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ADMINISTRACION DE EMPRESAS
VALLEDUPAR
2019
INTRIDUCCION
Al Leer el artículo de la revista Semana con título Las consecuencias del maltrato infantil,
escrito por el pedagogo Julián de Zubiría, se realizará una estrategia de comprensión lectora.
Donde se aplicarán los pasos de comprensión lectora con los cuales lograremos inicialmente
leer el texto detenidamente, y hallaremos las palabras claves, identificar las ideas principales,
conocer palabras nuevas y su significado. De esta forma podremos retroalimentarnos en el tema
de competencias comunicativas.
ESTRATEGIAS DE COMPRENSION LECTORA
3. Descubrir la idea principal del texto (esta puede estar implícita o explícita)
5. Encontrar el significado de palabras por contexto e identificar palabras que necesitan ser
aclaradas (buscar en el diccionario y textos académicos)
6. Identificar el orden o las partes en que está estructurado el texto (introducción, desarrollo y
conclusión)
7. Representar el texto de manera visual y esquemática; para ello elaborar un mapa conceptual o
mapa mental
1. Articulo
Julián De Zubiría
El pedagogo analiza los resultados de diversas investigaciones sobre el castigo físico a los
menores y reflexiona sobre las consecuencias que dichas prácticas generan en el
desarrollo de la personalidad de los niños y en la cultura del país.
“Al ver que unos cuantos gritos de amenaza no producían efecto, me sacaste de la cama, me
llevaste a la terraza y allí me dejaste (…), en camisón, ante la puerta cerrada. No voy a decir que
estuviese mal hecho; es posible que no hubiese realmente otra manera (…); pero lo que
pretendo, al mencionar este hecho, es caracterizar tu sistema educativo y su efecto sobre mí. Sin
duda después me mostré ya obediente, pero quedé interiormente dañado”.
Con estas palabras, Franz Kafka en su célebre Carta al Padre, describe uno de los efectos más
lesivos y prolongados del maltrato infantil. Los niños maltratados son muy fácilmente
reconocidos por los profesores: son huraños, miedosos y, especialmente tristes. Saben que los
rechazan en su propia casa y eso produce profundo dolor ¡se les ve en su mirada!
Inicio esta columna con la cita de Kafka, ya que, la Carta al Padre, es una de las joyas
universales de la literatura. Todos los padres y madres deberíamos leerla en algún momento de la
vida y debería ser lectura obligada en caso que se sospeche autoritarismo o maltrato del padre o la
madre hacia su hijo o hija.
De tiempo atrás, los educadores sabemos que el autoconcepto es uno de los factores más
asociados al éxito en la vida. Es relativamente común que lleguen más lejos, los niños que sienten
más apoyo, seguridad y confianza de sus padres y profesores. Esto ha sido ampliamente
estudiado en la psicopedagogía y se le ha denominado con el bello nombre de Efecto Pigmalión.
La teoría concluye que, los niños no responden a sus capacidades, sino a las expectativas que de
ellos tienen sus padres y maestros. Si el niño siente que sus padres y maestros tienen expectativas
altas y realistas, llegará lejos, porque así se genera la seguridad necesaria para avanzar en la vida.
Pero si el niño siente que sus padres y profes creen que no podrá llegar lejos, entonces, perderá la
confianza y la seguridad, dos de los motores esenciales de la vida, que serán decisivos para
vencer obstáculos y para convertir cada dificultad en una nueva oportunidad en la vida, en lo que
se ha dado en llamar la resiliencia. Por el contrario, los niños maltratados tienen el autoconcepto
por el suelo. Se sienten rechazados y, por eso, su confianza y seguridad son ínfimas. Son niños
que viven con miedo, porque temen que, en cualquier momento, los van a golpear, sin saber
cuándo, dónde, ni por qué. La arbitrariedad la han aprehendido conviviendo con sus padres:
¡Paradójicamente son maltratados por quien afirma quererlos!
Otro efecto del maltrato infantil, lo expresa Kafka de manera clara: Me volví obediente –dice-,
pero –y esto es lo más importante- “quedé interiormente dañado”. El niño maltratado, debilita su
personalidad. Son niños amargados, con enorme debilidad en sus interacciones sociales. En
ocasiones se vuelven muy agresivos, y en otras, muy huraños. En cualquier caso, no aprehenden a
interactuar con sus congéneres, porque lo que han visto es que las personas se relacionan a las
patadas, a los gritos y mediante humillaciones. Por lo general, en sus hogares se respira temor y
muy poca confianza.
En los hogares muy autoritarios se disminuye la comunicación, porque la única voz que se
escucha es la del padre o la madre. Se vive un eterno monólogo. Padre o madre hablan, y el niño
se somete. En cualquier caso, no se sabe lo que quiere el menor, lo que piensa o lo que quisiera
decir. No se le consulta para nada. Él no participa en las decisiones, ya que se supone que debe
obedecer para poder ser formado. Aunque resulte increíble, el maltratador cree que a golpes se
“formará” el carácter del niño o niña. Supuestamente, así se volverá un adulto más fuerte. Si él
hablara y escuchara a sus hijos, sabría que eso no es cierto, que le mienten sus creencias.
Los niños maltratados tienen gran dificultad para expresar sus sentimientos. Es como si
tuvieran un gran peso encima, porque sus vidas han sido invadidas. A eso se refiere Kafka
cuando dice que quedó “interiormente dañado”: disminuido, arrugado emocionalmente, incapaz
de decir lo que siente. Estos niños vivirán como jóvenes y adultos, con mayor tristeza, depresión
y soledad. Sin ninguna duda, son niños más propensos al suicidio, porque carecen de identidad,
seguridad, proyectos y esperanza.
Los estudios psicológicos de seguimiento han permitido encontrar dos tipos de padres
maltratadores: los de personalidad muy fuerte, que avasallan al menor o, al contrario: un padre
que busca en su hijo la reafirmación del yo. Pese a lo paradójico que resulte, un tipo de
autoritarismo es el ejercido por quien presenta tan poco reconocimiento social, que busca en el
autoritarismo un mecanismo compensatorio de autoafirmación.
En el hogar tiene que haber límites y es indiscutible que también están equivocados los padres
que no los establecen y que dejan a sus hijos hacer lo que quieran. Dicen ser amigos de ellos sin
darse cuenta que tenemos infinidad de amigos, pero un solo padre y madre en la vida. Por eso la
pérdida de autoridad en los hogares, es un nuevo y creciente problema en las sociedades
modernas, al que tendremos que referirnos en una próxima columna. Paradójicamente, la familia
permisiva también expresa autoritarismo, en este caso el maltratante es el hijo y los maltratados
son los propios padres.
En las familias ocurre algo similar a lo que sucede en las naciones: las democráticas son las
que forman hijos más felices y sanos emocionalmente. Del mismo modo, sólo las naciones
democráticas garantizan el desarrollo humano. Si queremos construir familias más democráticas,
debemos elevar la calidad de la comunicación en el hogar, crear condiciones para ampliar la
participación de todos los miembros; aceptar y respetar los derechos y las diferencias, y mantener
las decisiones en cabeza de los padres. La autoridad no se cede, pero la participación y el diálogo,
tienen que elevarse.
Están equivocados quienes creen que se necesita golpear a los niños para que aprendan. No
aprendemos así los adultos, ¿por qué van a aprender de esa manera los menores? Están
equivocados quienes siguen creyendo en pleno siglo XXI, que “la letra con sangre entra”. No se
educa con rejo, ni con palos. Sin duda, hay que educar a los padres para que aprendan a poner los
límites, y para que lo hagan escuchando y respetando la identidad y los derechos de cada hijo. En
palabras más cotidianas, necesitamos una Pedagogía Dialogante y no una humillante. A eso se
refería Kafka, cuando caracterizaba el “sistema educativo” de su padre: es un sistema para formar
niños obedientes, pero dañados interiormente. ¿Eso es lo que queremos para nuestros hijos y para
la sociedad?
El castigo físico a los menores y reflexiona sobre las consecuencias que dichas prácticas
generan en el desarrollo de la personalidad de los niños y en la cultura del país.
Los niños maltratados son muy fácilmente reconocidos por los profesores: son huraños,
miedosos y, especialmente tristes. Saben que los rechazan en su propia casa y eso produce
profundo dolor ¡se les ve en su mirada!
son huraños, miedosos y, especialmente tristes. Saben que los rechazan en su propia casa
y eso produce profundo dolor
La cifra debería preocupar a la sociedad, porque un niño maltratado tenderá a tener
dificultades emocionales, afectivas y sociales a mediano y largo plazo.
Es cierto, en Colombia la ética ha sido un problema menor para la sociedad, las empresas,
el gobierno y las familias. Tal vez por eso la reconciliación y el perdón, le están quedando
grandes a un país que se acostumbró a resolver a bala, machete, y sin ética, los problemas
que enfrenta a diario.
Si el niño siente que sus padres y maestros tienen expectativas altas y realistas, llegará
lejos, porque así se genera la seguridad necesaria para avanzar en la vida. Pero si el niño
siente que sus padres y profes creen que no podrá llegar lejos, entonces, perderá la
confianza y la seguridad, dos de los motores esenciales de la vida, que serán decisivos
para vencer obstáculos y para convertir cada dificultad en una nueva oportunidad en la
vida, en lo que se ha dado en llamar la resiliencia.
El niño maltratado, debilita su personalidad. Son niños amargados, con enorme debilidad
en sus interacciones sociales
En cualquier caso, no se sabe lo que quiere el menor, lo que piensa o lo que quisiera decir.
No se le consulta para nada. Él no participa en las decisiones, ya que se supone que debe
obedecer para poder ser formado
Los niños maltratados tienen gran dificultad para expresar sus sentimientos.
Es importante resaltar que, el maltrato impacta la estructura profunda emocional, social y
comunicativa del menor.
Esas familias maltratantes, también han generado una nación que obedece por miedo a los
líderes autoritarios y que impide la participación democrática de la sociedad.
En el hogar tiene que haber límites y es indiscutible que también están equivocados los
padres que no los establecen y que dejan a sus hijos hacer lo que quieran.
La autoridad no se cede, pero la participación y el diálogo, tienen que elevarse.
Están equivocados quienes creen que se necesita golpear a los niños para que aprendan.
No aprendemos así los adultos, ¿por qué van a aprender de esa manera los menores?
Resiliencia: En psicología, capacidad que tiene una persona para superar circunstancias
traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc
El pedagogo analiza los resultados de diversas investigaciones sobre el castigo físico a los
menores y reflexiona sobre las consecuencias que dichas prácticas generan en el
desarrollo de la personalidad de los niños y en la cultura del país.
“Al ver que unos cuantos gritos de amenaza no producían efecto, me sacaste de la cama, me
llevaste a la terraza y allí me dejaste (…), en camisón, ante la puerta cerrada. No voy a decir que
estuviese mal hecho; es posible que no hubiese realmente otra manera (…); pero lo que
pretendo, al mencionar este hecho, es caracterizar tu sistema educativo y su efecto sobre mí. Sin
duda después me mostré ya obediente, pero quedé interiormente dañado”.
Con estas palabras, Franz Kafka en su célebre Carta al Padre, describe uno de los efectos más
lesivos y prolongados del maltrato infantil. Los niños maltratados son muy fácilmente
reconocidos por los profesores: son huraños, miedosos y, especialmente tristes. Saben que los
rechazan en su propia casa y eso produce profundo dolor ¡se les ve en su mirada!
Inicio esta columna con la cita de Kafka, ya que, la Carta al Padre, es una de las joyas
universales de la literatura. Todos los padres y madres deberíamos leerla en algún momento de la
vida y debería ser lectura obligada en caso que se sospeche autoritarismo o maltrato del padre o la
madre hacia su hijo o hija.
De tiempo atrás, los educadores sabemos que el autoconcepto es uno de los factores más
asociados al éxito en la vida. Es relativamente común que lleguen más lejos, los niños que sienten
más apoyo, seguridad y confianza de sus padres y profesores. Esto ha sido ampliamente
estudiado en la psicopedagogía y se le ha denominado con el bello nombre de Efecto Pigmalión.
La teoría concluye que, los niños no responden a sus capacidades, sino a las expectativas que de
ellos tienen sus padres y maestros. Si el niño siente que sus padres y maestros tienen expectativas
altas y realistas, llegará lejos, porque así se genera la seguridad necesaria para avanzar en la vida.
Pero si el niño siente que sus padres y profes creen que no podrá llegar lejos, entonces, perderá la
confianza y la seguridad, dos de los motores esenciales de la vida, que serán decisivos para
vencer obstáculos y para convertir cada dificultad en una nueva oportunidad en la vida, en lo que
se ha dado en llamar la resiliencia. Por el contrario, los niños maltratados tienen el autoconcepto
por el suelo. Se sienten rechazados y, por eso, su confianza y seguridad son ínfimas. Son niños
que viven con miedo, porque temen que, en cualquier momento, los van a golpear, sin saber
cuándo, dónde, ni por qué. La arbitrariedad la han aprehendido conviviendo con sus padres:
¡Paradójicamente son maltratados por quien afirma quererlos!
Otro efecto del maltrato infantil, lo expresa Kafka de manera clara: Me volví obediente –dice-,
pero –y esto es lo más importante- “quedé interiormente dañado”. El niño maltratado, debilita su
personalidad. Son niños amargados, con enorme debilidad en sus interacciones sociales. En
ocasiones se vuelven muy agresivos, y en otras, muy huraños. En cualquier caso, no aprehenden a
interactuar con sus congéneres, porque lo que han visto es que las personas se relacionan a las
patadas, a los gritos y mediante humillaciones. Por lo general, en sus hogares se respira temor y
muy poca confianza.
En los hogares muy autoritarios se disminuye la comunicación, porque la única voz que se
escucha es la del padre o la madre. Se vive un eterno monólogo. Padre o madre hablan, y el niño
se somete. En cualquier caso, no se sabe lo que quiere el menor, lo que piensa o lo que quisiera
decir. No se le consulta para nada. Él no participa en las decisiones, ya que se supone que debe
obedecer para poder ser formado. Aunque resulte increíble, el maltratador cree que a golpes se
“formará” el carácter del niño o niña. Supuestamente, así se volverá un adulto más fuerte. Si él
hablara y escuchara a sus hijos, sabría que eso no es cierto, que le mienten sus creencias.
Los niños maltratados tienen gran dificultad para expresar sus sentimientos. Es como si
tuvieran un gran peso encima, porque sus vidas han sido invadidas. A eso se refiere Kafka
cuando dice que quedó “interiormente dañado”: disminuido, arrugado emocionalmente, incapaz
de decir lo que siente. Estos niños vivirán como jóvenes y adultos, con mayor tristeza, depresión
y soledad. Sin ninguna duda, son niños más propensos al suicidio, porque carecen de identidad,
seguridad, proyectos y esperanza.
Los estudios psicológicos de seguimiento han permitido encontrar dos tipos de padres
maltratadores: los de personalidad muy fuerte, que avasallan al menor o, al contrario: un padre
que busca en su hijo la reafirmación del yo. Pese a lo paradójico que resulte, un tipo de
autoritarismo es el ejercido por quien presenta tan poco reconocimiento social, que busca en el
autoritarismo un mecanismo compensatorio de autoafirmación.
En el hogar tiene que haber límites y es indiscutible que también están equivocados los padres
que no los establecen y que dejan a sus hijos hacer lo que quieran. Dicen ser amigos de ellos sin
darse cuenta que tenemos infinidad de amigos, pero un solo padre y madre en la vida. Por eso la
pérdida de autoridad en los hogares, es un nuevo y creciente problema en las sociedades
modernas, al que tendremos que referirnos en una próxima columna. Paradójicamente, la familia
permisiva también expresa autoritarismo, en este caso el maltratante es el hijo y los maltratados
son los propios padres.
En las familias ocurre algo similar a lo que sucede en las naciones: las democráticas son las
que forman hijos más felices y sanos emocionalmente. Del mismo modo, sólo las naciones
democráticas garantizan el desarrollo humano. Si queremos construir familias más democráticas,
debemos elevar la calidad de la comunicación en el hogar, crear condiciones para ampliar la
participación de todos los miembros; aceptar y respetar los derechos y las diferencias, y mantener
las decisiones en cabeza de los padres. La autoridad no se cede, pero la participación y el diálogo,
tienen que elevarse.
Están equivocados quienes creen que se necesita golpear a los niños para que aprendan. No
aprendemos así los adultos, ¿por qué van a aprender de esa manera los menores? Están
equivocados quienes siguen creyendo en pleno siglo XXI, que “la letra con sangre entra”. No se
educa con rejo, ni con palos. Sin duda, hay que educar a los padres para que aprendan a poner los
límites, y para que lo hagan escuchando y respetando la identidad y los derechos de cada hijo. En
palabras más cotidianas, necesitamos una Pedagogía Dialogante y no una humillante. A eso se
refería Kafka, cuando caracterizaba el “sistema educativo” de su padre: es un sistema para formar
niños obedientes, pero dañados interiormente. ¿Eso es lo que queremos para nuestros hijos y para
la sociedad?
7. Mapa conceptual
Teniendo en cuenta lo planteado por la persona que ha escrito el Articulo sobre las
consecuencias sobre el maltrato infantil, podemos tener en cuenta que mucho de hemos vivido
esta situación o hemos hecho parte de la experiencia de algún ser querido o amigo cercano a
nosotros y ver lo que hoy en día son de adultos comprendemos lo que todas esas vivencias que
tuvo desde niño le han afectado hoy día.
La equivocación que muchos padres tienen que al haber maltrato sea fico o verbal los niños
serán unos adultos ejemplares donde en cierta forma estamos anulando a ese adulto en un
mañana, por que al no permitir desarrollarse libremente y sin ningún tipo de traumas lo estamos
destinando a ser un adulto que pueda desarrollar al máximo sus capacidades debido a lo vivido en
su infancia.
RESUMEN
Resumen del texto Curso de Sintaxis, plantea que el castigo físico a los menores y las
consecuencias que dichas prácticas generan en el desarrollo de la personalidad de los niños.
Cita las palabras de Franz Kafka en su célebre Carta al Padre, donde el autor expresa por
medio de este escrito las consecuencias que producen en un niño el maltrato.
Es preocupante las cifras que determinan la cantidad de hogares colombianos que maltratan
los niños en Colombia, de esos niños que tendrán dificultades emocionales, afectivas y sociales a
mediano y largo plazo. También ahí que tener en cuenta la sociedad en que vivimos en donde se
ha convivido con la guerra, las mafias, secuestros, masacres, desapariciones y asesinatos. Se nos
endureció el corazón de ver tanta indolencia.
El niño sabe cuándo sus padres y maestros ven en ellos futuro y que son capaces de lograr
muchas cosas y en en ellos el potencial para ser alguien en la vida, al ellos sentir esto ellos lo
pueden lograr y motivarse a seguir adelante. Los niños maltratados les es mas difícil lograrlo por
que no sienten apoyo ni motivación para hacerles sentir que lo van a lograr.
Ahí madres y adres muy autoritarios que anulan en sus hijos el poder expresarse y así poder
enfrentar al mundo, no sabe como tomar decisiones ya que para el solo es obseder y aceptar lo
que el mundo le quiera imponer sin tener la libertad del poder decidir. También les es difícil
expresar lo que sienten y solamente se reprimen, quedan disminuidos y eso les generara mucha
tristeza, soledad y en muchos casos depresión. En el hogar debe haber límites ahí padres que no
colocan reglas y permiten que sus hijos hacer lo que quieran y eso también trae consecuencias
garrafales para sus hijos, quieren establecer un vínculo de amigos olvidando que debe haber una
diferencia porque ellos tendrán muchos amigos, pero solo unos padres para guiarlos en la vida.
.
CONCLUSION
De Zubiría, J. (2019 julio 25). Las consecuencias del maltrato infantil. Semana. Recuperado
de
https://www.semana.com/opinion/articulo/las-consecuencias-del-maltrato-infantil-columna-de-
opinion-julian-de-zubiria/624996