos e indiferenciados:

i. Agita y retuerce su cuerpo


ii. Mueve los brazos y piernas (pedalea)

o Reacciones emocionales indiscriminadas de agitación y excitación


que acompañan a los movimientos espontáneos y que se producen ante
estímulos agradables o desagradables.
o En el desarrollo motor observamos lo siguiente:
 A las 15 semanas: Puede coger un objeto perfectamente.
 A las 25 semanas: Se sienta solo.
 A las 45 semanas: Gatea
 A los 15 meses: Ya camina solo.
 A los 2 años: Sube las escaleras solo.
 A los 3 años: Corre de una manera más uniforme, puede
lavarse y secarse las manos solo, alimentarse con una
cuchara sin ensuciar demasiado, ir al baño, responder a
instrucciones.

Desarrollo cognoscitivo: Según Piaget, el infante, hasta los 6 o 7 años, pasa por
los siguientes periodos de desarrollo de la inteligencia:
1. Periodo de inteligencia senso – motora: El infante se interesa en ejercitar sus
órganos sensoriales, sus movimientos y su lenguaje que le van permitiendo el ir
afrontando determinados problemas. Así, entre los 5 y 9 meses, el bebé moverá
su sonaja para escuchar el ruido.
2. Periodo de la inteligencia concreta:
A. Fase del pensamiento simbólico (2 – 4 años) Aquí el niño lleva a cabo
sus primeros tentativos relativamente desorganizados e inciertos de
tomar contacto con el mundo nuevo y desconocido de los símbolos.
Comienza la adquisición sistemática del lenguaje gracias a la aparición de
una función simbólica que se manifiesta también en los juegos
imaginativos. Por ejemplo, el niño que le regalaron una pelota grande y
de colores que está colocada como un adorno. Sus hermanos salen a jugar
(sin llevar la pelota de siempre, sucia y pequeña) y le dicen al niño que
traiga la pelota; él llevará la que está de adorno porque para él no hay
más pelota que la que le regalaron.
B. Fase del pensamiento intuitivo (4 – 7 años) Se basa en los datos
perceptivos. Así dos vasos llenos de la misma cantidad de bolitas, el niño
dirá que hay más en el vaso largo. En este periodo el desarrollo del niño
va consiguiendo estabilidad poco a poco, esto lo consigue creando una
estructura llamada agrupación. El niño comienza a razonar y a realizar
operaciones lógicas de modo concreto y sobre cosas manipulables.
Encuentra caminos diversos para llegar al mismo punto (sabe armar
rompecabezas).
En la infancia se produce el egocentrismo, es decir, todo gira entorno al "yo" del
infante y es incapaz de distinguir entre su propio punto de vista y el de los
demás. También en este periodo predomina el juego y la fantasía, por lo que el
infante gusta de cuentos, fábulas y leyendas. Mediante su exaltada fantasía dota
de vida a los objetos y se crea un mundo psicológico especial.
Desarrollo afectivo, sexual y social: Se distinguen tres fases:
Fase oral: El niño nace preparado a conservar la vida mamando, y mientras se
nutre tiene las primeras relaciones con los demás, creando de este modo un
nexo entre afecto y nutrición y entre necesidad de los otros y actividad oral. El
niño llevará – para experimentar y comunicar con los demás: todo a la boca,
(siente placer).
La relación oral incluye la comunicación a través del tacto, el olor, la posición
del cuerpo, el calor, los nexos visuales, el rostro de la madre, etc.
Esta etapa se supera, pero siempre nos quedan rezagos tales como mascar chicle, fumar,
llevar objetos a la boca.

Hay casos en que no se supera esta etapa, entonces tenemos el carácter oral
como el sujeto totalmente dependiente e inseguro.

Fase anal: Se denomina así porque el niño ya comienza a controlar sus


esfínteres y obtiene un placer reteniendo los movimientos intestinales que
estimulaban la mucosa anal.
Hay que tener en cuenta que el efectivo control de la defecación se alcanza sólo
luego que ha sido posible el control muscular a través de la maduración de los
rasgos nerviosos de la médula espinal. Por tanto una educación prematura a la
limpieza lleva a fijar a la persona en el carácter anal; por ejemplo: El avaro. El
coleccionar objetos es un rezago de analidad.
Fase elíptica: El infante desarrolla un intenso amor por el progenitor del sexo
opuesto. El niño se apega a la madre y la niña al padre.
El niño es posesivo, de aquí que el padre es sentido un intruso y un rival
(complejo de edipo). En esta rivalidad frente al padre, el niño teme ser destruido
por el padre (complejo de castración). Al mismo tiempo nace una angustia en el
niño o por el temor confirmado de poder ser destruido por el padre o por su
hostilidad frente a un padre que, pese a todo, lo quiere (sentimiento de culpa).
Finalmente el niño descubre que para llegar a poseer a su madre tiene que llegar
a ser todo un hombre como su padre (principio de identificación). Aquí es
cuando el niño comienza a interiorizar las normas de los padres conformándose
el "super yo". Analógicamente se llega a la identificación de la niña con su
madre.
La mayoría de los problemas en las etapas posteriores tienen su origen en un
Edipo no resuelto. Son manifestaciones de una fijación en esta etapa cuando hay
falta de identificación con su propio sexo. Concluimos afirmando que, en esta
etapa, el niño aprende a ser varón y la niña a ser mujer.
La Niñez
Se sitúa entre los 6 y 12 años. Corresponde al ingreso del niño a la escuela,
acontecimiento que significa la convivencia con seres de su misma edad. Se
denomina también "periodo de la latencia", porque está caracterizada por una
especie de reposo de los impulsos institucionales para concentrarnos en la
conquista de la socialidad.
Las socializad que comienza a desarrollar es "egocéntrica": "Todo sale de mí y
vuelve a mí", "Te doy para que me des". Sus mejores amigos son los que le hacen
jugar, le invitan al cine o un helado".
El niño, al entrar en la escuela da pie al desarrollo de sus funciones
cognoscitivas, afectivas y sociales.
F. Cognoscitivas: El niño desarrolla la percepción, la memoria, razonamiento,
etc.
F. Afectivas: En cuanto que el niño sale del ambiente familiar donde es el centro
del cariño de todos para ir a otro ambiente donde es un número en la masa;
donde aprende y desarrolla el sentimiento del deber, respeto al derecho ajeno
amor propio, estima de sí, etc.
F. Social: La escuela contribuye a extender las relaciones sociales que son más
incidentes sobre la personalidad.
Características principales en esta etapa:
o Aprende a no exteriorizar todo, aflora, entonces, la interioridad.
o Son tremendamente imitativos, de aquí que necesiten el buen
ejemplo de sus padres.
o El niño se vuelve más objetivo y es capaz de ver la realidad tal
como es.
o Suma, resta, multiplica y divide cosas, no números.
o Adquiere un comportamiento más firme sobre sus realidades
emocionales.

La Adolescencia
Es la etapa en que el individuo deja de ser un niño, pero sin haber alcanzado
aún la madurez del adulto. Sin embargo, es un tránsito complicado y difícil que
normalmente debe superar para llegar a la edad adulta. Se considera que la
adolescencia se inicia aproximadamente a los 12 años promedio, en las mujeres
y a los 13 años en los varones. Este es el momento en que aparece el periodo de
la pubertad, que cambia al individuo con respecto a lo que hasta entonces era su
niñez.
En la adolescencia se distinguen dos etapas:
1) Pre-adolescencia (fenómeno de la pubertad)
2) Adolescencia propiamente dicha.
1. La Preadolescencia:
o Desarrollo físico: Se produce una intensa actividad hormonal. Se
inicia a los 11 o 12 años en las mujeres y a los 13 o 14 años en los varones.
En las mujeres aparece la primera menstruación y en los varones la
primera eyaculación; pero en ambos todavía sin aptitud para la
procreación. En ambos sexos aparece el vello púbico.

Se da también un rápido aumento de estatura,


incremento en el peso, aparición de caracteres
sexuales secundarios; en las mujeres: senos, caderas,
etc. En los varones: Mayor desarrollo muscular,
fuerza física, aumenta el ancho de la espalda, cambio
de voz, pilosidad en el rostro, etc.
o Desarrollo cognoscitivo:

i. No confunde lo real con lo imaginario y por tanto puede


imaginar lo que podría ser.
ii. Usa con mayor facilidad los procedimientos lógicos:
análisis, síntesis… Descubre el juego del pensamiento.
iii. Desarrollo su espíritu crítico.
iv. Discute para probar su capacidad y la seguridad del
adulto.
v. En ocasiones es fantasioso, pero con poca frecuencia.
Hay una proyección de sí en el porvenir; pero también a
veces evade lo real.

o Desarrollo tendencial:

i. Tiene necesidad de seguridad pero a la vez una


necesidad de independencia de sus padres.
ii. Esto hace que despierte la necesidad de libertad, de ser
independiente y libre; para ello emplea la desobediencia
como una necesidad.

o Desarrollo afectivo:

i. Gran intensidad de emociones y sentimientos.


ii. Hay desproporción entre el sentimiento y su expresión.
iii. Las manifestaciones externas son poco controladas y se
traducen en tics nerviosos, muecas, refunfuños, gestos
bruscos, gritos extemporáneos.
iv. Pasa con facilidad de la agresividad a la timidez.

o Desarrollo social:

i. Creciente emancipación de los padres.


ii. Busca la independencia pero a la vez busca protección
en ellos.
iii. Se da mutua falta de comprensión (con sus padres)
iv. Tiene necesidad de valorarse, de afirmarse, de afiliación
y de sentirse aceptado y reconocido por los de su
entorno.
v. Su principal interés son las diversiones, el deporte, etc.

o Desarrollo sexual:

i. Tendencia a la separación entre chicos y chicas.


ii. Gran curiosidad por todo lo relacionado con la
sexualidad

o Desarrollo social:

i. Va pasando de la heteronomía a la autonomía.


ii. Aquí influye mucho la moral de la familia como
testimonio. Así el adolescente será capaz de:

Fijar metas y objetivos propios.


o
Organizar su actividad en conformidad con sus
o
proyectos.
o Organizar mejor y eficientemente su tiempo
libre.
o Desarrollo religioso:

El desarrollo religioso puede ser problemático


cuando:
o Los padres no dan testimonio, usan la religión
como disciplina y no son estables.
o Cuando el muchacho encuentra serias
dificultades en el ramo de la sexualidad.
o Cuando la religión, en el ambiente social, es
considerado como "cosa de mujeres", "pueril".
o Cuando la catequesis recibida en la infancia ha
sido formalista y separada de la vida.

De lo contrario el desarrollo religioso es


satisfactorio.

DESARROLLO BIOPSICOSOCIAL DE LOS PRIMEROS DOS AÑOS


Desarrollo intelectual

El ritmo del desarrollo intelectual en la infancia es muy alto. Un/una niño/a empieza a vivir siendo capaz de

aprender sobre el mundo sólo gracias a actividades básicas como succionar, agarrar, mirar y escuchar y, sin

embargo, a los dos años ya es capaz de anticipar acontecimientos futuros, deducir las causas de los

acontecimientos, experimentar con los objetos y simular. El desarrollo del lenguaje también es extraordinario:
para un/una niño/a pequeño/a, las principales formas de expresión son el llanto y las sonrisas. Sin embargo, a

los dos años el/la niño/a promedio podrá conversar con sencillez, pero con efectividad, con los demás.

La inteligencia no es un valor cerrado, se desarrolla desde el nacimiento y, en sus aspectos fundamentales, está

ligada a la evolución biopsicosocial del bebé desde el momento del nacimiento hasta una vez superada la

adolescencia. Una larga maduración psicofísica en la que las relaciones afectivas con el entorno familiar y social

definirán su capacidad de aprender, integrarse y cambiar el mundo que le rodea, es decir, su inteligencia.

Actualmente sabemos que los bebés vienen al mundo como aprendices activos capaces de prestar atención a lo

que les interesa. Reconocen caras, sonidos, voces, olores y tactos. Al cabo de unas semanas recuerdan

acontecimientos muy sencillos y reconocen y responden a las personas que les resultan familiares. Cada bebé

está genéticamente preprogramado para tratar de llamar la atención de los adultos y reaccionar a sus cuidados,

lo que constituye el primer paso de su aprendizaje (Mayes y Cohen, 2003).

La inteligencia es un concepto abstracto muy difícil de definir. Se puede decir que la

inteligencia es la capacidad de abstracción y de razonamiento; ambas con características propias del ser

humano, determinadas por la herencia y por el ambiente.

El término cognición (o conocimiento) hace referencia a todos los procesos mentales de orden superior, a

través de los cuales los seres humanos intentan comprender, adaptarse y resolver los problemas de su entorno.

Existen modelos teóricos del desarrollo intelectual del niño/a, como el de Piaget o la teoría del “procesamiento

de la información”, pero todavía no hay un modelo global que permita establecer pautas coherentes de

información.

Para Piaget, la inteligencia infantil cuenta como fuente de conocimiento con la propia acción del niño/a y pasa

por diferentes etapas que denomina subestadios:

 Subestadio 1 (0-1 mes). Corresponde a los diversos reflejos innatos del bebé, que están
determinados biológicamente y son respuestas a estímulos del entorno.

 Subestadio 2 (1-4 meses). El/la niño/a desarrolla esquemas, es decir, aplica su conducta a objetos
y situaciones. El bebé conoce el mundo a través de las conductas de succionar, agarrar, mirar y manipular, las
cuales va aplicando a innumerables objetos. Estos esquemas van perfeccionándose con el desarrollo al tiempo
que se coordinan.

 Subestadio 3 (4-8 meses). Los bebés se hacen más conscientes de la existencia de los objetos y de
las otras personas y empiezan a reconocer algunas de las características específicas de las cosas que les
rodean, especialmente de la manera en que responden los objetos a sus actuaciones sobre ellos.

 Subestadio 4 (8-12 meses). El/la niño/a puede producir esquemas intencionales de acción. Percibe
algún objetivo interesante (juguete) y después se imagina cómo conseguirlo, quitando los obstáculos que le
separan de él., porque es capaz de separar ya medios y fines.
 Subestadio 5 (12-18 meses). El bebé ya no se limita a reproducir soluciones que han tenido éxito,
sino que puede buscar soluciones completamente nuevas mediante un proceso activo de tanteo, a través del
cual aprende cosas sobre su mundo. Experimenta por el puro placer de experimentar creando diferentes
esquemas de acción y nuevos efectos.

 Subestadio 6 (18-24 meses). Esta etapa supone un gran avance en el progreso intelectual porque,
por primera vez, el/la niño/a tiene capacidad de representación. De esta forma, el/la niño/a puede inventarse
nuevas formas de conseguir un objetivo sin tener que recurrir a experimentos físicos de ensayo y error.

Hay que recordar que el componente básico del aprendizaje del bebé es una relación afectuosa, segura y

protectora de con los padres y las madres. Los bebés aprenden mejor cuando se sienten cuidados y saben que

sus padres y madres están ahí para cuidarlos. Posiblemente, la actividad más importante que se puede realizar

para ayudar a los/las hijos/as a aprender, y para conseguir que el mundo le resulta atractivo sea hablarle,

conocerle, jugar juntos/as.

Es importante tener en cuenta que no es necesario “sobreestimular” al bebé para que sea más competente,

más no es necesariamente mejor, ya que si se les exige demasiado se retraen: se duermen, apartan la mirada

y se vuelven más irritables y difíciles de atender.

El aprendizaje que realiza el/la niño de esta edad (sobre todo el primer año de vida) prepara el “escenario” para

los siguientes logros evolutivos. Hablarle y leerle le introduce en el lenguaje y la comunicación. Explorar los

colores, los sonidos y las texturas de su mundo es su primer juego y la base de la curiosidad que le será de

gran ayuda en la escuela (Mayes y Cohen, 2003

Desarrollo psicomotor

El desarrollo físico de los/as niños/as consiste en algo más que en aprender a andar. Hay dos divisiones

fundamentales del desarrollo motor: grueso y fino. El desarrollo motor grueso se refiere a las acciones de los

músculos más grandes del cuerpo, los que controlan los movimientos principales del tronco y las extremidades.

El desarrollo motor fino se refiere a las acciones de los músculos que controlan movimientos menores y más

localizados, sobre todo los de las manos y los dedos.

Un recién nacido posee un repertorio limitado de habilidades motrices, muchas delas cuales no son voluntarias,

sino reflejas. Gira la cabeza, pero no la levanta, agita los brazos, pero sin propósito y nunca por debajo de la

línea central del pecho; patalea, pero los miembros no sostienen su peso.

El recién nacido no se mantiene en equilibrio cuando está sentado ni sostiene el tronco contra la gravedad.

Como carece de control voluntario de los esfínteres de la vejiga y los intestinos, orina y defeca voluntariamente

cuando dichos órganos están llenos.

El desarrollo psicomotor se produce impulsado por la maduración biológica propia del proceso de crecimiento y

por la estimulación social que el/la niño/a recibe. Sin maduración física no hay progreso, pero sin estimulación

externa que favorezca el aprendizaje tampoco es posible dicho progreso.


El control de los numerosos músculos del cuerpo se establece gradualmente

según una progresión que depende de la maduración de las fibras nerviosas, que desde el cerebro van a parar

a los diferentes músculos. En el primer trimestre alcanzan su madurez los músculos de la boca y de los ojos; en

el segundo serán los de la cabeza, cuello y espalda; en el tercero los del tronco, brazos y manos; en el cuarto

los de las piernas, pies y dedos de la mano.

Las primeras habilidades motoras del niño/a no son, técnicamente hablando, habilidades sino reflejos, es decir,

respuestas involuntarias a estímulos concretos. El recién nacido tiene muchos reflejos. Algunos son esenciales

para mantener la vida, otros desaparecen completamente en los meses posteriores al nacimiento, y otros son la

base para la motricidad de más adelante.

Cuadro 1. Reflejos neonatales: características y edades de desaparición (Palacios y Mora, 1999):

Reflejo Caracterización Edad de desaparición

Se le coloca un objeto (Ej.:


un dedo) entre los labios del Hacia los 4 meses,
Succión
bebé; éste chupa siendo luego voluntaria
rítmicamente

Se estimula con un dedo la


mejilla del bebé que girará la Hacia los 4 meses,
Hociqueo
cabeza buscando con la boca siendo luego voluntario
la fuente de estimulación

Presión Se coloca algo en la palma


Hacia los 4 meses,
palmar o de la mano del bebé y éste
siendo luego voluntario
aferramiento cierra la mano con fuerza

Retraimiento Se pincha suavemente la Con estímulos intensos,


de pie planta del pie; el bebé retira permanente
la pierna, flexionando la
rodilla

Cerrar los ojos ante luces


Parpadeo intensas u y en situaciones Permanente
de sobresalto

Se coge al bebé bajo las


axilas, asegurándose que las
Desaparece hacia los 2-
plantas de su pie reposen
Andar 3 meses. Aparecerá
sobre una superficie plana. El
automático luego como conducta
bebé flexiona y extiende las
voluntaria
piernas como si estuviera
andando

Cuando se produce un La reacción del abrazo


sobresalto, arquea el cuerpo, desaparece antes; la de
flexiona una pierna, extiende sobresalto permanece
Moro
los brazos y luego los pone hasta los 4 meses y, con
sobre su tronco como si se menor intensidad,
abrazara posteriormente

Con un objeto punzante, se


hace una diagonal en la
Está presente hasta casi
Babinski planta del pie del bebé. El
el final del primer año
pie se dobla y sus dedos se
abren en abanico

Dentro del agua, el bebé


patalea rítmicamente, al
Natatorio 4-6 meses
tiempo que sostiene la
respiración

Tónico del Tumbado el bebé, se le gira Antes de los 4 meses


cuello la cabeza hacia un lado;
adopta entonces una
posición de esgrima:
extiende el brazo del lado al
que mira y flexiona el otro
brazo por detrás

Al final de los tres primeros meses de vida, el bebé ha aprendido varios movimientos voluntarios básicos. SI le

tumbamos boca abajo, levanta la cabeza y separa el pecho de la superficie con la que está en contacto,

sosteniéndose con los brazos. Cuando le tumbamos de espaldas, patalea o estira las piernas.

A los seis meses es capaz de darse la vuelta y pasar de estar boca arriba a estar boca abajo y viceversa. Un

mes más tarde, es capaz de mantenerse sentado solo. En esta mitad del segundo año muchos niños/as

comienzan a gatear. Otros/as no lo hacen y pasan directamente a dar los primeros pasos sobre el año de vida

aproximadamente. Las dos formas son variantes normales. A los dos años de edad la mayor parte de los/las

niños/as andan si problemas, corren y andan de puntillas. También es probable que den patadas a objetos

grandes como, por ejemplo, un globo (Mayes y Cohen, 2003).

De acuerdo con la ley céfalo-caudal del control corporal, se controlan antes las partes del cuerpo que están más

próximas a la cabeza, extendiéndose luego el control hacia abajo; así el control de los músculos del cuello se

logra antes que el control de los músculos del tronco, y el control de los brazos es anterior al de las piernas. De

acuerdo con la ley próximo-distal del control corporal, se controlan antes las partes más próximas al eje

corporal que las más alejadas; así la articulación del codo se controla antes que la de la muñeca, que se

controla antes que la de los dedos.

Cuadro 2. Desarrollo del control postural en los dos primeros años (Palacios y Mora,
1999):

Edad en que el Margenes de edad


50 por ciento lo en que el 90 por
consiguen ciento lo consiguen

Cuando se le tiene cogido,


el bebé mantiene la cabeza 2 meses y medio 3 semanas-4 meses
erguida

Tumbado boca abajo, se


apoya en los antebrazos y 2 meses 3 semanas-4 meses
levanta la cabeza
Puede pasar de estar de
2 meses 3 semanas-5 meses
lado a estar boca arriba

Se mantiene sentado con


3 meses 2-4 meses
apoyo

Coge un objeto cúbico,


cilíndrico o esférico usando 4 meses 2-6 meses
toda la mano

Puede pasar de estar boca


arriba a estar hacia un
4 meses y medio 2-6 meses
lado. Se puede pasar un
objeto de una mano a otra

Se mantiene sentado sin


7 meses 5-9 meses
apoyo

Se sujeta de pie
apoyándose en algo, puede 7 meses 9-5 meses
ponerse de pie

Gatea 8 meses 6-11 meses

Se sienta sin ayuda;


agarrándose a algo, puede 8 meses 6-12 meses
ponerse de pie

Anda cuando se le lleva


cogido de la mano. 9 meses 7-13 meses
Prensión en pinza

Se mantiene de pie sin 11 meses 9-16 meses


apoyos

Camina por sí solo 12 meses 9-17 meses

Apila dos objetos uno sobre


14 meses 10-19 meses
otro. Garabatea

Camina hacia atrás 15 meses 12-21 meses

Sube escaleras con ayuda 16 meses 12-23 meses

Da saltos sin moverse del


23 meses 17-29 meses
sitio

Desarrollo lingüístico

Los bebés nacen preequipados para aprender el lenguaje. Los recién nacidos demuestran preferencia por oír

sonidos hablados en lugar de otros sonidos. Además, los bebés pequeños pueden distinguir entre muchos

sonidos diferentes del habla e, incluso, pueden diferenciar sonidos que las personas que hablan en su lengua

materna no pueden diferenciar.

El aprendizaje del lenguaje es, en parte, el resultado de la interacción entre los padres, las madres y el/la

niño/a. El/la niño/a está predispuesto de forma innata para aprender el lenguaje.

Las habilidades lingüísticas se empiezan a desarrollar en los bebés cuando se

comunican con ruidos y gestos y después cuando practican el balbuceo. Los bebés dicen algunas palabras al

final del primer año de edad y entienden más palabras de las que usan. A la edad de dos años, la mayoría de

los/las niños/as puede combinar dos palabras para construir una frase sencilla.

Desde el nacimiento y hasta los 2 años, el bebé se comunica básicamente mediante gestos. El paso del gesto a

la palabra se realiza a medida que el lenguaje verbal va perfeccionándose. Las primeras palabras suelen
acompañarse de gestos y éstos siguen siendo durante un tiempo una parte importante del sistema

comunicativo infantil.

Antes de que los bebés comiencen a hablar, comunican muchas cosas. Asimilan información del entorno y

expresan sus necesidades y placer lo mejor que saben. Actúan para fijar la atención de los adultos y provocar

respuestas positivas, lo cual tiene el objetivo de atraer la atención de los adultos, mantener una relación social

y provocar que le cuiden. Todo ello contribuye a su supervivencia.

Cuando el/la niño/a empieza a etiquetar la realidad con palabras, los gestos comienzan a ser sustituidos y, sin

desaparecer, tienden a ocupar la función de apoyo al lenguaje verbal. Es fundamental que las madres y los

padres estimulen el desarrollo del lenguaje oral y no del gesto. De lo contrario, el bebé retrasa sus

verbalizaciones.

El lenguaje que el/la niño/a puede comprender hasta los 2 años es siempre más rico que el que es capaz de

utilizar. Del mismo modo que comprende los gestos antes de lograr imitarlos, conoce el significado de las

palabras y de las construcciones gramaticales mucho antes de utilizarlas correctamente.

Los padres y las madres no deben caer en el error de dirigirse al niño/a utilizando las limitadas expresiones que

él/ella usa, sino hablarle con un lenguaje rico, con frases bien construidas y pronunciando correctamente. Si el

niño/a dice “Aita/ama ame ate”, se debe contestar “ahora te doy chocolate”.

Los/las niños/as difieren en la velocidad con la que aprenden vocabulario y en la forma de utilizar las palabras y

gestos simples por parte del niño/a, y su voluntad y aptitud para comunicarse, son más importantes que la

amplitud de su vocabulario.

El desarrollo del lenguaje hablado en los dos primeros años (Stassen y


Cuadro 3.

Thomson, 1997)

Edad Logro

Recién Comunicación refleja: llantos, movimientos, expresiones


nacido faciales

Una gama de ruidos con significado: murmullos, quejidos,


2 meses
llantos y risas

3-6 Nuevos sonidos con chillidos, refunfuños, canturreos,


meses trinos, sonidos vocálicos

6-10 Balbuceo, con sonidos vocálicos y consonánticos repetidos


meses en sílabas

Comprensión de palabras sencillas: entonaciones simples,


10-12
vocalizaciones específicas que tienen significado para los
meses
que conocen bien al niño/a
13 Primeras palabras habladas reconocibles como parte de la
meses lengua materna

13-18
meses Desarrollo lento del vocabulario: hasta unas 50 palabras

18 Eclosión del vocabulario: tres o más palabras aprendidas


meses por semana

21
Primera frase de dos palabras
meses

Frases con varias palabras. La mitad de las expresiones


24
orales del niño/a son de dos o más palabras
meses

* Las edades que se indican en esta tabla se refieren a los valores normales. Muchos/as niños/as sanos e

inteligentes alcanzan estas etapas del desarrollo lingüístico antes o después de lo que se indica aquí.

Recordar:

 Animar el juego vocal y los balbuceos desde los primeros meses de vida del bebé.

 Recurrir a juguetes, láminas o cuentos para estimular la comunicación con el/la niño/a.

 Escuchar los balbuceos del bebé y estar atentos a los esfuerzos de comunicación del niño/a.

 Reforzar con gestos de aprobación, sonrisas y aplausos cada nueva expresión verbal del niño/a.

 Contra cuentos a los/as niños/as desde muy pequeños/as, ya que les iniciará en el gusto por la
lectura. Utilizar gran variedad de expresiones y cambiar de ritmo y de entonación.

 Facilitar al niño/a hojas grandes de papel y lápices o ceras de colores desde edad temprana para
estimular el dominio del trazo.

 Los padres y las madres deben procurar estar tranquilos/as y relajados/as cuando estén con su hijo/a
y dejar a un lado la ira, angustia o mal humor.

Desarrollo socioemocional

En la mayoría de las culturas, los padres, las madres y los bebés están implicados durante un tiempo en una

estrecha relación simbiótica en la que el bebé es casi una extensión de la existencia de su padre y su madre.

Las emociones del recién nacido están arraigadas en las sensaciones corporales básicas. La felicidad es estar

caliente, saciado y alerta, que le cojan en brazos y oír que le cantan una melodía tranquilizadora. La infelicidad

tiene que ver, por el contrario, con tener hambre, estar cansado, tener frío, estar incómodo, sobresaltarse ante

un ruido fuerte o estar solo y que nadie responda. Las emociones de un/a niño/a muy pequeño adquieren

significado a partir de tales experiencias físicas y de las respuestas del padre o de la madre.
Con el paso del tiempo, al cogerle en brazos, el bebé sonríe, expresión que es un intento de respuesta social.

Cuando respondemos a una sonrisa con otra, la experiencia es totalmente placentera. Después de numerosos

momentos semejantes de intercambiar sonrisas, el bebé extrae su propio significado de la experiencia.

Todas las clases de interacción social (la alimentación, el cambio de pañal, los abrazos...), llevan al niño/a a

vincularse emocionalmente con los adultos que hay en su vida. A los tres meses de edad aproximadamente, el

bebé distingue a los que son especiales del resto. Según transcurren las semanas, resulta más evidente a quién

prefiere como compañía.

A partir del primer año de vida se avecinan cambios importantes, ya que comienza a andar, a jugar y a hablar,

es decir se convierten en todos unos/as exploradores/as. Su exagerada curiosidad también se transfiere a las

personas. Hasta los trece meses es posible que se sientan confusos/as si ven a alguien tristes, ya que no

comprenden sus emociones (Mayes y Cohen, 2003).

Las necesidades básicas del niño/a son (Lewis, 1982):

 Necesidades fisiológicas: alimentación, higiene, temperatura adecuada, sueño, actividad, etc.

 Necesidad de sentirse protegido de los peligros reales o imaginarios.

 Necesidad de explorar su entorno.

 Necesidad de jugar.

 Necesidad de establecer vínculos afectivos.

Los vínculos afectivos son, por lo tanto, una necesidad en el desarrollo del niño/a recién nacido. Si esta

necesidad no es satisfecha, el/la niño/a, adolescente, joven o adulto sufrirá de “aislamiento o carencia

emocional” (López, 1992).

La relación especial que el/la niño/a establece con un número reducido de personas

denominada apego es un lazo afectivo que se forma entre él/ella mismo/a y cada una de esas personas, un

vínculo que le impulsa a buscar proximidad y contacto con ellas a lo largo del tiempo. “La característica más

sobresaliente es la tendencia a lograr y mantener un cierto grado de proximidad al objeto del apego que

permita tener un contacto físico en algunas circunstancias y a comunicarse a cierta distancia, en otras”

(Ainsworth y Bell, 1970).

El apego tiene como último objetivo favorecer la supervivencia manteniendo próximos y en contacto a las crías

y a los progenitores (o quienes hagan su función), que son los que protegen y ofrecen cuidados durante la

infancia. Desde el punto de vista subjetivo, la función del apego es proporcionar seguridad emocional (Ortiz,

Fuentes y López, 1999).


Para cumplir esas funciones básicas (supervivencia y seguridad emocional), el vínculo de apego tiene cuatro

manifestaciones fundamentales:

1. Buscar y mantener la proximidad

2. Resistirse a la separación y protestar si ésta se consuma

3. Usar la figura de apego como base de seguridad desde la que se explora el mundo físico y social

4. Sentirse seguro buscando en la figura de apego el bienestar y apoyo emocional

Además de estas dos funciones centrales, pueden señalarse otras complementarias (López, 1992):

 Ofrecer y regular la cantidad y calidad de estimulación que necesita un/una niño/a para su desarrollo

 Las adecuadas relaciones de apego fomentan la salud física y psíquica

 Las figuras de apego tienen una influencia decisiva en el desarrollo social

Las primeras respuestas de un bebé hacia la gente son indiscriminadas y no reflejan apego. Este estado

imparcial e indiscriminado de respuestas existe durante los dos primeros meses. Durante la próxima etapa del

apego, que dura desde los 2 hasta los 7 meses aproximadamente, los bebés empiezan a discriminar entre la

gente que les rodea. A los 8 meses, la mayoría de los bebés han desarrollado el vínculo que supone el apego.

Las formas de apego se desarrollan en forma temprana y poseen alta probabilidad de

mantenerse durante toda la vida. En base a como los individuos responden en relación a su figura de apego

cuando están ansiosos, Ainsworth, Blewar, Waters y Wall (1978), definieron los tres patrones más importantes

de apego y las condiciones familiares que los promueven. Posteriormente se añadió un cuarto patrón de apego.

Los tipos de apego son existiendo el apego seguro, el ansioso-ambivalente y el ansioso-evitativo y el ansioso

desorganizado. Para ello, elaboraron un instrumento denominado "situación extraña" , con el objetivo de

evaluar la manera en que los/las niños/as utilizaban a los adultos como fuente de seguridad, desde la cual

podían explorar su ambiente; también la forma en que reaccionaban ante la presencia de extraños, y en los

momentos de separación y reunión con la madre.

Apego seguro

Las personas con estilos de apego seguro, son capaces de usar a sus cuidadores como una base de seguridad

cuando están angustiados. Ellos/as tienen cuidadores que son sensibles a sus necesidades, por eso, tienen

confianza que sus figuras de apego estarán disponibles, que responderán y les ayudarán en la adversidad.
A un/a niño/a con apego seguro le trastorna menos que su padre y/o madre se marchen y los acoge con

alegría, con frecuencia invitándoles a participar en lo que ha estado haciendo mientras estaban ausentes.

Apego ansioso-ambivalente

Los sujetos ambivalentes son aquellos que buscan la proximidad de la figura primaria y al mismo tiempo se

resisten a ser tranquilizados por ella, mostrando agresión hacia la figura de apego. Responden a la separación

con angustia intensa y mezclan comportamientos de apego con expresiones de protesta, enfado y resistencia.

Son niños/as que apenas exploran el entorno en presencia de figura de apego. Se muestran preocupados por

saber dónde está su figura de apego y ello hace que no se alejen de ella. Cuando la figura de apego se va la

ansiedad ante la separación es muy intensa y cuando ésta regresa se muestra ambivalente: buscan su

proximidad pero al iniciar contactos son rechazados/as. Son difícilmente consolables tras la separación. Las

figuras de apego de este grupo se muestran sensibles y cálidas en algunas ocasiones y en otras insensibles.

Esto lleva al niño/a a la inseguridad.

Apego ansioso - evitativo

Los niños con estilos de apego evitativo, muestran una aparente falta de interés y desapego a la presencia de

sus cuidadores durante períodos de angustia. Estos/as niños/as tienen poca confianza en que serán ayudados,

poseen inseguridad hacia los demás, miedo a la intimidad y prefieren mantenerse distanciados de los/las

otros/as.

Durante el juego no utilizan a la figura de apego como base para la exploración, no miran si está presente.

Cuando la figura de apego se va no muestran estar afectados por su marcha. Cuando vuelve, si la figura de

apego busca contacto el/la niño/a la rechaza. Este desapego recuerda al de niños/as con separaciones

dolorosas.

Apego ansioso-desorganizado

Recoge las características de los dos últimos. Los niños/as con un apego ansioso-desorganizado muestran una

mayor inseguridad. Tras la separación muestran conductas confusas y desorganizadas. Se observa en niños/as

que han sufrido de negligencia y maltratos físicos, que han experimentado ciclos de protección y también de

rechazo y agresión. Han desarrollado frente a la figura de apego vinculación y temor.

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